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Etiqueta: EUA

Guerra psicológica, cognitiva y mediática: plan de desconocimiento de resultados electorales auspiciado por la CIA

Alejandro Pino*

Venezuela es uno de los países de América Latina, junto a Nicaragua y Cuba, por mencionar algunos, que han sido víctimas de la guerra psicológica, cognitiva y mediática emprendida por las grandes transnacionales de los medios de comunicación. Esta vez, la mediática internacional se dedicó a tergiversar los resultados electorales en Venezuela, alegando un “triunfo” para la oposición de este país. Dentro de este entramado plan, se encuentra una amplia red de canales, centros de investigación, encuestadoras, medios de periódicos y otros actores en el medio comunicativo que han influido en el desarrollo y fortalecimiento de esta narrativa hostil contra Venezuela.

Edison Research

El 28 de julio, durante las elecciones presidenciales en Venezuela, se viralizó gracias a algunas figuras que habían permanecido ajenas al proceso político venezolano como Elon Musk, un estudio elaborado por Edison Research como una de las principales encuestadoras y centros de investigación electoral, ligados a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. De acuerdo con su portal web, este centro de investigación opera como único proveedor de datos electorales para el National Election Pool, que se compone de los medios ABC News, CBS News, CNN y NBC News desde 2004, sumándose en 2020 la Agencia Reuters. Además, ha desarrollado encuestas a boca de urna (Exit Poll) para medir los resultados preelectorales en Azerbaiyán, Irak, México, la República de Georgia y Ucrania.

A las 6:00 pm cuando ya las urnas electorales estaban cerrando a nivel nacional, Edison Research emitió un estudio electoral, en el cual se mencionaron los resultados a “boca de urna” de estos comicios, dando como ganador al candidato de la extrema derecha venezolana, Edmundo González Urrutia, con el 65% de los votos totales, mientras que el candidato oficialista, Nicolás Maduro Moros, permanecía con el 30% de los votos, dejando solo el 1% a Benjamín Rousseau, Javier Bertucci y Antonio Ecarri. Claramente, estos datos se contraponen a los datos preliminares dados por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) el mismo 28 de julio en horas de la noche, donde otorgaban el triunfo a Nicolás Maduro Moros, con el 51,2% de los votos, mientras que González obtuvo el 44,2% y otros ocho candidatos de la oposición obtuvieron el 4,6% en conjunto.

A tan solo un par de horas de la publicación de este estudio, Leopoldo Lopez emitió su respaldo a los resultados de Edison Research a través de su cuenta en la red social X, donde lo secundó el dueño actual de la misma, Elon Musk, dando a conocer la supuesta victoria de Edmundo González Urrutia, con los datos suministrados por Edison Research, pero además, iniciando una campaña de desprestigio y odio contra el presidente reelecto Nicolás Maduro Moros.

De esta manera, los medios transnacionales promovieron el inicio de la campaña de desconocimiento del proceso electoral desarrollado en Venezuela mediante CNBC, propiedad de NBCUniversal y la Agencia Reuters, como miembros del National Election Pool, siguiendo los mismos pasos el Washington Post, New York Times y el Wall Street Journal, los cuales respaldaron y favorecieron al candidato Edmundo González y su jefa de campaña María Corina Machado.

Sin duda alguna, este complot y campaña de desconocimiento desarrollada durante el 28 y 29 de julio preparó la escena para el comunicado oficial emitido por el Secretario del Departamento de Estado, Antony Blinken, argumentando que “el procesamiento de esos votos y el anuncio de los resultados por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) controlado por Maduro fueron profundamente defectuosos, lo que dio como resultado un resultado anunciado que no representa la voluntad del pueblo venezolano”, dando inicio a un desconocimiento formal por parte de Estados Unidos que seguirían los gobiernos de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

US Agency for Global Media

No es de extrañarse que esta campaña de tergiversación y desconocimiento tengan una mano financista e interesada para alcanzar objetivos claros como: 1) la declaración de fraude electoral; 2) el desconocimiento de la victoria de Nicolás Maduro, y 3) el establecimiento de una figura de gobierno paralelo como fue el caso de Juan Guaidó en 2019.

El 29 de julio, el medio de comunicación y organización mediática Wikileaks, a través de la red social X, declaró que Edison Research está vinculada a la CIA. Es importante destacar, que uno de los principales autores y promotor del estudio electoral fue Rob Farbman, vicepresidente ejecutivo de Edison Research, quien ha tenido un largo currículum como investigador y dirige el National Election Pool como consorcio de organizaciones de noticias para emitir información sobre encuestas y estudios estadísticos electorales en Estados Unidos. Farbman, además, gestiona un conjunto de proyectos de investigación internacional con especialización en Oriente Medio y África para clientes como la BBC, Voice of America, Middle East Broadcasting Networks y Radio Free Europe/Radio Liberty.

Estas redes de radiodifusión forman parte de la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (US Agency for Global Media), la cual se estructura por la Voz de América (Voice of America), la Oficina de Radiodifusión de Cuba (Office of Cuba Broadcasting), Radio Europa Libre / Radio Libertad (Radio FreeEurope / Radio Liberty), Radio Asia Libre (Radio Free Asia), Redes de radiodifusión de Oriente Medio (Middle East Broadcasting Networks), Fondo de Tecnología Abierta (Open Technology Fund) y Fondo de Medios de Primera Línea (Frontline Media Fund).

Esta agencia está dirigida actualmente por Amanda Bennett, quien fue presidenta de las Voz de América y trabajó en otros medios como The Wall Street Journal, The Washington Post y Bloomberg News. Además dentro de su Junta Directiva se encuentra Jamie Fly, quien fue consejero de Asuntos Exteriores y de Seguridad Nacional del senador Marco Rubio; Michell Guida, fue subsecretaria de Estado para Asuntos Públicos Globales de 2018 a 2020 y, en 2019, Mike Pompeo (ex Director de la CIA) le delegó las autoridades del Subsecretario de Estado para Diplomacia Pública y Asuntos Públicos; así como el actual Secretario de Estado Antony Blinken, que a pesar de ya no pertenecer oficialmente como miembro, continúa siendo un gran cooperante y aportador a esta entidad.

La única misión de esta Agencia es informar, involucrar y conectar a personas de todo el mundo en apoyo de la “libertad y la democracia”. Pero la mayoría de veces se dedica a desinformar y distorsionar información mediante planes que promueven campañas mediáticas contra aquellos gobiernos o actores globales que se contraponen a los intereses estadounidenses.

Un artículo del New York Times de 1977 sobre la “Red mundial de propaganda creada por la CIA” desmembra la creación y funcionalidad de varias agencias de radiodifusión creadas por la CIA para servir a ciertos objetivos de la política exterior norteamericana. En el caso de Radio Free Europe como Radio Liberty fueron financiadas por sectores privados y por la CIA para la emisión de campañas propagandísticas contra la URSS. Free Cuba Radio fue fundada en 1960, justo un año después del triunfo de la Revolución Cubana, para fungir como principal enlace de comunicaciones para la invasión en Bahía de Cochinos. Por otra parte, Radio Free Asia fue creada para la transmisión de propaganda radial en la China continental, lanzada a través de globos de radiodifusión desde Taiwán, siendo detectadas y neutralizadas a tiempo por las tropas comunistas de Mao.

De esta manera, se puede observar cómo la CIA ha participado en la preparación, organización y ejecución sistemática de planes concretos a lo largo de los años para impulsar procesos propagandísticos que contribuyan al desarrollo de una campaña de desinformación para tergiversar la realidad y generar confusión en el pensamiento y acción de la población, convirtiéndose este en un mecanismo para engendrar odio, violencia y agresión contra aquellos gobiernos que no favorezcan a los intereses estadounidenses y desarrollar desestabilización y procurar un cambio en la orientación política de estas naciones mediante estallidos sociales y golpes de estado, tal como se intentó en la URSS, la República de Cuba, bajo el gobierno de Fidel Castro, la China comunista de Mao y, actualmente, contra la Revolución Bolivariana, liderada por Nicolás Maduro.

De esta manera se demuestra cómo la CIA se inmiscuye en las campañas mediáticas contra los gobiernos, a través de la Agencia de los Estados Unidos para los Medios Globales, como una agencia que a pesar de denominarse “independiente del gobierno de los Estados Unidos” es financiada por el mismo gobierno. De hecho, el 11 de marzo de 2024, esta Agencia emitió la solicitud de presupuesto para el año fiscal 2025 con un monto de 950 millones de dólares, que garantiza el funcionamiento de esta entidad.

