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Etiqueta: explotación

Las verdades sobre el sindicalismo del magisterio

Por: Gilberth Díaz Vásquez
Presidente del SEC

La construcción de un estado social y democrático, así como el justo derecho del trabajador en conquistar sus más nobles aspiraciones, han sido los ideales que guiaron a las sociedades para encontrar su liberación de las más oprobiosas esclavitudes, muchas veces impuestas por los grupos poder.

Hoy en día, en la sociedad moderna que vivimos, la humanidad se enfrenta a nuevas clases de esclavitud y explotación, que degradan y someten a la miseria extrema a miles de seres humanos. Sin embargo, estos flagelos tienen una particularidad, que pueden ser impuestos y obligados, como también aceptados y promovidos por propia voluntad de quien los padece.

La propagación de la drogadicción en todas sus formas (muestra del sentimiento de muchos de estar drogados para no enfrentar los grandes problemas personales y nacionales que vivimos), el narco sicariato (que cada día secuestra más de nuestros niños y jóvenes para ser reclutados en tan vil actividad), el narcotráfico (que para muchos cada día va siendo el único medio de subsistencia); así como el desempleo o empleo bajo condiciones que retratan las más mínimas y paupérrimas condiciones laborales, la pobreza extrema, el analfabetismo o la seudoalfabetización sin ningún grado de rigor o aporte como herramienta para el desarrollo humano, constituyen algunas de las múltiples realidades nacionales esclavizadoras.

Es frente a este oscuro panorama, que día a día enluta a la familia y trabajadores costarricenses, que surgen a la luz pública las grandes verdades del movimiento sindical en el magisterio nacional, principalmente al mostrarse como herramienta, no sólo de la dignificación laboral, sino también de todo el pueblo costarricense.

Al estar a la par de la maestra, el maestro, la profesora, el profesor, la conserje, el conserje, la administrativa, y el administrativo, todos verdaderos héroes diarios, que se enfrentan día a día a las consecuencias de las esclavitudes antes dichas. Al estar a la par de la estudiante y del estudiante, principalmente de aquellos que menos recursos económicos tienen para tener acceso, a lo que debería ser la garantía de un derecho humano universalmente tutelado; el movimiento sindical magisterial demuestra la más noble verdad en los derechos de todas aquellas personas que ofrendan su trabajo, e incluso su vida para garantizar lo que el propio estado ha dejado de tutelar y garantizar.

Las verdades muchas veces incomodan o inquietan, principalmente frente al gobernante populista, irrespetuoso y opresor; frente al político oportunista, mediocre y corrupto, frente al poder mediático cómplice del robo descarado de lo que debería ser la crítica e instruida opinión pública. A pesar de ello, la verdad permanece incólume, haciendo su trabajo en beneficio del bien común, y de la construcción de un futuro esperanzador para todos los habitantes de la república.

Los últimos acontecimientos nacionales, donde se plasma la cruda realidad de considerar como un gasto para el estado la educación pública y gratuita, donde muchas de nuestras escuelas y colegios se encuentran desmanteladas por la falta de mantenimiento e inversión, donde el trabajador de la educación se encuentra excluido y relegado a las más ruines condiciones de trabajo, donde miles de estudiantes se ven obligados abandonar las aulas escolares, colegiales y universitarias debido a las grandes barreras económicas y materiales que enfrentan, reflejan otra gran verdad, sea la razón que tenemos los sindicatos del magisterio de protestar por éstas y muchas otras oscuras realidades.

Nuestra labor diaria de escuchar a nuestros hermanos trabajadores de la educación, donde nos exponen todas las siniestras realidades a las que se enfrentan, y que en no pocas oportunidades -tienen inclusive- con sus escasos recursos personales, hacer frente a garantizar todas aquellas ayudas que permitan que una niña o niño, o joven puedan continuar estudiando, puedan alimentarse, puedan vestirse y calzarse, es nuestra profunda motivación para entender la verdad de la noble tarea que realizan los sindicatos del magisterio.

El SEC, fiel reflejo de la defensa de los intereses patrios, de las más nobles luchas por el rescate nacional, del trabajador de la educación, de la niñez y juventud costarricense, desde sus propios orígenes, ha logrado defender la incólume verdad de que sin el magisterio este país se encontraría sumergido y atado a los más ruines y nefastas miserias, que como la historia patria ha demostrado, muchos políticos de turno trataron de imponer; más sin embargo logramos contener.

En honor a los trabajadores de la educación que ya partieron y que dieron su mejor esfuerzo, a los que hoy nos acompañan en nuestras más nobles y sublimes luchas reivindicadoras, al futuro que estamos construyendo y defendiendo para las nuevas generaciones; en honor a la verdad, de que el mundo ha sido mejor por los movimientos sindicales, que actuando en apego a sus principios, en apego a sus sacrificios brindaron dignidad al trabajador y solución a los grandes problemas que el momento histórico les demandó. A todos ellos, el SEC levanta el estandarte de la verdad en la lucha por una Costa Rica más justa, que garantiza el derecho humano a la educación para todos.

Al noble pueblo costarricense les podemos asegurar, que ni el narcotráfico, ni el corrupto y corruptor político, ni los gobernantes populistas, ni los medios de comunicación corruptos, podrán matar la fe y esperanza de una patria libre de toda esta paria que nos esclaviza. A todo ese noble pueblo, les hacemos un llamado para que se unan a las luchas sindicales del magisterio en favor de nuestro más amado y preciado futuro y su rescate, sean nuestras niñas, niños y jóvenes. Concluyo, haciendo mías las gloriosas palabras de Ovidio: Felices son aquellos que se atreven con coraje a defender lo que aman”

¡Ya basta de monarquías!

Mag. José A. Amesty Rivera

Quedamos estupefactos, indignados, alarmados y sin creer, cuando por televisión, era transmitida a nivel mundial, la coronación del rey Carlos III en Londres.

Recordemos que, este increíble acto oficial británico obedece a la llamada Commonwealth, que es la organización, fundada en 1931, y creada por el Reino Unido, para tratar de dar continuidad territorial y política a aquellos territorios y países que habían tenido relación con el Imperio británico, pero sobre los que ya no tenían tanto poder.

Algunos países, conocidos como los reinos de la Commonwealth son actualmente: Antigua y Barbuda, Australia, las Bahamas, Belice, Canadá, Granada, Jamaica, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, las Islas Salomón, Tuvalu, el Reino Unido y, hasta hace poco, Barbados.

A su vez, quien lidera la Commonwealth, es el rey Carlos III del Reino Unido, cabeza de la organización, según los principios de la Mancomunidad, «símbolo de la libre asociación de sus miembros«.

Resulta igualmente asombroso que, según el profesor costarricense Juan Félix Montero Aguilar en su artículo: «Algún día el mundo quedará libre de monarquías«, señala que las «monarquías han dejado una estela de opresión en sus pueblos y súbditos y en particular de explotación, esclavitud, saqueo, masacres, genocidio en sus colonias y excolonias, con lo cual han alimentado su lujo y derroche».

Cuando observamos la coronación, nos indignamos ante tanto lujo y derroche como lo señala el profesor Montero Aguilar, y es lo que pretende este artículo, mostrar tanta riqueza, ante tanta necesidad en el mundo.

En la ceremonia suntuosa, por decir un mínimo adjetivo, por ejemplo, el carruaje donde fue paseado el coronado rey, según la BBC News Mundo, llamada «Carruaje del Jubileo de Diamante, la majestuosa carroza es de apariencia antigua, pero con comodidades modernas como calefacción, aire acondicionado, ventanillas eléctricas, suspensión hidráulica«.  

La Corona de San Eduardo, fue la colocada al rey durante la ceremonia, la estructura es de oro macizo, incrustada de rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y gemas de turmalina.

La Silla de la Coronación es un trono, llamado El Trono de San Eduardo, con decoraciones bañadas en oro.

El primado de la Iglesia de Inglaterra, le puso a la reina Camila (esposa del rey Carlos III), la Corona de la reina María que fue hecha en 1911, para la abuela de la reina Isabel II. La Corona es de plata, cubierta por 2.200 diamantes, tres diamantes de estos, llamados de Cullinan fueron extraídos del diamante más grande del mundo.

Otro Carruaje de Estado de Oro, hecho en madera y bañado en oro.

Para no hacer tan extenso los privilegios, fortuna y otros, de la familia real británica, resumimos según el semanario The Sunday Times, incluyó a la reina Isabel II en su lista de las personas más ricas de Reino Unido con US$430 millones, mientras que la revista Forbes estimó su riqueza en US$500 millones.

También es difícil de calcular cuánto le cuesta la familia real al contribuyente inglés, la seguridad de la familia real, de la que normalmente se encarga la Policía Metropolitana.

David McClure, experto en la realeza y autor del libro «The Queen’s True Worth» (El verdadero valor de la reina), ha estimado que el costo del gobierno para proteger a la familia supera los US$100 millones anuales.

Sin embargo, otras organizaciones como Republic, que aboga por el republicanismo, estima que el costo total de la monarquía, tomando en cuenta los costos de seguridad, es de alrededor de 345 millones de libras esterlinas (casi US$400 millones).

Lo anterior es un derroche y una desfachatez de solo una familia monárquica, que se pavonea a nivel mundial por tv.

Mientras tanto, migrantes de varios países, no importa ahora de que país y de que huyen, con niñas y niños, pululan en las fronteras de varios países de América Latina y el mundo, con hambre, semi desnudos, sucios y sin ninguna garantía de poder salir adelante en otra nación.  

Datos más macroeconómicos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, «entre 702 y 828 millones de personas enfrentaron hambre en 2021«.

Según la Fundación Acción contra el Hambre, cada día 24.000 personas mueren de hambre en el mundo. De ellas, 18.000 son niños y niñas de entre uno y cuatro años. Es decir, ocho de cada diez personas que pierden la vida por culpa del hambre son niños muy pequeños. Esta tragedia afecta especialmente a aquellos lugares que no tienen acceso a alimentos, agua potable, atención sanitaria y todos aquellos servicios básicos para una vida digna.

Así mismo, la escasez de alimentos es una de las principales causas del hambre en el mundo. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que entre 720 y 811 millones de personas sufrieron hambre en el año 2020.

Además, la ONU ofrece datos de cómo está repartido el hambre y la desnutrición en el mundo. Unos 282 millones de personas viven en África, 418 millones viven en Asia y 60 millones viven en América Latina y el Caribe.

Los datos son abrumadores y extensos, así como los datos del derroche de las monarquias. Por ello es indignante ver como se le da cobertura a nivel mundial a un acto tan cursi, tan vano y tan inverosímil, ante tanta necesidad en el mundo.

