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Etiqueta: gentrificación

Experiencias de gentrificación en las costas de Costa Rica

Alberto Salom Echeverría

Guanacaste, Limón y Puntarenas: Turismo, transformación y desplazamiento poblacional en las zonas costeras

Introito

La Asociación para el Desarrollo Sostenible y Sustentable Madre Tierra, que me honro en presidir realizó este martes 12 de agosto una actividad sobre las experiencias de Gentrificación en Costa Rica, en el Centro de Cultura de España.

Considero oportuno replicar esta actividad con base en datos fiables que hurgué sobre la Gentrificación, entresacados de fuentes del Banco Central de Costa Rica, en estadísticas de inversión extranjera directa de 2023; de igual manera se revisó información del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de Costa Rica (CPCECR), en particular el artículo “Mercado Inmobiliario de zonas Turísticas”; también fue consultada la Revista de Ciencias Sociales de la UCR (2022), allí encontramos el artículo intitulado “Turismo y transformación Social en el Caribe costarricense”; además, fue consultado el informe del Estado de la Nación del (2023) en Desarrollo Humano Sostenible y finalmente, artículos varios de la prensa nacional y de revistas digitales.

El concepto

La Gentrificación es un proceso que se ha desarrollado en zonas urbanas, en particular de las regiones costeras de Costa Rica. Con frecuencia, este fenómeno se suele asociar con ciudades grandes, pero como queda expresado en Costa Rica se ha producido tanto en las ciudades urbanas como en las zonas costeras, en las que el turismo internacional, las inversiones privadas y la globalización inmobiliaria han venido alterando cada vez más la vida de las comunidades locales, en particular desplazando y desalojando la mano de obra local de pequeños y medianos productores costarricenses. En adelante se presentarán los datos y características compartidas y particulares en los planos social, cultural y económico en estas tres provincias costeras, las más deprimidas del país, como son Guanacaste, Limón y Puntarenas.

El auge turístico de Guanacaste y la exclusión social silenciosa

En la provincia guanacasteca se ha producido un cambio radical, merced al turismo de lujo que ha conllevado inversión extranjera directa, mediante la compra de tierras por parte de los foráneos y la construcción de infraestructura turística, fenómenos que, han propiciado el crecimiento exponencial del valor del suelo.

La documentación consultada, da cuenta de un significativo desplazamiento de familias guanacastecas de escasos recursos económicos que en su mayor parte eran detentadoras de parcelas de tierra de pequeño y mediano tamaño, hacia las márgenes del mercado inmobiliario, lo que, de un modo imperceptible pero real, ha dado lugar a la pérdida de identidad cultural por parte de estas poblaciones, lo mismo que a tensiones sociales crecientes.

La investigación reporta también que, los productores agrícolas que se dedicaban mayormente a la ganadería o la pesca no lograron, no obstante, engarzarse en el modelo turístico que se fue imponiendo, excepto cuando fueron contratados en trabajos informales y por ende labores no permanentes, de baja remuneración. En muchos casos los antiguos campesinos autóctonos no consiguieron sacar provecho de las nuevas tierras adquiridas en la marginalidad, ya que como se acaba de consignar muchos fueron contratados en trabajos turísticos como la construcción de obras de infraestructura. Concluida la faena, muchos otros perdieron la oportunidad de reiniciar sus labores en las propiedades recién adquiridas. Estamos aquí en presencia de un evidente proceso de exclusión social de los campesinos por parte de los poderosos inversionistas extranjeros. Estos procesos fueron patentes en zonas como Tamarindo, Nosara y Playa Grande.

La Gentrificación incipiente en Limón ha dado cuenta de tensiones históricas

El fenómeno de la Gentrificación en Limón lleva retraso con respecto a Guanacaste, pero ha comenzado con fuerza en lugares como Puerto Viejo de Talamanca y Cocles, donde precisamente el turismo internacional ha crecido en la última década.

El tipo de población que prevalece en Limón es muy diferente a la de Guanacaste y Puntarenas, puesto que la de Limón es una población afrodescendiente e indígena, pero que han presentado históricamente una fuerte resistencia hacia la exclusión de la que han sido víctimas desde la colonia en el caso de los indígenas. En Puerto Viejo, los extranjeros y en menor medida personas adineradas de Costa Rica han comprado propiedades, algunas para usufructo particular o para alquilar; además se han construido hoteles y comercios que están orientados principalmente a población turística europea y estadounidense. Estas actividades mercantiles han provocado un aumento de los precios de las tierras y los servicios.

De la literatura consultada entresacamos que las comunidades autóctonas han cedido el control sobre su entorno cultural y se han visto afectados en el plano económico, pese a la existencia de iniciativas menores de turismo comunitario, cuyo afán es aprovechar la iniciativa generada por los inversionistas extranjeros para desarrollar emprendimientos, si bien de mucho menor cuantía. La competencia en este sentido no tiene parangón entre la inversión extranjera y los esfuerzos de los emprendimientos locales que, evidentemente son de mucho menor rango. De ahí que -dice la investigación-, la gentrificación en Limón es hasta ahora más sutil, pero ha desplazado siempre emprendimientos autóctonos y está jalonada de otras complejidades étnicas, raciales y territoriales.

