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Etiqueta: EUA

Figueres y la CIA

Oscar Madrigal

A raíz de nuevos documentos desclasificados de EEUU ha salido a la palestra nuevamente las relaciones de José Figueres Ferrer con la CIA.

Digo nuevamente porque ellas siempre fueron reconocidas por Figueres. En marzo de 1975 declaró a Los Ángeles Times y al Miami Herald que trabajó para la CIA “de veinte mil maneras […] en toda América Latina” por más de treinta años. “Colaboré con la CIA cuando estaban tratando de derrocar a Trujillo”.

Pero las relaciones de Figueres y la CIA fueron de amor y odio.

Porque en dos ocasiones la CIA quiso asesinarlo, según relató el mismo Figueres, aunque nunca especificó los momentos. Según se infiere, una ocasión o las dos pueden ser porque se opuso a la invasión de Bahía Cochinos.

Según otros documentos, la CIA trató de derrocar a Figueres en dos ocasiones. La primera a mediados de 1950: ““El mayor pesar [de la Agencia] era que Figueres había reconocido escrupulosamente el derecho de asilo en Costa Rica para no comunistas y comunistas por igual. El amplio flujo de entrada de personajes cuestionables complicaba el trabajo de vigilancia de la agencia y los obligaba a aumentar su personal. Los problemas de la CIA con Figueres llegaron a ser más profundos. Costa Rica era un paraíso para cientos de exiliados en fuga de varias dictaduras derechistas latinoamericanas, como las de República Dominicana, Nicaragua y Venezuela. Figueres ofrecía ayuda moral y material a grupos de ellos en sus planes para derrocar estos regímenes.” (Este pasaje y otra información está tomada del libro “Asesinando la Esperanza” de William Blum).

En 1953, según se dice, la CIA fue tomada con las manos en la masa cuando intentaba intervenir el teléfono de Figueres, lo que ocasionó una reacción de la prensa norteamericana.

“En 1955 la Agencia llevó a cabo una acción contra Figueres que resultaba más amenazadora. La profunda animosidad política y personal entre Figueres y el dictador nicaragüense Somoza llegó a extremos violentos: se había llevado a cabo un atentado contra Somoza desde Costa Rica, con apoyo de Figueres, lo cual fue respondido por una invasión por parte de Nicaragua por tierra y aire”.

“El biógrafo de Figueres, Charles Ameringer, ha relatado que Figueres acusó a la CIA de ayudar al gobierno de Somoza en su contra. Denunció que la CIA se sentía en deuda con Somoza por el apoyo que este había dado al derrocamiento del régimen de Árbenz. Aseguró que los mismos pilotos y aviones [F-47] que habían participado en el ataque a Guatemala, “vinieron luego desde Nicaragua y ametrallaron poblados indefensos en nuestro territorio”. Según Figueres, al mismo tiempo que el Departamento de Estado de EEUU conveniaba la venta de aviones de combate para la defensa de Costa Rica, los aviones y pilotos de la CIA estaban llevando abastecimientos a los rebeldes.” (Obra citada).

El segundo intento por derrocar a Figueres, según la información que se recoge en la obra citada, se da en el periodo de 1970-74. El primer secretario de la Embajada estadounidense en San José, y muy probablemente el jefe de la CIA en Costa Rica Earl (Ted) Williamson, habló que el gobierno figuerista no duraría más de dos semanas por la inconformidad de la gente al acercamiento a los países socialistas. Figueres había tendido puentes con la Unión Soviética y otros países socialistas, lo cual no gustaba a un sector del gobierno de Nixon.

“En los dos años anteriores la URSS había comprado café a Costa Rica por valor de diez millones de dólares, una “ofensiva económica” que se dijo “molestó a los funcionarios estadounidenses”, según el New York Times.

Los que vivimos esos tiempos recordamos el clima tan tenso y el enfrentamiento violento entre costarricenses y las manifestaciones de todo tipo realizadas por el Movimiento Costa Rica Libre (de índole fascista), la Unidad, las cámaras y los círculos más rancios de nuestra oligarquía contra el gobierno de Figueres y contra el establecimiento de relaciones diplomáticas con la URSS.

“A principios de enero de 1971, el Gobierno de Costa Rica temió seriamente un alzamiento y volvió a pedir a la administración Nixon que retirara a Williamson. No mucho antes este había vuelto a pronosticar que Figueres, no sobreviviría en el poder por otras dos semanas. La Guardia Civil, única fuerza armada en el país, fue puesta en alerta y se hicieron planes para llevar al presidente a un escondite en las montañas. A solicitud de Figueres, el Gobierno de Panamá entregó en secreto más de cien rifles semiautomáticos a Costa Rica.” (…).

“Los cables oficiales que llegaban a Washington desde la Embajada describían la situación en Costa Rica como “peligrosa”. Figueres era acusado de abandonar a Occidente y aproximarse al Este, de haber aceptado asistencia financiera de los comunistas en su campaña y de permitir a estos infiltrarse en el Gobierno”. (Pasaje de Asesinando la esperanza de William Blum basada en información de la prensa de EEUU).

Al final la Embajada de los EEUU y la CIA desistieron de avanzar en sus proyectos contra Figueres y reemplazaron al jefe de la Agencia.

Sin embargo, debemos tener presente el peso de una embajada como la de EEUU en la política costarricense; el Miami Herald lo digo así: “Lo que resulta bien claro […] es el poder y la influencia de la Embajada de Estados Unidos en un país pequeño como Costa Rica. Una embajada que con sólo decir discretamente que se opone al gobierno puede estimular a la oposición y quizás inspirar esfuerzos para un derrocamiento. La antipatía expresada abiertamente casi los reclamaría”

La CIA está presente todos los días, cotidianamente, en la política costarricense; esta lección debe ser aprendida.

La influencia y penetración de la CIA en las más diversas estructuras del Partido Vanguardia Popular -que también ha salido a cuentas en estos documentos- durante la época de los años 50, ya fue documentado y analizado a profundidad por la historiadora Sofía Cortés en un capítulo titulado “La reorganización del Partido Vanguardia Popular y su paso a la clandestinidad 1948-1950” recogido en el libro (descargar:)“Imperios, Agentes y Revoluciones. La Larga Guerra Fría en Costa Rica”, que recomiendo leer.

CIA operaba «casas seguras» en Costa Rica para reuniones clandestinas, revelan documentos

Martín Rodríguez Espinoza

Documentos recientemente desclasificados de la CIA, confirman que Estados Unidos no solo asesinó a su propio presidente JFK, si no que, además, utilizó lo que ellos llaman, «casas seguras», en Costa Rica durante la llamada Guerra Fría (que nunca lo fue), incluyendo un estudio fotográfico en la capital como punto de encuentro para espías. Esto funciona hasta el día de hoy, en pleno Siglo XXI, dado que actúan en contra de naciones hermanas como Nicaragua, Venezuela y otros. Pero, además, actúan contra partidos, dirigencias, líderes sociales y otras personas en nuestro propio suelo, en Costa Rica.

Las casas seguras son propiedades secretas alquiladas o compradas por agencias de inteligencia para realizar operaciones encubiertas, reuniones con informantes o almacenar equipos sin levantar sospechas. Según los archivos, en las décadas 60, 70 y 80, la CIA usó un estudio fotográfico en San José para encuentros periódicos de agentes, aprovechando el flujo normal de clientes como cobertura. Parece película de ciencia ficción, pero no lo es.

Costa Rica siempre ha sido terreno de conspiración estadounidense. Aunque cuentan que Costa Rica abolió su ejército en 1948, su posición geopolítica en Centroamérica la convirtió en un punto estratégico para Washington en la lucha contrarrevolucionaria. Durante las décadas de 1960 y 1980, la región fue escenario de procesos de lucha contra dictaduras sangrientas, como la Revolución Sandinista en Nicaragua contra la familia criminal de los Somoza y los procesos revolucionarios en El Salvador y Guatemala, donde EEUU buscaba acabarlos y mantener dictadores en el poder, criminales pero amigos de EEUU.

La información que encontré no detalla las operaciones específicas realizadas en estas “casas seguras”, pero expertos sugieren que podrían estar vinculadas al monitoreo de movimientos insurgentes o al apoyo a grupos anticomunistas.

¿Por qué un estudio fotográfico?

Según la información que encontré, los estudios fotográficos eran lugares ideales para el espionaje: El constante ir y venir de personas evitaba sospechas. Permitían el intercambio disimulado de documentos (bajo la excusa de revelar fotos). Equipo como cámaras y cuartos oscuros podían usarse para ocultar tecnología espía, guardar armas, etc.

Ante la revelación de todos estos archivos desclasificados y la información liberada, el gobierno costarricense, como es obvio, no ha emitido un comunicado oficial, pero historiadores e investigadores que han publicado algunas cosas, señalan que ya existían rumores sobre actividades encubiertas de EEUU en el país. «Esto confirma que Costa Rica, pese a su neutralidad, fue pieza en el tablero de la Guerra Fría», según se indica en un estudio académico de la Universidad de Costa Rica.

De estos, se puede decir que la CIA mantuvo múltiples propiedades clandestinas en América Latina, que algunas casas eran compartidas con otras agencias, como el FBI.

La desclasificación confirma que Costa Rica, pese a la imagen pacífica que se vende hacia el exterior, fue y es un escenario más de las operaciones encubiertas de EEUU durante esas décadas y lo sigue siendo en la actualidad, todo, a espaldas del pueblo costarricense.

Según los documentos desclasificados y testimonios en la red, confirman, lo que ya muchos estábamos seguros, hay fuertes vínculos entre gobiernos costarricenses y operaciones encubiertas de EEUU contra gobiernos en Centroamérica y más allá.

Costa Rica, pese a su neutralidad y la supuesta abolición del ejército (1948), mantuvo una estrecha alianza con Washington durante la Guerra Fría. Varios gobiernos, especialmente los de José Figueres Ferrer (del Partido Liberación Nacional) y Luis Alberto Monge (1982-1986), recibieron apoyo económico y militar de EEUU a cambio de posicionarse como contrapeso de movimientos de liberación nacional en la región, permitir operaciones encubiertas, como el uso de territorio costarricense para entrenar a la Contra nicaragüense (grupo armado que luchó contra el gobierno sandinista en los años 80 y recientemente en las acciones de “tranqueros”, financiados mediante la USAID (también destapado recientemente) a personalidades, medios de comunicación, periodistas, dirigentes políticos, etc., para intentar dar un golpe de Estado al gobierno nicaragüense.)

La CIA utilizó fincas en Guanacaste y la zona norte para entrenar y abastecer a la Contra, violando la neutralidad costarricense. Oscar Arias Sánchez, en su primer mandato (1986-1990) promovió el Plan de Paz (por el que le regalaron el Nóbel), pero, investigaciones del The New York Times revelaron que su gobierno fue cómplice, permitiendo vuelos clandestinos con armas hacia la Contra, casas y terrenos para entrenar.

Ya se me alargó mucho esto, pero quiero dar un dato interesante que encontré, y es que el expresidente Rodrigo Carazo (1978-1982) “denunció presiones de EEUU para permitir operaciones, pero su sucesor, Luis Alberto Monge, colaboró abiertamente con la administración Reagan.”

También, muchos años antes, según los archivos desclasificados de la CIA, «oficiales costarricenses proporcionaron cobertura» a agentes estadounidenses durante la Crisis de los Misiles en Cuba (1962), usando el país como punto de observación.

Concluyo. Costa Rica no fue, ni ha sido, un actor pasivo sin importar el partido político que gobierne, es más, cargos como el de canciller, embajador, ministro de Seguridad, etc., casi lo puedo asegurar, deben contar, con “la venia” de los EEUU.

La sumisión y complacencia, sin importarles el costo social y político, es total ante los mandatos de los EEUU.

27 de marzo de 2025

Fuentes: Internet. Archivos de la CIA desclasificados (2023 y 2025), informes históricos de Centroamérica. Internet de Archivos de la CIA, The New York Times, testimonios del National Security Archive (EE.UU.), investigaciones de la Universidad de Costa Rica.

Gabriel Aguirre: “Hay que poner fin a la guerra, poner fin a la locura”

Por Pablo Ruiz*

En América Latina y el Mundo, existen diversas organizaciones y movimientos que trabajan por la paz, en hora buena. Entre ellos, encontramos al Movimiento Global “Un Mundo más Allá de la Guerra” (WBW, World BEYOND War) organización que tiene presencia en los cinco continentes y que “utiliza la educación, el activismo y la comunicación para promover la causa de poner fin a todas las guerras y establecer una paz duradera”, como señalan.

Conversamos con Gabriel Aguirre quien es el organizador para América Latina de WBW, es de Venezuela, pero tiene su sede actualmente en Bogotá, Colombia. Gabriel Aguirre “ha sido un activista y luchador por la paz, la justicia social, la solidaridad internacional y los Derechos Humanos, y posee más de 13 años de experiencia en el trabajo social y comunitario”.

