Honduras, septiembre de 2025 / Comunicado conmemorativo
Este mes de septiembre conmemoramos y honramos a aquellos valientes hondureños y hondureñas, héroes y mártires caídos en Olancho en 1983, quienes entregaron sus vidas en defensa de una Honduras justa, digna y solidaria.
Con respeto y solemnidad, evocamos la memoria de Juan Ramon Dermith, René Bulnes Soleno, Luis Antonio Isaula Oliva, Rafael Alberto Salazar Mugartegui, Padre Guadalupe Carney, José María Reyes Mata, y de todos aquellos que fueron torturados, desaparecidos y asesinados en el departamento de Olancho, en el marco de la brutal represión estatal de la década de los ochenta, producto de la Doctrina de Seguridad Nacional.
Nuestro pueblo sabe que la libertad y la justicia tienen un precio muy alto. Reconocemos el sacrificio de quienes, con su vida, sembraron las semillas de esperanza y transformación en nuestro país. En honor a su memoria, reafirmamos nuestro compromiso de seguir luchando por el derecho a la verdad y la justicia. Esto nos obliga a garantizar que nunca se olvide el pasado, que las verdades sean plenamente conocidas, y que la memoria de las víctimas permanezca viva como un acto de justicia y reparación.
Nos solidarizamos con sus familiares y con toda la comunidad que continúa soñando con un país sin miedo ni opresión. La memoria activa de los mártires nos recuerda que “nunca más” debe repetirse la historia de represión, desapariciones y asesinatos. Solo mediante reformas institucionales, justicia efectiva y una memoria verdadera, podremos construir un país en paz, sin miedo y sin impunidad.
Desde el Grupo Búsqueda de la Verdad y la Justicia, seguimos trabajando por una Honduras que honre a sus víctimas, garantice sus derechos y nunca olvide su pasado. La lucha continúa, y todos estamos llamados a mantener viva su memoria y a perseverar en la búsqueda de una sociedad más justa.
¡Nunca olvidaremos! ¡Nunca nos rendiremos!
Por la memoria, la justicia y la dignidad de Honduras.
El próximo sábado 9 de agosto, de 9:30 a.m. a 12:00 m.d., se realizará la 2ª Caminata por la Erradicación de la Violencia Sexual contra personas menores de edad. La actividad se enmarca en el Día de Solidaridad con las personas sobrevivientes de violencia sexual padecida en la infancia y adolescencia.
La caminata reúne a personas sobrevivientes, activistas, profesionales y organizaciones de la sociedad civil en un llamado colectivo a detener todas las formas de violencia que afectan a las infancias. Será un pasacalles lleno de música, arte, carteles y colores, pensado como un espacio seguro para personas de todas las edades.
El año pasado se formó parte de una movilización histórica junto a más de 500 organizaciones en América Latina y el Caribe. Este 9 de agosto se renueva el compromiso de alzar la voz por justicia, prevención y reparación para las personas sobrevivientes.
Esta nota comparte una producción del Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica, a partir del trabajo del Colectivo Antonio Saldaña.
El pasado 5 de julio, en una jornada cargada de memoria y lucha, el Colectivo Antonio Saldaña conmemoró el legado de Pablo Presbere y Antonio Saldaña, figuras centrales de la resistencia indígena en Costa Rica. La actividad no fue solo un acto simbólico: fue un ejercicio político y comunitario de afirmación cultural y territorial. Desde la región Bribri-Cabécar de Talamanca, la memoria viva se convirtió en acción colectiva.
El artículo disponible en el sitio del Observatorio explora cómo estos referentes históricos continúan inspirando luchas por la autonomía de los pueblos originarios, el derecho a la tierra y la descolonización del pensamiento. A través de textos, imágenes y participación comunitaria, la conmemoración permitió revitalizar preguntas fundamentales: ¿Qué significa hoy defender el territorio? ¿Cómo se ejerce la soberanía cultural frente a las amenazas del olvido institucional?
Presbere, símbolo de la resistencia contra la colonización en el siglo XVIII, y Saldaña, defensor de los pueblos indígenas en las primeras décadas del siglo XX, encarnan un legado que continúa vigente. El texto hace un recorrido por sus vidas, sus luchas, y la forma en que sus nombres abren camino para nuevas generaciones que exigen justicia histórica, memoria digna y defensa de la vida colectiva.
Desde el presente, las comunidades reafirman que sin autonomía no hay justicia, sin memoria no hay futuro y sin territorio no hay vida.
160 personas y 43 organizaciones, colectivas y colectivos costarricenses presentan carta a la Embajada de Panamá, pronunciándose en contra de la represión ejercida por el gobierno de José Raúl Mulino
El pasado lunes 9 de junio, un total de 160 personas y 43 organizaciones, colectivas y colectivos costarricenses presentaron una carta a la Embajada de Panamá, pronunciándose en contra de la represión ejercida por el gobierno de José Raúl Mulino.