No cabe duda, que este entramado mediático influye de manera indirecta en el pensamiento del Pueblo venezolana para generar incertidumbre, desconfianza, rabia y miedo que conlleven a acciones directas, a través de la construcción de prejuicios que muchas veces pueden tornarse violentos. Aún más si estas personas son dirigidas y financiadas por organizaciones o personas que promuevan la incitación al odio, amenazas y hechos violentos en el país.

*Alejandro Pino es estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

El doble rasero USA-Americano

José Luis Callaci
Colectivo Amistad con Rusia

José Luis Callaci

De manera sorpresiva Richard Grenell, uno de los principales asesores del expresidente estadounidense Donald Trump, acaba de proponer la creación de zonas autónomas en Ucrania (?).

Ante tal sugerencia la respuesta de la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajarova es contundente y lapidaria. En ella le pregunta al citado asesor dónde estaba él cuando precisamente en las largas negociaciones que duraron ocho años y durante los Acuerdos de Minsk, fue Rusia la que apoyó ante la comunidad internacional la creación en Ucrania de una Federación de autonomías y darle así una finalización al conflicto. Así existe en España, en el Reino Unido y en otros países, y así, se garantizaría la integridad del país.

Pero los planes eran otros. Luego del Golpe de Estado del Maidán en el 2014, que potenció en el poder a ultranacionalistas nazis matriculados con los planes agresivos de la Alianza Militar de la OTAN, era seguir rodeando a Rusia con bases militares y armas ofensivas, amenazando con ello la seguridad del gigante euroasiático.

Se cruzó así la advertida Línea Roja mientras se agredía con actos genocidas a la población rusa en el extenso territorio del sureste de Ucrania conocido como el Donbás en el que habitan millones de rusos. En su respuesta la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia también le recuerda al señor Grenell que cuando él era Embajador de Estados Unidos en Alemania le pidió a los alemanes que abandonaran la construcción del gasoducto Nord Stream, interfiriendo gravemente en los asuntos internos de Rusia y Alemania.

Ahora todo se les ha dado vuelta. Los alemanes tienen serios problemas de abastecimiento de combustible y su economía se encuentra tambaleando. El pueblo ucraniano sufriendo lo que pudo ser evitado.

El doble rasero de siempre, de los que quieren seguir sintiéndose dueños del planeta, y a sangre y fuego tratar de someter a pueblos y naciones que no les practican genuflexiones.

Venezuela y la crisis de las elecciones del 2024

Carlos Delgado Rodríguez
2-8-2024

Carlos Delgado Rodríguez

El capitalismo mundial hoy está atravesado por profundas crisis: crisis ambiental, dificultades para convertir el dinero en capital, dificultades para convertir la fuerza de trabajo en mercancía, lo cual significa la creación de una población sobrante que ni siquiera puede ser explotada. Pero tal cosa no quiere decir que todo esto esté desembocando en procesos revolucionarios; no los hay de hecho. La derrota del campo popular (clases subalternas interesadas en la construcción de un nuevo orden que supere al capitalismo) desde hace décadas, ha sido acompañada por la disolución de las organizaciones políticas que se planteaban las transformaciones revolucionarias dentro del capitalismo; lo que aún queda está disperso y debilitado en cada país y en el campo internacional.

Lo que, si está sucediendo, ante nuestros ojos, como parte de la crisis del capitalismo sin procesos revolucionarios, es una reorganización del capitalismo mundial, que produce una gran fractura entre “oriente” y “occidente”. Estados Unidos al frente de occidente, como potencia hegemónica que no tiene ningún contrapeso en el G7, se enfrentan a dupla de China y Rusia más los BRICS (los BRICS son un grupo abigarrado que se articula para enfrentar la decadencia ya completamente palmaria del occidente hegemonizado por Estados Unidos, entre otras cosas). Esta lucha ha fracturado el capitalismo mundial, y se extiende por todas partes: Ucrania, Asia, África, Medio Oriente. El cuestionamiento al dominio imperial por potencias contra hegemónicas como Rusia y China se ha vuelto completamente explicito. La lucha es en el campo económico, militar, cultural y geopolítico.

China tiene un gran proyecto mundial para construir su propio entorno geoeconómico y se llama ruta de la Seda. Es la articulación de su propia área de influencia, que a su vez se acopla con otros procesos geoeconómicos en marcha promovidos en Asia Central, Medio oriente, Asia y África. Rusia acompaña este proceso y se vincula también directamente a la economía China. Este bloque se ha ido consolidando a partir del tenaz enfrentamiento de Rusia con Estados Unidos y la OTAN. China también ha sufrido el asedio del imperialismo en torno a Taiwán.

El imperio estadounidense no tiene nada que ofrecer, no hay ningún gran proyecto, no hay ninguna alternativa para articular el mundo capitalista en crisis, y menos aún su propia periferia. Gracias a esta debilidad de Estados Unidos, China ahora tiene una fuerte presencia en América Latina, incluso en países como Uruguay, Perú o Ecuador, gobernados por derechas que suelen ser incondicionales con los mandatos imperiales.

La estrategia imperial, como lo indican algunos analistas como Thierry Meyssan, es la estrategia del caos, que ha sido aplicada intensamente en lo que ellos denominan Medio Oriente. Tal cosa pasa por provocar un caos permanente que impida que los rivales y los países víctimas de estas acciones, puedan lograr alguna estabilidad. Siria, Irak, Afganistán son, entre otros, algunos ejemplos. Asimismo, Israel en Medio Oriente es el principal instrumento del imperio; los genocidas sionistas quieren hoy provocar una guerra total que involucre directamente a Estados Unidos contra Irán y cuyas consecuencias son imprevisibles.

Hoy el imperio no solo tiene al frente formidables adversarios (Rusia, China, Irán), sino que también profundas contradicciones internas. El estado profundo -esa estructura no visible y tampoco elegida “democráticamente”- es la que gobierna más allá de cualquier agenda partidaria. Ese estado profundo está exacerbando las contradicciones geopolíticas en aquellos lugares que considera relevantes para los intereses imperiales: Asia, África, América Latina. Mientras, por otra parte, ha reducido a Europa a una colonia sumida en un vasallaje total.

Venezuela

Desde que dio inicio el proceso bolivariano conducido inicialmente por Hugo Chávez, el imperialismo norteamericano intentó desestabilizar el proceso y sustituirlo por gobiernos vasallos como siempre lo ha hecho en América Latina. Se fue configurando también un discurso mediático contra Venezuela: Venezuela fue presentada como un modelo del mal, como una referencia de lo que no se debe hacer en ninguna parte. Esto el imperialismo siempre lo hace con sus enemigos. Esto ha llegado a un punto tal que no es necesario decir mucho contra Venezuela, lo único necesario es invocar su nombre, que se asocia con un modelo del mal. Chávez primero, Maduro después, son los jefes de ese modelo del mal que hay que extirpar. Las “masas”, la gente del común, no saben nada de Venezuela, pero no es necesario saber nada, puesto que es suficiente saber que Venezuela es un modelo del mal, con esto se obtiene un rechazo automático, que no está sujeto a ningún tipo de experiencia concreta, es un rechazo apriorístico que no está sujeto a ningún tipo de comprobación puesto que no es necesario hacerlo. Esa es la forma en que funcionan los procesos de modelación, manipulación y condicionamiento del pensamiento y la conducta, aplicados por los estrategas de la dominación.

Venezuela ha sido víctima de esto una y otra vez. Cuando hubo el golpe de estado en Honduras la gran prensa internacional no hizo mayor alboroto. No hubo un canciller gringo que le dijera a los golpistas que se tenían que ir. Los países aliados incondicionalmente de Estados Unidos guardaron silencio. Lo mismo ocurrió en Paraguay cuando echaron a Lugo. Igual pasó en Brasil con el golpe de estado que le dieron a la presidenta Vilma. Igual pasó con el golpe de estado en Perú. Esta ha sido la historia reciente.

El proceso bolivariano ha sido atacado de forma brutal por el imperio, de esto hay datos de sobra: el robo de Citgo, el robo de miles de millones de dólares que estaban en la banca de los Estados Unidos, los sabotajes, los bloqueos, el financiamiento de grupos de choque, normalmente procedentes del lumpen, que hacen un trabajo pagado. Las campañas interminables contra Venezuela. Trump lo expresó abiertamente: estuvimos a punto de derrotarlos y todo el petróleo hubiera sido nuestro.

