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Etiqueta: imperialismo

China y la vigencia del marxismo en la nueva era: una reflexión a la luz de Lenin

Mauricio Ramírez

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

En su análisis del imperialismo como fase superior del capitalismo, Lenin afirmaba con contundencia: “si el capitalismo hubiese podido desarrollar la agricultura…y elevar el nivel de vida de las masas…sin duda no hablaríamos de un excedente de capital. Pero si el capitalismo hubiese hecho esas cosas no sería capitalismo”. Esto lo argumentaba a inicios del siglo pasado, cuando a pesar de los avances técnicos y demás, las necesidades y calamidades soportadas por grandes mayorías en las sociedades industriales generaban contradicciones inaceptables. Con ello, Lenin señalaba la contradicción estructural del capitalismo: su incapacidad sistémica para colocar el bienestar de las masas por encima de la lógica de acumulación del capital.

A la luz de esta afirmación, resulta insostenible el argumento, común en ciertos sectores occidentales, de que el modelo chino actual representa simplemente una forma de “capitalismo de Estado”. El desarrollo alcanzado por China en las últimas décadas, confirmado recientemente por el Informe sobre Desarrollo Humano 2023/2024 del PNUD, muestra un avance que no puede explicarse bajo las lógicas capitalistas tradicionales. Con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) que ha pasado de 0,499 en 1990 a 0,788 en 2022, y con más de 770 millones de personas sacadas de la pobreza, China es hoy el único país que ha escalado del grupo de desarrollo humano bajo al alto desde la creación de este indicador.

Este ascenso no responde a una expansión del capital para beneficio de una minoría, como el típico estilo neoliberal de occidente en el que directa o indirectamente convergieron los partidos políticos, tras el falaz “fin de la historia”. Por el contrario, ha estado impulsado por una estrategia de desarrollo centrada en el pueblo, dirigida por el Partido Comunista de China (PCCh). Las reformas estructurales, guiadas por el principio de “cruzar el río tocando las piedras”, propuesto por Deng Xiaoping, han permitido utilizar herramientas del mercado como medio y no como fin, siempre subordinadas al objetivo superior de mejorar la vida de las mayorías, o sea, del socialismo desde la perspectiva china.

Esto no es capitalismo, porque no responde a su lógica esencial. Como bien explicó Lenin, el capitalismo necesita mantener la pobreza (material y/o espiritual) de las masas como condición de su existencia. En cambio, en China, se han construido los sistemas de salud, educación y seguridad social más grandes del mundo, se ha expandido una clase media de más de 400 millones de personas, y se ha eliminado la pobreza absoluta. A diferencia del capitalismo salvaje, donde el excedente se reinvierte para generar más ganancias privadas y socializar las pérdidas, el excedente en China se ha dirigido a mejorar las condiciones de vida del pueblo y a promover el desarrollo de zonas históricamente marginadas. Estos son hechos irrefutables.

Además, este modelo no solo responde al marxismo-leninismo como doctrina política, sino que integra profundamente las tradiciones filosóficas chinas, como el confucianismo, el taoísmo y el legado civilizatorio de más de 5.000 años, que colocan el orden, la armonía social, el bienestar colectivo y el equilibrio con la naturaleza como objetivos fundamentales. Esta sinergia entre ideología y cultura dota al proyecto chino de una fuerza interna que le permite innovar sin desviarse de su rumbo socialista, algo realmente ejemplar tanto para las izquierdas como derechas occidentales.

El presidente Xi Jinping ha sido claro al afirmar que China no busca solo su propia revitalización, sino también el desarrollo común con otros pueblos del mundo, proponiendo la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Esta visión se aleja radicalmente del nacionalismo burgués o de la expansión capitalista, y se orienta hacia una lógica civilizatoria post-capitalista. Prueba de ello es su Iniciativa para la Civilización Global, una propuesta para promover una mejor comprensión y amistad entre pueblos.

Cuando se observan los logros en bienestar social, en reducción de desigualdades, en desarrollo tecnológico al servicio del pueblo y en liderazgo global solidario basado en el respeto mutuo y herramientas como la cooperación internacional, queda claro que el modelo chino de socialismo con peculiaridades propias no es una desviación del marxismo, sino una de sus expresiones más avanzadas, concretadas históricamente a través de una praxis política que ha sabido adaptar los principios fundamentales a las condiciones reales del país. Como lo anticipó Lenin, si el sistema mejora la vida de las masas de forma sostenida, entonces no es capitalismo.

Del monroísmo al trumpismo, ¿una nueva Doctrina del Imperialismo en el siglo XXI, The Donroe Doctrine?

Vladimir de la Cruz

Eran los días finales del colonialismo español en América, cuando en el Caribe el quinto presidente desde su Independencia, quien había participado en las luchas de la separación de las colonias británicas en el norte de América. Le tocó debatirse entre el esclavismo y el abolicionismo que se daba en el expansionismo hacia el oeste de las 13 colonias.

La esclavitud se había afincado en los estados sureños, con una economía basada en la producción de algodón. La expansión hacia del oeste se hacía de manera equilibrada, un estado en el sur, otro en el norte, para garantizar equilibrio en el Senado, señalando el paralelo 36°30′ N como la frontera de la esclavitud entre los estados en desarrollo.

La lucha anticolonial española y por su independencia facilitó que España no pudiera defender los territorios de la Florida, que había sido invadida por colonos ingleses, por lo que terminaron los españoles vendiendo la Florida por 5 millones de dólares.

El dilema para la naciente Federación Americana era el reconocimiento de las naciones independientes de Hispanoamérica, en el período 1817-1825, cuando el presidente James Monroe ejercía su mandato. España se debatía en la restauración absolutista. La Constitución de Cádiz de 1812, que había sido suspendida entre 1814 y 1820, de nuevo había sido establecida este año.

Para el presidente Monroe, España no estaba en condiciones, como efectivamente sucedió, de recuperar sus colonias, por lo que impulsó misiones diplomáticas hacia Chile, Argentina, entonces llamada La Plata, Perú, México y la Gran Colombia, de acercamiento político y económico.

En los días iniciales de la lucha independentista latinoamericana, el imperio inglés enfrentó a España, en 1806 y 1807, en el Virreinato del Río de la Plata, tratando de segregarlo de España. Inglaterra en esos años vivía un período de guerras con España, prolongado desde 1804 hasta 1809, aprovechado por Napoleón para su invasión en España desde 1808 hasta 1814, que enfrentó también a Inglaterra con Francia.

En este contexto geopolítico, Inglaterra consideraba los territorios de Hispanoamérica, desde una perspectiva estratégica y de gran importancia económica. La invasión inglesa en el Virreinato del Río de la Plata en 1806 permitió la ocupación de Buenos Aires y en 1807 la de Montevideo.

Inglaterra, desde esta perspectiva, a pesar de haber perdido sus 13 colonias, disputaba territorios con España, Portugal y Francia. Cuando no pudo dominar las regiones, las reconoció en época independiente, lo que llegó a preocupar a los Estados Unidos.

Inglaterra desde el siglo XVIII había visualizado a Sur América como un objetivo para desarrollar colonias, lo que facilitó en este mar de contradicciones que Francisco Miranda actuara ante Inglaterra buscando apoyo para la lucha emancipadora de las colonias españolas.

Las invasiones inglesas contribuyeron al desarrollo de la Revolución de Mayo, de 1810, en Argentina, replanteando la estrategia inglesa sobre la región. La división del imperio colonial español, Inglaterra quería aprovecharla en su beneficio económico, lo que fue obstaculizado por el embargo estadounidense a productos ingleses que impuso hacia 1812, que no pudiendo dominar los territorios facilitaron financiamiento para las luchas independentistas.

Frente a ese interés británico, que seguía existiendo, el presidente Monroe elaboró su estrategia para evitar que los europeos no pudieran invadir el continente ni desarrollar otras colonias. Así, lanzó su frase “América para los americanos” de manera ambigua, insinuando la defensa de los procesos de independencia que ya eran exitosos y los que todavía estaban en marcha de las colonias hispanoamericanas, al mismo tiempo que proyectaba la exclusividad de la presencia de los Estados Unidos, de manera dominante, en el continente americano.

Así surgió lo que se ha conocido como la Doctrina Monroe, que ha justificado la intervención directa de los Estados Unidos en diversos lugares del continente, desde que así fue lanzada esa frase en 1825.