Esto ocurre tras un proceso en el cual el pueblo panameño se ha enfrentado a atropellos sistemáticos y a la represión a las protestas en el país vecino, pues ha habido una creciente movilización que rechaza las últimas decisiones tomadas por el gobierno de Mulino. Un ejemplo de estas decisiones es la Ley 462 que reforma la Caja del Seguro Social, puesto que la reforma implica la eliminación de solidaridad intergeneracional y establecimiento de cuentas individuales, afectando así las pensiones de las próximas generaciones. Asimismo, se ha protestado contra los planes de reactivación de minería de la empresa canadiense First Quantum, y contra el pacto de ampliación de presencia militar estadounidense en áreas de acceso y otras áreas adyacentes al Canal de Panamá.
Las manifestaciones en defensa a las pensiones dignas, a la seguridad social y a la soberanía panameña frente a Estados Unidos, han sido encabezadas por el movimiento estudiantil, sindical y comunidades indígenas; de la misma manera que han participado grupos de mujeres, niñez y otros. Por ende, el pronunciamiento presentado a la Embajada de Panamá en Costa Rica suma estas reivindicaciones de dignidad y justicia social; insta al diálogo, a no criminalizar las protestas, a la protección de los medios y recursos naturales de Panamá, y a mantenerse en solidaridad con el pueblo hermano de Panamá
A continuación, se comparte la carta dirigida al Embajador de la República de Panamá.
9 de junio, 2025
San José, Costa Rica
Señor Embajador de la República de Panamá
Pacífico Escalona Ávila
Presente.
Desde la dignidad y la justicia social
En las últimas semanas hemos presenciado el ejercicio del legítimo derecho del pueblo panameño a luchar por un régimen de pensiones y retiro justo, contra la reapertura de la minera cerrada en 2023 y por el cese de los intentos de reabrir bases militares norteamericanas en su patria. Estas movilizaciones han contado con la presencia activa de los maestros y profesores, estudiantes, comunidades indígenas, sindicatos como el SUNTRACS y el de las Bananeras, entre otros muchos sectores y organizaciones.
La respuesta del gobierno del señor José Raúl Mulino ha sido negar la posibilidad de diálogo que conduzca a escuchar y tramitar estas justas reivindicaciones. Por el contrario, se ha desatado una campaña de criminalización contra dirigentes sindicales como Saúl Méndez, Genaro López y Jaime Caballero; contra dirigentes estudiantiles, como Eduardo García, estudiante de economía, del grupo estudiantil FER29, expulsado sumariamente de la Universidad de Panamá; así como una indiscriminada represión contra las comunidades comarcales de los pueblos originarios y la detención selectiva de luchadores sociales. A las personas educadoras se les ha violado el derecho a recibir salario mientras al sindicato de la construcción se le confiscan sus cuentas bancarias y cierran la cooperativa.
Esto está generando una situación explosiva. Los pueblos del mundo vemos con preocupación lo que está ocurriendo en Panamá e instamos a una pronta salida negociada, partiendo de las justas demandas del pueblo panameño. En particular, señalamos la importancia del cese de la represión y la inmediata liberación a todos los presos políticos, detenidos por luchar y que han sido enviados a cárceles comunes y tratados como delincuentes. Repudiamos la ofensiva antiobrera y antidemocrática que se expresa en los allanamientos de instalaciones y congelamiento de las cuentas de la Cooperativa del SUNTRACS, la persecución judicial contra su secretario general Saúl Méndez y otros dirigentes. Hoy todos somos Panamá que resiste a la destrucción ecológica, la condena a la miseria de los jubilados y nuevas formas coloniales revestidas de cooperación.
Panamá no está sola. Iniciamos desde este momento un proceso de divulgación internacional sobre la lucha de su pueblo.