En algunas regiones como Gandoca-Manzanillo, como se ha visto recientemente los inversionistas privados, nacionales en este caso han comenzado a invadir inapropiadamente tierras del Estado, otorgadas de manera aparentemente fraudulenta por parte de la misma municipalidad, en convivencia con el SINAC y el Ministerio de Ambiente; estas actividades han afectado los humedales de un alto valor ecológico. La situación ha creado un clima de gran inquietud tanto entre moradores de la zona, así como por parte de organizaciones ambientalistas, todos los cuales luchan por la defensa de este patrimonio.

La Gentrificación en Puntarenas, apuntala el desarrollo desigual y ha producido además desplazamiento turístico

La característica principal en Puntarenas muestra un proceso de gentrificación que como reseña la literatura, es fragmentado y notoriamente desigual. Esta impronta ha sido patente en ciudades como Jacó, Montezuma y Santa Teresa, para citar algunas de las más connotadas.

En estos casos se han establecido comunidades extranjeras de alto poder adquisitivo, las cuales han transformado completamente el paisaje, la oferta comercial y los patrones de consumo.

El caso de Santa Teresa, reseña la investigación es paradigmático debido a la gentrificación acelerada que se ha producido en ella. Se señala literalmente que: “terrenos costeros han sido adquiridos por inversionistas extranjeros, las construcciones de lujo proliferan, y los precios de la vivienda han subido a niveles imposibles para los habitantes locales. -Y en adición se agrega- Como en Guanacaste, muchas familias puntarenenses han sido desplazadas a comunidades periféricas que carecen de servicios básicos. En contraste, otras partes de Puntarenas (como la ciudad de Puntarenas misma) han quedado marginadas del desarrollo turístico, profundizando la desigualdad regional.

Sinopsis comparativa de la gentrificación en las tres provincias

(Patrones comunes y diferencias)

Patrones comunes: Las tres provincias como se puede observar comparten algunos patrones comunes entre sí, derivados de las inversiones que se llevaron a cabo. En los tres casos operó una población que proviene del exterior y que posee recursos económicos en abundancia como para haber podido realizar obras de infraestructura de calidad con lo que, en lo medular, los emprendimientos nacionales no han podido competir. Por añadidura, los extranjeros que han llegado a invertir en la industria turística en el territorio costero costarricense son ajenos por completo a la cultura de las comunidades locales y sin interés alguno por compenetrarse con ella. Por eso mismo, se produjo la expulsión de población local de su zona originaria, sin contemplaciones de ninguna naturaleza, lo cual ha incidido en una mengua del nivel de vida que ostentaban, así como también se han visto afectados los valores y prácticas culturales ancestrales. En la mayor parte de los casos, cuando los nacionales no lograron organizarse para combatir hasta derrotar el atropello del que fueron objeto, ha sobrevenido la dispersión de aquellos sectores de la comunidad que fueron despojados de la tierra y con ello se trastornó su cosmovisión. En lo económico, en los tres casos se revalorizó el suelo y se encareció el costo de la vida, con grave perjuicio tanto para la población directamente despojada de sus pertenencias, como para la población pobre en general de todo el entorno. Por último, el espacio físico, el paisaje se ha desnaturalizado transformándose en un modelo que se asemeja a los patrones turísticos internacionales, ajeno por lo tanto al contexto nacional en particular aquel del que emergió la población autóctona. Muy poco, por no decir nada quedó de los nexos tradicionales que compartían con el resto de la población que allí se ubicaba.

Diferencias: En un estudio editado por FLACSO en el 2014, cuya coordinación estuvo a cargo del sociólogo Abelardo Morales Gamboa, se describe la explosión de la construcción de megaproyectos turísticos en las zonas costeras, con especial énfasis desde el 2005. Morales refiere concretamente la inversión en proyectos inmobiliarios, turísticos y de locales comerciales que requirieron la contratación de mano de obra tanto de la región como de afuera. En el 2005, apunta Morales las provincias de Guanacaste y Puntarenas absorbieron la mayor parte de la inversión en construcción de recursos inmobiliarios, 67% para Guanacaste y 23% para Puntarenas, desplazando a San José a una tercera posición con un 17%. O sea, las dos provincias costeras sometidas al auge del turismo inmobiliario desplazaron a la capital del país, respecto de la atracción de recursos para la construcción. (Ref. “Escenarios sociopolíticos de las Migraciones en Costa Rica y Colombia”. Morales Gamboa, Abelardo coord. 1era. ed. San José, Costa Rica. FLACSO, 2014). Más adelante Morales refiere que, “Las distintas expresiones de la migración de relevo pueden darse, inclusive, de manera simultánea, así como pueden primar unas sobre otras en distintos momentos. En la fase de la acumulación por despojo se produjo en Guanacaste una intensiva expulsión de fuerza de trabajo, mientras que el ciclo posterior, el de atracción, sustentado en la rotación de la mano de obra, se consolidó una etapa de abaratamiento de la mano de obra a partir del aprovechamiento de flujos de inmigración permanente o temporal de relevo, según las necesidades de demanda del mercado de trabajo. (Ref. Ibidem. pág. 19)

Guanacaste es la provincia como se desprende de varias de las investigaciones sobre el fenómeno de gentrificación, donde el proceso se ha dado con mayor intensidad. De las tres Limón es señalada como la que va a la saga, pero con una intensidad media incipiente. En lo concerniente a los actores clave del proceso también se presentan diferencias. En Guanacaste el proceso ha sido capitaneado por inversionistas extranjeros; en Limón, consigna la investigación los protagonistas son más bien residentes extranjeros, mientras que en Puntarenas se trata de inversionistas del sector turístico y del sector inmobiliario.