Es momento que desaparezca la monarquía, porque es imposible mantener este tipo de gobierno que se caracteriza por: ser un sistema político basado en el gobierno de una sola persona, es decir, que tiene poder absoluto. Tener un rey o reina que solo puede acceder al cargo de manera hereditaria. Tener un monarca que es símbolo de continuidad. Ser una única organización político-administrativa. Estar constituida por normas y mandatos retrógrados. Ser un reinado vitalicio, es decir, que gobierna el mismo linaje real de por vida, excepto que el sistema evolucione o sea derrocado.

Finalmente, se agrega a esta trama perversa, inhumana y sin sentido, lo que acertadamente señala el profesor Montero Aguilar, esta monarquía inglesa y las otras son toleradas por el capitalismo, «con tal que sean monarquías capitalistas«.

Porque el capitalismo, se basa en el máximo beneficio económico sin plantearse ningún límite. Y eso, en un mundo limitado, no es compatible. Cuando el fin es la rentabilidad económica, el bienestar social queda en segundo lugar. No hay capitalismo bueno o malo, siempre es malo en sentido objetivo, no moral, porque genera enfermedad y muerte.

En una sociedad capitalista, como la que vivimos, se centraliza en el desarrollo per se del individuo, defiende la propiedad privada, acumula riqueza y poder, desarrolla la tecnología y explota los recursos naturales. La proposición fundamental del capitalismo es, “vamos a hacer dinero”.

 

Imagen: https://letraslibres.com/

La sociedad negada II: El cercamiento a nuestras esperanzas

El extremismo es resultado de la hipertrofia de la irracionalidad y esta hipertrofia se da cuando se está objetiva y emocionalmente inmerso y dominado por intereses materiales, que podrían ser en sí legítimos, sino trajeran consigo miseria y la injusticia a la mayor parte del país.

Ignacio Ellacuría

Luis Andrés Sanabria Zaniboni

Seguimos dando el prudente tiempo al gobierno que recién empieza, para que pueda amueblar la casa presidencial, preparar la documentación y proyectos de ley. Es así que como comentamos en el artículo anterior, podemos seguir reflexionando sobre nuestro contexto. Por esta razón nos preguntamos ¿Cuáles sociedades se encuentran al margen del proyecto dominante?

Empecemos por desnudar un falso principio, que la concentración de riqueza ordena nuestras sociedades, que premia el “esfuerzo”, es decir genera las legitimidades y relaciones que reconocen el “esfuerzo”. En cambio, lo que dicha concentración si evidencia son las formas y modos que reproducen la dominación y explotación en nuestras sociedades, pero también impiden el surgimiento o reproducción de otras lógicas que atenten ese monopolio del discurso del “esfuerzo”.

Una supuesta “meritocracia” que premia al más vivo, en detrimento de las personas que se quedan “dormidas”, es decir aquel que sabe cómo se mueven las cosas, a quien llamar o a quien citar, dista mucho de ese esfuerzo que representa el trabajo de tantas personas, que a partir de su fuerza mueven un país.

¿Por qué falso principio? Porque la concentración de riqueza, lejos de demostrar la idoneidad de algo, es precisamente la consecuencia de muchas acciones que van desde la privación de algo hasta el despojo violento de comunidades y de nuestros bienes comunes (naturales, sociales, culturales).

Este marco nos permite identificar que proyectos de sociedad se privilegia sobre otros, es decir leyes, políticas, discursos  y prácticas. En esta ocasión, no nos preocuparemos por aquellos que se imponen, sino a pensar sobre esas sociedades que desaparecen.

Siguiendo esto, podemos mirar nuestras comunidades campesinas que han sido devoradas por la expansión de monocultivos para la exportación en beneficio de la agroindustria y los mercados financieros. Esta voluntad de los sectores dominantes por la supuesta “tecnificación”, genera no sólo la destrucción del mundo rural y la migración a la ciudad, sino que la mezcla de ambos vulnera nuestra naturaleza, ya que el abandono de la tierra representa la  desprotección del bosque y de los ciclos de la vida.

Esto nos lleva a repensar el conflicto que viven los pueblos indígenas ante su voluntad de permanecer en sus territorios, lo cual ha reflejado el extremo al que llega el despojo,  ya que por un lado la indiferencia refleja la grave reducción de los pueblos indígenas a meros portadores del “folklore”, es decir sus formas y modos de ser en el mundo, no son reconocidas ni legitimadas.

Por esto la galopante impunidad ante los actos de violencia que procuran aterrorizar y desmovilizar a las personas indígenas en sus territorios.  Sin la intensión de escarbar mucho detalle, podemos remontar la agudización de estos actos desde el 2012 al presente.

La anulación de los derechos colectivos, es una muestra más de este cercamiento de la “ciudadanía”, es decir de esas sociedades que habitan los territorios y espacios públicos, erosión y reducción constante de los “servicios públicos” (salud, educación, cultura entre otros) , muestra el camino de la reconfiguración de la ciudadanía “real”, en donde el poder económico, es decir la propiedad, poder adquisitivo y la concentración de riqueza determina el grado de libertad y capacidad de autorrealización posible de los individuos y los sujetos colectivos.

Sumado a esto, la ofensiva por la revisión de todo lo que se pueda denominar “ideología de género” muestra una vez más el cercamiento que sufre la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Es decir una sociedad que estratifica los roles de género, privilegiando una supuesta “tradición” moral y un falso determinismo biológico, que esconde las relaciones de desigualdad que es fruto del poder de la dominación-esclavitud que enajena la voluntad de muchos a pocos.

Este es un vistazo hacia esas sociedades negadas, a cómo esas violencias estructurales se configuran para impedir su realización, establecen no sólo relaciones, sino también mecanismos para negar su existencia, desde la institucionalización se garantiza su invisibilidad. Tal vez, la muestra más clara de este proceso, es la ya mencionada oleada contra la “ideología de género”, que nos evidencia este proceso de negación en clave de retroceso.

¿Cómo llegamos a esto? Son muchas las trenzas de dominación que han estructurado nuestras sociedades, en ocasiones identificamos al capitalismo, patriarcado y el colonialismo, que se manifiestan desde la xenofobia, el racismo, machismo y otros más que tal vez han escuchado en otras ocasiones. Sin embargo, también son muchas las experiencias que han apuntalado hacia un compromiso por la liberación, desde la necesidad y la crítica han convertido su pensar-hacer en formas y modos instituyentes de otra cosa. Este será el centro de nuestra última entrega.

Sostenibilidad del planeta o “American way of death”

Edgar Chacón.

Edgar Chacón

La cantidad de materias verdes, animales, minerales y agua que consume la sociedad de Estados Unidos, para mantener su status, y estilo de vida, es a todas luces alarmante.

El “American Way of Life” (AWL) es inviable. En su conferencia “La Transición Geopolítica Global y el papel de América Latina”. Atilio Borón, proporciona datos sorprendentes.

El niño o niña que nazca en Estados Unidos va a consumir en un año, 72 mil galones, 280 mil litros de petróleo, 900 libras de cobre y en general, a lo largo de su vida, cada persona que nazca en Estados Unidos va a consumir 3 millones de libras de minerales metales y combustibles.

Es necesario hacer una pregunta: ¿El planeta “da” para eso?

Inmediatamente se impone una conclusión: la política de Estados Unidos, en su mirada estratégica mundial, es consumir para sí el mundo, excluyendo al resto de la humanidad y la vida en el planeta.

La única verdad que cabe es, según ellos, que el planeta es para que Estados Unidos lo consuma, “hasta agotar existencias”. Todo lo que no se adhiera a esta política, debe “hacerse a un lado”. Son los casos de Cuba y Venezuela, por mencionar dos. 

Dicho en palabras certeras, según esto, lo que se impone es la guerra para eliminar obstáculos. Según Klausewitz: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. 

Al panorama se une una trampa muy clara: por un lado, la publicidad, con rimbombancia promociona el AWL, como ejemplo de vida en el “país de la democracia” (Aún ahí, los WASP: White, Anglo Saxon and protestante son los privilegiados). Pero si le damos vuelta a la moneda, la realidad aparece descarnada: para los otros no alcanza.

Cuál situación se presentaría en el planeta si cada uno de los más de 7 mil millones de habitantes del mundo reclamaran para sí, este estilo de vida: formas de diversión y entretenimiento, turismo mundial y nacional, automóviles, casas, electrodomésticos, computadoras y celulares, ¿por ejemplo?. Serían necesarios más de cinco planetas para sostener esta situación.

Por eso los Estados Unidos deben mantener a toda costa el orden mundial de: “Para unos sí, para otros no y la mayor parte me la llevo yo”. Estados Unidos produce poco más de 8 millones de barriles de petróleo por día y esa producción está estancada. Para el 2025 el consumo será de 28 millones, no los produce. Esto señala una dependencia del petróleo externo y tendrá que importar 18 millones de barriles diarios. Esto quiere decir que tendrá que traerlos de alguna parte del mundo, “a la buena o a la mala”.

Guerras por el petróleo

En los últimos años, hay ejemplos de las guerras por el petróleo. La guerra de Irak, 2003, se justificó con la desinformación sobre la existencia de armas de destrucción masiva, siendo que inspectores de la ONU dijeron que no había tal cosa. Ante la pregunta de un periodista: “¿por qué siguen negando la realidad?” Karl Rove político estadounidense dijo: “nosotros somos un imperio, nosotros creamos la realidad”.   Entiéndase, nosotros decimos cuál es la realidad, lo que decimos es lo que es y así se procede. Esto, con el concurso de las empresas de desinformación y manipulación de la opinión. Lo cual hace recordar a Luis XIV: “El estado soy yo”.

Luego, ya se ha dicho que las guerras del futuro serán por el agua. América Latina cuenta con aproximadamente la mitad del agua potable del planeta. Cabe plantear otra pregunta:

¿Cómo es eso que América Latina no puede tener otro destino más que el que decida Estados Unidos? ¿Será qué es así?

A la siguiente “Cumbre de las Américas” en junio en Los Ángeles, en la que sin duda estarán estos asuntos, Estados Unidos dijo quienes no van. El presidente López Obrador les dijo, palabras más palabras menos, si es de Las Américas deben ir todos, o él no asistirá, a lo que han adherido otros líderes.