Firma responsable Allen Cordero Ulate Cédula 3-02170094 9 de junio, 2025
FIRMAS
A nivel personal
Adrián Gordón / Estudiante
Adrián Jaén España Docente
Adriana Laclé Médica internista
Alejandra Bonilla Leiva Agrónoma
Alejandra Ducca Durán
Alexandre Rojas Parajeles Docente
Álvaro Fernández González Sociólogo jubilado
Allen Cordero Ulate Docente jubilado UCR
Amilcar Castañeda Cortez Docente
Amalia Vargas Rojas Jubilada
Ana Cristina Rossi Novelista y profesora
Andreina Vargas Rodríguez Ama de casa
Ángelo Monge Ingeniero civil urbanista
Antonieta Fernández Quirós Abogada
Carlos Coronado Vargas Dirigente popular
Carlos Guevara Abogado
Carlos Alberto López Herrera Intérprete naturalista
Carlos Moya Cisneros Docente
Carlos Settembrini Jubilado
Casilda Sancho Barrantes Jubilada
Catarina Goldoni Ruiz Jubilada
Celina Valadez Educadora popular
Ciska Raventós Vorst Socióloga
Clarita Quiel Torres Ama de casa y agricultora
Cristopher Montero Corrales Docente universitario
Damaris Orozco Analista de RH
David Morera Herrera Docente
Deby Calderón Vega Chofer
Deymer Moreno Bejarano Docente
Diego Chaverri Sociólogo
Dinorah Romero Morales Ama de casa
Dunia Valverde Segura Docente
Edison Valverde Araya Jubilado
Edwin Alfaro Quesada Jubilado
Edwin Ticak Actor
Eladio Retana Fallas Jubilado
Eli Ortiz Torres
Elías E Aguirre Ramírez Policía
Elides Rivera Navas Presidenta Organización de Mujeres Mano de Tigre
Enjolras Mata Rojas Supervisor de operaciones
Erik Nelson Abogado
Esteban Arias Chavarría Docente
Esteban Fernández Filósofo
Eutiquio Degaiza Estudiante
Félix López Zambrana Agricultor
Flor Lorca Melero Periodista
Florangel Vecchini Zerpa TSU Administración
Franklin Quesada Campos Dirigente sindical
Gerardo Cerdas Vega Sociólogo y profesor
Gerardo Valverde Agricultor
Gilberto Franco Cabrera Prejubilado de JAPDEVA
Giovanni Beluche V Académico universitario
Gloria Laura Gergen Soto Perforador
Gloriana Araya Fernández Desempleada
Gonzalo Barrantes Cartín Docente
Grace Cecilia Serrano Correa Agricultura
Guiomar del R Martín Tedman Jubilada
Hannia Franceschi Barraza Docente universitaria
Heidy Valencia Espinoza Docente
Isabel Briceño Quesada Matrona
Isabel Ducca Durán Jubilada
Isabel Méndez Garita Ama de casa
Isabel Rivera Navas Diseñadora
Jaime Roberto Robert Jiménez Psicólogo social
James Brown
Javier Alvarado Vargas Docente
Javier Cabero Consultor internacional
Jeff Hernández Castro Docente
Jennifer Morgan Desempleada
Jiri Spendlingwimmer Antropólogo
Jorge Barrientos Valverde Docente universitario
Jorge Alens Conte Guerra Académico
Jorge Raúl García Fernández Sociólogo
Jorge Luis Vargas Rivas Manufactura estudiante
José Daniel Díaz Moya Trabajador de call center
José Eduardo Álvarez Araya ACODEHU
Juan Ticak Actor
Karol Pineda Docente
Karla Chinchilla Aguilar Profesora universitaria
Kimberly Umaña Zamora Trabajadora social
Laura Arias Cabrera Docente
Laura Gómez Vázquez Oficinista
Leila Marcela Sánchez Sindicalista
Loreana Araya Fernández
Lorena Molina Jubilada
Lucía Brenes Chaves Docente
Luis Bonilla Bonilla Docente
Luis Angel Céspedes Rodríguez Jubilado
Luis Alberto Salas Sarkis Jubilado
Luz Rosas Ama de Casa
Magda Sánchez Empleada
Marcela Naranjo Segura ACODEHU
Marcela Zamora Cruz Administradora del CAP
Marco Amador Valverde
Marco Vinicio Fournier Psicólogo
María Álvarez Fernández
María Antonieta Chandía Jubilada
María Damaris Badilla Vargas Ama de casa y ambientalista
María de los A. Lobo Umaña Agricultora
María de los A. Téllez Comerciante
María del R Chamorro Tasies Docente
María S Hernández Carmona Historiadora
María López Ama de casa
María Natalia Chaves Vargas
María José Lechado Comité de lucha de vivienda Monte Alto
María Trejos Montero Docente jubilada y activista DDHH
Mariana Lacayo Campos Editora
Mariela Muñoz Galaz Trabajadora social
Marielos Muñoz Solórzano Oficinista
Marylin Morris Zúñiga Estudiante, ama de casa, cocinera
Marta Sanchez
Marvin Hernández Docente
Marvin Soto Arias Estudiante
Mauricio Zeledón Leal Jubilado
Miguel Barrios Gutiérrez Pensionado de la CCSS
Minerva Solano Campos Estudiante y docente
Nancy Piedra Guillén Docente
Nelisse Wielewcki Narloct Docente
Norma Noemy Cisneros Páez Productora
Nubia G Rodríguez Forero Economista
Olga Viviana Gysling Caselli Jubilada
Oliverio A del Águila Mejía Historiador
