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Etiqueta: justicia social

Rector reitera compromiso de la Universidad con el país

Aportes de UCR se han multiplicado en el tejido social, económico y cultural

Rector reitera compromiso de la Universidad con el país
Durante los pasados 75 años la UCR ha sido una de las fuerzas vitales que han impulsado la modernización del país y su institucionalidad, que han hecho posibles muchos de los logros del llamado Estado de Bienestar, destacó el Dr. Henning Jensen. (foto Anel Kenjekeeva).

 

Rocío Marín González

 

“Setenta y cinco años después de su fundación los principios y propósitos de la Universidad de Costa Rica (UCR) siguen vigentes y guían las acciones de hoy, con la convicción de que la academia puede contribuir a la construcción de las políticas públicas para el desarrollo social y económico del país, con el bien común y la justicia social”. Así lo manifestó el Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la Institución, durante la apertura del Primer Foro Institucional 2015.

Durante la actividad dirigida a analizar en cinco sesiones los aportes de la Universidad de Costa Rica al fortalecimiento del Estado Social de Derecho, la Institucionalidad Democrática y las Garantías Sociales en el país, el Rector recalcó que como universidad pública, la UCR está comprometida con la sociedad costarricense como un todo, en su carácter pluriétnico y multicultural, en su diversidad y complejidad. “Si bien podríamos hacer el ejercicio de cuantificar las contribuciones de la educación superior al PIB de un país, la educación es tal vez la única variable de las políticas sociales que tiene la virtud de impactar simultáneamente en la competitividad económica, la equidad social, la conducta política de la ciudadanía, la productividad y la creatividad de las personas y las empresas”, indicó Jensen.

Esto es así desde la propia fundación de la UCR en 1940, una década que fue marcada por la reforma social del país, la Segunda Guerra Mundial, la cruenta guerra civil de 1948 y la nueva Constitución Política.

Al respecto acotó, que con la fundación de la Segunda República y los consecuentes cambios de la realidad nacional, la aún muy joven Universidad también fue impulsada a evolucionar, dado su estrecho vínculo con la visión y los cuadros del Estado. “No olvidemos –dijo Jensen- que muchos de los intelectuales que promovieron las reformas de esa coyuntura y participaron en la Asamblea Nacional Constituyente instaurada en diciembre de 1948, eran parte de la Universidad de Costa Rica, entre ellos algunos de nuestros rectores: José Joaquín Jiménez Núñez, Fernando Baudrit Solera, Rodrigo Facio Brenes y Fabio Baudrit Moreno”.

A partir de ahí la UCR ha marcado en mucho el desarrollo del país. “Por muchos años, la Universidad de Costa Rica creció en alianza cercana con la acción pública del Estado, formando los cuadros profesionales necesarios para hacer posible el crecimiento de nuevas instituciones públicas como el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y la Banca Estatal; el desarrollo de las estructuras productivas locales, y la ejecución de las políticas de bienestar social que impulsó el nuevo proyecto político”.

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“A través de sus actividades sustantivas, la Universidad de Costa Rica ha contribuido con el perfeccionamiento de nuestra democracia, fortaleciéndola mediante procesos de deliberación plurales e inclusivos en torno a los modelos de desarrollo y el interés público”, recalcó el Rector. (foto Anel Kenjekeeva).

Sin embargo, explicó el Rector, una vez agotado el modelo político liberal y agroexportador que la acuerpó, la UCR supo ser coherente con sus principios y objetivos, evitando politizar su accionar, para mantenerse cercana a los sectores progresistas, desarrollistas, democratizadores, críticos y pluralistas de la sociedad costarricense. “De manera consistente, durante las últimas décadas, la Universidad ha ofrecido a la sociedad análisis políticos y culturales alternativos, prácticas sociales y perspectivas más plurales, espacios para la acción, el diálogo y la reflexión ante los dilemas que suscita el desarrollo, que antes no existían fuera de los espacios hegemónicos, reafirmando con ello un modelo de comunicación socialmente responsable y democráticamente participativo”.

Para Jensen eso le ha permitido a la UCR contribuir a crear un equilibrio entre los conflictos que caracterizan a la sociedad contemporánea, ejerciendo control y crítica sobre las actividades del Estado y de los intereses privados, nacionales y transnacionales.