América Latina aun así, desde el siglo XIX, ya independientes la mayoría de sus regiones y países, fue intervenida por ingleses, españoles, franceses, alemanes y por los dinamarqueses, que desde aquel siglo se apoderaron de Groenlandia.

Una respuesta inmediata a estas políticas imperialistas y neocolonialistas de inicios del siglo XIX, fue la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, orientado a tratar de lograr la unión de los nuevos estados independientes, en una gran Confederación. El Congreso fue convocado por Simón Bolívar el 7 de diciembre de 1824, cuando estaba en Lima, Perú.

En el Congreso de Panamá estuvieron presentes Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, representadas por la República Federal de Centroamérica, ya existente desde 1824, México y Perú. Las Provincias Unidas del Río de la Plata, Chile y el Imperio del Brasil, no mostraron interés en participar. Gran Bretaña y los Países Bajos participaron con un observador. Las Provincias Unidas del Río de la Plata y Bolivia no participaron por problemas internos y contradicciones políticas que enfrentaban. Tampoco Chile porque su gobierno no simpatizaba con Bolívar. Los Estados Unidos no se hizo presente por presión de los estados sureños esclavistas. Paraguay no fue invitado al Congreso por el aislacionismo que impulsaba su presidente Gaspar Rodríguez de Francia. Del Congreso de Panamá, en los años siguientes se desarrolló el panamericanismo.

Inglaterra aprovechó su presencia para fortalecer acuerdos comerciales.

La Doctrina Monroe facilitó de esa manera el expansionismo de los Estados Unidos, que amplió sus fronteras hacia el oeste y limitó la intervención europea en el continente.

La preocupación de los Estados Unidos, después del Congreso de Viena, 1814-1815, en Europa, era el resurgir de los imperios coloniales proyectados en Hispanoamérica, cuando las monarquías de Prusia, Austria y Rusia, que formaban la Santa Alianza simpatizaban con la idea de que España fortaleciera sus dominios en América donde estaba debilitada por los procesos de independencia. De igual modo, la Doctrina Monroe neutralizó las acciones políticas de la Santa Alianza y a la misma Inglaterra.

A la Doctrina Monroe, como gran correlato, como complemento, se desarrolló en los Estados Unidos la llamada Doctrina del Destino Manifiesto, que justificó su expansión por toda la parte norte del continente, considerando que los Estados Unidos era una “nación elegida”.

Así, en el contexto de la Doctrina del Destino Manifiesto se dio la guerra de Estados Unidos contra México para anexar, por la vía del robo, la ocupación y compra, los territorios de Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, Colorado, desde la década de 1840. Justo en la incorporación de los territorios de Texas y Oregón el entonces presidente James Polk revivió la Doctrina Monroe, como se validó esa doctrina en los avances filibusteros en Centroamérica en la década siguiente.

La esencia de la Doctrina Monroe también descansaba en mantener la idea de que ninguna potencia europea tuviera más influencia y dominio que la de Estados Unidos en la región, aspecto que el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, agita constantemente enfrentando especialmente la presencia de la República Popular China.

Se dio también la presencia de los filibusteros norteamericanos en Centroamérica, llegados a Nicaragua en 1855 y expulsados de Centroamérica en 1857, con intentos posteriores de regresar hasta que su líder William Walker fue fusilado en Honduras en 1860. En esta década Estados Unidos se proyectaba dominantemente sobre República Dominicana, pretendiendo el control de la Bahía de Samaná.

En el siglo XIX Estados Unidos con sus políticas de las Doctrina Monroe y del Destino Manifiesto no pudo impedir la presencia de potencias europeas de la época en el continente, Inglaterra en la Malvinas, en 1833, Francia en Argentina en 1839 y 1840, Inglaterra y Francia en el Río de la Plata, desde 1845 hasta 1850, España en República Dominicana desde 1861 hasta 1865, Francia en México desde 1862 hasta 1867, y la ocupación inglesa de la Mosquitia caribeña y de la región de la Guayana en Venezuela, en la zona de Esequiba, desde 1855.

En 1880 el Caribe y Centroamérica se consideraban parte de la región de influencia exclusiva y casi única de los Estados Unidos, como lo esbozó el presidente de los Estados Unidos, Rutherford Hayes, cuando dijo: “«Para evitar la injerencia de imperialismos extra continentales en América, los Estados Unidos deben ejercer el control exclusivo sobre cualquier canal interoceánico que se construyese», diseñando su proyección en el Canal de Panamá, cuando apreciaba la salida de los franceses de esa región. Roosevelt en 1904 igualmente afirmó que ante la amenaza de algún país europeo que pusiera en peligro los intereses de los Estados Unidos, estaban en la obligación de intervenir en ese país para “reordenarlo” restableciendo los derechos y el patrimonio de sus empresas. El presidente Trump no ha ido muy lejos en su lenguaje al referirse de cómo recuperar el canal de Panamá, incluso amenazando con una intervención militar, ni tampoco ha estado lejos cuando somete a los actuales presidentes centroamericanos a una alianza con su gobierno, señalándoles las ventajas de esa relación, como hizo el vicepresidente Vance con el presidente de Costa Rica, que lo llamó su aliado más seguro contra la presencia de la República Popular China.

A partir de Roosevelt, al inicio del siglo XX Estados Unidos impuso una nueva era de colonialismo y de intervencionismo político y militar directo de gran escala en todo el continente y donde tuviera necesidad.

Igual fue la guerra Hispanoamericana desde 1898, con la intención de apoderarse de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.

Parte de este proceso fue intervenir en la separación de Panamá de Colombia para impulsar la construcción del Canal de Panamá y apropiarse de ese país.

La Enmienda vigente hasta 1934, impuesta por los Estados Unidos a Cuba en 1901, como apéndice a su Constitución Política, la de Cuba, le dio facultades para una ocupación militar imponiéndole restricciones soberanas, dándole control sobre la política interna, la externa y la económica de la Isla. De allí surgió la imposición de la Base Naval militar de Guantánamo desde 1903.

A finales del siglo XIX se desarrolló la fase económica superior del capitalismo, el imperialismo, cuando el desarrollo de la revolución industrial condujo a una lucha por la apropiación y control de áreas de materias primas estratégicas, de regiones de mano de obra barata y de países donde colocar los productos de esa forma elaborados. Empresas de nuevo tipo se desarrollaron, carteles, monopolios, oligopolios, trusts. El núcleo fundamental de este desarrollo y la disputa por las áreas de materias primas fue el desenlace de la I Guerra Mundial.

De esta guerra salió fortalecido los Estados Unidos. También surgió la primera república socialista soviética, con la Revolución Rusa de 1917, marcando a partir de entonces el siglo XX como el siglo del enfrentamiento Capitalismo-Socialismo, situación que llegó hasta 1991, con la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que habían surgido como federación en 1922.

Con el desenlace de la II Guerra Mundial, a su término, se constituyó un Sistema Mundial Socialista en el cual una docena de países europeos se sumaron a la construcción política socialista, fortaleciendo más esa división internacional ya surgida y desarrollando nuevos niveles de contención contra el avance del socialismo y el comunismo. A ello se sumaba la lucha de la revolución China, la independencia de la India y el desarrollo de las luchas anticoloniales a nivel mundial, que caracterizaron las décadas siguientes a la II Guerra Mundial, de manera que en 1945 la constitución de las Naciones Unidas tuvo 52 países fundadores y hoy tiene 193 países, la inmensa mayoría surgidos de la lucha anticolonial.

El fracaso de la construcción francesa del Canal de Panamá fue aprovechado, en esas nuevas condiciones internacionales, lograda la Independencia de Panamá de Colombia, en 1903, de visualizar por parte de los Estados Unidos, de nuevo, la construcción del Canal en el istmo centroamericano. Hoy se plantea en boca del presidente Trump la necesidad de controlar al 100% la administración del Canal y de mantener nuevamente la zona de exclusividad territorial que tenían antes de 1999, como de ejercer el control administrativo de los cinco puertos que gravitan alrededor del Canal, para ejercer igualmente el control de las tasas de pago por el paso del Canal.

Ese territorio fue controlado por Colombia, desde que Panamá se independizó en 1821 de España, inmediatamente porque se agregó a la Gran Colombia, hasta que en 1903, Panamá se independizó de Colombia.

El interés por la construcción del Canal, en Panamá, lo tuvieron Francia y los Estados Unidos. Francia intentó construirlo en 1881, fracasando por una serie de problemas empresariales y por la ingeniería diseñada. Los Estados Unidos empezaron a participar en el proyecto de la construcción del Canal, en 1904, recién declarada la separación de Panamá de Colombia.