En días atrás pude ver un video de Bukele refiriéndose a Nicolás Maduro. Decía que Maduro violaba los derechos humanos, que era un genocida, que era un dictador. Curiosamente, todo lo que dice Bukele de Maduro lo dicen sus adversarios políticos de él.

Los gobiernos bolivarianos han tratado de construir un proceso socialista en medio del asedio, y de una correlación de fuerzas francamente desfavorable. Como decía anteriormente, salvo Cuba y unos cuantos países más, las revoluciones no han sobrevivido luego de la década de 1990. Estamos en medio de una crisis capitalista sin revoluciones, y eso hay que tenerlo claro. Y no solo no hay revoluciones, sino que no existen las condiciones correspondientes para que estas sucedan, a pesar de lo terrible que es la vida para las mayorías sociales en el capitalismo actual. El factor subjetivo (el querer hacer una revolución), fundamental para cualquier revolución ha desaparecido. Hoy las grandes mayorías están sumidas en un sopor aletargante, tratando de resolver su insoportable vida cotidiana, y fascinadas con el consumo y el entretenimiento.

El proceso bolivariano asediado (y entender esto es fundamental) ha tenido una evolución cargada de contradicciones internas. Ha sido una lucha contra la parasitaria Oligarquías Venezolana, contra el imperialismo, contra sus propios errores, y contra un contexto internacional en el cual las revoluciones no existen, ni se toleran.

Hoy día este proceso mantiene una posición de tipo nacional, anti imperialista, y se pronuncia por la unidad latinoamericana. Internamente, se ha debatido en medio de una gran crisis económica que ha sido el resultado de errores propios, pero también de una política explicita de bloqueo y desestabilización impulsada sistemáticamente por Estados Unidos, apoyada por Europa y por varios países latinoamericanos, que han hecho lo imposible por tratar de derribar el gobierno bolivariano. Recuerdo cuando desde el lado de la frontera de Colombia el difunto presidente chileno y el presidente de Colombia, de aquel momento, le pedían al ejército de Venezuela que derrocara a Maduro, y al pueblo que se revelara. Ellos se fueron primero, cosas de la historia.

El Partido Socialista de Venezuela, al que pertenece Nicolás Maduro, es posiblemente el partido más grande de América Latina y uno de los más estructurados. Esto no dice necesariamente sobre su calidad, pero es sin lugar a dudas un instrumento poderoso, que la llamada oposición no tiene ni de lejos.

La oposición venezolana ha sido permanentemente un fiasco, y la corrupción y la ausencia de una visión estratégica de país la han acompañado siempre. Guaidó y María Corina, no han sido capaces de articular un discurso en el que se vislumbre alguna salida real y consistente para la crisis política inducida por el imperialismo norteamericano. Y resalto inducida: si, efectivamente, la crisis política de Venezuela no sería la misma ni a nivel local ni internacional sin la intervención de Estados Unidos, orquestando campaña mediática, tras campaña mediática contra Venezuela, manteniendo con millones de dólares a los políticos corruptos, serviles y apátridas como Guaidó o Machado, solo para citar a dos conocidos; financiando, como ahora mismo lo están haciendo, con millones de dólares, la desestabilización del gobierno Venezolano, sin tener de ninguna manera, una salida para el caos que están provocando. Esto es lo más terrible. La derrota, que tendría que pasar por una intervención militar de Estados Unidos, del gobierno venezolano, abriría un largo proceso de convulsiones sociales y guerra interna, y la destrucción completa de la economía venezolana. Esto no es una exageración, simplemente es el curso de los hechos conocidos que resultan de la intervención de Estados Unidos en donde sea.

También, hay quienes dicen que este gobierno de Maduro es represivo, bonapartista, burgués. Esto no son más que etiquetas que no están acompañadas del análisis concreto de los acontecimientos. Igualmente, cuando se habla de las masas que acompañan a la oposición ¿de qué masas estamos hablando? De las que acompañaron a Hitler, a Mussolini, a Milei en Argentina, a Shakira en el concierto del Estadio Nacional. Las masas son precisamente un conglomerado de gente que no adscribe ningún proyecto político específico. Y cuando suscriben un proyecto revolucionario dejan de ser masas para ser pueblo político, organizado, clasista, que aspira a una gran transformación social. Hoy día ese pueblo está con Maduro, a pesar de sus errores y debilidades, no con Guaidó, ni con María Corina, ni con el abuelito. Estos últimos son acompañados por un pueblo social (masa) que no es poseedor de ninguna conciencia política, ni siquiera nacional. No están ni siquiera dispuestos a defender los recursos estratégicos de Venezuela (que son muchos), porque son esa masa inconsciente que vive atrapada en la terrible alienación de la vida diaria. Que esas masas le fueron arrebatadas al Chavismo, en parte, esto puede ser cierto, pero tal explicación no hace más plausible la existencia de la oposición venezolana.

Hoy nuevamente todos los gobiernos de derecha de América Latina, las grandes cadenas de prensa internacional se vuelcan contra Maduro. Los mismos que reprimen y reproducen acríticamente el capitalismo dependiente; los mismos que siempre han puesto nuestros recursos y fuerza de trabajo al servicio de las grandes transnacionales de Estados Unidos. Nadie se plantea realmente verificar si hubo fraude o no; eso no importa, es irrelevante, el imperio y sus lacayos vienen nuevamente con todo para intentar destruir el proceso bolivariano, y hacerse con las grandes riquezas de Venezuela, y eliminar un incómodo gobierno que expresa una posición anti imperialista en el contexto latinoamericano, siempre considerado por los gringos como su patio trasero donde deben mandar ellos.

Hace unos días atrás el canciller de Estados Unidos decía que ya bastaba de seguir tolerando lo que pasa en Venezuela, y que hay que defender la democracia. Lo dice el representante del gobierno que está sosteniendo y alimentado el genocidio en Gaza. Que hoy sigue apoyando incondicionalmente al genocida y pirómano de Netanyahu, que está dispuesto a incendiar todo Oriente Medio sin tener tampoco una salida posible. Hoy el imperio se comporta demencialmente, y esa demencia y esa irracionalidad brutal también se descargan contra Venezuela.

Yo sí estoy con Maduro, sin vacilaciones. No porque crea que ahí hay una revolución perfecta. Simplemente reconozco gradaciones, y Venezuela con todas sus limitaciones es un estado de corte nacional, que defiende sus recursos estratégicos y aboga por la unidad latinoamericana, imprescindible para poder construir un futuro propio. Y todo esto sucede en un mundo en el cual hay una profunda crisis capitalista, pero sin revoluciones.

Chavizmo con zeta

Manuel Delgado

El triunfo de las fuerzas revolucionarias en las elecciones venezolanas de este domingo tiene una significación muy especial. Será posiblemente un hito en la historia del continente y repercutirá en la política latinoamericana y mundial.

La primera razón es que se trató de una derrota de las fuerzas de la reacción, de inspiración y de financiamiento imperialistas, y solo por sí solo esa una gran cosa. Pero eso es solo el comienzo.

El triunfo del chavizmo (así con zeta, para que no se vaya a confundir nadie) es una muestra de la madurez y de la alta conciencia del pueblo de Bolívar. Cada venezolano tuvo la oportunidad de votar por Maduro o por González, y en la soledad de su mesa de votaciones y ante su conciencia, una mayoría se decantó por Maduro. Las fuerzas opositoras hicieron campaña en torno a la idea de que un triunfo de la oposición iba a ser el inicio de un cambio en las relaciones con Estados Unidos, que se iban a levantar las sanciones y los bloqueos, culpables de las incomodidades y las estrecheces del país. Bueno, esto puedo haber cambiado con ese voto ciudadano. Pero no fue así: el pueblo votó por el sacrificio, pero por la dignidad de su Patria. Lo hicieron los viejos, pero también un gran porcentaje de la juventud, que son la garantía de la continuidad revolucionaria.

En estas elecciones se ponía en juego la misma ficha que empleó el imperio en Nicaragua en 1990, cuando el pueblo votó no por Chamorro sino por acabar con la guerra. Muchos temíamos que esa misma lógica iba a prevalecer aquí: votos a cambio de levantamiento de las sanciones, pero no fue así.

Este triunfo del chavizmo representa, además, la madurez de la revolución, que se mantiene viva y pujante después de un cuarto de siglo y que en medio de tantas dificultades comienza a marcar un repunte en todos los campos, en especial en el económico.

