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Etiqueta: ética pública

Carta abierta a Fabricio Alvarado

Atención
Diputado
Fabricio Alvarado Muñoz

Costa Rica ha sufrido en los últimos años un aumento vertiginoso de la violencia en todas sus manifestaciones. Desgraciadamente, este aumento de la violencia se concentra de manera especial en los ámbitos de violencia doméstica, violencia de género y la violencia sexual.

El abuso sexual tiene profundas consecuencias a corto y largo plazo, generando problemas físicos, emocionales, sociales y conductuales, al constituir una experiencia traumática que puede marcar un punto de inflexión vital en el desarrollo emocional de la víctima. El abuso sexual deja una herida que suele doler por el resto de la vida.

La violencia, como cualquier fenómeno social, tiene múltiples y diversas causas; sin embargo, existe una relación muy importante con los niveles de desigualdad social, el deterioro del sistema educativo, la deslegitimación del sistema jurídico y político y el desgaste de la confianza en las instituciones. Cada una de estas dimensiones viene mostrando indicadores negativos en lo que va del presente siglo. Una consecuencia muy importante de este proceso de deterioro es la acumulación de estrés, resentimiento y frustración que redunda en un enojo que se generaliza y que refuerza a su vez la deslegitimación. Todo lo anterior redunda en mayor individualismo, menor respeto por las leyes, por el sistema de valores y normas culturales y por los principios políticos de la democracia, a la vez que favorece la adhesión a subculturas ajenas a la paz y el respeto mutuo.

En el caso del abuso sexual, existen, en la mayoría de los casos, raíces profundas en la cultura patriarcal y en el machismo basado en una concepción de la masculinidad letal y abusiva. Entre otras cosas, esta cultura patriarcal enfatiza la concentración del poder, la autoridad y el privilegio en los hombres, mientras que subordina, minimiza y cosifica a la mujer y otras identidades de género. Estas características culturas permean las relaciones sociales en todos sus ámbitos, desde la interacción de pareja hasta la estructuración institucionan, social, política y económica, condiciones todas que promueven y facilitan relaciones agresivas, incluyendo el abuso sexual.

Siendo así, las personas abajo firmantes, todos hombres, reafirmamos nuestro compromiso para combatir la cultura machista tradicional, evidenciando y oponiéndonos a toda forma de violencia contra las mujeres, las personas adolescentes y las niñas y niños, promoviendo nuevas formas de convivencia basadas en el respeto mutuo, el reconocimiento de las diferencias y la solidaridad recíproca. No aceptamos ningún tipo de abuso de poder y reclamamos el procesamiento judicial de cualquier acto que genere agresión basada en diferencias de género, edad, etnia, cultura, religión, condición socioeconómica y orientación sexual, entre otras. Estamos convencidos de que el procesamiento judicial no solo permite establecer las adecuadas consecuencias de los actos agresivos; sino, sobre todo, que permite evidenciar, combatir y condenar los rasgos principales de la cultura patriarcal y su relación con la violencia.

Por lo tanto, exigimos que usted, Fabricio Alvarado, asuma la responsabilidad de sus actos y renuncie a la inmunidad que disfruta como diputado, para que pueda darse un proceso judicial libre de atrasos, privilegios e intereses particulares. El sufrimiento de su víctima y la amenaza permanente y creciente de la violencia en Costa Rica exigen una aproximación objetiva e imparcial, pero contundente y sistemática ante cualquier hecho de agresión.

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Marco Vinicio Fournier Facio

104430604

Marco Carranza Morales

113180695

Christian Gólcher Benavides

112370214

Juan Carlos Morales Quirós

110010082

Efraín Artavia Loría

104460847

Sharo Rosales Arce

106920853

Cristian Gutiérrez

204830407

Juan Elías Ramírez Sánchez

109490705

Daniel Estrada Vaglio

111490252

Víctor Alexander Monge Briceño

108360509

Ramón Pendones de Pedro

800680523

Gustavo Oreamuno Vignet

108350921

Javier Vindas

106600556

Olman Javier Bolaños Vargas

204200917

Jorge Andrey González Rodríguez

206490956

Martín Jiménez Lopez

302240633

Marvin Amador Guzmán

106730592

Mauricio Alvarado Rivera

106060063

Ronald Wright Ceciliano

106500451

Alfredo Scott

107640507

Edgar Danilo Esquivel Solís

402180259

Luis Andrés Ulloa Aguilar

111970596

Randall Paredes Solano

108290058

Mauricio Quirós León

107320611

Ronald Díaz Vargas

105870283

Rafael Antonio Sanabria Villalobos

304160090

Rolando Barrantes Muñoz

501411193

Otto Rivera Valle

302660585

Habib Succar Guzmán

203240655

Allan Lacy

701580658

Gerardo Hernández N.