El 3 de noviembre de 1903 se dio la separación panameña de Colombia, con apoyo de los Estados Unidos y del presidente Theodore Roosevelt, que firmó el Tratado Hay-Bunau Varilla que facilitó la construcción del Canal que se inauguró el 15 de agosto de 1914.

Con este Tratado Estados Unidos le impuso a Panamá los derechos posesorios a perpetuidad del Canal con una zona de ocho kilómetros a ambos lados del canal, bajo su dominio, a cambio de un pago de 10 millones de dólares y de una renta anual de 250.000 dólares. Consecuencia de los cambios operados con la derrota del nazifascismo en la segunda II Guerra Mundial, Estados Unidos hizo de esa zona un emplazamiento de bases militares para un mejor control político de los países latinoamericanos, estableciendo allí el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, que tenía que velar por la planificación de contingencia, operaciones, y la cooperación de seguridad para América Central y del Sur, el Caribe

El Tratado Hay-Bunau Varilla fue firmado por el francés Phillippe Bunau y John M. Hay, ninguno de ellos panameño. Bunau lo hizo en nombre del gobierno naciente en 1903, de Panamá. John M. Hay era el Secretario de Estado de los Estados Unidos. A Bunau se le nombró luego Ministro Plenipotenciario de Panamá en Estados Unidos.

Con el inicio del siglo XX se desarrolló por parte de los Estados Unidos la Doctrina del Gran Garrote, The Big Stick, impulsada por el presidente Theodore Roosevelt, 1901-1909, quien dirigía el Departamento de la Armada, durante la guerra hispanoamericana, 1898-1902, que le dio control sobre Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.

La Doctrina del Gran Garrote fue dominante en la política exterior de los Estados Unidos hasta 1939. Esta doctrina se impuso en las relaciones internacionales de los Estados Unidos, especialmente en el Caribe.

El presidente Roosevelt hizo circunnavegar el mundo con la llamada Gran Flota Blanca para mostrar el poderío de la nación norteamericana, y ponerla a jugar un papel en la finalización de la guerra ruso japonesa, que le valió el Premio Nobel de la Paz.

La Doctrina del Gran Garrote se caracterizó por justificar que los Estados Unidos podían intervenir en cualquier parte del mundo para defender sus intereses, lo que le justificaba incluso intervenir en asuntos internos de los países.

La Doctrina de Gran Garrote se proyectó principalmente en los países latinoamericanos y especialmente del Caribe. El Gran Garrote era por el fortalecimiento naval que tenía. Todavía la aviación militar ni comercial se había desarrollado. A ello acompañaba el papel del control que tenía o que podía influir de los medios de comunicación, de los periódicos, de la opinión pública, que cobraban auge.

En el Caribe y en Centroamérica la política del Gran Garrote se complementó con el desarrollo de las grandes inversiones monopólicas, especialmente en el campo de la agricultura como fue el de las plantaciones bananeras, que con la constitución de la United Fruit Company, en 1899, por el peso e influencia que tuvo en la vida política interna de las naciones centroamericanas, les dio apellido, paternidad y maternidad, las Bananas Republics o Repúblicas Bananeras, donde esta empresa ponía y quitaba presidentes, ponía y quitaba dictadores y militares gobernantes, controlaba Congresos legislativos y Cortes Supremas de Justicia.

La presencia de estas empresas y de la política del Gran Garrote dio origen a los movimientos antiimperialistas en todo el continente americano, con mucha fuerza en las primeras décadas del siglo XX,

En su diplomacia del Gran Garrote, el presidente Roosevelt además de sus fortalezas militares, le daba importancia a las relaciones diplomáticas y al cuidado con sus interlocutores de manera que en su relación no parecieran derrotados, debilitados o sometidos ante él.

La nueva política de dominación de Trump no se distancia en nada de sus antecesores, en la conceptualización de dominación mundial que quiere ejercer. La doctrina Monroe fue un diseño de una visión global de dominación.

La Doctrina de Gran Garrote se hizo sentir en el Caribe desde diciembre de 1902 cuando Alemania, Inglaterra e Italia bloquearon el puerto de Maracaibo, en Venezuela, en que Estados Unidos les impuso un arbitraje ante el Tribunal de la Haya.

La derrota de España en 1898 por parte de los Estados Unidos rearticuló alianzas, en ese momento, de algunos países latinoamericanos con europeos.

Frente al intervencionismo norteamericano no hay posibilidad real de detenerlo si se quiere imponer por la fuerza en el continente americano. La alianza de Estados Unidos con Inglaterra, en 1982, con motivo de la ocupación inglesa de las Malvinas, puso en evidencia que el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, de las naciones latinoamericanas, en la Organización de Estados Americanos, OEA, que no pudo invocarse a favor de Argentina, es letra muerte para la defensa de los intereses de los países de la OEA, si se ponen en juego los intereses imperiales.

La nueva política global de Donald Trump, de un nuevo Garrote, que marca gravemente sus intereses en sus relaciones internacionales, específicamente en el campo económico, de los tratados de comercio y de sus relaciones militares es un hecho real. Las visitas de sus enviados de gobierno, a modo de procónsules, tanto a países latinoamericanos como europeos, es muy clara. Se está con él o contra él. Se hace el mundo o se rehace bajo su visión, siguiendo a Lincoln de que la mejor esperanza de La Tierra es con los Estados Unidos.

Las políticas intervencionistas y militaristas fueron el sello de las relaciones internacionales de los Estados Unidos en el siglo XX y durante el siglo XXI, donde han continuado y se diseña actualmente el andamiaje de las relaciones internacionales bajo la “Doctrina Donroe”, la del bicentenario de la Doctrina Monroe.

 

Artículo publicado en la revista internacional MEER. Compartido con SURCOS por el autor.

Trumpismo, neofascismo y el culto a la personalidad de los violentos

Por José Solano Saborío

¿Cómo se pasa de que “apoyé a Donald Trump porque quiero la paz mundial”, al infierno actual?

Sí, a solo unas semanas de su vuelta a la Casa Blanca ya estamos en una de las peores crisis que hemos tenido… él la creó, esto no le está pasando a él, no es un tipo que tropezó y cayó en una guerra, él las está provocando, y las mismas personas que votaron por la “Paz Mundial” y “Estados Unidos primero”, ahora están entusiasmados de ver cómo Estados Unidos deja que sus raíces e instintos imperialistas se expandan, porque, aparentemente nada justifica que “centrarse en los estadounidenses” sea expandir su negocio familiar en el extranjero. Así que ¿cómo justifican esto? ¿es disonancia cognitiva? ¿mentalidad de culto o chivos expiatorios fabricados?…

La paz mundial ahora es solo que su lado, “el bueno”, gane a cualquier costo o sacrificio de derechos humanos o incluso de vidas… para ellos, la violencia es orden y el orden es paz; por lo que, cuando Estados Unidos invade o amenaza a un país, no lo ven como destrucción y violencia, más bien, ven que las cosas “se ponen en su lugar”, hacen culto a la fuerza; piensan que la violencia es necesaria para la paz, y que la debilidad es caos.

La fuerza es la paz, así que cuando Trump arrase sus propias ciudades, no lo ven como una atrocidad, lo ven como “restaurar el orden”. Para los chivos expiatorios de Trump… él crea un desastre y para ellos “les cumple”.

El “hombre del saco” (el “bogeyman” le dicen los gringos) es el culpable… y se lo creen sin chistar.

Los aviones se estrellan y -claramente- fue porque el piloto leyó un folleto de diversidad sexual.

Una vez que la economía se hunda, como parece que sucederá inexorablemente, según predicen los economistas serios, será por ese barista de Starbucks que usó leche de avellana en el café…

Nada tiene que ver las guerras en el Báltico o el Medio Oriente, ahora estará enviando tropas a Gaza, no se irán pacíficamente.

Él rompe algo, culpa a alguien más… y se lo compran, cada vez más usa el adoctrinamiento religioso, esto no es solo política, “es una profecía bíblica cumpliéndose” para ellos. Realmente creen que “Israel tiene que expandirse para el fin de los tiempos” y es el destino manifiesto de Estados Unidos ser su brazo aliado. Algunos se asombran de su “visión de negocios”, claro, “echemos a los palestinos y hagamos un Mega Gaza Trump Resort”.

