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Etiqueta: Nidia Marina González Vásquez

Un “Tope nacional” como espejo de la decadencia

Nidia Marina González Vásquez
San Ramón de Alajuela

Margaret Mead afirmó que el primer signo de civilización no fue una herramienta, sino un fémur fracturado que sanó, como indicador de que alguien cuidó a esa persona para sobrevivir en un medio que de otra manera sería una sentencia de muerte.

Creo firmemente en tal afirmación, sin la ética humana y la solidaridad solo seríamos seres vacíos. También creo que ese acto debe ser extensivo a la compasión y el cuidado de otras especies, del entramado de la vida que nos sostiene y que no son recursos sino seres que sienten.

Temí cuando anunciaron un tope nacional en San Ramón, muchas personas se opusieron, pero no fueron escuchadas, por ejemplo, Don Félix Esquivel Garrote, presidente la asociación de mi barrio, ASODECA, presentó un recurso de amparo que tampoco fue escuchado.

El resultado ha sido fémures de caballos y de un búfalo que no resistieron el ritmo de la crueldad a la que son sometidos en estos eventos nada civilizatorios.

En la época colonial el ganado se movía entre fincas y los jinetes se “topaban” entre ellos, de ahí el vocablo que en estos días cobija eventos tan distantes a aquellos, empezando porque el asfalto y los tumultos, el ruido de automóviles y el transporte de estos nobles animales, los someten a niveles de estrés incompatibles con la compasión civilizatoria.

Es imposible que un evento masivo no maltrate a los animales. Imposible que no someta a los vecinos de la comunidad donde se desarrolla a pleitos, calles cerradas, borrachos orinando en cada esquina, delincuencia, y cientos de escenas alejadas de lo que debería ser la cultura.

En esta ciudad que ha visto nacer poetas e intelectuales, presidentes humanistas, músicos brillantes, educadores, y universitarios de alto nivel. Aquí donde nació la primera biblioteca del país, y en el siglo XIX tuvo un teatro hermoso y prestigioso. Aquí, donde tenemos pensamiento, arte y centros culturales, contrasta la barbarie que nos quieren imponer. Contrasta la traición política de una ciudad que cuando era pueblo fue a luchar contra los filibusteros y ha defendido la justicia social y el pensamiento crítico.

En San Ramón, muchas personas tenemos dignidad aún y no queremos la barbarie, no la apoyamos por más que se disfrace de “evento cultural”, y por más que una alcaldesa y sus acólitos lo quieran justificar como “reactivación económica”.

Curar el fémur fracturado debería ser nuestro norte civilizatorio, cuidar de la nobleza, la belleza y la inocencia de los animales, cuidar de los días navideños que recuerden la solidaridad y el amor incondicional, la paz que tanto necesitamos y que unos cuantos quieren enterrar para vendernos la violencia en su lugar.

26 de diciembre, 2025.