106770083

Claudio Oreamuno

104161234

Roger Chaves Grijalba

602290651

Allen Cordero Ulate

302170094

Albert Espinoza Sánchez

502270365

Jorge Alberto Salas Ávila

202830616

Diego Alexander Ugalde Fajardo

114770207

Rodolfo Vicente Salazar

104860933

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

César Olivares Vasallo

800480288

Pablo Miguel Urruela Baudry

900270046

Johan Córdoba

109980383

Oscar Ugalde

2452438

Fernando Arias Avendaño

104460875

Carlos Mata Montero

106000473

Jeffry Carvajal Villalobos

205930065

Andrés Salas Fernández

119940624

Javier Francisco Chavarría Aguilar

118440304

Luis Alfonso Zúñiga Muñoz

503830237

Carlos Vega Ardón

114900971

Juan Carlos Cruz Barrientos

104160403

José Alejandro Herrera Mora

105750893

Armando Torres Fauaz

111830240

Rafael Zamora Calero

111520791

Fernando Rudín Vega

104840457

Roy Umaña Carrillo

401420872

Manfred Hernández Falcón

603590469

Walter Romero

107870515

Ángel Ortega

800720824

Orlando Toledo

800550819

Mario Alberto Sibaja Álvarez

105360815

José Luis Barrientos León

87220000

Gabriel González Cega

105250121

Andrés Vargas Sancho

115340869

Orlando Hernández Ramírez

105420085

Johnny Alfaro González

204660610

Raymi Padilla Vargas

204920163

Jerome Miguel Loría Mesén

111000169

Javier Eduardo Vindas Navarro

114420946

Fernando Fournier Bedoya

113360675

Sergio Olivares Segura

602030628

Fernando Marín Marín

118060859

Bernardo Jaén Hernández

501580141

Sebastián Garro Cerdas

118420971

Ronulfo Morera Vargas

203580292

Ernesto Jara Vargas

109350483

Rodrigo Jiménez

105370978

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Carlos Manuel Castro Jiménez