No, no ven a Trump como un político, lo ven como “un guerrero elegido”, cuando destruye, lo ven como “el plan de Dios”, por eso se sienten como si fueran otra especie y no están pensando en hechos, ni en la lógica, o en la corrupción… están pensando que un “Estado Profundo” que controla desde las sombras a EE. UU. y el mundo, está contra ellos, se sumergen en retórica de cruzadas religiosas… ¡eso es aterrador! porque significa que justificarán cualquier cosa, esto no es solo hipocresía, son delirios masivos y, lo peor, es que realmente piensan que son los héroes y los patriotas.

Ahora… pensando en las formas y el discurso, cambie el nombre de Trump a este artículo y use el del presidente de su país: Bukele, Ortega, Milei o…. ¡Chaves! ¿Calza?

La agenda subyacente tras la nueva embestida imperial en el continente

SURCOS le invita a leer este artículo publicado por Prensa Comunitaria, de Guatemala.

Por Mario Godínez

En nuestros análisis de coyuntura, al estilo conspirativo ochentero, iniciados de lo general a lo particular, de lo simple a lo complejo, de lo local a lo global y todas las combinaciones posibles, cuesta aguantarse la tragada de saliva y nudos que implica quedarse callado ante las barbaridades que la nueva versión del tecnofeudalismo nos muestra todos los días, por medio de su poderosa y efectiva arma mortal para idiotizar sociedades enteras: las redes sociales.

Incluso este humilde comentario virtual forma parte de los tetratrillones de megabytes que alimentan el flujo en las redes que enajenan nuestras morbosas mentes, sea X, Instagram, Facebook, TikTok, WhatsApp, Signal, y las que están por venir, luego de que descubramos que el multipolarismo también ubicará sus propias redes sociales, para no seguir en el circuito de Elon Musk.

Las invasiones fachas tienen mucho en común desde antaño. Su estrategia de manipulación, hasta nuestros días, ha cambiado el medio de comunicación y lo ha masificado. Por ejemplo, en 1954 los aviones denominados “sulfatos” provocaban la gran cagazón en los niños y las familias que los veían sobrevolar sobre sus casas, sobre todo, luego que en la radio se decía que iban a bombardear Guatemala y que los comunistas les iban a quitar sus pertenencias, que éramos una cabeza de playa, que si usted tenía una cuerda de tierra se la iban a quitar, etc., etc. En esa época, el cachurequismo ayudó a propagar semejantes mentiras, para hacer caer al gobierno que intentaba una reforma, incluso en el mismo estilo de modernización capitalista, que pregonaban los teóricos del mismísimo norte.

En las décadas de los años 60, 70 y 80 como estrategia manipuladora de masas, para caer en las trampas del conservadurismo, se divulgó que había que militarizar nuestros países para liberarnos del “enemigo interno” para mantener la “seguridad nacional”. También se transmitía información que sugería que aquellos compas de verde olivo eran unos terroristas que venían desde Rusia, Cuba, Angola y de otros lados, nuevamente para robarnos nuestras tierras y a implementar el totalitarismo.

La “seguridad nacional” fue una estrategia aprendida por los milicos guatemaltecos en escuelas militares de iuesei para cometer genocidio, someter y convertir a Guatemala y otros países de América Latina en verdaderos laboratorios de represión, tortura, desplazamiento y retar la conducta humana ante el dolor y el sufrimiento (algunos psicólogos conductistas habrán hecho muchos miles de dólares con apoyar esos enfoques, aplicándolos en nuestros territorios). Ahí se dieron las primeras migraciones masivas: ¿adivinen hacia dónde?

En los 90, predominó la estrategia de una supuesta “Estabilidad Nacional”, que en pocas palabras se trató de ahorcar hasta casi ahogarse al considerado “enemigo” y al que se salía del canasto, aplicarle de todas maneras la “seguridad nacional” y la “contrainsurgencia”. Eso sí, iniciamos la moda de las elecciones supuestamente libres, para fundar lo que hoy se llama “democracia electoral”. Pero no les gustó que la democracia pasara más allá de las buenas y bonitas palabras, cuando se trató de incorporar en la legislación “democrática” aspectos relacionados con la “propiedad social” de la tierra, o bien, apoyar un verdadero intento de “desarrollo” para los menos favorecidos. Ahí la cosa ya no les gustó y entonces ¡no servía! y, nuevamente, se usaron los fantasmas del “comunismo” y “anticomunismo” para frenar los cambios tan necesarios en muchos países latinoamericanos, como Guatemala.

A finales de la década de los 90, nos cantaron las mañanitas con una nueva estrategia, la supuesta maravilla del NEOLIBERALISMO, en su máxima expresión. Un enfoque falso para decir que querían nuestras riquezas nuevamente, solo que ahora habría que firmar TRATADOS DE LIBRE COMERCIO y otros instrumentos legales que nos terminarían de amarrar a la dependencia y subordinación con respecto a los yunaites.

Nada más contradictorio al liberalismo clásico que, firmar tratados de miles de páginas que fueron leídos por contadas personas en el continente, pero que se firmaron sin chistar por la mayoría de nuestros gobiernos. Cuando se pretendían firmar esos tratados, se ENCAJONARON Y ENCUADRARON MENSAJES de manipulación que provocaron miedo e intereses vendidos cuando nos dijeron que si no se firmaba el TLC (Tratado de Libre Comercio) no tendríamos exportaciones, que se vendrían abajo nuestros empleos, que Guatemala se beneficiaría porque tendríamos acceso al MERCADO MÁS GRANDE DEL MUNDO, etc.

Pero otra vez nos dieron paja. Otros espejitos a cambio de tratados que no nos favorecieron. Por esos años el mercado más grande del mundo no era por allí, ya era hacia la sociedad de los de ojitos rasgados, pero aquí nos dijeron que vendría mucha inversión luego de la tal firma. A los salvadoreños les dijeron que sus pususas se venderían como agua de mayo por allá, a los hondureños les dijeron que Palmerola era solo un chiste y que el TPS (Estatus de Protección Temporal) sería para siempre, a los nicaragüenses les dijeron que el premio sería derrocar a don Dany (Daniel Ortega), a los ticos les dijeron que si no firmaban esa vaina se irían las piñeras y los trabajadores rurales y alguna industria se quedaría sin fuentes de empleo y productividad, etc., etc.

Entre las cosas que planteamos para proteger a Guatemala frente a todo eso estuvo decirles a los gobiernos de turno que lo que era necesario era retomar de varias maneras y asegurar nuestras SOBERANÍAS, la política, la alimentaria y nutricional, la energética, la soberanía sobre los bienes naturales, etc. Y que para ello, había que desconectarse del gran hermano norteño. Sin embargo, en aquellos momentos se nos dijo que eso era una barbaridad, que eso era imposible, etc., etc.

A 20 años luz de aquella balacera y matacinga en la que impusieron su TLC con los yunaites, no sucedió lo del ingreso de inversiones, no se generaron suficientes miles de empleos nuevos. Promesas “mediáticas” que seguiremos esperando sentados. Curiosamente no se ha pronunciado la gremial empresarial guatemalteca ante la instalación de aranceles para los productos de nuestros vecinos del inmediato norte y de Colombia y, me imagino que pronto nos tocará similar aquí, me imagino que, se aceptarán los aranceles sin chistar, como se aceptaron las páginas entreguistas de aquel TLC.

¿Cuál es el encuadramiento de mensajes actual? La expulsión de miles de migrantes y la amenaza de gravar las remesas, la amenaza con aranceles a los productos que lleguen desde nuestros países, el control del narcotráfico.

Recuperar el canal de Panamá, porque lo tienen los chinos, uyyyyyyy, ¡los chinos ya llegaron y están ganando territorios estratégicos!!!!!

Combatir al “diabólico” Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha. Pedirnos una diplomacia del dólar a cambio de continuar la relación con Taiwán. Sanciones para los gobiernos, con eliminación, cancelación o negación de visas.

Falta ver si en el encuadramiento a partir, de hoy 4 de febrero, entra el famoso “combate a actores corruptos y antidemocráticos”, o bien se le da el espaldarazo al mismo, a partir de que a la nueva oligarquía norteña le gusta la política del escándalo disruptivo y aplicarnos “terapia de choque”, cuando se agita el “espantapájaros” para que salgamos corriendo o volando y luego se recula, cuando se logra el objetivo de ponernos de “cuclillas” corrijo, de “rodillas”, más bien de “culumbrón”.

