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Etiqueta: genocidio

Psicología y genocidio – el aporte de Robert Jay Lifton

El Núcleo de Investigación y Acción en Psicología y Violencia invita a la presentación “Psicología y Genocidio: el aporte de Robert Jay Lifton”, a cargo del expositor Ignacio Dobles Oropeza.

La actividad es abierta al público interesado.

Viva Palestina Libre. ¡Por el derecho a una patria, por el derecho a La Paz!

Viva Palestina Libre
¡Por la vida!
Por las niñas y niños en Gaza
¡Por el derecho a una patria, por el derecho a La Paz!

Macarena Barahona Riera

A 80 años de la explosión de la bomba atómica por Estados Unidos, en su conmemoración se levanta el significado de la Paz, la reflexión fundamental de la humanidad y el reto contemporáneo de poner fin a los bombardeos genocidas del gobierno de Israel a la nación Palestina.

Desde el 8 de octubre de 2023, el ministro de Salud de la Franja de Gaza publica que hasta el 6 de julio de 2025, 57.418 palestinos han sido asesinados, la mayoría civiles. La invasión destructora de la franja de Gaza ha dejado una huella devastadora en la niñez, se estima que al menos 50,000 niños y niñas han muerto resultado de heridas con un número creciente de personas al borde de la inanición, según Unicef. Más de medio millón de personas en Gaza están atrapadas en una situación de hambruna, mientras el acceso a alimentos, agua y asistencia médica sigue bloqueado.

Los horrores de la guerra dejarán una huella traumática permanente para todos los niños y las niñas, Unicef continúa sus operaciones de emergencia, pero los trabajadores humanitarios sólo podrán brindar ayuda a los niños y niñas si disponen de circulación segura y sin restricciones a lo largo de toda la franja.

El acceso humanitario pleno y un alto al fuego inmediato son las únicas salidas posibles. La infancia tal como la conocían y la conocemos nosotros ha dejado de existir.

Nos solidarizamos con el pueblo palestino, admiramos su resistencia, sus valores ante la vida y por la paz.

Admiramos la firmeza ante el ejército agresor, sus convicciones espirituales, la resiliencia de los hombres y mujeres, de sus jóvenes, de los adultos, de una niñez que sobrevive con su alegría y esperanza.

El asedio a Gaza, emula a la resistencia de Numancia ante un imperio invasor, sus niños, víctimas de nuevos Herodes representantes de imperios y poderes devastadores.

El futuro peligra en la fragilidad de sus habitantes y resistencias.

En el pueblo palestino encontramos la esperanza humana contra el fascismo, la barbarie, la destrucción de los derechos humanos, las políticas y la lógica neoliberal de la soledad y la individualidad.

Las manifestaciones a favor del pueblo palestino en tantos países del mundo han hecho renacer más esperanzas de paz y justicia, nosotros continuamos y nos unimos a este clamor de admiración de su lucha por su Republica, por sus vidas, por su territorio, por su pasado, su historia y su futuro. Una lucha por lo mejor de la humanidad: la dignidad y la libertad.

¡Nos unimos al clamor de millones de voces y conciencias del mundo para el pueblo palestino, para un alto a la barbarie del gobierno israelí, un alto al genocidio, a la invasión!

Millones se manifiestan en América Latina, en Norteamérica, en Europa, en China, en Siria, en Egipto, en Yemen, en Japón, en Australia, La Caravana Sumud viaja para romper el cerco.

Aquí estamos uniendo conciencias y voces al clamor universal contra el genocidio del pueblo palestino por el gobierno de Israel.

Estamos convencidos que la práctica que nos une es la resistencia, la resistencia es contrarrestar la progresión aparentemente inevitable del horror. Estamos nuevamente frente al acto del totalitarismo que nos lleva al colapso de la civilización. Admiramos profundamente a la niñez palestina, heredera de un futuro de libertad y territorio, la niñez en Palestina nos habla a través de sus canciones sus danzas sus ruegos sus plegarias los vemos en imágenes que conmueven, y los sentimos cerca, aquí como en nuestra casa.

Las y los costarricenses decimos NO al Tratado de Libre Comercio con el Estado genocida de Israel, los y las costarricenses suscribimos la Carta Internacional de los Derechos Humanos, los defendemos aquí y en cada uno de los ciudadanos palestinos.

