En el video adjunto al final de este texto, se señala al presidente Rodrigo Chaves y su gobierno, con un enfoque principal en la relación conflictiva entre el gobierno y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la entidad responsable de los servicios de salud pública en Costa Rica. Donde se analiza que el gobierno está saboteando las operaciones de la CCSS al evitar que el Ministerio de Hacienda le transfiera los fondos necesarios para su funcionamiento, una acción que se considera violatoria de la constitución y las leyes nacionales.
Se menciona también el impacto negativo de estas acciones en la población costarricense, al señalar que muchas personas enfrentan largas esperas para recibir atención médica básica debido a la falta de recursos. Se aborda que los ciudadanos deben hacer fila desde horas tempranas en la madrugada frente a las clínicas y hospitales para intentar conseguir un turno, lo cual refleja un sistema de salud saturado y falto de recursos. Este problema se agrava con la escasez de especialistas, equipo médico, medicamentos e infraestructura adecuada. También se aborda el caso específico de la construcción del nuevo hospital en Cartago, la cual, ha sido sistemáticamente bloqueada por el gobierno, a pesar de que dicha infraestructura es urgente para mejorar la atención médica en la región.
Por estas razones, se acusa directamente al presidente y al ministro de Hacienda de negligencia y falta de responsabilidad en su gestión, responsabilizándolos de las muertes y la pérdida de vidas de costarricenses que no reciben atención médica oportuna. Se cuestiona si el gobierno está buscando protegerse de posibles responsabilidades al no cumplir con sus obligaciones hacia la CCSS y al no permitir que su Junta Directiva funcione adecuadamente para aprobar decisiones críticas para la salud pública.
Finalmente, se denuncia lo que considera una falta de ética y patriotismo por parte de quienes ocupan altos cargos en el gobierno, acusándolos de seguir órdenes del presidente sin considerar el bienestar del país y sus ciudadanos, enfatizando una percepción de que el gobierno está actuando en contra de los intereses del pueblo costarricense, protegiendo sus propios intereses y debilitando el sistema de salud pública en el proceso.
Se puede visualizar este video en el siguiente enlace:
Los dos afiches compartidos tratan sobre una protesta relacionada con la situación de la salud pública en Costa Rica y las deudas que el gobierno tiene con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). A continuación, se resume la información principal de ambos afiches:
El primer afiche señala que la salud pública debe ser un derecho de todos, enfatizando la demanda del pago de una deuda de 4 billones de colones. El mensaje central es «¡Exijamos!», haciendo un llamado a la acción para reclamar el pago de esta deuda. Se menciona una huelga programada para el jueves 31 de octubre, organizada en tres turnos y dirigida a los trabajadores para que se organicen en sus centros de trabajo. El afiche presenta los logos de UNDECA y BUSSCO, dos organizaciones involucradas en la movilización, reflejando la unidad sindical y social en la defensa de la salud pública.
El segundo afiche cuestiona la razón de las listas de espera en los servicios de salud, las cuales se califican como «listas de muerte». Se enumeran problemas como la falta de personal, medicamentos, equipo, infraestructura y camas. Estos problemas se atribuyen a la deuda que el gobierno mantiene con la CCSS, la cual supera los 4 billones de colones. La frase «Porque el gobierno no le quiere pagar a la CCSS» responsabiliza directamente al gobierno de la crisis. Se incluyen imágenes de personas esperando en los pasillos de centros de salud, destacando la gravedad de la situación. Al igual que en el primer afiche, se observan los logos de UNDECA, «Somos Gente de Salud» y BUSSCO, junto con un mensaje final: «¡No más corrupción y saqueo de la CCSS!».
Ambos afiches buscan movilizar a la población para exigir el pago de la deuda que el gobierno tiene con la CCSS, subrayando la crisis que esto ha generado en el sistema de salud pública, incluyendo la escasez de recursos básicos y el deterioro de la atención a los pacientes.
Rafael A. Ugalde Q. Periodista, abogado y notario.
Rodrigo Arias López. Actuario y matemático.
Dedicado a Juan Rafael Mora Porras y José María Cañas Escamilla, asesinados vilmente en Puntarenas, designados por la patria para que, junto a aquellos hombres y mujeres, henchidos de rabia y coraje, consolidaran nuestra independencia y libertad, frente a los filibusteros de ayer y hoy.
Cómo sí las larvas del “barrenador” fueran insuficientes, cuando privatizaron los servicios básicos preventivos de atención de la salud, trasladaron a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) las obligaciones del Ministerio de Salud, durante la Administración socialcristiana de Rafael Ángel Calderón Fournier, llenando de más ninfas el lomo del pobre Seguro Social, ya de por sí repleto del gusanillo ese, hasta hoy. (Museo-Nacional).
En la entrega anterior abordamos la llamada “tercerización” de los servicios básicos de atención primaria, el silencio de aceptación que hubo entre un sector de las cúpulas del entonces liderazgo popular, así como el descabezamiento y la destrucción legal del Hospital Sin Paredes, como experiencia democrática del pueblo en la solución de sus problemas sanitarios. (Parte I).
En la Administración socialcristiana de Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994) comenzó otro crujir de dientes para la CCSS, igual o peor que como cuando a las cooperativas, bajo el control del fortachón Partido Liberación Nacional, entró en el negocio de los servicios de salud del primer nivel. Ya entonces el lomo de la Caja estaba lleno por todos lados de ninfas, que luego todos conocen la supuesta multiplicación del gusanillo, que ya ocupa un lugar en la historia policial, tras prestar su nombre al fiscal general, Carlo Díaz, para llevar a cabo el operativo durante el cual detuvieron a ocho personas vinculadas con la CCSS.
