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Etiqueta: Henry Mora Jiménez

La paradójica popularidad de Rodrigo Chaves (Parte 2)

Henry Mora Jiménez

En nuestro anterior artículo en SURCOS Digital (La paradójica popularidad de Rodrigo Chaves. Parte I), arribamos a dos conclusiones. La primera, que la frustración, el hartazgo y el resentimiento con los partidos políticos tradicionales fueron hábilmente usados y manipulados por el chavismo para ganar por abrumadora mayoría la segunda ronda electoral en abril de 2022.

Lo que no es tan sencillo de explicar es cómo el apoyo a Chaves se mantiene en un 50 – 55% dos años y medio después de su elección; en medio de la peor crisis de inseguridad en muchas décadas, de un marcado deterioro de la educación pública (más allá incluso del “apagón educativo”), de una profunda crisis de gestión en la Caja con lamentables consecuencias para los asegurados, de una política explícita de reducción de la inversión social y de escasos logros que mostrar al país en otras áreas (y cuando los hay, son muchas veces herencia de gobiernos anteriores).

Además, Chaves no sólo ha mantenido su popular discurso “anti casta” frente a los partidos políticos tradicionales (a lo Milei), sino que, jugando en el filo de la navaja, también lo ha extendido hacia las instituciones básicas de la democracia liberal costarricense: la Asamblea Legislativa (lo que no es nada difícil), el Poder Judicial (incluida la Fiscalía, la Corte Plena y la Sala IV) y la Contraloría General de la República. Durante este tiempo lo hemos visto convertirse en un pretendido representante antisistema que sin disimulo clama por un poder absoluto para “cambiarlo todo”, incluida la Constitución Política (a lo Bukele); aspirando a unificar los distintos poderes del Estado bajo su égida, es decir, la puerta al autoritarismo.

Una explicación usual para este fenómeno es que Chaves es un populista que ha sabido manipular muy bien a población con cantos de sirena (porque lo hechos no se ven). Pero esta respuesta deberíamos afinarla.

La otra conclusión de nuestro texto anterior es que también Chaves usa y manipula un síndrome social que nos aqueja. Lo llamamos (siguiendo al psicólogo estadounidense L. Festinger) “síndrome de disonancia cognitiva”. ¿En qué consiste?

La disonancia cognitiva (o simplemente desarmonía mental) es un término en psicología que describe la tensión interna, el malestar y el dolor (incluso físico) que una persona siente cuando enfrenta una discrepancia entre sus creencias más arraigadas y sus experiencias reales. En este caso, entre sus simpatías hacia Chaves y la observación de que “las cosas no van tan bien”. Pero lo más importante para tener en cuenta, es cómo usualmente se intenta solucionar esa discrepancia (disonancia) y cómo Chaves sabe alimentar esa salida para mantener popularidad entre la mitad de la población.

Por ejemplo, si alguien cree firmemente en la importancia de cuidar el medio ambiente, pero usa productos que dañan el entorno, esa persona puede experimentar disonancia cognitiva. Esta tensión puede llevar a i) que la persona cambie sus creencias sobre la importancia de proteger el ambiente, ii) que justifique sus acciones con autoengaños, iii) que modifique su comportamiento para hacerlo congruente con sus creencias. El problema es que muy a menudo nos inclinamos por la opción ii), esto es, tendemos a justificar nuestras acciones, al grado de autoengañarnos de manera sistemática.

Y si esa disonancia (desarmonía entre lo que creo y lo que veo) es colectiva, el grupo de seguidores seguramente actuará al unísono reforzando colectivamente la forma elegida de enfrentar la tensión (por la negación o el autoengaño).

Pues bien, para alargar y consolidar su romance con la mitad de los costarricenses (aunque en este grupo hay al menos dos segmentos por diferenciar), el chavismo está intentando que esta mitad de la población auto justifique las disonancias entre, por un lado, el comportamiento estridente del presidente, sus escasos logros, sus pésimos resultados en educación, seguridad y salud, los casos recientes de presunta corrupción y, por otro, sus arraigadas creencias en “la democracia, el trabajo y la paz”.

¿Cómo está logrando Chaves estimular este fenómeno masivo de auto engaño? Muy sencillo: haciendo creer a la población que lo respalda de que él es el mejor presidente en muchos años. En el artículo anterior ya habíamos repasado algunos métodos para lograr este resultado: los males acumulados son de varias décadas, sus intenciones son las mejores, su lucha contra la corrupción y los privilegios es sincera, su valentía es notoria, pero, “no lo están dejando trabajar”. Festinger llama a estos métodos “pensamientos consonantes”. Pero también Chaves recurre constantemente a artilugios como i) trivializar o reducir la importancia de sus incoherencias (en el campo de la corrupción, por ejemplo), ii) ignorar, eliminar o deslegitimar toda información disonante que ponga en entredicho o debilite su gestión y popularidad (“prensa canalla”, “¿cuál es el problema, si se están matando entre ellos?”), iii) hacer de cada visita a las comunidades una “plaza pública”.

Esta forma de actuar del presidente, de su diputada estrella, de sus simpatizantes más “duros” y de su pequeño pero bullicioso ejército de troles se irá acentuando conforme pierdan el protagonismo mediático y, por tanto, el poder de manipular la “agenda “nacional”. El caso de la “póliza para delinquir” parece estar marcando un punto de inflexión.

¿Qué hacer? Poner insistentemente el dedo en la llaga. Por la boca muere el pez

La respuesta a esta pregunta crucial debe partir de diferenciar el núcleo duro de apoyo a Chaves (cerca de un 20% y frente al cual es poco lo que por ahora puede hacerse) y ese 30%-35% de personas que sienten atracción por su estilo grosero y vulgar (seguramente lo ven como “franco”) y confrontativo (seguramente lo ven como “valiente”), y al cual hay que dirigirse prioritariamente, pues ya están empezando a dudar de la bondad de sus políticas y francamente también tienen pocas esperanzas en soluciones prontas. La “tierra prometida” (su nuevo delirio de grandeza al compararse con el Moisés bíblico) se está desvaneciendo con rapidez, como lo demuestra la reacción negativa de la gran mayoría de las intervenciones en redes sobre la “infeliz y nefasta póliza”.

La crítica a Chaves y al chavismo, que no debe cesar y que hay que afinar, debe poseer al menos tres atributos.

  1. i) Debe ser respetuosa con el sector de población que Chaves ha engañado vilmente,
  2. ii) Debe confrontar constantemente sus alardes y sus promesas con la contundente y necia realidad, siempre que esta indique lo contario (no dejar de poner el dedo en la llaga),

iii) No debemos repetir “Chaves dijo …”, sino ponerlo a hablar a él y a su diputada estrella, para acto seguido mostrar la mentira, la incoherencia, la soberbia, la vulgaridad, la desfachatez, etc. (por la boca muere el pez).

Chaves levantó su popularidad con promesas de lucha contra la corrupción, contra la hipocresía, contra la doble moral, contra los privilegios, contra la impunidad, contra el alto costo de la vida, contra la mala administración de los recursos públicos … A favor de la señora de Purral, de los sectores más vulnerables, de una gestión estatal eficiente y transparente ….

No es para nada difícil comparar estas y otras de sus promesas con sus actos y sus acciones de gobierno, y veremos como en la mayoría queda debiendo. Hay que hacerlo una y otra vez, con “malicia indígena” y con inteligencia.

