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Etiqueta: Osa

Personas de Piedras Blancas de Osa se movilizan por vivienda digna

Un grupo de personas de Piedras Blancas de Osa se movilizó hasta las oficinas del Instituto de Desarrollo Rural (INDER) ubicadas en Río Claro de Golfito, para demandar una solución a la tenencia de la tierra, un lote para contar con una vivienda digna.

La Comisión Sureña informó a SURCOS que “tienen 17 años de posesión del lote no. 24 de la finca conocida como Haciendas del Sur, donde viven dieciséis familias de escasos recursos económicos en una de las zonas más empobrecidas del país, y a pesar de esa situación, no menos de cuatro gobiernos han pasado y ninguno ha resuelto la difícil situación de todas las familias que ahí viven”.

Por eso decidieron hacerse presentes con rótulos demandando a las autoridades del INDER resolver su difícil situación.

Las comunidades de Zona Sur se movilizan contra botadero de basura

SURCOS recibió el siguiente comunicado:

“Las comunidades de Salamá Finca Puntarenas, Piedras Blancas del Cantón de Osa y otras de la Zona Sur, están en la calle en protesta pacífica contra la pretensión de algunos inescrupulosos de instalar un botadero de basura en el corazón de la biodiversidad de Costa Rica y de nuestro Planeta Tierra.

Hoy les decimos que no lo permitiremos, ¡¡¡cueste lo que cueste!!!

Zona Sur, 26/01/2026.”

GALERÍA

¿Un relleno sanitario en Osa? Descubre qué está en riesgo

Observatorio de Bienes Comunes, UCR

En julio de 2025, se prevé la apertura de un relleno sanitario cerca de la comunidad de Salamá, Osa, una región de alto valor ecológico y social. Este proyecto, que abarcará 60 hectáreas y recibirá 3,000 toneladas diarias de basura, ha despertado preocupación por los posibles impactos ambientales y sociales en las comunidades cercanas.

¿Por qué deberías interesarte?
Este relleno sanitario se ubicará entre los corredores biológicos Fila Cruces y Osa, cerca de nacientes y humedales como el Térraba-Sierpe. Los lixiviados, un líquido altamente contaminante que se genera cuando el agua entra en contacto con la basura, podrían afectar el agua que abastece a las comunidades de Finca Puntarenas y Salamá, quienes dependen de pozos artesanales y ríos para su consumo diario.

Además de la contaminación, el proyecto podría alterar el flujo hídrico de la región, causar pérdida de biodiversidad y generar conflictos socioambientales debido a olores, tráfico y el uso del territorio.

¿Qué podemos aprender?
En nuestra infografía, exploramos los riesgos de este proyecto, su impacto en la naturaleza y la necesidad urgente que tenemos por pensar y exigir a nuestras autoridades alternativas para un manejo más sostenible de los residuos. 

Esto es una invitación para que reflexionemos juntos y juntas sobre cómo proteger los bienes naturales y garantizar una mejor calidad de vida para nuestras comunidades.

Les compartimos el Recurso de Amparo dónde la Sala Constitucional le ordena a Presidente de la ASADA de Piedras Blancas de Osa que otorgó disponibilidad de agua a empresa desarrolladora de Relleno Sanitario en Osa a rendir cuentas ante consultas de la comunidad de Salamá de Osa y el diputado Ariel Robles Barrantes.

Puede descargar el documento aquí.

La última vivienda del indio Venancio

Uriel Rojas

El Indio Venancio fue un personaje muy conocido en el cantón de Osa por tener grandes propiedades de tierras en las explanadas del Diquís previo a la llegada de la bananera.

Incluso cuando llegó la compañía, se negó a vender sus tierras y siguió cultivando sus productos, siendo una isla en medio de las fincas bananeras.

A pesar de que pasó mucho tiempo en una finca llamada El Gorrión, al final se trasladó a vivir en Cañablancal, donde murió en 1967 a sus 87 años.

Su última vivienda, estaba hecha de madera y fue construida por don Arnulfo García, un carpintero de origen nicaragüense que trabajaba para la Compañía Bananera en Palmar Sur por lo que se presume que “copió” el estilo de las casas de la compañía, para adaptarla a los gustos y necesidades de la familia del Indio Venancio Mora.

Era una casa grande, bastante alta, con aleros en la fachada principal y parte de la lateral superior.

El color del edificio tenía un acabado de pintura color blanco hueso con detalles en verde.

