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Etiqueta: justicia distributiva

CONARE aboga por equilibrio ante la situación sanitaria y económica del país

17 de mayo del 2021. El creciente aumento de casos de COVID-19 y la saturación de los servicios de salud que atraviesa el país, provoca un dilema entre la salud y la economía, y una población desgastada ante las medidas sanitarias del último año y ante una percepción de falta de claridad de las decisiones del gobierno. Esta disyuntiva motivó al Consejo Nacional de Rectores (Conare), a elaborar un criterio ético sobre la distribución de recursos y procesos de vacunación durante la pandemia del Sars-Cov-2 en Costa Rica en el 2021.

El análisis fue realizado por profesionales de la Escuela de Filosofía de la Universidad Nacional, máster Sara Mora Ugalde y el doctor Allan González Estrada. Mediante este criterio ético pretende ser una guía que permita un respiro al sistema de salud y a la recuperación económica.

Según los especialistas un primer criterio ético es el mayor beneficio para el mayor número de personas, en el sentido de proveer las condiciones para satisfacer las necesidades del mayor número de personas posibles, con la premisa de que debe hacerse en el menor tiempo posible. Una justicia distributiva adecuada debería permitir el uso de vacunas de más casas farmacéuticas -aprobadas por los entes reguladores competentes a nivel nacional e internacional. Considerando el hecho de que, de acuerdo a Pfizer, es posible que se requiera una tercera dosis de la vacuna. De igual manera, una justicia de distribución adecuada debería facilitar centros como farmacias y otros lugares a gran escala la posibilidad de ofrecer la vacuna, para acelerar el proceso.

La división por grupos puede ser una opción, pero para efectos de un principio de beneficencia y justicia debería pensarse en el grupo de los profesionales de la salud, un grupo de personas de 58+, y un tercer grupo que sea la población identificada con una mayor vulnerabilidad en este momento, son las personas que constituyen la fuerza laboral que no puede elegir trabajar virtualmente, y que por su condición, puede transmitir el virus más fácilmente; este grupo ahora debería ser considerado como prioritario.

Equilibrio entre las necesidades económicas y la salud

Previendo el peligro que supone a la vida de las personas, se sugiere evitar el contagio como medida primaria ante el brote de Covid-19 por medio de medidas restrictivas de movilidad y actividad económica, sin embargo, una alternativa que sea más beneficiosa y más justa es apelar a una justicia distributiva interpretando los datos que contamos en este momento en la pandemia, pero esos datos deben interpretarse a partir de criterios de dignidad humana, beneficio y justicia, ya que sin salud y sin economía el ciudadano ve comprometidas sus herramientas de subsistencia, de ahí la responsabilidad del Estado de asegurar por medio de políticas claras un nivel de tranquilidad tanto en la población como en los sectores económicos que son motores importantes del desarrollo social y económico del país.

Esto requiere un compromiso de las partes formadoras de un contrato social, lo que implica actuar por deber, y hay un deber de responsabilidad de parte de las personas de informarse adecuadamente y de actuar para minimizar el daño hacia los otros, pero también de que esta información se transmita de manera adecuada, solo con esta colaboración, se puede lograr un éxito para minimizar los impactos de la Covid-19 a corto plazo, pero a largo plazo las medidas se tendrán que tomar bajo una adecuada justicia distributiva, en otras palabras, en una sociedad injusta, sin instituciones redistributivas adecuadas, los costos individuales del encierro serán mucho más altos para los más desfavorecidos, por eso es necesario una justa distribución de las cargas y protección a los más vulnerables ya que están más limitados a protegerse de los riesgos.

Se requiere mayor transparencia en el uso de recursos, porque existe desconocimiento en cuanto a los acuerdos para las compras de las vacunas, cantidades por entregar, lo que imposibilita un cálculo acertado del momento en el que la población costarricense podría alcanzar la inmunidad de rebaño o un porcentaje que comience a minimizar la cantidad de contagios y por consiguiente la presión al sistema de salud. Esta incertidumbre tiene un impacto sobre el planeamiento de las actividades institucionales, pero también personales, teniendo como resultado una afectación sobre la salud mental, por lo que es imperativo un llamado a las instituciones relevantes a aumentar la velocidad de vacunación, a corto plazo, y velar por la transparencia en el proceso.