Pero con los sectores más abiertos al diálogo y al veredicto de los hechos, podemos y debemos ir más lejos. Hay que mostrarles que:

– La crisis de la Caja no es sólo impericia, es estrategia. Corresponde a una visión de la salud como “medicina mixta” (a lo Chile), en la cual la empresa privada asume un rol fundamental.

– La crisis en la educación no es sólo impericia, es estrategia. Corresponde a una visión en la cual la educación básica debe ser simple instrucción, la educación superior debe ser autofinanciada en su mayor parte y toda la educación debe estar conforme con el mercado.

– La crisis abierta con los otros poderes del Estado no es impericia, es estrategia. Busca desacreditar al máximo las instituciones democráticas (que ciertamente están debiendo) y aparecer él, nuevamente, como el Moisés de Costa Rica.

– La terrible crisis de inseguridad no es sólo impericia. ¿Es estrategia? Lamentablemente hay algunos indicios en esta dirección.

Sigamos poniendo insistentemente el dedo en la llaga y evitemos las distracciones que tanto favorecen a Chaves (para eso las crea).

La paradójica popularidad de Rodrigo Chaves: ¿Perdió la mitad de Costa Rica su olfato político? (Parte I)

Henry Mora Jiménez

En un artículo anterior (La peligrosa trampa de los liderazgos mesiánicos y autocráticos) concluíamos que los liderazgos autocráticos sirven de incubadora para los regímenes autoritarios. También sugeríamos, entre otras, cinco medidas urgentes para contrarrestar este indeseable escenario: i) revertir la creciente desigualdad económica y social, ii) fortalecer las instituciones democráticas, iii) ampliar y fortalecer la libertad de expresión, iv) conformar una ciudadanía crítica y participativa, v) forjar procesos sociales y políticos de unidad en la diversidad (incluso al nivel electoral). Ahora queremos matizar estos puntos y agregar otros.

¿Existe una vacuna contra la consolidación del chavismo?

Por “consolidación del chavismo” me refiero a un triunfo electoral en 2026 de algún partido o alianza afín a Chaves y, en el peor escenario, con 25 – 30 diputaciones, como él y Pilar Cisneros sueñan. Esta posibilidad no es improbable, pero lo cierto es que (por suerte), Chaves no cuenta con un delfín que lo equipare en popularidad (Cisneros no puede ser candidata presidencial, ya que no es costarricense de nacimiento).

Sin embargo, las últimas encuestas de opinión muestran una fisura en la fidelidad a Chaves: si bien su popularidad personal se mantiene alta; crecen, hasta ser mayoría, las voces de incredulidad sobre la capacidad del actual gobierno de resolver aunque sea uno de los grandes problemas del país (inseguridad, narcotráfico, deterioro de la educación pública, corrupción, listas de espera en la Caja, precarización laboral, etc.).  

En una encuesta anterior, el CIEP de la UCR proponía la hipótesis de que la popularidad de Chaves se basa en un apoyo personalista a su figura, no a un partido ni a un movimiento de masas (¿tiene partido?). Esta idea merece ser analizada.

En efecto, Chaves es el típico outsider que con más retórica que propuestas se hace con la presidencia de un país. Lo poderosamente llamativo en el caso costarricense es que su popularidad se mantenga alta después de dos años y medio de un gobierno que no puede presentar ningún logro significativo propio, pero si, muchos frentes de conflicto que ya deberían haber mermado considerablemente su popularidad entre la población.

Se han propuesto distintas explicaciones para este fenómeno: i) a mucha gente le agrada su estilo confrontativo y su pachuquismo, ii) a otros ha logrado convencer de que la oposición, la Contraloría y la Sala IV no lo dejan gobernar, iii) su figura se agranda porque no hay líderes alternativos a la vista que lo contrarresten, iv) el resentimiento con los políticos tradicionales es mucho, v) la gente no se informa o es ignorante, vi) la prensa que lo critica no convence porque representa los intereses de los poderosos, vii) es un hábil político populista, viii) al contar con una fracción legislativa de sólo ocho diputaciones sus proyectos no logran avanzar, etc., etc.

Hay en efecto casos extremos:

  • El joven estudiante que pierde su beca y sigue apoyando a Chaves.
  • El padre de familia que deja de recibir apoyo para la educación de sus hijos (comedores escolares, transporte estudiantil), pero sigue apoyando a Chaves.
  • La madre que espera meses o años por una cita con un especialista y sigue apoyando a Chaves.
  • El vecino que presencia un asesinato múltiple del narcotráfico y sigue apoyando a Chaves.
  • El profesional que reconoce la ausencia de logros del gobierno pero sigue apoyando a Chaves.
  • El trabajador independiente que espera una reducción en sus impuesto, que el gobierno veta, y sigue apoyando a Chaves.
  • El trabajador empobrecido a quien su salario apenas le permite sobrevivir pero sigue apoyando a Chaves.
  • El pequeño agricultor que como nunca se siente amenazado, pero sigue apoyando a Chaves.
  • El maestro o profesor que reconoce la deriva retrógrada de la educación pública pero sigue apoyando a Chaves.

Todo un caso para analizar, sin duda.

Frustración más resentimiento

Al inicio mencionamos cinco áreas en las que se debe trabajar con urgencia para vacunarnos contra líderes autoritarios. Todo un coctel de medidas, la mayoría de las cuales no pueden tener efectos inmediatos; pero falta un ingrediente de enorme importancia. Me explico…

Desde la irrupción del PAC en las elecciones del 2002 quedó claro que la frustración crecía entre las y los costarricense, y que se anhelaba un cambio profundo. Dibujemos esta frustración tal como la perciben muchos compatriotas: i) desilusión tras desilusión con los últimos cinco gobiernos (por lo menos), ii) pérdida de toda esperanza con los políticos tradicionales, iii) incrédulos de que la democracia funcione para todos, iv) desinfladas expectativas de un cambio verdadero, v) insatisfacción con el partido por el que votaron 15, 20 o 40 años, vi) cansados de tanto cálculo electorero en las decisiones políticas, vii) horrorizados de tantos casos de corrupción.

Entonces aparece Chaves como alguien diferente (eso aparentaba), por el que valía la pena apostar, aunque fuese un perfecto desconocido. Y como no es improbable que muchas de las personas que lo apoyaron en la pasada elección hayan recibido en el pasado alguna negativa, algún maltrato, alguna injusticia, algún desprecio en cualesquiera de las instituciones públicas, a la frustración se agregó el resentimiento.

Y poco importó que su salida del Banco Mundial se diera en medio de fuertes acusaciones de acoso sexual, o su breve paso, con más pena que gloria por el Ministerio de Hacienda, o sus treinta años fuera del país. Caló más su “verbo aguerrido”, su estilo retador y su faceta de tecnócrata con experiencia internacional. Mucha gente apostó por Chaves, una apuesta arriesgada, quizás precipitada, pero, “no había de otra”. Así logró arrasar en la segunda ronda en 2022.