En la siguiente entrevista conversamos sobre el peligro de las bases militares en América Latina, de la base militar de EEUU en Guantánamo, donde están encarcelando migrantes; del encuentro del presidente de Ecuador con el fundador de Blackwater; de lo positivo que podrían resultar las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, donde EEUU es el mediador, y aunque se una “paz imperfecta” se podría alcanzar un alto al fuego; de Palestina; y de los tambores de guerra que promueven los líderes europeos contra rusia; entre otros temas.

– Lo primero, quisiera saber un poco más de tu organización ¿Qué nos puedes contar? Entiendo que tienen capítulos en algunos países…

Primero quiero mencionarte que nuestro movimiento global es una organización que se fundó en el año 2014. Es un movimiento que se propone, en principio, abolir la guerra como institución; es decir, como forma para resolver y gestionar todos los conflictos en el mundo. Es una organización que se propone poner fin al militarismo, a las bases militares, y trabajar en la construcción de una cultura de paz. Es una organización que trabaja desde la interseccionalidad; es decir, entendiendo los distintos espacios y esferas de acción y de influencia que van ocurriendo en el mundo.

Nuestros fundadores, David Swanson, que es nuestro director ejecutivo, y David Hartsough, vieron la necesidad de construir un poderoso movimiento global que pusiera en el centro de la discusión sobre la gestión y la problematización de los conflictos que van surgiendo a distintos niveles en la esfera internacional, en la esfera regional, en la esfera local, y cómo desestimar, cómo sacar a la guerra, dentro del tablero de posibilidades, y de opciones que se manejan para dirimir los conflictos.

Y es algo que está muy presente en el día de hoy. Tú bien has mencionado sobre la realidad que estamos atravesando, y la coyuntura en la cual nos encontramos, que es precisamente el problema y la amenaza latente de la guerra, de la confrontación de una tercera guerra mundial, que como han dicho algunos pensadores pondría en peligro la propia existencia de la especie humana, y que, ciertamente, existen distintos movimientos a nivel mundial que también trabajan en el mismo campo de la paz. Si nosotros decimos que la paz es un camino, entonces hay distintas formas, por supuesto, de emprender ese camino.

Naturalmente hay puntos de coincidencia, hay puntos de encuentro, porque coincidimos en la importancia, en la necesidad, en resumidas cuentas, de construir un futuro para la humanidad de paz, donde podamos contar nosotros con justicia social, donde podamos contar no sólo con una humanidad mucho más humana, una humanidad mucho más solidaria, una humanidad mucho más cooperativa, una humanidad que no se decante o no se determine por la violencia o que esté marcada por el hecho de la violencia que, en resumidas cuentas, conduce a la guerra.

Entonces, nuestro movimiento se organiza a nivel global a través de sus capítulos, en cada uno de los países; nosotros tenemos, actualmente, presencia en los 5 continentes. No podemos hablar de todos los países, pero sí en los 5 continentes.

Cada región del mundo, cada rincón del mundo, con sus particularidades, pero también nos organizamos a través de organizaciones aliadas, afiliadas a “World Beyond War”, a “Un Mundo Más Allá de la Guerra”, que son organizaciones con las cuales trabajamos, porque nos reconocemos como parte de un gran ecosistema, de un gran movimiento de organizaciones, de plataformas, y de espacios internacionales que también trabajan en el mismo campo, que se proponen, de distintas formas, también lograr los objetivos que nos hemos propuesto, que no son otros, por ejemplo, en el caso de América Latina, que construir, y hacer de nuestra región una América Latina como una verdadera zona de paz.

Y para eso es importante, por ejemplo, el cierre de las bases militares. Para eso es importante que en nuestra región no existan armas nucleares, para eso es importante que en nuestra región no exista la presencia de la OTAN, que es el “dedo en el gatillo” del imperialismo. Para eso es importante que se desmantele el Comando Sur, que es una instancia que, igualmente, actúa con base a la lógica guerrerista impuesta por EEUU para extender su dominio, y mantener su papel de potencia hegemónica en el mundo, pero en particular, en América Latina.

Entonces, hay muchas cosas que todavía hay que trabajar para lograrlas, y, naturalmente, entre las distintas organizaciones podemos cooperar, podemos contribuir, y debemos sobre todo trabajar en unidad. En unidad y en alianza para poder entender y afrontar los nuevos desafíos que nos exige hoy la realidad del mundo.

– Justamente, mencionaste el tema de las bases militares. En febrero, el mes pasado, se realizó el Día Mundial Contra las Bases Militares. ¿Por qué la oposición a las bases militares? ¿Por qué el movimiento por la paz se opone a que haya esta “colaboración” entre los países?

Mira, efectivamente, la guerra tiene distintas formas de estructurarse. Hay estructuras que conforman y que permiten potenciar la guerra. Una de ellas son las bases militares. Por eso, EEUU posee hoy más de 900 bases militares alrededor del mundo. En América Latina son 76 bases militares y, contando, porque aún no han desistido del esfuerzo de seguir construyendo y estableciendo, sembrando en el corazón de nuestro continente, nuevas bases militares.

Para nosotros, realmente, el tema de las bases militares es un problema, y para el mundo en general, porque desde allí se desarrollan operaciones que, por supuesto, van dirigidas a mitigar los esfuerzos de los movimientos y de las organizaciones que trabajan en la construcción de un mejor futuro de su pueblo, que trabajan por la construcción, y sobre todo por lograr conquistar derechos civiles, democráticos, sociales, de todo tipo. Y es desde las bases militares, justamente, donde se desarrollan operaciones de todo tipo: operaciones de inteligencia, operaciones de interdicción, operaciones que tienen que ver, particularmente, con el perfilamiento de dirigentes y de infiltraciones de los movimientos a distintas escalas.

Desde otra perspectiva, alrededor de las bases, cuál ha sido el argumento que se ha empleado históricamente para establecer bases militares en un país: bueno, que supuestamente las bases militares van a permitir incrementar los niveles de seguridad en ese país. Bajo esa lógica, entonces, los gobiernos suscriben acuerdos con EEUU y con la OTAN, en algunos casos, para establecer instalaciones militares en ese territorio. Bien sea visto desde la forma de cooperación directa o bien sea visto desde el establecimiento de una base propiamente militar con personal estadounidense en ese territorio, etc.

Y la gran verdad – que nos ha demostrado la historia – es que no hay un sólo caso en el mundo donde la existencia de una base militar haya mejorado los niveles de seguridad de ese país. Haya acabado con el crimen organizado; haya puesto fin al crimen transnacional, todo lo contrario: los indicadores y las estadísticas nos señalan que, donde se han establecido bases militares, se han disparado los niveles de inseguridad, se han disparado la presencia de grupos irregulares, se han disparado los niveles de operaciones del crimen transnacional, y por supuesto, otros fenómenos que ocurren alrededor de las bases militares como son, por ejemplo, las violaciones a los derechos humanos de las poblaciones.

Hay que mencionar un caso muy particular, aquí en Colombia, el caso de Olga Castillo y su hija, compañera que tuvimos el honor de conocer, hace algún tiempo, el pasado año. Ella murió de cáncer exigiendo justicia para su hija. Su hija que había sido violada por los militares estadounidenses de una de las bases que está establecida aquí, en Colombia, y que, por supuesto, en el marco de la inmunidad y de la impunidad fueron devueltos a EEUU y Olga murió reclamando justicia para su hija. No pudo hacerlo el Estado colombiano, menos lo hizo EEUU, por supuesto protegiendo a sus militares, y casos como estos hay múltiples, múltiples casos en el mundo, y en América Latina en particular.

Otros fenómenos que producen las bases militares, en los lugares donde son establecidas, es que terminan contaminando el medioambiente. Hemos visto, por ejemplo, todo lo que fue la presencia de las instalaciones militares en Vieques (Puerto Rico), una zona completamente militarizada, donde se probaban armas, donde se probaban productos y armas químicas, que se tradujo en perjuicio en la salud de toda la población viequense y que, entre otras cosas, se utilizaron armas, donde se colocaron minas en el suelo de Vieques, y se habla que hasta el año 2033, después de la retirada del ejército estadounidense, será entonces cuando se pueda hablar de un desmilitarización completa del territorio viequense.

Entonces contaminan el agua, generan perjuicios al medioambiente, se violan los derechos humanos, se incrementan los niveles de inseguridad. Adicionalmente, despilfarran cuantiosos recursos que deberían ser utilizados para realmente resolver los problemas estructurales de nuestra sociedad en acceder a derechos como el derecho a la salud, como el derecho a la educación, como el derecho a la cultura, la recreación, al deporte, lo que permitiría una normal existencia de la vida humana se termina traduciendo en un despilfarro cuantioso de recursos. Basta con dar una mirada a lo que es el gasto militar en el mundo y lo que EEUU invierte en la guerra y, por supuesto, un gran porcentaje de esa inversión a la guerra, que va en armas, que va a tropas, un gran porcentaje de eso va a las bases militares.

Sólo con el 3% del presupuesto que destina EEUU para la guerra en el mundo, sería posible ponerle fin al hambre en África, sólo con el 3% de lo que se destina a la guerra. Entonces estamos viviendo en un mundo, en una sociedad que en general, con mucha inmoralidad, con mucha hipocresía, que nos mencionan, y nos dicen que se preocupan por el problema de la hambruna mundial, pero entonces invierten cuantiosos recursos para fortalecer sus bases militares y sus guerras. Y en América Latina ya lo hemos visto: ha sido precisamente desde las bases militares estadounidenses donde se han generado acciones que han ido en contra de lo que han decidido los pueblos como forma para destinar y construir su futuro.

Desde las bases militares de Colombia se ha desarrollado múltiples acciones de agresión hacia el pueblo venezolano, en distintas oportunidades, generando operaciones de organización en alianza con grupos terroristas, en alianza con fuerzas mercenarias, en alianza con otros sectores, y Venezuela se encargó de denunciar, durante muchísimo tiempo, que nos oponíamos a la existencia de esas bases militares.

En el caso de Honduras, desde la base militar Soto Cano, en Palmerola, fue desde donde se extrajo al presidente electo Manuel Zelaya, en ese momento, y se le colocó en Costa Rica, por supuesto, violentando la soberanía del pueblo hondureño y la decisión del pueblo hondureño de construir un futuro con un presidente que en ese momento era el compañero Manuel Zelaya.

Entonces, para eso han servido las bases militares. No nos han generado ningún tipo de beneficio a nuestros pueblos y, en consecuencia, pensamos que es necesario, si queremos realmente poner fin a la guerra, es necesario cerrar todas las bases militares.

Nosotros tomamos el 23 de febrero porque es un día simbólico, un día significativo. Es el día en el cual se recuerda aquel tratado inmoral suscrito por el gobierno de Cuba, en 1903, por el gobierno de ese entonces, con el gobierno de los EEUU para tomar posesión de la bahía de Guantánamo que hoy es el principal centro de tortura y violaciones a los derechos humanos en el mundo y que, además, hoy está siendo utilizado por el gobierno de EEUU para enviar a los inmigrantes de todas las nacionalidades; entre esas, venezolanas; amenazarlos con enviarlos a esta prisión, que lo sabemos por todas las denuncias que se han presentado por distintos organismos internacionales, entre ellos por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y que están ocupando de manera ilegal, están ocupando en contra de la voluntad del pueblo de Cuba y que debería ser restituido a quien legítimamente le corresponde, ese territorio, que es al pueblo cubano.

– El tema de las bases militares, como bien dices, es un problema de todo el mundo y, de hecho, en Europa la presencia de bases militares de EEUU, las que comenzaron a rodear Rusia, se transformó en un problema, en un problema que llevó a la guerra en Ucrania con Rusia. Actualmente, el presidente Donald Trump está impulsando negociaciones de paz y, por otro lado, a la gran mayoría de los países de la Unión Europea les gustaría que continuara la guerra. Sin duda la guerra es un gran negocio, pero un gran negocio para pocos. ¿Qué piensas tú de las negociaciones o la guerra?

Mira, desde nuestro movimiento hemos clamado desde que se inició la guerra, hemos clamado la importancia y la necesidad de detenerla, de poner fin al conflicto, de poner fin a la guerra; por supuesto, sabemos que los actores involucrados, en este caso, todos y cada uno de ellos, aducen importancia y necesidades geopolíticas de emprender este conflicto que ha sumido a Europa del Este en una gran confusión, en una gran situación complicada, particularmente.

