Tejiendo paz bajo un mismo cielo*
Monseñor Fernando Castro Fernández
Arzobispo Primado Iglesia Veterocatólica Hispánica
Queridos hermanos y hermanas
¡Paz y bien para cada uno de ustedes!
Gracias por su presencia en tan distinguida asamblea en este día. Al dirigirme a ustedes, soy consciente del gran privilegio que se me ha concedido de poder hablar ante representantes de diversos credos y denominaciones así como a figuras de relevancia en nuestro país como de instancias internacionales. Al hablarles en este lugar, pienso en los innumerables hombres y mujeres que han participado a lo largo de la historia en pro de la defensa de la libertad religiosa y de pensamiento.
Su presencia afirma el valor de la paz y de la fraternidad humana, que el diálogo contribuye a construir. Por lo demás, nuestra tarea es precisamente de allanar las divergencias para favorecer un clima de colaboración y confianza recíprocas para la satisfacción de las necesidades comunes de nuestra sociedad. Se puede decir que este es un ejercicio de humildad por que requiere sacrificar un poco de amor propio para entrar en relación con el otro, para comprender sus razones, espiritualidad y puntos de vista, contraponiéndose así al orgullo y a la soberbia humana, causa de toda voluntad beligerante.
Construir la paz en la verdad significa en primer lugar respetar a la persona humana con su derecho a la existencia, a la integridad corporal, garantizarle la posibilidad de buscar la verdad libremente y manifestar así como difundir sus opiniones. Esto exige que en todo el mundo se cree un ambiente dentro del cual no sólo los poderes públicos de cada nación, sino también los individuos y otros grupos, puedan con mayor seguridad realizar sus funciones, cumplir sus deberes y defender sus formas de fe.
La paz exige que ante todo se defienda la vida, un bien que hoy es puesto en peligro por la ola de violencia y falta de valores que nos afectan a todos sin distinción de raza, credo o posición. El miedo que esto a causado esta situación también es alimentado por la ignorancia y prejuicios.
Es por esto que el Foro Interreligioso de Costa Rica, promueve una visión integral de educación, en la cultura religiosa y que en cada uno de sus miembros se ha esforzado en que la cultura religiosa y la formación del sentido moral vayan a la par con el respeto, tolerancia y pluralidad que enriquece la sociedad de nuestro país. La paz también exige que se reconozca universalmente la libertad religiosa. La libertad religiosa, no puede reducirse a la mera libertad de culto, es uno de los requisitos mínimos necesarios para vivir de una manera digna, pero también es compatible con el bien común, la oportunidad de actuar según su propia conciencia también en el ámbito de la vida pública y en el ejercicio de la propia profesión.
La religión es una oportunidad efectiva de diálogo y de encuentro entre pueblos y culturas diversas, las religiones no son un problema, sino parte de una solución para una convivencia más armoniosa.
Construir la paz exige que se busque la justicia, se puede hacer mucho bien juntos, basta con pensar en las loables iniciativas destinadas a reducir la pobreza, ayudar a los migrantes, contrarrestar el cambio climático, luchar por el derecho de las mujeres, adultos mayores, niños y ciudadanos en condición de calle y ofrecer ayuda humanitaria que ofrecemos. E s por esto que es necesario intensificar el diálogo, a la escucha mutua, el respeto mutuo, el ir a las aulas con una visión de hermandad ya que en nuestras diferencias existe una verdadera riqueza, favoreciendo las responsabilidades compartidas y la cooperación en búsqueda de un bien común, bajo el signo de esa hermandad y solidaridad que surge de sabernos responsables de la fragilidad de los demás buscando un destino común. Las exclusiones y los vetos recíprocos no llevan más que a alimentar mayores divisiones.
Los caminos de paz son caminos de solidaridad, por que nadie puede salvarse solo. Vivimos en una sociedad tan interconectada que el actuar de uno termina por repercutir en todos. Por último, seria hermoso que pudiéramos encontrarnos no solo el día de hoy sino siempre para dialogar y realizar trabajos en conjunto que nuestros niños desde las escuelas y los jóvenes desde sus colegios, puedan aprender de la diversidad de riquezas que existen en cada una de las manifestaciones de fe, que puedan aprender y observar que pese a la pluralidad de credos a todos nos une algo y es que somos inquilinos de una casa común y que en nuestra libertad hemos decidido escoger una espiritualidad y esa escogencia no impide que entre todos aportemos nuestro aporte para hacer de este mundo un lugar mejor.
* Discurso de apertura del encuentro «Tejiendo Paz bajo un mismo cielo» organizado por el Foro Interreligioso de Costa Rica, la Defensoría de los Habitantes y Naciones Unidas.
Compartimos imágenes del encuentro.