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Etiqueta: INISA-UCR

De manera gratuita, usted podrá aprender sobre lactancia materna en la UCR

¡Buenas noticias!

El curso busca difundir sobre cómo la lactancia materna favorece la salud del bebé, de la madre y la economía familiar

La Universidad de Costa Rica (UCR), mediante el Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa), abre nuevamente sus puertas a todo el país con el objetivo de brindar el curso gratuito de preparación para la lactancia materna.

El curso, que se llevará a cabo de manera presencial cada viernes del 28 de febrero al 4 de abril de 2025 —y cuyas inscripciones se realizan en este enlace https://forms.gle/ejPPZDEbKX91u6KBA— está dirigido a madres, padres, cuidadores y cualquier persona interesada en adquirir conocimientos sobre este proceso fundamental para el bienestar de la infancia y la salud pública.

De acuerdo con la Dra. Lilliam Marín Arias, coordinadora del curso e investigadora del Inisa-UCR, la leche materna es un alimento inigualable capaz de adaptarse a las necesidades del bebé en tiempo real. Incluso, la composición de la leche cambia según diversos factores, como la edad del bebé, su estado de salud e incluso el momento del día.

Por ejemplo, si el bebé está enfermo, la leche materna aumenta la producción de anticuerpos específicos para combatir la infección y, en climas cálidos, puede cambiar su composición para ser más acuosa y mantener al bebé hidratado. Durante la noche, la leche materna tiene más melatonina, una hormona que ayuda a regular el sueño del bebé.

“Existe un desconocimiento muy grande de lo que es la leche humana como tal. Actualmente, las personas no conocen sobre las propiedades únicas y la función que cumple el fluido que brota de las glándulas mamarias de una mujer, y que ese fluido es una sustancia indispensable para la vida y adaptación de los recién nacidos al mundo”, manifestó la Dra. Marín.

“Solo la leche humana aporta los nutrientes y las sustancias necesarias para que un bebé crezca sano y se desarrolle adecuadamente. No saber esto hace que las familias le brinden alimentos no adecuados a las y los niños, en especial en los primeros meses de vida. Es importante orientar a las personas sobre qué es la leche humana y la lactancia materna como tal, por eso damos este curso gratuito”, ahondó la Dra. Marín.

Por supuesto, hay más ventajas. Para la experta, la lactancia materna es una práctica que no solo favorece la salud del bebé, sino que también brinda impactos colectivos positivos para la madre, la familia y la sociedad en general.

“En el caso de la madre, la lactancia facilita la recuperación postparto, reduce el riesgo de anemia y fomenta el vínculo con su hijo. Además, desde un punto de vista social, la lactancia materna contribuye a la economía familiar y reduce la incidencia de enfermedades, lo que alivia la carga sobre los sistemas de salud”, agregó la Dra. Marín.

En efecto, diversos artículos científicos como el publicado en el 2016 en la Revista Nutrición Hospitalaria, expresan que la leche materna contiene todos los nutrientes y defensas necesarias para el desarrollo óptimo del bebé.

Asimismo, este alimento fortalece el sistema inmune del menor, protege su sistema digestivo y ha sido relacionado con un mejor desarrollo cognitivo a largo plazo. Las y los bebés que consumen leche materna tendrán mayores posibilidades de ser futuros adultos más sanos y menos propensos a desarrollar enfermedades crónicas.

El curso

La preparación se desarrollará en modalidad presencial en el Edificio de Educación Continua, de la Ciudad de la Investigación de la UCR, y contará con seis sesiones programadas entre el 28 de febrero y el 4 de abril de 2025 de 9:00 a. m. a 12:00 m.

Durante este tiempo, las y los participantes aprenderán desde los fundamentos biológicos de la lactancia hasta las estrategias prácticas para enfrentar desafíos comunes. Al concluir de manera satisfactoria, las y los integrantes recibirán un certificado de participación.

Entre los temas que se abordarán se incluyen: los fundamentos de la lactancia materna, como el contacto piel con piel, la «hora de oro» tras el parto y la composición de la leche humana.

También se explorarán técnicas y cuidados. Por ejemplo, posiciones adecuadas para amamantar, fisiología de la lactancia y la alimentación de la madre lactante.

Otro eje será cómo resolver situaciones especiales, entre ellas, el manejo de dificultades frecuentes de la extracción y la conservación de la leche materna, así como los derechos de las madres en proceso de lactancia.

Adicionalmente, se tendrá un eje temático enfocado en el vínculo y en el desarrollo infantil, que indaga la Importancia del apego, la estimulación temprana y las señales conductuales del bebé.