¡Por La Paz del pueblo palestino! ¡Alto al asedio a Gaza! ¡Alto al genocidio!

¡Viva Palestina libre! vivan las niñas y niños palestinos!

El sentido político de llamar a las cosas por su nombre

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Uno de los recuerdos que me llegan recurrentemente me lleva al Estadio Alejandro Morera Soto, observando un partido entre las Selecciones de Costa Rica y Estados Unidos.

Era domingo y entonces se jugaba en horario habitual de las 11:00 de la mañana. Me parece estar ahí porque hice parte de uno de los grupos artísticos encomendados a nuestro colegio, el Conservatorio Castella. Si la memoria no me falla habíamos dado un espectáculo de Square Dance.

Era el momento de los himnos. Al sonar el de Estados Unidos todo se paralizó y empezó lo que para mí sería una de las primeras manifestaciones contra la guerra fría que observaba en directo.

Eran los años ochenta y el gobierno del actor Ronald Reagan ordenaba el mundo junto a aliados de peso como Margareth Tatcher, entonces primera ministra del Reino Unido. Corrían los días más intensos de la guerra fría, el anticomunismo flanqueaba hasta el propio Vaticano (quien no podrá olvidar la reprimenda al sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal por parte del Papa Juan Pablo Segundo en el propio aeropuerto de Managua, debido a su decidida participación en los primeros años de la revolución sandinista) y la carrera armamentista predominaba.

Centroamérica era un hervidero político y social. Y Estados Unidos mantenía una actitud de predominio al financiar la compra de armas a la Contra nicaragüense, establecer una base militar en Comayagua, Honduras y buscar alianzas con gobiernos como el del salvadoreño Napoleón Duarte.

Sonaba el himno de Estados Unidos y todo se detuvo en mi memoria. Un grupo de estudiantes universitarios se saltaron la malla en gradería de sol y entraron a la cancha para desplegar una manta, ahora no recuerdo si en repudio por las actuaciones de aquel país en el contexto centroamericano o exigiendo la liberación de presos políticos en Centroamérica. Su acto duró muy poco, el suficiente para recordar que el deporte como cualquier actividad humana, está provisto de un gran sentido político.

Esta significación ha vuelto a mí en estos días, en que pienso que el silencio no puede ser opcional ante la masacre más atroz de la historia contemporánea y en la que un pueblo entero, el palestino, está siendo borrado del mapa literalmente. Es un genocidio que debe ser llamado por su nombre.

Algunos hechos reconocen esta barbarie. Se han producido justamente en el mundo del deporte y la industria cultural global.

En la vuelta ciclística a España, por ejemplo, participa un equipo denominado “Israel Premier Tech”. En algunas de sus etapas se ha visto interrumpido el paso de la caravana por algunas ciudades que completamente se han volcado a apoyar al pueblo palestino con banderas y solicitudes a la organización para que retire a la escuadra de aquel país de la competencia.

En respuesta y para mantenerse en competencia, el propio equipo suprimió el nombre de Israel de sus signos externos, camisetas y otros identificadores, para quedarse solo con la marca comercial.

De igual manera se gestó un movimiento colectivo tendiente a solicitar a FIFA cancelar el juego Italia-Israel, eliminatorio para el mundial de fútbol 2026 y que debería llevarse a cabo a inicios de semana.

El mismo Hollywood con todo y su parafernalia de industria cultural, ha quebrado su propio silencio. Un reciente filme inspirado en los últimos momentos de vida de la niña Palestina Hind Rajab, ha salido a la luz con el apoyo de figuras del cine como Brad Pitt, Joaquín Phoenix y otros más. La película recrea el drama que sufrió la niña a bordo de un vehículo alcanzado por ráfagas de más de 335 disparos, que terminaron con su vida.

Son gestos estos en el deporte y la cultura, que valen porque significan y dignifican. La humanidad no toda esta perdida, pero hay que salir a buscarla en su fuero interno.

Vale la pena.

Poesía por Palestina: recital en solidaridad con la niñez gazatí

El próximo 9 de septiembre de 2025, a las 7:00 p.m., se realizará en El Lobo Mestizo el recital: Poesía por Palestina, un encuentro literario y cultural que busca alzar la voz en solidaridad con la niñez gazatí.