Digamos que ahora el encuadramiento combinó el método tradicional de la amenaza con el garrote, al garrotazo directo con la implementación de verdaderas ejecutorias que dieron lugar a pensar que no se estaba bromeando al respecto y que los daños a los migrantes, la posibilidad de afectar los más de 20 mil millones de dolorosos que recibimos en Guatemala por remesas en dinero de los trabajadores migrantes guatemaltecos, sean afectadas con impuestos, solo será considerada un “daño colateral” como en toda guerra del nuevo siglo 21.

Creo que lo que hay de fondo, con todo y que, lo de los migrantes es real, lo de los aranceles se podría concretar, y muchas cositas más; lo que está en juego es realmente una cosa muy práctica:

  1. Una nueva fase de control de los recursos geo-hidro-estratégicos de nuestros países. Por eso es urgente salir de la sociedad petro-hólica y prepararse comunitariamente para la era postpetróleo.

  2. Los minerales que son insumo básico para impulsar la nueva economía de los aparatos que impulsen la nueva etapa de las TICs.

  3. Un reimpulso a la tecnología y la industria militar global.

  4. Una escalada de fascismo al estilo hitleriano, si nos descuidamos como sociedades, permitiendo los abusos sin chistar, o con miedos de la corrección política para no generar aspaviento en el colorado.

  5. Una sacudida al capitalismo nacional norteamericano que le permita dar pasos propios a partir de generar un nivel de ocupación más privilegiada, a su 60% de habitantes blancos.

  6. Una profundización de una nueva industria global: la del terror, el sometimiento, la profundización del barbarismo, de la opresión a partir de practicar métodos de sometimiento ya probados en algunas cárceles en el Caribe, junto a algunas tácticas que creímos enterradas pero que se desenterrarán en cuanto a control de gobiernos, asesinatos inexplicables de algunos líderes molestos, uno que otro escándalo mediático de barrio viralizado, entre otros, pero que ya validadas como industria les generarían también unos cuantos miles de millones más en dinero.

El peligro de todo esto, no es solo la implementación del fascismo en sí mismo, sino en la cantidad de “imitadores” que surgirán en la aplicación del método en nuestras veredas y barrancos que nos harán un poquito más fregada la vida. Lo bueno es que a los “imitadores” aquí ya se les conoce y será un poco más fácil ir derrotando mulada tras mulada.

Pero, como todo el mundo parece caerse, y no hay de dónde agarrarse que no sea del mismo pueblo, pues ahí está la respuesta, en volver al pueblo y en forma consulta y de base, resistir como se pueda, al final de cuentas, ya nos quitaron todo. Hasta el miedo.

La derecha costarricense siempre diligente al servicio del imperialismo y del fascismo venezolano

Comisión Nacional de Enlace

Los sectores de la extrema derecha latinoamericana y global se mueven de manera diligente, como siempre lo han hecho, para tratar de darle a las fuerzas fascistas de la extrema derecha venezolana algún nivel de protagonismo político ante la Juramentación Presidencial de Nicolás Maduro Moros el próximo 10 de enero 2025 en Caracas, Venezuela.

En tal sentido, el gobierno de derecha costarricense, servil a esas fuerzas, enviará a su canciller, Arnoldo André, para reunirse con sus homólogos y con Edmundo González candidato perdedor en las elecciones realizadas en julio de 2024 con el fin de levantar su imagen de este último. Lo mismo hace la expresidenta costarricense Laura Chinchilla que en conjunto con expresidentes derechistas y golpistas de América Latina articulados en IDEA se juntarán también en Panamá, con el propósito claro de articular una provocación contra el legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.

Hoy el escenario político regional es muy distinto al 2017 cuando los sectores conservadores crearon el Grupo de Lima para agredir a la Revolución Bolivariana. Para este próximo 10 de enero, ya han anunciado su presencia en Caracas, importantes gobiernos como el de Brasil y México, que se suman a muchos otros más, junto a decenas de representantes de movimientos sociales y partidos políticos de distintos países.

Es en ese marco de nuevas realidades que la situación económica mejora en Venezuela, la CEPAL anunció que es el país de mayor crecimiento económico de América Latina en el 2024, con control de la inflación y del tipo de cambio del dólar. La situación política interna es de absoluta normalidad, la oposición política que hace vida dentro del país llama a defender la institucionalidad venezolana, distanciándose cada vez más del golpismo y las corrientes fascistas internas y externas.

Sin embargo, el peligro de agresión e intervención imperialista persisten. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano han sido bastiones de la derecha golpista venezolana y de la nueva administración Trump, que en su momento fue en extremo agresiva (apoyo al Grupo de Lima y acciones de desestabilización) y no se podría esperar otra cosa que las políticas de intervención y agresión. De hecho, ya lo están anunciando.

Desde la Comisión Nacional de Enlace de Costa Rica, saludamos la juramentación del presidente Nicolás Maduro Moros y condenamos categóricamente las acciones injerencistas del gobierno de Costa Rica y de algunos de nuestros expresidentes. La CNE hace un llamado al conjunto del movimiento popular y social costarricense a redoblar los esfuerzos de solidaridad y acompañamiento a la Revolución Bolivariana Venezolana y su dirección política.

San José, Costa Rica
07 enero 2025

La Hispania Imperium

Mg. José A. Amesty Rivera

A propósito del día de la Resistencia Indígena (12 de octubre 1492-2024), y como entiende y suscribe un indígena guajiro nuestro, «y de la descolonización del saber«. 

A propósito de aquel día, cuando un rey grosero y prepotente español, (Juan Carlos I, el 10 de noviembre de 2007), le dijo al comandante Chávez, «porque no te callas«, luego que Chávez calificara de «fascista» al expresidente del Gobierno español José María Aznar, el venezolano insistió, y exigió que el Rey se disculpara, un perdón que no se produjo.  

A propósito del día en que el presidente mexicano Manuel López Obrador, solicito al rey de España, a través de una carta, un acto de desagravio y solicitud de perdón a los pueblos originarios que fueron invadidos, saqueados, diezmados y sometidos por los conquistadores de España, escrito que se negó y no se dignó en contestar. 

A propósito del más reciente día, en que la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, no invitó a su investidura como presidenta, al rey de España, porque la corona española niega el perdón por los abusos de la conquista, y, por consiguiente, no haber respondido a la carta de Manuel López Obrador. 

A propósito de tantos días (siglos) de ultraje, nos permitimos resaltar y denunciar el papel imperialista de la España colonial. Veamos… lo cierto es que

  • Por esta fecha, la España monárquica celebra un año más de esta sangrienta acción y se hacen llamar la Hispanic Power.
  • España tiene la pretensión, de haberse convertido en una suerte de poseedora de los países latinoamericanos, tal creencia viene de tiempo atrás y se basa en que su rey ejerce una suerte de liderazgo en dichos países.
  • En esta España, se habla hoy de un pasado lejano: el de la conquista y el dominio de América. Y, cada vez más con más descaro, este pasado se evoca como un gran aporte de la Corona Española, al desarrollo del continente americano y de lo malagradecida que es la humanidad. Y gritan: «Ni genocidas ni esclavistas, fueron héroes y santos«.
  • Para resaltar e ir hacia esa gloriosa resurrección de España, tienen por detrás para apadrinarlos a los hijos de los «santos héroes invictos»: Pizarro, Cortés, Alvarado Núñez de Balboa, Belalcázar, Valdivia, entre otros. «
  • Y los más recientes: Franco, Pinochet, Videla, Stroessner, Barrientos, Trujillo, Pérez Jiménez, Somoza, Uribe, patriarcas que han parido insignes cachorros de gran pedigrí como: Santiago Abascal, Ayuso, Feijoo, Aznar, Feijóo, Rajoy, Cayetana Álvarez de Toledo, Felipe González, Alfonso Guerra, entre otros.
  • Y otros aún mucho más recientes: como Javier Milei, Bukele, María Corina Machado, José Antonio Kast, Eduardo Bolsonaro o Verástegui, que ocupan la primera línea de fuego en esta guerra cultural, política y económica. Inspirados en la doctrina supremacista, racista y elitista del MAGA (llamada -«Make America Great Again»-, que traduce:»Haz a los Estados Unidos grande otra vez«, impulsada por Donald Trump, es decir, los supremacistas del Ku Klux Klan. 
  • En fin, es una España que no logra ni desea olvidar su pasado imperial y colonial, y luchan por volver a ella, a la llamada monarquía hispánica, porque todavía hay españoles que aún creen ser dueños (al menos culturalmente) de Latinoamérica.   