El presente esfuerzo implícito en esta segunda entrega va despojado de cualquier politiquería y partidarismo, porque el fin último, es que, sin importar el nivel de escolaridad, edad o sexo, sean los campesinos, los obreros, las amas de casas, los estudiantes, los empleados públicos y privados, intelectuales y profesionales honestos, que los hay todavía, podamos entender la compleja madeja existente alrededor de los intentos de desmontar 83 años de seguridad social, a todas luces sí eso ocurriera, sería una auténtica tragedia para los costarricenses más vulnerables.
De esta realidad, surge entonces, la exigencia de no solo organizarnos para competir sobre quien controla más organizaciones y cuánto recibimos mensualmente por cuotas para mantener el funcionamiento de la instancia sindical, comunal, estudiantil etc., sino la urgencia de articularnos. El primer caso se llama, políticamente hablando, “burocratismo”; el segundo es “trabajo planificado”, “efectivo” a la hora de cuantificar, con sentido político, entre otros términos. El primer caso, el “burocratismo”, confunde, desorienta a los trabajadores y deja abierta las puertas a las bandas fascistas en todas partes (léase Milei en Argentina, amenazas de bombas y muerte en Costa Rica, intentos de golpe de Estado en Honduras y Venezuela etc.), mientras la segunda opción educa, transforma y concientiza a los hombres y mujeres sobre su papel dentro de la sociedad, elevando así las cualidades y calidad de su membresía. Para que nos entendamos: poco ganan los trabajadores sí sus líderes siguen transitando por el viejo camino de organizaciones por organizaciones, sí taponeamos por omisión o acción los vasos comunicantes con otros costarricenses en igual o peores condiciones por el inhumano estado en que nos tiene el modelo imperialista.
Tal como se explicó en la primera parte, el artículo 6º de “Ley de Universalización del Seguro de Enfermedad y Maternidad” N° 5349 del 24/09/1973, mandaba que la atención de las acciones de salud en materia de medicina preventiva no reservadas por ley a la Caja, serían de responsabilidad exclusiva del Ministerio de Salubridad Pública. Sin embargo, el 3 de diciembre de 1993 -administración socialcristiana de Calderón Fournier como queda dicho líneas arriba- derogaron el artículo 6 en mención y trasladaron a la CCSS la obligación de encargarse de la medicina preventiva, con la promesa en la disposición 9 de la Ley N° 7374 del 3/12/1993, que el Ministerio de Hacienda financiaría mensualmente sus costos. Con dicho artículo, el PUSC revitalizó el plan de privatización de los servicios médicos iniciado por el PLN años atrás, prometiendo, según el artículo 9: “El Ministerio de Hacienda, a efecto de cumplir con lo establecido en los artículos 7 y 8 de la presente Ley, tomará las previsiones presupuestarias, para trasladar mensualmente a la Caja Costarricense de Seguro Social los recursos financieros necesarios, a fin de cubrir las nuevas obligaciones asumidas por el traspaso del programa de atención a las personas.”
Entendemos, pero no compartimos, que los miembros de la Junta Directiva y en general la alta gerencia de la CCSS, cuidaran sus cargos aceptando lo que a ojo de pájaro ya asomaba como un posible barrenado en las finanzas de la Caja. Tampoco, siendo claros y sinceros, la representación de los trabajadores en las distintas áreas de la CCSS, ahora tan agitada por la entrega de centros de salud a las cooperativas y la posible imposición del llamado sistema de “copago” de necesidades médicas, mostró capacidad para prevenir lo que se fraguaba (algo parecido había pasado en México), y menos para articularse y dar la lucha junto a maestros, campesinos, y asalariados, en general, dado que el desfinanciamiento del Seguro era evidente y el asunto era de vida o muerte para millares de asegurados. Es extraña la pasividad ocurrida.
El plan escondido en las alturas de nuestra oligarquía sí bien es cierto permanecía “sombreado” entre escritorios y personajes de la política local, era a la vez evidente en cada una de sus etapas y los pasos dados a diario, pues hicieron valer sus influencias dentro de la CCSS para que el monto mensual proveniente del Ministerio de Hacienda, por el traslado a la Caja de las obligaciones del ministerio de salud, fuera solo por dos años o por un monto simbólico. Eso lo lograron contabilizando desde hace 30 años en los Estados Financieros del seguro de salud, solo el 2,5% del costo que le trasladaron a la Caja. Hasta la fecha ningún gobierno de turno ha honrado ni siquiera ese 2,5%. Aún muchos de los que dejaron de pagar ese 2,5% y de los que dejaron de cobrar el 97,5% restante, siguen campantes en sus puestos tomando decisiones.
Este caso tiene más de 10 años en los tribunales de justicia, tras una denuncia del exdiputado José María Villalta (Expediente 13-006261-1027-CA, Sección Octava del Tribunal Contencioso Administrativo y Civil de Hacienda, Segundo Circuito Judicial de Goicoechea,) sin que exista prisa en la CCSS, en ningún gobierno de turno y presuntamente tampoco en el Poder Judicial. (Sentencia-Sala-Primera).
El allanamiento a la CCSS por el llamado caso “barrenador” puso nuestra seguridad social en primer plano.