Olman Bolaños Ortiz Docente universitario
Olman Bolaños Vargas Ilustrador
Orlando Barrantes Cartín Luchador social
Óscar Delgado Cabana Docente
Óscar Navarro Rojas
Pablo Vommaro Docente e investigador
Paola Zeledón Muñoz Trabajadora de call center
Peggy Chamorro Psicóloga y comunicadora
Rafael E López Alfaro Profesor
Rafael Morera Ramos Estudiante universitario
Roberto Ayala S Docente
Roberto Cascante Vindas Docente e investigador
Rodolfo Ulloa Bonilla Sociólogo
Roger Chaves Grijalba Sociólogo
Ronald Solís Alemán Agricultor
Rosa María Muñoz Varela Docente pensionada
Rosángela Cortés Barquero Ama de casa y agricultora
Roxana Cedeño Sequeira Trabajadora social
Ruth Zurbrigen Docente
Sebastián Saborío Docente
Sharo Rosales Defensora de DDHH
Sileny Vázquez Orozco Promotora de la Salud
Silvia Regina de Lima Silva Directora del DEI
Sitaira Cubillo Oficinista
Socorro Trejos
Stefanie Hidalgo Acuña Trabajadora social
Susan Quirós Díaz
Tomas Echeverría Vela Jubilado
Vania Quesada Silva Emprendedora
Vianney Mora Vega Socióloga asesora legislativa
Víctor M Gutiérrez Soto Profesional
Victoria E Borbón Pineda Licenciada en Orientación
Yamileth Fontana Coto Socióloga pensionada
Yamileth Monterrey López Psicóloga
Yaser Ramos Vargas Estudiante de sociología
Yoselyn Leandro Coto Asesorías Agroecológicas
Zoila Martínez Moncada Psicóloga
Zuleika Zambrano Médica
Organizaciones, colectivos y colectivas
Asociación Costarricense de Derechos Humanos (ACODEHU)
Asociación Indígena Dockua
Asociación UNAPROA
Biovida
Biriteca
Caz
Centro de Amigos para la Paz (CAP)
Círculo de Debates Marxista
Clan Túbölwak Bribri, Yábamí Dí Káta. Consejo Iriria Sätkök, Yábamí Dí Káta, conocido como Cabagra
Colectiva Feminista La Revuelta
Colectiva por el Derecho a Decidir
Colectiva Profesional para la Ciudadanía
Colectivo COPAL
Comité de Lucha por Vivienda de Monte Alto
Comité de Solidaridad con los Pueblos Originarios Iriria Tsòchok, Costa Rica
Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT)
Coordinadora de Lucha Sur Sur
Dinamismo Juvenil A.C
Ecocipreses
Investigaciones Psicosomáticas
FENASEP
Flores Piercing
FUAR
Fundación Nómada Costa Rica
Grupo Socialismo y Libertad
GSL
La Izquierda Diario CR
Movimiento Humanista
Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC)
Mujeres en Apoyo
Mujeres Indígenas Mano de Tigre
Mundo sin Guerras y sin Violencias
Organización Socialista Revolucionaria (OSR)
Pan y Rosas
Partido Humanista
Partido Izquierda Costarricense (PIZCO)
Partido Revolucionario de Trabajadoras y Trabajadores (PRT)
Preservación de Ecosistemas Zona Norte
Red de Ecología Autónoma
Sindicato de Salud y Seguridad Social
Sindicato Unitario de la UNED (SIUNED)
UNT-BUSSCO
Unión de Amigos para la Protección del Agua (UNAPROA)
Limón, tierra de historia y lucha, es un enclave donde las compañías extranjeras han sembrado su dominio en vastas plantaciones de banano. Aunque existen empresas nacionales, sus pasos siempre han estado marcados por las imposiciones del capital foráneo. Es un territorio vibrante, un mosaico de culturas donde los ecos de sus pueblos originarios —bribríes, cabécares y Ngäbe-Buglé— se entrelazan con la herencia de migrantes chinos, afrocaribeños, italianos y centroamericanos. Aquí, las lenguas se fusionan en una sinfonía diversa: el bribrí y el cabécar conviven con el inglés caribeño, el mandarín, el italiano y, por supuesto, el español.
Limón es más que un puerto; es una provincia de aromas y colores, de danzas y calypso que retumban en sus calles como un latido ancestral. Sus sabores cuentan la historia de sus pueblos: el rice and beans con coco, la sopa de mondongo, el rondón. Es un rincón donde las tardes de ocio encuentran refugio en partidas de dominó golpeado con fervor sobre la mesa, entre la brisa cálida que acaricia el litoral.
Desde el siglo XIX, Limón ha sido un nodo estratégico con su ferrocarril, sus muelles y el comercio que dinamiza la región, desde la exportación bananera hasta el oleoducto y las grandes zonas de carga. No obstante, la prosperidad no ha alcanzado a sus habitantes. La riqueza quedó atrapada en los márgenes de un desarrollo desigual, y JAPDEVA nació como un intento de cambiar esa realidad. Pero queda la pregunta latente: ¿logró su propósito, o la deuda con el pueblo sigue sin saldarse?