Por otra parte, cada provincia posee características únicas tales como: Guanacaste mantiene una alta presencia del sector turístico con una fuerte exclusión residencial. En Limón la característica más sobresaliente es una alta tensión cultural-racial, matizada por un turismo alternativo y comunitario. En Puntarenas se trata de una gentrificación marcada por la desigualdad, y por otra parte zonas aisladas frente a otras olvidadas.

Gentrificación en Costa Rica: Expulsión y expropiación territorial de población autóctona – invitación

La Asociación Madre Tierra invita a una actividad titulada “Gentrificación en Costa Rica: Expulsión y expropiación territorial de población autóctona”, la cual se celebrará el próximo 12 de agosto a las 18:00 horas en el Centro de Cultura de España.

Esta actividad tiene como objetivo analizar cómo el proceso de gentrificación, que implica el desplazamiento de poblaciones de bajos ingresos de sus tierras, por otras de mayor renta, afecta a diversas regiones del país, particularmente en zonas como Guanacaste y las zonas marítimo-terrestre.

El evento contará con la participación de tres especialistas nacionales: Wendy Molina, socióloga y profesora de la UCR; Esteban Barboza Núñez, doctor en Estudios Culturales y coordinador del Observatorio de Turismo y Migraciones de la UNA; y Catalina Carrillo Vargas, psicóloga con experiencia en gestión local y trabajo comunitario. Además de abordar los aspectos conceptuales del fenómeno, se abrirá un espacio para que el público proponga ideas que contribuyan al posicionamiento del tema.

Turistificación en Osa: más del 70 % de las propiedades en Ojochal están en manos extranjeras

San José, 12 de junio de 2025 – En el programa Voces y Política de Radio Universidad de Costa Rica, se presentó la investigación «La frontera en movimiento: la turistificación de Ojochal de Osa, 1990-2024«, elaborada por el Máster Óscar Leiva Alpízar como parte de su trabajo final de graduación en la Maestría en Turismo y Desarrollo Sostenible de la Universidad Nacional, sede Chorotega.

Óscar Leiva Alpízar es también Máster en Desarrollo Territorial Rural por FLACSO y Licenciado en Turismo. Participa activamente en la Comisión de Alianza Comunal (CAC) del Corredor Biológico Paso de La Danta (CBPD), en el Pacífico sur costarricense.

La investigación revela que entre el 70 % y 75 % de las propiedades en Ojochal están en manos de personas extranjeras. Esta estimación se basa en una muestra de aproximadamente 3.000 hectáreas, obtenida a partir de la revisión de 2.240 fincas, en su mayoría inscritas a nombre de sociedades anónimas.

Ojochal se encuentra entre el océano Pacífico y la Fila Costeña del sector Dominical–Palmar Norte. En las últimas semanas, ha quedado en evidencia una creciente problemática socioambiental que afecta esta zona y que impacta directamente al Corredor Biológico Paso La Danta, del cual la comunidad también forma parte.

Históricamente Ojochal fue un poblado rural con vocación agrícola y ganadera. Sin embargo, desde la década de 1990, ha vivido un proceso de acelerada transformación territorial impulsado por inversión extranjera, compraventa masiva de tierras y el desarrollo de proyectos inmobiliarios enfocados en el turismo residencial de lujo.

Este fenómeno, conocido como turistificación, ha configurado un territorio apropiado, planificado, construido y habitado en función del turismo, transformando profundamente el uso del suelo y la estructura social de la comunidad.

Las antiguas fincas ganaderas han sido reemplazadas por residencias exclusivas con vistas al mar. Muchas familias locales han sido desplazadas o se han visto forzadas a integrarse como mano de obra en el nuevo modelo económico. Entre 1990 y 2024 se registraron más de 3.000 transacciones inmobiliarias; un 68 % de ellas corresponde a propiedades vendidas entre 250 mil y 750 mil dólares, lo cual ha elevado significativamente el valor del suelo y ha dificultado el acceso a la tierra y a la vivienda para los habitantes tradicionales.

Además, el estudio muestra a partir de una encuesta aplicada en el distrito de Bahía Ballena y Ojochal que el precio promedio de los alquileres ha aumentado un 49 %, principalmente con el auge constructivo y turístico de la postpandemia, lo que ha generado una presión económica creciente sobre las familias residentes. Algunas han tenido que abandonar la comunidad debido al alza en el costo de vida. “Es una turistificación que también se vive como desplazamiento por la segregación social que genera la actividad, además de la exclusión que genera que ciertas zonas que resultaban ser fincas agrícolas hoy son condominios cerrados y vigilados”, advierte Leiva.