Pronunciamiento de las organizaciones sociales y sociedad civil de Talamanca 2021

SURCOS comparte el siguiente comunicado:

Nuestro cantón de Talamanca que abarca más de 2800 km2 y conecta el Parque Internacional de La Amistad con la zona costera, conocida como Caribe Sur, incluyendo la Reserva Biológica de Hitoy Cerere, el Refugio de Vida Silvestre de Gandoca-Manzanillo y el Parque Nacional de Cahuita, igualmente los Territorios Indígenas Talamanca Bribri, Cabecar, Kéköldi y Tainí, fue llamado por muchos historiadores “La rebelde Talamanca” debido a las tremendas dificultades que enfrentaron los conquistadores.

Por su contorno irregular la costa del Caribe Sur fue también refugio de barcos piratas y recibió personas que desembarcaron de los naufragios esclavistas.

Cuando llegaron los pobladores afrocaribeños provenientes de Nicaragua, Panamá, Jamaica y de la costa caribeña de Colombia en la primera mitad del siglo XIX, se pudieron establecer en paz y tranquilidad, marcando la pauta de su desarrollo en armonía con la naturaleza y convivencia pacífica con quienes ya habitaban en esta zona (pueblos indígenas bribrís, cabécares y la mezcla que floreció entre éstas y posiblemente los esclavos escapados).

En esta nueva tierra, hasta entonces selva primaria, los recién llegados, pese a no estar condicionados por leyes escritas, supieron organizarse inteligente y generosamente, ocupando terrenos que les facilitaban su actividad, construyendo sus viviendas al lado de las playas, trabajando así la franja de los 200 m. (la actual Zona Marítima Terrestre).

En los últimos 40 años personas de otras partes del país y de diversas nacionalidades, buscando belleza, tranquilidad y sencillez han decidido establecerse en esa zona. Ha sido generalmente un proceso de integración pacífica, respetuosa y de mutuo beneficio ya que han aportado a la zona sus conocimientos, sus culturas, su amor por la naturaleza, cuidando su medio ambiente, preservando sus costumbres y respetando la cultura de los pobladores originales. Cabe resaltar que tanto esos nuevos inmigrantes, como la mayoría de los turistas, aprecian y valoran la música, los ritmos, las danzas y los colores vivos que caracterizan a la zona, con lo cual se mantiene viva y vibrante ese folclor caribeño único en el país.

Gracias a esa mezcla de etnias se desarrolló entre otras cosas, una arquitectura original, la cual constituye un aporte al patrimonio cultural del país. Igualmente la gastronomía caribeña: rice and beans, el rondón, el patty, el pan bón, es muy apreciada, tanto por costarricenses como por extranjeros, combinada con otros aportes culinarios aportados por las recientes migraciones. Al igual que sucedió con los primeros pobladores, muchos de estos extranjeros se unieron con los y las habitantes de la zona, con lo cual, una hermosa generación de ojos claros y piel oscura forma parte del encanto del Caribe Sur.

En tiempo de crisis ecológica donde el planeta enfrenta la extinción masiva de especies, la acidificación de los océanos y el cambio climático, entre otras serias problemáticas ecosistémicas, Costa Rica tiene la gran oportunidad y el deber moral de liderar un nuevo modelo global que entienda la grave situación que enfrentamos y ofrezca una verdadera posibilidad para las futuras generaciones.

El Desarrollo Regenerativo es el modelo apto con el cual Costa Rica podría ser consecuente con su discurso ecologista, demostrar que es posible generar una economía sana y próspera mientras se conservan y se regeneran los ecosistemas, respetando las dinámicas sociales y culturales históricas de los pueblos. Esto permite lograr un verdadero desarrollo sostenible en el tiempo, es la posibilidad que le queda al planeta y Costa Rica es de los pocos países que puede liderar este modelo para darle esperanza al planeta.

Muchos hablan del concepto desarrollo, pero lo utilizan para expresarse de asuntos que poco tienen que ver con esto. Por ejemplo, es común que se utilice la palabra desarrollo cuando se habla de propuestas para un crecimiento económico o de la infraestructura exclusivamente; sin embargo, esto per se no llevará a una mejora en la calidad social, ambiental, cultural y económica de las personas del territorio, por tanto, no es correcto llamarle de esa manera. El desarrollo es realmente un proceso cuidadoso y respetuoso que a través de una serie de acciones planeadas con enfoque sistémico promueve mejoras en la dimensión social, cultural, ambiental, económica, productiva, político, institucional e incluso espiritual del ser humano.

Además, nos inspiramos también en los principios del Desarrollo Regenerativo y de la Economía del Bien Común (EBC) como son la dignidad humana, la igualdad, la justicia social, la solidaridad, la democracia, la transparencia, la soberanía alimentaria, la producción consciente, la resiliencia, supervivencia y la sostenibilidad multidimensional (social, cultural, ambiental, económica).

Así como en el Buen Vivir, buscando mantener un ambiente permanentemente saludable para todas las personas, donde se pueda vivir siempre en paz y armonía con la naturaleza, que se den las condiciones para que los individuos desarrollen sus potencialidades y donde la diversidad cultural existente logre empoderarse y prolongarse indefinidamente. Pero sobre todo nos inspira la forma de vida autóctona de Talamanca que se ha creado naturalmente a través de siglos de una vida simple pero cargada de significado, abundante en recursos y alimentos y en profundo contacto con su entorno.

El territorio es por definición único e irrepetible. Presenta condiciones exclusivas que lo hacen particular de manera que la vida y relaciones, que ahí se han desarrollado, son propias de ese lugar y no se replican de la misma manera en otros territorios. Las diferentes manifestaciones sociales y culturales, existentes en Talamanca, representan las formas de vida que a través del tiempo se han adaptado y desarrollado de forma armoniosa con su entorno. Bajo esta lógica, no aceptamos modelos de desarrollo impuestos desde afuera pues esto generará definitivamente desequilibrios e impactos irreversibles que muy probablemente modificarán el territorio al punto que este desaparecerá, convirtiéndose en una locación geográfica replicable y comparable con otras, perdería su esencia y se sacrificarían conocimientos, prácticas y relaciones cuyo valor no puede ser cuantificado.

Talamanca, nuestro territorio, es tierra bendecida que nunca ha sido conquistada y ha sobrevivido a muchas amenazas a través de la historia, como la explotación petrolera, desarrollo turístico a gran escala, la mega marina y más recientemente contra el atracadero turístico; logrando preservar su riqueza cultural, su mística y su naturaleza. Esta tierra tiene mucho que contarle al mundo. Todos somos responsables por el lugar donde vivimos, como organizaciones y sociedad haremos el mayor esfuerzo para seguir preservando la cultura local y la naturaleza por siempre.

Buscamos rendirle honores a esta tierra creando un modelo de co-gobernanza con el pueblo que posicione a Talamanca a nivel global como un territorio con una visión de desarrollo que da esperanza a un planeta hoy más frágil que nunca.

Adjuntamos el pronunciamiento:

Adjuntamos el documento oficial para descarga y difusión:

 

Enviado a SURCOS por Gloria Gavioli.

Fotografía tomada de Universidad de Costa Rica

Depredadores del tiburón martillo retoman terreno en el gobierno

SURCOS comparte:

14/01/2021. Desde FECON, denunciamos que la captura de tiburón martillo vuelve a estar en la mira de los depredadores del mar. A través de una maniobra jurídica el MAG e INCOPESCA tratan de reducir el problema de fondo que implicaría de la eventual explotación de una especie en peligro de extinción como el tiburón martillo, a la realización de una consulta por demás viciada.

El tema se puso en la mesa desde el gobierno de Luis Guillermo Solís, enemigo de los tiburones, cuando pretendió abrirse la captura “regulada” de tiburón martillo mediante un Decreto Ejecutivo que imponía como autoridad científica para aprobar permisos de comercialización-exportación a INCOPESCA. Dicho decreto fue impugnado por grupos ecologistas con el respaldo de la Sala I, que impidió su entrada en vigencia.

Sin embargo, la sed de carne de algunos comerciantes de baja racionalidad vuelve a poner las instituciones a su servicio para establecer otra vez la reglamentación vía Decreto, en la que incluyen especies amenazadas de extinción en las listas comerciables, dándole autoridad científica a INCOPESCA, a pesar de su evidente interés en la comercialización de especies marinas más que en conservar, además de sus ampliamente reconocidas limitaciones y negativas para desarrollar estudios científicos.

El gobierno llevó adelante una supuesta consulta entre el 16 de diciembre y el 7 de enero como estrategia para evadir manifestaciones de carácter científico. La organización MarViva ha denunciado que esta táctica ha impedido pronunciarse a las universidades y al Colegio de Biólogos respecto a un tema científico claramente de su incumbencia. La Ministra de Ambiente Andrea Meza criticó que sólo se publicará en el Sistema de Control Previo del Ministerio de Economía y que no se convocará a autoridades a ambiente a audiencia.

En peligro de extinción

El tiburón martillo es una especie cuya población decayó drásticamente en años por su captura para mercados asiáticos que demandaron sus aletas, al punto de llegar a declararse en peligro de extinción con los parámetros utilizados de UICN, que se ha referido a una caída de hasta el 90% de la población.

El SINAC prohibió su pesca y comercialización en el país desde el año 2015, luego de que Costa Rica liderara su inclusión en 2013 en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

La Federación Ecologista (FECON) se une a la exigencia de los grupos defensores del mar para que sea el SINAC quien tenga rectoría para la aplicación del Convenio CITES, protegiendo las especies amenazadas y que sea un Comité Científico Especializado con participación de las Universidades Públicas el que fiscalice medidas estrictas contra la pretendida continuidad de la comercialización.

Imagen de cabecera con fines ilustrativos.

Compartido con SURCOS por Henry Picado.

Notas sobre la Venezuela Bolivariana y Revolucionaria a partir del año 2021

Lic. José A. Amesty R.

La Revolución Bolivariana, inicia el 2 de febrero de 1999, por lo que en este año se celebran 21 años de Revolución. La actual escalada de asedio continuo, en múltiples áreas de la vida de la Nación venezolana, lleva al menos dos décadas por parte del imperialismo norteamericano, cuyos objetivos son: imponer un Golpe de Estado que ponga fin al Chavismo, y cerrarle las puertas a la posibilidad de una nueva y/o continua opción revolucionaria y socialista en América Latina, que se suponía muerta y enterrada.

Este cerco inmisericorde, es inevitablemente parte de la lógica revolucionaria, ya que cuando se trata de la creación de una sociedad nueva, de un hombre nuevo y una mujer nueva, hay que estar preparado para luchar toda la vida. La revolución es una trinchera sin fin. La revolución es permanente o no es revolución. Y este es el camino optado por Venezuela.