En los campos bananeros, el tiempo parece congelado en una historia que nunca avanza. La injusticia, la marginación y la precariedad persisten, como si aún viviéramos en aquel siglo XIX. A lo largo de los años, el clamor de los trabajadores ha resonado en huelgas que marcaron la historia: 1888, 1919, 1921, 1934, y tantas más en el siglo XX y ahora en el XXI. Todas impulsadas por la misma llama: la lucha por condiciones humanas, por acceso a salud, vivienda digna, salarios justos y el derecho a una jornada sin explotación.
Así nació FETRAL en 1913 y las huelgas bananeras de 1919 y 1921; la UGT del General Volio dio voz a la histórica huelga de 1934. Los obreros bananeros han sido los pilares de esta resistencia, cargando sobre sus hombros no solo racimos de banano, sino el peso de la desigualdad. En cada lucha, han emergido figuras emblemáticas que supieron alzar la voz contra la injusticia: Carlos Luis Fallas, el indomable Calero, Pedro el nicaragüense, Antonio González Espinoza, Isaías Marchena, Freddy Menéndez, José Ángel Marchena, Julio Arroyo Gutiérrez, René García, Ramón Cascante, Carlos Quirós Chavarría, Guillermo Keith, Rodrigo Ureña, Carlos Arguedas Mora, Obed Morales, y tantos más que construyeron una cadena de solidaridad para erguir el pedestal donde deberían permanecer, en lo alto, los obreros bananeros. Limón sigue siendo el corazón de una lucha inquebrantable, un lugar donde el sudor y la dignidad se entrelazan en una historia que aún espera justicia.
En la incansable lucha por la justicia obrera bananera, han emergido abogados con una profunda conciencia sindical, guardianes del derecho convertido en herramienta de dignidad y equidad. Álvaro Monteo Vega, Frank Ulloa Royo, Jorge Regidor Umaña, Mauricio Castro Méndez, Obeth Morales Barquero y Maikol Hernández Arias, Arturo Fournier Facio, Walter Antillón Montealegre quienes han forjado su conocimiento en el derecho individual, colectivo y procesal para proteger a los trabajadores del sector bananero. Su presencia ha sido crucial en la defensa de la estabilidad laboral, el salario justo, la jornada digna, la vivienda y el derecho a la salud, convirtiendo estas exigencias en leyes a través de convenciones colectivas, derribando las estructuras patronales de compañías, testaferros e incluso desafiando al propio solidarismo.
De la épica resistencia de los obreros bananeros brotó una literatura que nos narra su sacrificio, su crudeza y su insaciable sed de justicia. Carlos Luis Fallas Sibaja, con su inmortal Mamita Yunai, nos retrató la explotación sin límites; Carmen Lyra, en Banano Hombre, nos dejó la huella imborrable de Estefanía y su hija enfrentando la brutalidad del sistema. En DONDE NADIE del periodista y filólogo Carlos Villalobos destapó el horror del envenenamiento de trabajadores y sus familias, el daño irreversible en la tierra y el agua. La literatura sigue dando testimonio de esta lucha con LLENA de Gerardo Vargas Varela, las investigaciones de Vladimir de la Cruz L., Marielos Aguilar Hernández y Óscar Aguilar Bulgarelli, y los estudios sobre La United Fruit Company y las huelgas bananeras del Dr. Arturo Fournier Facio.
Hoy, en un presente que todavía enfrenta tempestades de injusticia, un grupo de valientes sindicalistas mantiene viva la llama de la reivindicación obrera. José Luis Castro Vargas (UTRAATLA), Steven Rodríguez Obregón (SINTRAPYBCR), Elvis Rivas Fernández (STAGASH), Carlos Orozco Alvarado (UTRABASI), Didier Leitón Céspedes (SITRAP), Walter Campbell Gómez (STRACHIRI), Donaldo Álvarez Cruz (STRASEICO) y José Agustín Centeno Centeno (SITRACA) han entregado su esfuerzo y convicción a la defensa de los derechos de los trabajadores bananeros. Sus voces resuenan en la misma melodía de las luchas históricas, enfrentando obstáculos que exigen mayor formación sindical, fortalecimiento técnico-profesional, seguridad ocupacional y, sobre todo, la consolidación de una federación que unifique a los sindicatos bananeros.
El sindicalismo sigue enfrentando desafíos gigantescos. La reivindicación de derechos individuales, colectivos y procesales aún es una batalla por ganar, al igual que el mejoramiento de salarios, la estabilidad laboral y la restauración de la solidaridad dentro del movimiento sindical nacional, que muchas veces ha olvidado a los trabajadores bananeros y su causa. Es un reto inmenso, pero un reto que no ha perdido su urgencia ni su relevancia.
Conscientes de la trascendencia de esta lucha, el exdiputado Gerardo Vargas Varela impulsó un llamado a la población y promovió la Ley N° 9393, firmada el 29 de agosto de 2016, durante la presidencia de Luis Guillermo Solís Rivera. Gracias a esta ley, se instauró el 4 de agosto como el Día del Trabajador Bananero, una fecha nacional para rendir homenaje a quienes han construido la historia laboral del país con su sudor y resistencia. En un esfuerzo por arraigar esta memoria en las futuras generaciones, la celebración también se integró al calendario escolar, asegurando que cada centro educativo honre el papel fundamental de estos trabajadores en la cultura, historia, sociedad y economía de Costa Rica.