Riesgo del sistema sanitario

Una de las recomendaciones más importantes para hacer frente a la pandemia, era no poner en riesgo el sistema sanitario. Por lo que la protección y el cuidado de la salud mental y física del personal, así como la toma de decisiones anticipada para evitar la saturación, era necesaria desde las primeras fases. Sin embargo, el agotamiento del personal de salud y la sobrecarga en el sistema, reflejan que las decisiones de los últimos meses, no han tenido el efecto deseado, se recomienda realizar un estudio de los cambios que se han producido a partir de la aparición del COVID-19 en el país, con el fin de generar políticas públicas que fortalezcan el sistema de salud público, así como las herramientas legales necesarias para hacer frente a este tipo de emergencias, incluyendo desde protocolos de migración y consulares, hasta modificaciones normativas para situaciones extraordinarias, en concordancia con los principios de beneficencia y justicia.

Se propone la necesidad imperativa de hacer una revisión transparente de la capacidad del sistema sanitario, no en términos de espacios totales existentes, sino en capacidad real, generar proyecciones reales de la cantidad de personal y las posibilidades de atender a la población en diferentes horarios sin llegar al desgaste de los colaboradores, quienes son claves para la respuesta de la emergencia. Se recomienda, el análisis de medidas alternativa, tendientes a fortalecer la capacidad, por ejemplo: alquiler de estructuras existentes y acondicionarlas para cumplir con la función hospitalaria (como hoteles que actualmente presentan baja o nula ocupación), identificar las industrias nacionales que podrían proveer de insumos nacionales para la salud, incluir personal sanitario que no haya sido previamente considerado, como por ejemplo estudiantes de último año.

Documento completo: https://www.conare.ac.cr/noticias/276-criterio-etico-de-distribucion-de-recursos-y-procesos-de-vacunacion-durante-la-pandemia-del-sars-cov-2-en-costa-rica-en-el-2021

***Mayor Información con: Maribelle Quirós J, directora de la Oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, (8720-4908).

 

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Oficina Comunicación UNA

*Imagen ilustrativa, UCR.

En los laberintos del robo y la mentira más descarada

Rogelio Cedeño Castro, catedrático UNA

Mienten descaradamente los medios de la maquinaria mediática totalitaria de este país, y tratan de cubrir de infamia a los profesores universitarios de este país, especialmente el diario La Nación y su redactora Dorelia Cerdas E, tal y como nos lo demuestran en el día de ayer, viernes 17 de julio de 2020, en los contenidos su página 11 (curiosamente referida a Sucesos y Judiciales), cuando titulan REFORMA DE LEY BAJA PENSIÓN DE EXRECTOR EN 3 MILLONES DE COLONES, con un curioso pretítulo donde afirman lo siguiente: “Monto de pensión bajó 5,8 millones a 2,6 millones”, cuando en realidad debían haber dicho que le “robaron” o saquearon más de mitad la pensión, para la que cotizó una vida entera el señor Henning Jensen. Ni una palabra de que pagará (ya paga) casi un millón de colones de impuesto sobre la renta mientras la ICE and Farm y La Nación no pagan nada por ese concepto, trescientos mil colones al régimen de enfermedad y maternidad de la Caja del Seguro Social a diferencia de la gran mayoría de los pensionados, medio millón de colones para cotizar a un régimen de reparto que ya no existe (artículo 70 de la ley 7531 de pensiones del magisterio nacional), puesto que lo saquearon los gobiernos entre 1958 y 1995, más de un millón de colones de “contribución” aumentada por artículo 71 de la ley 7531, cuyo destino será el agujero negro de la caja única del estado y otros montos desmesurados, todo eso si el señor exrector no tiene deudas, y otros compromisos familiares, como sucede a muchos pensionados universitarios que todavía nos dimos el “lujo” de jubilarnos. La pensión del señor Jensen, al igual que la de muchos de nosotros no fue rebajada, sencillamente fue escamoteada, con toda la saña e hipocresía del caso, mientras un coro de insultos de cobardes e ignorantes lo insultan (nos insultan) todos los días.