204160906

Gerardo Calderón Pérez

304150132

Daniel Ross Mix

109200170

Alexander Céspedes Solís

107340468

Ricardo Sol Arriaza

800970129

Roberto Cascante Vindas

113040892

Franco Martínez Montoya

3193756

Alejandro Muñoz

104970373

Dwight Alfredo Sáenz Sáenz

800860540

Alberto Franco Mejía

105160712

Johnny Castro Vindas

113750838

Oscar Gómez Murillo

205330451

Derek Congram

1,12401E+11

Ignacio Riba Dianda

109590754

Juan Carlos Blanco Montero

116690181

Manuel Ramírez

204270165

José Alberto Montero Castro

401280969

Pedro Gabriel Chaverri Mata

116010015

Luis Gutiérrez Montero

105510152

Mauricio Álvarez Segura

205140780

Jaime Cerdas Solano

105730178

Pablo Cambronero Salazar

110590916

Edgar Mora Guerrero

202901140

Eduardo Fallas Espinoza

112200946

Bernardo Vargas Valverde

104340756

Eduardo Marenco Silva

115050306

Jorge Oller Alpírez

901040729

Asdrúbal Duarte Esquivel

103800881

Juan José Vargas León

116040679

Michael Antonio Porras Jiménez

111550174

Guillermo Mora Murillo

502060664

Mauricio Salom Echeverría

105260308

Carlos Manuel Muñoz Jiménez

401810513

Hubert Chaves Zuñiga

103780893

Ronald chaves Zúñiga

87055404

Marco Aurelio Espinach Suñol

105900225

José Manuel Arroyo Gutiérrez

103991073

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Octavio Jiménez Pinto

900360980

Marco Antonio Vargas Vargas

104360005

Andrés Gerardo Corrales Godínez

112920750

Guillermo Enrique Oses Segura

203170257

Randall Urbina Paniagua

106290663

Jeannory Chaves Zúñiga

105140883

Jorge Manuel Moya Montero

104051374

Santiago Coto Céspedes

301900731

Ronald José Montero Bonilla

113590534

Aaron Barboza Madrigal

208160809

Oscar Valverde Cerros

108300875

Daniel Porras Zeledón

603720212

Jens Pfeiffer Kramer

800730445

Luis Jiménez Méndez

205880721

DAVID OSORIO VARGAS

109580427

Leonidas Villalobos Morales

103921406

Giancarlo Mathieu Jiménez

113990420

Diego Sorio Calderón

114440346

María Cecilia Mora Camacho

105090460

Carlos Alberto Salas Benavides

203170358

Ronny Umaña Olivas

111440035

Carlos Rodríguez Herrera

502390013

Wilbert Chavarría Castro

204890391

Sergio Pacheco Soto

204340694

Dereck Lazo Umaña

119950947

Mario Erasmo Bello Aroca

801180171

José Arias Porras

107910076

Carlos David Lagos Guevara

1,34E+11

Rodrigo Campos Hernández

302670462

Félix Cristia

584921420

Josue Arévalo Villalobos

109790015

Edgar Porras Thames

103971236

Miguel Ricardo Rodríguez Salas

110390598

José Manuel Cerdas Albertazzi

501950539

Diego Francisco Aguilar Quesada

115690454

Keylor Robles Murillo

115880061

Roger Castillo Barquero

207170323

Josué Cabalceta Cruz

114020977

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Miguel Ángel Zúñiga Chávez

104061152

Sergio Reuben-Soto

103150723

Raúl Gamboa Ramírez

115470450

MANUEL ANTONIO Solís Avendaño

104090243

Luis Brenes sancho

113150120

Wilfredo Andrés Barrera Bermúdez

114650788

Rodolfo Ulloa Bonilla

105480272

Francisco José Tsukame Cárdenas

901230718

Xavier Sánchez Aguilar

303650659

JOSÉ ANDRES SOLÍS HIDALGO

111390772

Luis Paulo Ocampo

206440930

Ing. Rafael Gerardo Piñar Ballestero

104860254

Bernal Quesada Carvajal

106460714

David Contreras Mora

105310468

Eduardo Araya Núñez

401240264

Esaú Hernández Ramírez-Argüello

305540157

Roberto Salom E

104430579

Gustavo Vargas Zamora

108790106

Benjamín López Salazar

115370688

Carlos Sáenz

104840154

Bernal Esquivel Gutiérrez

107590313

Gustavo Adolfo Chaves Rodríguez

110360681

Augusto Incer Arias

104330636

Enrique Alberto Molina Murillo

108910111

Allan Madrigal Conejo

108570031

Allan Obando Rodríguez

118730556

Rafael Barrientos

109610021

Manuel Jiménez Montero

106160441

Javier Sanchez Valverde

106440950

César Barrantes Bolaños

110180187

J. Augusto Álvarez León

116230219

Andrés Alfonso Barquero Rodríguez

206300983

Bryan Gerardo Méndez Campos

118370519

Diego Pérez Damasco

115120878

Sergio Rodriguez Sequeira

113700054

Omar miranda bonilla

104230030

Giovanny Alexander delgado castro

111180296

Rolando Castro Córdoba

107460896

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Gerardo Badilla Álvarez

103930932

Leonardo Umaña Álvarez

111550107

Michael Morera Méndez

401840218

Marco Antonio Jiménez Hernández

402150372

Héctor Hernán Hermosilla Barrientos

800930507

CARLOS BONILLA AVENDAÑO

4121878

Vernor Muñoz Villalobos

105640548

Esteban Rodríguez Dobles

205420910

Óscar Castillo Rojas

301951450

Carlos Soto González

112230469

Andrés Ureña Aguilar

111910577

Jeff Hernández Castro

112940829

German Valverde Cerros

109320494

José L. Desanti Montero

700390947

Dennis Percival Sterling McKenzie

702430443

Víctor Julio Madrigal Porras

105440394

Alexis Antonio Rodríguez Brenes

304870500

Edison Rolando Sequeira Piña

106390252

Jose Andrés Rodríguez Vargas

205710041

Guillermo Barrantes Rivas

700471424

José Alfaro

105180468

Marco Cañizales Ramírez

109320081

Luis Carlos Bonilla Soto

304000489

Nicholas Céspedes Chuken

305100777

Gerardo Vázquez Gamboa

104680967

Javier Fallas Mas

108060408

Daniel González Quesada

111190017

Henry Mora Jiménez

105120548

Ernesto M. Guadamuz López

900400932

Dr. Santiago Chaves Aguilar

115560823

Gerardo Ureña

900900746

Roberto Monge Durán

109370854

Ricardo Gutiérrez Pérez

304380531

Alonso Fernández Álvarez

111330025

David Cambronero Arrieta

203100557

Noah Alejandro Alfaro Arends

119540980

Elian Xavier Jiménez Campos

119210768

Michael Lazo Umaña

116620613

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Eduardo Jaen Hernández

501640278

Mario Vidal Rivera

401970094

Oscar Morera Herrera

107680002

Rigoberto Lazo Valladares

800450482

Marvin Cordero

302650505

Fabricio Bonilla Pacheco

113430782

Luis Incer Arias

103860121

Jenny Hernández Solís

106160590

Edwin Castillo Segura

114140104

Hugo Mora Poltronieri

102670396

Luis Alonso Bonilla Guzmán

106100984

Iván Alpízar Rojas

601210235

Juan Gabriel Calvo Alpízar

112120635

Josuan Stiff Díaz soto

604760840

Álvaro Morales Ramírez

105490438

Ronald González Bryan

116030490

Eduardo Zamora Méndez

401950307

José Andrés Araya Chaves

116830670

Juan Carlos Chinchilla Serrano

112370488

Vinicio Jarquín Cedeño

106350617

Eduardo Badilla Jiménez

603470275

Mauricio Alejandro Gómez Castañeda

304390515

Catalina Peña Castro

109280956

Stefano Battaini

117750126

Carlos Alberto Moya Cisneros

1,59101E+11

Edwin Chacón Muñoz

114030338

José Ramírez Aguilar

401470385

Joseph Mauricio Valerio Cortés

116000960

Amilcar Luna Palma

1,32E+11

Gerardo Cerdas Vega

108970131

Francisco fuentes castillo

114690717

Jaime Arturo Rojas Brenes

401620345

Federico Montero Mejía

103760760

José Miguel Carvajal Espinoza

402280067

Esteban Salazar Romero

112930656

Eddie Jesús Loria Arroyo

107020456

Jorge Casafont F

103860596

Mario Enrique Mora Badilla.

107030676.

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Jonathan Vindas Molina

401820024

Gabriel Bolaños Corredera

115990198

Marbella Martin Fragachán

800650045

Marco Antonio Cordero Rojas

106210296

Jorge Mora Portuguez

106900544

Antonia Elisabeth Rojas Rojas.