Que esta conmemoración no sea solo un recuerdo, sino un compromiso de lucha por la dignidad y los derechos de los obreros bananeros. Porque su causa sigue siendo la nuestra.
El arte ha sido una herramienta poderosa para representar la lucha, los sueños y la resistencia de los migrantes, quienes, a menudo, son tratados como mercancía desechable o criminales. Esculturas como «Angels Unawares» (Ángeles inadvertidos), instalada en el Vaticano por Timothy P. Schmalz (2019), desafían esta visión. Timothy Schmalz lleva 25 años esculpiendo grandes obras de bronce que se han instalado en todo el mundo. El tema de la mayoría de ellos se refiere a cuestiones actuales de justicia social, como los sin techo, los migrantes y la trata de seres humanos.
La obra muestra una barca repleta de migrantes de diversas épocas y culturas, con alas de ángel emergiendo en el centro, recordando el pasaje bíblico: «No olvidéis la hospitalidad, pues por ella algunos hospedaron ángeles sin saberlo» (hebreos 13:2). La barca parece flotar en un mar de incertidumbre, cargada de esperanza y temor, simbolizando el viaje forzado de quienes buscan una vida digna lejos de su patria. Este monumento es un llamado urgente a la solidaridad y la acogida.
“Sean acogedores”, obra de Timothy P. Schmalz en la Iglesia Santa María del Lago en Chicago.
El Papa Francisco ha sido un defensor incansable de los derechos de los migrantes, y en su mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado), expresó: «Los migrantes escapan de una pobreza terrible, de la imposibilidad de asegurar la supervivencia de sus familias, de situaciones de violencia y explotación. No debemos olvidar que el progreso de nuestras naciones se ha construido en gran parte sobre el sudor y el sacrificio de millones de migrantes.»(Papa Francisco, 2023)
Mientras tanto, en Costa Rica, a pesar de la enorme contribución de los migrantes, especialmente la comunidad nicaragüense, no existe un monumento que visibilice su esfuerzo. La única escultura que reconoce el aporte de la migración china, iniciada hace 168 años, es el Monumento a la Convivencia, creado por Juan Carlos Abarca (2023), en el Barrio Chino de San José. Sus figuras de bronce parecen conversar con el viento, contando la historia de quienes dejaron su país para construir un nuevo hogar. Sin embargo, miles de nicaragüenses trabajan en el campo y la construcción sin ningún reconocimiento artístico que honre su labor. Esta ausencia pone en evidencia la falta de reconocimiento y la xenofobia que aún persiste. (Universidad, 2023).
En contraste, la migración española ha sido homenajeada en esculturas como la Puerta del Atlántico, en Vigo, España, de Silverio Rivas (1991). Paradójicamente, mientras generaciones de españoles buscaron oportunidades en América, hoy muchos sectores políticos y sociales en España rechazan la migración latinoamericana con argumentos racistas. En los últimos años, el discurso antinmigrante ha cobrado fuerza en algunos grupos, promoviendo la idea de que los migrantes latinoamericanos representan una carga para el país (ACI Prensa, 2019). Sin embargo, la realidad es que han contribuido significativamente a la economía y la cultura española, desempeñando roles clave en sectores como la construcción, la hostelería y el cuidado de personas mayores (Vatican News, 2021).
Otros ejemplos como “Los Viajeros”: Escultura del migrante, obras del escultor francés Bruno Catalano, se encuentran en Marsella, Francia, y evocan poderosas emociones relacionadas con la migración y la búsqueda de identidad. Esta serie presenta figuras de individuos fragmentados, como rotos o incompletos, cada uno con sus distintas ropas y siguiendo su propio camino.
Frente a este panorama de contradicciones y exclusiones, la obra «Ángeles inadvertidos», promovida por el Papa Francisco, cobra aún más relevancia. Al representar a migrantes de distintas épocas y culturas en una barca, donde también viajan José el obrero, María y el niño Jesús, inmigrantes por necesidad, esta escultura recuerda la importancia de la hospitalidad y la solidaridad, desafiando las narrativas de exclusión y discriminación que persisten en nuestras sociedades (Papa Francisco, 2023).
El arte puede cambiar narrativas y romper barreras. Obras como «Angels Unawares» y el Monumento a la Convivencia y “Los viajeros”, dignifican la experiencia migratoria, pero Costa Rica aún tiene una deuda pendiente con los migrantes nicaragüenses.
Es hora de que la historia de quienes han construido con esfuerzo los campos y ciudades sea visibilizada en el espacio público.