Sabemos que la OTAN ha sido uno de los grandes artífices de este conflicto, uno de los principales promotores los que realizaron un plan bien estructurado, que durante muchísimos años viene ejecutando para poder ir cercando, progresivamente, militarmente a Rusia, expandiendo sus fronteras, anexando nuevos países a la OTAN, inclusive países que se denominaban que eran países neutrales, por ejemplo, como Finlandia, como Suecia, que en el 2023 pasaron a formar parte de la OTAN y, recientemente, han declarado que tienen el interés de destinar más fondos para la guerra en Ucrania.

Entonces, sencillamente, es cómo estallamos y desarrollamos un conflicto, ¿verdad? Proponemos que se desarrolle un conflicto que, en resumidas cuentas, se traduzca en un mayor aislamiento a nivel internacional de Rusia, debilitamiento desde el punto de vista militar, político y geopolítico y nosotros, (la OTAN), progresivamente, vamos testeando de qué forma sería o de qué forma respondería una potencia nuclear en el marco de esta confrontación.

Para nosotros, lo peligroso de esto es que estamos señalando que en este conflicto se han sumado potencias nucleares. Lo ha declarado así la Agencia Internacional de Energía Atómica, donde Rusia posee cerca de 1530 cabezas nucleares, EEUU posee cerca de 1800 cabezas nucleares, otras tantas más en Reino Unido y en Francia.

Entonces, muy lamentablemente, parece que los gobiernos de Europa, porque no podemos hablar de los pueblos de Europa, no han aprendido nada de la historia, de los fenómenos y de las causas que se tradujeron en el estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hoy parecieran repetirse como copia y calco de cada uno de los hechos internacionales que fueron ocurriendo para que estallaran esas guerras.

Frente a la propuesta de paz, nosotros debemos señalar que, aunque sea una paz imperfecta, tiene que parar la guerra, tienen que dejar de morir personas, jóvenes, niños, mujeres, ancianos y ancianas en Ucrania y en Rusia. Porque en resumidas cuentas, eso es en lo que se traduce la guerra. Mueren personas, se genera sufrimiento en las familias. Entre otras cosas, se devastan pueblos y ciudades enteras. Entonces, la guerra debe tener un punto de finalización. Sabemos que las conversaciones de paz no son espacios o discusiones y conversaciones que sean fáciles.

Estamos seguros de que en los procesos de negociación y diálogo tienen que ceder ambas partes y creo que pareciera que existe, por fin, una opinión más o menos coherente y lógica sobre la necesidad de poner fin a esa guerra. Es muy irónico, porque la propuesta surge de parte de EEUU que es el principal promotor de guerras en el mundo y que, paralelamente, dice que debemos poner fin a la guerra en Ucrania y en el siguiente mensaje, en el siguiente tweet en la red “X”, escribe: “Bueno, y si Hamas no respeta el alto al fuego, que se desate el infierno en la Franja de Gaza”.

Entonces, tú no puedes entender cómo alguien que se propone construir la paz, lo hace para un conflicto en una esquina del mundo y para otro propone entonces desatar un infierno entero que significa la muerte de más personas de los ya 40 mil muertos en la Franja de Gaza a través de la intervención y del genocidio sionista y genocida que ha propuesto y que ha desarrollado Israel, el estado sionista de Israel. Entonces, es bastante irónico, ¿no? Naturalmente hay que aprovechar las circunstancias, hay que aprovechar el contexto. Si está planteada una negociación para poner fin a la guerra, es un esfuerzo que se debe acompañar.

Es necesario detener inmediatamente no solamente la guerra en Ucrania, sino todos los conflictos que están en desarrollo en el mundo, porque no es solamente Ucrania, no es solamente Palestina, qué nos duele muchísimo lo que ocurre en ambas naciones, sino que también son las guerras que están ocurriendo en África, por ejemplo, que muy poco se habla. Entonces, sabemos que hoy, eso es algo importante. Ojalá esos esfuerzos se traduzcan realmente en avances concretos para detener la guerra, para construir una paz justa para todos los pueblos y para los pueblos involucrados: el pueblo de Ucrania y el pueblo de Rusia.

Una paz estable, que no permita que cualquier acción o inestabilidad en la región produzca un nuevo estallido en la guerra, y, por supuesto, duradera. Que le permita al pueblo ruso y al pueblo de Ucrania desarrollar, elegir sus destinos, construirse como sociedades, construir un mejor futuro para sus pueblos, alcanzar el desarrollo en sus distintos espacios, niveles, áreas y campos, y que le permita también a la humanidad entender la importancia de ello.

Es importante que Europa no continúe su plan que lo ha develado hace unas pocas semanas a través de sus principales voceros; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de ponerse en una carrera armamentista contra Rusia y ganarla, además, han dicho.

Entonces parecieran los mismos discursos previo a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial muy peligrosos, muy delicados, y que genera una sensación de que estamos a las puertas de una nueva guerra mundial, de que estamos efectivamente gambeteando en ese espacio, en ese escenario, y la posición, desde los movimientos sociales y de nuestros pueblos, tiene que ser poner fin a la guerra, poner fin a la locura, que se propone desarrollar una nueva confrontación a nivel global, y, por supuesto, insisto, las capacidades destructivas hoy son, al menos, 100 veces superiores a las que existían durante la Segunda Guerra Mundial.

Treinta minutos de una guerra nuclear significaría la muerte de más de 3 mil millones de seres humanos – casi la mitad de la población – en sólo 30 minutos de confrontación con armas nucleares. Entonces, estamos hablando de un contexto bastante difícil, bastante complejo, pero que estamos seguros de que nuestros pueblos sabrán oponerse a ello, estamos seguros que en los pueblos en Europa hay resistencia, hay movimientos que están desarrollando iniciativas. Ahora, en el mes de junio, se va a desarrollar en Europa la contracumbre de la OTAN, justamente para denunciar lo que se va a discutirse allí en la OTAN; que no van a hacer otra cosa más que ver cómo siguen reforzando su estructura y su alianza militar global que ya hemos dicho, ahora en la entrevista, que es el dedo en el gatillo del imperialismo.

Es posible también que tengamos una nueva edición del Congreso de Neutralidad (que se realizó en Colombia) sobre estas fechas como espacios de confluencia de las plataformas a las que tú hacías mención al inicio de la entrevista como espacios para la construcción y para la articulación y para el desarrollo de una agenda común, una agenda en conjunto, que ponga en el centro la importancia de alzar nuestra voz para la paz, de pedirle y decirle a los gobiernos que detengan esta locura militarista.

– En estos días se supo que el presidente Daniel Novoa, de Ecuador, sostuvo una reunión con el fundador de Blackwater. ¿Qué opinas de esto? A mí, primero me dio risa, porque el año pasado, con EEUU se firmaron una serie de acuerdos, entregaron las Islas Galápagos, y que todo esto iba a ayudar a resolver el tema de las bandas criminales, del narcotráfico, vimos imágenes bien impactantes de un grupo tomándose un canal de televisión ¿Qué opinas?

Mira, yo creo que ya no hay acción en contra de la voluntad, en contra de los intereses de los pueblos, que Daniel Novoa no haya realizado, en el caso de Ecuador. Desde que este caballero fue electo, y digo caballero con el respeto de los verdaderos caballeros, en el Ecuador naturalmente se tomaron un conjunto de decisiones que iban totalmente en contra de la voluntad del pueblo, porque bien lo has relatado, si hacemos una revisión, digamos en las acciones que se fueron desarrollando en el tiempo, una de las primeras fue, justamente, pasar el proceso de militarización completo de las Islas Galápagos invitando al ejército estadounidense a participar de operaciones de interdicción, de operaciones supuestamente contra el crimen transnacional, cuando utilizaron el Ecuador. Los grupos criminales transnacionales han sido utilizados, y el paso de la droga, el tránsito de la droga, tema que hay que por supuesto estudiar, y trabajar para una próxima entrevista, utilizaron ese pretexto para establecer allí tropas en las Islas Galápagos.

Luego, se invitó abiertamente a tropas militares estadounidenses a territorio ecuatoriano. Luego se invitó al FBI, luego se invitó a la CIA y, más recientemente, bueno, entre otras cosas, se propuso cambiar el Artículo 5 de la Constitución ecuatoriana para permitir el establecimiento de bases militares extranjeras en el territorio, algo que había sido prohibido expresamente en la Constitución a partir de lo ocurrido en los desarrollos y el cierre de la base militar de Manta, donde, el expresidente Rafael Correa en ese momento declaró algo realmente brillante: recordamos una entrevista que le hicieron en EEUU sobre por qué estaban retirando la bases militar de Manta, si esa era una base militar cooperativa con el Ecuador: “Estamos cerrando la base militar de Manta, porque el día que ustedes nos permitan poner una base militar ecuatoriana en Florida, entonces nosotros dejaremos esa base militar estadounidense en Manta”.

Una respuesta sencilla, pero contundente, con mucha fortaleza, ahora, esto se agudiza y esto, por supuesto, se agrava en el hecho de las recientes entrevistas y publicaciones, donde Daniel Novoa con Erik Prince, el principal contratista de mercenarios en el mundo, enemigo declarado de los pueblos, enemigo declarado de Venezuela, por ejemplo. Ya lo ha dicho en múltiples oportunidades, que él, con su ejército de mercenarios va a proponerse, y va a llegar a Venezuela, y de forma fantasiosa van a derrocar el gobierno legítimamente electo por el pueblo venezolano, y van a colocar a los títeres para ser serviles a los intereses del imperialismo estadounidense y que, durante toda sus historia, no han hecho más que promover acciones desestabilizadoras contra los gobiernos; golpes de estado contra los países y los gobiernos legítimamente electos, y, en resumidas cuentas, colocar a personas que no representan los intereses genuinos del pueblo.

Hay que decirlo: Daniel Novoa no representa los intereses del pueblo ecuatoriano. Daniel Novoa representa los intereses de la clase económica mundial de las fuerzas y los polos de poder mundial que sencillamente se proponen seguir subordinado a los pueblos arrancándoles derechos, viendo como siguen alimentando, incrementando sus arcas en términos económicos. Entonces eso es un poco los comentarios sobre esto hay que seguir viendo los desarrollos, lo que va a continuar realizándose y desarrollándose en el caso de Ecuador, nosotros tenemos mucha claridad y hemos adelantado una campaña para poner fin a las bases militares.

– Uno de mis temas, es el tema del entrenamiento. Colombia, Chile, Perú son, entre tantos otros, países que siguen enviando tropas a la Escuela de Las Américas, y también viajan instructores estadounidenses a nuestros propios países. El entrenamiento es otro fenómeno del intervencionismo estadounidense en América Latina y en el mundo. ¿Qué opinión tienen ustedes sobre este asunto?

¿Cuál es la razón principal por la cual EEUU se propone crear escuelas de entrenamiento para nuestros militares de los países latinoamericanos? No es para otra cosa más de que aprendan la doctrina ya caduca de cómo oponerse, cómo debilitar a cualquier movimiento, cualquier grupo de fuerzas, desde el punto de vista de la sociedad civil, que se proponga reestablecer la verdadera democracia en esos países, en los países donde no existe democracia. Por ejemplo, sucedió mucho en la Escuela de las Américas donde existían las dictaduras donde había movimientos que se oponían a las dictaduras y EEUU se encargaba de entrenar a los militares de esos países para golpear, para cercar, para confrontar a esos movimientos que se oponen desde distintas formas de acción. Nosotros, por supuesto, siempre reivindicamos las formas de acción no-violentas entre esas formas no violentas de organización de los pueblos para poner fin a esas dictaduras y que también eran perseguidos por los militares, eran asesinados por los militares, eran encarcelados por los militares, y sabemos todas las violaciones a los derechos humanos, casos como esos.

Ustedes, conocen muy bien todo lo que ocurrió en Chile en la época de Pinochet, sabemos todo lo que ocurrió en la Argentina, durante las dictaduras en el Uruguay, durante la dictadura en el Paraguay, etc. Entonces si hay alguien que sabe de cómo se entrenaron a los militares para confrontar, desaparecer, para asesinar, para reprimir a los pueblos, es precisamente en el Cono Sur. Entonces, la gran realidad es que EEUU no ha abandonado esta práctica. Lo que se ha es automatizado, lo que se ha es tecnificado, lo que ha es modificado las formas, inclusive les han dado nuevas estéticas. Por ejemplo, ahora, en Colombia, se aperturó recientemente un centro de excelencia de la OTAN, es decir, donde vienen militares de todas partes del mundo a formarse en el arte de la guerra, de cómo asesinar personas, y cómo hacerlo “de mejor forma”.