Apoyado en conceptos como la producción social del espacio y la gentrificación rural, el estudio define a Ojochal como una “frontera en movimiento”, que ha pasado de ser una frontera agrícola a una frontera turística, reconfigurando el territorio para responder a las necesidades de una élite extranjera y desplazando de forma silenciosa a la población local.

Este proceso no es aislado. Ojochal forma parte del proyecto turístico Costa Ballena, que incluye comunidades como Dominical, Uvita y Ojochal bajo una misma marca territorial, promovida como un «paraíso interconectado» que resalta la biodiversidad y la conservación. Sin embargo, esta narrativa estética ha servido para legitimar un modelo extractivo de apropiación territorial bajo el disfraz de sostenibilidad.

La investigación también señala la ambivalencia del Estado: muchas veces ausente en la regulación y planificación, como la construcción de un aeropuerto internacional en la zona, iniciativas que podrían agravar aún más la presión sobre los ecosistemas y las comunidades.

No obstante, también hay resistencia. Algunas familias han encontrado formas de adaptación y organización comunitaria para preservar la identidad del lugar y su tejido social.

Hoy Ojochal enfrenta un dilema: cómo convivir con el crecimiento turístico sin perder su esencia ni desplazar a quienes históricamente han habitado el territorio”, concluye Leiva. “No se trata solo de transformar el paisaje, sino también las formas de vida, los vínculos sociales y el sentido del lugar”.

El investigador recuerda que en los años 60, la expansión de la frontera agrícola motivó la creación de leyes para proteger el mundo rural. Hoy, la expansión de la frontera turística demanda un nuevo marco legal que regule el desarrollo, distribuya equitativamente sus beneficios y mitigue sus impactos sociales y ambientales.

“El llamado es claro: así como en su momento se aprobó la Ley de Tierras y Colonización, Costa Rica necesita hoy legislación específica para gestionar de manera justa y sostenible el auge turístico, resguardando tanto la biodiversidad como los derechos de las comunidades locales”, enfatiza Leiva.

Finalmente, el proceso de investigación enfrentó importantes obstáculos. Leiva debió presentar un recurso de amparo contra la Municipalidad de Osa para poder acceder a la información pública necesaria. Además, muchas personas entrevistadas prefirieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias, lo que refleja las tensiones que rodean este fenómeno.

Puede accesar a toda investigación con mapas, gráficos y fotos en: https://repositorio.una.ac.cr/server/api/core/bitstreams/dfdbab25-5b24-4db0-b1a4-8f4238317daa/content

Con apoyo de proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorios comunitarios de Costa Rica de la Escuela de Geografía y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social Universidad de Costa Rica.

Gentrificación

Por Teo Mezger

Imaginemos que nuestras comunidades (en el amplio sentido de la palabra) son carruseles que giran a diferentes velocidades utilizando su propia energía, donde sus integrantes están sujetos a la barra de los caballitos. Cada carrusel representa una dinámica social, económica y cultural propia, con ritmos que dependen de su historia, sus recursos y su capacidad de adaptación.

Pero, ¿qué sucede si a algunas de estas comunidades llegan energías externas (flujos de dinero, inversión, turismo, migración o incluso nuevas políticas) y que hacen que sus carruseles aumenten el ímpetu y la velocidad? A primera vista, este podría parecer un impulso positivo, una oportunidad de crecimiento y revitalización para la zona y sus habitantes. Sin embargo, no todos están igualmente preparados para el cambio, ni todas las externalidades negativas están siendo consideradas. Algunos, firmemente sujetos a la barra, logran adaptarse al nuevo ritmo, aprovechando las oportunidades que surgen con la aceleración. Otros, en cambio, que apenas se sostenían de la barra, sin estructuras de apoyo sólidas, terminan siendo expulsados del carrusel.

Este fenómeno se observa en procesos de gentrificación, en transformaciones urbanas abruptas y en economías locales que de pronto se ven influenciadas por dinámicas globales que reconfiguran su estructura.

Los que caen del carrusel no necesariamente lo hacen por falta de voluntad o esfuerzo, sino porque la velocidad impuesta no tomó en cuenta sus realidades. Entonces, ¿es posible regular la velocidad de los carruseles para que nadie salga expulsado? ¿Podemos diseñar sistemas donde la inclusión y la adaptación sean prioritarias, en lugar de que el cambio beneficie solo a quienes tienen un mejor agarre o a quienes influyen con su energía?

Quizá el reto no sea evitar el impulso externo, porque el cambio es inevitable, sino construir mecanismos de ajuste, de transición, y de compensación que permitan que todos los actores tengan la oportunidad de fortalecer su agarre antes de que la nueva dinámica económica los expulse del carrusel.

 

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2025/04/gentrificacion/

Música y reflexión por el Día Mundial del Agua

Foro y Concierto este jueves 20 de marzo en Farolito

En el marco del Día Mundial del Agua, la música, el arte y el diálogo socioambiental se unen en esta actividad gratuita para reflexionar sobre la importancia de preservar nuestros ríos, mares y fuentes de agua, esenciales para la biodiversidad y el bienestar de Costa Rica.