El Papa Francisco ha sido una de las figuras más influyentes en la defensa de los derechos humanos, especialmente en lo que respecta a los trabajadores y migrantes. Su visión se ha centrado en la justicia social y en la dignidad del trabajo, llamando a la Iglesia a ser un refugio para los más vulnerables. Sin embargo, dentro de la misma institución eclesiástica, sus ideas sobre el trabajo y los derechos laborales no siempre han sido plenamente acogidas.
En Costa Rica, la Iglesia ha promovido el solidarismo a través de instituciones como la escuela Juan XXIII, lo que ha generado tensiones con los sindicatos tradicionales. A pesar de que el Catecismo de la Iglesia Católica enfatiza la importancia de la justicia social y la dignidad del trabajo, la falta de una postura clara en favor de los sindicatos y los derechos laborales podría interpretarse como un pecado de omisión. Francisco ha insistido en que la Iglesia no puede permanecer en silencio ante la explotación y el sufrimiento humano.
En su mensaje a la Conferencia Internacional del Trabajo en 2021, el Papa afirmó: «Busquemos soluciones que nos ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva, y que promueva el bien común, una base que hará del trabajo un componente esencial de nuestro cuidado de la sociedad y de la creación.»
Asimismo, en un Encuentro Internacional de Organizaciones Sindicales, instó a los dirigentes gremiales a actuar con solidaridad y justicia, diciendo: «Sindicato es una palabra bella que proviene del griego dikein (hacer justicia), y syn (juntos). Por favor, hagan justicia juntos, pero en solidaridad con todos los marginados.»
El contexto actual refuerza la relevancia de su mensaje. La crisis migratoria en América Latina y el Caribe ha sido un tema central en su discurso, instando a la Iglesia a trabajar activamente en la protección de los derechos de los migrantes. En Costa Rica, la Conferencia Episcopal ha abordado la problemática migratoria, destacando la necesidad de una respuesta humanitaria y pastoral ante el creciente flujo de personas en tránsito.
La deuda social de la Iglesia con los sindicatos y los trabajadores sigue siendo un tema de debate. Francisco ha dejado en evidencia la necesidad de una mayor coherencia entre la doctrina social de la Iglesia y su acción concreta. En este contexto, su mensaje sigue siendo un llamado urgente a la justicia, la solidaridad y la acción colectiva.
Una Iglesia encerrada en sus templos o en salida hacia los marginados
El legado del Papa Francisco trasciende su tiempo en la Iglesia y se convierte en un desafío para las nuevas generaciones de católicos. Su indignación ante una Iglesia encerrada en sus templos, alejada de los más necesitados, fue una constante en su pontificado. Francisco no solo predicó la necesidad de salir a las periferias, sino que exigió una acción concreta, una Iglesia que no se limite a la comodidad de sus estructuras, sino que se ensucie las manos en el servicio a los marginados.
«Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades» (Evangelii Gaudium, 2013). Con estas palabras, dejó claro que la misión de la Iglesia no es la autoconservación, sino la entrega total a quienes sufren.
Su fallecimiento marca el fin de un papado que sacudió las estructuras tradicionales y desafió a los fieles a vivir el Evangelio con autenticidad. La crisis migratoria, la explotación laboral y la indiferencia ante el sufrimiento humano fueron temas que abordó con firmeza, instando a la Iglesia a no permanecer en silencio. En Costa Rica y en el mundo, su mensaje sigue resonando como un llamado urgente a la acción.
Ahora, la responsabilidad recae en la nueva generación de católicos. ¿Responderán al desafío de Francisco? ¿Serán capaces de construir una Iglesia que no solo hable de justicia, sino que la practique? Su legado no es solo un recuerdo, sino una tarea pendiente. La Iglesia debe decidir si sigue encerrada en sus templos o si finalmente sale a buscar al necesitado, como él lo pidió.
En un contexto de creciente desconexión entre las universidades y la realidad social —acentuado por los cuestionamientos a la Universidad de Costa Rica (UCR) y la creciente deslegitimación de sus autoridades—, el Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra publica el documento de trabajo titulado «La universidad como fuerza transformadora – La visión de Ignacio Ellacuría» (abril 2025), en el que se reivindica una educación comprometida con la justicia, los derechos humanos y los bienes comunes.
A partir del legado del filósofo y teólogo jesuita Ignacio Ellacuría, la publicación lanza una interpelación directa a las universidades públicas: ¿están cumpliendo su misión histórica o simplemente replican estructuras de poder y privilegio? Lejos de quedarse en la crítica, el documento propone una alternativa concreta: una universidad viva, crítica, popular y solidaria, capaz de «ponerse en lugar del pobre» y de convertirse en conciencia crítica del país.
Uno de los ejes centrales del texto es la defensa de la educación como bien común social, no como mercancía. Inspirado en la “filosofía de la realidad histórica” de Ellacuría, se plantea que el conocimiento debe ser producido y compartido en función de las mayorías, como herramienta para la transformación social. Desde esa lógica, se recupera el ejemplo de los mártires de la UCA como símbolo de una autoridad universitaria distinta: ética, cercana al pueblo, dispuesta a incomodar al poder y a encarnar el saber con valentía.