Por último, se hablará sobre cómo introducir alimentos complementarios después de que pasen los seis meses de lactancia exclusiva, a fin de lograr una transición a la alimentación sólida y nutricionalmente adecuada.

“Un aspecto que hace único este curso es que es gratuito y permite transmitir el conocimiento sobre lactancia materna a las personas de una forma sencilla, al facilitar un intercambio de experiencias entre las personas que asisten y la facilitadora”, dijo la Dra. Marín.

“Esta relación de cercanía y escucha enriquece el desarrollo de las clases y  permite empoderar a las madres y a las familias sobre la importancia de la leche humana y la lactancia materna para la salud y el bienestar de los niños del hoy que serán los adultos del mañana”, profundizó la docente.

El curso forma parte del proyecto de extensión docente ED-2842 «Promoción de la lactancia materna y la alimentación del niño y la niña menor de un año en la comunidad» (Prolamanco), y contará con la participación de las profesoras Lilliam Marín Arias y Karina Ugalde González, especialistas en salud maternoinfantil.

Desde su inicio en el 2011, este curso se ha consolidado como un espacio de formación accesible y, hasta la fecha, ha beneficiado a más de 1 480 personas con herramientas esenciales para la crianza y la alimentación de los recién nacidos.

Recuerde, las inscripciones ya están abiertas y puede hacerlo mediante el siguiente enlace https://forms.gle/ejPPZDEbKX91u6KBA. Para consultas puede enviar un correo a prolamanco @ucr.ac.cr

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR

UCR: Dos científicas lideran el único estudio del país que cuantifica el SARS-COV-2 en aguas residuales

El estudio en aguas residuales podría indicar sitios de circulación activa del virus aún en zonas sin casos reportados

Dos científicas del Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica (Inisa-UCR) encabezan un estudio único en el país que permitirá cuantificar, en las aguas residuales de todo el territorio nacional, la carga viral del SARS-COV-2 (el virus que causa la enfermedad del COVID-19).

Se tratan de la Dra. Luz Chacón y la Dra. Kenia Barrantes. Ellas, en conjunto Eric Morales Mora, especialista en salud ambiental de la UCR, y el Laboratorio de Aguas del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) investigarán la cantidad de virus que está circulando en un ambiente determinado.

El trabajo de las científicas brindará un aporte trascendental en beneficio de la salud pública nacional. Si las investigadoras encuentran una elevada carga viral en las aguas residuales, el resultado podría asociarse a un mayor número de personas contagiadas que las reportadas.

Si ese hallazgo se da, el país tendrá datos científicos robustos para identificar sitios de circulación activa del virus y así poder realizar intervenciones localizadas.

“En algunos países, como Australia, han logrado correlacionar el número de casos de una población determinada con la carga viral en aguas residuales. En otros países, como Holanda, se ha podido encontrar el virus aún cuando no se ha observado un brote importante del mismo. Por esta razón, la vigilancia de la carga viral en las aguas residuales podría ser una herramienta muy apropiada para el manejo de la emergencia”, afirmó la Dra. Chacón.

Una vez localizado un foco de infección, y tomadas las medidas pertinentes, la disminución en la carga viral evidenciaría que las acciones tomadas han sido apropiadas. Por el contrario, si la carga viral se mantiene o aumenta, esto indicaría que las medidas han sido insuficientes para contener el virus.

El proyecto refleja una inversión en investigación de hace más de 10 años que le ha permitido al Inisa-UCR ser una institución pionera en el diagnóstico viral de las aguas residuales. Es el fruto de un trabajo colaborativo de casi dos décadas entre dos instituciones cuyo fin es mejorar la calidad de vida del país.

Un microorganismo ágil

Sin embargo, hay una pregunta clave en todo este proceso. ¿Realmente es posible que el SARS-COV-2 sobreviva en las aguas residuales que, además de otros desechos, contienen residuos de sustancias de limpieza como el jabón o el cloro que se supone destruyen al microorganismo? La respuesta es sí.

Ese dato incluso fue confirmado en la conferencia de prensa del 13 de mayo del 2020. En esa ocasión, el Ministerio de Salud, el AyA y la Caja Costarricense de Seguro Social confirmaron la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales del Centro de Aprehensión Regional Central (CARC).

Pero, ¿por qué el SARS-COV-2 puede ser tan resistente en las aguas residuales?

“Para que el jabón u otros desinfectantes actúen es necesario aplicarlos directamente y en cantidades adecuadas. Además, el cloro es un elemento muy reactivo que fácilmente se puede evaporar (es un gas) o combinar con la materia orgánica (lo cual lo inactiva). En aguas residuales las concentraciones de estas sustancias son mucho más bajas que las recomendadas para la desinfección, por lo que es posible que no se eliminen los virus que podrían estar en ellas”, explicó la Dra. Chacón.