Ni qué decir de hace 24 años, hace solo 6 años, cuando Maduro ganó las anteriores elecciones y lo único que se vislumbraba era el enfrentamiento total, el apocalipsis; la situación del mundo y de Venezuela en el mundo era muy diferente a la de hoy. Entonces, el BRICS era apenas un niño y empezaba a dar sus primeros pasos. Hoy el BRICS es una fuerza en plena adolescencia, preparada ya para irrumpir en la adultez. Ese tratado internacional y Venezuela dentro de él van a transformar el mundo y van a poner en el museo de antigüedades muchas de las artimañas del imperio. Otro mundo está a punto de nacer, y Venezuela es pieza fundamental en él. He allí la importancia histórica de este triunfo.

La última observación que quiero hacer es que la revolución consolida su continuidad. Venezuela es la segunda revolución del continente y constatar su fortaleza es una alegría. En medio de tanta pusilanimidad y tanto desconcierto, constatar eso es como un baño de agua fresca. Sí, la revolución se mantiene a pesar de todo, a pesar de los ataques imperialistas y a pesar de sus propios errores, de las incomprensiones de muchos y de cobardía de otros tantos.

Hoy todos agradecemos a Cuba sus 65 años de resistencia. Esa resistencia nos ha hecho la lucha más sencilla. Ahora también debemos agradecer a Venezuela el cuatro de siglo de la suya. Ella nos ayuda en nuestra lucha, nos hace más fuertes y redobla nuestras esperanzas.

¡Viva Venezuela!

De Estados Unidos para el Mundo: ¿El caos organizado?

Mag. Jiddu Rojas Jiménez. EUA

I. Violencia y categorías.

Condenar contundentemente la violencia política se hace necesario, en todas sus formas: En Estados Unidos, y como en el resto del Mundo. Pero también es un deber moral, político y académico, el recordar y explicar en el mismo gesto humanista, que el Imperialismo, como estructura política, económica, colonial, patriarcal, causal del ecocidio, es totalmente real y por definición, es la forma fundamental de violencia social en el Mundo contemporáneo capitalista.

¿Habrá que explicar más sobre violencia estructural en un país que tiene máquinas expendedoras de municiones letales? Y cuyas raíces mismas como proyecto político, se hunden históricamente desde su génesis histórica colonial, esclavista y racista.

Pareciera, sin embargo, que el vocablo «Imperialismo», como categoría de la Economía Política y de su crítica, ha desaparecido del debate político y académico en Costa Rica. Es un término francamente «satanizado», incluso académicamente.

Es nuestra opinión, que se podría y debería revisar y actualizar esta categoría científica-social; incluso «resemantizarse», como corresponde, pero no olvidarse o esconderse. El concepto más «neutral» de «sistema-mundo» (I. Wallerstein) o el de «centro -periferia» (citado por S. Amin) acaso la contienen o lo superan. De momento, sólo se pasea entre museos ideológicos y sectas testimoniales de izquierda, pero podría y debería ser rehabilitado, releído, y criticado.

Su actualización es incluso indispensable, para intentar entender la vertiginosa Geopolítica global. Ver «el bosque y no sólo los árboles», dice el proverbio. Una visión sistémica, dicen otros paradigmas; asumir la categoría de «totalidad social concreta» (K. Kosik), aconsejaba la Filosofía Política moderna. Bien, pues digámoslo: en principio el Imperialismo, como formación social global, es la estructuración del tiempo/espacio posible, para nuestra totalidad social concreta.

Precisamente y por esto último, es que el Estado Social de Derecho, el Estado -Nación, y el debate sobre lo nacional y las nacionalidades, o incluso sobre lo Plurinacional, es estratégico en el debate político latinoamericano. Incluso, los antagonismo de clases sociales en una determinada formación histórica, se enmarcarán en esta condición totalidad social. La Nación (en su complejidad) reaparece como primera mediación social e histórica, frente a la Globalización Imperialista.

II. Información, desinformación, cultura de masas.

Volviendo, recayendo en la inmediatez (Hegel), es inevitable comentar los sucesos. Todos vimos televisado el reciente atentado fallido al candidato Trump, y el consiguiente show mediático. Pero las reacciones mediáticas, a veces normales y naturales, otras veces exageradas, fingidas y hasta francamente serviles, no se hicieron esperar.

En consecuencia, las elecciones en Estados Unidos, para bien o para mal, repercuten en todo el Planeta. En particular, y dada la histórica relación comercial y económica asimétrica y desigual con nuestra Patria, con Centroamérica y el Caribe, cabía esperar este tipo de reacciones cipayas, exageradas y oportunistas. Lo que los Filibusteros Norteamericanos de William Walker no lograron, la diplomacia del dólar lo logró.

Así, los discursos oportunistas, locales o globales, frente a la permanente crisis, comienzan a crear una peligrosa histeria, digna del auge fascista de la década de los 30s en la Europa en crisis. «El Anticomunismo es el comienzo del Fascismo», decía el existencialista francés A. Camus. Insisto: Convertir a la víctima en victimario y viceversa, nos advertía Hinkelammert con su «Inversión Axiológica«. Crear nuevos enemigos imaginarios, mentir, asustar, manipular y dividir, para reinar.

Para muchos simples mortales en el Planeta, ciudadanos de quinta clase, lo que vemos en Estados Unidos, es un triste espectáculo de masas, francamente poco democrático. Y que, en nuestra opinión, tiene muy poco que ver, con la Idea Reguladora (Kant) original de la Revolución Norteamericana de 1776.

Al mejor estilo profético del cine comercial de Hollywood, como en la extraordinaria saga de George Lucas, «Star Wars», la República cede frente al Imperio. Lo que se olvida es que el Imperio del Mal, nace del mismo Tánatos del seno de la misma República y sus contradicciones. Es el triunfo de la Necropolítica.

Pasó obviamente en la Antigua Roma, que pasó de República a Imperio. Sin confundir la categoría de Imperialismo moderno y de Capitalismo Monopólico Financiero, con los viejos Imperios esclavistas, es también claramente, una alegoría de la historia reciente de los Estados Unidos.

III. Democracia versus Imperialismo.

Desde afuera del Imperio, desde nuestra periferia, y para el gran público, sólo vemos juegos de pólvora, «marketing» político, malos debates, desinformación y «fakes news», prejuicios, vulgaridad, superficialidad, y los tubos de dinero de los siniestros y poderosos Lobbies políticos, militares y económicos: La temible AIPAC ligada al Lobby Sionista Revisionista de Derecha de Israel, la Fundación Cubano-Americana, los diferentes contratistas militares, obviamente el gran capital financiero, los grandes monopolios y oligopolios, etc. Por si fuese poco ahora cualquiera tiene su propia teoría conspirativa y el principio de realidad se comienza a trastocar colectivamente.

Desde afuera qué vemos aparencialmente: Una carrera electoral entre un anciano Presidente Biden, que aunque promete fortalecer el deteriorado «Welfare State», arma, permite y financia al Genocidio de Netanyahu en Gaza. Y, además, que en medio de una peligrosa e irresponsable retórica belicista sobre Ucrania, confunde en público el nombre de su protegido Zelensky con el de su archienemigo Putin. Hasta ese grado llega a dudarse de sus capacidades cognitivas. ¿Cómo entonces ese hombre va a dirigir un Imperio nuclear?

En frente, tenemos a un excéntrico hombre de negocios, un polémico Ex Presidente, acusado formalmente de Sedición y de otros varios cargos, al vincularse al pasado Asalto al Capitolio, realizado por una turba fanática de extrema derecha. El problema no es Trump como síntoma social, sino los millones de «Rednecks» norteamericanos que lo votan.

Curiosamente, Trump promete colaborar con la Paz en la peligrosa Guerra de Ucrania/OTAN versus Rusia. Y esto no es poca cosa… El destino de la Humanidad podría estar jugándose acá. Pero mientras dialoga con Putin, le declara la guerra económica abierta a China Popular.

Parece que si los Demócratas, no logran cambiar a su Candidato Presidencial (cosa que resulta casi imposible), o invocan otro milagro mediático, Trump, –convertido en súbito mártir por el reciente atentado fallido–, será el ganador por el Partido Republicano.