Entonces, es realmente una gran amenaza. Como tú bien lo decías, muchos de los países latinoamericanos han invitado a tropas militares estadounidenses, y en algunos casos ni siquiera invitaron; en algunos casos bajo coerción y presión de parte de EEUU de “bueno, mira: si no haces esto”, un poco lo que sucede hoy con la guerra comercial que ha desatado Trump en el mundo, que “si no haces esto, entonces te voy a imponer aranceles”. Lo ha hecho así con el tema de las tropas militares estadounidenses: “Mira, si tú no haces esto, si tú no permites ejercer mi tropas en ese territorio yo te voy a colocar tal cosa o, a nivel internacional, te voy a debilitar o te voy a aislar”, y, bueno, gobiernos que no son soberanos, gobiernos que realmente no tienen una posición de defensa nacional ceden ante eso fácilmente y algunos otros son bastante cooperativos. En el caso de Perú, ha sido bastante cooperativa.

En el caso de Chile, con Gabriel Boric, ha habido muy buenas relaciones con el Comando Sur, cosa que sorprende.

Por supuesto. De hecho, el año pasado, y eso era parte de lo que te iba a mencionar también, América Latina lo visitó el portaaviones “George Washington”, que es un portaaviones con capacidad nuclear, que visitó siete países de la región, entre estos Chile, Argentina, Brasil, etc., con lo cual, al final es abrirle las puertas al ejército estadounidense para desarrollar ejercicios militares conjuntos los cuales, por supuesto, crean un impacto al medioambiente, los cuales terminan reforzando la doctrina de dominación del imperialismo estadounidense en nuestro continente, lo cual representa una amenaza clara a la paz y algo muy peligroso que nosotros denunciamos y señalamos en ese momento que era el tema de que estos portaaviones, con capacidad nuclear, son los laboratorios de ensayo para mirar cómo reacciona la región frente a la posibilidad de establecer en nuestro territorio armas nucleares.

Actualmente, en América Latina no existen armas nucleares. Hay países que desarrollan la energía nuclear como Argentina, por ejemplo, pero no existe, al menos conocida, la presencia de armas nucleares. Entonces, todas estas son tentativas para ver de qué forma reacciona nuestro continente, nuestra región. Nosotros, en el movimiento popular lo denunciamos en su debido momento. Por supuesto, pensamos que es importante que los gobiernos también lo denuncien, porque si eso no ocurre, más temprano que tarde, en este continente se van a establecer y se van a sembrar armas nucleares, y nos van a poner nuevamente en un nuevo teatro de operaciones de la confrontación a nivel global.

Nosotros lo hemos dicho con claridad: EEUU debe cerrar todas sus bases militares en el continente. Debe retirar sus tropas y sus ejércitos de nuestra región. Debe desmantelar el Comando Sur, porque todos estos representan auténticas y genuinas amenazas para la paz regional.

América Latina no necesita bases militares, América Latina no necesita ejercicios militares conjuntos con el ejército estadounidense, América Latina necesita trabajar en sus problemas y en sus preocupaciones y desafíos que no son otros más que poderle garantizar a nuestros pueblos una salud gratuita, una educación gratuita, pública y de calidad, poderle garantizar derecho a la vivienda, poderle garantizar derecho a la recreación, al arte, la cultura, el deporte.

Esas son nuestras realidades, trabajar en nuestros procesos de integración regional, trabajar en nuestros procesos de solidaridad entre nuestros pueblos. Esas son nuestras principales preocupaciones, no tiene que ser si aquí hay un portaaviones de tal capacidad o con tal equipamiento militar, o si le cambiamos a nuestros militares el fusil número tal por el fusil número tal que tiene tal capacidad más destructiva. O sea, esas no son nuestras preocupaciones. No deberían ser el centro de nuestras preocupaciones.

Foto: Gabriel Aguirre, junto a sus compañeras del Capítulo para La Paz de Colombia de WBW en Bogotá

* Pablo Ruiz es integrante del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile y editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz www.derechoalapaz.org

Primeros paisanos expulsados de EU llegaron a México esposados

El titular del Instituto Nacional de Migración de México (INM), Francisco Garduño, reveló que los connacionales repatriados desde Estados Unidos tras el inicio del gobierno de Donald Trump han llegado esposados a territorio mexicano, al menos durante los primeros vuelos que aterrizaron en el país.

Puede leer la nota en LaJornada:

https://www.jornada.com.mx/2025/03/19/politica/004n3pol

Solidaridad con el pueblo de Panamá. Fuera tropas del territorio panameño

Partido Vanguardia Popular – Costa Rica
Fundado – 16 de junio de 1931

A la opinión nacional e internacional

El canal es de Panamá, la soberanía no se negocia y en un coro indoamericano gritamos tropas gringas go home

Nos parece, porque así lo es, que en pleno siglo XXI, las garras sucias y manchadas de sangre del hegemón yanqui, anuncien, sin ningún reparo moral, (mortal diríamos) el traslado de tropas al territorio de nuestra hermana República de Panamá.

La bestialidad del Trumpismo, la prepotencia en la narrativa de sus secuaces y procónsules, su arrogancia soez y putrefacta, le hace olvidar al inquilino temporal de la Casa Blanca que la autodeterminación, la soberanía y la independencia, son principios, valores, constructos históricos que no se negocian, que no se ponen en juego, aun cuando el presidente de turno cobardemente incline su cerviz al amo del norte.

Señor Trump, en el ideario panameño, le recordamos, la memoria histórica de Victoriano Lorenzo, Floyd Britton y Torrijos, su ideario y compromiso forman parte del torrente sanguíneo de ese noble pueblo panameño.

Rememore, como lo señalaba MAO ZEDONG, los imperios como el que está usted hoy a la cabeza, “son gigantes con pies de barro” y la historia reciente, nos ha enseñado, con ejemplos vivos, que pueblos pequeños como Nepal, Cuba, Viet Nam, Nicaragua, Venezuela, han sabido encontrar sus debilidades y golpearlos por donde más le duele al imperialismo. La moral de los pueblos de América no se negocia por un plato de lentejas, mucho menos por unos “dólares más”

Nuestras preclaras abuelas decían, muy sabiamente, está muy grande para que juegue con fuego, no vaya a ser que amanezca orinado. Pero también, desconocer de la coyuntura actual que frente así, usted tiene a los BRIC’S, es ser muy iluso, porque hoy, el país que usted dirige, el imperio que está bajo su mandato cada día deja ver sus profundas debilidades estructurales, como respuesta, ante su miope visión, emerge la multipolaridad y la lucha por la paz como consigna universal.

Dos acotaciones finales, pequeñas, pero profundamente significativas.

En primer lugar, el Canal es de Panamá.

En segundo término, existe el Golfo de México. Posiblemente en su estrechez mental y geografía y su escaso conocimiento del planisferio, usted ve otro lugar que no existe.

Como corolario de lo anterior, los latinos le queremos recordar que la soberanía no se negocia y que, a su prepotencia imperialista, miles y miles de voces y acciones directas, diremos presente en esta nueva jornada a la que nos llama la historia. Evocaremos los principios esenciales de Bolívar y Martí en esta noble tarea que nos exige la defensa de la soberanía y la expulsión de la tropas extranjeras, como lo hicimos en 1856-1857, cuando los ejércitos de labriegos sencillos derrotaron la “doctrina del Destino Manifiesto”.

Partido Vanguardia Popular

San José, sábado 15 de marzo de 2025

Un pequeño giro hacia la paz: votación en el Consejo de Seguridad de la ONU

Félix Madariaga Leiva
Periodista

El 24 de febrero pasado podría ser considerado un día histórico: Estados Unidos votó junto con la Federación Rusa, en contra de una resolución de la ONU que condenaba a Moscú por la invasión a Ucrania. Este hecho es de enorme relevancia, ya que es una de las pocas ocasiones en que Estados Unidos ha expresado su disposición hacia la paz en un conflicto internacional.

Sin duda marcará un antes y un después en la política exterior de Donald Trump, que ha lanzado un claro mensaje: Estados Unidos no seguirá apoyando a Ucrania. La guerra debe terminar.

Tres años después del inicio del conflicto entre Ucrania y la Federación Rusa, Estados Unidos sorprendió a los representantes diplomáticos votando al igual que Rusia contra la resolución promovida por Kiev y sus aliados europeos que buscaba priorizar la integridad territorial en cualquier acuerdo de paz.

La geopolítica es compleja, la diplomacia aún más. ¿Qué significa el cambio de actitud de Estados Unidos, el que fuera hasta la llegada de Trump uno de los más fuertes aliados de Zelenski? Las variables son tantas – infinitas – y es lícito dudar de las intenciones de la potencia americana. Sin embargo, las cifras están ahí, sin restas ni matices.

Los costos de un conflicto de tal envergadura son y serán siempre inconmensurables. Cada vida perdida es irremediable, los daños a las infraestructuras, a las escuelas, caminos, hospitales, fuentes de energía, viviendas, etc. significan recursos y años de esfuerzos para su recuperación. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) hasta febrero de 2025 se había confirmado la muerte de más de 12.600 civiles y más de 29.000 heridos en Ucrania. Entre las víctimas hay al menos 2.400 niños.

Según el Statista “Estados Unidos es, con gran diferencia, el país que más se ha involucrado económicamente con la nación dirigida por Zelenski. En concreto, hasta el 31 de diciembre de 2024, su contribución humanitaria, financiera y militar a Ucrania ha alcanzado los 114.150 millones de euros”, y con la nueva política Trump, esa por sí sola, sería una razón suficiente para terminar una guerra – que según los expertos – podría prolongarse por años.

Es lógico y humano agotar todas las instancias que permitan detener el conflicto y la aprobación de la Resolución 2774 presentada por Estados Unidos y aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU es un paso en esa dirección: “Lamentando la trágica pérdida de vidas durante todo el conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania,

Reiterando que el propósito principal de las Naciones Unidas, expresado en la Carta de las Naciones Unidas, es mantener la paz y la seguridad internacional y arreglar pacíficamente las controversias,

1. Implora que se ponga un rápido fin al conflicto e insta además a que se logre una paz duradera entre Ucrania y la Federación de Rusia”.

La resolución recibió 10 votos a favor (incluidas Rusia, Estados Unidos y China), 0 votos en contra y la abstención de Francia, Reino Unido, Dinamarca, Grecia y Eslovenia. Es la primera vez que este organismo alcanza una decisión conjunta sobre este tema.

Ese mismo día, la Asamblea General de la ONU adoptó dos resoluciones frente al conflicto ruso-ucraniano, que no tienen carácter vinculante como la anterior. Uno de los textos fue presentado por Ucrania con el apoyo de los países europeos y la segunda, fue la resolución presentada por Estados Unidos (aprobada en el Consejo de Seguridad) que luego de las enmiendas introducidas por la Asamblea, significó su abstención.

La primera fue aprobada con 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones y exigía que la Federación Rusa retire de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares del territorio ucraniano, reafirmando el compromiso con la “soberanía, independencia, unidad e integridad territorial del país”. Como en otras ocasiones, encabezados por Paula Narváez, Chile votó a favor. ¿estamos cambiando de socio comercial en Chile? ¿El Gobierno de Gabriel Boric, al apoyar a Ucrania, está en contra de la paz?. Es una pregunta a la que hoy no intentaremos dar respuesta.

No somos expertos, pero si tenemos opinión: este conflicto – y llámelo como quiera guerra, invasión, como prefiera – debe terminar, y debe terminar ahora y para lograrlo es necesario el compromiso de todos los Estados. Las palabras crean realidades, y parece que, para muchos en el seno de la ONU, lo importante son precisamente las palabras y no las acciones.

Nosotros no queremos ser parte de las decisiones que toma un gobierno endureciendo un discurso, y no somos ilusos, sabemos que la posición de Estados Unidos responde a sus propios intereses, también sabemos que la Unión Europea ha invertido demasiado y no aceptará ser un jugador de segundo plano – por no decir perdedor – en un conflicto que los ha visto involucrados desde el día 1.

Entonces, ¿qué hacemos? estamos frente a una disyuntiva: continuar la guerra o alcanzar la paz por la vía del diálogo diplomático y la negociación política. Las Naciones Unidas nacieron después del mayor conflicto bélico de la historia para garantizar la paz y la seguridad internacional, su mayor éxito ha sido evitar una tercera guerra mundial. Eso es lo que esperamos que hoy logren.

Fuentes:

https://es.statista.com/estadisticas/1294251/guerra-rusia-ucrania-tipo-ayuda-militar-enviada-a-ucrania-por-cada-pais-en-2022/

https://cnnespanol.cnn.com/2025/02/24/mundo/eeuu-usia-resolucion-onu-ucrania-trax

https://cronicadigital.cl/2025/03/10/la-primavera-ha-llegado-a-rusia-celebracion-de-la-maslenitsa/

https://webtv.un.org/es/asset/k13/k1386gd0l9

Sobre geopolítica mundial en el Siglo XXI y la profecía de George Orwell

MBA Lic. Luis Gilberto Martínez Sandoval, UTN.