Hasta el momento, las investigadoras suponen que el virus, al estar en un ambiente tan adverso, podría perder su capacidad de infectar. Pero es tan solo una hipótesis que requiere comprobarse.

Pero no solo eso. El SARS-CoV-2, al ser capaz de atacar las células intestinales, puede llegar a producir cuadros de diarrea. Esta característica hace que el virus sea fácilmente trazable en aguas residuales y obtener información certera.

Lo que aún no se sabe es la cantidad del virus en esas aguas y si el SARS-COV-2 presente tiene la capacidad de infectar a las personas. Precisamente, esos son los aspectos que están siendo investigados por la UCR.

“El trabajo de la UCR es diferente al del AyA. En los últimos días, el AyA se ha enfocado en realizar un monitoreo reactivo en las zonas con brote por COVID-19 ya identificadas. También, trabajan por detectar la presencia o ausencia del virus de forma cualitativa, pero no cuánto de ese virus hay. El Inisa-UCR aportará en esta materia”, recalcó la Dra. Chacón.

Riesgo latente

Los resultados que se logren no solo ayudarán a determinar la carga viral, sino también a analizar el riesgo que las descargas de aguas residuales puedan generar para la salud pública.

Por ejemplo, alguna vez se ha preguntado: ¿qué pasa con las aguas residuales que son tratadas? La respuesta es simple: mucha de esa agua termina en los ríos, cuyo líquido posteriormente se utiliza para otros fines. Por ejemplo, para la recreación o regar los cultivos.

Entonces, ¿qué pasaría si sobrevive una cantidad importante del SARS-COV-2 en las aguas residuales del país? La respuesta vuelve a ser sencilla: un claro peligro para la salud pública.

“Las aguas residuales tratadas por lo general caen en los ríos y se usan para regar vegetales. Entonces, es muy importante garantizar que las aguas que salen de esa planta de tratamiento realmente tengan cantidades mínimas de virus que se puedan diluir y que no afecten a las personas. Si están saliendo muchos virus después del tratamiento, se puede poner en riesgo a las personas”, afirmó la Dra. Chacón.

Para estimar el riesgo, Eric Morales Morales, especialista en salud ambiental de la UCR, será el encargado de efectuar un análisis cuantitativo de riesgo microbiológico.

“Estimar el riesgo es un proceso largo, pues es una cadena de análisis en la que primero hay que determinar la concentración ambiental, luego la dosis que potencialmente podría recibir una persona y, posteriormente, la dosis probable para que la persona desarrolle la enfermedad. Con base en esa información, se calcula el riesgo de una zona específica según las actividades de la zona: recreación, contacto directo con esa agua o que se utilice para riego”, indicó Morales.

La sinergia entre ambas instituciones (AyA y UCR) es un espacio propicio para aportar al manejo del COVID-19, así como de otros patógenos virales y protozoarios que por muchos años han sido obviados.

Numerosos aportes

Una de las cualidades más fuertes del estudio es que no solo cuantificará el SARS-COV-2, sino también evaluará otros virus generadores de enfermedades como el Norovirus, Enterovirus y parásitos como Cryptosporidium spp. y Giardia sp en aguas residuales.

Por el momento, ya se han recolectado muestras del Gran Área Metropolitana y de Puntarenas. La selección inicial de esos lugares de muestreo se dio, principalmente, porque son plantas de tratamiento que reciben el agua residual de gran parte de la población.

Con el reciente financiamiento de los fondos del Espacio Universitario de Estudios Avanzados (Ucrea), dentro de los próximos meses la UCR incluirá plantas residuales a lo largo de todo el territorio nacional.

“En esa primera etapa. Para seleccionar las plantas de aguas residuales se tomaron en cuenta varios factores. El más importante es garantizar que las aguas vengan de la población general, y no de una población particular, para evitar tener resultados alterados por las particularidades de la planta. Al tener resultados de población general, logramos una mejor idea del comportamiento general del virus”, dijo la Dra. Chacón.

Para efectuar los análisis, las investigadoras realizarán una concentración viral, seguida de extracción de ARN, síntesis de ADN y una posterior PCR cuantitativa en tiempo real que detectará la presencia del virus.

La técnica PCR tiene amplias ventajas, como la de obtener resultados en un tiempo corto. Otra es que no se requieren de pasos adicionales y posee la cualidad de detectar cantidades bajas de virus.