Por eso, quienes vemos en Chaves un grave peligro para la democracia y el Estado social, lo primero que debemos tener es humildad. Humildad para reconocer que quienes hemos tenido algún puesto de responsabilidad en los últimos gobiernos no hemos sabido responder a las esperanzas surgidas. Humildad para reconocer que los innegables logros del Estado Social no cubren a todos o no en la misma medida. Humildad para admitir que nos ha faltado solidaridad frente a los menos favorecidos. Humildad para aceptar que nos faltó decisión para actuar contra la corrupción y los odiosos privilegios. Y Chaves y su legión de troles han sabido aprovechar toda esa frustración, aunque ciertamente, la pandemia por la Covid-19 agravó la situación de desesperanza para muchos, muchísimos costarricenses. Desde luego, también ha sabido manipular a una población en que en mayoría participa en redes sociales no para informarse, sino para entretenerse y, muy propio del ser humano, chismorrear.

Pero después de dos años y medio de un gobierno con escasos logros y muchos frentes de conflicto abiertos, ¿cómo explicar que su popularidad se mantenga superior al 50 por ciento?

Más allá de la frustración y el resentimiento, pareciera que entre un tercio y la mitad de la población enfrenta el síndrome que los neurocientíficos y psicólogos llaman “disonancia cognitiva”, pero en este caso, esta se manifiesta de forma colectiva. ¿En qué consiste? Bueno, todos aborrecemos no tener la razón y a todos nos cuesta muchísimo reconocer que estamos equivocados. Cuando caemos en esta condición, no hay información ni dato que nos haga cambiar de opinión, ya que es nuestra cosmovisión la que se siente amenazada, e inventamos todo tipo de “explicaciones” para autoengañarnos. Repasemos algunas muy usuales: i) no lo dejan gobernar, ii) el estado en el que encontró el país no se corrige en pocos años, iii) lo prioritario ahora es el equilibrio fiscal, iv) la prensa mal informa, v) el Fiscal persigue al gobierno, vi) la burocracia estatal es incompetente, vii) necesitamos un “hombre fuerte”, viii) no obtuvo los diputados que requería, ix) hay que dar tiempo a sus promesas, etc., etc. Mientras tanto, su estrategia de “polarizar” y su estilo de liderazgo hacen lo propio.

Y después de tantas desilusiones no es para nada extraño que este síndrome adquiera proporciones de masas.

Muchas veces tuvimos esperanza, pero la decepción fue mayúscula. A Chaves se le está dando el “derecho a la duda” por demasiado tiempo, y él sabe manipular muy bien esta circunstancia.

Pero entonces, ¿qué podemos hacer? Este artículo ya se ha extendido demasiado, así que abordaremos esta pregunta en un texto posterior.

La peligrosa trampa de los liderazgos mesiánicos y autocráticos

Henry Mora Jiménez

Un líder mesiánico es una persona que se presenta o es percibida como un salvador o redentor, capaz de resolver todos los problemas y traer prosperidad, justicia y armonía a una sociedad.

En el ámbito político (el que aquí nos interesa) un líder mesiánico y autocrático suele surgir en momentos de crisis y desesperanza, utilizando retóricas populistas y demagógicas para ganarse el favor popular, presentándose como la única solución viable para los problemas de la sociedad.

Estos líderes a menudo prometen cambios radicales y soluciones milagrosas, apelando a las emociones y esperanzas de la gente y buscando constantemente chivos expiatorios para descalificar e inculpar.

Para entender la aparición de un líder mesiánico en el contexto político de un país como Costa Rica hay que analizar cómo este tipo de liderazgo influye y es influido por la dinámica social y política. Algunos puntos clave que deben considerarse son los siguientes:

Contexto de crisis: Los líderes mesiánicos suelen emerger en tiempos de crisis económica, social o política, sean estas crisis abiertas o prolongadas. La desesperación y el descontento de la población crean un terreno fértil para que estos líderes ganen apoyo. En Costa Rica enfrentamos una prolongada crisis social desde inicios del siglo XX, marcada por el fuerte crecimiento de la desigualdad y la inexistencia de opciones de ascenso social para la población más desfavorecida (aunque sí para aproximadamente un quinto de la población), lo que fue profundizado por los efectos de la Covid-19 y la escasa respuesta de los gobernantes de turno a temas como empleo y pobreza. Además, desde hace al menos 20 años vienen creciendo la frustración social y las esperanzas repetidamente malogradas.

Retórica populista y demagógica: los líderes mesiánicos utilizan un lenguaje sencillo y emocional que resuena en sectores significativos de la población. Prometen soluciones rápidas y radicales a problemas complejos, lo que puede ser muy atractivo para aquellos que buscan un cambio inmediato. A menudo, estos discursos también apelan a valores conservadores aceptados por buena parte de la población.

Centralización del poder: la promesa de soluciones radicales a menudo viene acompañada de propuestas que pretenden concentrar el poder en sus manos, acusando y debilitando a las instituciones democráticas y a los mecanismos de control y el equilibrio de poderes, lo que no siempre se percibe como el camino hacia un gobierno autoritario.

Polarización social: otro rasgo central de estos líderes es que necesitan dividir a la sociedad en “nosotros” contra “ellos”, creando enemigos internos o externos para unificar a sus seguidores y desviar la atención de los problemas internos que, a fin de cuentas, casi nunca logran resolver. Estos enemigos creados pueden ser instituciones (que algunas veces, en efecto, no cumplen bien su papel) o representantes de sectores sociales que ven como un obstáculo para su cometido: líderes sindicales, ecologistas, dirigentes políticos, etc.

Carisma personal: Suelen ser individuos carismáticos que inspiran lealtad y hasta devoción entre algunos de sus seguidores. Su personalidad desgarbada, chabacana y confrontativa y su constante presencia pública en los medios y en las comunidades son fundamentales para mantener el apoyo popular alcanzado. En ocasiones, algunos medios de comunicación sirven de trampolín para este propósito.

Chivos expiatorios: en su batalla de “nosotros” contra “ellos” muchas veces recurren a chivos expiatorios a los que culpan por los males de la sociedad y que sólo “barriéndolos” sería posible hacer cumplir sus promesas. Es frecuente que se refieran públicamente a estos chivos expiatorios como élite, casta, zánganos, corruptos, idiotas, dinastía, etc. Y aunque es harto frecuente que en las sociedades actuales existan vividores de la política, lo que estos líderes no dicen es que cambian una élite por otra y a unos corruptos por otros.

Enfrentar a un líder mesiánico que goza de popularidad puede ser un desafío, pero hay varias estrategias que resultan posibles:

Fortaleza de las instituciones democráticas: Cuando las instituciones democráticas son fuertes y funcionan correctamente es más sencillo confrontar a los líderes mesiánicos y autócratas. Esto incluye, entre otros, un poder judicial independiente y eficaz, órganos contralores con credibilidad, medios de comunicación libres y plurales y una sociedad civil activa frente a la amenazas. Si estas instituciones presentan importantes debilidades o han sido cooptadas por poderes centrales o grupales, es imperativo impulsar su reforma para garantizar su idoneidad y credibilidad.

Educación y conciencia pública: Promover la educación y la conciencia sobre los peligros del mesianismo político es esencial. Esto pasa por informar fehacientemente a la población sobre la importancia de las instituciones democráticas y los riesgos de concentrar el poder en una sola persona. Se puede recurrir, por ejemplo, a experiencias de otros países que hayan caído en la trampa del mesianismo político y que hayan pasado por experiencias traumáticas.