Pocos pueden alegar desconocimiento de estas maniobras e infecciones. La Auditoría Interna de la CCSS, la Contraloría General de la República y hasta la Defensoría de los Habitantes, conocen estas conductas inexplicables, que podría constituir un presunto delito desde hace décadas; pero nunca las denunciaron, ni importó a nadie. Se acomodaron a recibir sus altos salarios sin decir esta boca es mía, mientras los gusanillos barrenadores crecían y se reproducían. (Ver Auditor-Olger-Sanchez-CCSSy Defensoría-Habitantes).
Cuando un ciudadano, en su condición de trabajador y asegurado, hizo ver al ministerio público el olorcillo que salía desde adentro, ese ministerio archivó una de las denuncias interpuestas, y alegó: “Este recurso se está declarando inadmisible por el principio de Taxatividad Subjetiva, por lo ya apuntado al considerar que el señor Rodrigo Arias López no es víctima en la presente causa y no ostenta esa condición que establece la ley, en el artículo 282 con relación al 437 e interpretando a la luz del 70 del C.P.P, en virtud de ello se declara inadmisible el recurso de apelación presentado contra la resolución del Juzgado Penal del Segundo Circuito Judicial de San José de las 10:30 minutos del 20 de noviembre del año 2018 donde se dictó (sic) la desestimación de la causa y por lo tanto se declara en firme aquella resolución.” (La negrita no es del original y para un ahondamiento del asunto puede consultarse el Voto 21-2019, Expediente 18-000119-1218-PE, del Tribunal Penal del II Circuito Judicial de San José. (Denuncia-Fiscalía).
Es menester recordar que, por esa fecha, la fiscalía general de la república, la ocupaba Emilia Navas Aparicio, y ahora quien la sustituyó en el puesto, Carlo Díaz, declaró la guerra al gusanillo ese en la Caja, lo cual supone, entendiendo bien el significado de “lucha contra la corrupción”, una buena fumigación a la mosca verde, por lo menos con tintura de yodo, sí de verdad hay decisión de limpiar el lomo de la institución.
Si bien los “barrenadores” han cumplido con creces a quienes los pusieron en la alta administración, el “barrenado” de las finanzas de la CCSS, ya es imposible maquillarlo. A fin de colaborar con la bitácora de la fiscalía general (él dijo que está abierto a las denuncias de la ciudadanía), así como con la discusión en el movimiento popular, se ofrecen a continuación cifras en colones, solo en relación con el rubro del artículo 9 de la Ley 7374, antes citado (Primer nivel de atención de la salud):
Gasto anual del primer nivel de atención de la salud en 2023: ¢728.425 millones (Ver Cuadro 31, pág. 76 de Estudio-CCSS).
Gasto contabilizado por la CCSS a cargo del Estado en 2023: ¢19.595 millones (Ver cuenta contable 131268 EF-SEM-CCSS-DIC-2023).
Monto presuntamente dejado de contabilizar y de cobrar al Estado en 2023: ¢708.830.
Monto presuntamente pagado por el Estado: cero colones.
A lo anterior, hay que agregar que, en los estados financieros con corte al 31/12/2019, solo aparece el 2,5% del costo real, más los intereses simples, con un saldo acumulado en 30 años de solamente ¢436.081 millones, y otro, en el cual se da a entender, que ese saldo es diminuto, porque se lo comieron las larvas barrenadoras. Esto por cuanto, el reclamo hecho, tomando en cuenta el 100% del costo -en lugar del solo el 2,5%- del primer nivel de atención con corte a setiembre de 2019, es de ¢5.933.726.567.501,95 (casi ¢6 billones) (Punto 2 dentro de la ejecución de sentencia citada líneas arriba) de la pretensión firmada por Gustavo Camacho Carranza, representante judicial de la CCSS, en julio de 2020, expediente 13-006261-1027-CA. (Ver Ejecución-de-sentencia citada).
En este sentido, cuando la Auditoría Ciudadana de la Seguridad Social solicitó al Gerente de la CCSS, Lic. Gustavo Picado Chacón “actualizar el monto del principal y de los intereses de la pretensión de liquidación de sentencia que presentó el Sr. Gustavo Camacho Carranza Abogado 16689 ante el EXPEDIENTE: 13-006261-1027-CA del Tribunal Contencioso Administrativo y Civil de Hacienda, Sección Octava del Segundo Circuito Judicial de Goicoechea, ya que dicha pretensión está desactualizado a setiembre de 2019 y que una vez que haya sido actualizado nos suministren una copia”, recibió como respuesta lo siguiente: “Conforme a la naturaleza del proceso judicial de ejecución, los montos incluidos en la pretensión institucional son debidamente actualizados según se avance en las etapas procesales del procedimiento y en estrecha coordinación con el Abogado Director del caso, según se requiera. En tal sentido, en el momento que se proceda con lo indicado se les informará lo correspondiente.” (Oficio GF-3403-2024 del 12 de setiembre de 2024). Esto demuestra el interés real que tienen quienes toman las principales decisiones en la CCSS y que giran las instrucciones de los montos que se deben contabilizar en los estados financieros como responsabilidad del Estado, según la Ley 7374, a fin de que la deuda estatal con la Caja luzca pequeñita -unos ¢4 billones-; y por carambola y para felicidad de los organismos financieros internacionales (Juan Rafael Mora, posiblemente los hubiera mandado al carajo) siguen dando préstamos e hipotecando las futuras generaciones para que avance el plan incontenible ideado por nuestras élites desde 1982 hasta hoy.