Al día siguiente, sábado 18 de julio de 2020, en su página 4, el diario producido por los más fieles discípulos de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Adolfo Hitler(1933-1945), al que algunos llaman con mucha razón “La nazi-on”, en un texto de su redactora Silvia Artavia, habla de una contribución solidaria, a título de aporte “en solidaridad con los demás habitantes”, cuando en realidad lo que hicieron fue castigar a un numeroso grupo de pensionados cuyos montos nominales de pensión están entre los 2 y los 3 millones de colones, con lo que: “Anteriormente, el aporte se aplicaba solo a las jubilaciones superiores a los 4 millones en el caso del magisterio y a partir de los 2.7 millones en la DNP. Con la nueva ley el cobro se impone a todas las pensiones mayores a los 2.296.000…La entrada en vigencia de la norma permitirá cobrar el aporte solidario a un total de 4.118 pensiones de lujo, 3198 adicionales a las 920 que ya eran gravadas anteriormente por ese concepto.” Con todo esto lo que sucede el estado se apropia de 12 mil millones de colones diz que para otorgarlo como subsidios que llaman “pensiones no contributivas” (ibid) que vienen siendo manejadas a partir de la CCSS por lo que miente de nuevo La nazi-on: esas no son pensiones como bien lo demostró el economista Francisco Esquivel. En resumen, la población adulta mayor pensionada seguirá subvencionando a partir de su disminuido peculio a los grandes evasores y elusores fiscales, entre ellos los propietarios del diario La Nación, con lo que sucede así que quienes cotizaron durante décadas sumas mucho más altas que las del IVM de la CCSS (hasta un 17% de su salario), pagarán una vez el saqueo al fisco con affaires como la trocha, la ruta 27, la carretera Kooper- Florencia en San Carlos y muchas otras estafas al fisco…una mentira y otra de principio a fin, tenemos que empezar a proclamar la verdad, aunque los corifeos del régimen y los desinformados se molesten. El neofascismo acecha y se prepara para cosas mucho peores aún, las que afectarán en lo más hondo a las grandes mayorías de la población.

Más allá de la crisis sanitaria

Arnoldo Mora Rodríguez

Desde hace varias semanas, millones de seres humanos (sobre)vivimos en una cuarentena que, en la práctica, se ha convertido en una especie de estado de excepción, dadas las estrategias policíacas e, incluso, militares, a que los estados nacionales están recurriendo cada vez con más frecuencia y mayor aceptación de la opinión pública, para enfrentar con éxito desigual los desafíos que nos lanza provocadoramente un virus no muy mortífero pero sí extremadamente propenso a propagarse. Hoy la existencia misma de la, hasta ahora, notoriamente exitosa civilización moderna occidental se ve severamente cuestionada en sus valores fundantes. Esto me recuerda aquel pasaje bíblico, en el que se narra la visión del Profeta Daniel, quien vio una estatua imponente elaborada con todos los materiales más sólidos y preciosos existentes, pero que tenía los pies de barro; por lo que bastó que se desprendiera un diminuto guijarro de una roca circundante y golpeara un talón de barro resquebrajado para que la imponente estatua se redujera a polvo. Un virus ha hecho algo similar al hombre actual, que se apresta a colonizar el sistema planetario pero se muestra trágicamente incapaz de evitar una catástrofe que amenaza con exterminar a miles y miles de individuos pertenecientes a una especie que pomposamente se autocalifica de sapiens.

En el fondo, lo que hoy vivimos es un cuestionamiento del rumbo que ha tomado la humanidad desde los inicios de la modernidad. Eso me induce a recordar los aciagos tiempos de las pestes que asolaron Europa a finales de la Edad Media e inicios de la Modernidad. Como lo ilustra la historia, cada vez que surge una nueva época en la historia de la humanidad, se dan catástrofes de esta índole. Por lo que no es descabellado concluir que hoy vivimos, a inicios del tercer milenio de la cristiandad occidental, un cambio radical, indetenible e irreversible, de una nueva época, cuyo protagonista será un ciudadano dotado de una conciencia planetaria; los países egoístamente cerrados sobre sí mismos, como son Los Estados Unidos de Trump y la Europa Occidental, son los más golpeados por esta pandemia; su egoísmo ultranacionalista se ha visto severamente castigado por la madre Naturaleza. De mi parte pienso que, gracias a que nunca la humanidad ha tenido a su disposición tantos científicos e instrumentos tecnológicos como en la actualidad, eso nos permitiría esperar que logrará controlar, esperamos y deseamos que a corto plazo y con un mínimo de víctimas, este apocalíptico flagelo. Sin embargo, creo que la humanidad tendrá que aprender a acostumbrarse a convivir con este virus, como está haciendo con otras pandemias recientes, como el SIDA.