IV. El Imperio Contraataca.

El estilo político soez, autoritario y demagógico de Trump, que invita al odio colectivo y al Nacionalismo Étnico de Derechas, es emulado en América Latina y el Mundo: Así tenemos al mediático Bolsonaro, el militar apologeta de la Dictadura; vemos al ridículo libertario de Milei en Argentina; pero también al debilitado Uribismo paramilitar y asesino en Colombia, al derrotado Kast en Chile; a la Fujimori en el Perú; a Marine Le Pen en Francia; a la neofascista Meloni en Italia (en coalición con M. Salvini); a Vox y gran parte del Partido Popular en España; por Geert Wilders en Holanda; por Alternativa para Alemania; el FPÖ de Austria, y por el Grupo parlamentario europeo «Identidad y Democracia» y el partido europeo «Patriotas por Europa»; por el poderoso y siniestro «Yunque» de México y sus alianzas políticas; acaso por el nacionalista de Derechas, Narendra Modi en la India; y obviamente por Netanyahu y su bloque de Extrema Derecha Sionista (Reviosionista) en Israel. En Costa Rica, y a su modo aparentemente más «light», también este proyecto llamado «populista» está representado, por el Fundamentalismo Protestante (Fabricio y compañía) en próxima alianza con el Gobierno de Rodrigo Chaves (y sus aliados a los «libertarios» locales).

Todo esto parece sacado de una pesadilla distópica, o de un capítulo del clásico «Psicología de masas del Fascismo», del genio de Wilhelm Reich. Pero es lo que está aconteciendo en todo el Mundo. Recordemos que la base del Fascismo y del Autoritarismo de derechas, no es racional o discursiva, es irracional, inconsciente, e instrumentaliza al Tánatos colectivo. Así es como se logra que los sectores empobrecidos voten contra sus propios intereses.

La alternativa democrática en Occidente, pero igualmente Neoliberal en Economía (y además igualmente o peor de Imperialista) al Populismo de Derechas, –y pese a su retórica progresista–, no es jamás suficiente convincente a las masas desorientadas, para contener al Autoritarismo y su demagogia.

El caso del Nuevo Frente Popular en Francia es excepcional, pero si realmente no hacen una política económica diferente a Macron, y buscan la Paz en Ucrania, pueden fracasar.

¿Podrá América Latina, encontrar sus formas de resistir y construir en un Mundo complejo, que se desea cada día menos Unipolar, y más Multipolar? Nunca ha sido fácil, y desgraciadamente, no lo será.

Gane uno o el otro, en medio de la crisis capitalista general, las consecuencias internas para esa superpotencia nuclear, –ya dividida y polarizada al interno–, serán altamente peligrosas, así como también para el resto de la Humanidad. Avisados estamos.

V. Epígrafe post- Fútbol.

Cual nota tropical hemos de decir del establishment norteamericano, que hasta en su «apropiación indebida» del Fútbol («Soccer») híper-comercial, y de la organización de la reciente Copa América, se desborda su desordenada, gratuita y racista violencia policial para con los aficionados latinos. No sólo les robaron miles de dólares, sino que además los humillaron y agredieron brutalmente.

El genial Enrique Santos Discépolo escribió su genial tango «Cambalache» en 1934 en plena «Década Infame» argentina. El protagonista profético de la letra de su Tango, era el propio Siglo XX. Pero se quedaría corto respecto de lo que va del Siglo XXI….

Aquí un extracto, porque nos recuerda la universalidad de la letra y la particularidad de la coyuntura electoral norteamericana de este moderno Imperio en decadencia:

«Que el mundo fue y será una porquería
Ya lo sé…
¡En el quinientos seis
Y en el dos mil también!
Que siempre ha habido chorros
Maquiavelos y estafa’os
Contentos y amarga’os
Valores y dublé…
Pero que el siglo veinte es un despliegue
De maldá’ insolente
Ya no hay quien lo niegue […]«

Gracias

Los libertarios y los multilateralistas

Marlin Oscar Ávila

Marlin Óscar Ávila.

Grandes potencias europeas, junto con EUA están abriendo senderos hacia una guerra mucho más global de la que ha estado dándose en zonas orientales en el presente año, estimuladas por la OTAN contra Rusia. Para la Alianza de Occidente, esa Federación en Europa del Este (Rusia) es un botín que debe ser conquistado como lo hacían los corsarios en el siglo XVIII y los imperios del XIX, excepto que ahora existe un estratega nacionalista como Vladimir Putin, sumamente «peligroso», aliado a la gran potencia China, que juntos están construyendo un mundo multipolar al cual se están uniendo los demás países que están fuera del eje de Washington y donde se apuesta por la paz y el equilibrio climático duradero.

La caída del imperio estadounidense está sucediendo aun cuando su destrucción significa el resquebrajamiento de muchas estructuras institucionales, desde el micro local, hasta el macro institucional, desde lo nacional hasta lo multinacional. Se hará sentir lenta y dolorosamente. Su repercusión es en todos los aspectos de la vida social, especialmente en aquellas sociedades más dependientes del dominio imperial norteamericano y, menos lo será en aquellos países que han iniciado relaciones alternativas. Naciones con gobiernos más liberales y neoliberales tendrán una mayor resistencia a esos cambios y al multilateralismo, aun cuando su retórica sea «libertaria» dadas sus ataduras con el sistema dominante del norte.

Un síntoma de que esta corriente multilateralista está creciendo es la expansión de ondas ultraconservadoras, cuyas expresiones suenan como de la época de la guerra fría, entre 1947 a 1991. Entre mayor sea la ignorancia mayores son las acusaciones de «comunistas» hacia quienes buscan la autonomía y soberanía, principios básicos del multilateralismo.

Esperemos a que los gobiernos y pueblos de la región Centroamérica avancen en apoyar el multilateralismo. Que no se dejen manipular por los grandes medios controlados por las oligarquía, seguidoras de las grandes corporaciones del mercado internacional.

6 de julio de 2024

Gobierno de Costa Rica parte de la servidumbre en contra de la Paz en Ucrania

Martín Rodríguez E.

Martín Rodríguez E.

En el siguiente mapa, en azul, se pueden apreciar los países que firmaron la declaración final sobre el conflicto ucraniano, durante la reunión organizada por Ucrania en Suiza.

De los 90 países presentes 78 firmaron la declaración final. Ninguno de los países que conforman los BRICS ( Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Irán, Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos) firmaron la declaración «de paz».

Costa Rica, entre ellos, por intermedio del primer vicepresidente, Stephan Lars Andreas Brunner Neibig, votó a favor. Stephan, es economista, vicepresidente del actual gobierno neoliberal de Rodrigo Chaves, quien no tiene como prioridad los intereses de la mayoría de los costarricenses, ni en lo económico, lo social, ni en la Paz mundial,

Tanto Arabia Saudita, como los Emiratos Árabes Unidos retiraron sus firmas después, lo mismo que debería hacer Costa Rica, para no comprometer y avergonzar al país a nivel internacional.

La Conferencia de Alto Nivel «sobre la Paz en Ucrania» es cínicamente llamada «conferencia internacional de paz» en relación con la guerra de EEUU y la OTAN contra Rusia en tierra ucraniana, pero sin participación, precisamente, de esta. Algo absolutamente ilógico.

La conferencia es una continuación de una serie de cuatro reuniones internacionales anteriores y está organizada por la presidenta suiza Viola Amherd, que ya no guarda su «neutralidad» e interviene por órdenes de EEUU.

El resultado de esta «Conferencia», de todos modos, está muy cerca de cero, nada, ya que cualquier discusión seria por LA PAZ no tiene futuro sin la presencia de uno de los actores principales, Rusia.

En lo que concierne a Costa Rica, es una vergüenza, por la imagen de servil títere, nos ridiculiza y nos compromete internacionalmente.

Cuba es una sola

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores

El 28 de mayo, el Gobierno de los Estados Unidos anunció finalmente un grupo de medidas para poner en vigor sus anuncios del 16 de mayo de 2022. El objetivo de este paso, según el texto publicado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), es favorecer al sector privado en Cuba.

Las medidas son limitadas y no tocan el cuerpo fundamental del bloqueo contra Cuba ni las sanciones adicionales que conforman la política de máxima presión. Una vez más, la decisión del gobierno estadounidense descansa en su propia visión distorsionada de la realidad cubana, al pretender separar, artificialmente, al sector privado del sector público, cuando ambos forman parte del sistema empresarial cubano y de la sociedad en su conjunto.

Con este anuncio el gobierno de los Estados Unidos pretende dirigirse hacia solo un segmento de nuestra población. No se eliminan ni modifican las medidas coercitivas que más afectan hoy a la economía cubana y los servicios públicos y que dañan duramente el bienestar de toda nuestra población.

De concretarse las medidas anunciadas, Estados Unidos busca poner en una situación de ventaja al sector privado que se ha establecido legalmente y ha crecido bajo las medidas tomadas en acto soberano por el gobierno de Cuba en consulta con el pueblo cubano. Lo mismo ha ocurrido con el acceso a Internet establecido y expandido por Cuba a pesar de los obstáculos del bloqueo y las restricciones para impedir el libre acceso a cientos de herramientas y sitios web.