La comparación hecha por la fiscalía general de la república con la mosca productora del gusano barrenador con la presunta compra por la Caja con sobre precios en servicios médicos a cooperativas, cobró relevancia con la detención reciente de altos personeros ligados con el Seguro. (Imagen con fines ilustrativos: La-Región).
De esta manera, tenemos algo así, dos formas paralelas de acumular los ingresos por las deudas en relación con la deuda del Estado por el artículo 9 de la Ley 7374, que suma para la CCSS solo el 2,5% del costo de lo que antes tenía el ministerio de salud, rondando los ¢4 billones (ver Deuda-Estado-CCSS), y que de paso, tanto sorprende ahora, a la diputada del PLN Paulina Ramírez.
La otra contabilidad, no oficial y en las tinieblas, originada por el 100% del costo de atención primaria de la salud acreditada a el Estado, superaría la astronómica suma de los ¢20 billones, a setiembre de 2024. En todo caso, sea el primer saldo o si prefieren el segundo, la barrenada es grande y la sentimos la mayoría de costarricenses sin acceso a las cadenas de hospitales privados, cada vez que usted hace fila en un centro de salud de la Caja, su cita con un especialista es para el otro año y la tan esperada intervención quirúrgica urgente se practicará hasta dentro de dos años, sí está viva todavía. ¡Y recuerde: calladito es más bonito desde hace 42 años!
Según datos divulgados por la misma CCSS, hay un aumento de las citas en espera de 174.815 a 187.548 y una reducción de 552 días de espera en promedio en cirugías en enero de 2023 a 421 días en agosto de 2024. A fin de contribuir con el estudio y el análisis, dediquemos tiempo a los siguientes gráficos.
Respecto con las listas de espera para consulta externa, el plazo promedio de retraso se incrementó de 371 días en enero de 2023 a 425 días en agosto de 2024, mientras que la cantidad de citas en demora creció de 219.619 a 310.098.
El copago de servicios se suma la tercerización: El presidente Rodrigo Chaves, durante una conferencia de prensa el pasado 30 de septiembre en Puntarenas, confirmó que la compra de servicios médicos a el movimiento cooperativo incluye procedimientos quirúrgicos.
Las declaraciones del mandatarioesclarecieron recientes dudas entre un importante sector sindical dentro de la CCSS y los agentes cooperativos asignados por las altas autoridades de la Caja para que se hagan cargo de los centros de atención primaria de salud, durante un periodo de 10 años.
La polémica sobre sí, la llamada “tercerización” de la medicina preventiva incluía ya algunas cirugías, estalló esta semana cuando trascendió que la Cooperativa Autogestionaria de Servidores para la Atención Integral (Coopesain) ha brindado servicios mediante contratación a la Caja para la atención de procedimientos de cirugía mayor ambulatoria a pacientes pediátricos del área de atracción del Hospital Nacional de Niños. Contabilizando desde el año 1991 a julio de 2022 un total de 42.763 niños intervenidos quirúrgicamente.
Las categóricas afirmaciones fueron recogidas por el periódico digital El Mundo cr, el pasado 27 de setiembre, atribuyendo a el gerente de Coopesain RL, Walter Zúñiga, tales cifras en el marco de un desencuentro entre el presidente del Movimiento Cooperativo, Freddy González Rojas, y el dirigente sindical y secretario general del Sindicato Nacional de Enfermería y Afines, Lenin Hernández. (ElMundo.cr).
La política cada vez más evidente de obligar a la Caja a entregar estratégicos servicios relacionados con la salud de todos los costarricenses, ha estado presente en todos los últimos gobiernos, caracterizados, unas veces con la privatización (eufemísticamente llamada cooperativización o llanamente tercerización), otras quitando legal o de hecho a la rectora de la protección social en el país la producción de medicamentos, más allá que no sea la crema de rosas, a pesar de la cantidad de excelentes profesionales con que cuenta en todas sus áreas, pasando por el envío de pacientes a realizarse exámenes a centros privados, hasta llegar a la más reciente propuesta de copago de servicios dizque para enfrentar las listas de espera.
Pareciera que, desde aquel 1º de noviembre 1941, cuando por la ley número 17 nació la querida Caja – estamos a menos de un mes, este 1 de noviembre , de celebrarle cumple 83 años- no han dejado de manosear sus entrañas para acabar con el pilar de la contribución tripartita y solidaria, a fin echar por el suelo el sueño de cientos de humildes herederos de Juan Rafael Mora, excelentemente interpretados por el presidente Rafael Ángel Calderón Guardia y el líder comunista Manuel Mora Valverde, cuando pensaron en no dejar a nadie sin seguro social, frente a la enfermedad, la invalidez, la vejez y la muerte.
Las millonarias deudas de la CCSS sin pagar o sin cobrar, así como rebajos en las cuotas para este o aquel otro sector, por politiquería, populismo o por más bonito que venga tal relato, no es otra cosa que una simulación de nuestras élites para barrenar los derechos de todos nosotros a una atención eficaz ante la enfermedad y el auxilio social ante la invalidez, la vejez y la muerte.
¡Tenga cuidado: a veces los confites vienen envenenados!