“Si bien ya iniciamos la toma de muestras, aún está pendiente que lleguen al país varios insumos para realizar la determinación de carga viral, razón por la cual desconocemos cuando tendremos los primeros resultados”, especificó la especialista.

La fase de muestreo se proyecta que durará un año en diferentes sitios. La idea es realizar un análisis mensual.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

UCR: Innovador sistema fortalecerá calidad de Costa Rica para tratar accidentes por sobreirradiación

  • Método dará la oportunidad de garantizar los análisis que se realicen en el país

UCR Innovador sistema fortalecera calidad de Costa Rica para tratar accidentes por sobreirradiacion
De momento LBDNet tiene programadas tres intercomparaciones. Para enero se espera que esté la de micronúcleos, la cual evalúa fragmentos de cromosomas que por la radiación quedaron afuera del núcleo celular. En agosto se espera la de condensación cromosómica prematura, cuyos marcadores son los cromosomas en anillo. Finalmente, en el 2019 se desea obtener la del ensayo de dicéntricos. Estas dos últimas se harán con imágenes. – foto Karla Richmond.

Los accidentes radiológicos son más posibles de lo que se cree. Aunque por lo general son pocas las personas afectadas, un mal cálculo en una dosis de radioterapia o una mala manipulación de algún equipo con fuente radiactiva es suficiente para crear una alarma social elevada.

Por esa razón 27 expertos internacionales de América Latina y España visitaron Costa Rica para establecer el primer mecanismo de la región orientado a asegurar la calidad de los análisis de cromosomas alterados por sobreirradiación, los cuales si no son tratados a tiempo, pueden provocar serios efectos perjudiciales en la salud humana como daño cerebral, esterilidad, cáncer e inclusive el fallecimiento.

El establecimiento consiste en un Sistema Regular de Intercomparación encargado de garantizar que las evaluaciones que realicen los científicos sean correctas. Con este nuevo aporte, se aumentará la calidad del servicio de Dosimetría Biológica que la Universidad de Costa Rica (UCR) busca instaurar desde el 2017 con el fin de verificar y evaluar la dosis que recibió una persona expuesta accidentalmente a radiaciones ionizantes -energía en forma de ondas electromagnéticas-.

Este nuevo esfuerzo fortalece el trabajo que ha estado realizando la UCR durante el último año, cuando en agosto de 2017 recibió el equipo de mayor avance tecnológico a nivel mundial orientado a identificar alteraciones genéticas de forma automatizada en menor tiempo.

El nuevo sistema se consolidó en el Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa-UCR) durante un taller impulsado por la Red Lationamericana de Dosimetría Biológica (LBDNet), y dará la oportunidad de montar una base de datos entre los 11 laboratorios de América Latina y el Caribe que integran esta red.

De acuerdo con Luisa Valle Bourrouet, investigadora del Inisa-UCR, las intercomparaciones se pueden realizar mediante diferentes métodos, uno de ellos es por medio de imágenes. A través de la colaboración conjunta entre los laboratorios de la LBDNet se recopilarán recursos visuales de figuras mitóticas irradiadas -cromosomas durante las fases de la mitosis-, a fin de evaluar la frecuencia de las alteraciones a diferentes dosis de radiación.

Con lo anterior será posible realizar ejercicios diagnósticos de manera sistematizada, es decir, que todos los laboratorios analicen cada cierto tiempo un mismo conjunto de imágenes, con el propósito final de comparar y evaluar las competencias de los analistas.

“Deseamos saber si como analistas estamos evaluando de manera similar y si se está realizando un recuento adecuado de los biomarcadores en estudio, con base en los criterios de análisis acordados para los diferentes ensayos en las reuniones de LBDNet. Los laboratorios de la red, al usar las mismas imágenes, hacen que se robustezca la comparación. Básicamente, todos deberíamos hacer una lectura similar. Si analizamos bien y los resultados de la participación en las intercomparaciones es satisfactoria, se valida nuestro trabajo y nos autoriza como entidad competente en brindar el servicio a nivel nacional”, explicó Valle.

Durante la actividad también se revisó el avance en la implementación de la técnica de dicéntricos -identificación de estructuras con dos centrómeros que se originan producto de una sobreirradiación- y la estrategia que se usará para equipararla en los 11 laboratorios de América Latina y el Caribe integrantes a la red que realizan este tipo de pruebas.

Un peligro latente

Aunque Costa Rica no es un país nuclear, hace uso constante de fuentes radiactivas que implican un riesgo que debe ser contemplado. Las fuentes de radiación de mayor uso en Costa Rica se encuentran en los centros médicos que proporcionan medicina nuclear. De igual forma, se usa en aparatos utilizados en procesos productivos, de medición y control de calidad.