Fomentar el debate y la participación ciudadana: Crear nuevos espacios para el debate abierto y la participación ciudadana, empoderando a la ciudadanía. Esto puede incluir foros comunitarios, debates públicos y plataformas en línea (un simple chat de WhatsApp por ejemplo) donde las personas puedan expresar sus opiniones y preocupaciones sobre el curso del país o sobre temas específicos. Los medios de comunicación alternativos son fundamentales para este propósito, ya que la prensa tradicional suele representar intereses que a veces concuerdan con los de los líderes mesiánicos. Y desde luego, la activa participación en redes sociales resulta fundamental.

Transparencia y petición de cuentas: Cuando el líder mesiánico ya está instalado en el gobierno, es importante exigir transparencia y rendición de cuentas, incluyendo mecanismos para que los ciudadanos puedan supervisar y evaluar las acciones del gobierno. Estos líderes muchas veces viven en permanente campaña política y abierta o solapadamente ignoran su responsabilidad de rendir cuentas.

Promover liderazgos alternativos: Promover nuevos liderazgos democráticos alternativos que contrarresten el liderazgo mesiánico y que representen soluciones creíbles y sostenibles a los problemas del país. Estos nuevos liderazgos deben ser capaces de inspirar confianza y ofrecer una visión positiva y constructiva, alejada del populismo y la demagogia.

Desmontar el discurso populista y demagógico: es fundamental contrarrestar el discurso populista y demagógico con hechos y argumentos racionales, desmintiendo los cantos de sirena sin sustento real y los pobres o nulos resultados de un gobierno conducido por un líder mesiánico y autocrático. Sin embargo, hay que tener siempre presente que el lado emotivo de la conducta humana siempre juega un papel fundamental.

Fortalecer las distintas instancias de la Sociedad Civil: apoyar con hechos a las organizaciones de la sociedad civil que luchan en la defensa de los derechos humanos, la democracia y la justicia social. Tomar conciencia de sus propuestas, valorar positivamente sus esfuerzos y reconocer sus luchas, por lo general ignoradas o vilipendiadas por los representantes del poder autocrático.

Fomentar la unidad en la diversidad: es imperativo trabajar para reducir la polarización y fomentar la unidad de los sectores que adversan el camino mesiánico. Esto puede incluir iniciativas que promuevan el dialogo y la cooperación entre diferentes grupos sociales y políticos, incluidas las alianzas electorales. A veces una sola idea fuerza puede catapultar la unidad, pero por lo general esta unidad debe fraguarse en la diversidad de intereses y credos.

¿Cómo lidiar con un (hipotético) político narcisista?

Henry Mora Jiménez

Principales rasgos de un narcisista

El narcisismo se considera un trastorno de la personalidad, pero en este artículo esta complicada faceta del término no la abordamos. Eso es un asunto para los especialistas. Simplemente recalquemos que las personas narcisistas tienen una visión agrandada de sí mismas y buscan constantemente atención, admiración y sumisión. Repasemos algunos de los principales rasgos de estas personas.

Los principales rasgos de una personalidad narcisista son los siguientes:

  • Tienen un ego inflado y una autoestima muy alta,
  • Necesitan recibir elogios constantemente,
  • Suelen ser muy sensibles a las críticas,
  • Intentan aislar a quienes no les rinden pleitesía,
  • Son hábiles manipuladores y maestros del engaño.

Ahora bien, ¿qué es un político narcisista?

Digamos que se trata de una persona narcisista con una cuota muy importante de poder (económico, político, mediático, etc.). Por eso, a los rasgos anteriores podemos agregar las siguientes características para un “hipotético” político narcisista:

  • Intenta imponer su forma de pensar y actuar,
  • Desafía constantemente la realidad recurriendo a la posverdad, esto es, al uso de prejuicios y emociones para crear opinión pública,
  • Proyecta sus imperfecciones en la idiosincrasia nacional y hasta se identifica con ellas como benévolas y normales,
  • Intentará vigilar y hasta expiar a quienes considera sus enemigos,
  • Tratará de culpar a cualquier otro (persona, institución) por sus propios errores,
  • Le dará poca importancia a las opiniones de quienes lo critican,
  • Un político narcisista está en una situación privilegiada para ejercer algún tipo de violencia verbal o emocional: insultar, humillar, amenazar, acusar, descalificar, etc.

¿Cómo lidiar con un político narcisista?

  1. Lo primero es determinar con qué tipo de narcisista estamos tratando, porque existen dostipos de narcisistas: los grandiosos y los vulnerables. En el primer caso se trata de una persona que tiene mucha autoconfianza, que busca constantemente llamar la atención de los demás. En cambio, los narcisistas vulnerables son personas pasivo-agresivas y suelen tener baja autoestima. Supongamos que nuestro hipotético político es del primer tipo.
  2. Al político narcisista hay que responder con seriedad y responsabilidad, en lugar de simplemente reaccionar, menos aún, reaccionar “con el hígado”. Ante las manipulaciones y la demagogia de un político narcisista lo importante es tratar de no sobre reaccionar ni de “ponerse a su nivel”. En vez de eso, hay que concentrarse en el tema o problema en cuestión lo más objetivamente posible, sin darle excusas para que desvíe la atención de la opinión pública. De esta manera, le será más difícil desvirtuar, monopolizar o apropiarse del tema. Hay que centrar la atención en el problema, no el político.
  3. Evitar la confrontación directa si esto le da oportunidad para agrandar su ego. Los políticos narcisistas suelen ser hipersensibles a las críticas, incluso si estas son blandas. Por eso, en estas circunstancias hay que saber “dorar la píldora”. En lugar de comentarios negativos, agresivos y soeces, que lo radicalicen aún más (o a sus fans), hay que usar el humor, el choteo, el doble sentido, la crítica constructiva.
  4. Exigir resultados en lugar de palabras y promesas. Uno de los rasgos más comunes de un político narcisista es precisamente que estos suelen no cumplir con sus promesas (más que el común de los políticos). De este modo, el mejor método para responsabilizar a los narcisistas es recordarles, jugando un poco con su ego, lo importante para el pueblo que lo eligió, de cumplir con sus promesas.
  5. Poner la atención en los problemas sociales. En el debate público, el político narcisista no debe ser el centro de atención. Hay que intentar desmitificar los “cantos de sirena”, y enfocarse en las necesidades y en las aspiraciones de la población.
  6. Eso sí, frente a un político narcisista hay que establecer límites firmes (éticos, legales, sociales) sobre su comportamiento. Si estos límites se cruzan es fundamental exponer clara y públicamente el abuso que se está cometiendo y las consecuencias negativas de sus actos.

Los anteriores son solo algunos “tips”. El mensaje es que no podemos tratar y criticar a un político narcisista “hipotético” como tratamos y criticamos a cualquier otro político. Además, hay que recordar siempre que estos políticos suelen tener tras de sí un tropel de fieles y, muchas veces, fanáticos seguidores.

El referéndum de Chaves y la disyuntiva de las señoras y los señores diputados

Henry Mora Jiménez

Ha llegado a mi teléfono celular el siguiente mensaje (lo he recortado para trasmitir lo esencial):

“¿Usted que haría? No hay que ser adivino … para darse cuenta de que los señores y las señoras diputadas se encuentran ante un dilema respecto del Referéndum: Todo el mundo está claro en que lo enviado está plagado de inconstitucionalidades que lo hacen inviable, algunas MUY graves. El asunto está en que, si se vota en contra, Chaves alegará que la Asamblea no lo deja trabajar …  Y si se vota a favor, y se le tira el churuco a la Sala IV y al TSE, podrían quedar como avalándolo y comiéndole gallina. Y cuidado si no, con una enorme culpa de irresponsabilidad de cara la Historia (con «H» mayúscula).  Entonces, como dijo ese gran filósofo argentino Diego Verdaguer: ¿Usted que haría, usted que haría?”