No siendo especialista en epidemiología, dejo gustoso la palabra a quienes sí lo son, por lo que tan sólo deseo externar algunas reflexiones en torno a las consecuencias culturales y políticas de esta pandemia. Espero que esta crisis sanitaria enseñe al hombre moderno a hacer honor a su autocalificativo de “sapiens”, lo cual implica que debe aprender a tener conciencia de sus propias limitaciones. Valga la pena tener presente que toda acción humana, aún aquellas que surgen animadas e inspiradas con las mejores y más nobles intenciones, tienen también efectos secundarios negativos; estos últimos, contrariamente a los efectos positivos que se agotan al realizarse, son de carácter acumulativo sobre todo aquellos que no son previsibles; por lo que, al llegar a superar el dintel de tolerancia, estallan provocando una crisis global, no sólo en la infraestructura material de reproducción de la vida orgánica, sino también en el ámbito de la creatividad simbólica, o sea, en el mundo de las estructuras del poder político y de los valores culturales. La humanidad, en consecuencia, debe desarrollar una conciencia crítica, lo cual implica estar dispuesto a cambiar de escala de valores ante cada crisis que se le presente. Hasta ahora, esas crisis las provocó la Naturaleza gracias a los procesos evolutivos, en lo que podríamos considerar de manera espontánea, pero como lo vislumbró Teilhard de Chardin, actualmente, después del surgimiento del método científico moderno en la época del Renacimiento Europeo, las crisis son provocadas por la acción humana, que incide en los procesos evolutivos causadas en el trascurso de la historia, como hasta ahora lo había sido la evolución de la Naturaleza gracias a la evolución. Con ello queremos señalar que los procesos evolutivos naturales se dan en un tiempo más lento; por el contrario, la acción humana surge en la razón y se motiva en la voluntad, lo cual le posibilita desarrollar una conciencia previsora; pero aun así, siempre tendrá efectos negativos, tanto más graves cuanto mayor sea el poder del ser humano y más vertiginosa sea en el tiempo su eficacia real; lo cual quiere decir que inexorablemente llegaremos un poco tarde, si bien con capacidad de superar las crisis que, de esta manera, lejos de ser una tumba, se convertirían en un escalón para subir en un proceso evolutivo, tanto material y civilizatorio, como axiológico y cultural.

La civilización occidental, dominante en el mundo, ha enfatizado el crecimiento material y, sobre todo, económico a costa de la destrucción de millones de especies vivientes y de una brutal desigualdad social; todo lo cual ha permitido enriquecerse a una minoría cada vez más reducida y empobrecido a más y más numerosos sectores sociales, si bien son estos los que con su trabajo producen la riqueza. Se ha socializado el trabajo pero se ha privatizado el fruto de ese trabajo. Pero hoy la generalización de la educación y la universalización de la información, han hecho crecer la conciencia social y las luchas políticas, con lo que los pueblos del planeta adquieren una más lúcida conciencia de sus derechos. En concreto, en Costa Rica, el mayor logro de nuestro pueblo, en las últimas décadas, ha sido la creación del Estado Social de Derecho, cuyo fruto ha sido la universalización en todos sus niveles de la educación pública y las instituciones de la seguridad social, lo cual ha hecho posible que estemos asumiendo, con encomiables resultados, la crisis mundial provocada por el coronavirus. Pero, inspirados en nuestros mejores valores cívicos, debemos cambiar el rumbo político imperante; debemos, mediante una mayor justicia distributiva – mayores impuestos directos al capital y no a los empleados y pensionados y a las clases medias – fortalecer los recursos del sector público. De esta manera, se disminuirá la brecha social que amenaza la estabilidad política y el crecimiento económico. Para ello debemos, desde ya, ir poniendo los fundamentos de la Costa Rica que queremos tener más allá de la crisis sanitaria.

Imagen: https://sites.google.com/site/procesosproductivos123/equidad-distributiva-y-retributiva