Luis G. Martínez Sandoval
MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval
Académico Universitario Titular
Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera
Sede Central UTN
www.utn.ac.cr
Especialista en Relaciones Económicas y Políticas Internacionales,
MBA Administrador de Empresas énfasis Mercados Globales y Negocios Internacionales.
Ex Funcionario Banco Mundial IFC – Ecuador- y, América Latina,
Escritor, Científico Social

Hace algunos días finalice la reelectura de la novela 1984 de George Orwell cuyo nombre real es Eric Arthur Blair. Una obra distópica, dado que se crea una sociedad imaginaria bajo un poder totalitario o una ideología determinada. Hoy 2025, la novela 1984 parece una profecía apocalíptica por cumplirse.

El Gran Hermano (ESTADO) nos vigila La Policía del Pensamiento controla todo. El Ministerio de la Verdad (MIVER) se guía por tres consignas del Partido: LA GUERRA ES LA PAZ. LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD. LA IGNORANCIA ES LA FUERZA. El sistema gubernamental lo conforman: el Ministerio de la Verdad –noticias, espectáculos, educación y las bellas artes- el Ministerio de la Paz – para asuntos de guerra-. El Ministerio del Amor – encargado de mantener la ley y el orden-. Y el Ministerio de la Abundancia – asuntos económicos-. Unicamente 4 ministerios: MINIVER, MINIPAX, MINIAMOR, MININDANCIA. El Ministerio del Amor era el terrorífico. La tecnología todo lo vigila todo. Nada ers ilegal porque ya que no existían leyes. El Departamento de Registro, el Departamento de Novela, la Liga Juvenil Antisex todos son espías o agentes de la Policía del Pensamiento. El enemigo del pueblo eran los contrarrevolucionarios que se oponian al Gran Hermano y los traidores que manchaban la pureza del Partido Unico. El enemigo del pueblo era quien insultaba o acusaba al Partido que ejercía la dictadura. Eran enemigos del pueblo los que abogaban por: libertad de palabra, libertad de prensa, libertad de reunión, libertad de pensamiento, los que gritaban la revolución a sido traicionada. Eran el blanco de todos los odios. El ejercito actuaba en la sombra, una subterránea red de conspiradores que se proponían derribar al Estado. La organización se llamaba la Hermandad.

1984 describe una sociedad guiada por el extasis del miedo y venganza, deseo de matar, de torturar, de aplastar rostros con un martillo, de odio…El Gran Hermano y su procedimiento de autohipnosis para ahogar la conciencia colectiva. Hacer lo mismo que hicieran los demás era natural. Las mentes y los pensamientos debian estar abiertos no ocultos.La Hermandad eran los enemigos del Partido, existía o era un mito -nadie lo sabía- y su consigna: ABAJO EL GRAN HERMANO. ABAJO EL GRAN HERMANO. ABAJO EL GRAN HERMANO. ABAJO EL GRAN HERMANO. Eso simboliza el Partido Unico Totalitario Dictadura Terror. Que te descubrieran pensando seria CRIMENTAL. Las detenciones nocturnas. La gente desaparecia sencillamente y siempre durante la noche. En nombre desaparecia de los registros, se borraba de todas partes toda referencia y su paso por la vida quedaba totalmente anulado como si jamás hubiera existido. Se vive como ratón asustado. “Es la dicotomía entre la psiquis del inidividuo y la violencia que se crea al someterse a los mandatos del gobierno totalitario” El Gran Hermano te vigila. De la Policia del Pensamiento, dependía la estabilidad del Partido. Y ellos eliminaban a los traidores y criminales mentales. Cualquier indicio de herejía descubierto por los Espias que eran todos y todas era considerado una rebeldía contra la disciplina del Partido. Habia que adorar al Partido y el Gran Hermano. El INGSOC se guiaba por principios sagrados: neolengua, doblepensar, mutabilidad del pasado. Nada era del individuo a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro del cráneo. Cenizas. Vaporización. La herencia humana no se continuaba por que uno se hiciera oír sino por el hecho de permanecer cuerdo. Conceptos: Crimental (el crimen de la mente) no implica la muerte; el crimental es la muerte misma. Uno se reconoce ya a sí mismo muerto. Purgas. Miedo. Odio. Dolor físico. Todo se desvanecía. La Bomba atómica armas de destrucción masiva.

Solo existirán tres potencias resalta la novela 1984: EURASIA, ASIA ORIENTAL y, OCEANÍA el Estado totalitario intercontinental. Mas los territorios en disputa.

Oceanía estaba en guerra con Eurasia y era aliada de Asia Oriental. “El que controla el pasado, decía el slogan del Partido, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado”.

Las tres superpotencias emergen de la guerra nuclear y de disoluciones civiles.

Tres superestados. OCEANÍA surge de la absorción del Imperio Británico por parte de Estados Unidos y su geografía comprende toda América, toda Oceanía, las Islas Británicas, Islandia y el archipielago britanico, las islas del Atlántico y el sur de África. EURASIA lo conforman toda Europa y casi toda Asia desde Portugal hasta el estrecho de Bering. ASIA ORIENTAL, el más pequeño y más joven de los superestados, lo conforman China, Indochina, Japón, Mongolia, Tíbet y en general, el Sudeste Asiático. Los tres son SUPERESTADOS.

Las fronteras fluctuantes que durante la guerra se dividen y cambian de control de un estado a otro son principalmente el Polo Sur y una especie de cuadrilátero que se extiende entre Tánger (Marruecos), Brazzaville (República del Congo), Darwin (Australia) y Hong Kong (China) que abarca Asia Central (norte de Mongolia y Tíbet), el África Central, Medio Oriente, sur de India e Indonesia cuya población ha sido convertida en esclavos.

La guerra entre las superpotencias se describe como sangrienta y las violaciones, masacres, saqueos, infanticidio así como ejecuciones tortuosas y brutales de prisioneros son comunes, pero ningún estado puede ganarle al otro. Y por lo general la guerra acontece en la frontera fluctuante, pero salvo por esporádicos bombardeos, la guerra jamás toca los centros de civilizacion y las fronteras bien definidas.

Los tres estados se encuentran en un estado constante de guerra, aunque usualmente dos se alían contra otro por un cierto lapso de tiempo, hasta que el aliado se confía, se forman bases militares en las fronteras y entonces lo traicionan, tras lo cual se alían con el antiguo enemigo. Debido a que su poderío es equivalente ningún estado puede ganar la guerra que se vuelve eterna, aunque la prensa controlada por el gobierno frecuentemente anuncia numerosas victorias. La guerra es el principal motor de la economía y permite el desarrollo de la industria así como justificar el control y la violación de los derechos dentro de sus propias fronteras, razón por la cual resultaría inadecuado para los gobernantes de todos los países que terminara.

Asimismo, ninguno de los estados tendría las posibilidades de derrotar o invadir. La xenofobia fomentada por el Estado es común, así por ejemplo los ciudadanos de OCEANÍA se les enseña a odiar a las poblaciones del país enemigo e incluso se ve con recelo a las del país aliado. Todos los ciudadanos tienen prohibido aprender lenguas extranjeras o interactuar de cualquier forma con extranjeros, especialmente para evitar que descubran que en el fondo son todos iguales.

Cada uno de los estados realiza una fuerte carrera armamentista (que es la única función útil que tiene la ciencia en esos momentos) la cual busca crear armas de destrucción masiva, armas biológicas, armas químicas, etc. así como almacenar más y más bombas atómicas con laboratorios ubicados en las selvas de Brasil, los desiertos de Australia y Mongolia. O en los polos norte y sur. Y los oceános.

LA GUERRA ES LA PAZ. Tres bloques de poder global se conforman: EURASIA guiada por el neobolchevismo que estan enfreantados a OCEANÍA y en ESTASIA un término chino que se traduce como «culto por la muerte» o «desaparición del yo», aunque los tres estados condenaban la ideología de sus rivales como aberraciones. Los tres superestados tienen sistemas políticos virtualmente idénticos y represivos donde la población es controlada hasta en sus más íntimos momentos y desaparece cualquier noción de libertad personal y con un líder semidivino y absoluto. ESTASIA O ASIA ORIENTAL, es el más pequeño y más joven de los superestados mundiales, lo conforman China, Indochina, Japón, Mongolia, Tíbet y en general, el Sudeste Asiático. La ideología dominante en Estasia esta guiada por los Nacionalistas Comunistas que enfatizaban la idea de sacrificar la vida por un bien mayor y éste era un tema recurrente en la propaganda. La guerra puede ser también ficticia o falsa. Por ejemplo, Londres es bombardeado por el propio gobierno para mantener el clima bélico y reforzar su control. Ello nos recuerda las Torres Gemelas en EUA y la invasión de Irak, Afganistán otras regiones. Esta novela se publicó en 1949, décadas después durante la Guerra Fría y las predicciones de Orwell parecían coincidir simbólicamente con la efectiva división de la Tierra: EUA, URSS, CHINA. Tras el fin de la Guerra Fría -1989- dichos paralelismos han aumentado. El mundo ahora ha entrado en un nuevo conflicto (conocido como nueva Guerra Fria o la Segunda Guerra Fria) La disputa por zonas de influencia geoconómicas por tres superpotencias nucleares: ESTADOS UNIDOS, RUSIA Y CHINA, cuyas áreas de influencia son bastantes similares a las de las ficticias OCEANÍA, EURASIA Y EASTASIA.

LA GUERRA ES LA PAZ.

LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD.

LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

El asalto a Moscú: Europa lo intenta otra vez

Gilberto Lopes

San José, 11 de marzo de 2025

Derrotar a Rusia o el alto precio de perder Ucrania

¿Qué está en juego en el conflicto en Ucrania?, se preguntaba Stephen J. Blank, investigador senior del Foreign Policy Research Institute, una institución con sede en Filadelfia, cuyos objetivos son fortalecer la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos. Blank se presenta como reconocido experto en Rusia y la antigua Unión Soviética, autor de decenas de artículos y libros, profesor durante 24 años (1989-2013) del US Army War College. O sea, de las fuerzas armadas norteamericanas.

La ambición rusa –afirma Blank– es no solo rediseñar sus fronteras con Ucrania, sino también en los Balcanes y en Europa del este: Bielorrusia, Polonia, Rumania, Moldavia y los Estados bálticos. “Todos corren riesgos. No solo si Ucrania es derrotada, como también si no logra expulsar Rusia de Crimea y de Dombas”.

Y agrega: “dado el creciente número de informes asegurando que Putin se está preparando para una guerra general con Europa, será bien recibido cualquier cambio militar-político de la situación en el terreno”.

Lo que está en juego, en su opinión, es la oportunidad para que Washington y Europa “derroten a Rusia y logren la mayor transformación estratégica en una generación”.

El artículo de Blank fue publicado el 13 de diciembre del año pasado. Ya Trump había sido elegido, pero no había asumido todavía la presidencia de los Estados Unidos.

La idea de que Rusia es una amenaza para los países de la OTAN es repetida por otros académicos y líderes políticos europeos, de la Unión Europea y de la OTAN.

Frederick W. Kagan, Kateryna Stepanenko, Mitchell Belcher, Noel Mikkelsen, y Thomas Bergeron, investigadores del Institute for the Study of War (ISW) –otra institución con sede en Washington–, especulan sobre “El alto precio de perder Ucrania” (The High Price of Losing Ukraine), en un artículo publicado también en diciembre del año pasado.

Una tal cosa –afirman– “pondría el ejército ruso, golpeado pero triunfante, en la frontera de la OTAN, desde el mar Negro hasta el océano Ártico”. Rusia podría entonces avanzar hacia occidente e “instalar bases militares en las fronteras de Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania”. ¡Unos 3.000 km de fronteras! Casi tres veces más que el frente del actual conflicto entre Rusia y Ucrania.

Claude Malhuret, médico, abogado y senador francés del grupo de derecha Les Indépendants – République et territoires (LIRT), el martes, 4 de marzo, dijo en el senado que “la derrota de Ucrania sería la derrota de Europa. Los países bálticos, Georgia y Moldavia ya están en la lista”. El objetivo de Putin es volver a Yalta –aseguró–, en referencia a la conferencia en la que los líderes de Rusia, Estados Unidos e Inglaterra negociaron, en febrero de 1945, el orden político europeo después de la II Guerra Mundial.

Pero el mismo Malhuret afirma que “al contrario de lo que dice la propaganda del Kremlin, Rusia va mal. En tres años, el supuesto segundo ejército del mundo sólo ha conseguido arañar migajas de un país tres veces menos poblado. Los tipos de interés del 25%, el colapso de las reservas de divisas y oro, el derrumbe demográfico”, en su opinión muestran que Rusia “está al borde del abismo”. La misma Rusia que académicos y políticos europeos estiman capaz de asaltar Europa.