104180618

Cristian Caamaño Chacón

114560013

Carlos Manuel Zamora Hernández

104960618

Samuel de Jesús Larios Azofeifa

117590299

Guido Jiménez Víquez

401250736

Mario Enrique Vargas Delgado

401420887

Alfredo Acosta Gómez

103460829

David Alberto Valerio Sánchez

401990688

Eric Chaves Ramírez

110040877

Wilson Méndez Mora

111130787

Jorge A. Bermúdez Guzmán

103750719

Jose Rafael Hidalgo Rojas

202760133

José Manuel Ramírez Solari

116370216

Marco Antonio Vásquez Esquivel

202940397

Jorge Enrique Corrales Alpízar

203329694

William Aarón Chacón Cavero

114820973

Luis Jiménez Rodríguez

206710721

Hugo Vargas Guzmán

4109355

José Miguel Tapia Fernández

900650374

Reinaldo Fabián Araya Monge

114240851

Héctor Ferlini-Salazar

104540856

Andrés Incer Arias

104620266

Jorge Arturo Montoya Alvarado

105080419

Maynor Song Lara

402130668

Ronald Amauri Castellón Sosa

112830088

Eber Víquez León

116000271

Hernán Arroyo Calderón

601500156

William González Salazar

103120335

Adrián Cruz García

107880069

Marvin Alexis Coto Arias

108650667

Miguel Arrieta Salas

105840215

Oscar Arturo Lücke Sánchez

104250387

Henry Solís Rodríguez

106560965

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Alexander Castillo Monge

106580079

Jorge Arturo Adolio Cascante

112220528

Edison Valverde Araya

103460024

Rodney Vargas

104360315

Leonidas Adin Alvarado Castro

502330778

Eduardo González Ayala

112160380

Carlos Sanchez

111400326

Edgar Gutiérrez Espeleta

104530822

Ignacio dobles

104330692

José Gómez

800540909

Oscar Oconitrillo Barboza

105610282

Carlos Jones León

700670890

Luis Ángel Arias Moreira

110520711

Lorenzana Novoa

116870326

Jaime Gerardo Delgado Rojs

400960395

Johnny Blanco Elizondo

205610744

Alexander Rodriguez Chaves

109670546

Mauricio Hernandez Garcia

401890962

Edwin Alfaro Quesada

202710124

Víctor Manuel Ortiz Campos

104210674

CLAUDIO Andrey Morera Hernandez

114330956

Claudio Morera Ávila

202730870

Alexander Rojas Parajeles

107130292

Federico Li Bonilla

203380090

Rommel Vega Obando

110420419

Rolando Vargas Li

602020160

Christel Steinvorth

104690054

Manuel Incer Arias

103990517

Carlos Manuel Bolaños Chaves

106780069

Carlos Alberto Fallas Molinari

105180077

Henry Jones

601061213

Jose Alberto Zeledón Jiménez

104360288

Walter Quesada Fernández

105080559

Mauricio Ruiz Sánchez

116120805

Julio César Varela Castro

105270303

Minor Di Bella Hidalgo

2300458

Luis Alberto Rojas Fallas

900540622

Andrés Fernández Romero

108670559

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Roberto Alfaro Zumbado

103390245

Erick Sojo Marín

303510353

Jode Bárcenas Vargas

601020336

Carlos Monge Meneses

400960724

Alonso Gómez Vargas

104340932

Federico chinchilla miranda

205950934

Alonso Gómez Vargas

104340932

Gino Cappella Molina

105690226

Esteban López Meoño

108920795

Luis Alonso Vargas Ramírez

105620896

Freddy Humberto Vargas Chavarría

401320166

Edgar Bermúdez cubero

601840799

José Castro Roig

203440566

Guerrero Segura Belinda

105240366

José Francisco Nicolás Alvarado

601540475

Luis Aguilera

110540358

José Francisco Nicolás Alvarado

601540475

Ricardo Ascanio Sánchez Loaiza

104120414

Luis Álvaro Calderón Retana

107720674

Pedro Cambronero Orozco

205300679

Marian Valeria Solano Solano

305320912

Oswaldo García Chinchilla

108920490

Francisco Javier Salazar Ramírez

107250635

Gerardo Lopez Barrantes

105290213

Fernando Zamora Bolaños

203260901

Jason Rivera Ugarte

110990131

GUILLERMO SOJO PICADO

302200665

John Manuel Arias

2801456781

Ricardo Boza Cordero

103930612

José Gabriel Almanza Granados

118380317

Enrique Sibaja Granados

108010046

Javier Pacheco

204180179

Mario Rojas Cárdenas

503040046

Jorge Alejandro Obando Sotela

110330855

Christopher Cortes

112360781

Gerardo Mora Burgos

103640085

Mauricio Sánchez Barahona

401550528

Donel Alvarado Zapata

800780504

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Carlos A Carvajal Guillén

301650069

Guillermo Dinarte García

601540691

Juan José Piñar Chavarría

501910863

Simón Molina Gutiérrez

114610925

Oscar Herrera Naranjo

111230743

Juan Antonio Alfaro Bonilla

109130134

Óscar Madrigal Jiménez

202560766

Marcos Chinchilla Montes

106120735

Braulio Rostran Saballos

901090719

Luis Miguel Herrero K

106430076

Luis Pablo Torres González

1111310744

Berny Abarca Coto

110220424

Rónald Valverde Jiménez

106270689

Jorge Osvaldo Calvo Rodriguez

105440371

Enilson Vega Solorzano

207220459

Oscar Ledezma Acevedo

206080595

Federico Campos Calderón

107900839

Danny Vargas

110410282

Ángel Alberto Fallas Méndez

204500784

Franco Zúñiga Sequeira

106260852

Sebastián Calderón Méndez

117830561

Gabriel Umaña

800740986

Manuel Jiménez Rodríguez

900260124

Enrique Alberto Martín-Hidalgo Ribas

109500994

Luis Gustavo Mena

106040520

José Francisco Rodríguez

106590851

James Adrián Prieto Valladares

302300374

Alexander Rodriguez Guevara

107070818

Luis Monge Díaz

104960100

Jorge Alexander Arias Valverde

107910380

Marco Tulio Tenorio Sánchez

103530299

Manuel Salvador Sequeira Gómez

502950786

Oscar Beita Quesada

105930368

Mario Enrique Rojas Peralta

601740470

Alejandro Augusto García Valerio.

104890785

Javier Acuña Corrales

700780861

Deivid Andrés Hidalgo González

305770946

Juan Carlos Zamora Ureña

108590617

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Bernal Herrera Montero

104530160

Luis Pablo Zúñiga Morales

104670843

Carlos Enrique Cambronero Jiménez

203380138

Alberto Salom Echeverría

104430578

Camilo Morales

119850685

JUAN JOSÉ SOTO MORALES

202990891

Álvaro Campos Guadamuz

601410470

Juan Urruela Umaña

109530618

Ronald Valverde Vargas

105660724

Mario Contreras Montes de Oca

104670145

Carlos Alberto Salas Benavides

203170358

Mynor Enrique Villachica Pineda

116970798

Eduardo Enrique Aguilar Espinoza

401640494

Javier Bermúdez Romero

108600592

Pascal Olivier Girot Pignot

801340050

Jose Antonio Mora Calderón

113430572

Andrés José Romero Méndez

116080694

Rolando Barrantes Muñoz

501411193

Campaña de hombres pide a Fabricio Alvarado renunciar a la inmunidad

SURCOS recibió el siguiente comunicado:

Ante el movimiento que se ha gestado para exigir la renuncia a la inmunidad de Fabricio Alvarado, algunos sectores han pretendido minimizar y desvirtuar el proceso mediante el argumento de que se trata de una persecución política por parte de algunas mujeres de ideas extremas.