El espacio contará con la participación de destacadas y destacados poetas como María Montero, Arabella Salaverry, Laura Contreras, Mauricio Molina, Paola Valverde, Shirley Campbell, Marianela Sáenz, Dennis Ávila, Valeria Varas, Leo Madriz y Nidia González. Además, la actividad tendrá como invitada especial a Wajiha Sasa, Cónsul Honoraria de Palestina en Costa Rica.

El recital es convocado por Palabras Viajeras, Carmen Lyra, Cartonera Tica y Lobo Mestizo, colectivos y espacios culturales que se unen para visibilizar la realidad de la niñez palestina, tejiendo puentes desde la poesía y la resistencia cultural.

Organizaciones de mujeres contra TLC con Israel y en solidaridad y defensa del pueblo palestino

Agosto del 2025.

Organizaciones de mujeres, nos manifestamos en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio con el gobierno de Israel y en solidaridad y defensa del pueblo palestino.

Denunciamos y rechazamos rotundamente el proceso en curso para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los gobiernos de Costa Rica e Israel, impulsado por el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) desde marzo de 2023 y respaldado públicamente por el presidente Rodrigo Chaves.

Este TLC avanza mientras organismos internacionales, académicos y activistas denuncian crímenes de guerra y actos de genocidio contra el pueblo palestino, así como la ocupación ilegal de sus territorios. En junio de 2025, voces de la sociedad civil y de la Universidad de Costa Rica advirtieron que aprobar este tratado haría a nuestro país cómplice de tales crímenes.

Costa Rica, nación que abolió su ejército y se ha presentado al mundo como defensora de la paz y los derechos humanos, no puede estrechar lazos comerciales con un Estado señalado por graves violaciones al derecho internacional humanitario.

Las mujeres y las niñas sufren de manera particular este conflicto, tal como lo señala ONU Mujeres en un comunicado de julio de 2025: “Más de 28.000 mujeres y niñas han sido asesinadas, la mayoría de ellas son madres que han dejado a sus hijos y adultos mayores sin protección ni cuidados. Las mujeres soportan embarazos sin comida ni atención médica. Un millón de mujeres y niñas en Gaza se enfrentan al hambre masiva, la violencia y los abusos. Se enfrentan a la imposible elección entre morir de hambre en sus refugios o aventurarse a salir en busca de comida y agua, con el riesgo extremo de ser asesinadas”.

Numerosas manifestaciones al interior del Estado de Israel piden ya detener la avanzada de guerra emprendida por su gobierno contra el pueblo palestino; sobre todo, madres que no quieren perder a sus hijos en la guerra han integrado colectivos como Madres contra la ViolenciaMujeres de Negro101 Madres de Blanco y Mujeres por la Paz.

Más allá de sus posibles efectos económicos o comerciales, lo que está en juego es el sentido político de este tratado: un pronunciamiento que nos coloca del lado de un gobierno que normaliza la ocupación, el asedio y la violencia contra la población palestina.

Las mujeres del mundo hemos estado siempre en las primeras líneas de lucha por la paz, contra el armamentismo y la guerra. Nos solidarizamos con las mujeres palestinas en su lucha incansable por la supervivencia de su pueblo y, junto a ellas, exigimos el cese inmediato de la guerra.

Exigimos:

  • Suspender de inmediato la negociación y cualquier paso hacia la firma o ratificación del TLC con el gobierno de Israel.
  • Una posición oficial clara y coherente de Costa Rica en defensa de los derechos humanos y del derecho internacional.
  • El fin de toda acción diplomática, comercial o política que legitime el genocidio y la ocupación.

Porque creemos en la paz, no en la guerra.
Porque sabemos que el pueblo judío puede transformar sus dolores históricos en compasión humana.
Porque toda vida humana cuenta.

Llamamos a todas las organizaciones, colectivos y personas comprometidas con la justicia y la dignidad humana a alzar la voz, a movilizarse y a exigir que Costa Rica no sea cómplice de crímenes de lesa humanidad.

Organizaciones que suscriben este manifiesto

Colectivo Mujeres Por Costa Rica

Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres

Alianza Latinoamericana de Mujeres con Discapacidad

El holocausto-Gaza

Óscar Madrigal

Oscar Madrigal

El paralelismo entre los propósitos de Hitler con la operación Barbarroja, la invasión a la Unión Soviética y los de Netanyahu respecto a Gaza, son asombrosos.