En este sentido, en este año nuevo y los siguientes, Venezuela debe corregir, enrumbar, replantear, redefinir algunos elementos importantes para su subsistencia revolucionaria y caminar hacia el horizonte pensado por su líder Hugo Chávez Frías. Así, mostramos algunas líneas-notas en torno al porvenir de la Venezuela Revolucionaria, si es que deseamos proseguir por ese camino.

Venezuela revolucionaria

No hay revolución sin brega revolucionaria. Toda revolución supone irremediablemente cambios, a veces dolorosos, de opciones y actitudes renuentes a los cambios.

En este sentido, a Venezuela revolucionaria, se le impone la necesidad de enrumbar el modelo socialista existente, lo que replantea echar mano a lo que, de una manera general, se deriva de los ideales socialistas revolucionarios; ahora con una visión más amplia de lo que fue desde sus inicios, al nutrirse en la actualidad de elementos pertenecientes a otros pueblos, culturas y grupos sociales. Más todavía cuando estos mismos pueblos, culturas y grupos sociales mantienen una lucha de resistencia prolongada, en contra de la exclusión, la explotación, la desigualdad y la miseria a que han sido condenados desde siempre, por el sistema capitalista, no importa cuál sea el rostro con que éste pretenda presentarse.

Así mismo, Venezuela debe corregir, lo que históricamente han sido las revoluciones: ninguna ha iniciado su proceso por los oprimidos, las masas como sujeto protagónico, independientemente de su apertura hacia ellos. Para que ésos sujetos, produzcan el colapso del régimen existente y para la toma del poder.

En otras palabras, se debe romper totalmente con la autoridad del Estado capitalista, que en algunos casos se encuentra intacta, y se debe desmoronar.

Hay que buscar que el pueblo venezolano, se sienta verdaderamente protagonista de su emancipación, se ha avanzado en este sentido, pero hay que profundizar aún más.

Ideología revolucionaria

No hay revolución sin ideología revolucionaria. La ideología como sistema de valores, creencias y principios que nos permite legitimar el orden social revolucionario, se sustenta en los factores emocionales del ser humano, el modelo de la revolución bolivariana se edifica sobre el sustento de la espiritualidad emocional que conduce a la conciencia.

Los pilares ideológicos de la revolución bolivariana, se deben preservar, a saber:

  1. Su fuente de inspiración: como punto de partida y emblema del nacionalismo, patria, soberanía y emancipación continental lo constituye el ideario de Simón Bolívar, fuente primaria que se complementa con el pensamiento de Simón Rodríguez y se refuerza con los postulados liberadores de Ezequiel Zamora. La fuente de inspiración es, también, el pensamiento rector de las masas populares de Hugo Chávez. Resalta en él, su apego al rescate de los valores patrios, la difusión constante de la historia nacional, su posición irreductible antiimperialista y la continuación de la obra de Bolívar orientada a la unidad latinoamericana.
  2. Los principios políticos: la concepción del poder popular y los cambios estructurales a nivel de las relaciones de poder, sociales y de producción. Como premisa, sobresale el postulado que señala que el gobierno revolucionario se transforma en instrumento del pueblo. Esto elimina el sistema cupular de la reforma representativa, sustituyéndolo por la democracia directa. Es decir, la participación del pueblo organizado en todos los procesos de la toma de decisiones para definir su propio destino.
  3. La base espiritual: se produce con base en el precepto derivado del cristianismo primitivo como lo es el bien común: la satisfacción de las expectativas más elevadas en lo moral, lo espiritual y lo material del ser humano, soportado en el amor al prójimo y la buena voluntad. Amor es el pregón de Cristo, primer revolucionario del mundo. El amor también era el motivo que hacía la fortaleza del Ché Guevara. La lucha revolucionaria sólo se justifica si se alcanza el amor fraterno entre los semejantes. La revolución para el Ché es amor. Y de amor entre los revolucionarios se fundamenta la palabra orientadora de Chávez.

También se debe beber de la ideología del Comandante Fidel Castro, cuando señala: “La lucha debe venir primero y la conciencia revolucionaria vendrá inevitablemente detrás con un ímpetu cada vez mayor”. El líder revolucionario consideraba un error alterar el orden de los términos, pues entendía la lucha de clases como “un vasto proceso de aprendizaje, una escuela irreemplazable”.

Señala además que, “sin propaganda no hay movimiento de masas, y sin movimiento de masas no hay revolución posible”. En este sentido, no se trata sólo de potenciar la agitación y la propaganda, hay otros elementos que cultivar, por ejemplo, la paciencia. “El gran secreto del éxito es saber esperar”, aprendió Fidel Castro de José Martí. El Comandante tenía claro que la lucha revolucionaria depende de la correlación de fuerzas, y que el objetivo es avanzar por etapas “sin quemarlas”. Sin generarse enemigos de modo inútil, ni enfrentarse contra todos a un tiempo. “Mucha mano izquierda y sonrisa con todo el mundo”, otra lección martiniana.

En síntesis, en la lucha revolucionaria, la ideología desempeña un rol importante.

Ejército revolucionario

No hay revolución sin ejército revolucionario. En el caso venezolano, no deben ser unas fuerzas armadas conservadoras, sino una milicia enteramente radical en lucha contra un imperio capitalista, esto lo han comprendido los altos mandos venezolanos, el problema está en los mandos medios y bajos, cuando se enfrentan en la lucha diaria a la inclemente posibilidad de ceder a la corrupción. Aquí hay que reforzar la formación sociopolítica y blindar una ética revolucionaria poderosa, como diría el Presidente obrero Nicolás Maduro.

Lo que sí hay que mantener es la premisa fundamental del líder Hugo Chávez: el pueblo hecho ejército. Hoy “el pueblo venezolano cuenta de nuevo con su ejército revolucionario, con su Ejército Libertador, el mismo de Bolívar, el mismo de Carabobo, impulsando junto al pueblo la revolución de Bolívar, porque la revolución nuestra es la de Bolívar, por Bolívar y para Bolívar”.

Recordando a Andrés Eloy Blanco, dice Chávez que “la democracia es como una nube: el agua es el pueblo, pero tiene por dentro un rayo, y ese rayo es el ejército, que cuando no ha de herir alumbra, y cuando alumbra con luz propia se une al agua”.

“Pueblo y ejército son como agua y luz, la fórmula del arco iris, camino rumbo al socialismo, la fórmula de la revolución”.

Como lo señala también el líder Diosdado Cabello, hay que ir conformando otros ejércitos, a la par del oficial como: los jóvenes que apoyan la revolución bolivariana, y que la mayoría se está preparando para su defensa ante cualquier ataque de la derecha capitalista. “Lo que ustedes están haciendo sobre tener su propia vocería es, quizás, el mayor avance de la revolución”, ese ejército de jóvenes dispuestos a defender la patria, de manera espontánea, esa Venezuela joven que no se arrodilla, que se niega a ser una patria indigna arrastrada a los gringos.

En síntesis, es la preparación de todo el pueblo para la guerra. Esta corresponde a una tradición y recoge una amplia experiencia histórica. Refleja la práctica militar revolucionaria y popular de muchos años. Es un paradigma que se nutre de la sabiduría militar popular acumulada en las guerras y los conflictos bélicos en que las masas explotadas debieron recurrir a la violencia y a las armas para contrarrestar estructuras de dominación política arbitrarias y sistemas económicos de extorsión que dan sustento a privilegios de minorías sociales y ocasionan la miseria de multitudes humanas.

A saber, procesos como: 1) La lucha guerrillera española contra la invasión napoleónica; 2) Las campañas militares lideradas por Simón Bolívar para romper la dominación colonial española y europea; 3) La revolución francesa; 4) la guerra de independencia americana, 5) las formulaciones y análisis de Karl Marx, F. Engels y V. Lenin; 7) las experiencias de la segunda guerra mundial; 8)La obra y la práctica de Mao Tse Tung, del partido Comunista Chino y de la revolución popular China; 9) Los aportes teóricos y estratégicos del general vietnamita Vo Nguyen Giap; 10) la experiencia de la revolución cubana, de su comandante Fidel Castro y de las Fuerzas Armadas de Cuba; 11) La lucha del movimiento guerrillero colombiano representado en las FARC, el ELN y los otros movimientos armados; 12) Los procesos de lucha armada revolucionaria en Nicaragua, El Salvador, Malasia y Filipinas, entre muchos otros.

Ética revolucionaria

No hay sociedad nueva sin Hombre y Mujer Nuevo. Las experiencias socialistas que se dieron a lo largo del siglo XX, intentaron poner en marcha un nuevo ideario, una nueva ética superadora de viejos vicios. Sucede, sin embargo, que más allá de extraordinarios logros en el campo socio-económico que obtuvieron estos proyectos (se terminó con la miseria crónica, con el hambre, con la marginación, se redujo considerablemente o se abolieron distintas formas de explotación, se redujeron tasas de morbi-mortalidad, la noche oscura de la postración y la ignorancia secular se iluminó), más allá de todo ello, la construcción del “Hombre y la Mujer nuevos” siguió siendo una agenda pendiente. ¿Por qué?

Porque la ética (es decir: la tabla de valores que rige la vida, la normativa social, la moral dominante en un momento histórico determinado) no se puede fijar por decreto, no cambia por un acto de voluntad. Es decir: no se puede ser “buena” o “mala” gente por decisión simplemente porque…. no hay “buena” o “mala” gente.

La realidad en las revoluciones es que, cuando efectivamente mejoran las condiciones objetivas de las grandes mayorías (también se construyen grupos privilegiados, burocracias con prebendas, a veces insultantes para el pueblo), llegándose a excesos increíbles como lo sucedido en algunos movimientos guerrilleros latinoamericanos donde problemas entre “comandantes” se dirimían a balazos: ¿quién es el más revolucionario?, mandándose a matar al “menos” revolucionario.

En Venezuela es una tarea inconclusa, que hay que abordar con toda la seriedad necesaria en este caso.

Cultura revolucionaria

No hay revolución sin cultura revolucionaria. Entre algunos de los problemas que debilitan la cultura revolucionaria están, según el líder Fidel Castro: las penurias materiales o las dificultades económicas, que sin dudas son extremadamente influyentes. Es cierto que ese debilitamiento puede ocurrir por un grupo de factores combinados, que van desde la influencia de la cultura globalizada y capitalista a través de sus infinitos canales de diseminación, la pérdida de los referentes, valores y paradigmas revolucionarios, erosionados por los errores y carencias propias, por la fiera batalla de ideas con el enemigo, y también, precisamente, como reflejo en la superestructura de problemas en la base económica no debidamente resueltos, o no suficientemente atendidos a tiempo, y que van ahondando paulatinamente la brecha entre la realidad y el discurso.