Mi primera reacción fue: la Asamblea tiene que “comerse la bronca” y enfrentar a Chaves. Dado lo harto deficiente del proyecto, ese sería el mal menor, aunque tengan que escuchar a Chaves despotricar por unos días o semanas.

Pero pensándolo mejor, la Asamblea más bien tiene una oportunidad de oro para recuperar prestigio ante la ciudadanía (¡que mucho que le falta!).

Si el proyecto no tiene futuro, como lo han señalado destacados especialistas en derecho constitucional, lo mejor que pueden hacer los señores diputados es ahorrarle tiempo y recursos al país, y rechazar ese remedo de proyecto de ley, y de paso (pero nada despreciable) no caer en el juego maquiavélico de Chaves.

Pero además, aunque a la Asamblea no le corresponde enmendar los desaciertos del Poder Ejecutivo, bien pueden recomendar (o auspiciar un Foro que lo sugiera) la mejor manera (responsable, legal y oportuna) de llevar adelante Ciudad Gobierno y la Marina en Limón. Estos proyectos cuentan con muy pocos opositores (si se hacen bien) y la Asamblea estaría actuando sensata y correctamente si le ahorra al país la polarización política que a todas luces el presidente busca desencadenar. Y a la misma provincia de Limón le ahorraría la enorme decepción de una nueva esperanza frustrada.

Entonces, más que una disyuntiva, la Asamblea legislativa tiene ante sí una gran oportunidad.

El abc de la deuda del Estado costarricense con la Caja Costarricense del Seguro Social

Henry Mora Jiménez

Introducción

La deuda del Estado costarricense con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) es un tema que debe preocuparnos a todos, sin excepción. A febrero de este año la deuda ascendía a 3.7 billones de colones (según datos oficiales de la Caja, aunque el ministerio de Hacienda no avala esta cifra). De este monto, un 80% corresponde al Seguro de Salud, un 18% al IVM (más de 660 mil millones de colones) y el 2% restante a otras obligaciones establecidas por ley. El lunes 17 de junio la prensa nacional informa sobre una “carta de entendimiento” firmada entre el gerente de pensiones de la Caja y el ministro de Hacienda para conciliar la deuda del IVM. Esta no es la deuda mayor, pero sería un avance si se cristaliza en un acuerdo que finalmente se respete.

En los últimos años este monto ha crecido de manera descontrolada, aumentando en un 20.74% solo entre febrero de 2023 y febrero de 2024. Otro dato impactante: entre mayo de 2022 y noviembre de 2023 (Administración Chaves Robles) esta deuda creció un 35.5% (cerca de 1 billón de colones más).

No hay que profundizar mucho para darse cuenta de que esta deuda afecta de múltiples maneras a la sociedad costarricense, por ejemplo, en la infraestructura y el equipamiento de los centros de salud en todos los niveles (EBAIS, clínicas, hospitales), en la atención a pacientes y en las interminables listas de espera, entre otras. La solución integral no se vislumbra en el horizonte, pero sería un buen comienzo si se lograra parar en seco este crecimiento y garantizar la estabilidad y robustez financiera de la institución más querida de los costarricenses.

¿Cómo ha surgido esta deuda gigantesca?

Desde la fundación de la CCSS a inicios de los años cuarenta del siglo pasado, el Estado asumió un compromiso subsidiario y solidario con el financiamiento de la seguridad social de nuestro país, formando parte de lo que se ha denominado el esquema de contribución tripartita: empleador, trabajador y Estado.

En los años setenta, nació el aseguramiento voluntario del trabajador independiente, convertido como obligatorio en el 2005, producto de una disposición contenida en la Ley de Protección al Trabajador (LPT). En esta figura, el Estado se comprometió a complementar el aporte del trabajador independiente, dada la ausencia de un patrono. Esta lógica se extendió luego a los asegurados voluntarios, personas que no ejercen una actividad laboral como tal, pero desean inscribirse en los seguros sociales administrados por la CCSS.

Si bien es cierto que parte de la deuda del Estado se explica por el incumplimiento en el pago total de estas obligaciones por concepto de contribuciones sociales, han sido las coberturas de poblaciones altamente vulnerables y sin capacidad contributiva, cuyo financiamiento recae en el Estado, los rubros que acumulan los montos adeudados más significativos. En este sentido, destacan las obligaciones asociadas a la protección de las personas y familias en condición de pobreza básica o pobreza extrema, a través del programa Asegurados por Cuenta del Estado; los menores de edad cubiertos por el Código de Niñez y Adolescencia; y múltiples grupos incluidos en diversas leyes especiales, cuya situación de riesgo social, imponen un aseguramiento con cargo al Estado.

Así mismo, con el traslado a la CCSS -a mediados de la década de los años noventa- de los programas y servicios que otorgaba el Ministerio de Salud, nació una nueva obligación, constituida por el financiamiento del Primer Nivel de Atención por parte del Estado, situación ratificada en 2019 en una sentencia judicial en firme que se encuentra en fase de ejecución, y podría implicar un monto adicional de la deuda actual por casi 6 billones de colones.

De forma adicional, la deuda del Estado con la CCSS incluye otros rubros menores, tales como, montos no pagados por concepto de la Ley de Paternidad Responsable, Ley de Control del Tabaco, Fecundación In Vitro (FIV) y un contrato con la OPS para la aprobación de los Indicadores de Desembolso del Préstamo con el Banco Mundial, suscrito en abril de 2016.

En todos estos casos, la continuada “morosidad” del Estado afecta los distintos servicios que la Caja debe suministrar a la población y cuya responsabilidad está plasmada en el párrafo tercero del Artículo 177 de la Constitución Política.

Fuente: CCSS, Gerencia Financiera

¿Cómo afecta esta deuda a los asegurados y al personal médico y administrativo?

La afectación a los pacientes es evidente:

Respuesta insuficiente en el Primer Nivel de Atención: Existe una brecha de más de 350 EBAIS en todo el territorio nacional, que no se ha podido cerrar por el incumplimiento del Estado de sus obligaciones, limitando la oferta de citas médicas en estos centros, y generando largas filas en los servicios de emergencia de las clínicas y hospitales de la CCSS.

Listas de espera prolongadas e interminables: La deuda redunda en largas demoras para recibir atención médica oportuna. Los pacientes esperan más tiempo para consultas, cirugías o tratamientos, lo que afecta su salud y calidad de vida y, en ocasiones, su vida misma.

Acceso limitado a servicios: La falta de recursos limita la disponibilidad de ciertos servicios médicos, como pruebas diagnósticas o medicamentos, especialmente si estos últimos son de alto costo.

Calidad de atención comprometida: La infraestructura deficiente y la falta de insumos afectan la calidad de la atención brindada.

Aumento de los gastos privados en salud. Cuando la Caja no da soluciones a tiempo, a los asegurados no les queda más remedio que cubrir con sus propios recursos el pago por medicamentos, tratamientos y cirugías.