Hitler se proponía, según informan los documentos: la destrucción de la Unión Soviética mediante la fuerza militar. La eliminación permanente de la amenaza comunista. La captura de territorios de primer nivel dentro de las fronteras soviéticas como Lebensraum (“espacio vital”) para formar asentamientos alemanes a largo plazo.

Desde la invasión, Hitler se propuso librar una guerra de aniquilación, de exterminio no solo contra los comunistas y judíos, sino contra la población civil. Para ese efecto se formó una fuerza especial que ejecutaría fusilamientos masivos en la retaguardia que aseguraría el dominio alemán a largo plazo.

Además, calculaban los nazis, que decenas de millones de soviéticos morirían de hambre. En Leningrado llegaron a morir hasta 100 personas diariamente de inanición y los prisioneros morían de hambre por miles. (Se considera que los nazis capturaron a 5,7 millones de prisioneros y al final de la guerra solo existían 930 mil).

Hitler decidió deportar a los judíos alemanes al territorio ocupado de la URSS dando con ello inicio a la solución final, que significa también el exterminio del pueblo soviético.

“La guerra contra la Unión Soviética era una guerra de aniquilación entre el fascismo alemán y el comunismo soviético; una guerra racial entre los “arios” alemanes y los “infrahumanos” judíos y eslavos. Desde el principio esta guerra de aniquilación contra la Unión Soviética preveía asesinar los prisioneros de guerra en gran escala. Las autoridades alemanas veían a los prisioneros soviéticos como una amenaza particular, y los consideraban no solamente infrahumanos eslavos sino también como parte del “peligro comunista,” que estaba conectado, en la mente de los alemanes, a una conspiración judía”. (Cita de un artículo de la Enciclopedia del Holacausto).

En Gaza Netanyahu aplica los mismos principios: realiza una guerra de exterminio contra los palestinos, asesina por igual a mujeres y niños; pretende ocupar todo el territorio gazatí; ejercer el dominio político y militar; formar asentamientos, el espacio vital y acabar con el pueblo palestino.

Es exactamente lo mismo que pretendía Hitler en la invasión soviética.

Pero lo que llama la atención es que, en un caso se trata del nazismo y en otro del sionismo, dos fuerzas aparentemente antagónicas.

“Un artículo de opinión de Omer Bartov en TheGuardian fue el primer artículo de un historiador del Holocausto en hacer comparaciones explícitas con la Alemania nazi. La mentalidad de los soldados de las FDI en Gaza, afirmó Bartov, le recordaba a la de los soldados de la Wehrmacht en Rusia: “Habiendo interiorizado ciertas visiones del enemigo —los bolcheviques como Untermenschen; Hamás como animales humanos— y de la población en general como menos que humanos e indignos de derechos, los soldados que observan o perpetran atrocidades tienden a atribuirlas no a sus propias fuerzas armadas, ni a sí mismos, sino al enemigo”. (Tomado de Shira Klein, en Revista de investigación del genocidio).

Como se aprecia, son los mismos argumentos, las mismas justificaciones, los mismos objetivos.

Los nazis y los sionistas en un paralelismo histórico sin precedentes actúan exactamente igual.

Desde la invasión a Gaza han muerto más de 100 niños, según la ONU. Solo el sábado pasado murieron de inanición 5 niños.

Las escenas que presenta la televisión son absolutamente desgarradoras: mujeres, niños y hombres desesperados implorando por comida, mientras los soldados israelíes disparan a mansalva.

Los niños desnutridos que son casi un saco de huesos en los regazos de sus madres, es una estampa aterradora, mientras el mundo la observa con impotencia y rabia.

Me cuesta mucho observar esas escenas y cada vez que las veo me digo: ¡Malditos sean! ¡Ya las pagarán!, aunque únicamente sea un grito interno solo para recordarme que aún no me han deshumanizado.

Como el asesinato de decenas de periodistas en Gaza se transforma en una epidemia que los está matando en su trabajo

Gilberto Lopes, periodista

Los periodistas no deben morir por su trabajo”. ¡Ciertamente! Ni los periodistas, ni los profesores, ni los albañiles, ni los choferes de Uber… ¡Nadie debe morir por su trabajo!, aunque a mucha gente le pasa.

Pienso, por ejemplo, en las maquilas donde miles de mujeres y niños mueren en dramáticas condiciones de trabajo, sentados horas y horas delante de máquinas de costura, sin tiempo siquiera para ir al baño, en países de Asia. Y también de América Latina.