Cuando Fidel insiste, hasta la saciedad, en que hay que hacer que cada ciudadano del país adquiera una cultura general integral, está apostando por el desarrollo de las ideas y la conciencia como antídotos contra las asechanzas del enemigo y lo pernicioso de nuestros propios errores y nuestra propia soberbia. Un pueblo culto, ya se sabe, tienen conciencia de su libertad y es inconquistable. Un destacado papel en este campo juega, y han de jugar, los artistas e intelectuales revolucionarios, en cierta medida, la vanguardia de estos procesos culturales. Y podrán cumplir mejor sus misiones, en la medida en que ellos mismos, desde su arte, demuestren que poseen una elevada cultura general integral, de la que son piedras angulares la cultura histórica, la cultura política y el más profundo humanismo. “Las probabilidades de que surjan artistas excepcionales (profetizaba el Che, en 1965, en su luminoso ensayo “El socialismo y el hombre en Cuba” (serán tanto mayores cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión”.

Sin duda alguna, la cultura revolucionaria venezolana, buscando al hombre y la mujer nuevas, debe constituir un elemento esencial para que perdure en el tiempo el modelo socialista. Debe buscarse una cultura general histórica, política al alcance de todos, propiciando el internacionalismo, el patriotismo, la defensa de nuestros principios, la solidaridad, la capacidad de sacrificio, la cohesión social, el optimismo colectivo, los momentos más brillantes y creativos de la propia política revolucionaria y socialista. De esta cultura depende, en grado sumo, la continuación de la Revolución.

Praxis revolucionaria

La praxis revolucionaria en Venezuela, está asociada directamente al fortalecimiento de la participación popular aunque, esencialmente, en su forma tradicional, o para decirlo de otra forma, a través de los limitados canales de la democracia representativa, y también, a través de un conjunto de organizaciones sociales y políticas propias que van encontrando nuevos espacios y van rompiendo viejos mitos y hábitos de los “viejos” tiempos de clandestinidad y de hostigamientos de los aparatos de represión y vigilancia de la anterior oligarquía dominante.

En este sentido, se ha avanzado mucho y se debe seguir avanzando para consolidar el Poder Popular, y a su vez, en otros ámbitos como el militar, político, tecnológico y económico, para producir otra variación cualitativa en el nivel de la formación ideológica.

Internacionalismo revolucionario

La solidaridad internacional es inseparable del quehacer revolucionario y de su vocación internacionalista. Durante decenios la izquierda latinoamericana ha mostrado una gran sensibilidad solidaria con proyectos revolucionarios y progresistas sometidos a la injerencia agresiva de Estados Unidos. Hoy la izquierda no puede vivir de espaldas a los movimientos reivindicativos populares, no importa cuáles formas adopten.

En este aspecto, la revolución bolivariana, debería avanzar mucho más de lo que ha hecho. Por supuesto, esta práctica solidaria, depende mucho en lo que avancemos en el campo de la ética, la cultura y la conciencia revolucionaria.

No obstante, debemos recordar que los sujetos de la práctica internacionalista son: las grandes masas excluidas, los sectores medio arruinados, los defensores de la vida y la naturaleza, las mujeres patriarcalmente y socialmente oprimidas, las etnias y nacionalidades oprimidas, discriminadas y marginadas, las comunidades abandonadas, las poblaciones bombardeadas o desplazadas, todos los sujetos dominados y oprimidos, todos los actores de las luchas contra la globalización neoliberal, y contra las diversas modalidades de expresión.

Más específicamente, las fuerzas del trabajo explotado, a sus dos géneros (masculino y femenino) sometidos con intensidad diferenciada por el capitalismo neoliberalizado, las fuerzas del trabajo expulsadas de la esclavitud asalariada, excluidas del sistema económico, lanzadas al desempleo, a la incertidumbre y al desamparo, la juventud que llega a la edad laboral y no encuentra fuente de trabajo remunerado, las mujeres ligadas al trabajo doméstico no remunerado, las mujeres súper-oprimidas por un capitalismo neoliberal y patriarcal, la diversidad social que integra el mundo de la llamada economía informal, los campesinos sin tierra y sin medios de producción, los pequeños y medianos propietarios o empresarios urbanos y rurales en proceso de ruina, los empresarios que producen para el mercado interno y han sido golpeados por la apertura y el impacto de las mal llamadas “áreas de libre comercio”, las etnias oprimidas y discriminadas y los pueblos originarios excluidos y maltratados, las naciones en proceso de recolonización, especialmente sus fuerzas sociales y políticas excluidas de las decisiones del poder dominante, la niñez abandonada y maltratada, los / as adultos mayores despreciados / as y abandonados / as, el llamado Tercer y Cuarto Mundo, excluidas sus elites privilegiadas, los y las protagonistas de las diversas corrientes culturales, artísticas, creativas afectados / as por la uniformidad cultural que se nos quiere imponer y por el totalitarismo ideológico en desarrollo, la gran parte de la humanidad afectada por la desertificación, la contaminación, el calentamiento de la Tierra, la depredación de su flora y de su fauna, y todo el deterioro ecológico en marcha, las diversas fuerzas sociales y políticas que reclaman participación poder de decisión, y cese del autoritarismo y de la exclusión política, entre otros.

Ya que, una estrategia imperial obliga a una estrategia revolucionaria continental y mundial, sin desmedro de la diversidad y las particularidades nacionales. Por lo que hay que coordinar, sincronizar, más las luchas. Hay que articular y darle más simultaneidad a los procesos liberadores en todo el continente y en todo el mundo. Hay que construir nuevos espacios para un internacionalismo revolucionario innovador, para una orientación común de la diversidad revolucionaria.

El internacionalismo de las cúpulas capitalistas del mundo, exige de un nuevo y revitalizado internacionalismo de todos / as los / as oprimidos / as y afectados / as. Si más global es el dominio del gran capital, más global deberá ser la respuesta necesaria para liberarnos de él.

Venezuela, escenario de una nueva ola transformadora, con sus procesos sumamente originales y esperanzados, pasan a ser blancos fundamentales del poder imperialista estadounidense asociado, por lo que necesita atender a las arriba notas modestas que hemos planteado, que son los enunciados principales del artículo de Luis Britto García “Son y sentido cubano”.

Finalmente, como señala Narciso Isa Conde, Venezolanos: no debemos tener miedo a ser felices, ni escatimar esfuerzos y sacrificios para conquistar el pan y la alegría, y merecernos el cielo prometido aquí en esta tierra, donde las oligarquías capitalistas se proponen seguir construyendo un paraíso para ellas, y un infierno para la inmensa mayoría de sus habitantes.

Peores escenarios se avecinan para el agua

Osvaldo Durán-Castro/Sociólogo-ITCR

Hoy, 15 de diciembre 2020, el proyecto “Ley para la gestión integrada del recurso hídrico”, Expediente 20.212, podría ser archivado. Se discute en un momento crucial de ataque a la humanidad y a los ecosistemas por parte del sistema corporativo mundial, ya que están consumando sus aspiraciones de mercantilizar el agua en la Bolsa de New York/Wall Street. Llegamos al momento aciago que el poeta Silvio Rodríguez cantara hace años: “Me pregunto qué negocio es este, en el que hasta el deseo es un consumo, qué me haré cuando facturen el sol”. En ese pantanoso escenario, es más que indispensable y de primerísimo orden que Costa Rica asegure las más estrictas medidas de protección del agua y evite su explotación comercial sobrepasando los ya perniciosos márgenes que tenemos hoy día.

Son muchísimos los aspectos por analizar pero ahora hago un resumen sobre lo público-privado y ausencia de participación. El texto como tal no reza que se vaya a privatizar el agua, pero sí contempla mecanismos que consolidan prácticas de explotación privada y crea otras que la propician. Las experiencias de control y manejo del agua con participación y privilegio del sector privado nunca han generado resultados positivos para lo pueblos. En 2003 analizamos los caminos diversos del agua privada y aunque no nos ocuparemos de este gran tema ahora, si debemos reiterar que lo público y lo privado no se dibujan en blanco y negro, ni como opuestos dado que la privatización es un ejercicio normado desde los Estados neoliberales como parte de las estrategias corporativas para trasladar servicios públicos al sector privado (ver Agua: Lucha mundial entre capital privado y justicia https://doi.org/10.15359/rca.25-1.5 y otros textos del autor relacionados). Privatizar no consiste únicamente en entregar la operación de sistemas de distribución de agua a empresas privadas de manera directa, como ocurrió en Bolivia, Argentina, Chile, México, Canadá, etc. Las alianzas público-privadas y las concesiones, que ocupan un lugar del privilegio en esta propuesta de ley, son una de las vías principales usadas en todo el mundo para estimular la competencia entre lo público y lo privado, en detrimento de lo social, colectivo y solidario.

El proyecto 20.212 no se acerca a la aspiración de regular en favor de lo público, justo y solidario. La sola y contundente propuesta de convertir a las ASADAs en concesionarias y colocarlas como competidoras por el agua, es suficiente para advertir el sesgo anti-público del proyecto. La propuesta crea todo un abanico de riesgos mediante múltiples propuestas como las concesiones (ver Capítulo III. Concesiones), las “sociedades de usuarios” (artículos 102-104), el “Uso colectivo de las aguas en condominio” (artículo 105), la posible consolidación del negocio privado de exportación de agua (artículo 57) y la reconcentración de poder en la DINA para la toma de desiciones técnicas y políticas sobre el agua (múltiples artículos).

El Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, en su “Informe de desarrollo humano 2006. Más allá de la escazes: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua”, fue contundente al advertir sobre los riesgos de crear espacios de control del agua por parte del sector privado: “La característica distintiva del agua reside en su rol fundamental en los medios de sustento de los individuos y el medio ambiente de un país. Esta propiedad excepcional señala la necesidad de implementar sistemas de normas e instituciones altamente desarrollados que permitan garantizar que los objetivos de política pública fundamentales como la justicia social y la sostenibilidad ecológica no estén subordinados a la búsqueda de beneficios privados”.