Por lo anterior, es muy importante demostrar que somos muchísimos los hombres que también exigimos esta renuncia a la inmunidad, y por las mismas razones esgrimidas por las mujeres, porque nos oponemos claramente a la cultura patriarcal que favorece y permite la violencia de género y particularmente el abuso sexual.

Si usted coincide con esta posición, por favor, ingrese al siguiente enlace para que revise el documento y, si lo tiene a bien, lo firme indicando su nombre completo y su número de identificación:

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScY9D3-LNZuwl_GgcMOd-ryWM3HZBOSTejeFOnEQOgmPxmWkw/viewform?usp=header

Entre más firmas se recaben más evidente será nuestra posición como hombres sensibles y conscientes y mayor será la presión para lograr un proceso judicial sin atrasos ni privilegios. Por favor, ayude también a circular esta iniciativa circulándola por las redes sociales.

Consejo Universitario de la UCR se pronuncia ante denuncia contra miembro de la Asamblea Legislativa

El Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) emitió un acuerdo firme en el que expresa su posición frente a la denuncia presentada contra un miembro de la Asamblea Legislativa por presunto abuso sexual contra una mujer menor de edad al momento de los hechos.

En el acuerdo, tomado en la sesión ordinaria N.º 6942 del 9 de octubre de 2025, el órgano universitario recordó su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres y la condena a toda forma de violencia de la que puedan ser objeto.

Principales consideraciones del acuerdo

El Consejo Universitario señaló que, ante denuncias de esta naturaleza, las personas funcionarias públicas, especialmente quienes ocupan cargos de elección popular, deben responder al principio de transparencia y rendición de cuentas, conforme al mandato constitucional.

El documento también hace referencia a los recientes cuestionamientos sobre la ética y probidad de algunos miembros de la Asamblea Legislativa, tras el rechazo a una solicitud de levantamiento de inmunidad presidencial.

Acuerdos adoptados

  1. Expresar solidaridad con las mujeres víctimas de violencia sexual.

  2. Instar a las personas funcionarias de elección popular a que, cuando existan denuncias en su contra por violencia sexual o actos de corrupción, se sometan al proceso judicial correspondiente.

  3. Reprochar el uso indebido de la inmunidad por parte de personas funcionarias públicas con fines distintos a los que motivaron su creación. El Consejo recordó que someterse a un proceso judicial no implica violar el principio de inocencia.

  4. Comunicar el acuerdo a las diputadas y diputados de la Asamblea Legislativa, así como a los medios de comunicación.

El acuerdo fue firmado por la directora del Consejo Universitario, Patricia Fumero Vargas, Ph.D., y establece que la ética y la responsabilidad pública son condiciones indispensables en el ejercicio de cargos de representación popular.

¿Nos estamos convirtiendo en un país de “arrastrados”?

Henry Mora Jiménez

En el español costarricense, el adjetivo «arrastrado» o «arrastrada» es un término muy coloquial y bastante fuerte, cargado de un significado negativo.

La característica principal de una persona «arrastrada» es la falta de dignidad, de vergüenza o de auto respeto. Se usa para describir a alguien que se rebaja o humilla a sí mismo por algún interés calculado, para conseguir un beneficio, ganar el favor de alguien o por simple sumisión.

Y claramente, la palabra engloba varias actitudes que se consideran despreciables, como por ejemplo:

  1. Servilismo y adulación excesiva: Es la característica principal. Un «arrastrado» es un «lamebotas» o un «chupamedias». Hace todo lo que le pide otra persona (generalmente alguien con más poder o estatus) sin cuestionar, con tal de quedar bien.
  2. Falta de autenticidad: No actúa por sus propias convicciones, sino por mera conveniencia. Cambia su opinión o comportamiento para coincidir con quien cree que le puede ayudar.
  3. Oportunismo: Se aprovecha de situaciones o se apega a las personas para sacar un provecho, sin importarle los medios.
  4. Sumisión extrema: No defiende su posición ni su dignidad. Permite que lo traten mal con tal de no perder el favor de la otra persona.

Veamos algunos ejemplos de uso común:

En el trabajo: Un compañero que le hace todos los mandados al jefe, le dice siempre que sí a todo (incluso cuando está mal), y le cuenta chismes de los otros empleados con tal de ser el favorito.

En la política: Un persona que defiende ciegamente a un político o partido, ignorando todas sus faltas, solo por fanatismo o porque espera conseguir un puesto o una dadiva.

En la vida social: Alguien que solo busca amistad con gente de dinero o influencia, cambiando su forma de ser para encajar y obtener beneficios.

En una relación de pareja: Una persona que acepta maltratos, infidelidades o faltas de respeto constantes por no tener la voluntad de terminar la relación.

En resumen, llamar a alguien «arrastrado» en Costa Rica es un insulto grave al carácter de esa persona. Es acusarla de carecer por completo de dignidad y de actuar de manera servil y oportunista. Es un término que refleja desprecio hacia la actitud de quien no valora su propia integridad por un beneficio mezquino.

Pero ¿Y qué observamos en la Costa Rica actual?

Diputados y diputadas serviles y acríticos al poder de turno, aunque con sus acciones nieguen radicalmente lo que en el pasado juraron defender; alcaldes y alcaldesas oportunistas que se pasan de bando partidario no por verdadera convicción sino por interés propio; ciudadanos sumisos y sin escrúpulos que avalan la corrupción, los berrinches y las faltas del presidente sin importar su gravedad; medios de comunicación (públicos y privados) y periodistas que venden su imparcialidad al mejor postor; políticos y líderes sociales que cambian de partido como cambian de vestimenta; dirigentes políticos que ya ni se apenan de que sus partidos sean denominados “partidos taxi”; funcionarios públicos que aplauden y ejecutan órdenes evidentemente incorrectas o ilegales con tal de no contrariar al Ministro de turno o a Casa Presidencial; “influencers” que se comportan como verdaderos sicarios de la verdad y defensores de la “post verdad”. Y ni mencionemos el servilismo hacia el gran vecino del norte, que con contadas excepciones siempre nos ha caracterizado.