Pero no se trata de la “muerte de periodistas por su trabajo”. ¡No! Se trata de otra cosa: del asesinato de centenares de periodistas en Gaza, en manos del ejército israelí.

La indignación creció cuando se conoció que el pasado domingo 10 de agosto el ejército israelí asesinó a un equipo de cinco periodistas de la cadena catarí Al Jazeera, entre ellos el reportero Anas Al-Sharif, de 28 años, padre de dos hijos, y a sus colegas, Mohammed Qreiqeh, y los cámaras, Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa.

Fueron asesinados en una tienda de periodistas, cerca de la entrada del hospital Al Shifa, en la ciudad de Gaza. Según el ejército israelí, dirigían una célula terrorista de Hamás. Aseguran que Al Sharif estaba implicado en la planificación de ataques con cohetes contra civiles israelíes y tropas de las FDI. Que durante su ofensiva en la Franja de Gaza descubrieron documentos que los vinculaban a Hamás.

Cosas que, ciertamente, no hacían y sobre las que el ejército israelí no aportó evidencia alguna. No existen tales documentos.

Pero Al Sharif y sus colegas hacían algo mucho más grave. Mostraban lo que estaba ocurriendo en Gaza.

«No quieren que queden voces dentro de Gaza»

Una tragedia que otros colegas periodistas cuentan: “Desde octubre de 2023, cerca de 240 periodistas han muerto en Gaza. Las redacciones han sido destruidas, los hogares bombardeados, y la falta de electricidad, internet y equipos básicos de protección ha dejado a quienes siguen trabajando en un estado de vulnerabilidad absoluta”, dicen periodistas chilenos.

El asesinato de Anas al-Sharif y sus colegas generó indignación y temor. El día siguiente, Al Jazeera informaba que Israel mataba a otras 73 personas, mientras el Reino Unido, la UE y otros países, muchos de ellos cómplices de este genocidio, denuncian un sufrimiento «inimaginable» en Gaza. Los palestinos describían escenas “horribles” en el norte de Gaza, con el ejército israelí disparando contra personas desesperadas por conseguir algo de comida.

Según Reporteros sin Frontera (RSF), el objetivo es impedir toda divulgación de lo que está pasando, evitar la documentación de crímenes de guerra.

“Israel mantiene cerradas las puertas a la prensa extranjera independiente. Y ahora, poco después del ataque al equipo del Al Jazeera, anunciaron que permitirán solo visitas bajo acompañamiento militar, lo que busca garantizar un control estricto de la narrativa”.

Las cifras superan cualquier comparación reciente: más periodistas han muerto en Gaza que en conflictos de décadas como la Guerra de Vietnam o incluso la Segunda Guerra Mundial.

Solo hay que ver las imágenes. Están disponibles en los más diversos medios. Ver la cifra de muertos, de niños, mujeres, hombres asesinados. Miles y miles, con Gaza transformada, desde hace muchos años, en un verdadero gueto.

Los periodistas no deben morir por su trabajo

Imposible quedarse callado. Las voces de condena se extienden por el mundo. Lula, el presidente de Brasil, ha reiterado la denuncia del genocidio que Israel comete en Palestina, en Gaza y en Cisjordania.

Yo entonces publiqué en FB unas líneas. Me preguntaba si el Colegio de Periodistas –al que pertenezco desde hace más de 30 años– no debía decir algo. Me parecía que sí. Supe que se reunirían el martes 12 para acordar una declaración. La publicaron en el transcurso del día.

No podía creer lo que estaba leyendo. Ni una condena, ni un nombre, nunca la palabra asesinato, genocidio. ¡Nada! Solo periodistas muriendo por su trabajo. Tampoco era en Gaza. Era en México, en Honduras, en América Latina.

Después hablan de Gaza. Dicen que según el Comité para la Protección de Periodistas en 2024 murieron 124 periodistas (seguramente murieron muchos más. Esos fueron asesinados). Y que el 70% de esas muertes “se atribuyen a Israel, por la guerra en Gaza”. 242 periodistas “abatidos” desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre de 2033.

Datos, datos. ¡Ninguna condena! América Latina mezclada con el escenario de Gaza. Como si fueran lo mismo, o parecido.

A la Junta Directiva del Colegio le parece que “Los periodistas no deben morir por su trabajo”. Y se unen a un llamado de urgencia para frenar la violencia.