El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de cuidar el agua y reconocer a las comunidades y personas que la protegen. Este año, un grupo de organizaciones e instituciones se unen bajo el lema “En Defensa de nuestros cuerpos de agua”, haciendo referencia no solo a ríos, nacientes y mares, sino también a los cuerpos de las personas defensoras del agua.

El foro se llevará a cabo el jueves 20 de marzo a las 5:30 p. m. en las instalaciones del Centro Cultural de España (CCE) en Barrio Escalante. La actividad es abierta y gratuita para todas las personas.

Durante este evento, se desarrollará un conversatorio en el que personas de comunidades afectadas por la contaminación del agua, junto a quienes trabajan en la protección de ríos y mares, compartirán sus experiencias y conocimientos. A través de este espacio, se busca generar conciencia y fortalecer acciones colectivas en defensa de nuestros ecosistemas acuáticos.

El panel contará con la participación de mujeres que lideran importantes luchas en defensa del agua, como Isabel Méndez Garita, de la comunidad de Cipreses en Cartago, quien ha encabezado – junto al Frente Ecológico de Cipreses una exitosa campaña por la prohibición del agrotóxico clorotalonil, que ha contaminado el agua de miles de personas en la zona norte de Cartago. También estará Maleza Alvarado, de Movimiento Ríos Vivos, quien enfrentó la privatización hidroeléctrica de más de una decena de ríos en la zona sur del país y sigue luchando para evitar la expansión de este tipo de proyectos. Además, participará Catalina Carrillo Vargas, del Programa Interdisciplinario Costero (PIC-IDESPO-UNA) y del colectivo Antigentrificación.cr, que trabaja en la defensa de las comunidades marino-costeras, el acceso público a las playas y la denuncia de los procesos de turistificación y gentrificación. La destacada defensora ambiental Silvia Matamoros, del colectivo Costa Rica por el Océano, Bloque Verde y APREFLOFAS, acompañará la defensa legal de comunidades costeras, pueblos indígenas y organizaciones. Finalmente, el foro contará con la presencia de la artista y activista Laura Carolina Garrigues, de la Asociación Ojo de Agua Legado Ancestral, Defensores de la Casa Común, Comité pro-Defensa del Ojo de Agua y el Río la Fuente, y la Fundación Internacional Operation Rich Coast, quienes llevan a cabo una importante lucha en el cantón de Belén por la defensa del agua y los bienes comunes.

La actividad es organizada por el Proyecto Geografía y Diálogo de Saberes (ED-3526) de la Escuela de Geografía y Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica, la Red de Coordinación en Biodiversidad, el Frente Ecocipreses, el Bloque Verde, Costa Rica por los Océanos, el Bloque Azul, el Movimiento Ríos Vivos y Comité pro Defensa del Ojo de Agua y el Río la Fuente.

La jornada continuará a las 8:00 p. m. con un concierto especial que nos invita a conectar con la naturaleza a través de la música. Participará la cantautora Luz María Romero, originaria de Chile y radicada en Costa Rica desde 1990. Su música fusiona sonidos ancestrales y contemporáneos, creando un puente entre culturas y paisajes. Con su álbum Entre Selvas y Desiertos, nos invita a un viaje sonoro que conecta con la identidad y la naturaleza.

El cierre musical estará a cargo de Fabián Pacheco, del Colectivo Cantos de Batalla, un proyecto que construye una memoria histórica musical del movimiento ecologista costarricense, recopilando los pregones que caracterizaron diversas campañas en los últimos años. Las canciones, compuestas por Fabián Pacheco, se tocan al ritmo de tambores e inspiradas en la defensa de los bienes comunes y los derechos humanos.

Con apoyo de proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorios comunitarios de Costa Rica de la Escuela de Geografía y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social Universidad de Costa Rica.

Foro en vivo: Defensa del Carácter Público de la Zona Marítimo-Terrestre

Participan:

• Silvia Rojas, académica Escuela Sociología y Programa Interdisciplinario Costero-IDESPO-UNA

• Damaris Rodríguez, Asociación Rescate de la Zona Marítima Terrestre (ARREZOMATE)

• Nandi Víquez, Colectivo Antigentrificación

Miércoles 12 de marzo a las 06:00 pm

Facebook live de SURCOS Digital: https://www.facebook.com/surcosdigital

Invitan: Alianza por una Vida Digna, SURCOS Digital, Programa Interdisciplinario Costero (PIC) del Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional (IDESPO-UNA), Proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes de la Escuela de Geografía UCR, y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social UCR.

Hablemos de «territorios disonantes», más allá de la gentrificación

Esteban Barboza Núñez*

La popularización del término gentrificación nos convoca a discutir la situación que enfrenta el litoral guanacasteco en la actualidad, con un explosivo desarrollo inmobiliario a lo largo de sus costas, principalmente de residencias y condominios de lujo. Parte de la cobertura que se le ha dado a este fenómeno tiene que ver, precisamente, con el uso del vocablo en cuestión para describirlo, incluso en contextos académicos.