Atendamos a ciertos distintivos de la España colonial:

  • Una de las características más prominentes del Imperio Español fue su vasta extensión territorial. Durante los siglos XVI y XVII, España controlaba territorios en Europa, América, África y Asia, convirtiéndola en la primera potencia global de la época. Sus posesiones en América, incluían vastos territorios en Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, mientras que, en Europa, controlaba territorios como España, Portugal, los Países Bajos y partes de Italia.
  • El Imperio Español se caracterizó por su sistema colonial, que implicaba el establecimiento de virreinatos, capitanías generales y otras formas de gobierno colonial en América y otras regiones. Esta administración colonial, estaba diseñada para extraer recursos naturales y riquezas de las colonias en beneficio de la corona española.
  • El descubrimiento y la conquista de América proporcionaron al Imperio Español, una inmensa cantidad de riqueza en forma de oro, plata y otros recursos naturales. Esta riqueza ayudó a financiar las ambiciones imperiales de España, y la convirtió en una de las potencias económicas más importantes de Europa durante los siglos XVI y XVII.
  • El gobierno del Imperio Español, estaba altamente centralizado en torno a la figura del monarca. La corona tenía un poder absoluto sobre los territorios y las colonias, y se ejercía a través de una burocracia altamente organizada y jerarquizada. Este sistema político autoritario contribuyó a mantener el control sobre un imperio tan vasto y diverso.
  • La religión imperial católica desempeñó un papel central en el Imperio Español. La expansión del imperio estuvo acompañada por misioneros y clérigos, que buscaban convertir a las poblaciones indígenas al catolicismo. Este proceso de «evangelización», tenía tanto objetivos espirituales como políticos, ya que la conversión al catolicismo, estaba estrechamente vinculada a la lealtad hacia la corona española.

Este sistema de colonia imperial español ya conocemos, que trajo varias consecuencias, entre las que resaltamos:

  1. La caída demográfica de la población americana; luego de las guerras de conquista, la colonización española impuso de manera violenta nuevas formas de vida y de trabajo para las poblaciones nativas americanas. Esto generó una fuerte caída demográfica. Los especialistas calculan que, durante el siglo XVI, murieron cerca de 70 millones de indígenas.
  2. El crecimiento de la Iglesia católica; la colonización española implicó un proceso de aculturación y evangelización de las sociedades indígenas. Estas tareas fueron en principio responsabilidad de los encomenderos, pero luego diferentes órdenes católicas, se asentaron en el continente para cristianizar a la población local.
  3. Obvio que el enriquecimiento de España, la expropiación y explotación de recursos americanos, por parte de los españoles, generó un rápido enriquecimiento de la Corona española, especialmente a partir de la extracción de minerales preciosos como el oro y la plata.
  4. La trata tras-atlántica de esclavos, la colonización americana, estableció la inserción de mano de obra esclava proveniente de África. Entre los siglos XVI y XIX, se estima que cerca de 10 millones de africanos, fueron sometidos y enviados a América como esclavos.

Por otro lado, en nuestros días, en la España, están listos para enfrentarse al comunismo, y al anarquismo pagano y ateo, que intenta dinamitar el Estado de derecho, la propiedad privada, la libertad individual y el sistema neoliberal predominante, pregonando: «Porque es necesario combatir al maléfico Foro de Sao Paulo, o el grupo de Puebla que patrocina el «indigenismo marxista» propagador del virus del «progresismo negro legendario». Es la hora de colocarse el morrión y la armadura de los conquistadores y con orgullo, desenfundar la espada toledana… La furia del fascio redentor vencerá en franca lid al terrorismo castro-chavista, a los etarras vascos o los separatistas catalanes».  

Además, para finalizar, en la España de hoy dia, y citando al escritor Marcos Roitman Rosenmann, académico, sociólogo, analista político y ensayista chileno-español, en su artículo «No llamemos perdón lo que es genocidio«, habla de la actual reproducción del mismo modelo de máxima deshumanización, esta vez proyectado contra todos a nivel global, incluidos el mismo pueblo español. España continúa su afán colonizador e imperial, sino veamos, como actualmente, sus empresas, donde los megaproyectos vienen precedidos de la expulsión de los pueblos originarios de sus territorios. Megaproyectos tales como presas hidroeléctricas, autopistas o expansión de la minería extractivistas, vienen precedidos de la expulsión de los pueblos originarios de sus territorios.

Desde la década de los años 90, España buscó proyectar y asentar el desembarco de sus multinacionales Repsol, Iberdrola, Endesa, Banco Santander, BBVA, Telefónica e Iberia en América Latina. Luego, hacer ver a sus socios europeos y en EEUU, que España era un buen interlocutor para imponer el Consenso de Washington (1989).

Las empresas españolas, sean bancos, tecnológicas, patrocinadoras del capitalismo verde, turismo, complejos hoteleros o de seguridad, consideran a América Latina, un espacio natural del cual extraer beneficios y aumentar su cartera de inversiones. Exposiciones, foros y conferencias mostrando los beneficios de la presencia española para el desarrollo de la región, constituyen la cara amable.

Entonces, es innegable el carácter imperialista de la España, todavía colonial.

14 de octubre, 2024

Venezuela y la crisis de las elecciones del 2024

Carlos Delgado Rodríguez
2-8-2024

Carlos Delgado Rodríguez

El capitalismo mundial hoy está atravesado por profundas crisis: crisis ambiental, dificultades para convertir el dinero en capital, dificultades para convertir la fuerza de trabajo en mercancía, lo cual significa la creación de una población sobrante que ni siquiera puede ser explotada. Pero tal cosa no quiere decir que todo esto esté desembocando en procesos revolucionarios; no los hay de hecho. La derrota del campo popular (clases subalternas interesadas en la construcción de un nuevo orden que supere al capitalismo) desde hace décadas, ha sido acompañada por la disolución de las organizaciones políticas que se planteaban las transformaciones revolucionarias dentro del capitalismo; lo que aún queda está disperso y debilitado en cada país y en el campo internacional.

Lo que, si está sucediendo, ante nuestros ojos, como parte de la crisis del capitalismo sin procesos revolucionarios, es una reorganización del capitalismo mundial, que produce una gran fractura entre “oriente” y “occidente”. Estados Unidos al frente de occidente, como potencia hegemónica que no tiene ningún contrapeso en el G7, se enfrentan a dupla de China y Rusia más los BRICS (los BRICS son un grupo abigarrado que se articula para enfrentar la decadencia ya completamente palmaria del occidente hegemonizado por Estados Unidos, entre otras cosas). Esta lucha ha fracturado el capitalismo mundial, y se extiende por todas partes: Ucrania, Asia, África, Medio Oriente. El cuestionamiento al dominio imperial por potencias contra hegemónicas como Rusia y China se ha vuelto completamente explicito. La lucha es en el campo económico, militar, cultural y geopolítico.

China tiene un gran proyecto mundial para construir su propio entorno geoeconómico y se llama ruta de la Seda. Es la articulación de su propia área de influencia, que a su vez se acopla con otros procesos geoeconómicos en marcha promovidos en Asia Central, Medio oriente, Asia y África. Rusia acompaña este proceso y se vincula también directamente a la economía China. Este bloque se ha ido consolidando a partir del tenaz enfrentamiento de Rusia con Estados Unidos y la OTAN. China también ha sufrido el asedio del imperialismo en torno a Taiwán.

El imperio estadounidense no tiene nada que ofrecer, no hay ningún gran proyecto, no hay ninguna alternativa para articular el mundo capitalista en crisis, y menos aún su propia periferia. Gracias a esta debilidad de Estados Unidos, China ahora tiene una fuerte presencia en América Latina, incluso en países como Uruguay, Perú o Ecuador, gobernados por derechas que suelen ser incondicionales con los mandatos imperiales.

La estrategia imperial, como lo indican algunos analistas como Thierry Meyssan, es la estrategia del caos, que ha sido aplicada intensamente en lo que ellos denominan Medio Oriente. Tal cosa pasa por provocar un caos permanente que impida que los rivales y los países víctimas de estas acciones, puedan lograr alguna estabilidad. Siria, Irak, Afganistán son, entre otros, algunos ejemplos. Asimismo, Israel en Medio Oriente es el principal instrumento del imperio; los genocidas sionistas quieren hoy provocar una guerra total que involucre directamente a Estados Unidos contra Irán y cuyas consecuencias son imprevisibles.