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“Esperamos reconocer los aportes de la UCR y obtener una clara visión estratégica con miras a prepararnos para hacer frente a los retos del futuro, conscientes de que ese futuro ya está acá con nosotros”, expresó el Dr. Manuel María Murillo Castro, coordinador de la Comisión Especial Interdisciplinaria de la Rectoría. (foto Anel Kenjekeeva).

 

Innovación social

Siempre en busca del bien común y con la certeza de que el conocimiento y la ciencia no pueden valorarse como fines en sí mismos, la UCR ha trabajado para convertirlas en medios para transformar la realidad y mejorarla, para proponer estrategias ante situaciones problemáticas, y buscar soluciones que beneficien a poblaciones concretas, sobre todo a aquellas más vulnerables. “El conocimiento debe actuar como estímulo para la innovación social, plasmada en decisiones que nos acerquen hacia nuestras mejores aspiraciones, como individuos y como colectividad”, explicó el Dr. Jensen.

Con eso en la mira, la Institución ha establecido a lo largo de su historia vínculos con otros actores e instituciones, desarrollando múltiples formas de cooperación, influencia, acompañamiento, asesoría o supervisión. “Son muy diversos los ámbitos donde se puede encontrar la huella de la UCR. Esa impronta está presente en una legislación nacional que lleva el sello de nuestros juristas; en una infraestructura pública donde se reconoce la fibra de nuestros ingenieros; así como en las semillas que nuestros expertos en ciencias agroalimentarias siembran solidariamente, mano a mano, hombro con hombro, con los agricultores nacionales”, detalló el Rector.

También ha participado en el desarrollo de la seguridad social y el proceso que permitió la universalización del derecho a la salud, siempre en colaboración cercana con la CCSS, a través de programas conjuntos y la formación de especialistas.

Igualmente, la economía y la administración pública, la ciencia básica y la cultura, la protección del ambiente y de los recursos naturales llevan el cuño de los académicos de la UCR, que ha realizado sustantivas contribuciones, muchas veces en asocio con instituciones nacionales e internacionales.

Ese sello también ha sido puesto por las y los miles de estudiantes que ha graduado la UCR en su historia, quienes han innovado con responsabilidad en los distintos ámbitos del quehacer humano. “No solo se ha tratado de formar especialistas de alto nivel con vastos conocimientos y destrezas técnicas precisas, sino profesionales cuyo accionar está basado en la sensibilidad moral, la solidaridad social y la capacidad de reflexión ética ante su propia práctica; y personas además dispuestas a ejercer una ciudadanía participativa y crítica”, detalló el Rector.

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La UCR ha tenido una gran influencia en el desarrollo del conocimiento y su organización, en la creación artística, el análisis social y la reflexión filosófica, dinamizando procesos productivos, tecnológicos, creativos y sociales, insistió Jensen. (foto Anel Kenjekeeva).

Por eso, continuó, la UCR no ha apostado nunca por una formación exclusivamente técnica o por ajustar sus programas con el fin de ofrecer mano de obra a la medida de las necesidades del mercado, sino profesionales capaces de trabajar con la complejidad de las realidades dentro de una sociedad plural y diversa.

 

De cara al futuro

Sin embargo en la UCR hay conciencia de que la sociedad del conocimiento actual demanda una Institución más flexible, con una oferta académica más diversa, para asegurar la pertinencia social y la calidad académica en la docencia.

Por eso, recalcó Jensen, ya se está preparando para aprovechar cada día mejor las tecnologías educativas disponibles, diversificar las estrategias y métodos de enseñanza-aprendizaje, y desarrollar comunidades de aprendizaje e investigación. “La Universidad está llamada a orientar la participación del país en la revolución tecnológica de las comunicaciones y de la gestión del conocimiento. De eso ya ha dado muestras en el pasado, como hace 25 años cuando jugó un papel central en la introducción de Internet en Costa Rica, un ejemplo soberbio de transferencia de tecnología, que nació en nuestras aulas”.

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Este Foro es una propuesta para tejer en comunidad la rica trama entre el pasado, el presente y el futuro de la UCR, como un ejercicio de pensamiento colectivo sobre la universidad heredada, la vivida y la que anhelamos, indicó el Rector. (foto Anel Kenjekeeva).