Lenin Hernández Navas, secretario general del sindicato SINAE AFINES, ha lanzado duras críticas contra Marta Esquivel, quien había presentado una iniciativa relacionada con la política de género institucional en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Esquivel anunció la implementación de ropa hospitalaria específica para mujeres, compuesta por pantalones y blusas, lo cual fue calificado por Hernández Navas como una “distracción de los problemas realmente importantes que enfrentan los costarricenses”.
En su respuesta, Hernández Navas instó a Esquivel a enfocarse en lo urgente y relevante, señalando que los problemas de salud pública, como el cáncer y las listas de espera para procedimientos quirúrgicos, son cuestiones que exigen atención inmediata. El líder sindical subrayó la gravedad de la situación del cáncer en Costa Rica, destacando que anualmente se detectan 13,000 casos nuevos de diferentes tipos de cáncer y que 5,700 personas mueren a causa de esta enfermedad. Además, criticó la cantidad insuficiente de mamografías realizadas en la CCSS, mencionando que por cada 76 mamografías, una mujer fallece, lo que muestra un claro déficit en la prevención y el tratamiento de enfermedades graves.
Hernández Navas también abordó el alarmante aumento en las listas de espera desde que Esquivel asumió su cargo. El dirigente señala que la lista de espera para procedimientos quirúrgicos ha crecido en 19,000 personas, sumando un total de 188,600 personas que esperan atención médica. En los últimos cuatro meses, más de 2,000 personas adicionales se han sumado a estas listas, lo que ha generado una crisis en la atención de salud, que Hernández Navas califica como una situación de “listas de muerte” debido a la irresponsabilidad de Esquivel.
Además de responsabilizar a Esquivel, Hernández Navas acusó al presidente de la República de protegerla y no tomar medidas efectivas para resolver los problemas dentro de la CCSS. En su opinión, el presidente no solo es parte del problema, sino que también ha permitido que la corrupción dentro de la Caja siga proliferando. Para Hernández Navas, tanto Esquivel como el presidente son responsables de una situación que pone en riesgo la vida y la salud de miles de costarricenses.
Luego de que la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), aprobara un proyecto para implementar dos unidades de alto desempeño para atender las listas de espera en Oftalmología y Ortopedia, en los servicios de la Clínica Oftalmológica y la Clínica Marcial Fallas, la Defensoría de los Habitantes anunció que dará seguimiento a dicho plan.
Como parte de las acciones, la Defensoría solicitó a la Gerencia Médica de la CCSS, informar los antecedentes técnicos que dieron fundamento al proyecto, copia de los acuerdos de la Junta y los términos planteados en el proyecto. También se consultó sobre los recursos disponibles, fuente de financiamiento, recursos humanos asignados, el periodo durante el cual se ejecutará, los indicadores de evaluación para determinar el progreso en la reducción de listas de espera, los mecanismos utilizados para realizar la coordinación necesaria que permita la ejecución de la jornada ordinaria de dichas clínicas y la programación extraordinaria.
Además, se pidió la valoración -si se ha realizado- sobre la eventual ampliación del proyecto a otros CAIS del país, a fin de que puedan atender a la población cercana y los criterios de selección de los pacientes para la implementación del proyecto que busca, en un plazo determinado, realizar la mayor cantidad posible de operaciones de las listas de espera, especialmente, en jornada ordinaria.
De acuerdo con datos de la CCSS publicados en medios de prensa, anualmente, ingresan a la lista de espera de operación por cataratas entre 20.000 y 30.000 pacientes nuevos. En lo que va del 2024, hay 27.000 casos más. Con respecto a ortopedia, al 2024, 14.278 personas estaban en espera de alguna cirugía en esta especialidad médica.
Oficina de Comunicación Institucional Defensoría de los Habitantes
Se trata de habitantes que necesitan un procedimiento o recibir consulta especializada en hospital de Pérez Zeledón.
Como parte de una investigación que realiza la Defensoría de los Habitantes en relación con la gestión de listas de espera del Hospital Escalante Pradilla, de Pérez Zeledón, se llevó a cabo un proceso de rendición de cuentas con la Dirección Médica del Hospital Escalante Pradilla y las jefaturas de servicio sobre un informe preliminar del estado de estas listas, con particular interés en evaluar el impacto de las jornadas de producción a diciembre del año 2023.
Esta investigación tiene su origen por la cantidad de denuncias que recibe esta Defensoría. Así, de enero 2023 a enero de 2024, se recibió un total de 417 quejas o consultas de pacientes de ese centro hospitalario, siendo el hospital de la CCSS con la mayor cantidad de quejas ante la Defensoría.
Se hizo un análisis de las jornadas de producción 2021-2023 para determinar cuál fue su impacto en las especialidades en las que se realizaron. Preliminarmente se pudo verificar que el impacto no es el mismo en todas las especialidades. Un ejemplo es el caso de urología que pasó de 882 casos a 1.139 a final de diciembre de 2023. En el caso del ultrasonido ginecólogo, se observa una disminución importante pasando de 938 a 428 casos. Situación similar se presenta con los días de espera, pues para una cita en urología el tiempo de espera aumentó en casi un 11%, mientras que, para el ultrasonido ginecológico, disminuyó en casi un 59%.
