CIA operaba «casas seguras» en Costa Rica para reuniones clandestinas, revelan documentos
Martín Rodríguez Espinoza
Documentos recientemente desclasificados de la CIA, confirman que Estados Unidos no solo asesinó a su propio presidente JFK, si no que, además, utilizó lo que ellos llaman, «casas seguras», en Costa Rica durante la llamada Guerra Fría (que nunca lo fue), incluyendo un estudio fotográfico en la capital como punto de encuentro para espías. Esto funciona hasta el día de hoy, en pleno Siglo XXI, dado que actúan en contra de naciones hermanas como Nicaragua, Venezuela y otros. Pero, además, actúan contra partidos, dirigencias, líderes sociales y otras personas en nuestro propio suelo, en Costa Rica.
Las casas seguras son propiedades secretas alquiladas o compradas por agencias de inteligencia para realizar operaciones encubiertas, reuniones con informantes o almacenar equipos sin levantar sospechas. Según los archivos, en las décadas 60, 70 y 80, la CIA usó un estudio fotográfico en San José para encuentros periódicos de agentes, aprovechando el flujo normal de clientes como cobertura. Parece película de ciencia ficción, pero no lo es.
Costa Rica siempre ha sido terreno de conspiración estadounidense. Aunque cuentan que Costa Rica abolió su ejército en 1948, su posición geopolítica en Centroamérica la convirtió en un punto estratégico para Washington en la lucha contrarrevolucionaria. Durante las décadas de 1960 y 1980, la región fue escenario de procesos de lucha contra dictaduras sangrientas, como la Revolución Sandinista en Nicaragua contra la familia criminal de los Somoza y los procesos revolucionarios en El Salvador y Guatemala, donde EEUU buscaba acabarlos y mantener dictadores en el poder, criminales pero amigos de EEUU.
La información que encontré no detalla las operaciones específicas realizadas en estas “casas seguras”, pero expertos sugieren que podrían estar vinculadas al monitoreo de movimientos insurgentes o al apoyo a grupos anticomunistas.
¿Por qué un estudio fotográfico?
Según la información que encontré, los estudios fotográficos eran lugares ideales para el espionaje: El constante ir y venir de personas evitaba sospechas. Permitían el intercambio disimulado de documentos (bajo la excusa de revelar fotos). Equipo como cámaras y cuartos oscuros podían usarse para ocultar tecnología espía, guardar armas, etc.
Ante la revelación de todos estos archivos desclasificados y la información liberada, el gobierno costarricense, como es obvio, no ha emitido un comunicado oficial, pero historiadores e investigadores que han publicado algunas cosas, señalan que ya existían rumores sobre actividades encubiertas de EEUU en el país. «Esto confirma que Costa Rica, pese a su neutralidad, fue pieza en el tablero de la Guerra Fría», según se indica en un estudio académico de la Universidad de Costa Rica.
De estos, se puede decir que la CIA mantuvo múltiples propiedades clandestinas en América Latina, que algunas casas eran compartidas con otras agencias, como el FBI.
La desclasificación confirma que Costa Rica, pese a la imagen pacífica que se vende hacia el exterior, fue y es un escenario más de las operaciones encubiertas de EEUU durante esas décadas y lo sigue siendo en la actualidad, todo, a espaldas del pueblo costarricense.
Según los documentos desclasificados y testimonios en la red, confirman, lo que ya muchos estábamos seguros, hay fuertes vínculos entre gobiernos costarricenses y operaciones encubiertas de EEUU contra gobiernos en Centroamérica y más allá.
Costa Rica, pese a su neutralidad y la supuesta abolición del ejército (1948), mantuvo una estrecha alianza con Washington durante la Guerra Fría. Varios gobiernos, especialmente los de José Figueres Ferrer (del Partido Liberación Nacional) y Luis Alberto Monge (1982-1986), recibieron apoyo económico y militar de EEUU a cambio de posicionarse como contrapeso de movimientos de liberación nacional en la región, permitir operaciones encubiertas, como el uso de territorio costarricense para entrenar a la Contra nicaragüense (grupo armado que luchó contra el gobierno sandinista en los años 80 y recientemente en las acciones de “tranqueros”, financiados mediante la USAID (también destapado recientemente) a personalidades, medios de comunicación, periodistas, dirigentes políticos, etc., para intentar dar un golpe de Estado al gobierno nicaragüense.)
La CIA utilizó fincas en Guanacaste y la zona norte para entrenar y abastecer a la Contra, violando la neutralidad costarricense. Oscar Arias Sánchez, en su primer mandato (1986-1990) promovió el Plan de Paz (por el que le regalaron el Nóbel), pero, investigaciones del The New York Times revelaron que su gobierno fue cómplice, permitiendo vuelos clandestinos con armas hacia la Contra, casas y terrenos para entrenar.
Ya se me alargó mucho esto, pero quiero dar un dato interesante que encontré, y es que el expresidente Rodrigo Carazo (1978-1982) “denunció presiones de EEUU para permitir operaciones, pero su sucesor, Luis Alberto Monge, colaboró abiertamente con la administración Reagan.”
También, muchos años antes, según los archivos desclasificados de la CIA, «oficiales costarricenses proporcionaron cobertura» a agentes estadounidenses durante la Crisis de los Misiles en Cuba (1962), usando el país como punto de observación.
Concluyo. Costa Rica no fue, ni ha sido, un actor pasivo sin importar el partido político que gobierne, es más, cargos como el de canciller, embajador, ministro de Seguridad, etc., casi lo puedo asegurar, deben contar, con “la venia” de los EEUU.
La sumisión y complacencia, sin importarles el costo social y político, es total ante los mandatos de los EEUU.
27 de marzo de 2025
Fuentes: Internet. Archivos de la CIA desclasificados (2023 y 2025), informes históricos de Centroamérica. Internet de Archivos de la CIA, The New York Times, testimonios del National Security Archive (EE.UU.), investigaciones de la Universidad de Costa Rica.