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Etiqueta: inmunidad

Comunicado Unión Sindical de la CCSS

Desde la Unión Sindical de la CCSS, hacemos de conocimiento público nuestra posición de reproche del inmoral nombramiento de la señora Marta Esquivel Rodríguez como máxima jerarca de MIDEPLAN y exigimos la devolución de las sumas pagadas demás cuando ocupó el cargo de presidenta ejecutiva de la CCSS.

La Unión Sindical CCSS califica de indignante, inmoral y reprochable el nombramiento de la señora Marta Esquivel como ministra del Ministerio de Planificación. No solamente por la búsqueda de concederle una inmunidad ante graves cuestionamientos que son objeto de investigación por parte del Ministerio Público, sino por la forma tan desvergonzada en la que se le vuelve a conceder un jugoso salarios de ministra mientras enfrenta un proceso por presuntos hechos de corrupción en los que está directamente vinculada.

Recordemos que la señora Esquivel, fue encausada y un juez de la república consideró elementos suficientes para imponerle medidas cautelares por lo cual en este momentos y es investigada por el Ministerio Público por el sonado “Caso Barrenador”, donde fue suspendida como presidenta ejecutiva de la CCSS desde el 10 de octubre de 2024; ante el escándalo de corrupción por la adjudicación de 10 áreas de salud a unas cuantas cooperativas con un sobre precio de 12.400 millones de colones al año.

Es clara la intención del Poder Ejecutivo liderado por el Presidente Rodrigo Chaves de proteger a una de sus más cercanas colaboradoras, evidenciándose una descarada red de cuido “o de impunidad” nombrándola en un puesto que reviste de inmunidad, generando una evidente obstrucción a la justicia en las investigaciones abiertas por la Fiscalía, ninguneando y burlándose de manera clara y desafiante al Ministerio Público (y a la justicia costarricense) ante la investigación abierta en su contra, habilitándola en un nuevo puesto público como Ministra de la República, privilegiándola “como Tica con corona” con inmunidad a pesar de pese los cuestionamientos por corrupción y tráfico de influencias.;

La señora Esquivel deja una estela de saboteo, distorsiones administrativas tendientes al entrabamiento de los procesos institucionales, entorpecimiento del proyecto para la construcción del Hospital de Cartago, suspensión injustificada de los casi 500 proyecto de infraestructura contenidos en el portafolio de inversiones de la CCSS en complicidad con los usurpadores de la Junta Directiva sin dejar de lado omitir mención de su evidente incompetencia para liderar como titular del MIDEPLAN al no contar con la idoneidad debido a la falta de formación profesional en ciencias económicas, tal y como lo manifestó de manera contundente la Fiscalía del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica.

Esta Unión Sindical también exige a las autoridades de la CCSS, materializar de una vez el cobro de las sumas pagadas de más como presidenta ejecutiva de la Institución a la señora Esquivel Rodríguez que judicializó el tema con tal de no devolver el dinero a los asegurados. A ella se le pagaron más de 270 millones de colones entre setiembre 2022 hasta la fecha. Es imperativo que la institución haga valer la normativa institucional y la legislación nacional en la materia ejecutando dicho reembolso, incluso elevándolo a cobro judicial y así reintegrar esos fondos a la institución.

En la USCCSS hacemos un llamado a todo el pueblo costarricense honesto digno y trabajador a repudiar la red de cuido y privilegios de las personas cercanas al presidente Rodrigo Chaves.

San José 22 de enero de 2025

En las puertas de una gran catástrofe ambiental y sanitaria

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

En medio de las manifestaciones cotidianas que evidencian la existencia de un fenómeno caracterizado, tanto por sus múltiples causas como por sus innumerables efectos, a veces difusos o casi imperceptibles, o más bien temibles en su singularidad en otros momentos o circunstancias particulares, podemos constatar también que para un gran sector de la población pareciera no ocurrir nada, todo esto tal vez porque muchas gentes no logran entender o percibir siquiera algo de su complejidad y alcances universales, los que han puesto de cabeza todo el orden, y las maneras de considerar una cierta “normalidad” que no existe más, pero a la que resulta muy difícil o imposible renunciar, por eso se insiste en seguir actuando como se hacía habitualmente desde tiempos inmemoriales, tal vez esperando la llegada de una catástrofe, aunque siempre con la expectativa de que no nos alcance.

Sucede además, que pese a todo, la naturaleza nos está notificando que la presencia de la especie humana, la que arrastra en su caída a otros seres vivientes, ya no forma parte de la “normalidad” de la vida misma sobre el planeta, de donde se desprende que ¿o la humanidad se adapta a la presencia de estos agentes patógenos que pueden resultar muy letales en algunos casos o simplemente desaparece? Si bien, lo que estamos afirmando no es un hecho inmediato, ahora sabemos que incluso con las llamadas “vacunas” no está garantizada la inmunidad de la especie entera. ¿la mascarilla o la escafandra se volverán algo permanente, al haberse vuelto el planeta tierra un lugar “menos habitable”? ¿será todo esto apenas una parte de una degradación a largo plazo que nos conducirá al fin de nuestra especie sobre la tierra?

Con este asunto de la llamada “pandemia del Covid-19”, la primera en la historia de la humanidad que alcanza de verdad unas dimensiones universales totales, cosa que no ocurrió siquiera con la temible gripe española de 1918-1920, estaríamos llegando a los límites o alcances biológicos de la existencia humana sobre la tierra, pero también a los de orden social y económico, por lo que de aquí en adelante muchos supuestos con los que hemos venido operando no pasarán de ser eso, enunciados que se asumen pero serán cada vez más difíciles de validar.

Las élites ligadas a los intereses del capital financiero se preparan para una especie de relanzamiento total (great reset) de unas relaciones sociales y políticas, cada vez más degradadas, y que podrían lanzarnos hacia grandes hambrunas, nuevas guerras interminables u oleadas migratorias masivas, a todo lo ancho y lo largo de la geografía mundial. En ese punto no sólo estamos fuera la “normalidad” aceptada por la naturaleza sino que la convivencia social estaría llegando a sus límites más extremos, como sucede en muchos países de la región, un ámbito donde los grupos de poder económico y político están aprovechándose del pánico, originado a partir de un difuso miedo a la muerte por causas epidémicas, para poner fin al estado social de derecho y a las políticas que mejoraron las condiciones de vida de las grandes mayorías, sentando las bases para un pacto social que duró muchas décadas(caso de Costa Rica entre otros países).

Las sindemias periódicas, originadas por las carencias sanitarias estructurales que aquejan, con más o menos agudeza, a grandes sectores de la población latinoamericana y planetaria, vienen a agravar un cuadro al que se une la hostilidad de las élites regionales hacia la legislación internacional en materia ambiental y el intercambio de información unido al acceso al derecho efectivo que se traduzca en la aplicación de esa legislación (Nicolas Boeglin, dixit). De ahí el estallido reciente, entre algunos sectores empresariales (representados por la UCCAEP) y hasta de grupos integristas religiosos con representación política en el parlamento (el caso de Nueva República, de Fabricio Alvarado) contra el  “Acuerdo de Escazú” sobre el medio ambiente y su protección, suscrito aquí en Costa Rica por numerosos países latinoamericanos, el que habiendo sido impulsado por Chile y Costa Rica,  ahora encuentra grandes escollos en esos dos estados que no lo han ratificado todavía, cosa que sí hicieron Argentina y México. Estamos avisados: los que quieran oír que oigan, los que quieran ver que vean.