Pero también afecta al personal médico y administrativo:

Sobrecarga laboral: El personal médico enfrenta una mayor carga de trabajo debido a la alta demanda y la escasez de recursos. Esto impacta en su salud física y emocional y repercute en el trato a los asegurados.

Salarios y condiciones laborales: La deuda dificulta el pago de salarios y beneficios “competitivos” al personal especializado y los hace migrar al sector privado.

Recursos limitados: La falta de inversión en infraestructura y equipos afecta la capacidad del personal para brindar una atención óptima.

¿Es esta deuda factible de pagar en el corto plazo por parte del Estado costarricense?

La factibilidad de pagar esta deuda es un tema complejo y multifacético. Algunos factores por considerar son:

La capacidad económica: El Estado debe evaluar su capacidad para generar ingresos y asignar recursos sin estrujar demasiado al sector privado.

Las prioridades presupuestarias: La deuda compite con otras necesidades, como educación, seguridad, infraestructura y servicios sociales. El Estado debe equilibrar estas prioridades al asignar sus recursos.

La voluntad de pago. El actual gobierno, embarcado en una cruzada fiscalista, ha mostrado particular reticencia a reconocer la deuda y a hacer las amortizaciones correspondientes.

En definitiva, la posibilidad de pagar la deuda estatal con la Caja es inviable en el corto plazo, ya que representa cerca de un 7% del Producto Interno Bruto, una cifra cercana a la totalidad de los impuestos que el Estado recauda en un año. Pero por esta misma razón no se debe seguir postergando una salida negociada de mediano y largo plazos.

¿Qué estrategias se han considerado para abordar la deuda del Estado con la CCSS?

En los últimos años se han considerado diversas estrategias para abordar la deuda con la Caja, las más importantes han sido:

  1. Que el Estado realice aportes excepcionales periódicos a la deuda, que han sido muy limitados.
  2. Negociaciones bilaterales Caja – Ministerio de Hacienda para establecer un plan de pagos a mediano y largo plazo, pero sin resultados tangibles hasta ahora.
  • También se ha propuesto que un porcentaje de los préstamos para inversión que contrae el Gobierno (deuda externa) se dedique a amortizar parte de la deuda con la CCSS, pero esta opción ha contado con la férrea oposición del actual ministro de Hacienda.

¿Qué opciones de pago graduales por parte del Estado pueden considerarse?

El Estado costarricense puede y debe considerar varias opciones de pago gradual pero constante para abordar la deuda con la Caja, entre otras:

Convenios de pago: Establecer acuerdos formales con la CCSS para pagar la deuda en cuotas preestablecidas a lo largo del tiempo. Esto permite una distribución más manejable de los pagos.

Reestructuración de la deuda: Negociar plazos más largos o tasas de interés de morosidad más bajas para facilitar el pago gradual.

Asignación presupuestaria específica: Destinar una parte del presupuesto estatal anual directamente al pago de la deuda con la CCSS.

Fondos específicos: Crear un fondo específico para la deuda con aportes regulares del Estado.

Cualquiera que sea la opción o el abanico de opciones, la primera medida debería ser detener de manera inmediata el crecimiento de la deuda (más allá de los intereses acumulados), de manera que el Estado empiece a cumplir con sus obligaciones legales y constitucionales con la Caja.

Como vemos, el problema pasa por una necesaria e ineludible negociación y un dialogo transparente que, increíblemente, no se ha podido llevar a cabo. En estas condiciones la presión de la ciudadanía se vuelve insustituible.

P.D. Agradezco los valiosos comentarios a un primer borrador de este artículo por parte de un funcionario anónimo de la CCSS.

2014 y aquel increíble primero de mayo

Henry Mora Jiménez

Ese trepidante día mis asesores más cercanos y yo llegamos muy temprano al recinto legislativo. Había una poderosa razón: aún no contábamos con los votos necesarios para obtener la presidencia del Congreso.

Las negociaciones con el Frente Amplio resultaron rápidas y transparentes, gracias a un acuerdo sobre proyectos de ley que nos comprometíamos a impulsar. Algunos de ellos, como la reforma al código procesal laboral, que contó con el apoyo decidido de otras fracciones, se hicieron realidad. Otros, como Territorios Costeros Comunitarios fueron veladamente saboteados al inicio y abiertamente después.

También habíamos superado una agria y penosa disputa con un compañero y una compañera de la fracción, que objetaron mi “atrevimiento” (que no fue mío) a postularme para la presidencia legislativa. Decidieron mantener sus diferencias en privado, aunque un año después sí las harían públicas.

Las negociaciones con el PUSC se mantenían en vilo y no fue posible concluirlas hasta minutos antes de la votación, a cambio de ceder las dos secretarías del Directorio. Aunque sería más correcto decir que la votación no se realizó hasta que se amarraron los votos. Con don Luis Vázquez y don Jorge Rodríguez mantuve una linda y leal amistad durante nuestro paso por el Directorio, a pesar de que a menudo discrepábamos en el debate parlamentario.

Fue un año de intenso y acelerado aprendizaje, con yerros y aciertos, virtudes y defectos, penas y alegrías. Y no podía ser diferente estando en el centro de un torbellino llamado “política parlamentaria”. Doce meses después me convencí de lo obvio: la política partidaria “no era lo mío”, regresando a mi papel de “intelectual orgánico” en octubre de 2017, aunque ahora con mayores reservas. Y es que ese paso por la política me enseñó, entre otras lecciones, a valorar con mayor humildad la presunta “sabiduría académica”.

Me sirvo de la ocasión para volver a agradecer profundamente a quienes me acompañaron de cerca en esa imborrable aventura entre mayo de 2014 y abril de 2015. A Oscar, Gabriela, Lorena, Leonardo, Jorge, Rolando, Miguel, Cyd y Margoth. Sin sus consejos y apoyos no habría sobrevivido.

Introducción al Pensamiento Crítico de Franz Hinkelammert

Henry Mora Jiménez

La semana del 26 de febrero al 1 de marzo tuve la dicha de estar en La Habana, Cuba, para participar en dos importantes eventos: i) el XV Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios y, ii) la presentación del libro póstumo de Franz Hinkelammert Razones que matan y la respuesta del sujeto. Introducción al Pensamiento Crítico Emancipatorio (para descargar), obra en la que colaboré con el maestro Hinkelammert.

El libro ha sido publicado por la editorial CAMINOS, con el apoyo de la Rosa Luxemburg Stiftung.

Tratándose de una de las últimas obras de Hinkelammert, que bien puede verse como una introducción a su pensamiento crítico, quiero compartir públicamente la versión digital del libro con todas las personas que han conocido la prolija y profunda obra de Franz y con quienes desean introducirse en su pensamiento.

Agradezco a SURCOS por facilitar su distribución.

Fraternalmente

Henry Mora Jiménez

In Memoriam Franz J. Hinkelammert (12 de enero de 1931 – 16 de julio de 2023) (Semblanza de su legado intelectual)

Henry Mora Jiménez

Tuve la dicha de conversar con Franz Hinkelammert apenas dos semanas antes de su partida física, aunque fuese por vía telefónica. Los dos quedamos sumamente contentos. Yo, por notar en él una notable mejoría luego de varias semanas postrado en su cama; y él, por enterarse de la pronta reimpresión de su último libro en la Universidad Nacional, por la publicación de otro libro suyo en Cuba y, más aún, por el seminario sobre su obra que desde México se planifica para realizarse el próximo noviembre.