¿Frenar la violencia? ¿O el genocidio? ¿O los asesinatos? Naturalmente, de todos los palestinos, pero, en este caso, de nuestros colegas periodistas.

Cubrí las guerras en Centroamérica en los años 80. Estaba en El Salvador cuando aparecieron asesinados cuatro periodistas de la televisión holandesa. Fue un gran escándalo. El presidente Napoleón Duarte se acercó el hotel donde nos alojábamos y nos preguntó qué queríamos que hiciera. Le dije que le dijera a su ejército que dejara de asesinar a los periodistas.

Hablé con un amigo, miembro de la junta directiva. Me dijo que quizás faltó contundencia, me pidió comprensión, aludió a la diversidad de criterios del medio, a lo heterogéneo que es.

Es cierto, es muy heterogéneo, pero le dije que no faltó contundencia. Faltó vergüenza, coraje, respeto por nuestra profesión, por los hechos… Es otra cosa. Me da tristeza, vergüenza, el comunicado del Colegio de Periodistas. No quiero ser cómplice de eso ni un minuto.

Surge coalición nacional para el apoyo a Palestina

Con el objetivo de fortalecer la solidaridad costarricense con el pueblo palestino, se lanzó oficialmente la Coalición Costarricense por la Paz y la Justicia para Palestina (abreviado como Coalición PalestinaCR), con el propósito de apoyar, visibilizar y articular esfuerzos entre las organizaciones, colectivos, redes y personas que trabajan desde distintas partes del país para visibilizar y apoyar activamente la causa palestina. Esta coalición nace además, para dar apoyo al Consulado Honorario de Palestina en Costa Rica, cuya representación se encuentra a cargo de Wajiha Sasa Marin, hija de padre palestino y madre costarricense.

En el video de lanzamiento, la cónsul apeló a los valores históricos del país en defensa de la paz y el derecho internacional:

“Costa Rica ha tenido un rol de liderazgo en la defensa y construcción del derecho internacional, por tener la tradición de no resolver los problemas a través de la violencia y por el uso de las instituciones, de los tratados y marco legal internacional”, dijo. “Desde Costa Rica hay muchísimo que hacer, principalmente hacerle ver a nuestros gobernantes que no estamos de acuerdo con su posición tibia y falta de liderazgo, siendo un país que podría liderar un planteamiento y apuesta de límites a Israel” continuó.

La Coalición PalestinaCR se plantea como un espacio respetuoso, diverso, ecuménico y multicultural, que agrupa y potencia todos los esfuerzos que, desde Costa Rica, acompañan al pueblo palestino en su lucha por la vida, la justicia y la libertad, y en contra del genocidio y la impunidad. Entre sus principales objetivos destacan:

  • Articular a las fuerzas vivas a favor de Palestina en Costa Rica, con el fin de tener una mayor visibilidad e incidencia.
  • Informar, sensibilizar y concientizar a la comunidad nacional, sobre la situación del genocidio perpetrado contra el pueblo palestino.
  • Promover acciones concretas de solidaridad hacia el pueblo palestino y en contra de las acciones genocidas de la ocupación, con un énfasis en la acción local desde y dentro del país.

Cabe recordar que el lanzamiento de esta coalición se realiza en un contexto en el cual han pasado 668 días desde el comienzo del genocidio llevado a cabo por Israel en la ocupada Franja de Gaza, que ha provocado el desplazamiento forzoso de casi 2 millones de personas, el asesinato de más de 60 mil personas y que mantiene a más de 1.100.000 personas con niveles catastróficos de inseguridad alimentaria y desnutrición, según datos de la Embajada de Palestina en Uruguay y múltiples organismos internacionales. Esto además en un momento en donde la posición de Costa Rica ha sido poco clara y que inclusive se encuentra negociando un Tratado de Libre Comercio con Israel.

Lanzamiento de campaña de recolección de firmas

Como parte de su lanzamiento, la Coalición PalestinaCR anunció el inicio de una Campaña Nacional de Recolección de Firmas, que se extenderá hasta el 30 de septiembre. Esta campaña busca recolectar el mayor número de adhesiones ciudadanas como muestra de respaldo al pueblo palestino y de rechazo al genocidio y a la firma del TLC con Israel. La petición demanda específicamente:

  • Que el gobierno de Costa Rica condene pública y enérgicamente el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino.
  • Que se rompan de inmediato las relaciones diplomáticas y comerciales con el Estado de Israel y se interrumpa la negociación en curso de un Tratado de Libre Comercio con dicho país, mientras no se respeten los derechos fundamentales del pueblo palestino: no se puede comerciar con genocidas.
  • Un alto al fuego definitivo y permanente, así como el levantamiento del bloqueo sobre Gaza y las hostilidades en Cisjordania, así como la reconstrucción de la infraestructura civil del pueblo palestino.
  • Que Costa Rica apoye activamente la investigación y el juicio de genocidio y crímenes de guerra israelíes.