Hoy el imperio no solo tiene al frente formidables adversarios (Rusia, China, Irán), sino que también profundas contradicciones internas. El estado profundo -esa estructura no visible y tampoco elegida “democráticamente”- es la que gobierna más allá de cualquier agenda partidaria. Ese estado profundo está exacerbando las contradicciones geopolíticas en aquellos lugares que considera relevantes para los intereses imperiales: Asia, África, América Latina. Mientras, por otra parte, ha reducido a Europa a una colonia sumida en un vasallaje total.

Venezuela

Desde que dio inicio el proceso bolivariano conducido inicialmente por Hugo Chávez, el imperialismo norteamericano intentó desestabilizar el proceso y sustituirlo por gobiernos vasallos como siempre lo ha hecho en América Latina. Se fue configurando también un discurso mediático contra Venezuela: Venezuela fue presentada como un modelo del mal, como una referencia de lo que no se debe hacer en ninguna parte. Esto el imperialismo siempre lo hace con sus enemigos. Esto ha llegado a un punto tal que no es necesario decir mucho contra Venezuela, lo único necesario es invocar su nombre, que se asocia con un modelo del mal. Chávez primero, Maduro después, son los jefes de ese modelo del mal que hay que extirpar. Las “masas”, la gente del común, no saben nada de Venezuela, pero no es necesario saber nada, puesto que es suficiente saber que Venezuela es un modelo del mal, con esto se obtiene un rechazo automático, que no está sujeto a ningún tipo de experiencia concreta, es un rechazo apriorístico que no está sujeto a ningún tipo de comprobación puesto que no es necesario hacerlo. Esa es la forma en que funcionan los procesos de modelación, manipulación y condicionamiento del pensamiento y la conducta, aplicados por los estrategas de la dominación.

Venezuela ha sido víctima de esto una y otra vez. Cuando hubo el golpe de estado en Honduras la gran prensa internacional no hizo mayor alboroto. No hubo un canciller gringo que le dijera a los golpistas que se tenían que ir. Los países aliados incondicionalmente de Estados Unidos guardaron silencio. Lo mismo ocurrió en Paraguay cuando echaron a Lugo. Igual pasó en Brasil con el golpe de estado que le dieron a la presidenta Vilma. Igual pasó con el golpe de estado en Perú. Esta ha sido la historia reciente.

El proceso bolivariano ha sido atacado de forma brutal por el imperio, de esto hay datos de sobra: el robo de Citgo, el robo de miles de millones de dólares que estaban en la banca de los Estados Unidos, los sabotajes, los bloqueos, el financiamiento de grupos de choque, normalmente procedentes del lumpen, que hacen un trabajo pagado. Las campañas interminables contra Venezuela. Trump lo expresó abiertamente: estuvimos a punto de derrotarlos y todo el petróleo hubiera sido nuestro.

En días atrás pude ver un video de Bukele refiriéndose a Nicolás Maduro. Decía que Maduro violaba los derechos humanos, que era un genocida, que era un dictador. Curiosamente, todo lo que dice Bukele de Maduro lo dicen sus adversarios políticos de él.

Los gobiernos bolivarianos han tratado de construir un proceso socialista en medio del asedio, y de una correlación de fuerzas francamente desfavorable. Como decía anteriormente, salvo Cuba y unos cuantos países más, las revoluciones no han sobrevivido luego de la década de 1990. Estamos en medio de una crisis capitalista sin revoluciones, y eso hay que tenerlo claro. Y no solo no hay revoluciones, sino que no existen las condiciones correspondientes para que estas sucedan, a pesar de lo terrible que es la vida para las mayorías sociales en el capitalismo actual. El factor subjetivo (el querer hacer una revolución), fundamental para cualquier revolución ha desaparecido. Hoy las grandes mayorías están sumidas en un sopor aletargante, tratando de resolver su insoportable vida cotidiana, y fascinadas con el consumo y el entretenimiento.

El proceso bolivariano asediado (y entender esto es fundamental) ha tenido una evolución cargada de contradicciones internas. Ha sido una lucha contra la parasitaria Oligarquías Venezolana, contra el imperialismo, contra sus propios errores, y contra un contexto internacional en el cual las revoluciones no existen, ni se toleran.

Hoy día este proceso mantiene una posición de tipo nacional, anti imperialista, y se pronuncia por la unidad latinoamericana. Internamente, se ha debatido en medio de una gran crisis económica que ha sido el resultado de errores propios, pero también de una política explicita de bloqueo y desestabilización impulsada sistemáticamente por Estados Unidos, apoyada por Europa y por varios países latinoamericanos, que han hecho lo imposible por tratar de derribar el gobierno bolivariano. Recuerdo cuando desde el lado de la frontera de Colombia el difunto presidente chileno y el presidente de Colombia, de aquel momento, le pedían al ejército de Venezuela que derrocara a Maduro, y al pueblo que se revelara. Ellos se fueron primero, cosas de la historia.

El Partido Socialista de Venezuela, al que pertenece Nicolás Maduro, es posiblemente el partido más grande de América Latina y uno de los más estructurados. Esto no dice necesariamente sobre su calidad, pero es sin lugar a dudas un instrumento poderoso, que la llamada oposición no tiene ni de lejos.

La oposición venezolana ha sido permanentemente un fiasco, y la corrupción y la ausencia de una visión estratégica de país la han acompañado siempre. Guaidó y María Corina, no han sido capaces de articular un discurso en el que se vislumbre alguna salida real y consistente para la crisis política inducida por el imperialismo norteamericano. Y resalto inducida: si, efectivamente, la crisis política de Venezuela no sería la misma ni a nivel local ni internacional sin la intervención de Estados Unidos, orquestando campaña mediática, tras campaña mediática contra Venezuela, manteniendo con millones de dólares a los políticos corruptos, serviles y apátridas como Guaidó o Machado, solo para citar a dos conocidos; financiando, como ahora mismo lo están haciendo, con millones de dólares, la desestabilización del gobierno Venezolano, sin tener de ninguna manera, una salida para el caos que están provocando. Esto es lo más terrible. La derrota, que tendría que pasar por una intervención militar de Estados Unidos, del gobierno venezolano, abriría un largo proceso de convulsiones sociales y guerra interna, y la destrucción completa de la economía venezolana. Esto no es una exageración, simplemente es el curso de los hechos conocidos que resultan de la intervención de Estados Unidos en donde sea.

También, hay quienes dicen que este gobierno de Maduro es represivo, bonapartista, burgués. Esto no son más que etiquetas que no están acompañadas del análisis concreto de los acontecimientos. Igualmente, cuando se habla de las masas que acompañan a la oposición ¿de qué masas estamos hablando? De las que acompañaron a Hitler, a Mussolini, a Milei en Argentina, a Shakira en el concierto del Estadio Nacional. Las masas son precisamente un conglomerado de gente que no adscribe ningún proyecto político específico. Y cuando suscriben un proyecto revolucionario dejan de ser masas para ser pueblo político, organizado, clasista, que aspira a una gran transformación social. Hoy día ese pueblo está con Maduro, a pesar de sus errores y debilidades, no con Guaidó, ni con María Corina, ni con el abuelito. Estos últimos son acompañados por un pueblo social (masa) que no es poseedor de ninguna conciencia política, ni siquiera nacional. No están ni siquiera dispuestos a defender los recursos estratégicos de Venezuela (que son muchos), porque son esa masa inconsciente que vive atrapada en la terrible alienación de la vida diaria. Que esas masas le fueron arrebatadas al Chavismo, en parte, esto puede ser cierto, pero tal explicación no hace más plausible la existencia de la oposición venezolana.

Hoy nuevamente todos los gobiernos de derecha de América Latina, las grandes cadenas de prensa internacional se vuelcan contra Maduro. Los mismos que reprimen y reproducen acríticamente el capitalismo dependiente; los mismos que siempre han puesto nuestros recursos y fuerza de trabajo al servicio de las grandes transnacionales de Estados Unidos. Nadie se plantea realmente verificar si hubo fraude o no; eso no importa, es irrelevante, el imperio y sus lacayos vienen nuevamente con todo para intentar destruir el proceso bolivariano, y hacerse con las grandes riquezas de Venezuela, y eliminar un incómodo gobierno que expresa una posición anti imperialista en el contexto latinoamericano, siempre considerado por los gringos como su patio trasero donde deben mandar ellos.