El caso más reciente se dio a inicios del 2017, cuando el Ministerio de Salud publicó la pérdida de un equipo destinado a llevar a cabo mediciones de densidad y humedad de los suelos conocido como dosímetro nuclear, el cual utilizaba fuentes radiactivas. Si este tipo de fuentes no están bajo control, son altamente peligrosas para las personas y el ambiente.

UCR Innovador sistema fortalecera calidad de Costa Rica para tratar accidentes por sobreirradiacion2
De acuerdo con información proporcionada por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), la institución cuenta con fuentes radiactivas instaladas en equipos, como las unidades con cobalto 60 (Co60) y braquiterapia (radioterapia interna) de alta tasa de dosis con Iridio 192 (Ir192). También, dispone de tres servicios de medicina nuclear que trabajan con varios tipos de fuentes radiactivas abiertas, y un amplio inventario de equipos emisores de radiaciones ionizantes distribuidos en 186 centros de salud. – foto Laura Rodríguez Rodríguez.

Valle indicó que ese es un ejemplo claro de la necesidad de contar con un servicio de Dosimetría Biológica en el país, con un programa altamente sofisticado que esté avalado tanto por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de los Estados Unidos, como por las Comisiones de Energía Atómica de los países miembros.

“Este tipo de accidentes tienen un gran impacto en la sociedad. Más allá de lo que una persona pueda verse afectada, una respuesta a nivel país rápida y eficaz genera un componente psicológico importante, del cual Costa Rica se está preocupando por brindar de forma competente”, señaló Joan-Francesc Barquinero Estruch, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona participante del taller.

Disponer del sistema abre una nueva puerta de prevención y atención que beneficiará no solo a Costa Rica, sino también a los países miembros de la Red. Carlos Madrigal Díaz, de la Dirección Ambiental del Ministerio de Salud, afirmó que su presencia da pie para lograr una respuesta oportuna ante las emergencias que se presenten en la región, especialmente en la zona Centroamericana.

“El país no debe atender únicamente las emergencias cuando se presentan, debe además trabajar en la fase previa. El Inisa, con la infraestructura que tiene desarrollada, es propicia para llevar a cabo este tipo de servicios”, afirmó Madrigal.

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Este es el grupo de expertos internacionales y nacionales, integrantes de la red que permitirán robustecer el sistema de Dosimetría Biológica en Costa Rica y en la región Latinoamericana. – foto Cristian Araya Badilla.

Múltiples usos

El mismo marcador de dicéntricos que utiliza el ensayo para identificar a qué dosis ha estado expuesto un individuo en caso de accidente, también se puede utilizar en determinar la cantidad de radiación que un paciente ha recibido durante su tratamiento de radioterapia.

Dicho uso brinda una nueva oportunidad de generar estudios encaminados a minimizar el efecto que la radiación origina al tejido sano, así como maximizar su impacto en el tejido tumoral, lo que mejoraría potencialmente la calidad de vida del paciente.

Según Omar Francisco García Lima, Director de Gestión del Centro de Protección y Radiaciones en la Habana, Cuba, al menos cuatro laboratorios de la región han comenzado a realizar este tipo de estudios clínicos. Entre ellos se encontrará próximamente la UCR.

Las personas que conforman la red son especializadas en este tipo de análisis y Costa Rica es parte de ella. Es decir, está adquiriendo una alta capacidad de respuesta ante situaciones que pueden ocurrir y ayudar a otros en Centroamérica”, afirmó García.

“La meta no es solo quedar esperando un accidente, sino hacer investigación básica en ese campo de la salud.Tenemos un estudio previo que se realizó con el apoyo del Servicio de Radioterapia del Hospital San Juan de Dios. La investigación evaluó el efecto de la radiación ionizante en los pacientes sometidos a radioterapia. Entre los resultados de la investigación se observó un incremento de los cromosomas dicéntricos. Deseamos continuar esos estudios, pero primero debemos tener lista la curva”, manifestó Valle.

El siguiente paso para Costa Rica es concluir la primera curva dosis-efecto para radiación gama, muy utilizada a nivel nacional, y posteriormente estimar altas dosis de radiación.

El ensayo de dicéntricos permite calcular una dosis de 0 a 5 gray (Gy)- , pero no cubre todos los niveles que pueden llegar hasta los 20 Gy. Debido a esto, también se elaborará la curva para el ensayo de condensación cromosómica prematura (PCCr) y el ensayo con cafeína que por sus características facilita el cálculo de dosis altas superiores a 5 Gy.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba

Periodista Oficina de Divulgación e Información

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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