El Gobierno de los Estados Unidos ha sido explícito en su intención de utilizar a este sector con fines políticos contra la Revolución, en función de sus objetivos de cambio de régimen.

Aunque se trate de una selectividad caprichosa, ambos, tanto el sector público como el privado, seguirán sufriendo las consecuencias del bloqueo y la absurda inclusión de Cuba en la lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo.

Las medidas coercitivas que componen el bloqueo económico seguirán en vigor con cruel efecto para toda la población cubana.

Es evidente que EE.UU. ratifica su voluntad de castigar al sector estatal de Cuba, conociendo que éste presta servicios esenciales como educación, salud, cultura, deportes y otros a todos los cubanos, incluyendo el sector privado; y que es la garantía de la justicia social y la equidad entre los ciudadanos. Por ello se adoptaron medidas recientes por el gobierno estadounidense para perseguir la cooperación médica internacional de Cuba y se han publicado documentos que revelan que continúa la apuesta por privarnos de ingresos y desestabilizar el país con fines políticos de dominación.

El gobierno cubano estudiará estas medidas y, si no violan la legislación nacional y significan una apertura que beneficie a la población cubana, aunque solo sea a un segmento, no obstaculizará su aplicación.

28 de mayo de 2024

Si el mundo civilizado no los detiene, estos salvajes nos llevarán a la tercera guerra mundial

Gilberto Lopes
San José, 25 de mayo de 2024

Las ofertas son las más variadas, todas orientadas a la derrota de Rusia, incluyendo la desintegración de su Estado. La Federación Rusa está integrada por muchas naciones, que podrían conformar estados separados luego de la derrota de Rusia, opinó la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, en un debate en la capital del país, Tallin, el 18 de mayo pasado. Es una de las voces más agresivas en el escenario de este conflicto, junto con sus colegas de los demás países bálticos, Letonia y Lituania. Imponen el tono de un debate en el que se siente cómodo, entre otros, el primer ministro polaco, Donald Tusk.

Hay que detenerse un minuto para revisar el escenario de la guerra y pensar en lo que esta propuesta significa. Estamos en un momento en el que Rusia mantiene la iniciativa y avanza en todos los frentes, mientras Occidente redobla su apoyo militar a Ucrania, discute escenarios que podrían implicar su participación directa en el conflicto y se alista para apropiarse de los recursos rusos congelados en Europa y Estados Unidos, para financiar a Ucrania.

  • No pierden la esperanza de derrotar a Rusia. Es la “Teoría de la victoria”, que defienden, en un artículo publicado en mayo en la revista Foreign Affairs, Andriy P. Zagorodnyuk, ministro de Defensa de Ucrania (2019–2020), y Eliot A. Cohen, consejero del Departamento de Estado entre 2007 y 2009, catedrático en Estrategia en el Center for Strategic and International Studies (CSIS), una institución con sede en Washington “que busca ideas prácticas para enfrentar los grandes desafíos mundiales”.
  • “Occidente necesita explicitar que su objetivo es una decisiva victoria de Ucrania y la derrota de Rusia”, reclaman los autores, para quienes el compromiso de apoyar a Ucrania “todo el tiempo necesario” es una propuesta que carece de un sentido más preciso.
  • “Con el apoyo y el enfoque adecuados, Kiev todavía puede ganar”, aseguran. “Amenazar a Rusia en Crimea e infligir graves daños a su economía y sociedad será, ciertamente, difícil”. “Pero es una estrategia más realista que la alternativa de negociar un acuerdo con Putin”. “Ucrania y Occidente deben vencer o enfrentar devastadoras consecuencias”, afirman.
  • Sus colegas del CSIS, Benjamin Jensen y Elizabeth Hofmann, sugieren cinco problemas estratégicos, que deben resolverse para que Ucrania alcance el triunfo, incluyendo su mayor incorporación al orden económico y de seguridad occidental.
  • Zagorodnyuk y Cohen apoyan los mismos objetivos contenidos en la propuesta de paz de Ucrania que será discutida nuevamente, el mes que viene, en Suiza. Moscú, que no va a participar de esa discusión (lo mismo que otros países, como China y Brasil), la considera desvinculada de la realidad y la rechaza de plano.

La idea de ambos (y de los líderes políticos que tratan de convencer a los ciudadanos europeos de esas consecuencias) es que, si Moscú triunfa, no se detendrá en su ambición. Algo que Moscú rechaza también de plano. Es difícil vislumbrar un objetivo para esas conquistas, que no tienen sentido político, económico, ni militar, y que solo se podrían llevar adelante a riesgo de provocar una guerra nuclear.

Pero ese es el tono del artículo de Zagorodnyuk y Cohen. Desde sus puntos de vista, la solución del conflicto debe ser la derrota militar de Rusia. Para ellos, los recursos, los fondos y la tecnología favorecen abrumadoramente a Occidente. Si son canalizados en cantidad suficiente, Ucrania podrá ganar.

Descartan la posibilidad de una respuesta nuclear de Rusia, caso tenga éxito el triunfo de Occidente. Pero, ¿se podría descartar sin más esa posible respuesta nuclear, si el conflicto escalara, con la participación directa de la OTAN, como sugieren cada vez con más insistencia, tanto el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, como otros líderes europeos, desde el presidente de Francia hasta los gobernantes de Polonia o de los países bálticos?

Me parece evidente que no se puede responder afirmativamente a esa pregunta sin correr un enorme riesgo de llevar el mundo a una guerra nuclear. ¿Se seguirá negando toda atención a las advertencias rusas sobre los desafíos a su seguridad, incluyendo los primeros ejercicios nucleares tácticos realizados el pasado 21 de mayo?

Aunque, como veremos más adelante, no faltan quienes estiman que tanto en el conflicto en Ucrania, como en Taiwán, con China, Estados Unidos debe inspirarse en las políticas de los años de la Guerra Fría, especialmente cuando rechazaron las presiones soviéticas en Berlín, entonces ocupado por las cuatro potencias ganadoras de la II Guerra Mundial.

¿Ganar la guerra a una potencia nuclear?

Para el ministro de Defensa británico, Grant Shapps, la única manera de terminar el conflicto es infligiendo una derrota militar a Rusia. Shapps usa el mismo argumento de que, si Putin triunfa, no se detendrá en Ucrania. La victoria de Rusia es “inimaginable e inaceptable”. Simplemente “no permitiremos que eso ocurra”. “Es del todo impensable que Putin pueda ganar esta guerra”, dijo, el pasado 13 de mayo, en una conferencia en la Royal Navy.

Para el primer ministro, el conservador Rishi Sunak, “defender Ucrania es vital para nuestra seguridad y la de toda Europa”.

Si eso es lo que está en juego, estamos frente a una escalada que no se detendrá hasta esa eventual victoria. Inglaterra es, probablemente, el país más directamente involucrado en operaciones militares en Ucrania, con apoyo logístico y de inteligencia. Ha multiplicado su ayuda a tres mil millones de libras por año, el mayor paquete de ayuda militar jamás otorgado por el país. Aun así, es una cifra muy inferior a los 60 mil millones de dólares recientemente aprobados por Estados Unidos.

En el verano del año pasado, cuando todas las expectativas de Occidente estaban depositadas en una gran ofensiva ucraniana, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que se asegurarían de que Rusia no saliera victoriosa de esta guerra. Reunido en París con sus colegas alemán y polaco, Olaf Scholz y Andrzej Duda, en junio del 2023, afirmó que esperaban el mayor éxito posible de esa ofensiva “para luego poder iniciar una fase de negociación en buenas condiciones».

Como sabemos, nada de eso ocurrió y la ofensiva ucraniana fue un gran fracaso. Casi un año después, en mayo de este año, con Rusia habiendo asumido la iniciativa en el campo de batalla, el presidente francés amenazó con enviar tropas a Ucrania. “Si Rusia gana en Ucrania, no habrá seguridad en Europa”, afirmó.

¿No habrá seguridad en Europa? ¿Por qué no se negoció con Rusia sobre esa seguridad cuando Putin lo propuso, hace ya varios años, incluyendo su discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007?

“Si Rusia logra sus objetivos políticos en Ucrania por medios militares, Europa ya no será la misma que era antes de la guerra”, estiman, por su parte, Liana Fix, miembro residente del German Marshall Fund, en Washington, y Michael Kimmage, miembro visitante del mismo Fondo. No solo Estados Unidos habrá perdido su primacía en Europa, como la idea de que la OTAN (el “brazo armado” que ha garantizado esa supremacía) habrá perdido su credibilidad.