Fue como en los viejos tiempos, cuando a menudo conversábamos sobre el avance de las obras en que trabajamos juntos o de aquellas suyas que yo con entusiasmo le revisaba (aunque solo fuese para seguir aprendiendo); conversaciones siempre enriquecidas con sus agudos comentarios sobre el acontecer mundial que tanto le preocupaba. En los últimos meses, de hecho le atormentaba el triste papel de lacayo que han venido jugando los gobernantes de su patria, Alemania, en la OTAN. Y es que su lucidez, su brillo y su ternura le acompañaron hasta el último momento.

Franz nos deja un colosal legado al pensamiento crítico emancipatorio y al humanismo de la praxis, y nos deja también un recuerdo imborrable de una vida plena dedicada a enseñarnos que todavía es posible evitar el suicidio colectivo de la humanidad, siempre que nos guiemos por una racionalidad de la vida, de la convivencia y de la solidaridad, especialmente con quienes más sufren, los oprimidos y explotados del mundo (naturaleza incluida, como solía decir).

Conocí en persona a Franz Hinkelammert en 1988, cuando nos impartió el módulo de un curso en la maestría de economía en la Universidad Nacional, Costa Rica. El tema de sus clases: el sistema de coordinación del trabajo social, planificación y mercado. Para entonces, yo conocía sólo una pequeña porción de su obra intelectual, pero quedé gratamente sorprendido por la potencia de su pensamiento y de su personalidad. Años después lo busqué para que me dirigiera la tesis doctoral, un periodo en que le conocí sobre todo como ser humano, cuando lo visitaba a menudo en su oficina en el DEI. Su impacto en mi fue aun mayor, al descubrir tanta sabiduría y humildad, tanta fortaleza y bondad, tanta altura intelectual y generosidad, en una misma persona, combinación poco común en pensadores de renombre mundial. En una ocasión una amiga colombiana me dijo: “que suerte la de ustedes los ticos, que tienen a Franz tan cerca”. ¡Cuánta verdad!

Luego, a finales de 1999 le realicé una entrevista en la que pasamos revista de su obra hasta entonces más conocida, y así nació una gran amistad y un proyecto de colaboración que duraría veintitrés años. Para poder realizar aquella entrevista tuve que estudiar varios de sus libros, especialmente, Dialéctica del Desarrollo Desigual (1970), Crítica de la Razón Utópica (DEI, 1988) y El Mapa del Emperador (DEI, 1996). Y fue en ese momento cuando decidí que era urgente poner en un solo texto los aportes de Hinkelammert a la crítica de la economía política. Fue así como en 2001 publicamos Mercado, División Social del Trabajo y Reproducción de la Vida Humana (DEI, 2001) y posteriormente, en 2005, la primera edición de Hacia una economía para la vida, ambos publicados por el DEI.

Franz nunca se preocupó demasiado por difundir ampliamente sus obras, y la mayoría de ellas han sido publicadas por editoriales locales. A pesar de eso, su pensamiento es muy conocido en los medios de la intelectualidad crítica en América Latina y en sus círculos de colaboración en Alemania y Suiza. Pero seguramente, su obra será mucho más conocida a partir de ahora, como tantas veces sucede con autores de su estatura intelectual.

A riesgo enteramente personal, quiero dividir la trayectoria del pensamiento de Franz Hinkelammert en cuatro períodos (según mi apreciación y desde un punto de vista cronológico):

i) Sus diez años de estadía en Santiago de Chile (1963-1973), durante los cuales, según sus propias palabras, termina su período de formación académica. Esta fase incluye dos de sus obras principales en Chile: Dialéctica del desarrollo desigual e Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia. Durante esta época se concentró en la economía política y en la sociología económica.

ii) El camino hacia la madurez de su pensamiento (1977-1984), época en la que funda en Costa Rica el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) junto a Hugo Assmann (1933-2008) y Pablo Richard (1939-2021). Su madurez intelectual la alcanza Hinkelammert con Crítica a la razón utópica, una de sus obras más conocidas. Casi tres años de este período los vivió en Honduras, como codirector del postgrado centroamericano en economía y planificación del desarrollo de la UNAH.

iii) Luego tenemos sus años de intenso trabajo en la línea economía-teología (1985-2006), siempre desde el DEI y con obras como Democracia y Totalitarismo (DEI, 1987), Sacrificios Humanos y Sociedad Occidental (DEI, 1993), Cultura de la Esperanza y sociedad sin exclusión (DEI, 1995), El grito del sujeto (DEI, 1998) y, El asalto al poder mundial y la violencia sagrada del imperio (DEI, 2003). En esta etapa Hinkelammert constituye su ética del sujeto (“yo soy si tu eres”, “yo vivo si tu vives”) y se convierte en un digno exponente de la teología latinoamericana de la liberación.

iv) Finalmente, su último período (2007-2023), en el que retoma y profundiza sus “críticas” a la razón mítica y al totalitarismo del mercado, al tiempo que afina su proyecto del humanismo de la praxis (“el ser humano como ser supremo para el ser humano”), que según Hinkelammert, se inicia con Marx y su imperativo categórico de “echar por tierra todas las relaciones en que el hombre sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable”. El humanismo de la praxis que propone Hinkelammert es su revisión y actualización del materialismo histórico de Marx y Engels, una vez hecha, entre otras, la crítica de la religión. De este período debemos mencionar La maldición que pesa sobre la ley. Raíces del pensamiento crítico en Pablo de Tarso (Arlekin, 2010), una contribución decisiva al estudio de las raíces del pensamiento crítico y su inversión con el marco categorial de Agustino. Y es en esta obra donde, como último capítulo, Hinkelammert nos presenta su “programa de investigación”, centrado en el análisis de la crisis actual, los mitos del poder y, la crítica de la economía política y de su antropología (el valor de uso, la reflexión trascendental, la legalidad del mercado y, la irracionalidad de lo racionalizado).

Quienes deseen introducirse en el pensamiento de Hinkelammert pueden consultar estas dos obras: Teología Profana y Pensamiento Crítico. Conversaciones con Franz Hinkelammert (CLACSO/CICCUS, 2012), una larga pero muy pedagógica entrevista realizada por Estela Fernández y Gustavo Selnik; y Razones que matan y la respuesta del sujeto. Introducción al pensamiento crítico emancipatorio (Hinkelammert y Mora, 2021 y próxima a publicarse en Cuba). Ambas disponibles, junto a toda la obra publicada de Hinkelammert, en la colección digital de sus obras gestionada desde la UCA, San Salvador.

A continuación hago un repaso (necesariamente incompleto) de los aportes más importantes de Franz Hinkelammert al pensamiento crítico a través de sus obras más reconocidas. Dejo de lado sus trabajos más “económicos”, recogidos básicamente en Hacia una economía para la vida, un libro con seis ediciones en varios países de América Latina.

Durante mis años de docente en temas del “desarrollo” en la Universidad Nacional, estudiábamos en profundidad Dialéctica del Desarrollo Desigual (Amorrortu 1970, EDUCA 1984), una obra que, considero, los teóricos latinoamericanos de la dependencia no supieron aquilatar. En ella, Hinkelammert propone una teoría del desarrollo capitalista desigual, que se fundamenta en una teoría del desequilibrio en el espacio económico y estable claramente las condiciones históricas y teóricas para el surgimiento del subdesarrollo capitalista, que Hinkelammert no confundió con la condición de dependencia ni con la situación periférica. Además, pasa en ella revista a los principales problemas de la “acumulación socialista”, mucho antes de que la crisis del socialismo real se hiciera evidente y con sugestivas y siempre respetuosas sugerencias, especialmente para el socialismo cubano.