Asimismo, la UCR se ha consolidado como líder regional en la producción de investigación científica, tanto básica como aplicada, participando directa o indirectamente en la producción material del país, transfiriendo conocimientos y tecnologías, tanto aquellos de origen externo que son adaptados al contexto y las necesidades nacionales, como aquellos creados localmente, cuya alta calidad y pertinencia social los hace exportables. “Ejemplo de ello –mencionó- es la experiencia de investigación y producción de sueros antiofídicos del Instituto Clodomiro Picado, cuyos resultados han contribuido a solucionar un problema de salud pública de carácter global como lo es el ofidismo”.

A juicio del Rector la comunidad universitaria no debe ser tímida a la hora de reconocer lo que se ha logrado mejorar con los años, sin que eso oculte que hay muchos retos por cumplir y debilidades por atender. “Recientemente se divulgó que ocupamos el primer lugar en Hispanoamérica en lo que respecta al compromiso con el uso de software libre; reconocimiento que debe actuar como un estímulo para avanzar más en migración de programas, en la investigación y producción de código abierto”, sentenció.

Pero no debe ignorar las fuerzas ideológicas que se oponen a la independencia de la Universidad, que niegan la reivindicación de su situación especial dentro del sistema político, que evaden reconocer el peso de los aportes históricos y permanentes que la Institución hace al país, y buscan someter la distribución de los fondos públicos al principio de la competencia.

En ese sentido comentó que espera que en este espacio de diálogo que ofrece el Primer Foro Institucional 2015, la comunidad universitaria no solo comparta sus aspiraciones, sino las estrategias que puedan coadyuvar a garantizar un mejor futuro para la Universidad. “Asegurar la legitimidad, calidad y pertinencia del quehacer académico, así como la autonomía y estabilidad financiera institucional, será lo que nos permita continuar contribuyendo con el Estado Social de Derecho, cristalizado en un proyecto de país coherente y sostenible en el largo plazo”, concluyó.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Mujeres en lucha por la Soberanía Alimentaria, contra la violencia y el agronegocio

Mujeres en lucha por la Soberanía Alimentaria, contra la violencia y el agronegocio

(Harare 8 de Marzo de 2015) Hoy en el Día Internacional de las Mujeres – 8 de marzo – La Via Campesina llama a articular acciones que permitan visibilizar el rol fundamental que tienen las mujeres campesinas para garantizar la Soberanía Alimentaria no solo para enfrentar la crisis alimentaria, sino como un principio ético de vida que tiene como base la justicia social y la igualdad. En esta jornada de lucha denunciamos la violencia ejercida, específicamente en las mujeres, pues el modelo del agronegocio y el capital en el campo han agudizado las desigualdades sociales y de género. Es así que las mujeres luchamos contra el patriarcado que se manifiesta en todas las esferas de la vida, la familia, organizaciones, comunidades, de género y sexualidad, condenamos también el feminicidio que causa millones de asesinatos de niñas y mujeres en todo el mundo y nos solidarizamos con todas las personas que sufren discriminación y violencia por causa de su identidad de género y/o sexual.

El papel de la mujer en La Vía Campesina forma parte de lo que hace que este movimiento sea único tanto en la historia de los movimientos campesinos como entre otros movimientos sociales y organizaciones internacionales.

Para Nettie Wiebe, de la Vía Campesina Norteamérica “el trabajo, las perspectivas, el análisis, la energía, el liderazgo y la presencia de las mujeres en La Vía Campesina han transformado y reforzado nuestro movimiento”. El modelo de la agricultura campesina asumido por La Vía Campesina Internacional no solo incluye a las mujeres, sino que reivindica sus derechos y les permite ser campesinas en igualdad.

En el actual contexto el acaparamiento, el despojo y la explotación por parte de las transnacionales aumenta con el modelo extensionista del agronegocio, así como se incrementa la vulnerabilidad de las mujeres campesinas e indígenas expulsadas a diariamente de sus  tierras.

En ese sentido, La Vía Campesina afirma la necesidad de una Convención Internacional sobre los Derechos de Campesinas y Campesinos, pues los mecanismos y convenciones internacionales han resultado limitados, en lo que respecta a la protección de los derechos de las campesinas y de las consecuencias de las políticas neoliberales.