Entre las curiosidades que se le atribuía al Indio Venancio era, que tenía una Ceiba en su finca El Gorrión. Era un árbol inmenso y la compañía bananera siempre la quiso cortar, pero nunca pudo.

Cada vez que intentaban cortarla, la motosierra se dañaba. No hubo uno que sirviera, la que no se quebraba, no arrancaba, se jodía. Cuando el indio murió también la ceiba.

También tenía una saína que cuidaba su casa y era bien brava. Era más brava que un perro, pero solo obedecía órdenes de tatica Venancio y uno de sus criados. La saína era cuidadora, cuidaba con recelos su finca y se hizo vieja, muy vieja, hasta que murió. Dicen que don Venancio la quería como si fuera una persona.

Pero no solo eso era extraño en el mundo del legendario Indio Venancio.

Él tenía sus bananales y cacaotales interconectados por trillos que formaban un laberinto.

Pero, aunque había muchos frutos nadie le podía robar nada. El que lo intentaba, cuando cargaba su jaba para huir del lugar, el camino que tomaba lo llevaba a la casa de tatica Venancio. Parecían caminos embrujados, nadie se salvaba, ni sus familiares, era algo extraño.

Esa finca era como mágica, el indio era como hechicero. Pero nadie pudo con Venancio mientras estuvo en vida, él murió siendo un rebelde.

Y aparte de todo esto, el indio se reunía unas tres veces al año con otros amigos que venían de Talamanca y otros de Boruca.

Se quedaban varios días en su casa y tenían rituales nocturnos. Hacían fogatas y comían carne silvestre.

A veces curaban enfermos indígenas, también a algunos vecinos, otros familiares.

Los no indígenas le tenían miedo porque tenía una apariencia de muy bravo, y algunos decían que era un hechicero.

Don Venancio Mora, o tatica como comúnmente le llamaban, murió en 1967 a la edad de 87 años en su casa de habitación situada en Caña Blancal de Palmar Norte.

Años después, su finca El Gorrión fue vendida a la compañía bananera, concluyendo así la rebeldía y la historia del Indio Venancio: una leyenda del Sur de Costa Rica.

Fotos: Hazel N.

Impulsan economía rural en zonas indígenas del Sur

Mediante capacitaciones mejorarían productividad forestal

Por: Johnny Núñez Z. O.C-UNA

Alrededor de 140 pequeños y medianos productores de las asociaciones de desarrollo integral de las comunidades indígenas de Salitre, Boruca, Osa, Ujarrás y Rancho Quemado en la región Sur del país, fortalecen su productividad forestal y economía rural mediante una serie de capacitaciones impartidas por tres universidades públicas.

La iniciativa, Extensión forestal como estrategia del mejoramiento y fortalecimiento de la gestión ambiental y de la economía rural en la región Brunca de Costa Rica, iniciado a mediados de 2023, pretende implementar una estrategia de extensión para mejorar la productividad del cultivo de la madera, el paisaje y la economía rural en beneficio de pequeños y medianos productores forestales, así como  funcionarios públicos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo), Instituto de Desarrollo Rural (Inder) y la Municipalidad de Osa, entre otros.

Las responsables del proyecto en la Universidad Nacional (UNA) son las académicas de la Sede Regional Brunca de la UNA Sharon Torres, Geizel Araya y Guiselle Mora, junto con un grupo de investigadores del Instituto tecnológico de Costa Rica (TEC) y la Universidad Técnica Nacional (UTN), cuya coordinación general recae en Luis Diego Camacho, investigador del TEC.

En territorio indígena

Guiselle Mora, investigadora y arqueóloga del Campus Pérez Zeledón de la UNA, comentó que el proyecto nace con la idea de establecer mecanismos que motiven a productores locales en la producción de especies maderables nativas como la teca, melina, gallinazo, amarillón, pilón y balsa, tanto para una potencial fuente de materia prima, sino también en procesos productivos con el fin de dar un uso integral a la madera. “Trabajamos en un proyecto de vivienda en la comunidad indígena de Cabagra, donde promovemos el uso de especies forestales nativas, pues la mayor parte de las casas de bono de vivienda se construyen con maderas importadas de Chile como el pino”, explicó Mora.