Ese mismo año Hinkelammert publica un libro a mi juicio incomprendido hasta hace muy poco: Ideologías del Desarrollo y Dialéctica de la Historia (Universidad Católica de Chile, 1970). Considero esta obra el “laboratorio teórico” de Hinkelammert, ya que en ella nos presenta, muchas veces aun en fase de gestación, el núcleo de su pensamiento inicial: su crítica a la ideología liberal de los siglos XVIII y XIX, su crítica recuperadora de Marx, lo mismo que sus críticas originales al neoliberalismo, al neocapitalismo y al desarrollismo socialista. Pero la mayor parte de esta obra se dedica a lo que Hinkelammert denomina la dialéctica de la historia y su necesaria conclusión en una dialéctica trascendental; temas a los que regresará a lo largo de su vida.

¿Y quién no tiene presente Las Armas Ideológicas de la Muerte (DEI, 1977, 1981)? un largo y exquisito ensayo que bien podemos entender como una crítica teológica del capitalismo. De este texto es muy conocido su capítulo primero (Fetiches que matan), un aporte extraordinario de Hinkelammert a la teoría del fetichismo de Marx, en el cual retoma y amplía trabajos previos publicados en Chile a inicios de los años 70. También encontramos aquí una exposición crítica de la doctrina social de la iglesia, sobre todo en su versión más conservadora y hostil a la teología de la liberación.

Con Crítica a la razón utópica (DEI 1981, desclée, 2002), Hinkelammert llega a su madurez intelectual. En ella critica los marcos categoriales del pensamiento social contemporáneo (el neoliberalismo, el anarquismo, el pensamiento conservador y el pensamiento soviético), bajo un mismo hilo conductor: la crítica de la ingenuidad utópica en las ciencias sociales. Este libro también nos dejó un aleccionador ajuste de cuentas con K. Popper y una larga y profunda reflexión sobre el espacio para las alternativas al capitalismo y el papel del sujeto humano en los procesos de liberación. Conviene leer y releer estos aportes, aún vigentes en lo fundamental.

El Mapa del Emperador (DEI, 1996) es para mi uno de los ensayos científicos más brillantes de Hinkelammert. Seguramente su parte más leída ha sido el capítulo primero, en el que da una forma definitiva a su tesis de “la irracionalidad de lo racionalizado”, el núcleo de su crítica del capitalismo y de la modernidad. Pero no menos valioso es su último capítulo sobre determinismo y autoconstitución del sujeto, en el que amplia y enriquece la ley del valor de Marx, justo en aquello que en ésta poco se enfatiza: una ley que se impone “a espaldas de los productores” y que constituye un orden por el desorden (el orden del mercado), una constante en su reflexión desde 1970 pero que en esta obra adquiere un nivel inusitado de profundidad y claridad. Por cierto, Hinkelammert nos enseñó también a leer El capital de Marx de una forma rigurosa pero no dogmática. Sus teorías del valor, de la plusvalía y de las clases sociales, entre otras, adquieren un significado mucho más profundo y fructífero en la interpretación de Hinkelammert.

En 2003, la editorial de la Universidad Nacional (Costa Rica), publica El sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido. Con esta colección de ensayos Hinkelammert gana en Costa Rica el Premio de Cultura Aquileo J. Echeverría y en Venezuela el Premio Libertador Simón Bolívar, e incluye textos sobre Adam Smith, Nietzsche y David Hume, así como otros propios de la coyuntura mundial de la época.

De 2007 es su obra Hacia una crítica de la razón mítica. El laberinto de la modernidad (DEI, 2007). Y es que una crítica de la razón mítica es la conclusión necesaria de sus críticas anteriores: su crítica de las ideologías, su crítica de la religión y su crítica (discernimiento) de las utopías. Ninguna de estas críticas es una pretendida destrucción de lo criticado, sino una crítica dialéctica, que critica las incoherencias y los fetiches, recuperando al mismo tiempo lo que haya de valioso en el pensamiento criticado. Hinkelammert nos enseñó a practicar esto con todos los grandes autores que estudió, desde F. Hayek hasta M. Weber y, por supuesto, Marx. Esta obra tiene un capítulo sorprendente (Prometeo. El discernimiento de los dioses) que hizo a Hinkelammert entrar en una agria disputa teórica y teológica con algunos de sus colegas en el DEI; que finalmente abandona para fundar y dirigir el Grupo de Pensamiento Crítico (GPC) que ha trabajado desde Costa Rica pero con alcance en toda América Latina y el Caribe.

En la última década de su vida Hinkelammert trabajó especialmente en dos preocupaciones centrales: la crítica del mercado total y la recuperación del humanismo de la praxis, que funda Marx. De esta época es su libro Totalitarismo del Mercado (Akal, 2017), prologado por el recordado amigo Juan José Bautista (1959- 2021), que reúne algunos de sus principales aportes sobre el tema.

Buscando una Espiritualidad de La Acción: El Humanismo de la Praxis (Arlekin, 2020), es una obra colegiada del GPC editada por Hinkelammert. Su hilo conductor: la necesidad de una espiritualidad de la acción en la línea del humanismo de la praxis. Como mencionamos anteriormente, se trata de una línea de investigación siempre presente pero a la que Hinkelammert le dedicó un especial énfasis en la última década. El cambio en “las estructuras”, nos decía, es necesariamente insuficiente si no es acompañado por un cambio en el ethos y en la espiritualidad de la cultura occidental.

También en 2020 se publica la primera edición de Cuando Dios se hace hombre el ser humano hace la modernidad. Crítica de la razón mítica en la sociedad occidental (Arlekin, 2020), con una segunda edición, ampliada y revisada en 2022 (UNA, 2022). Esta, su última obra (y él lo sabía) es, dicho en sus propias palabras, su testamento intelectual. Por su título pareciera un libro sobre teología (teología profana en todo caso), pero su subtítulo es mas revelador, y es que en ella Hinkelammert concluye el largo camino (iniciado en 1970) de sus críticas, al estilo de las críticas de Kant al utopismo ingenuo, asentando su exposición en dos términos centrales: los conceptos trascendentales y su crítica de la ilusión trascendental. Pero también retorna a Pablo de Tarso y a su primera declaración de derechos humanos, tema que también fue una constante a lo largo de toda su vida. Hinkelammert llegó a considerar a san Pablo como el primer intelectual crítico de la historia.

Franz Hinkelammert no fue un “tratadista”, nunca buscó escribir la última palabra sobre tema alguno. Al contrario, siempre deja la puerta abierta para el desarrollo y la crítica de sus ideas. A quienes nos consideramos sus discípulos, cientos de hombres y mujeres esparcidos sobre todo en América Latina y el Caribe, nos corresponde el honor y el compromiso de que su potente mensaje de vida, hermandad y solidaridad perdure por siempre.

Entrevista de Henry Mora a Franz Hinkelammert

SURCOS comparte la entrevista que realizó en abril del 2019 el académico de la UNA, Henry Mora al economista y teólogo, Franz Hinkelammert, quien falleció este 16 de julio de 2023.

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.