La hoja de firmas puede descargarse desde la cuenta oficial en Instagram @coalicionpalestinacr, puede solicitarla escribiendo al correo electrónico info@palestinacr.org o al WhatsApp +506 8734 9880, o la puede descargar en este enlace. También se puede firmar electrónicamente en el siguiente enlace: https://chng.it/c8bHbCjQcn

La Coalición PalestinaCR invita a todas las personas interesadas a unirse a través de distintas formas de participación, ya sea mediante la recolección de firmas, la difusión de información, apoyando con donaciones a organizaciones humanitarias en la región y participando activamente en acciones de solidaridad. Asimismo, pone a disposición sus canales de comunicación para quienes deseen colaborar o mantenerse informados sobre las acciones que se estarán desarrollando.

«La causa palestina es la causa de todas las personas dignas: por eso no bajamos los brazos, no callamos, y no dejamos de luchar por una Palestina libre y justa.»

Mensaje de Wajiha Sasa Marín

La Universidad de Costa Rica se solidariza con el pueblo palestino

Vivimos un momento de profundo dolor en la historia de la humanidad. Las imágenes, las noticias y los testimonios que nos llegan desde Palestina son un espejo roto que refleja una realidad desoladora e indigna. Día tras día, informes inquietantes del sistema de Naciones Unidas y de diversas organizaciones humanitarias nos confirman que no se trata de exageraciones ni de percepciones aisladas: lo que ocurre es real, inmediato y devastador. No podemos —como seres humanos, como miembros de una comunidad global y como universidad comprometida con la verdad— mirar hacia otro lado.

En Gaza, la desesperación tiene rostro y tiene nombre. Rostro marcado por el hambre y la sed, por la infancia arrebatada a miles de niños; nombre de familias que han perdido todo, incluso la esperanza. Allí, el tejido social se desgarra bajo el peso de la destrucción, la escasez de ayuda humanitaria y la dolorosa inacción de una comunidad internacional que, con su tibieza, permite que la tragedia continúe.

No podemos ni debemos acostumbrarnos a este nivel de violencia. El término “genocidio” es grave, y por eso estremecen las palabras del Comité Especial de Naciones Unidas, que en noviembre de 2024 afirmó que la guerra en Gaza reúne las características de un genocidio. Expertos independientes, basados en pruebas contundentes, coinciden. Este no es un juicio improvisado: es una advertencia seria, que nos interpela a todas y todos.

Desde 1945, la humanidad intentó aprender de sus sombras. Se levantó un andamiaje jurídico —el Derecho Internacional Humanitario, la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, los principios universales de derechos humanos— con la promesa solemne de que nunca más el odio, el racismo y la deshumanización marcarían el rumbo de los Estados. Y, sin embargo, aquí estamos, contemplando el incumplimiento flagrante de esa promesa. El fracaso no es solo de las instituciones: es un fracaso de nuestra humanidad.

En la Universidad de Costa Rica creemos que el conocimiento y la conciencia no pueden permanecer en silencio. Nos debemos al pensamiento crítico, al debate ético y a la reflexión profunda. Hoy, más que nunca, es imperativo analizar las raíces de este conflicto y comprender sus impactos —humanitarios, sanitarios, socioeconómicos, políticos, culturales y ambientales— tanto en el presente como en las generaciones futuras. No se trata solo de cifras y estadísticas: se trata de vidas.

Como universidad pública, tenemos un deber moral ineludible: alzar la voz contra toda forma de violencia y opresión, y hacerlo desde nuestra identidad y vocación. Nuestra misión no es únicamente formar profesionales; es formar seres humanos con capacidad mirar el dolor del otro y responder con acción, con ciencia, con cultura y con compromiso social. La verdad, sustentada en el conocimiento y humanismo, es nuestra mayor herramienta para construir una sociedad más justa.