La expansión de la OTAN

En Europa, esas ideas se repiten hasta el cansancio. No se trata solo de Ucrania, sino del debilitamiento de Europa, de su destrucción, dijo Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma.

Todas reflexiones de carácter especulativo, sin sustento factual. Se trataría de un despliegue militar que, a todas luces, está mucho más allá de la capacidad del ejército ruso, si no nos bastan las reiteradas declaraciones de Putin de que no es su intención avanzar sobre territorio europeo.

Si uno se interesa por los hechos y examina de forma fría las capacidades de Rusia, ve que no existe ninguna amenaza seria para Alemania, según el politólogo norteamericano John Mearsheimer, en entrevista a la publicación alemana Der Spiegel, el 7 de marzo pasado.

Cuando uno piensa en Putin, debe hacerse dos preguntas, dice Mearsheimer. Una es cuáles son sus intenciones. La otra, cuáles son sus capacidades. “En cuanto a sus intenciones, no tenemos pruebas de que sea un imperialista que quiera conquistar toda Ucrania y crear una gran Rusia, y mucho menos territorios adicionales en Europa del Este”.

¿No atacaron sus tropas Kyiv, Bucha e Irpin en 2022? ¿No sigue bombardeando objetivos en toda Ucrania, incluso en Lviv, a menos de 60 kilómetros de la frontera polaca? ¿No es eso una amenaza?, le pregunta el periodista.

“De eso no hay duda”, contesta Mearsheimer. “Pero la causa de estas guerras fue la expansión de la OTAN, no el supuesto imperialismo de Putin”.

¿Múnich y Yalta?

Ya hicimos referencia a la conferencia de 1945 en Yalta, Crimea, territorio que Rusia se anexó después del golpe de 2014 en Ucrania, donde Roosevelt, Churchill y Stalin discutieron, sin la presencia del francés Charles de Gaulle, como reorganizar el mundo después de la II Guerra Mundial. Las tropas rusas ya estaban a poco más de 60 km de Berlín.

Pero Yalta no ha sido la única referencia a esa época, rescatada en el debate sobre la situación en Ucrania. El ABC, diario español que, en su época, fue soporte del franquismo, se preguntó si se repetía la historia. Estaba hablando del Pacto de Múnich, de 1938, cuando los primeros ministros de Inglaterra y Francia, Neville Chamberlain y Édouard Daladier, negociaron con Hitler la entrega de los sudetes, entonces territorio checoeslovaco. Era el 30 de septiembre de 1938 y los dos países soñaban con que así Hitler los dejaría en paz, que la guerra sería entonces contra la Unión Soviética.

Para la diplomacia soviética esa era la intención. Stalin consideró el acuerdo como una traición de las democracias occidentales. Consideraron que el objetivo de los acuerdos era aislar la Unión Soviética para lanzar las tropas alemanas hacia Moscú.

Ya sabemos que Inglaterra y Francia no pudieron evitar la guerra, pero el objetivo principal de las tropas alemanas siguió siendo Moscú. Medios de prensa, académicos y políticos europeos aprovecharon esta circunstancia para sugerir que las conversaciones de Trump y Putin tienen objetivos similares a los que atribuyen a los acuerdos de Múnich de 1938. Periódicos como el ABC (y muchos otros) acusan a Trump de pretender apaciguar las ínfulas expansionistas de Putin. Pero no hacen referencia al objetivo de esos acuerdos, de facilitar la conquista de Moscú.

El entusiasmo por las armas

De modo que, más afín a los objetivos del Pacto de Múnich de 1938 parece el plan de rearme propuesto, el pasado 6 de marzo, por la presidente de la comisión europea, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, en el que piensan invertir más de 800 mil millones de dólares.

Es esa cita de la Unión Europea con Zelenski, mirando hacia Moscú –más que las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia– la que se identifica con la otra, con la de Múnich, en 1938, cuando ingleses y franceses negociaban con los alemanes.

Andrea Rizzi, periodista de El País, escribía desde Múnich, dos días antes de la reunión convocada por Macron: la conferencia “ha evidenciado el muy mayoritario convencimiento entre los líderes de dar un rápido salto en cuanto a capacidades militares, tanto para sostener a Ucrania como para disponer de la fuerza para disuadir a Putin de otras aventuras”.

“La carrera de rearme es parte del nuevo enfoque europeo ante un momento particularmente convulso”, dijo la corresponsal en Bruselas de El País, al comentar el anuncio, con un entusiasmo por la nueva política armamentista que se extiende por casi toda la gran prensa europea, incluyendo el francés Libération, el inglés Guardian o la alemana DW.

Las “ambiciones de Putin, de reconstituir a toda costa el imperio ruso o su equivalente comunista, son bien conocidas”, diría Serge July, fundador del diario francés Libération.

El miércoles, 5 de marzo, Macron pronunció un discurso “solemne”, asegurando que “Ucrania se había transformado en un conflicto global”. “Rusia se ha transformado en una amenaza para Francia y Europa” –aseguró–, y ofreció poner a disposición de los demás países europeos el paraguas nuclear francés, la única potencia nuclear en la Unión Europea.

Días antes, en una entrevista con diarios regionales franceses, había dicho que “Rusia constituye una amenaza existencial para Europa”. Y agregó: “No piensen que lo impensable no puede ocurrir, incluyendo lo peor”. ¡Macron habla de una guerra nuclear contra Rusia!

Como dice Céline Marangé, investigadora del Instituto de investigación Estratégica de la Escuela Militar de la Université París 1 Panthéon-Sorbonne, “en Rusia la guerra marca la culminación de un proyecto político que ofrece como horizonte de futuro un retorno a la época soviética”.

“El objetivo final sería más bien una Rusia dominante y temida, que haya recuperado su estatus de gran potencia y borrado la humillación de la derrota en la Guerra Fría, empujando las fronteras de la OTAN y destruyendo la Unión Europea”.

Tiempos extraños

El canciller ruso, Seguei Lavrov, ha recordado esa renovada tentación europea de conquistar Moscú. Contestando el discurso de Macron, Lavrov afirmó que el presidente francés había hecho “un discurso extremadamente agresivo anti ruso, calificando a Rusia como ‘una amenaza para Francia y Europa’”. Lo ha dicho otras veces, pero nunca de esa forma tan intensa e irreconciliable, que sonaba como un programa de acción rusofóbico”.

Macron pretende convencer al público francés de que somos una amenaza existencial para Francia, dijo Lavrov. Pero, de hecho, “Rusia nunca ha amenazado a Francia. Al contrario, ayudó a defender su independencia y soberanía en dos guerras mundiales”, mientras recordaba el concepto de de Gaulle, de una indivisible seguridad europea, desde el Atlántico hasta los Urales.

Como señaló Mearsheimer en su entrevista a Der Spiegel, si estamos interesados en los hechos, en la lógica, si calculamos fríamente las capacidades de Rusia, “vemos que no hay una amenaza seria de Rusia a Alemania”. ¡Ni a Europa!, pese al entusiasmo de sus medios por el rearme.

Como en 1938, ¡los ejércitos de Europa apuntan de nuevo hacia Moscú!

“¡Qué tiempos extraños vivimos, que Polonia se alegra del rearme de Alemania!”, habría comentado el primer ministro polaco, Donald Tusk, otro gran entusiasta de los gastos militares y del cerco a Moscú, citado por la corresponsal de El País.

Tiempos muy extraños. Una Europa (y una Polonia) que se olvidan de las consecuencias del rearme alemán para el mundo, en el siglo pasado.

FIN

Las visas de un imperio, y la obsecuencia de un gobierno vasallo

Alberto Salom Echeverría

Introducción

La investigación llevada a cabo por periodistas costarricenses de diferentes medios de comunicación no hizo más que poner en evidencia que, la actuación represiva del gobierno de los EE. UU ha estado inextricablemente ligada a un gobierno que ha dejado ver su actitud de vasallaje y sumisión con respecto a la imperial administración del “Norte revuelto y brutal”, como llamó José Martí al gobierno de los Estados Unidos, en carta dirigida a Manuel Mercado, hace ya más de un siglo. En estos días, los calificativos empleados por Martí contra los Estados Unidos a finales del siglo XIX no pueden resultar más precisos, aunque las circunstancias sean muy diferentes. (Cfr. “Carta de José Martí a Manuel Mercado”. Campamento de Dos Ríos, 18 de mayo de 1895).

Hoy, decidí retomar el tema porque a las primeras revocatorias de las visas estadounidenses, se han sumado importantes declaraciones de la señora Ana Sofía Machuca Flores, jefa de la Auditoría del ICE, en diferentes medios de comunicación tanto radiales como escritos y, al menos un nuevo retiro de visa, esta vez al diputado Francisco Nicolás (PLN, provincia de Puntarenas).

Tanto las declaraciones de la auditora general del ICE, como el retiro de la visa estadounidense al diputado Francisco Nicolás y sus posteriores comparecencias en la prensa han contribuido a esclarecer todavía más la gravedad de los hechos.

Declaraciones de la Auditora del ICE

La señora Machuca Flores en su calidad de auditora general del ICE, dejó meridianamente claro en el programa de los periodistas Vilma Ibarra y Boris Martínez, el martes 5 de marzo que, su trabajo durante la actual administración ha debido desarrollarlo junto al personal de la oficina en medio de “grandes presiones” por parte del gobierno y de entes externos. Si esto es así, constituye -dijo la auditora del ICE- “una corrupción estratégica para mover grandes intereses” (Cfr. léase, además, el artículo de la periodista Irene Rodríguez S. en el periódico La Nación del pasado martes 5 de marzo, 2025. Pp.9)

Adicionalmente, la auditora de la institución remarcó ante Vilma Ibarra y Borias Martínez que, en un ambiente de caos, siempre hay un grupo particular que gana. La corrupción -martilló- sobrepasa límites y fronteras de nuestro país. Esta afirmación no significa otra cosa más que, estamos en presencia de una arremetida contra la soberanía del ICE, atentatoria de la independencia que por imperativo legal le corresponde la auditoría general del ICE, y, claramente, violatoria de la soberanía del Estado costarricense, por tratarse de intereses que “sobrepasan límites y fronteras de nuestro país”, dijo la señora Machuca Flores. Esos intereses -agregó- no son los de nuestro pueblo, sino que son ajenos a los que deberían primar para la sociedad costarricense. Ya para entonces se sabía que, el gobierno de los Estados Unidos había también revocado la visa al diputado Nicolás.

Con ello se demuestra -señaló Machuca- que media en el país una intencionalidad de acallar voces por el hecho de que discrepen del gobierno de Chaves Robles. En el tema de la implementación de la tecnología 5G o de cualquier otra decisión estratégica, el ICE goza de autonomía e independencia en sus decisiones.

Por tanto, es grave, que se le haya retirado la visa a diputados y a la auditora general del ICE y otros funcionarios, porque ello no hace sino reflejar la connivencia o complicidad que está habiendo entre el gobierno de Chaves y la reciente administración de Trump, por medio del secretario de Estado Marco Rubio, actuando en calidad de “Procónsul” con poderes en la práctica plenipotenciarios.

El retiro de la visa al legislador Francisco Nicolás

Las declaraciones del diputado de Liberación Nacional por la provincia de Puntarenas son claramente consonantes con la tesis que hemos sustentado aquí. Baste con tener en cuenta las declaraciones brindadas por el diputado Nicolás a los periodistas Aarón Sequeira y Lucía Astorga, cuando afirmó: “Es difícil no pensar que esta decisión pudo haberse visto influenciada por alguna solicitud de la administración Chaves Robles [ya que…] a toda costa ha buscado silenciar a quienes pensamos diferente a ellos”. (Cfr. periodistas Sequeira, A. y Astorga, L. “Legislador Francisco Nicolás tampoco podrá ingresar a EE. UU.”).

Recordemos que en el caso de las diputadas Cynthia Córdoba y Johana Obando, pertenecientes al partido Liberal Progresista, la visa de Estados Unidos les fue retirada por habérseles acusado por parte del gobierno Chaves Robles de que ambas buscaban favorecer a empresas de China en la participación de la licitación de tecnologías 5G. Estas acusaciones no han sido demostradas, más allá de relaciones que las señoras diputadas mantuvieron con la empresa Huawei.