En enero pasado, Anders Fogh Rasmussen, exsecretario General de la OTAN y ex primer ministro danés, y Andriy Yermak, jefe de la oficina de la presidencia de Ucrania afirmaron, en un artículo en Foreign Affairs, que la victoria de Ucrania era “el único camino verdadero para la paz”. Para ellos, “Ucrania pertenece al corazón de Europa”. Mientras Putin esté al frente del Estado ruso, “Rusia será una amenaza no solo para Ucrania, sino para la seguridad de toda Europa”. Para evitarlo, Rusia debe ser derrotada en el campo de batalla.

La idea se repite, una y otra vez, en los think tanks conservadores, norteamericanos y europeos. Esta guerra –dice, por ejemplo, un informe preparado por la Rand Corporation, publicado en enero del año pasado– “es el mayor conflicto entre Estados en décadas y su evolución tendrá las mayores consecuencias para los Estados Unidos”.

El Informe sobre Seguridad que la Conferencia de Múnich publica anualmente destacó, este año, la insatisfacción de parte de la comunidad internacional (de “poderosas autocracias” y del “Sur global”) con la desigual distribución de los beneficios del actual orden internacional.

El informe de este año afirma que la guerra de Rusia contra Ucrania es solo el “ataque más atrevido” a ese “orden basado en reglas” que Occidente y su líder, Estados Unidos, impusieron al mundo al final de la Guerra Fría. Preservar este orden es el interés fundamental de Washington y sus aliados europeos.

Rusia, esta vez, no fue invitada a Múnich. La guerra en Ucrania es el centro de las 100 páginas del informe. Eso explica los miles de millones de dólares invertidos en Ucrania, que no guardan relación alguna con ninguna otra inversión en la solución de los grandes problemas de la humanidad.

¿Tienen razón Rasmussen y Yermak? Ellos creen que todos los países civilizados apoyan sus propuestas. Pero yo quisiera sugerir otra cosa: que no son parte más que de esa Europa que nos debe ya dos guerras mundiales y que, si no les amarramos las manos, nos llevarán a una tercera…

Las aspiraciones del “mundo civilizado”

Las opiniones citadas reflejan lo que está en juego para el “mundo civilizado”, el de Rasmussen y Yermak, o el de Zagorodnyuk y Cohen, el mismo que nos ha llevado a las dos guerra mundiales anteriores.

Queda claro lo que está en juego, las razones de una escalada, hasta ahora imparable, de Occidente en esta guerra, y los riesgos que esto representa para el verdadero mundo “civilizado”, que busca un acuerdo negociado para evitar una posible tercera guerra mundial.

Macron causó desconcierto y debate en Europa cuando sugirió, en febrero pasado, la posibilidad de enviar tropas de la OTAN a Ucrania. Era su política de “ambigüedad estratégica”, que dejaba abierta las puertas para una confrontación directa de Moscú con la OTAN. Ni Estados Unidos, ni Inglaterra, apoyaron la idea… todavía. Habrá que ver qué ocurre si la situación en el terreno sigue empeorando para Ucrania.

Pero en Europa –tanto sus gobiernos como su prensa– solo se habla de guerra. La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, una antigua “pacifista”, miembro del Partido de los Verdes, una de las voces más agresivas en el gobierno alemán, pidió a Occidente el suministro urgente de más armas a Ucrania, en una visita a Kiev el 21 de mayo pasado.

Los preparativos para una guerra con Moscú se multiplican. El primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció la construcción de una línea de defensa en sus fronteras con Bielorusia y Rusia. Hablando en una conmemoración militar en Cracovia, el 19 de mayo, anunció que Polonia invertiría 2,3 mil millones de euros en la creación de fortificaciones y barreras, así como en la adecuación del terreno y de la vegetación para esos objetivos, a lo largo de 400 km de frontera. Obras que, en su opinión, harían “impenetrables” las fronteras polacas, en caso de guerra.

¿En qué guerra estará pensando Tusk? El mes pasado, el presidente Andrzej Duda sugirió que el país estaría feliz de alojar armas nucleares de la OTAN (o sea, norteamericanas).

En enero pasado, la vecina Estonia anunció su intención de construir unos 600 bunkers a lo largo de su frontera con Rusia, proyecto al que se sumarían Letonia y Lituania, para conformar la “línea de defensa báltica”.

El presidente de Finlandia –país que, junto con Suecia, son las dos más nuevas incorporaciones a la OTAN– Alexander Stubb, expresó su entusiasmo con la disuasión nuclear, asegurando que las armas de destrucción masiva son “una garantía para la paz”.

Como dijo Zelensky al New York Times, Occidente debería participar en la guerra derribando misiles rusos, dando a Ucrania más armas, y autorizando su uso para atacar directamente el territorio ruso.

En su opinión, no es un problema involucrar los países de la OTAN en la guerra. Idea similar a la de la exsubsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Victoria Nuland, para quien llegó a la hora de ayudar a Ucrania a atacar objetivos militares en territorio ruso. «Creo que es hora de dar más ayuda a los ucranianos para atacar estas bases dentro de Rusia», afirmó.

La única posibilidad para que Rusia retorne eventualmente a la “sociedad de naciones civilizadas” es mediante una derrota que ponga fin a las ambiciones imperiales de Putin, estiman Zagorodnyuk y Cohen en el artículo ya citado.

¿Cómo en la Guerra Fría?

“Taiwán es el nuevo Berlin”, dice Dmitri Alperovitch, presidente de Silverado Policy Accelerator, una organización dedicada a promover la prosperidad y el liderazgo norteamericano en el siglo XXI. Definido como un “visionario”, empresario de mucho éxito, exasesor del Departamento de Defensa y de Seguridad Interna, Alperovitch piensa que Estados Unidos debe inspirarse en las políticas adoptadas en los años 60’s para enfrentar los desafíos presentados entonces por la Unión Soviética en el Berlín ocupado por las potencias triunfantes den la II Guerra Mundial.

¿Qué políticas fueron esas? Las de defender los “intereses estratégicos norteamericanos, aun a un costo inimaginable”. O sea, de una guerra nuclear. Para Alperovitch, se trata de convencer a Rusia –y, sobre todo, a China– de esa misma disposición hoy.

Me parece que la propuesta de Alperovitch carece, sin embargo, de un elemento fundamental. La posición estratégica de las potencias involucradas en este conflicto, el escenario político, es hoy muy distinto al de los años 60, cuando Estados Unidos no tenía rival. La pretensión de encarar estos problemas con el criterio de la Guerra Fría ha sido denunciada por China, y puede llevar a errores de consecuencias dramáticas, considerando el papel de cada actor en el mundo de hoy, incluyendo el de Estados Unidos, pero también los de China y Rusia. Taiwán no es, de modo alguno, un “nuevo Berlín”.

El mundo civilizado

“Ha llegado el momento de que los aliados se planteen si deben levantar algunas de las restricciones que han impuesto al uso de las armas que han donado a Ucrania», dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en entrevista a The Economist.

Es un paso más en la escalada de la OTAN para hacer frente a los avances del Ejército ruso. Pero Stoltenberg insiste en que “no serán parte del conflicto» en Ucrania. La realidad es que la OTAN lleva el peso del conflicto. Sin sus recursos, sus armas, sus servicios de inteligencia, sin su entrenamiento de las tropas ucranianas, esa guerra no podría seguir. Este es un nuevo paso, sin que, ante un inminente triunfo ruso, se pueda descartar ningún otro, dado lo que, para Occidente, está en juego en esta guerra. No se trata solo de las armas. Pese a las muchas advertencias en contra, parece acordado ya el uso de los dineros rusos congelados en Bruselas y Washington, para financiar a Ucrania.

Occidente apuesta por la solución militar y el mundo se ve enfrentado, nuevamente, al riesgo de que Europa nos lleve a una tercera guerra mundial. Lo harán, si no les amarramos las manos.

¿Cómo hacerlo? Intentando. Hay que conformar una alianza del mundo civilizado que vaya cerrando los espacios políticos a quienes han impuesto al mundo las guerras más devastadoras del último siglo. Las dos orientadas a derrotar a Rusia.

En ese esfuerzo del mundo civilizado, el encuentro entre Wang Yi, el principal representante diplomático chino, y Celso Amorín, asesor especial del presidente brasileño Lula, es la iniciativa más reciente. Reunidos en Beijing, el jueves 23 de mayo, emitieron una declaración de “Entendimiento común entre China y Brasil para una solución política a la crisis de Ucrania”.