Ahora bien, ¿qué tan adecuado resulta denominar el fenómeno inmobiliario de Guanacaste, y otras zonas costeras del país como gentrificación o causante de esta? ¿Es el uso de este término suficiente para entender las dinámicas que suceden en torno al acelerado desarrollo inmobiliario en la región? ¿Deberíamos pensar en otros enfoques para así entender mejor las particularidades del litoral guanacasteco?

El término gentrificación, acuñado por la socióloga británica Ruth Glass en los años sesenta del siglo pasado, se refiere al reacondicionamiento de espacios urbanos para ser ocupados por personas de clases sociales más privilegiadas que sus habitantes tradicionales, quienes son expulsados.

A lo largo de las décadas, el término se utilizó para describir este fenómeno, causado no solamente por las movilidades de las clases más pudientes, sino también de estudiantes, inversionistas especuladores y turistas. Estos últimos son los que han popularizado el vocablo, sobre todo en ciudades como Venecia, Barcelona, Londres o Nueva York, en donde inmobiliarias han adquirido y remodelado casas y apartamentos en las zonas más turísticas para alquilarlas, por medio de plataformas como Airbnb o Booking, a visitantes que solo están de paso, pero que les producen mayores ingresos que los residentes permanentes.

Esta combinación de turistificación, es decir, la conversión de un lugar en un enclave dedicado y dependiente del turismo, y del cambio de uso de viviendas existentes o la demolición de viviendas y la construcción de nuevos apartamentos de alquileres temporales, es lo que genera la gentrificación en ciudades de alta visitación.

Ahora bien, ¿sucede esto en el litoral de Guanacaste, muy dependiente del turismo? En Guanacaste hay lugares muy turistificados, como Tamarindo o El Coco, pero no exactamente ha ocasionado la compra, por parte de nuevos residentes y especuladores, de viviendas ocupadas por locales y su reacondicionamiento, como sucedió en Venecia o Barcelona. Lo que se da más bien es el uso de territorios abiertos y sin construcciones existentes, cerca de la costa, dedicados a actividades agrícolas, o que permanecían ociosos, para construir viviendas y condominios de lujo.

Esto acontece a través de un cambio de uso del territorio, que no necesariamente provoca la salida de los habitantes locales, sino que genera la formación de lo que hemos llamado “territorios disonantes”, caracterizados por los contrastes escandalosos entre la opulencia y la carencia, el lujo y la precariedad, la desigualdad y la exclusión en contextos muy próximos entre sí, en donde conviven, en condiciones muy desiguales, barrios populares y empobrecidos con condominios cerrados y residencias de lujo.

En la gentrificación en contextos urbanos es claro que esta exclusión y desigualdad también se dan, pero existen más posibilidades de movilidad por parte de las personas que ya no pueden permitirse vivir en un barrio gentrificado. En contextos rurales—y en el guanacasteco en particular—estas posibilidades son mucho más limitadas. La falta de opciones laborales y la alta dependencia del turismo, así como las distancias mayores, limita que las personas puedan desplazarse a vivir a otras comunidades más accesibles y menos encarecidas.

Al anunciarse Costa Rica como un paraíso verde, con selvas y playas a entera disposición del turista y del inversionista—así nos hemos promocionado desde los ochenta—, la inversión y el desarrollo inmobiliario van a procurar los territorios que reúnan esas características.

Entonces, el auge de la construcción relacionada con el sistema turístico en Guanacaste hace que se construyan espacios en territorios que calzaban con ese imaginario: abiertos y naturales, de gran belleza escénica y próximos o con vista al mar. Esto no necesariamente va a provocar la salida de las poblaciones locales—los espacios donde viven los habitantes locales no son del interés de estos desarrolladores—pero sí los van a dejar en una situación de exclusión y desigualdad persistentes, y eso puede ser aún peor que la gentrificación.

La disonancia se manifiesta en el condominio de lujo, con su propio acueducto, encerrado en su propia burbuja de amenidad, con servicios de ocio hechos a su medida, a una calle de distancia de una población local con todo tipo de problemas y carencias como la de escasez de agua, la falta de alcantarillado, calles sin asfaltar, viviendas deterioradas, amenaza de desastres naturales, violencia y crimen organizado.

Vivir en estas condiciones por supuesto que encarece el costo de la vida, debido a que aumenta la oferta de servicios destinados a los nuevos ocupantes, pero no la dedicada a los locales. Todo esto conduce a la precarización de las condiciones de vida de los habitantes locales y de los migrantes internos o del sur global, dedicados a trabajos de servicio de menor remuneración.

Ahora bien, ¿deberíamos abandonar el término gentrificación al hablar de lo que sucede en Guanacaste? No necesariamente. Usar la palabra facilita que nos entendamos, en términos generales, y también ayuda a la divulgación de este tipo de problemas; tiene una ventaja en la escena política y activista.

Sin embargo, Guanacaste y otras regiones costeras del país tienen particularidades que también deben verse con cuidado, para no caer en las generalizaciones que nos llevan a ver realidades muy distintas como si fueran la misma cosa.

*Coordinador del Observatorio de Turismo y Migraciones (Obtur) de la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA).

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Salvemos nuestro pueblo, todavía tenemos tiempo

Por Bernardo Archer Moore
Presidente
ACUDHECA*

Cahuita es el único pueblo costero de Costa Rica que aún no ha sido tomado y transformado en un enclave turístico para ricos y famosos, fuera del alcance de los ticos con limitados recursos económicos.