En esta jornada de 8 de Marzo las mujeres y hombres de La Vía Campesina defendemos una reforma agraria integral, los bienes naturales como la tierra, el agua, los territorios que en su conjunto garantizan la soberanía alimentaria mediante una producción agroecológica, que revalora la agricultura campesina, por cual denunciamos ampliamente la destrucción y depredación por la aplicación del monocultivo, el uso indiscriminado de agrotóxicos y por los daños que causan las transnacionales en nuestros territorios. Mayor rentabilidad y productividad en el campo significa menos condiciones dignas de vida para millones de campesinas y campesinos, el mercado no puede seguir dictando las políticas agrícolas y atentando contra la salud del pueblo y de la naturaleza.

Este 8 de marzo seguiremos Globalizando la lucha y la esperanza por un mundo más justo e igualitario para todas y todos, nos solidarizamos con Máxima Acuña, la campesina e indígena peruana que lucha y resiste a una transnacional minera, nos inspiramos en su fortaleza y dignidad para decir: Basta al sistema capitalista y patriarcal.

 

Enviado a SURCOS Digital por Graciela Blanco.

Fuente original La Vía Campesina.

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Paz política y justicia social

Arnoldo Mora

Terrorismo planetario
Arnoldo Mora

Siguiendo el calendario litúrgico cristiano, se celebra en Diciembre el nacimiento de Jesucristo, mientras desde el cielo se entona el mensaje que anuncia el advenimiento de la era mesiánica: el canto de PAZ (shalom, eirene) por un coro de ángeles. Pero el don preciado de la paz solo se logra, según el profeta Isaías, practicando la justicia, es decir, el reconocimiento del derecho de los otros. Por desgracia, el año que termina ha estado cargado de violencia. La paz ha estado ausente, no solo en regiones tradicionalmente conflictivas como el Medio Oriente, sino también en Europa del Este (Ucrania) y en países vecinos como México. Por el contrario, en Colombia renace la esperanza de una paz tan añorada después de más de 60 años de espantosa guerra civil.

Mientras tanto, esperanzadoras noticias nos llegan tanto de nuestro país como del Norte, donde el Presidente Solís, en el primer caso y el Presidente Obama en el segundo, han tomado valientes y visionarias decisiones históricas. El levantamiento del veto por parte de Luis Guillermo e impuesto por su antecesora en una vergonzosa decisión, se inspira en la tradición política de nuestro pueblo de búsqueda de la justicia social, que consolida el Estado Social de Derecho, cimiento de nuestra estabilidad política. Con esa decisión de Luis Guillermo que le da estatura de estadista, Costa Rica se ha puesto al día con las normas internacionales en la materia establecidas por la OIT. Con ello también se ha salvado el honor internacional de nuestra Patria pero, sobre todo, se han reconstituido las bases legales para hacer realidad la justicia social, de modo que no sea mas un simple eslogan demagógico, como la han convertido los partidos de derecha encabezados por el Liberación actual que nada tiene que ver con el de D. Pepe y Oduber. ¿Cuándo tendrá de nuevo ese decadente partido estadistas de la talla de sus fundadores?

Mas allá de nuestras fronteras, la noticia sorpresiva y esperanzadora que está sacudiendo los pasadizos de las cancillerías y a la opinión pública del mundo entero es que el Presidente Obama ha anunciado el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba rompiendo medio siglo de estado de una guerra no declarada, reconociendo el hecho de que esa obcecada política solo ha servido para aislar a Washington ante el mundo entero. Como muestra de la sinceridad en sus propósitos, Obama ha ordenado la liberación de los tres cubanos antiterroristas considerados héroes en su patria. Por su parte el Presidente Raúl Castro ha respondido liberando a un espía norteamericano y proclamando su voluntad de iniciar un diálogo que conduzca al pleno restablecimiento de relaciones armoniosas en todos los campos, acabando con el bloqueo económico y financiero que viola el derecho internacional y ha infligido mucho daño a ambos países.

¿Milagros de la Navidad o simplemente realismo político? Lo importante para el futuro de la humanidad es que el eco del canto de la Cueva de Belén, tantas veces entonado por los hombres y mujeres de buena voluntad, resuena por fin con brío inusitado dando la pauta en las relaciones entre las naciones. Esperamos que esto sea el inicio de una nueva era. ¡FELIZ NAVIDAD!

