Skip to main content

Etiqueta: impacto en la vida

Los impactos del mecanicismo tecnocrático

Juan Huaylupo Alcázar

El científico inglés Isaac Newton (1643-1727) es una de las personas que conserva una gran influencia en el presente, fue quien estableció las bases de la dinámica y mecánica clásica que iluminaron las creaciones técnicas, desde el siglo XVIII hasta el presente, a pesar del cuestionamiento a través de los siglos transcurridos, entre los cuales se señalan, el reconocimiento a la dinámica peculiar de los fenómenos y no el mecanicismo, la multicausalidad y no la unicidad causal, la relatividad cognoscitiva y no su dogmatización, o la particularidad inédita y no su estandarización, lo cual son consideraciones reconocidas, no obstante, el mecanicismo y la estandarización es lo característico de las técnicas.

El homo faber o como afirmaba Benjamin Franklin (1706-1790), “… el hombre es el animal que hace herramientas”, son expresiones sobre la capacidad e imaginación humana para crear los medios para su supervivencia en sus espacios de vida. Las exploraciones arqueológicas del pasado Neandertal y Homo Sapiens descubren incesantemente los vestigios instrumentales que posibilitaban la satisfacción de sus necesidades en los distintos ambientes, recursos existentes y peculiaridades en sus espacios de subsistencia colectiva. No obstante, la funcionalidad de la técnica del pasado ha cambiado drásticamente, el mundo capitalista nació, creció y se ha expandido con la técnica, desde la primera revolución técnica, en la segunda mitad del siglo XVIII, hasta la actual cuarta revolución.

En el presente las técnicas han dejado de ser creaciones para atender requerimientos específicos e inéditos de las personas y sociedades, por el contrario, los productores masivos de instrumentos las han creado para indistintas necesidades y trabajos y de este modo ampliar la demanda mercantil, supeditando de este modo, los trabajos y requerimientos a las técnicas, mientras que los usuarios deben de adaptarse a las características, diseños, usos y resultados de las aplicaciones.

Este proceso productivo y mercantil, a la vez despoja a las poblaciones la facultad de crear sus técnicas para atender sus peculiares necesidades. La producción de las técnicas dejo de ser una relación social para ser una decisión y acción de consorcios privados, sin consideración alguna sobre impacto en el ambiente, la naturaleza la salud y la vida. Asimismo, integró y subordinó a las poblaciones en los engranajes de la máquina global capitalista.

La mecanización y la estandarización de las técnicas también uniformizan a quienes emplean esas mercancías, como a los trabajadores que las producen. Mecanización que fue impuesta por los dueños de los talleres en la crisis del feudalismo. El trabajo humano se estandarizaba, liberando a los propietarios de los conocimientos, instrumentos y salarios de los artesanos, a la vez elevaba la productividad del trabajo y optimizaba rendimientos. En la actualidad dichos procesos se han intensificado y masificado en todo tipo de trabajo mecánico en proporciones extraordinarias, incluso en los quehaceres más emblemáticos, no mecánicos, como en la labor de la institucionalidad y organicidad social y en el quehacer científico e investigativo, ámbitos que no son mecánicos ni estandarizados, no obstante, la especulación y la ignorancia están logrando convertirlos en mecánicos.

La expansión e intensificación de las técnicas, que es también de la instauración ideológica del mecanicismo, recrea relaciones de dominación que se incrementan sin resistencias mercantiles, fronterizas ni estatales. De este modo, las técnicas arraigadas en la conciencia social, como prejuicio popular, son representaciones simbólicas del capitalismo. La fetichización de lo mecánico, niega y relega las relaciones sociales, las especificidades del trabajo y sus contextos.

La actual cuarta transformación técnica del mundo, denominada industria 4.0, que emplea extensamente la técnica digital en una época que magnifica la supeditación a los instrumentos en economía, identificación, comunicación, medicina, armamentismo y en la mal llamada inteligencia artificial, también es aplicada en la investigación y la ciencia, así como en las inconmensurables técnicas blandas (leyes, reglamentos, resoluciones, disposiciones administrativas, religiones, modas, entre otras), que han estandarizado la organicidad, administración y legalidad en el funcionamiento de las sociedades y del sistema imperante. Las técnicas inundan, subordinan y sustituyen a la racionalidad y la libertad.

Esta revolución técnica, no libera a los millones de trabajadores convertidos en robots humanos, solo los desplazan y pauperizan con algoritmos con la perdida de sus fuentes de subsistencia, expulsión de migrantes, genocidios étnicos y culturales, como también redefinen los mercados y los espacios sociales del mundo, con inmunidad e impunidad internacional.

Solo el desprecio e ignorancia sobre la importancia de los trabajadores, por parte de los tecnócratas en el imperio sistémico, se atreven denominar inteligencia y ciencia, a las técnicas que suponen ser más inteligentes y capaces que el humano. Sin embargo, la inteligencia es imposible sin moral, cultura, historia, dignidad, conciencia y compromiso. Las cosas no tienen inteligencia, solo son invenciones plasmadas en objetos, programas, software o códigos predeterminados. La insensatez y estupidez son muestras del desconocimiento sobre la complejidad, la neuroplasticidad cerebral, la evolución, imaginación y creatividad humana, lo cual evidencia la violencia y prepotencia del poder contra el conocimiento, los subalternos, el progreso, la democracia y la libertad social.

Asimismo, en la labor investigativa y científica se están aplicando procesos rígidos y estandarizados, a través de las regulaciones administrativas, reglamentos y procedimientos inspirados por un método que suponen científico, el cual se replica desde el siglo XVII con Francis Bacon (1561-1626) y René Descartes (1596-1650), que desplaza la ciencia por la técnica y que aún incide en la regresión cognoscitiva contemporánea.

Ningún progreso ni desarrollo podrá ser considerado como real o viable, a partir de la producción de medios e instrumentos para la ignorancia, destrucción y muerte de las personas y pueblos, ni contra la degradación de la naturaleza planetaria, en aras de la riqueza privada, gobiernos o poderes autocráticos.

La privatización y capitalización técnica en la vida y la naturaleza planetaria son radicales sentencias contra todos. La actual disputa bélica por la construcción de un imperio absoluto nos aproxima hacia la quinta extinción masiva que ha conocido el planeta, esta vez, sería el ser humano su protagonista y víctima por obra de las aplicaciones técnicas.