Como ha ocurrido en otras ocasiones cuando se han normalizado insultos hasta convertirlos casi en cumplidos (recuerdo en especial el término choricero: “soy choricero, y qué?”), Costa Rica transita hoy por un filo de navaja. La gran diferencia y el peligro real radica en que esta vez no se trata de un mote para un grupo, sino de la normalización de «ser un arrastrado» como estrategia política y social válida. Estamos peligrosamente cerca de que la falta de dignidad, el servilismo y el oportunismo -las actitudes que precisamente definen al «arrastrado»- dejen de ser vistos como lo que son: vicios repudiables que carcomen la confianza y pudren el tejido social. Al aceptar pasivamente que políticos, líderes e influencers actúen con una absoluta falta de autenticidad y vergüenza, no solo los normalizamos: les damos un permiso tácito para que sigan destruyendo los cimientos de la sana convivencia en beneficio propio. Esta no es una simple polarización; es la evidencia de una clara decadencia moral que nos degrada como sociedad.

Frente a esto, nuestro rechazo debe ser activo y consciente.

¡No lo aceptemos! Exijamos, como ciudadanos, autenticidad, coherencia y, sobre todo, dignidad en la vida pública.

¡No lo permitamos! Rechacemos con nuestro voto, nuestra voz y nuestra interacción diaria a quienes premian la sumisión y el arrastre.

¡No lo normalicemos! Señalemos y denunciemos la adulación excesiva y la falta de escrúpulos, aunque vengan de «nuestro bando».

Reflexiones en torno a la corrupción que nos carcome

Vladimir de la Cruz

Que la corrupción sea un fenómeno mundial, que se da en todos los continentes y países, con participación de grandes empresas y personajes, que se expresa en modelos políticos de distinto tipo como capitalistas, socialistas, republicanos, monárquicos, monárquico constitucionales, democráticos, tiránicos, despóticos, militaristas, autoritarios, de signos políticos liberales, socialdemócratas, socialcristianos, marxistas en cualquiera de sus variedades, de orientaciones religiosas islámicas, cristianas, católicas, budistas o las que sean, que se da en el seno de organizaciones políticas, económicas y sociales, particularmente, en partidos políticos, de todos las corrientes políticas o ideológicas, según se quieran ver, que se manifiesta especialmente en el ámbito de la administración pública, en todas sus instituciones y poderes públicos, y en el ejercicio de gobiernos nacionales, municipales o regionales, no significa que tenga que justificarse si se da en un país como Costa Rica.

Habrá quienes digan y sostengan que la corrupción es propia de esos sistemas y modelos de desarrollo económico, social y político, y consecuentemente con ello, en otros sistemas y modelos de desarrollo económico, social y político no existe, o al menos no debería existir.

Decir, como he oído decir recientemente, que es propio de la sociedad capitalista costarricense no es suficiente. Es obvio que esa es la sociedad que tenemos, pero no por ello podemos apartarnos de la lucha contra la corrupción en cualquier forma y en cualquier parte del mundo que haya que combatirla. Cuando se defienden gobiernos corruptos no costarricenses se mandan señales perversas de que, quienes así actúan, si gobernaran lo harían de la misma forma corrupta con que se defiende a esos gobiernos criticados.

La corrupción es un modo de vida y de comportamiento humano, que se da en todos los niveles de vida de cualquier sociedad, en todas las clases y estamentos sociales. Es una práctica social, que para algunas personas, los corruptos, puede ser hasta una costumbre. Pero, es un modo de vida de personas, no de las instituciones, sean gobiernos, poderes públicos, partidos políticos, iglesias, asociaciones, clubes.

Son las personas las corruptas, las sinvergüenzas, las que actúan delincuencialmente, individual o colectivamente. Son personas, para decirlo de esta manera, que se han echado a perder, que están en un estado de pudrición y de perversión permanente.

Corrupto es quien actúa con el propósito de sacar provecho en beneficio propio de manera indebida, ilegítima, alterando procedimientos, reglamentos, actos administrativos, haciendo que no se cumplan en su formalidad o provocando licitaciones y concesiones amañadas, amarradas, o hechas de tal manera que solo a una persona, o empresa de esa persona, o a dos empresas y dos grupos de personas o familias, se les beneficie, obligando a sacar de la competencia a otras empresas y personas, ofreciendo pagos a esas otras empresas para que no participen en licitaciones o concesiones, como se ha venido evidenciando en los escándalos de los casos que se están investigando.

El espejo del corrupto es el funcionario que aprovechando el poder, abusando del poder institucional, o del cargo que tiene, por la confianza pública que se le deposita, por las oportunidades de actuación, públicas y privadas, que puede ejecutar, lleva a cabo actos de los cuales, y por los cuales, se puede aprovechar quien procura un beneficio indebido o ilegítimo, aunque en la forma tenga el disfraz y el traje de legitimidad y de legalidad, de trámites de procedimientos y mecanismos aparentemente transparentes, aprovechando a la vez la debilidad de reglamentos, de marcos legales, de tipificación de figuras delictivas, de sanciones institucionales y legales en actos de corrupción, y que, hasta hoy, no hay en el país una buena Ley Anticorrupción.

Para que haya un funcionario corrupto se necesita un agente externo igualmente corrupto, el corruptor. Uno que ofrece la posibilidad del acto corrupto a realizarse, y el otro que acepta la realización de ese acto corrupto, por el que recibe a cambio un beneficio personal, dinero en efectivo, invitaciones y pagos de comidas en restaurantes, compra de comidas para la casa o el hogar, pagos de vacaciones en sitios caros, pago de hoteles de playa o viajes al exterior, pagos de cuentas, compra de casas o apartamentos, pago en servicios sexuales exclusivos, que implica una organización en este sentido que opera en la institucionalidad pública, por brindarles hombres o mujeres, según los gustos del agente corruptible, y satisfacción plena de las actitudes consumistas del agente corruptible, entre otros rubros que se cubren y se pagan de esa manera.