Lo público debe primar en una legislación que a futuro procure blindar el agua ante los riesgos que desde hace años advirtió el PNUD, y repetimos, sobre todo ahora que llegamos al extremo previsible y ansiado del mundo privado de tranzar el agua en Wall Street. Sobre este particular podemos adelantar que Costa Rica debería contar una política pública que prohiba elevar los niveles actuales de lucro con el agua y, de manera absoluta, evitar la exportación de agua incluso a nivel de rango constitucional. Si el agua sale del país debería ser únicamente por fines humanitarios y nunca para negocios públicos ni mucho menos privados. La realidad actual de Costa Rica enseña que el agua ya es un elemento sujeto a la explotación y lucro privados. Ante eso lo que se esperaría de una nueva ley es que estableciera regulaciones que limiten, inhiban y prohíban los usos y explotación privada del agua y aseguraran una visión o nuevo paradigma orientado sin ambigüedades al bien común. Pero esa no es la visión del proyecto.

Si reconocemos, como debe ser, que la privatización no es sólo transferir directamente a entes privados la operación de un servicio o empresa, si no entregarlo por concesión o mediante la creación nuevos entes operadores, aunque sea para segmentos reducidos que los aprovechan en beneficio privado, este proyecto apunta a fortalecer los espacios de control no públicos del agua. Ese debate sobre las vías para disminuir lo público, entendido como el control demanial, social, colectivo, solidario y justo en precio y acceso del agua, que se ejerce desde el Estado y desde lo social-comunitario a través de organizaciones de base, como las ASADAS, seguirá pendiente más allá de lo que ocurra con este proyecto.

Más exclusión y menos participación social-comunitaria

Si hubiera que evaluar este proyecto de ley con un criterio básico y fundamental como la participación efectiva y la garantía de inclusión real de las personas a través de sus organizaciones de base comunitaria en la gestión del agua; habría que rechazarlo.

Desde que el 31 de marzo del 2014 a media noche y con extraño sigilo fue aprobado en primer debate este proyecto, sabíamos que se había liquidado cualquier vestigio de participación incluida en la iniciativa popular, contenida en el Expediente legislativo 17.742. Un segundo debate y aprobación sellaría el ataúd con el cadáver de la participación efectiva de la ciudadanía en el manejo democrático del agua (el proceso del proyecto de iniciativa popular del agua puede consultarse en trabajo de Barquero Mata, Sofía. (s.f.). Leyes de Aguas: análisis completo. Sobre el procedimiento de la iniciativa popular).

En el texto del proyecto que circulaba antes del 3 de diciembre 2020 ni siquiera se mencionaba a las ASADAS, y posiblemente por tan desmesurado error, fue que en la versión que empezó a circular ese día ahora fueron incorporadas en el artículo 5 indicando que el “sector hídrico del Estado…está constituido por la Administración Pública centralizada, descentralizada, autónoma, semiautónoma, las municipalidades, las empresas públicas y del Estado y las asociaciones administradoras de acueductos comunales (ASADAS), que tengan dentro de sus competencias la gestión sectorial y multisectorial del agua”.

Los mecanismos mediante los cuales se podría hacer efectiva la participación de las comunidades, no son claros y más bien podemos decir que no existen como tal en el proyecto. El artículo 2 “Principios generales” indica “l) Participación: el sector hídrico del Estado promoverá la participación de todos los sectores vinculados en la gestión integrada del recurso hídrico, en el ámbito nacional”. Esa es una generalidad que puede interpretarse como sea, y es claro que por vía reglamentaria no se asegurará esa participación. “Todos los sectores” es un postulado que coloca en igualdad de condiciones a todos los potenciales concesionarios que pretendan usar el agua para cualquier uso. No se podría augurar nada positivo si retomamos la competencia desproporcionada a la que someten, por ejemplo, los agronegocios y las hidroeléctricas a las comunidades, y las dificultades extremas de estas últimas para tener al menos acceso al diálogo con instituciones como el MINAE y particularmente con la Dirección de aguas y SETENA, que sistemáticamente las ignoran o anulan. De ninguna manera resulta suficiente la promesa contenida en ese artículo 2. Una legislación que verdaderamente busque garantizar el agua como derecho humano, de consumo humano y resguardada por el Estado en cualquier circunstancia o amenaza, debe establecerlo con claridad.

Lo más cercano a participación que el proyecto propone es el artículo 22 “Información y consulta pública”. Según el texto “Las propuestas del Plan Hídrico Nacional, el balance hídrico nacional y los planes hídricos de unidad hidrológica se someterán a consulta pública, a fin de que la población pueda formular observaciones, aclarar dudas y presentar modificaciones a dichas propuestas”. Esa limitadísima participación es contradictoria con el optimismo que desde el 2017 había expresado la Directora de AyA Yamilet Astorga, quien “asegura que ley de aguas mantiene la esencia de la Iniciativa Popular”. La funcionaria se contenta con que la población “pueda formular observaciones, aclarar dudas o presentar modificaciones a dichas propuestas”. Para ella es suficiente que “podemos llegar a crear los Consejos de Unidades Hidrológicas, mediante decreto ejecutivo, como una forma de operacionalizar esta ley”, https://www.informa-tico.com/8-11-2017/presidenta-aya-asegura-ley-aguas-mantiene-esencia-iniciativa-popular) lo cual no pasa de ser una laxa promesa que no asegura, de ninguna manera la participación efectiva de las organizaciones sociales de base, como las ASADAS.

Es evidente que las decisiones técnicas, financieras y políticas seguirán siendo un ejercicio centralizado y controlado desde la nueva DINA, si se aprobara el proyecto. Limitar la participación a “Información y consulta pública”, es una debilidad absoluta e insalvable que desde la aprobación del proyecto en 2014 habíamos señalado como gravísima y suficiente por sí misma para rechazar el proyecto en su totalidad. Esa exclusión revela que el “lobby” local del agua que promueve el proyecto concilió con las presiones e intereses del sector empresarial, además de resellar un desprecio total por la participación democrática y efectiva de la gente en los procesos de diálogo, generación de consensos, negociación y decisiones colegiadas sobre el agua.

En el proyecto no hay una sola frase que busque fortalecer a las ASADAS como entidades que aseguren el manejo comunitario y democrático del agua. Tampoco nada que procure que el Estado asegure espacios oficialmente reconocidos y vinculantes en la definición de políticas públicas y mecanismos de control del agua, con inclusión efectiva de las comunidades por medio de sus organizaciones. Ese aspecto está directamente asociado con principios como que la institucionalidad involucrada con el agua esté comprometida y obligada a respetar su condición de bien demanial y público y que genere confianza y seguridad de que los intereses colectivos primen frente a los particulares y privados.

La exclusión de las ASADAS y los riesgos asociados con la reducción de su perfil en el manejo del agua, valga decir en contraposición con la creación de espacios para entidades privadas, fue expuesta con claridad por el Colegio de Geólogos de Costa Rica (2020) que en su oficio 2020 CGCR 267-2020 dirigido a los y las diputadas, expresan: “Acerca de las ASADAS. Lejos de regular y fortalecer la situación actual de las ASADAS el proyecto de ley las excluye, les obliga a solicitar concesiones y pagar por ellas a pesar de ser entes que prestan el servicio mediante un Convenio de Delegación de Administración con el AyA (Art. 5 y Art. 58). Las ASADAS deben ser consideradas en cualquier legislación sobre el recurso hídrico debido a la importancia de la labor que realizan, ya que cubren un 33% de la población del país”.

Otro aspecto que no se puede dejar de lado es que el consumo humano es una prioridad cuestionable e incierta en el proyecto. Las definiciones son tan generales que abren la puerta para que cualquiera, sea público o privado, proponga, compita y obtenga concesiones. En el artículo 61, que como en muchos otros se norma el otorgamiento de concesiones, se indica: “Requisitos y procedimiento para otorgar concesiones. Toda solicitud de concesión para el aprovechamiento del recurso hídrico deberá cumplir los requisitos generales y específicos propios para cada tipo de aprovechamiento que se establecerán en el reglamento de esta ley; además, cumplir con el procedimiento aplicable para el otorgamiento”. Ni en este ni en otros artículos se enfatiza ni especifica el uso público, solidario y equitativo del agua, del tal manera que los concesionarios, de cualquier tipo, tendrán que “pujar” de acuerdo a sus intereses. Además, los requisitos quedan sujetos a nuevos reglamentos en cuya creación no está prevista ninguna forma de participación ciudadana. Como dijo una impulsora del proyecto, la Diputada Paola Vega, “se necesita una concesión independientemente de quien la pida”.

El único artículo del proyecto de ley que establece con claridad cuáles son los usos prioritarios del agua, es el 95 referido a la “Declaratoria de déficit temporal del recurso hídrico”. Esa condición se declarará “cuando (la Dirección de aguas) haya constatado técnicamente la disminución atípica de la disponibilidad del recurso; valorará, entre otras, las condiciones meteorológicas, hidrológicas, hidrogeológicas, hidrobiológicas, agrícolas, geográficas, sociales, ambientales, económicas y de calidad del recurso”. La realidad es que hasta hoy día muchísimas comunidades se han quedado sin agua y las autoridades no han hecho, por la razón que sea, los estudios pertinentes, ni mucho menos han declarado emergencia como corresponde. Esto ha sido así porque se han protegido los intereses privados sobre lo público y comunitario, y obviamente sobre los derechos de los ecosistemas, que más bien quedan desprotegidos con las definiciones y usos de los “caudal ambiental”.

Una legislación verdaderamente orientada a la protección integral y ecosistémica del agua, lo mismo que a usos justos y solidarios desde lo público y comunitario, debe icluir algunos principios que este proyecto no contiene. Algunos de los principios son:

  • que el Estado, como garante de los derechos colectivos del pueblo, ejerza soberanía total para asegurar el control del agua para su uso en favor del bien común,
  • que la población tenga seguridad de que el agua será considerada efectivamente y sin manipulaciones, controles políticos ni económicos, en las decisiones sobre los usos prioritarios y su protección ecosistémica,
  • que el Estado asegure espacios oficialmente reconocidos y vinculantes en la definición de políticas públicas y mecanismos de control del agua, con inclusión efectiva de las comunidades por medio de sus organizaciones,
  • que se tenga garantía de que por ser un derecho humano no esté sujeta de ninguna manera a la competencia comercial; mucho menos cuando se comprometan la salud de los ecosistemas y el acceso de la población,
  • que sea distribuida con equidad, solidaridad y hasta entregada de gratis a la gente más pobre que no pueda pagarla,
  • que haya seguridad absoluta de que será protegida frente a cualquier forma de explotación lucrativa y privada (esto sabiendo que en Costa Rica operan múltiples mecanismos de lucro con el agua),
  • que los usos prioritarios estén explícitamente estipulados y que no existan opciones, como las concesiones, sociedades de usuarios, etc, para que los usos públicos y colectivos tengan que competir con los negocios privados de cualquier tipo, como sucede ahora mismo en Costa Rica,
  • que la institucionalidad involucrada con el agua esté comprometida y obligada a respetar su condición de bien demanial y público, y en ese tanto no facilite su explotación privada,
  • que la institucionalidad genere confianza y seguridad de que los intereses colectivos primen frente a los particulares, y que respete y escuche a los actores sociales comunitarios,
  • que el Estado garantice los recursos económicos necesarios para que el sistema jurídico y operativo, la investigación científica y el seguimiento, permitan la efectiva protección ecosistémica del agua y su distribución equitativa.