Tengo la visión y la esperanza de que Cahuita puede y será salvada. Sin embargo, para hacer realidad ese sueño, es necesario que todas las personas que aprecian la cultura y estilo de vida de Cahuita se unan y colaboren hacia ese propósito.

Al igual que los ricos y famosos, el ciudadano medio y el trabajador común tienen derecho a tener un “patio de recreo frente al mar”: esta es la base fundamental de la Ley de la Zona Marítimo Terrestre 6043 de 1977, que debe ser respetada.

Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin importar nuestra herencia étnica, el color de piel o la situación económica; todos llegamos a este mundo sin nada y nos iremos de él de la misma manera.

En los últimos años, he estado reflexionando sobre por qué el Todopoderoso me ha salvado de dos intentos de asesinato. Si mi colaboración con la resistencia popular de Cahuita es para defenderse del proceso final de gentrificación, así será.

Les aseguro, amigos y enemigos, que estaré aquí con ACUDHECA hasta que suenen las últimas campanadas.

*Asociación Promoción de la Cultura y Derechos Humanos de los habitantes de CAHUITA y Afines.

70 organizaciones dicen no al proyecto de privatización de la zona marítimo-terrestre

Mediante un manifiesto conjunto, 70 organizaciones y decenas de personas expresaron su preocupación ante el proyecto de ley expediente N.° 23.148: «Ley para el Desarrollo e Impulso de la Zona Marítimo-Terrestre», específicamente en lo concerniente a la modificación propuesta mediante la adición de los artículos 22 bis y 22 ter a la Ley 6043 sobre la Zona Marítimo-Terrestre.

El manifiesto se dirige al diputado Carlos Andrés Robles, de la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa que estudia este proyecto. La misiva está firmada por organizaciones comunitarias, juveniles, barriales, voluntarias, cívicas, feministas, de conservación, ambientalistas, culturales, turísticas, de desarrollo, microempresas, centros de rescate animal, brigadas ambientales, Covirenas, en defensa del mar, universitarias, de gestión cultural, comunales, de mujeres, y otras.

La sociedad civil firmante asegura que la modificación legal contraviene el principio fundamental establecido en la Ley 6043, que determina la naturaleza demanial y el carácter público e inalienable de dicha franja costera. Para el grupo, «la implementación de un sistema de permisos precarios constituye, de facto, una privatización material del espacio público».

Según el manifiesto, se «establece un mecanismo que favorece la apropiación del espacio público por parte de actores económicamente privilegiados, generando una barrera de acceso para la población general». Esto intensifica el proceso de gentrificación costera, lo cual resulta incompatible con los principios constitucionales de igualdad y acceso universal a los bienes de dominio público (demaniales).

Si bien el proyecto establece prohibiciones específicas sobre infraestructura permanente, aseguran que «la ocupación extensiva mediante mobiliario comercial representa una alteración sustancial del ecosistema costero y del paisaje natural, elementos que constituyen patrimonio nacional según nuestra legislación ambiental».

Les preocupa que este cambio pueda sentar un precedente para futuras modificaciones que debiliten aún más la protección de la zona pública, contraviniendo décadas de jurisprudencia constitucional sobre la materia. Además, aunque el proyecto contempla inspecciones mensuales, «la experiencia histórica en la gestión de la zona marítimo-terrestre demuestra las limitaciones institucionales para ejercer un control efectivo sobre las actividades comerciales en estas áreas».

Ante estos hechos, solicitan la reconsideración integral del proyecto de ley, específicamente en lo referente a la autorización de permisos de uso en la zona pública. Piden la apertura de un espacio de diálogo que incluya la participación de comunidades costeras, organizaciones ambientalistas y expertos en derecho ambiental y urbanístico. Además, solicitan el desarrollo de alternativas legislativas que promuevan un desarrollo costero verdaderamente sostenible y equitativo, sin comprometer el carácter público de la zona marítimo-terrestre.

La protección de nuestras costas no debe subordinarse a intereses comerciales particulares” finalizaron el manifiesto.