El agente corruptor parte de que todas las personas tienen un precio, y que tienen necesidades que satisfacer, y el corruptible tiene a la vez su propia dimensión de su propio valor, por el que cobra, y de las necesidades que debe satisfacer, propias y de familia, que queda involucrada en su actuación.

Otras formas de corrupción son las que legalmente se permiten de evasión y elusión de impuestos y cargas tributarias, de pagos obligados por ley, como los de la CCSS, que son las formas que han sido hechas, desde la Asamblea Legislativa, con apoyos de Poderes Ejecutivos, de acuerdo a las necesidades de ciertos grupos, y veces de ciertos personajes, de fuerte influencia política parlamentaria, cuando no de grupos de presión de esa naturaleza, que buscan beneficios y amparos de actuación indebida desde la legalidad misma. Los no cobros institucionales por esos motivos hacia ciertos personajes o empresas, el no envío de los inspectores institucionales, o de negociar la llegada de inspectores de trabajo, o de la CCSS, para la supervisión respectiva, generalmente acompañados de los Jefes de Personal, o de empleados de esas empresas, que cumplen esas funciones administrativas, para influir de esa manera en los informes respectivos, o de no tener el número necesarios de inspectores para todo el país es parte de esa corrupción pro beneficio de esos evasores o no cumplidores de las obligaciones legales.

Con la corrupción se depravan, se echan a perder, se dañan actos administrativos, procedimientos administrativos. Se echa a perder la imagen de las figuras públicas, depositarias muchas veces de la confianza y la voluntad popular, o que resultan electas por ella, se afecta la imagen pública de la Política, de la Administración Pública como conjunto, de los partidos políticos como instituciones de organización y de representación política, de las personas que se desempeñan como Políticos en general, de la democracia como sistema y organización de vida, orientando salidas hacia formas autoritarias de gobiernos pensando que ellas acaban con esos vicios de la corrupción.

La corrupción como se manifiesta, y en la forma escandalosa que se hace, también afecta la imagen democrática de la sociedad. No se valora, sin embargo, que democráticamente se actúa contra esta corrupción por los actos que realiza el Organismo de Investigación Judicial y la Fiscalía General, por la independencia institucional que tienen.

No hay una ética de la corrupción, que justifique el comportamiento humano del corrupto, salvo la propia autovaloración que de sí mismo tiene el corrupto, que ve, probablemente como moralmente válido lo que hace en su beneficio. El comportamiento moral del corrupto es su inmoralidad, es su actuación contra el comportamiento humano moralmente establecido y aceptado, al margen de los valores del bien, del deber, del bienestar común, de la feliz convivencia social, de actuar como se debe ante los deberes, los derechos y las obligaciones, y ante la justicia misma.

Los actos de corrupción que se investigan atentan contra la Justicia Social, contra la convivencia social de los costarricenses. ¿Acaso esto no es penable? Se pone en entredicho el sistema democrático y de seguridad jurídica de los costarricenses. La corrupción estimula la actuación del más fuerte, la ley de la selva en la sociedad económica e institucional, se actúa contra la convivencia pacífica y la seguridad jurídica, en cierta forma contra el mismo Estado de Derecho.

La educación en general, la educación ciudadana y la educación cívica se orientan a formar ciudadanos responsables con el Estado, con la Sociedad, con la Convivencia armónica, lo que queda en el suelo, y en el canasto de la basura, cuando se estimulan los actos y comportamientos corruptos, o se dejan sin castigar, sobre todo sin sancionar ejemplarmente, con la fuerza institucional y jurídica con que se puede hacer penar, pero también con la fuerza política para someter a los responsables y corresponsables de esas personas corruptas y sus corruptores.

En los casos que se vienen anunciando, e investigando, se han evidenciado personas, colectivos de personas, e instituciones, actuando criminalmente, vinculadas, organizadas, respondiendo a una planificación para la actuación y para sacar provecho de esas actuaciones inmorales e ilícitas, como se están comprobando en los expedientes judiciales, según se ha dicho. Son verdaderas cuadrillas criminales.

Si hablamos de ética pública esta recae en los funcionarios que se desempeñan en la función pública, desempeño que debería ser ejemplar y de profundo respeto por las normas de vida institucional y de la convivencia pública. Cuando se viola esta ética pública se trasluce que el actuar del funcionario no es el bien común, es su interés personal y personalísimo desde el puesto que tiene.

Los funcionarios públicos, y los corruptores que los han involucrado en esos actos, han afirmado a Maquiavelo, que parafraseado, recomendaba actuar de manera aparentemente moral a sabiendas que no lo eran, o solo de aparentar actuar moralmente.

Recuerdo a mi abuelita materna Ofelia, que pasaba diciéndonos, a sus nietos, “el que roba un cinco, roba pesos”, “el que roba poco, roba mucho”, machacando constantemente normas de conducta de honradez, honestidad, respeto, de actuación ante la vida, y de relaciones sociales.

Era una escuela formativa para formar valores de responsabilidad social y de rectitud moral, de actuación, que permitiera rechazar todo provecho o ventaja personal que se pudiera sacar del ejercicio del cargo o del puesto, de actuar con rectitud, honradez, honestidad, rechazando provechos que se puedan obtener de por sí, o por interpósita mano. Se inculcaba y enseñaba que el trabajo era el principal y más honesto modo de ganarse la vida, de ganar dinero.