Conclusión

1. El gobierno de Trump adviene con la abierta intención de controlar territorios estratégicos, en el continente americano, como es el caso de Groenlandia que nunca le ha pertenecido, Canadá que es otro país con su propia historia, identidad y legislación. Aunque también apunta al estratégico canal de Panamá, adonde claramente ha perdido terreno, por lo que amenaza con asaltarlo; parte de su objetivo es desplazar a China que se ha fortalecido en esta zona estratégica. El secretario de Estado, Marco Rubio tampoco quiere que el “Traspatio” Centroamericano quede fuera de su férreo control de otrora. Por eso vino a Costa Rica (país limítrofe de Panamá), donde le fue fácil doblegar a la dócil administración de Chaves Robles, congraciándose con él y empleando en cambio el látigo para rescindirle las visas a diputados adversarios del gobierno y amigos de empresas chinas. De igual manera se procedió contra otros funcionarios públicos que, como la auditora general del ICE, por cumplir con su deber de proteger los bienes públicos, han debido enfrentar a un gobierno privatizador y a empresas de Estados Unidos y de la misma China. Empresas de ambas potencias que, en su afán por obtener avanzadillas respecto de la tecnología 5G en territorio costarricense, se han enfrentado a la legalidad y han luchado por transgredir autonomías institucionales y violentar la soberanía de la Nación.

2. El gobierno de Chaves parece que se reanima, ante la perspectiva de contar con el vecino del Norte; en cambio, da un paso al costado en su amistad con China, de la que hará unos dos años, no más, habló maravillas afirmando que juntos podrían contribuir a apuntalar la paz en todo el mundo, como si le importara. Otro cambio del camaleón como tantos otros a los que nos tiene acostumbrados. Que se le escabulle la máscara del jaguar, se le escabulle, y quedará al descubierto ante toda la ciudadanía, ya para toda la vida. ¿A cambio de qué? ¿Estados Unidos necesita a Costa Rica en calidad de aliado? Tan solo para usarla y Chaves lo sabe, lo presiente, mas no le importa si pudiera obtener, aunque fueran “migajas”; de por sí, pensará Chaves, en la situación en la que está cayendo el gobierno, algo es algo, o, dicho de otra manera: “Piorr es nada”, como dicen en el terruño. Las “migajas del imperio” son las “migajas del imperio”; que se les quite, por ejemplo, la visa a algunos diputados incómodos o no, pero adversarios del gobierno, por ahora, es un buen indicio, “un buen negocio” se le pudo haber salido decir al camaleón, ya que todo lo piensa en términos monetarios. Pero ¿…y China, en la de menos le daba más al camaleón? De fijo, habrá pensado Chaves con cierta astucia que todavía le queda, “más vale malo conocido que bueno por conocer” o también “más vale pájaro en mano que cien volando” pensaría asimismo el presi con un poco más de optimismo.

3. Estaba por fin un poco más contento el “camaleón” con sus dichos habituales, al fin y al cabo, con ellos se granjeó un cierto prestigio entre “las masas” costarricenses de ser un artista dicharachero. Al menos eso creía él. Por otra parte, la relación con la Asamblea Legislativa no puede estar peor. Pero ¿…y la visa de la Auditora Machuca Flores, auditora del ICE, nada menos? ¿No le habrá quitado muchos puntos con la masa, por tratarse del ICE? A lo que es bien probable que se dijera a sí mismo, inventándose esta vez un nuevo chascarrillo, para que le sirviera de consuelo, “La visa de Machuca bien vale una misa”, como quien dice: “una misa más, por una visa menos”. El presi en sus delirios de grandeza tal vez pensó que su chascarrillo podía bien compararse con aquel apócrifo refrán, pero que se le atribuye a Enrique IV de Francia que reza “París bien vale una misa”; o sea, en esa ficción pusieron al Rey a pensar: “mejor cambio de credo, si eso me permite gobernar Francia con mayor estabilidad”. Entonces por aquí el presi de seguro se aferró a su dicho, no solo porque se comparó con Enrique IV -llegó a sentirse Rey, al fin Rey- sino porque mediante su ocurrencia hasta debe haber creído que, podía seguir “gobernando” (más bien mandando) al terruño con estabilidad. Tal vez hasta el propio secretario de Estado Marco Rubio, lo acreditó como un gobernante con “buen juego de piernas”, y ¿por qué no? hasta se lo llegaría a contar al mismo Trump. AHH, se sintió grande otra vez.

4. Sin duda alguna, una nueva “bestia” nos acecha, el “monstruo estadounidense”, del que habló José Martí cuando dijo: “Viví en el Monstruo y le conozco las entrañas y mi honda es la de David”. Los Estados Unidos es un gran país, con pensadores, escritores, artistas, deportistas y un pueblo en general de primer orden; pero, su gobierno es imperial, y, su ejército es sin duda el más invasor de cuantos imperios han existido sobre la faz de la tierra. Aquí se sabrá de qué envergadura están hechos los líderes latinoamericanos y de todos los pueblos del mundo. Lo aconsejable es no enfrentar solos este reto colosal, sino buscar la unidad de los latinoamericanos y de todos los pueblos del mundo, por una paz duradera, por la justicia, por un mundo multilateral, del que se destierren para siempre las guerras, y donde las naciones se gobiernen nunca en sumisión, sino conforme a la sostenibilidad y sustentabilidad, para enfrentar con éxito los flagelos del calentamiento global y el cambio climático.

Compartido con SURCOS por el autor.

El retorno tardío y feroz de Estados Unidos a la política industrial

René Mauricio Valdez
PhD en Ciencias Políticas graduado de la Universidad de Toronto, Canadá
renemauriciov@gmail.com; https://renemauriciovaldez.com; @rmvaldesz
Marzo 5, 2025

Así que, ¿cuál es la resolución? Bueno, la resolución es
bastante obvia –tenemos que hacer ciertos bienes aquí
en Estados Unidos
.
J. Ferry, Coalición por una América Próspera

Una de las consecuencias más sorprendentes de la globalización neoliberal que se emprendió a partir de los años 80, fue el surgimiento de China como gran potencia económica mundial. La casi total desregulación productiva, financiera y comercial que Estados Unidos impulsó en las economías desarrolladas de Occidente y en muchas otras partes del mundo, propició que los capitalistas desmontaran sus capacidades productivas y las instalaran, vendieran o subcontrataran –libre y alegremente– en Asia y sobre todo en China, en donde producir y comercializar a escala global era ahora posible y mucho más rentable gracias al ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

También se desplazaron a otras regiones, como México y Canadá, pero Asia fue de lejos el principal destino de los inversionistas, quienes en este sentido simplemente siguieron en masa la “lógica del mercado”. Como consecuencia, la economía mundial experimentó lo que algunos llaman un “giro asiático” y otros un “shock chino”. Su centro de gravedad se trasladó de Occidente a la vasta región indo-pacífica.

El ingreso de China a la OMC en el 2001 fue promovido por el gobierno de Estados Unidos porque pensaban que abriría ese vastísimo mercado a sus financistas y productos, y propiciaría una evolución política de tipo occidental en el gigante asiático. Dos décadas más tarde, los resultados que se observan distan mucho de lo que tenían en mente.i

Hasta hace poco tiempo los debates enfocados en los efectos contraproducentes para Estados Unidos de sus propias políticas recibían escasa atención en los círculos de poder y en el “mainstream” mediático y académico de ese país. El nacionalismo los llevaba a rechazar cualquier evidencia de deterioro nacional o internacional –más aún si el problema se atribuía a torpezas propias, a estarse tirando balazos en sus propios pies. También, la fuerte penetración del neoliberalismo los hacía defender a pie juntillas y con los ojos cerrados que la mejor política económica era, sencillamente, dejar que el mercado funcionara.

Sin interferencias, se decía, el libre mercado promovería una asignación racional de los recursos, despolitizaría la economía y generaría crecimiento. Toda sugerencia de aplicar políticas para “gobernar al mercado” (al estilo japonés, por ejemplo) era descartada de tajo porque seguramente produciría decisiones subóptimas.

Esa era la visión económica –remarco– que dominaba hasta hace poco. Not any more. En las más altas esferas del país se ha instalado con notable urgencia la necesidad de que haya una activa intervención del estado en sectores de la economía considerados estratégicos. Sobre todo, se subraya la necesidad de que haya política industrial, es decir, un apoyo deliberado del gobierno a las industrias: un conjunto de medidas de política fiscal, monetaria y crediticia, comercial y de fomento que permita que Estados Unidos recupere y defienda su planta industrial particularmente en sectores de punta que están llamados a tener efectos virtuosos en toda la economía (por ejemplo: semiconductores avanzados, software, robótica e inteligencia artificial, biotecnología, teléfonos inteligentes, cámaras digitales, pantallas de alta definición, motores para la industria aeronáutica).

Estas son las líneas básicas de una política industrial “nacionalista” que ha tomado forma durante las recién pasadas administraciones republicanas y demócratas. La Administración Biden retuvo tarifas arancelarias impuestas durante el primer gobierno de Trump e introdujo el primer gran paquete de política industrial en muchos años, compuesto por cuatro ambiciosos proyectos de ley y sus presupuestos: las leyes sobre el Plan de Rescate Estadounidense (ARP), sobre Inversión en Infraestructura y Empleos (IIJA), sobre Creación de Incentivos Útiles para Producir Semiconductores (CHIPS) y sobre Reducción de la Inflación (IRA).

El nacionalismo industrial estadounidense adquirirá mucha mayor fuerza durante la segunda Administración Trump, aunque seguramente serán degradadas las medidas que contemplaba el paquete de Biden para propiciar equidad social y reducir emisiones de gases de efecto invernadero.



Un libro publicado recientemente por la Universidad de Cambridge proporciona un ejemplo paradigmático de este nuevo consenso. Su título podría traducirse así: Política industrial para Estados Unidos: ganar la competencia por trabajos de calidad e industrias de alto valor.ii

Está escrito por Marc Fasteau e Ian Fletcher, dos economistas y empresarios vinculados a la Coalición por una América Próspera, una organización que se auto presenta como bipartidista y representante exclusivamente de productores y trabajadores de industrias estadounidenses.

Las más de 800 páginas de este volumen recorren tópicos de gran actualidad. Si bien la obra está pensada desde y para Estados Unidos, ofrece una didáctica sistematización de la temática y del abanico de medidas que podría adoptar la Administración Trump, por lo que será útil para analistas y tomadores de decisiones en otras latitudes.

Los autores documentan la desindustrialización y pérdida de competitividad del país en diversos sectores. Más importante, dejan pocas dudas en cuanto a que ambas son el producto de lo que llaman “negligencia” (neglect). Su argumento es simple: por demasiado tiempo en Estados Unidos prevaleció una creencia firme e imperturbable en una visión económica neoliberal que en los hechos ya no le sirve. Gobiernos demócratas y republicanos mantuvieron una prolongada inactividad en materia de política industrial de lo que competidores y adversarios sacaron ventaja. Una excepción a esta “ceguera inducida por la teoría” (como la llamó Daniel Kahneman, premio en ciencias económicas de la Fundación Nobel), fueron las fuertes restricciones comerciales impuestas a Japón en los años 80 (“restricciones voluntarias a la exportación” las llamaron), las que lograron darle oxígeno a la industria automotriz estadounidense, pero no lograron revertir el déficit comercial con Japón.

El libro discute las causas por las que el libre comercio y el neoliberalismo ya no funcionan para Estados Unidos. Examina cómo y por qué una sólida política industrial fue clave para el país en épocas pasadas. Argumenta que a mediados de los años 70 el país “mal interpretó” sus crecientes problemas económicos y “en lugar de volver a sólidas políticas comerciales e industriales, escogió cada vez con más determinación estrategias extremas de libre mercado”.

Examina casos exitosos y no exitosos de política industrial en el mundo –Japón, Alemania, Corea del Sur y China entre los primeros, Argentina entre los segundos. Lo hace para aprender de sus logros y fracasos, entender cómo es que compiten con Estados Unidos y contrarrestar sus estrategias.

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El grueso del libro presenta un conjunto de medidas que Estados Unidos debe adoptar perentoriamente. “Lo que América necesita”, según Fasteau y Fletcher, es una política industrial que descanse en tres pilares:

1) apoyo decidido del gobierno a la innovación, a la comercialización de las innovaciones y a la retención en Estados Unidos de “industrias ventajosas”;

2) diseño e implementación de políticas comerciales para apoyar y, cuando sea necesario, proteger a estas industrias de las importaciones y para presionar a gobiernos extranjeros para que reduzcan los obstáculos a sus exportaciones;

3) gestión del tipo de cambio que promueva el equilibrio comercial y que contrarreste los esfuerzos de otros países para manipular su moneda con el fin de que sus productos sean más baratos en Estados Unidos y los de Estados Unidos sean más caros en esos países.

Estos pilares se deben traducir en:

  1. programas para apoyar a las industrias en la creación y comercialización de innovaciones;

  2. controles sobre los flujos internacionales de capital para bajar el valor del dólar de modo que se genere un promedio de superávits y déficits comerciales cercano a cero;

  3. tarifas arancelarias o cuotas para proteger industrias de alto valor económico –las “manufacturas avanzadas”;

  4. aranceles o cuotas para proteger industrias importantes por razones militares o de salud pública, o porque son “cuellos de botella” (chokepoints) para la economía, como los semiconductores;

  5. políticas para negar a adversarios económicos o geopolíticos el acceso a tecnologías clave desarrolladas por Estados Unidos o sus aliados.