El documento invita a repensar profundamente los fines y métodos de la educación superior, y deja abiertas preguntas clave: ¿qué universidad necesitamos? ¿Puede la educación convertirse en un instrumento colectivo de liberación? ¿Cómo recuperamos el valor público del conocimiento?
Les compartimos este video realizado por la Universidad Iberoamericana de Puebla para conocer algunos datos biográficos y del pensamiento de Ignacio Ellacuría
El Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (BUSSCO) y sus organizaciones sociales y sindicales adscritas exigen pronta resolución de acciones de inconstitucionalidad presentadas desde 2019.
Comunicado
Diversas organizaciones sociales y sindicales convocan a una concentración mañana miércoles 9 de abril de 2025, a las 9:00 a.m., frente a la Sala Constitucional, Calle Morenos, Sabana Sur, con el objetivo de exigir una pronta resolución a las acciones de inconstitucionalidad presentadas desde el año 2019 contra leyes regresivas que atentan contra los derechos de la clase trabajadora costarricense.
En un país democrático como lo es Costa Rica, se están violentando principios constitucionales y derechos fundamentales como el derecho a huelga, la libertad sindical, derechos laborales consolidados y convenios internacionales ratificados por nuestro país ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La inacción prolongada de la Sala Constitucional ante estos recursos ha permitido que se mantengan en vigencia disposiciones legales que debilitan la institucionalidad pública y vulneran los derechos de miles de trabajadoras y trabajadores en todo el país.
Esta manifestación pacífica busca visibilizar la urgencia de justicia constitucional en materia laboral y reafirmar la importancia del respeto al Estado de Derecho y a los principios democráticos que nos rigen.
¡La defensa de los derechos laborales y la institucionalidad pública no puede esperar más!
Costa Rica enfrenta un momento crucial de su historia, donde la crisis democrática, económica y la violencia generada por el narcotráfico exigen respuestas profundas y estructuradas. Las aspiraciones de los movimientos sociales de equidad, justicia y participación han sido golpeadas por cuatro décadas de predominio neoliberal y creciente desigualdad.
Desde la economía solidaria, no solo es posible replantear el modelo económico actual, sino también generar una articulación social que construya un pacto inclusivo capaz de integrar la diversidad de sectores ciudadanos.
La urgencia de un pacto social en Costa Rica
La economía solidaria, por su propia esencia, reconoce que el desarrollo económico debe estar ligado a la cooperación entre distintos actores sociales. Sin embargo, para que esta visión se traduzca en políticas efectivas y en una transformación real, es fundamental la construcción de un pacto social.
Este pacto no puede ser impuesto desde las élites ni responder únicamente a una agenda política económica. Debe ser el resultado de la convergencia de diversas voces: comunidades organizadas, sindicatos, asociaciones de trabajadores, academia y movimientos sociales que, en conjunto, defienden una patria digna y solidaria.
Un pacto social fortalecería las bases de una democracia real, alejándose de la plutocracia y la corrupción que han desfinanciado los programas públicos esenciales. La educación, la salud, la vivienda y el medio ambiente han sido sacrificados bajo una lógica de acumulación desmedida, mientras que la riqueza se concentra en sectores con capacidad de influencia sobre las decisiones políticas.
Un pacto social permitiría recuperar la soberanía de lo público, garantizando que la economía esté al servicio de la sociedad y no de unos pocos.
Expresión de la diversidad social: hacia una construcción participativa
Uno de los principios fundamentales de la economía solidaria es la diversidad. Un pacto social debe reconocer y dar voz a las distintas realidades que conviven en el país: los pequeños productores rurales, los trabajadores informales, la asociatividad en los territorios rurales y urbanos, los emprendimientos sociales y el movimiento ambientalista.
La articulación de estos actores es clave para generar respuestas desde abajo, desde quienes viven y resisten los efectos de la crisis en su cotidianidad.
La construcción de este pacto debe partir de procesos de participación activa, donde los sectores marginados por el modelo neoliberal recuperen poder de decisión y capacidad de incidencia. No es suficiente diagnosticar los problemas del país: es urgente que las comunidades diseñen alternativas y ejerzan su derecho a transformar la realidad.
Hacia una Democracia Solidaria y Activa
Costa Rica debe decidir si continúa caminando al borde del abismo o si encuentra un camino hacia la construcción de una vía de justicia social, inclusión y soberanía. La economía solidaria no es simplemente una alternativa económica, sino una opción de vida, donde los valores de equidad, justicia y colaboración sean la base de un nuevo modelo social.
El pacto social es la clave para restaurar la confianza ciudadana y recuperar la soberanía popular. No podemos permitir que la plutocracia continúe definiendo el destino del país. La oportunidad de cambiar el rumbo sigue vigente, pero solo será posible si la diversidad social converge en un proyecto común de transformación.