Los datos aportados por el Hospital Escalante Pradilla reflejan que a diciembre del 2023 había pendientes en cirugía general 2.615 casos, con un tiempo de espera promedio de 622 días; en ortopedia un total de 3103 con 395 días de espera promedio; en oftalmología 1356 con una duración aproximada de 119 días; en ginecología un total de pacientes de 906 con un tiempo promedio de espera de 279 días. Así sucesivamente en el resto de especialidades médicas. En palabras del mismo informe del Hospital Escalante Pradilla, en consulta externa el plazo promedio de espera aumentó en 89,9 días; en procedimientos disminuyó en 10,2 días; mientras que cirugías aumentó en 45,7 días. La Defensoría estará evaluando los resultados al primer trimestre 2024 para concluir el estudio.
En relación con los médicos especialistas, se ha podido constatar el ingreso de algunos médicos más en Neurología, Geriatría, Medicina Interna, Fisiatría, Ginecoobstetricia, Patología, Anestesia y Cirugía general, pero en otros casos como Cardiología, Nefrología, Gastroenterología, Dermatología, Oncología, Ginecología Oncológica y Medicina Materno Fetal los especialistas son pocos o no hay. Lo mismo cabe decir de muchos técnicos que son insuficientes como en gastroenterología, terapia ocupacional, oftalmología, lenguaje o nutrición.
Respecto del equipamiento del hospital es necesario un TAC nuevo de 128 cortes, cuya compra fue aprobada según las autoridades, pero además es necesario una incubadora de transporte neonatal, 2 Incubadoras abiertas para salas de expulsivos de sala de partos, un Oxímetro de pulso neonatal, al menos 2 camas para sala de labor de partos y 8 bombas para nutrición parenteral, entre otro equipo del Servicio de Patología.
Al realizar la jornada de trabajo de personal de la Defensoría en ese hospital, se verifica la necesidad de más espacios de atención en Consulta Externa, los quirófanos y las salas de recuperación siguen siendo reducidas de espacio. Sin embargo, de igual forma se verificó una ampliación del Servicio de Consulta Externa que construido recientemente.
Como parte del estudio, 17 de abril se realizó un encuentro con la sociedad civil de Pérez Zeledón con la participación de la Unión de Productores Independientes y Actividades Varias, la Asociación Nacional de Empleados Públicos, la Casa de la Mujer, Junta de Salud del Hospital Escalante Pradilla y la Unión de Trabajadores Agroindustriales de Pérez Zeledón en el Salón de Capacitación Claudio Gamboa. En este encuentro, la Defensoría expuso para validación un avance de la investigación en curso y se atendieron los aportes de estas agrupaciones en relación con sus preocupaciones por el estado de las listas de espera de este hospital y las posibles soluciones que estas agrupaciones pudiesen visualizar.
Este proyecto de investigación aún no está concluido pues es necesario solicitar más información a este hospital, así como a los otros centros de salud de la Red Brunca de Servicios de Salud de la CCSS con el propósito de realizar una evaluación del impacto que causan estos centros de salud en las listas de espera del Hospital Escalante Pradilla. Además, se tiene prevista la realización de una evaluación del estado de salud ocupacional del personal de este hospital mediante la realización de un grupo focal.
Oficina de Comunicación Institucional Defensoría de los Habitantes
Esta semana en Lo que importa: ¿Cuál es la situación sobre las listas de espera?
El tema lo analizaremos con el secretario general del Sindicato Nacional de Enfermería y Afines, Lenin Hernández. No se pierda la entrevista ahora que los sectores sociales reclaman la defensa de la Caja Costarricense del Seguro Social.
Lenin Hernández: “Prácticamente no ha ocurrido nada y por el contrario hemos visto un incremento en las listas de espera”.
Lo que importa, este jueves a las 7:30 de la noche y repetición el domingo a las 12:30 medio día por el QUINCE UCR.
El Sindicato Nacional de Enfermería, en conferencia de prensa, explicó cuáles han sido las condiciones en las que han tenido que trabajar sus profesionales, principalmente las malas condiciones salariales y poco competitivas que le ha tocado vivir a los trabajadores de la CCSS. Problemáticas de endeudamiento y acceso a préstamos gota a gota son las principales, todo esto como consecuencia del atraso en el pago de salarios pero también se menciona la fuga de profesionales.
Por este motivo, mencionan que las malas decisiones tomadas por la presidenta Marta Esquivel, afectan no solo a los trabajadores, sino también se invisibiliza la voz del paciente, principalmente con problemáticas en las listas de espera. Mencionan también que no se ha presentado una solución razonable para todas las dificultades que atraviesa la institución.
Por ello los representantes del sindicato son vehementes con la necesidad de reformas sustanciales a la institución que velen por el derecho a la salud de la ciudadanía, principalmente porque son personas que están en condiciones delicadas.
Indican que van a unirse a la movilización del 24 de abril para reclamar por una solución a estas condiciones, ya que si la CCSS no responde y soluciona, se van a ver en la obligación de aplicar medidas de presión.
Es innecesario recordar que la CCSS sufre de un déficit presupuestario que está teniendo terribles consecuencias, principalmente para los “Ciudadanos de Oro” que inevitablemente han de acudir a sus hospitales y clínicas. Las insuficientes camas y demás espacios de todo el sistema de salud son ocupados en más del 65% por venerables ancianitos. Se cuentan por decenas de miles, las familias que han sufrido por las condiciones en que, por escasez de recursos, los abuelitos y abuelitas han tenido que injustamente sumarse, a las inhumanas listas de espera, para un usual tratamiento médico. A veces también, pasan dos o tres días en condiciones incómodas, impropias, dolorosas, sin poder salir de inadecuadas salas de emergencia, por falta de espacio y camas en salones. Espacios, por cierto, diseñados para pacientes más jóvenes, con mayores facilidades de movilidad.