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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El Papa Francisco y la economía política de la exclusión

Leonardo Boff

Quien escucha las distintas intervenciones del obispo de Roma y actual papa se siente en casa y en América Latina.

El Papa no es eurocéntrico, ni romanocéntrico ni mucho menos vaticanocéntrico. Es un pastor “venido del fin del mundo”, de la periferia de la vieja cristiandad europea, decadente y agónica (sólo el 24% de los católicos son europeos); proviene de un cristianismo nuevo que se ha ido elaborando a lo largo de 500 años en América Latina con rostro propio y con su teología.

El Papa Francisco no ha conocido el capitalismo central y triunfante de Europa sino el capitalismo periférico, subalterno, agregado y socio menor del gran capitalismo mundial. El gran peligro nunca fue el marxismo sino el salvajismo del capitalismo no civilizado. Ese tipo de capitalismo ha generado en nuestro Continente latinoamericano una escandalosa acumulación de riqueza en unos pocos a costa de la exclusión y de la pobreza de las grandes mayorías del pueblo.

Su discurso es directo, explícito, sin metáforas encubridoras como suele ser el discurso oficial y equilibrista del Vaticano, que pone el acento más en la seguridad y en la equidistancia que en la verdad y en la claridad de la propia posición.

La posición del Papa Francisco a partir de los pobres excluidos es clarísima: «no deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten» esta opción ya «que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres» (Exhortación nº 48). De forma contundente denuncia: «el sistema social y económico es injusto en su raíz» (nº 59); «debemos decir no a una economía de exclusión y de desigualdad social; esta economía mata… el ser humano es considerado, en sí mismo, como un bien de consumo que se puede usar y después tirar; los excluidos no son “explotados” sino desechos, “sobrantes”» (nº 53).

Además no se puede negar que este tipo formulaciones del Papa Francisco recuerdan el magisterio de los obispos latinoamericanos en Medellín (1968), Puebla (1979) y Aparecida (2005) así como el pensamiento común de la teología de la liberación. Ésta tiene como eje central la opción por los pobres, contra su pobreza y en favor de la vida y de la justicia social.

Hay una afinidad perceptible con el economista hungaro-norteamericano Karl Polanyi, que fue el primero en denunciar la “Gran Transformación” (título del libro de 1944) al hacer de la economía de mercado una sociedad de mercado. En esta todo pasa a ser una mercancía, las cosas más sagradas y las más vitales. Todo es objeto de lucro. Tal sociedad se rige estrictamente por la competición, por la prevalencia del individualismo y por la ausencia de cualquier límite. Por eso no respeta nada y crea un caldo de violencia, intrínseca a la forma como ella se construye y funciona, duramente criticada por el Papa Francisco (nº 53).

Ella ha tenido un efecto atroz. En palabras del Papa: «ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos» (nº 54).

En una palabra, vivimos tiempos de gran inhumanidad, impiedad y crueldad. ¿Podemos considerarnos todavía civilizados, si por civilización entendemos la humanización del ser humano? En verdad, estamos regresando a formas primitivas de barbarie.

Conclusión final que el Pontífice deriva de esta inversión: «ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado» (nº 204). De este modo ataca el corazón ideológico y falso del sistema imperante.

¿Y dónde va a buscar alternativas? No va a beber de la esperada Doctrina Social de la Iglesia. La respeta pero observa: «no podemos evitar ser concretos para que los grandes principios sociales no se queden en meras generalidades que no interpelan a nadie» (nº 182). Va a buscar en la práctica humanitaria del Jesús histórico. No entiende su mensaje como una regla petrificada en el pasado sino como inspiración abierta para la historia siempre cambiante. Jesús es alguien que nos enseña a vivir y a convivir, a «reconocer al otro, a curar las heridas, a construir puentes, a estrechar lazos y a ayudarnos “mutuamente a llevar las cargas”» (nº 67). Personalizando su propósito dice: «a mi me interesa procurar que aquellos que están esclavizados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan liberarse de esas cadenas indignas y alcancen un estilo de vida y de pensamiento más humano, más noble, más fecundo, que dignifique su paso por esta tierra» (nº 208).

Esta intención se asemeja a la de la Carta de la Tierra que apunta valores y principios para una nueva humanidad que habita con cuidado y con amor el planeta Tierra.