Con una ética pública sólida se le enseña a la ciudadanía una ética social de comportamiento, donde todos realicemos el buen comportamiento, la buena conducta, ante el servicio público que tenemos y desempeñemos desde los distingos puestos de trabajo, que produzca la mayor confianza posible en el buen ejercicio del Gobierno y de la Administración Pública en general.

Aquí funciona la probidad, la actuación con integridad, con rectitud, con honradez, con la imparcialidad en el proceder institucional, con la objetividad en el trato para darle a cada quien lo que corresponde en su derecho y en su razón, para producir una igualdad real de las personas en condiciones iguales, sin atender preferencias, privilegios, sin recibir premios o dádivas a cambio del trabajo prestado y rechazando la influencia indebida de quienes presionan por obtener ventajas.

En todos estos escándalos e investigaciones, que se están haciendo, lo que está al margen totalmente es la Procuraduría de la Ética Pública. Supuestamente existe, por su función legal, como la Oficina contra la corrupción en la función pública. Existe, además, para promover la ética en la gestión pública.

La Procuraduría de la Ética Pública debe realizar acciones, que no se sienten ni se ven, para prevenir, detectar y erradicar la corrupción, debe recibir y tramitar denuncias administrativas por actos de corrupción, de falta de ética y transparencia en el ejercicio de la función pública y debe denunciar y acusar penalmente de los actos que conozca.

¿Dónde está la Procuraduría de la Ética Pública? ¿Existe? ¿Qué ha hecho en este sentido? Valdría la pena que en estas investigaciones que lleva a cabo el Organismo de Investigación Judicial y la Fiscalía General de la República le toque la puerta a su silencio cómplice, a su ceguera institucional y a su sordera pública, cuando en este país, Costa Rica, a gritos todo el mundo habla de corrupción. ¿Cobija la Procuraduría de la Ética estos actos a todas luces públicos? ¿O, cobija a los corruptores y corruptos públicos conocidos?

En el año 1996 la Licda. Marina Ramírez Altamirano, publicó con auspicio del AID y de la Asamblea Legislativa, el libro “Ética en la función pública. Una aproximación al tema”, que debería ser de estudio de los diputados, de los que van a llegar a integrar la próxima Asamblea Legislativa y de los funcionarios que ocuparán cargos en la Administración Pública.

Es un libro que a pesar de los años de su publicación sigue teniendo validez y vigencia, y que puede permitir su lectura una buena revisión y actualización, a la luz de todos los escándalos habidos en estos últimos 25 años, desde su publicación, porque la corrupción ha existido en estos años.

Ahora bien, en todo este escándalo, especialmente el de los alcaldes, la lucha la han enfocado contra la reelección de alcaldes. ¿Es eso correcto? Yo creo sinceramente que no es en la reelección de alcaldes ni de funcionarios públicos donde está el mal. La raíz está en la formación individual de esos funcionarios, en sus bases morales y éticas, en su educación familiar y social, en el entorno que les ha tocado vivir.

Los alcaldes no son maná del cielo. Son electos por los partidos políticos para ser presentados a los electores, quienes depositan su confianza electoral en ellos, garantizando de esa manera el acto supremo de la soberanía popular. Si los alcaldes resultan malos son malos los partidos que los han escogido, y son los partidos, con sus dirigentes, con sus asambleas partidarias, los responsables directos de sus nombramientos y de su elección popular. Son los partidos que se inhiben, o no pueden actuar, porque estatutariamente tienen los candados para expulsar a las personas involucradas en este tipo de actos, más aún cuando se desempeñan en cargos públicos de elección popular y forman parte, también, de los organismos políticos internos, de mayor jerarquía de esos partidos. Y los Comités de Ética de esos partidos son más Comités de Estética partidaria que de ética pública. Su quehacer se orienta a lavar la cara de los partidos más que a establecer sanciones ejemplares contra esos dirigentes políticos.

Se quiere prohibir la reelección de alcaldes como si allí descansara la fuente del mal de la corrupción. Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia se pueden elegir indefinidamente por períodos de ocho años, los de Tribunal Supremo de Elecciones por períodos de seis años, los miembros de ciertas Juntas Directivas, de distintos tipos de instituciones y sociedades del sector público y del privado se pueden elegir por varios períodos y por muchos años. Los alcaldes y miembros de los Consejos Municipales también se pueden elegir indefinidamente, hasta que los electores no voten por ellos ni por sus partidos políticos. Los partidos políticos se pueden elegir consecutivamente en las municipalidades, en la Asamblea Legislativa con sus diputados y en el Gobierno mientras los electores voten por ellos.

¿Qué diferencia hay en reelegir a un partido político en el Gobierno, en la Asamblea Legislativa o en las Municipalidades, aun cuando cambia de candidatos, si es ese partido el responsable de nombrar honrados o sinvergüenzas ciudadanos?

Si se trata de prohibir la reelección de personas debería tratarse la posibilidad de no permitir la participación de partidos políticos que tienen historia de nombramientos de estos funcionarios corruptos. Si se trata de limpiar la cancha de candidatos, o de personas, hay que limpiar la cancha de equipos que podrían ser también la maquinaria institucionalizada de la corrupción y de ciertos corruptos que reptan en sus entrañas a veces de manera camaleónica.

Llevar el asunto a la no reelección de alcaldes, y a lo no reelección en general, o a facilitarla una sola vez, es distraer la atención de las fuentes de la corrupción. No hay que dejarse engañar con cantos de sirena.

Hay que atacar la corrupción con toda la fuerza institucional que se permita. Hay que castigar ejemplarmente a los corruptos y corruptores con el mayor peso posible que permita la legislación. Hay que mejorar la legislación, actualizarla a las nuevas modalidades de actos de corrupción.

Hay que fortalecer la educación pública, desde los primeros niveles, al menos, en los valores cívicos y ciudadanos, en valores morales sólidos, en el valor de la responsabilidad social, la honestidad, la honradez, y de la función del servicio público.