Nuestra familia, y estamos seguros muchas más, hemos sufrido mucho, al ver cómo ha habido necesidad de «amarrar» a los ancianitos a sus camas, ante la insuficiencia de personal de enfermería y asistentes, que los pudiesen atender las 24 horas. Faltan medicamentos y equipos, y hasta camas adecuadas para ellos. Ancianos, esto hay que tenerlo muy presente, que después de haber entregado amorosamente su vida a los hijos desde el instante de su nacimiento, hoy solo Dios los puede proteger de cualquier hospitalización por enfermedad grave, que los exponga a esas penalidades.
Y es que, por más amor aportado por el personal de salud, todavía NO tiene nuestro solidario sistema hospitalario, respuestas viables para enfrentar los cambios demográficos que aceleradamente han envejecido nuestra población. Cada día son más los «Ciudadanos de Oro», así como las enfermedades propias de su edad. Ciudadanos a los que llegó el momento de recibir el amor y protección que demandan y merecen.
Lo cierto es que hoy no alcanza el dinero y la situación inevitablemente se agravará en menos de 30 años, cuando esa población mayor de 65 años rondará la cifra de 1.200.000, lo que permite vislumbrar una situación desesperante, dolorosa, inmerecida, que se profundizará… ¡SI NO HACEMOS LO CORRECTO HOY! Y lo correcto es buscar cómo enfrentar con medidas concretas, ese angustiante problema social. El más importante que hemos de solucionar como proyecto país.
Pero ¿Cómo enfrentarlo si no tenemos recursos?, se estará preguntando usted; pues, para su tranquilidad, resulta que SÍ CONTAMOS CON RECURSOS FINANCIEROS suficientes para esa magna tarea. Y resulta, que los tenemos en un pequeñito espacio de nuestro territorio. En un área menor al Parque Metropolitano de La Sabana, donde tenemos un YACIMIENTO DE ORO que, según los estudios de la empresa extranjera que lo iba a explotar, puede producir unos US$228 millones anuales (¡más de ¢114.000 millones anuales!) por quizá 15 años. Cifra real, no especulativa, sustentada en la producción moderada anual, de tres toneladas de oro en lingotes, que, por cierto, estuvimos a punto de perder producto de una mala concesión. Y podemos hacerlo ahora, sin necesidad de reformar el Código de Minería, que incluye la prohibición de otorgar concesiones, porque al ser el mismo Estado el que haría la explotación, no requiere (sería una insensatez) que se le otorgue «una concesión» cual si se tratara de un ente privado.
Por tanto, ante la urgencia, hacemos un llamado para que se valore NUESTRO ORO DE CRUCITAS, como una solución complementaria al problema financiero de la Caja.
Rogamos, suplicamos, para que la idea del sistema hospitalario integral que hemos llamado “HOSPITAL DEL ORO” sea considerada seriamente. Se trata de que la junta directiva de la Caja Costarricense del Seguro Social diga ¡presente, aquí estamos!, y se disponga a buscar respuestas a las necesidades que le aquejan. Deficiencias conocidas no solo en los 1043 EBAIS, que han superado su capacidad de atención primaria, sino también en toda las clínicas y hospitales que, salvo excepciones, no tienen condiciones especiales para recibir a ese sector de pacientes. “Ciudadanos de Oro” que aparte de las 140 camas del magnífico Hospital Geriátrico Raúl Blanco Cervantes, han de ser atendidos, cuando se puede, bajo condiciones inadecuadas en hospitales diseñados para pacientes más jóvenes, donde no encontramos salas especializadas para los abuelitos y abuelitas, que presentan necesidades particulares y condiciones materiales, que impiden incluso, el pleno cumplimiento de la Ley Nº7600.
La idea es que nuestros expertos en salud elaboren los planes que mejor consideren, en el marco de la CCSS y el Ministerio de Salud. Para alejarnos de una concentración, que podría acarrear problemas conexos, en la de menos podrían pensar en adecuar los centros de atención primaria y hospitales de toda categoría, para que cuenten con secciones especiales para esos ciudadanos, mediante ampliaciones y limitados cambios estructurales. Y, ¡por qué no!, quizá en la construcción de otros hospitales regionales de geriatría, o incluso, en uno central especializado en enfermedades predominantes en ese sector de población. En fin, son ideas que podrían considerarse. Y es que, recordemos, que no se trata de UN hospital, sino de UN SISTEMA HOSPITALARIO, donde también se habrá de considerar, algunas residencias comunes, para familiares que, desde regiones alejadas, han de estar asistiendo a sus abuelitos internados.
Por otro lado, no es despreciable el beneficio colateral que obtendría la Caja, al dedicar esa fuente extraordinaria de recursos para atender exclusivamente a las personas de la tercera edad. Las hoy inquietantes “listas de espera” que, como consecuencia de carencias diversas, provocan desazón en miles de pacientes y sus familiares, también se verían disminuidas conforme más y más ciudadanos mayores, pasen a ser atendidos en los espacios diseñados para ellos. Así, en poco tiempo, alrededor de un 65% de los espacios, equipos, medicamentos, exámenes de laboratorio, consulta externa, cirugías, etcétera, que hoy son compartidos por todos los pacientes, se irán liberando, y, por ende, la Caja podría contar con mucho mejores condiciones sanitarias, para el cumplimiento de su abnegada labor. ¡Todos, sin duda, salimos ganando!
