Figueres y la CIA
Oscar Madrigal
A raíz de nuevos documentos desclasificados de EEUU ha salido a la palestra nuevamente las relaciones de José Figueres Ferrer con la CIA.
Digo nuevamente porque ellas siempre fueron reconocidas por Figueres. En marzo de 1975 declaró a Los Ángeles Times y al Miami Herald que trabajó para la CIA “de veinte mil maneras […] en toda América Latina” por más de treinta años. “Colaboré con la CIA cuando estaban tratando de derrocar a Trujillo”.
Pero las relaciones de Figueres y la CIA fueron de amor y odio.
Porque en dos ocasiones la CIA quiso asesinarlo, según relató el mismo Figueres, aunque nunca especificó los momentos. Según se infiere, una ocasión o las dos pueden ser porque se opuso a la invasión de Bahía Cochinos.
Según otros documentos, la CIA trató de derrocar a Figueres en dos ocasiones. La primera a mediados de 1950: ““El mayor pesar [de la Agencia] era que Figueres había reconocido escrupulosamente el derecho de asilo en Costa Rica para no comunistas y comunistas por igual. El amplio flujo de entrada de personajes cuestionables complicaba el trabajo de vigilancia de la agencia y los obligaba a aumentar su personal. Los problemas de la CIA con Figueres llegaron a ser más profundos. Costa Rica era un paraíso para cientos de exiliados en fuga de varias dictaduras derechistas latinoamericanas, como las de República Dominicana, Nicaragua y Venezuela. Figueres ofrecía ayuda moral y material a grupos de ellos en sus planes para derrocar estos regímenes.” (Este pasaje y otra información está tomada del libro “Asesinando la Esperanza” de William Blum).
En 1953, según se dice, la CIA fue tomada con las manos en la masa cuando intentaba intervenir el teléfono de Figueres, lo que ocasionó una reacción de la prensa norteamericana.
“En 1955 la Agencia llevó a cabo una acción contra Figueres que resultaba más amenazadora. La profunda animosidad política y personal entre Figueres y el dictador nicaragüense Somoza llegó a extremos violentos: se había llevado a cabo un atentado contra Somoza desde Costa Rica, con apoyo de Figueres, lo cual fue respondido por una invasión por parte de Nicaragua por tierra y aire”.
“El biógrafo de Figueres, Charles Ameringer, ha relatado que Figueres acusó a la CIA de ayudar al gobierno de Somoza en su contra. Denunció que la CIA se sentía en deuda con Somoza por el apoyo que este había dado al derrocamiento del régimen de Árbenz. Aseguró que los mismos pilotos y aviones [F-47] que habían participado en el ataque a Guatemala, “vinieron luego desde Nicaragua y ametrallaron poblados indefensos en nuestro territorio”. Según Figueres, al mismo tiempo que el Departamento de Estado de EEUU conveniaba la venta de aviones de combate para la defensa de Costa Rica, los aviones y pilotos de la CIA estaban llevando abastecimientos a los rebeldes.” (Obra citada).
El segundo intento por derrocar a Figueres, según la información que se recoge en la obra citada, se da en el periodo de 1970-74. El primer secretario de la Embajada estadounidense en San José, y muy probablemente el jefe de la CIA en Costa Rica Earl (Ted) Williamson, habló que el gobierno figuerista no duraría más de dos semanas por la inconformidad de la gente al acercamiento a los países socialistas. Figueres había tendido puentes con la Unión Soviética y otros países socialistas, lo cual no gustaba a un sector del gobierno de Nixon.
“En los dos años anteriores la URSS había comprado café a Costa Rica por valor de diez millones de dólares, una “ofensiva económica” que se dijo “molestó a los funcionarios estadounidenses”, según el New York Times.
Los que vivimos esos tiempos recordamos el clima tan tenso y el enfrentamiento violento entre costarricenses y las manifestaciones de todo tipo realizadas por el Movimiento Costa Rica Libre (de índole fascista), la Unidad, las cámaras y los círculos más rancios de nuestra oligarquía contra el gobierno de Figueres y contra el establecimiento de relaciones diplomáticas con la URSS.
“A principios de enero de 1971, el Gobierno de Costa Rica temió seriamente un alzamiento y volvió a pedir a la administración Nixon que retirara a Williamson. No mucho antes este había vuelto a pronosticar que Figueres, no sobreviviría en el poder por otras dos semanas. La Guardia Civil, única fuerza armada en el país, fue puesta en alerta y se hicieron planes para llevar al presidente a un escondite en las montañas. A solicitud de Figueres, el Gobierno de Panamá entregó en secreto más de cien rifles semiautomáticos a Costa Rica.” (…).
“Los cables oficiales que llegaban a Washington desde la Embajada describían la situación en Costa Rica como “peligrosa”. Figueres era acusado de abandonar a Occidente y aproximarse al Este, de haber aceptado asistencia financiera de los comunistas en su campaña y de permitir a estos infiltrarse en el Gobierno”. (Pasaje de Asesinando la esperanza de William Blum basada en información de la prensa de EEUU).
Al final la Embajada de los EEUU y la CIA desistieron de avanzar en sus proyectos contra Figueres y reemplazaron al jefe de la Agencia.
Sin embargo, debemos tener presente el peso de una embajada como la de EEUU en la política costarricense; el Miami Herald lo digo así: “Lo que resulta bien claro […] es el poder y la influencia de la Embajada de Estados Unidos en un país pequeño como Costa Rica. Una embajada que con sólo decir discretamente que se opone al gobierno puede estimular a la oposición y quizás inspirar esfuerzos para un derrocamiento. La antipatía expresada abiertamente casi los reclamaría”
La CIA está presente todos los días, cotidianamente, en la política costarricense; esta lección debe ser aprendida.
La influencia y penetración de la CIA en las más diversas estructuras del Partido Vanguardia Popular -que también ha salido a cuentas en estos documentos- durante la época de los años 50, ya fue documentado y analizado a profundidad por la historiadora Sofía Cortés en un capítulo titulado “La reorganización del Partido Vanguardia Popular y su paso a la clandestinidad 1948-1950” recogido en el libro (descargar:)“Imperios, Agentes y Revoluciones. La Larga Guerra Fría en Costa Rica”, que recomiendo leer.