Hace unos días atrás el canciller de Estados Unidos decía que ya bastaba de seguir tolerando lo que pasa en Venezuela, y que hay que defender la democracia. Lo dice el representante del gobierno que está sosteniendo y alimentado el genocidio en Gaza. Que hoy sigue apoyando incondicionalmente al genocida y pirómano de Netanyahu, que está dispuesto a incendiar todo Oriente Medio sin tener tampoco una salida posible. Hoy el imperio se comporta demencialmente, y esa demencia y esa irracionalidad brutal también se descargan contra Venezuela.

Yo sí estoy con Maduro, sin vacilaciones. No porque crea que ahí hay una revolución perfecta. Simplemente reconozco gradaciones, y Venezuela con todas sus limitaciones es un estado de corte nacional, que defiende sus recursos estratégicos y aboga por la unidad latinoamericana, imprescindible para poder construir un futuro propio. Y todo esto sucede en un mundo en el cual hay una profunda crisis capitalista, pero sin revoluciones.

Chavizmo con zeta

Manuel Delgado

El triunfo de las fuerzas revolucionarias en las elecciones venezolanas de este domingo tiene una significación muy especial. Será posiblemente un hito en la historia del continente y repercutirá en la política latinoamericana y mundial.

La primera razón es que se trató de una derrota de las fuerzas de la reacción, de inspiración y de financiamiento imperialistas, y solo por sí solo esa una gran cosa. Pero eso es solo el comienzo.

El triunfo del chavizmo (así con zeta, para que no se vaya a confundir nadie) es una muestra de la madurez y de la alta conciencia del pueblo de Bolívar. Cada venezolano tuvo la oportunidad de votar por Maduro o por González, y en la soledad de su mesa de votaciones y ante su conciencia, una mayoría se decantó por Maduro. Las fuerzas opositoras hicieron campaña en torno a la idea de que un triunfo de la oposición iba a ser el inicio de un cambio en las relaciones con Estados Unidos, que se iban a levantar las sanciones y los bloqueos, culpables de las incomodidades y las estrecheces del país. Bueno, esto puedo haber cambiado con ese voto ciudadano. Pero no fue así: el pueblo votó por el sacrificio, pero por la dignidad de su Patria. Lo hicieron los viejos, pero también un gran porcentaje de la juventud, que son la garantía de la continuidad revolucionaria.

En estas elecciones se ponía en juego la misma ficha que empleó el imperio en Nicaragua en 1990, cuando el pueblo votó no por Chamorro sino por acabar con la guerra. Muchos temíamos que esa misma lógica iba a prevalecer aquí: votos a cambio de levantamiento de las sanciones, pero no fue así.

Este triunfo del chavizmo representa, además, la madurez de la revolución, que se mantiene viva y pujante después de un cuarto de siglo y que en medio de tantas dificultades comienza a marcar un repunte en todos los campos, en especial en el económico.

Ni qué decir de hace 24 años, hace solo 6 años, cuando Maduro ganó las anteriores elecciones y lo único que se vislumbraba era el enfrentamiento total, el apocalipsis; la situación del mundo y de Venezuela en el mundo era muy diferente a la de hoy. Entonces, el BRICS era apenas un niño y empezaba a dar sus primeros pasos. Hoy el BRICS es una fuerza en plena adolescencia, preparada ya para irrumpir en la adultez. Ese tratado internacional y Venezuela dentro de él van a transformar el mundo y van a poner en el museo de antigüedades muchas de las artimañas del imperio. Otro mundo está a punto de nacer, y Venezuela es pieza fundamental en él. He allí la importancia histórica de este triunfo.

La última observación que quiero hacer es que la revolución consolida su continuidad. Venezuela es la segunda revolución del continente y constatar su fortaleza es una alegría. En medio de tanta pusilanimidad y tanto desconcierto, constatar eso es como un baño de agua fresca. Sí, la revolución se mantiene a pesar de todo, a pesar de los ataques imperialistas y a pesar de sus propios errores, de las incomprensiones de muchos y de cobardía de otros tantos.

Hoy todos agradecemos a Cuba sus 65 años de resistencia. Esa resistencia nos ha hecho la lucha más sencilla. Ahora también debemos agradecer a Venezuela el cuatro de siglo de la suya. Ella nos ayuda en nuestra lucha, nos hace más fuertes y redobla nuestras esperanzas.

¡Viva Venezuela!

El porqué de la escalada del imperialismo contra la Federación de Rusia

Luis Arturo Chaves Alvarado
Ximena Araneda Fornachiari
Economistas del Colectivo Amistad con Rusia

El imperialismo ante las cada vez más profundas crisis del capitalismo trata de salir a flote intensificando la expoliación de los recursos de los demás países. Por eso no es raro, que la mayor parte de las guerras actuales hayan sido provocadas, orquestadas y financiadas por el imperialismo norteamericano. De ahí que la doctrina de la política estadounidense tradicional hacia Rusia, el país más extenso del planeta está dirigida a su eliminación como potencia, a subyugarla a los intereses imperiales y a su desmembramiento para apoderarse de sus enormes riquezas naturales. Vladimir Vladimirovich Putin lo puntualizó de esta manera: “No se trata de nuestro régimen político, NO. Se trata de otra cosa. Simplemente no quieren un país independiente tan grande como Rusia”.

A partir de la caída de la Unión Soviética y del fin del Tratado de Varsovia, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), instrumento militar del imperialismo estadounidense, se ha ido acercando peligrosamente hacia las fronteras de Rusia a pesar de las promesas de no hacerlo. La primera oleada de expansión fue en 1999, momento en que se incorporaron Polonia, República Checa y Hungría. En la segunda oleada, en el 2004, entraron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. En el 2009 ingresaron Albania y Croacia. En el 2017, entra Montenegro. La quinta ola se produjo en el 2020, con la aceptación de Macedonia del Norte. Esta expansión de la OTAN, cercando a Rusia, contradice y viola claramente el “Principio de Seguridad igual e indivisible”, que incluye la obligación de no fortalecer la seguridad de un país a expensas de la seguridad de otro. Es decir, la garantía de la seguridad de un país no debe representar una amenaza para otros.

El zarpazo final del imperialismo estadounidense, según sus planes, era el ingreso de Ucrania a la OTAN y desde ahí apoderarse de Rusia, el mayor escollo para su proyecto de gobierno global. Es por ello que, en el año 2014, derrocan al gobierno legítimamente elegido del presidente Viktor Yanukóvich, mediante un golpe de estado ilegal e instalan un gobierno espurio, títere, proimperialista y fascistoide. Sientan primero a Petró Poroshenko y luego lo reemplazan, por medio de unas elecciones fraudulentas, por Zelensky. El régimen emprende una guerra no declarada contra la región del Donbás y profundiza en todo el territorio de Ucrania, la campaña de exterminio de la población ruso parlante.

Rusia hace un último esfuerzo en diciembre 2021 para llegar a un acuerdo, sin embargo, al igual que los esfuerzos anteriores tales como MINSK I, MINSK II fue ignorado y burlado por parte de los lideres imperialistas. La Federación de Rusia hizo los máximos esfuerzos para disuadir tanto a Ucrania como a la OTAN de no dar este paso, pues esto implicaba la posibilidad de la OTAN de instalar misiles que en pocos minutos podrían atacar Moscú.

Rusia declara la Operación Militar Especial en Ucrania el 24 de febrero del 2022 porque en ella se juega su soberanía, su seguridad, es decir su existencia. Rusia no es la invasora, es su derecho inalienable, defenderse y vencer.

Impulsan campaña de rechazo al imperialismo de Estados Unidos de América

La campaña Zone of Peace Campaign, es un esfuerzo de La Alianza Negra por la Paz para activar movimientos de la región de América y del Caribe; que busquen expulsar y rechazar todas las formas e infraestructuras de imperialismo y patriarcado en la región.

Se utiliza la frase de “Nuestra América” para reivindicar la unión que deben tener las personas contra el colonialismo y la opresión perpetrada por las potencias mundiales.

Algunas de las demandas iniciales son: devolver Guantánamo a Cuba, oponerse a la intervención militar en Haití y desmantelar el SOUTHCOM y las 76 bases militares Estadounidenses en la región.

Por último, este trabajo se lleva a cabo desde una perspectiva decolonial y que promueve un marco de respeto hacia los derechos humanos, difundiendo información y noticias en varios idiomas para garantizar la inclusión de la mayoría de personas del continente.

Para obtener más información sobre este movimiento, puede acceder al siguiente enlace: https://shorturl.at/hEEt1, en el mismo puede obtener con más detalle, información sobre este movimiento.

Esta información fue compartida por Isabel Ducca Durán.