Por lo resumido, creemos tener la grandiosa oportunidad de dejar un legado histórico de inmensas repercusiones para los costarricenses, como lo es quizá, el de los tres grandes reformadores sociales de la Costa Rica de los años 40. Sin embargo, para alcanzar ese logro, estamos urgidos de la decisión política que no puede esperar.
Podemos asegurar, que no existe ningún otro país, donde la riqueza mineral de su subsuelo, perteneciente a toda la comunidad como bien demanial, se dedique a la atención de sus “Ciudadanos de Oro”, de los que más lo necesitan y, más importante, de los que, indiscutiblemente, lo merecen.
¿Acaso podría pretenderse un mejor aprovechamiento de la riqueza de ese mineral localizado en Crucitas, antes de que por azar político se le asigne otro destino menos beneficioso para Costa Rica, o se lo sigan robando?
¡Unamos pues voluntades! Hagamos realidad el formidable sistema hospitalario llamado “HOSPITAL DEL ORO” que, obviamente, se desarrollaría guardando estricta atención a las particularidades ambientales que conlleva un proyecto de minería como el que habremos de hacer realidad. Proyecto, definitivamente, urgente, razonable, único, y más importante, posible, si nos lo proponemos.
Luego de hacer un análisis de informes, gestiones y consultas realizadas a la Caja Costarricense del Seguro Social en el año 2023 con respecto al abordaje de las listas y los tiempos de espera, la Defensoría de los Habitantes tiene más dudas que respuestas en cuanto a la efectividad y sostenibilidad de las propuestas.
Preocupa que no existe claridad sobre si la propuesta que fue anunciada tiene o no el aval de la Junta Directiva o si existen los estudios financieros y jurídicos respectivos, como fue el caso, del plan copago. De igual manera, predomina la propuesta de las jornadas de producción como una medida extraordinaria para atender la emergencia, pero no parece haber acciones estructurales claras para evitar el incremento de la lista o mejorar la oferta para atender la demanda de los pacientes. Es decir, se atiende la fase aguda del problema, pero no se generan propuestas claras que intervengan en su prevención.
Llama la atención de la Defensoría que no se observa que se propicie un funcionamiento de la atención en salud en red, sino que se mantiene una operación fragmentada. En otras palabras, no existen propuestas de trabajo coordinado en red en el sentido de que los usuarios en listas de espera críticas puedan ser atendidos indistintamente de la red a la que pertenecen.
Algunos plazos previstos en las rutas propuestas para atender la cuestión de los médicos especialistas a cargo de la Comisión de Alto Nivel están vencidos desde noviembre 2023. Por ejemplo, ése es el caso del reglamento unificado de realización de estudios de especialidad médica. Tampoco existe una propuesta para financiar adecuadamente a la CCSS, en particular respecto de la deuda estatal, así como otras formas de financiamiento.
Para la Defensoría también el panorama se complica con las discrepancias internas en la CCSS entre su órgano político -Junta Directiva-, gerencial y técnico que genera choques entre propuestas. En un año, la CCSS ha contado con tres Gerentes Médicos, y tres coordinadores de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE). Este problema de gobernanza no logra articular propuestas unificadas y coherentes.
No se observa que las propuestas integren el aprovechamiento de los tres turnos de atención en aquellos casos que así lo permitan. Tampoco se menciona la existencia de estudios de uso eficiente de tiempo del personal de salud, en particular en los servicios de quirófanos. No se documentan estrategias tendientes al máximo aprovechamiento de las mismas en todos los centros de salud.
Otro punto que destaca la Defensoría es que aún no existe claridad en la forma en que se espera la articulación con el sector privado para mejorar el acceso de la población a los servicios de salud, en cuanto a las condiciones de tercerización siendo una necesidad la conceptualización y definición regulatoria de la propuesta.
Tampoco se observan reglas ni un sistema de control adecuado para utilizar los recursos disponibles en forma eficiente y la propuesta de ruta pareciera una iniciativa estrictamente institucional, sin definir la participación de los diversos actores sociales que tienen relación directa con la CCSS como la sociedad civil, los sindicatos, los colegios profesionales y sector académico.
En criterio de la Defensoría se carece de una propuesta contundente y sostenible de articulación y coordinación permanente y continua. Resulta indispensable la contabilidad de costos institucionales para establecer las tarifas de los modelos propuestos como la tercerización y el pago de servicios institucionales, porque sólo se contempla la información de costos de los 29 hospitales y 10 Áreas de Salud, en sus servicios sustantivos de atención y hospitalización. Es necesaria la implementación de una solución tipo Planificación de Recursos Empresariales (ERP).
Las propuestas para retener en la CCSS a los médicos especialistas son débiles y poco estructuradas. Asimismo, es necesario mejorar las condiciones de contratación del personal de enfermería para ser retribuidos según su formación profesional.
Respecto de la formación de médicos especialistas, es necesario que los contratos de retribución social sean revisados en cuanto al monto de garantía que asumen los especialistas y las condiciones generales del mismo. Las regulaciones del acceso universitario a las especialidades médicas deben unificarse en una sola norma nacional a cargo del Ministerio de Salud como rector en la materia, de tal suerte que la dispersión normativa y la falta de univocidad de criterios, no favorezca la insuficiencia de recurso humano.
Oficina de Comunicación Institucional Defensoría de los Habitantes