Los autores detallan un tool kit o caja de herramientas que comprende nociones que tal vez resulten conocidas al público lector, tales como: sustitución de importaciones, protección de industrias incipientes, reglas de contenido local, aranceles diferenciados, zonas especiales de exportación, reorientación del crédito, subsidios a la exportación.

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  • Es probable que el tool kit de Fasteau y Fletcher parezca conocido no sólo porque ya forma parte del vocabulario del gobierno estadounidense, sino también por su semejanza con lo que proponían los economistas del desarrollo y la CEPAL en los años 50, 60 y 70 a los países de América Latina y el Caribe: medidas de fomento y protección de industrias y mercados incipientes que en su momento fueron objetadas por Washington por ser contrarias al libre mercado. El giro en materia de política económica en Estados Unidos es muy llamativo y diciente sobre el estado del sector industrial en el país.

Se trata de un plan sumamente ambicioso, como no podría ser de otro modo ya que se intenta no sólo recuperar algunos sectores, sino revertir la desindustrialización del país. El objetivo es económico y político. Se parte de que Estados Unidos no puede ser una superpotencia militar si no es una superpotencia industrial.

Es aún muy temprano para evaluar la agenda reindustrializadora de Estados Unidos –su “implementabilidad” y su capacidad para producir los resultados que busca. No sabemos si el gobierno de Trump adoptará en su totalidad una agenda tan comprensiva y “dirigista” como la de Fasteau y Fletcher, o si, incluso, la radicalizará. Lo que sí se puede asegurar es que se trata de una agenda disruptiva cuya implementación (incluso si se focalizara en la palabra favorita de Trump: aranceles) generará mucha más turbulencia de la que ya existe en Estados Unidos y en el mundo.

Estados Unidos se durmió en sus laureles. Acogió confiadamente las ideas de Francis Fukuyama quien en 1992 –dos años después de la implosión de la URSS y el Bloque Socialista, y nueve antes del ingreso de China a la OMC— anunció que la historia de la humanidad había llegado a su fin conceptual y real, que había culminado su “pronunciada tendencia secular en una dirección democrática”. Mientras el resto del mundo debía seguir sudando la camiseta para superar sus primitivos predicamentos, las democracias liberales avanzadas y en especial Estados Unidos podían ahora dedicarse a disfrutar los beneficios de encontrase en el vértice superior de la pirámide de necesidades de Maslow. Eso sí, Fukuyama advirtió el riesgo de que los ciudadanos de las democracias liberales avanzadas “nos convirtamos en … hombres seguros y ensimismados, desprovistos del esfuerzo timótico por alcanzar metas más elevadas en nuestra búsqueda de comodidades privadas”.i

La actual situación de Estados Unidos me recuerda a la de un soldado que, si bien posee buen equipamiento militar, actúa en forma tardía y desde una posición muy comprometida en el terreno. Su reacción reindustrializadora ha tomado demasiado tiempo en materializarse y ahora intenta trastocar cadenas productivas que han echado raíces y floraciones a lo largo de muchas décadas en todo el mundo. Es fácil comprobar que hoy en día en los hogares y en los negocios en Estados Unidos prácticamente todos los bienes duraderos y no duraderos son manufacturados en Asia (una excepción notable son las armas).

En el resto del mundo la situación es muy similar. El Reporte Draghi de septiembre de 2024, auspiciado por el ex primer ministro italiano y ex presidente del Banco Central Europeo, presenta lineamientos para una política industrial que reduzca la excesiva dependencia de Europa de manufacturas e insumos procedentes del exterior, especialmente de China. En América Latina, el gigante asiático es desde hace décadas el principal destino de las exportaciones y el principal origen de las importaciones y la inversión extranjera. En África ya es el principal socio comercial y el principal acreedor.

Revertir este estado de cosas no será fácil desde ningún punto de vista e intentarlo reportará trastornos a productores, consumidores e inversionistas a escala planetaria. Para los estadounidenses acarreará inflación y escasez, una menor oferta de bienes y servicios y la necesidad de consumir productos de menor calidad y/o mayor precio hechos en Estados Unidos (por ejemplo, automóviles), como parte de un sacrificio patriótico por un bien mayor que está en el horizonte. El público, no obstante, también espera que Trump dé resultados en el corto plazo en el control de la inflación –lo que va a entrar en conflicto con las medidas para reducir importaciones.

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La nueva política industrial nacionalista es la médula de una “suite” más amplia de medidas que conforman el perfil con que Trump se presenta ante el mundo: un perfil retributivo, como él mismo lo llama –vengativo se podría decir– en contra de enemigos internos y externos a quienes se intenta “dar su merecido” por razones personales y por supuestamente haberse aprovechado del país y haber contribuido a su decadencia.

Hacia el interior del país, busca erradicar al “estado profundo” debilitando o eliminando prácticas e instituciones concebidas para que haya balances y equidad en el sistema político y emprendiendo despidos masivos en el gobierno federal, todo mediante decisiones del Ejecutivo que exceden sus competencias legales, configuran una crisis constitucional y anuncian un mar de apelaciones y protestas incluso entre su base, y un posible deterioro en los servicios y bienes públicos.

Hacia el exterior, la suite de medidas se decanta como una agenda revisionista que desconoce el orden jurídico y las alianzas que el mismo Estados Unidos promovió, objeta toda ayuda internacional que no sirva a las prioridades inmediatas del actual gobierno, e incluye despropósitos como recuperar el Canal de Panamá, anexar a Canadá y Groenlandia, y convertir a la martirizada Gaza en un lugar de veraneo.

Todo esto en un contexto de deportaciones masivas de migrantes indocumentados que en el corto y mediano plazos tendrán efectos contractivos en una economía que se ha acostumbrado a ellos –en especial la agricultura y los servicios. También tendrá efectos perversos en el país y a escala planetaria el bloqueo a las políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Lejos de ser técnica, la nueva política industrial surge como un arma que se usará punitivamente por causas económicas y extraeconómicas en contra de países diversos, incluyendo aliados cercanos como Canadá, Japón, Corea del Sur o la Unión Europea, economías desarrolladas que seguramente no permanecerán inermes ante las medidas de Washington. En lugar de procurarle amigos, ocasionará que la potencia resienta o pierda aliados. El caso de Canadá es emblemático, pero no el único.

La situación al interior de la alianza occidental transatlántica se volverá mucho más espinosa –por decir lo menos– a raíz de la política de Trump en Ucrania, la que se muestra alineada con el Kremlin y deja a la intemperie no sólo a Ucrania y a los aliados europeos, sino también a amplios segmentos del público estadounidense, civiles y militares.

Friedrich Mertz, el nuevo canciller de una Alemania dividida y en recesión ha declarado que su “prioridad absoluta será fortalecer Europa tan pronto como sea posible de manera que, paso a paso, podamos en verdad independizarnos de Estados Unidos”. Después de la emboscada que Trump y Vance le tendieron a Zelensky en la Casa Blanca el 28 de febrero, políticos, periodistas y diplomáticos europeos declararon que el tiempo histórico se había acelerado. El cambio que se viene en la alianza occidental es tectónico, sin precedentes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos enfrenta su desindustrialización y el giro asiático mundial no sólo tardíamente, sino también desde una posición sumamente desventajosa. Las probabilidades de que salga bien no son halagadoras en el mediano y largo plazos. Exhibe un enorme déficit comercial, tiene una bajísima tasa de ahorro, el gobierno está endeudado hasta la coronilla (US$ 36 trillones), su credibilidad política y su soft power están en su nivel más bajo, su población y su sistema político están polarizados al punto que algunos piensan que el país se encamina a una nueva guerra civil, regularmente enfrenta crisis por no poder financiar al gobierno federal, su poderío militar está sobre extendido en las cuatro esquinas del mundo. La lista podría alargarse.

Jimmy Carter alguna vez dijo que el retraso de Estados Unidos con respecto a China se debía a las múltiples guerras en que Estados Unidos se había involucrado. Mientras Estados Unidos gastaba billones en guerras que no sólo no lograron sus objetivos, sino que agravaron el caos internacional, China invertía en tecnología e infraestructura, en su población y en su ejército, y ofrecía donaciones y préstamos a diestra y siniestra.

En el presente y en el futuro previsible Estados Unidos no tiene la capacidad económica para ofrecer al mundo algo comparable a lo que ofrece China. Es posible, incluso, que no le interese tenerla y que se sienta cómodo con un “retiro del mundo”. En cualquier caso, frente a los desafíos internacionales tiene pocas cartas que poner sobre la mesa que no sean distribuir aranceles punitivos, manipular ayudas y usar su poderío militar –lo que desde luego no es menor. Para promover sus intereses, hoy más que nunca debe acudir al bullying.

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Quizás sea por ese saco de anzuelos sin fondo, por esa maraña indisoluble de constreñimientos y enredos largamente sedimentados, que Trump se muestre interesado no tanto en reformar lo que existe sino en dinamitarlo. “¡Fuera máscaras!” parece decirnos, “¡el tiempo de las delicadezas diplomáticas y las formalidades ha caducado!” Sus instintos inmobiliarios parecen haberlo convencido de que ante una edificación tan antigua y deteriorada lo mejor es derrumbarla. Si esa fuera la intención, esperemos que cuente con explosivistas y otro personal calificado creíblemente en demolición y reconstrucción de sociedades.i Esperemos que no les pase lo de Iraq (donde después de destruir al gobierno y al ejército de ese país Estados Unidos no tenía idea de qué hacer) o lo de la URSS (cuya disolución fue inesperada por amigos y enemigos).

El gobierno de Trump está lanzando atarrayas gigantes con explosivos en un mar muy picado. Nada garantiza que lo tengan todo bajo control y que no pesquen bazofia o una pulmonía – que no haya efectos no anticipados, no deseados o perversos. No sería la primera vez. Ya debieron dar marcha atrás en varias disposiciones mal concebidas.

Algunos piensan que el discurso de Trump es sólo una estrategia de negociación: golpear fuertemente la mesa antes de sentarse a hablar. Aunque algo hay de verdad en esa afirmación, yo no apostaría por ella. Trump tiene el sable desenvainado hasta la mitad mientras expone sus quejas. Si no se las atienden, lo va a terminar de sacar y lo va a usar despiadadamente. Para él y los suyos la cuestión es existencial y el tiempo apremia.

¿Qué pueden hacer Canadá, México y la Unión Europea ante la inclemente guerra arancelaria que se avecina, la que les podría costar, a la vuelta de muy poco tiempo, parte de su industria automotriz? ¿Qué deben hacer Panamá, Dinamarca y Groenlandia? ¿Qué pueden hacer los países centroamericanos frente al incremento en las deportaciones masivas y en las presiones para que mengüen o suspendan sus relaciones económicas con China?

La precipitada y solitaria reacción del presidente de Colombia ante las condiciones denigrantes en que se estaba deportando a sus connacionales, es un recordatorio de lo que no habría que hacer. Será necesario echar mano de un tool kit más variado e imaginativo para dar contención al elefante herido y colérico, y no morir en el intento.

La mejor forma de lidiar con un elefante furioso que corre a embestirte no es parártele enfrente. Se le podría proponer alguna transacción conveniente (es lo que más le gusta) para calmarle los nervios y ganar tiempo. Si eso no funciona, se le podría dejar pasar para luego perseguirlo entre varios hasta que se canse (ya está viejo y un poco lento). Se podría excavar una disimulada trinchera para que se tropiece y se caiga, se podría tratar de provocar un incendio entre su prole. Quizás se le pueda atraer con comida hacia un barranco y tal vez entonces, arrinconado y exhausto, se deje ayudar a sanar las heridas provocadas por su propia arrogancia y aprenda a convivir.

Ante el histrionismo del gurú en El arte de la negociación, es útil repasar las recomendaciones de Sun Tzu en El arte de la guerra.

  1. i Ver Greg Rosalsky, “Why Economists Got Free Trade with China So Wrong”. NPR, Feb. 11, 2025.
  2. iiMarc Fasteau and Ian Fletcher, Industrial Policy for the United States: Winning the Competition for Good Jobs and High Value Industries. Cambridge University Press, 2024.
  3. i F. Fukuyama, The End of History and the Last Man. New York, Avon Books, p. 328.
  4. i Tomo esta expresión de un político austríaco del periodo entre las dos guerras mundiales, cuyos lineamientos para efectuar una “revolución conservadora para curar a una nación lisiada” resuenan en los del movimiento MAGA. Othmar Spann, The True State: Lectures in the Demolition and Reconstruction of Society. Leipzig: Quelle & Meyer, 1921.