Firmantes

  • Asociación Barrio Escalante Unido
  • Asociación Cívica de Hermosa
  • Asociación Cóbano pro derechos de las Mujeres ACOPROM
  • Asociación Conservación del Planeta
  • Asociación Cultural Yaji Yazra Majimi, La Cruz
  • Asociación de Mujeres Unidas para el Desarrollo de África, Guácimo (AMUDA)
  • Asociación de Turismo Rural de Santa Elena de Pital
  • Asociación Ojo de Agua Legado Ancestral
  • Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (APREFLOFAS)
  • Asociación Pro Guanacaste Integrado
  • Asociación Proyecto Camino Verde
  • Asociación Ramonense para la Conservación del Ambiente (ARCA)
  • Asociación Rescate de la Zona Marítima Terrestre (ARREZOMATE)
  • Asociación Somos Congos
  • Asociación Sostenibilidad en Grande, Guanacaste
  • ACODEC
  • Ade-Platanares Moravia
  • Agathos Natura
  • Alianza Defensa del Agua
  • Biofertilizantes m&m
  • Blanconejo
  • Bloqueazul
  • Bloqueverde
  • Brigada Ambiental Moravia
  • Centro de Rescate de Especies Marinas Amenazadas
  • Colectivo Antigentrificación CR
  • Colectivo Ecologista Liberiano
  • Colectivo Revista La Agroecologa
  • Comité No al Basurero en Mora
  • Costa Rica por el Océano
  • COVIRENA Cabo Blanco Ario
  • COVIRENA Paso de la Danta
  • Defensores de la Casa Común
  • Domingo Pilarte
  • Eco Vida
  • EcoturAdvisor
  • Finca Amalur
  • Finca la Agroecológica la Waira
  • Finca Samanea
  • Frente Amplio
  • Frente Ecológico de Cipreses Cartago
  • Frente Ecologista Universitario (FECOÜ)
  • FECON
  • Fundación Promar
  • GreenWolf
  • Guanadefensoras
  • Grupo Organizado de Cabuya, Montezuma
  • Guías y Scout Grupo 50 Liberia
  • Kids Saving The Rainforest Manuel Antonio, Costa Rica
  • Montaña Verde, Perez Zeledón.
  • Monteverde Wildlife Experiences-Costa Rica
  • Movimiento Cahuita Unida
  • Movimiento Manglar
  • Movimiento Ríos Vivos
  • Mujeres emprendedoras
  • Observatorio Ciudadano
  • Observatorio de Bienes Comunes, turistificación y gentrificación Monteverde, Puntarenas.
  • Observatorio del agua Quebrada Barreal, San Vicente de Moravia.
  • Operation Rich Coast
  • Orgánica Abastecimiento
  • Paren de Fumigar
  • Partido Izquierda Costarricense
  • Programa Interdisciplinario Costero UNA
  • Proyecto Geografía y Diálogo de Saberes del Programa Kioscos Socioambientales UCR
  • Red de Coordinación en Biodiversidad
  • Riochante, Centro Cultural de Monteverde
  • Santa Teresa Lifeguards
  • Soul Bliss Journey
  • Talamanca Siempre Verde
  • The Wild Sense/ CR WEBS
  • Personas firmantes:
  • Adriana Jiménez Obregón
  • Alfredo Picado Sánchez 302310318
  • Ana Lorena Dávila Cubero 501600478
  • Andrés Calvo Fallas, Entrenador
  • Antonia Caro
  • Anyela Mahlich Chiclote 4 0269 0326
  • Carmen Picado Sánchez  107010340
  • Catalina Carrillo Vargas 117390351
  • Catalina Obregón López
  • Christian Díaz Chuquisengo 11388050
  • Criss Rojas Villegas,
  • Daniela Merino
  • David Ricardo Morera Arias
  • Diana Picado Abarca 115380550
  • Diana Vargas Álvarez 504150849
  • Doris Kandler
  • Eber Alberto Rodríguez López
  • Elisabetta Zanettin
  • Emilia Barreto
  • Evelyn Arias Gavarrete  503120060
  • Fanny Calvo Aguilar 3 0342 0756
  • Gabriela Mora Mora, 114990168
  • Girlany Bonilla Pizarro.
  • Griselda Calderón Argüello
  • Javier Rodríguez Fonseca.
  • Jesse Robert Artavia MacIntyre 116330940
  • Jessica Chacón Rojas
  • Jorge Corrales Alpízar
  • Jorge Solano Vargas
  • José Alonso Herrera Gutiérrez 206920571
  • Kennia Umaña Ureña
  • Krisly Arguedas Vásquez
  • Laura Picado Abarca 114410691
  • Lourdes Aguilar calderon
  • M. Fernanda Quesada Corrales 116510032
  • María Ángela González Arguedas
  • María Belén Larocca
  • Maria del Mar Zeledón
  • Maria mercedes Talevi
  • Maria Paz Sandoval Brown 504400616
  • María Raquel Picado Abarca 1 1666 0280
  • Mariana Sandoval Brown 504300953
  • Mariel Vega Rojas
  • Mario Novaro Hueyo
  • Maureen lndergren Sánchez
  • Melanie Alexandre Humbert
  • Melissa Gutiérrez Rodrígue 504300706
  • Minor Alberto Cortés Reyes
  • Noelia Picado Sánchez 117200129
  • Ocksan Aju Calvo
  • Raquel Andrea Salazar González
  • Ricardo Arévalo Rojas 1 1458 0493
  • Sheyla Santana Mora 503690584
  • Silvia Elena Matamoros Pacheco 1 1445 0197
  • Silvia Gallegos Moreno
  • Socorro Picado Sánchez 303250807
  • Sofia Cordero
  • Sofia Villalonga
  • Soul Bliss Journey
  • Susan Ariela Barrantes Acevedo 503830485
  • Tatiana Pochet Reyes 1 11080240
  • Virginia Vargas Acosta
  • Ximena Obregón (Movimiento Manglar)
  • María Carolina Villarreal Carmona
  • Sandro Varela Acuña

Con apoyo de proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorios comunitarios de Costa Rica de la Escuela de Geografía y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social Universidad de Costa Rica.