Por eso, hoy hacemos un llamado firme a solidarizarnos con el pueblo palestino, en Gaza y Cisjordania. Invitamos a toda nuestra comunidad a multiplicar las acciones académicas, científicas, culturales y sociales que promuevan el diálogo, la reflexión crítica y la construcción de propuestas para una convivencia pacífica y duradera.

Reiteramos nuestro compromiso con los principios universales de la dignidad humana, el respeto al derecho internacional, la defensa de la vida y el reconocimiento de los derechos inalienables del pueblo palestino. El conocimiento solo cumple su propósito cuando se pone al servicio de la justicia y de la paz. Y en tiempos como estos, callar no es neutralidad: es complicidad.

Dr. Carlos Araya Leandro
Rector Universidad de Costa Rica

Costa Rica no debe firmar un tratado de libre comercio con Israel

José María Gutiérrez
Profesor emérito, Universidad de Costa Rica

La humanidad presencia, estupefacta y horrorizada, la debacle humanitaria que vive la población palestina en Gaza como consecuencia de las acciones militares del gobierno de Israel.

Los actos perpetrados por el gobierno y el ejército de Israel en la franja de Gaza constituyen un auténtico genocidio, un crimen de lesa humanidad en el que han perdido la vida más de 56.000 personas, muchas de ellas mujeres, niñas y niños. Se ha destruido indiscriminadamente la infraestructura, incluyendo la educativa, de salud y de vivienda, y se han generado condiciones de vida inhumanas que han causado un sufrimiento indecible a la población civil de Gaza.

Más aún, repetidamente se ha impedido por parte de Israel el acceso de ayuda humanitaria de organizaciones internacionales, lo cual ha causado, entre otros efectos, una crisis de salud pública que incluye hambruna y la carencia de atención básica a personas heridas y enfermas. Además del sufrimiento a la población palestina de Gaza, en esta tragedia muchas personas periodistas y trabajadoras de la salud, así como de organismos de acción humanitaria, han sido asesinadas en el cumplimiento de su deber. En medio de esta debacle humanitaria, Israel ha irrespetado repetidamente diversas normas del derecho internacional.

Este genocidio ha sido documentado ampliamente y ha sido repudiado por instancias de las Naciones Unidas, por una gran cantidad de países y por amplios sectores de la ciudadanía global, quienes clamamos con desesperación porque se detenga esta agresión.

En este contexto de grave crisis por el horror que se vive en Gaza, la Asamblea Legislativa debe considerar muy seriamente lo que representaría la aprobación de un tratado de libre comercio con Israel en las circunstancias actuales. La política exterior de Costa Rica, en todos los ámbitos incluido el de las relaciones comerciales, debe guardar una clara coherencia con la tradición civilista y de defensa a ultranza de los derechos humanos que ha caracterizado a nuestro país.

Las discusiones alrededor de este tratado de libre comercio con Israel no deben verse solamente desde la perspectiva de las posibles conveniencias comerciales que podría tener para Costa Rica un acuerdo de este tipo. Por el contrario, la decisión que se tome debe concebirse como un elemento integral de la política exterior del país, centrada en el profundo respeto a los derechos humanos y a la dignidad de los pueblos, en concordancia con los valores que han inspirado nuestra tradición civilista.

Si bien la política exterior de Costa Rica debe basarse en el respeto a diversas expresiones de organización política, económica, social y cultural de los países, como parte de la coexistencia en un escenario multipolar global, en este caso se trata de la negociación de un tratado de libre comercio con un país que ha violentado normas básicas del derecho internacional y que es directamente responsable de un genocidio en curso. Esta realidad no debe obviarse a la hora de discutir la aprobación de este tratado.

Costa Rica es un país pequeño, cuyo impacto en el contexto geopolítico global es limitado. Pero cuenta con un prestigio moral en el ámbito internacional que, en las circunstancias actuales, debe ser enarbolado para sumarse a las voces que en el mundo claman porque se detenga el genocidio que ejecuta el gobierno de Israel en territorios palestinos.

En medio la catástrofe humanitaria que tiene lugar en Gaza, Costa Rica no debe ser omisa a la hora de alzar su voz para detener la masacre en curso. De ahí la enorme responsabilidad que recae en quienes tienen en sus manos la posibilidad de enviar un claro mensaje al mundo, acorde con las mejores tradiciones civilistas del país, no aprobando un tratado de libre comercio con Israel.