¿Se cumplen esos atributos fundamentales en el proyecto de ley de agua número 20.212? Definitivamente no.

Imagen: Juan Pablo Ugalde

Explotación petrolera: La actualidad del filme “Caribe”

Gabriel González-Vega*

La explotación petrolera acecha de nuevo. Pese a que el mundo se mueve en dirección opuesta, poderosos intereses locales e internacionales presionan para que Costa Rica vuelva a intentar la explotación de hidrocarburos. Hace un par de décadas trabajé adhonorem en un filme que testimonió la oposición de muchos, especialmente limonenses, a un proyecto que llevó al gobierno prohibir esta economía extractivista. A raíz del cumpleaños de Diana Mc Lean, hija de mi apreciado amigo el actor Roberto Mc Lean, q.e.p.d., el filme pasó a primer plano y pensé que me gustaría compartir con ustedes este ensayo sobre esa película “Caribe”, en la que trabajamos juntos, Roberto como uno de los protagonistas y yo como coproductor y a cargo de varias tareas más; en especial, se que aporté mucho al largo proceso de edición. La versión original del texto la publiqué en Forja del Semanario Universidad años ha. Con Roberto hice buena amistad luego de nuestra valiosa experiencia en Limón y disfrutamos de agradables tertulias con amigos comunes en mi casa y en otros espacios como La casita azul, saboreando comida tica.

“CARIBE”, la película

En su cuarto y último viaje al Nuevo Mundo, Cristóbal Colón llegó a una costa exuberante llamada Cariari. Ahora se denomina Limón, provincia atlántica del estado centroamericano al que, cuentan leyendas bienintencionadas, el mismo Almirante bautizó como Costa Rica, extasiado con su esplendor. Allí donde más que el metal precioso que hiere con su fulgor plateado o dorado, envuelve al que penetra el verde húmedo de la selva espesa y el azul profundo del mar inmenso.

Cinco siglos después, en el litoral sur, pequeños pueblos como Cahuita, Puerto Viejo, Cocles, Uvita y Manzanillo preservan parte de esa flora y fauna maravillosa, de sus lechos de arena y colinas caprichosas. Pescadores y campesinos humildes, artesanos variopintos, empleados de grandes plantaciones -especialmente bananeras- y de una floreciente industria turística –por demás, la principal de este país- conviven en la más diversa mezcla, que incluye indígenas de las reservas en la cordillera de Talamanca, afrodescendientes venidos en su mayoría de Jamaica, con su araña pícara Anancy, su gastronomía y su memoria del Black Star Line, chinos emigrantes del otro lado del mundo, europeos de antes y de ahora, estadounidenses que también huyen de las urbes asfixiantes y cartagos que salieron del Valle Central.

Una de las tantas empresa transnacionales -subsidiaria de, matriz de- obtiene permiso de las autoridades para explorar la zona y buscar petróleo, vieja quimera que alimenta la codicia propia y extraña. Pretensión vinculada esa, parece, a los intereses saudíes (incluso a la familia Bin Laden) y a gobernantes de los Estados Unidos, según muestra Michael Moore en “Fahrenheit 911”. Esta empresa extranjera divide al pueblo. Algunos se dejan cautivar por sus cantos de sirena y otras organizan la resistencia. El síndrome de Venezuela y el de Irak como enclaves petroleros asediados por intereses transnacionales acechan la zona.

Entretanto, un joven realizador, Esteban Ramírez, que sueña con su ópera prima, recorre la zona junto a sus colaboradores en busca de locaciones y se topa con ese conflicto. Plantado en árboles y cercas el No a la Petrolera lo impresiona. Ya él había elegido el cuento “El Solitario” de Carlos Salazar Herrera para desarrollar su guion. Maestro del relato corto, Premio Magón, Salazar Herrera (“El matoneado”) había recorrido a mediados del siglo pasado los bananales y los sembradíos de subsistencia para trazar a sus recios pobladores. Ramírez luchó pacientemente durante varios años para abrirse paso en un país donde aún hoy no hay verdadera industria de cine, solo quijotadas; donde el Centro de Cine se ve cada vez más limitado por dentro y por fuera y el empeño aislado de algunos por hacerlo eficiente siempre ha sido aplastado (de éste empeño inconcluso fui protagonista como Director General en dos gobiernos), y donde el mismo sector audiovisual con frecuencia se desangra en intrigas intestinas. Por cierto, uno de sus documentales (se interesó por la delincuencia, el SIDA, Cuba), fue descalificado de la VI Muestra de Cine, esa ventana que durante diez años creció constantemente en beneficio del sector, para luego decaer. Mucho después se reinventó como Festival Internacional de Cine.

A Esteban lo conocí cuando, siendo yo el nuevo Director General de esa institución; él pidió al Centro de Cine un pequeño apoyo para su siguiente corto, “Rehabilitación concluida”, basado en un cuento de la esmerada escritora Myriam Bustos. Así, en la VII Muestra de Cine y Vídeo Costarricense, punto de giro de la producción local, fue una de las tres mejores ficciones (junto a las notables “La calera” de Percy Angress y “Las máscaras” de Rafa Chinchilla). Notable narración fantástica, que mantiene el interés y reveló ya el talento de su autor. Las actuaciones son especialmente buenas, Sara Astica –la legendaria actriz de “Valparaíso mi amor”– ganó el premio respectivo, y José Trejos, veterano caballero de las tablas, a quien los directivos de la Unión de Teatros Independientes (UTI) premiamos el año 2004 por su trayectoria, coprotagoniza con igual tino. Sara hace una breve y decisiva intervención en “Caribe”. Esa habilidad de Ramírez, quizá la mayor suya, para sumar a su propósito la gente más capaz fue de nuevo evidente en “Once rosas”, un relato sencillo, ingenuo si se quiere, sobre la ilusión del amor. Coproducido con el Centro de Cine que a la sazón el suscrito dirigía, logró buenos patrocinios públicos y privados para financiar sus casi cien mil dólares de costo. Allí ya se unió al diestro fotógrafo Mario Cardona y al ubicuo sonidista Nano Fernández, con los que luego rodaría eficazmente Caribe. También sumó productores muy capaces como Karl Heidenreich, Tobías Ovares y Gina Ortega. El actor Fabricio Gómez fue una selección oportuna y el objeto de su amor como personaje, la bella e inteligente peruana Mónica Sánchez (“La carnada”) un acierto. Recuerdo como, durante el Festival de Cartagena, adonde viajamos juntos, Esteban me comentaba su interés en que el corto tuviese una destacada actriz extranjera y cómo allí descubrió a Mónica en “Pantaleón y las visitadoras” de Francisco Lombardi.

“Once rosas” ganó la IX Muestra, que ya ostentaba un jurado internacional y logró un recorrido hasta la fecha inigualado en festivales internacionales. Fue el único corto latinoamericano en Moscú, y el único en Lima. Uno de los doce en Viña del Mar y de los mejores en Huesca. Compitió en Sao Paulo y Los Ángeles. En Cartagena fui testigo de que estuvo cerca de ser premiado –Esteban y yo soñábamos ansiosos con un galardón en los balcones del Hotel Caribe-, y en La Habana me impresionó que entre más de una docena fue uno de los dos únicos aplaudidos.

Ya Esteban sabía que los cortos solo eran pasos indispensables para su anhelado largometraje. El nicaragüense formado en San Antonio de los Baños, Humberto Jiménez, que lo había asistido en “Once rosas”, hizo una primera versión. Luego, Esteban se alió a una mujer brillante, cuya poesía y dramaturgia han sido ampliamente reconocidas, Ana Istarú. Un largo proceso, con el aporte puntual de muchos otros, llevó a un guión depurado. Cinco semanas de rodaje bastaron para cristalizar el proyecto. Asimismo, medió la buena suerte; en Limón decíamos que había tres climas: invierno, verano y Ramírez. La experiencia de la mexicana Lourdes Elizarrarás y la chilena Carolina Giorgio, asistentes de dirección, fue crucial para la eficacia del rodaje.

Con una audacia que le ha rendido frutos, Esteban se atrevió a soñar con un protagonista de primera. Al final, lo obtuvo: el cubano Jorge Perugorría, consagrado desde “Fresa y chocolate” (nominada al Óscar), curtido en tres docenas de filmes (“Lista de espera” me parece maravilloso), carismático y galán, se ve convencido y convincente. Él hace de un empresario extranjero que atiende una plantación bananera y cuida de su amada esposa, hasta que la irrupción de una media hermana de ésta, problemas financieros con la finca y la llegada de la petrolera desarticulan su vida. Cómo enfrenta estos retos, qué decisiones toma y cuáles son las consecuencias constituyen el meollo del filme, cuyo final poético y abierto tiene atractivos e inesperados giros. Perugorría es un protagonista sobrio pero intenso y muestra con propiedad la amplia gama de emociones que lo van definiendo. También, nos dimos cuenta después, que seguimos compartiendo con él, es un ser humano excepcional. Para las dos mujeres, Esteban optó, asimismo, por dos extranjeras ya reconocidas. Cuca Escribano (“Poniente”), española, es la esposa, llena de energía bondadosa, la que conforme descubre la trama que la amenaza revela fuerzas inéditas. Maya Zapata, mexicana (la niña de “Gringo Viejo”, premiada por “De la Calle”), contrasta por su edad y sus rasgos físicos, aunque ambas son muy hermosas. Ella revela con gran madurez –la que fue evidente cuando la entrevistamos- justamente la inmadurez de su personaje, su sensualidad confundida, su imperiosa necesidad de afecto. Los tres interactúan con vigor y realismo. El filme no se vuelve caricatura ni cae en la tentación de los extremismos. Las formas de violencia son las adecuadas; el erotismo, tan vehemente a veces, es el justificado; indispensable en la trama, propio del trópico donde ésta ocurre. Ésta es una película de seres humanos de carne y hueso, en la que nos podemos ver fácilmente reflejados, donde los dilemas morales que los consumen son vistos con gran rigor ético.