El sueño del Papa Francisco actualiza el sueño del Jesús histórico, el del Reino de justicia, de amor y de paz. No estaba en la intención de Jesús crear una nueva religión ya que había muchas en su tiempo, sino personas que aman, se solidarizan, muestran misericordia, sienten a todos como hermanos y hermanas porque todos son hijos e hijas en el Hijo.

Este tipo de cristianismo no tiene nada de proselitismo pero conquista por la atracción de su belleza y profunda humanidad. Tales valores son los que pueden dar un otro rumbo a la sociedad mundial.

(Traducción de Mª José Gavito Milano)

Leonardo Boff es teólogo y filósofo.

Fuente:

http://leonardoboff.wordpress.com/2013/12/31/el-papa-francisco-y-la-economia-politica-de-la-exclusion/

 

Enviado a SURCOS por Agencia Latinoamericana de Información.

Mons. Sanabria, ayer y hoy

Arnoldo Mora

Uno de los acontecimientos  más relevantes de nuestra historia fue lo acaecido a partir de 1942 entre las principales figuras políticas que forjaron la Costa Rica contemporánea.  Me refiero a  la alianza entre el. Dr. Calderón Guardia, Mons. Sanabria y D. Manuel Mora. A esa alianza patriótica debemos las mayores reformas sociales de nuestra historia, el fin del Estado liberal oligárquico y, gracias a la Constitución de 1949, inspirada en buena medida en las ideas de Rodrigo Facio, la consolidación de ese Estado reformista que intuyera D. Alfredo González Flores,  el General Volio y, si queremos ir aun mas lejos,  la semilla sembrada por Mons. Thiel y el Lic. Félix Arcadio Montero.

Calderón, Sanabria y Mora, tres ilustres patriotas, concibieron y ejercieron el poder político, no como un fin para enriquecerse, sino como un medio para consolidar las libertades democráticas, fundadas en una mayor y mejor justicia social; ellos no escribieron esta luminosa página de nuestra historia  improvisadamente. Cambiaron el país en una profundidad y trascendencia  histórica como solo Juanito Mora lo había hecho en el siglo que los antecedió, Ninguno sacrificó sus principios en aras del oportunismo y la venalidad. ¿Cómo se logró este maravilloso ejemplo de civismo que hoy recobra toda su vigencia ante la preocupante decadencia ética de los actuales y principales detentadores del poder político, económico y mediático del país?

Un ilustre teólogo e historiador de la Iglesia, el  Doctor Presbítero Miguel Picado ha realizado una admirable investigación en los Archivos de la Curia Metropolitana (Arzobispado de San José) y ha publicado el resultado de esa ardua y rigurosa labor en un libro que acaba de publicar la EUNED titulado SECRETOS DE UN ACUERDO. MONSEÑOR SANABRIA Y MANUEL MORA.  JUNIO DE 1943. La obra consta de dos partes: la primera es expositiva y confrontativa. Allí el autor  expone los hechos con detalle siempre basado en fuentes primarias y analiza las opiniones que diversos  autores, especialmente historiadores, han dado posteriormente.  La segunda parte es un largo anexo reproduciendo los documentos encontrados  en los mencionados archivos y que son en gran medida inéditos.

Como en este mes de Enero la campaña electoral, que el 2 de Febrero culminará con las elección democrática de quienes han de regir los destinos de la Nación en el próximo cuatrienio y que el tema religioso se convierte en objeto de discusión y debate, por desgracia sesgado por intereses y cálculos electoreros o de índole  ideológica- pseudoteologías fundamentalistas –  sumergirse en la lectura y la reflexión en torno a los palpitantes temas  tratados en este libro, se convierte en una obligación para todos los costarricenses sinceramente interesados en el futuro del país. Demás está decir que el personaje central de la obra, además del Dr. Calderón y Manuel Mora, es el Arzobispo Víctor Manuel Sanabria. Y con sobrada razón; sus luchas y su inclaudicable voluntad de ser fiel a los más elevados valores patrios y cristianos, han hecho de él la figura cimera de la Iglesia costarricense.  Su legado y su testimonio son hoy, a inicios del siglo XXI, más vigentes que nunca.

 

Enviado a SURCOS por el autor.