El documento, de seis puntos, reafirma que el diálogo y la negociación entre las dos partes son la “única solución viable” para la crisis. Como alternativa a la cita de Occidente para respaldar la propuesta ucraniana, el mes próximo en Suiza, sin la presencia rusa, invitan al mundo civilizado –a la “comunidad internacional”, según los términos del documento– a apoyar esa propuesta, un intento por amarrar las manos a quienes amenazan con llevarnos a otra guerra mundial.

FIN

63 años de embargo a Cuba, con sufrimientos para el pueblo, pero sin los resultados políticos esperados

Miguel Sobrado

Hace 63 años John F. Kennedy, entonces presidente de los Estados Unidos, firmó la orden 3447 que proclamo el “embargo a todo comercio con Cuba”.

La revolución “es bastante popular» – había argumentado el subsecretario de Estado para asuntos Interamericanos de Eisenhower- y dado que no hay una “oposición efectiva” contra él, la única forma de socavar el apoyo es “a través del desencanto y la desafección basada en la insatisfacción económica y las dificultades”.

Este temprano memorándum, base para la justificación política del embargo norteamericano aún vigente contra Cuba, ofrece hoy claros signos de caducidad.

Un informe secreto de la CIA de 1982 revela que el embargo “no había cumplido” con sus objetivos y que “los costos políticos superaban a sus beneficios”. Otro informe del director del proyecto de Documentación de Cuba del NSA, afirma que el embargo interminable se ha convertido en un símbolo perdurable de hostilidad perpetua en la postura de EEUU hacia Cuba.

El embargo no solo no había sacado a Castro del poder, sino que, a pesar de haberse derrumbado la Unión Soviética en 1991 y dejar de ser Cuba una base estratégica, no se aprovechó esta coyuntura para establecer una nueva relación con visión panamericana, que generara un nuevo clima de dialogo regional. Por el contrario, se impuso la tesis de mantener la hegemonía a toda costa a través del embargo, que en la realidad es un bloqueo sistemático al comercio, al intercambio financiero, incluyendo sanciones a terceros ya sean empresas, países o funcionarios.

Esta acción unilateral de los EEUU viola las normativas básicas del ordenamiento jurídico internacional, como lo ha señalado en reiteradas ocasiones casi por unanimidad absoluta, la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El expresidente colombiano Ernesto Samper expresa muy bien en un reciente artículo publicado en El país: “La coacción, la intimidación y chantaje para conseguir cambios políticos en Cuba o en Venezuela mediante la utilización de castigos unilaterales que golpean a la población son contraproducentes y equivocas, porque endurecen la posición de los gobiernos y le restan legitimidad a las salidas dialogadas o inscritas en los mecanismos de participación democrática…”

Cuba, a pesar de las limitaciones impuestas por este embargo absoluto, ha alcanzado el mejor sistema educativo de la región, inversión estratégica en esta época, eliminado la exclusión social y mantenido la 7 posición en el índice de desarrollo humano latinoamericano.

Superar el “boqueo interno”

Desde luego que Cuba tiene que hacer profundos cambios en su sistema económico, como los de China o Vietnam que mantuvieron el control de los estratégico de las áreas claves de la economía, pero eliminaron, las barreras para la producción y comercialización campesina y de sus emprendedores, para desarrollar su inmenso potencial y aprovechar el gran capital humano formado en estos 65 años. El caso de China es aleccionador y oportuno, tal como lo relata Wu Xiaobo en su libro “La China emergente” 21 campesinos del pequeño y pobre pueblo de Xiaogang decidieron a la muerte de Mao en 1978, crear el sistema por el cual cada familia se encargaba de su propia parte de la producción local en vez de la comuna. Decididos a ir a la cárcel o a que los mataran si las autoridades no lo aceptaban.

El éxito de este modelo surgido de la iniciativa de estos campesinos, conocido posteriormente como “sistema de responsabilidad contractual personal” ha sido considerado como el principal desencadenante de los grandes cambios de toda China. Esto gracias a que los políticos viendo el éxito de los resultados productivo del primer año, comprendieron que su misión era “dejarse llevar por la corriente” y mejorar el resultado final.

Al darle luz verde por parte de las autoridades a las transformaciones emprendidas por este pequeño pueblo, opero el efecto cascada, trasladándose la experiencia a toda la China que era predominantemente rural. Millones de campesinos se adhirieron al nuevo modelo de producción y reactivaron la economía rural, estimulando al mismo tiempo la producción de maquinaria y servicios en el resto de la economía. Esta inyección no se limitó a dinamizar la economía, sino lo más importante, abrió un camino de esperanza e integró el haz de voluntades de la población facilitando las reformas posteriores que condujeron a la creación de áreas económicas especiales.

Importancia de esta experiencia para Cuba

Aunque Cuba y China tienen diferencias importantes de volumen y posición geopolítica y la primera está sujeta a un criminal bloqueo económico por parte de los Estados Unidos, que limita seriamente su desarrollo, han tenido similitudes en la formación de capital humano y en importancia del sector agrario para su economía, aunque el enfoque que le han dado los gobernantes ha sido diferente.

La nueva coyuntura internacional y el cambio en la política hacia el continente

Los EEUU, si en vez de amenazas, que encrespan el ambiente regional, respetaran el derecho internacional y promovieran el libre intercambio comercial, podrían contribuir a crear un nuevo clima. Al quitar el embargo, se eliminará la amenaza externa que mantiene, por razones de defensa, tensas las relaciones internas dentro de la Isla y se creará un clima que favorecerá los ajustes progresivos económicos sociales y políticos.

Esto no puede ser visto por los Estados Unidos como una generosa concesión unilateral hacia Cuba, sino como una acción realista frente a las nuevas circunstancias de un mundo multilateral, donde debe competir con China y otras potencias por el comercio y las alianzas estratégicas con América Latina. Esto no es fácil por la mentalidad colonialista prevaleciente en gran parte la clase política norteamericana, aunque hay nuevos sectores que piensan con realismo en la coyuntura actual.

La doctrina Monroe del siglo XIX, debe revisarse sustancialmente; la época de las repúblicas bananeras quedó en el pasado. Hoy en día, en un mundo multipolar América Latina es consciente de su importancia geopolítica y geo comercial y puede transformarse en un aliado estratégico de los Estados Unidos, si se establecen nuevas relaciones de respeto basadas en la cooperación y los intereses comunes, o por el contrario puede ser un sitio donde se incuben serias amenazas para la estabilidad y seguridad del continente.

Una nueva realidad, donde gracias a una educación de calidad con amplia cobertura y la capacitación técnica organizacional, se reduzca la gran masa de excluidos y surjan progresivamente, nuevos ciudadanos que le den sustento y vitalidad al sistema de pesos y contrapesos que definen la vida republicana y democrática.

Esto no dependerá solo de los Estados Unidos, pero su respeto y tolerancia a la autonomía local, contribuirá en gran medida fortalecer las iniciativas específicas/regionales que luchan y promueven la inclusión participativa y a crear condiciones para el desarrollo de la democracia. Esta no es posible con exclusiones en el acceso a las oportunidades de formación y ascenso social.

La lucha contra la intolerancia y la imposición es clave para impedir que se desarrollen y proliferen con fuerza arrolladora los narco estados en la región, para los cuales los actuales sistemas clientelistas que viven de la corrupción no tienen antídoto, ni los mismos Estados Unidos el mayor mercado de la droga, donde los capos de la distribución permanecen impunes, parecen tenerlo.

Importancia para la soberanía latinoamericana de eliminar el bloqueo

Cuba ha sido el pequeño David que enfrentó a Goliat en la región y debe recibir en este momento difícil el apoyo activo de los gobiernos, especialmente de México, Colombia y Brasil, para eliminar el bloqueo y reclamar la soberanía de nuestro continente. Eso sí, Cuba debe hacer las reformas urgentes en su economía para no caer en privatizaciones oportunistas de tipo oligárquico como las de Rusia o Nicaragua, que tendrían un efecto desmoralizante para el continente.

Cinco enlaces complementarios sobre una experiencia campesina revolucionaria en Cuba, muy oportuna e importante para la reforma agraria de nuestro continente:

1) https://www.youtube.com/watch?v=VdHc4DRpWso

2) https://www.youtube.com/watch?v=QwZAnj4s5Dc

3) https://www.youtube.com/watch?v=DKj3DRx3G9I

4) https://www.youtube.com/watch?v=hkylarn7Pzo

5) https://www.youtube.com/watch?v=2YAesBUeaXo Reforma Agraria