Además de encarnar la arrogante antipatía del ejecutivo petrolero con ese sarcasmo tan propio, el polifacético mexicano Gabriel Retes (“El bulto”, “Un dulce olor a muerte”) -q.e.p.d.- aportó al conjunto de la obra con su genio singular y amplio bagaje. Lo invité hace dos décadas para una retrospectiva durante la Muestra; reapareció luego como peculiar diplomático, y finalmente se quedó a vivir con su Semáforo (insólito espacio para el cine, el teatro y la tertulia que albergó la magnífica obra de teatro “El ornitorrinco”, proyecto cultural con el que colaboré con entusiasmo. Mas el lugar cerró luego por problemas financieros. Mérito de Esteban es que supo aprovechar al famoso residente en tanto otros prefirieron trenzarse en riñas inútiles con el tocayo Gabriel (así le gustaba llamarme).

Jackson es un negro ermitaño que da nombre al cuento original “El solitario”. En el filme, el enigmático pescador pobre se vuelve símbolo y conciencia. Un observador presto a intervenir. Hallazgo formidable fue el de Roberto Mc Lean -q.e.p.d.-en su debut cinematográfico como ese Jackson más bien mulato, mestizo como en definitiva somos todos. Su propia vida de abogado y universitario, antaño campeón latinoamericano de artes marciales, ayer adulto mayor al borde de la muerte, han hecho de éste un viejo sabio que inspira confianza y revela una extraña y contagiosa pasión por la vida, lo que Mc Lean en el filme manifiesta como una corriente misteriosa, subterránea y bravía, a punto de brotar.

Otros actores nacionales se superan a sí mismos. Poco a poco, con la práctica del teatro, la televisión y los vídeos, cada nuevo largometraje va depurando el histrionismo local. Arnoldo Ramos ya no hace de Jimmy, el bribón autosuficiente premiado en la Muestra por “Password/Una mirada en la oscuridad” (dirigida por Andrés Heidenreich y coproducida por Ingo Niehaus y el suscrito), sino que dibuja a ese tico mediocre pero aprovechado (el que desdichadamente es legión), que vive agachada medrando a la sombra de los poderosos. Fácilmente corrompible, no ve más allá de su modesta codicia. Y Vinicio Rojas, formado rigurosamente en Rusia, protagonista de “Marasmo” (de Mauricio Mendiola), perfila un afanoso ecologista que le sienta bien; su casting es idóneo y no se excede emocionalmente. Otros, como Leonardo Perucci –con su solidez característica, como en “Apego”-, Thelma Darkins –con la potencia expresiva apegada al libreto-, Bismarck Méndez –un pachuco mujeriego muy creíble que crece como actor-, la china Michelle Jones, la veterana Xinia Rubí y el esmerado Melvin Méndez, junto a más de uno que hace de sí mismo y al que la productora convenció de interpretar(se) y a los que enfoca –sea cuál sea su postura sobre el conflicto petrolero- con prudencia y respeto, se suman para redondear un reparto amplio, sugerente y bien dirigido, que sostiene la confluencia de relatos sin problemas. No se trata de actuaciones extraordinarias, como la de una Charlize Theron en “Monstruo” o Imelda Staunton en “Vera Drake”-, sino de un conjunto afinado y convincente como no se había visto antes, como propio, en el país.

La música, compuesta por el joven y galardonado especialista Walter Flores, evita lo folklórico y las melodías fáciles de relleno. Esa música y los numerosos sonidos del ambiente vuelan con la acción dramática, centrada en la incertidumbre de los personajes, en sus temores y deseos, en sus fracasos y esperanzas. Próximo al melodrama, sin la connotación peyorativa que de este género muy popular (v.g. “Lo que el viento se llevó”, “Tess” de Roman Polansky) hacen algunos, el filme explora un tema central de la vida humana, el encuentro y desencuentro amoroso. ¿Trillado, acaso? Esencial, mas bien. Todo depende de cómo se trate, y en “Caribe” se percibe auténtico; interesa; sin que por ello alcance la profundidad de los maestros del cine. Creo que como ópera prima “Carieb” es más que notable. Por su parte, el popular grupo Mekatelyu (Make I Tell You) matiza las escenas en la discoteca con dos nuevas canciones.

Agrega densidad al relato el uso simbólico de objetos, animales y plantas que revelan las pasiones humanas (la mujer/araña desde los créditos y cuando Abigail despide a Irene, los dos buchones que se arrojan a la presa justo luego de que irrumpe Irene, así como la tercera oruga que cae entre las otras dos, el mono que parece cavilar, et al). Y esta naturaleza no aparece oscurecida para expresar ese testimonio no verbal, sino espléndida en su belleza de vida y muerte. También, se expresan en varios planos los objetos como el botecillo con una bandera costarricense junto a los créditos del pescador y el ecologista, y el barco negro –una mancha negra- sobre el mar celeste y brillante, que remite a la petrolera. La fotografía oscila entre los cánones clásicos y rupturas dramáticas, a veces oportunas a veces discutibles. Así, coincido con el experto cubano Manuel Francisco Jorge (continuista) en que la imagen temblorosa algunas veces no fue la adecuada a la escena. Pero este filme no tiene la apariencia sucia y desagradable tan de moda y tan útil para disimular ineptitudes, pienso. Para el que no se ha sumergido en Puerto Viejo (en el follaje, en las olas, en los bares y discotecas, también) parecerá sólo pintoresca. Pero ese subrayado de la belleza y de lo bonito que detesta el postmodernismo en boga resulta un subtexto apropiado para la amenaza petrolera. Así como en “Once rosas”, se quiso y consiguió mostrar un atractivo San José como nunca antes en el cine local, así en “Caribe” destaca esa riqueza natural y rústica del país, la que se entiende como su sello de identidad. Para Ramírez una película hecha en Costa Rica –como dice la publicidad del filme-, es un paisaje que muestra sin complejos eso tan lindo que hasta incomoda, con una ingenuidad, diría, paralela a la de “Once rosas”. Es necesario entender, además, que un corto (vídeo-creación) como “San ofe de la Suiza”, de Marco Chía, por ejemplo, que des-monta una capital horror-osa, es igualmente válido como propuesta estética y crítica, es más, que de hecho es complementario a “Once rosas”, porque ambos puntos de vista contribuyen a trazar el mapa de nuestra comprensión global y múltiple de una realidad siempre cambiante y sujeta a innumerables visiones. Lo contrario es el fundamentalismo -siempre al acecho- que impone una perspectiva como verdad revelada, aún cuando aparece vestido de vanguardia. El arte debe apreciarse considerando intenciones y contexto. Por eso, como explica Tom Ryall, hay que validar los tres momentos del producto artístico: el acto creador, la obra consumada y la lectura de cada espectador, en los marcos tanto del contexto industrial como de la formación social.

Para la edición Esteban confió en su hermano menor Pablo, cuyo bajo perfil en el medio local disimula su sagacidad y pericia. Lástima que finalmente no se dedicó al cine. También, Esteban me dio la oportunidad de participar intensamente en ese proceso minucioso que llevó casi diez meses donde, a veces con el aporte de otras opiniones, pensábamos cada plano y cada escena y cada secuencia reiteradamente, día a día. CINETEL se tomó todo el tiempo necesario para afinar el montaje, gracias a la paciencia de los que lo hicimos y a la tecnología que facilita manejar todo el filme en una computadora. Frank Padrón, respetado crítico cubano, que vio “Caribe” en su estreno mundial durante el Festival de Bogotá, escribió en Noticine “el novel director arma una historia ágil con notable montaje”. Para mí, confieso, que esta parte fue la experiencia más fecunda que había vivido hasta esa fecha en mis arrestos cinematográficos. Y reconozco que Esteban supo, como en el rodaje, ponderar las numerosas posibilidades desplegadas a su alrededor para decidir y lograr un resultado muy satisfactorio. Aunque, claro, hay soluciones con las que mantengo la discrepancia original.

En síntesis, un drama apasionante sobre amores y desamores. Un docudrama que recrea parte de un conflicto decisivo para Costa Rica, que alteraría su desarrollo sostenible y la podría convertir en objetivo político/militar. Sin olvidar que facilitaría la corrupción en gran escala la que en esos días la nación enfrentaba con probidad. Su perspectiva ética cobra mayor trascendencia ahora que el país ha descubierto que sí puede combatir la corrupción. Y, además, un personaje, Jackson, que se pierde en la memoria colectiva; que observa, juzga y consuela, como el espectador al que el filme reta a repensar su papel y su futuro.

“Caribe” se mantuvo 15 semanas en cartelera, se exhibió en 18 salas de cine y más de 70.000 personas la vieron en su propio país –un año después se reestrenó durante una semana-; la crítica local la reconoció como la mejor realización costarricense de la historia a esa fecha y ha participado en cuatro decenas de festivales internacionales como Bogotá, Viña del Mar, Trieste, Huelva, La Habana, Santo Domingo, Cartagena, San Diego, Mar de Plata, Chicago, Miami, Lleida, Copenhague, Oslo, Cataluña, Nueva York, Utrecht, Troia, Río de Janeiro, Palm Springs, Dallas San Francisco, Guatemala, Londres, Washington D.C. Santa Cruz, Quito, y más. Ostenta nueve premios (Mejor Director en Trieste; Colón de Oro del Público, Llave de la libertad, del Colegio de Arquitectos y de la Mesa de la Rúa, los cuatro en Huelva; Mejor Actriz en Cartagena de Murcia, y tres locales (La República, El Financiero y Ancora de La Nación) y fue la primera candidata de Costa Rica al Óscar al Mejor filme en lengua extranjera.

FICHA TÉCNICA

Dirección y Producción: Esteban Ramírez Producción Ejecutiva: Víctor Ramírez

Productores Asociados: Rodolfo Montes de Oca, Gabriel Retes, Lourdes Elizarrarás, Gabriel González-Vega

Guión: Ana Istarú y Esteban Ramírez

Fotografía: Mario Cardona Edición: Pablo Ramírez

Música: Walter Flores Sonido: Nano Fernández

Asistencia de Dirección: Lourdes Elizarrarás y Carolina Giorgio

Producción de Campo: Víctor Barriga Supervisión de Producción: Peter Avilés

Dirección de Arte: Eric Víquez Maquillaje: Carmen Salguero

Asesor, Traductor al inglés, Prensa,: Gabriel González-Vega

Diseño de página web: Francisco Hernández Ascencio: www.caribelapelicula.com

Formato: 35 m.m., colores, 90 minutos Estreno: 4 de noviembre del 2004.

* Académico jubilado de la UNA gabriel.gonzalez.vega@una.cr