La académica detalló que en este momento se capacitan las asociaciones de desarrollo de territorios indígenas en temas de innovación tecnológica; como el caso de Boruca donde se ofreció la capacitación en manejo de drones y Sistemas de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés). Fundamentalmente, estas herramientas son de utilidad para que los pobladores identifiquen las especies arbóreas y posibles puntos de incendios forestales.

Mora comentó que en el caso de Boruca se cuenta con un invernadero, donde se cultivan árboles de balsa para la creación de máscaras, bajo el manejo de la asociación de desarrollo, la cual se encargará de distribuir las especies a los mascareros de la región.

La arqueóloga de la UNA indicó que para este semestre se capacitará a un grupo de habitantes de Rancho Quemado en el marco de una iniciativa del manejo y protección de las dantas y saínos, de ahí la importancia de conocer el bosque por medio del dron y el GPS. A la vez, como complemento se brindará un taller de arqueología sobre las riquezas de la región en esta materia.

A futuro se espera contar con un equipo de asistencia regional forestal para fomentar temas como la interpretación de senderos boscosos en la región de Osa.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

El tamal de arroz

Un platillo navideño típico en el Sur de Costa Rica

Uriel Rojas

Cada vez que llega diciembre y cambio de año muchas familias en el Sur de Costa Rica atizan sus fogones o colocan piedras sobre la superficie de la tierra para hacer fuego y cocinar los tamales de arroz.

¿Qué es un tamal de arroz?

Las familias costarricenses están acostumbradas al tamal de masa, un platillo tradicional durante las épocas navideñas, especialmente.

Pero en el Sur de Costa Rica, el tamal de arroz representa con honores la variada gastronomía de esta zona especialmente cuando nos referimos a la cultura indígena y chiricana.

El tamal de arroz requiere el mismo proceso preparativo que el tamal de masa, solamente que en vez de masa utiliza arroz, y sus demás ingredientes son bastantes similares.

Su exquisito sabor marca la diferencia y son pocos los pueblos que conservan este saber y más aún, pocas las cocineras que tienen el conocimiento para darle el punto preciso capaz de conquistar cualquier paladar exigente.

Su origen se le atribuye a la cocina indígena y chiricana. Este mestizaje gastronómico aún se conserva en poblados como Buenos Aires, Volcán, Potrero Grande, Pilas y las comunidades indígenas de la zona.

Para estas épocas navideñas, la cocina indígena y chiricana se lucen con este platillo y cada que vez que el visitante prueba el sabor queda encantado que hasta se come dos y si puede tres, acompañado de una taza de café.

El tamal de arroz habla mucho por la cultura popular del Sur, por su gente, sus modos de vida, sus costumbres y tradiciones.

Cuando se prepara una “tamalada” la familia se une.

Se distribuyen las tareas para lavar las hojas, (tradicionalmente de bijagua), preparar los mecates para amarrar, (tradicionalmente utiliza fibras de las hojas de itabo), preparar la carne, el arroz, y desde luego está una jefa, quien es la que “alinea” el sabor.

La preparación de una tamalada genera un ambiente festivo: mientras se prepara se cuentan historias, anécdotas, saberes, se comparten bebidas, bocadillos y uno que otro chisme reciente.

Si la actividad es comunal, se unen los vecinos y especialmente las cocineras.

Es un platillo de lujo que a veces se usan para algunas otras actividades muy especiales, tales como festivales culturales, por ejemplo.

El tamal de arroz es un platillo único del Sur de Costa Rica, especialmente del cantón de Buenos Aires y algunas familias en Osa, lugares en donde habitan las poblaciones indígenas con influencia chiricana o viceversa.

Su amplia historia de convivencia entre estas dos culturas, junto a la criolla campesina han hecho del Sur un mosaico de saberes y sabores que debes conocer cuando visitas estas vastas explanadas benditas.

Ingredientes para hacer 40 tamales:

1 bolsa de arroz

1 kilo de carne de cerdo o de pollo

1 cebolla picada

Sal al gusto

2 rollos de culantro

Achiote natural al gusto

2 chiles dulces (Y de manera opcional, un poquito de ajos o comino)

Preparación:

☑Primero se limpian las hojas de bijagua y se alistan los mecates de amarrar, (fibras de la hoja del itabo)

☑Se prepara la carne y el arroz por separado (se les agrega los demás ingredientes: chile, culantro, achiote, ajos, comino)

☑Luego, sobre la hoja de bijagua se echa el arroz preparado y los trocitos de carne. Se acomoda bien y se envuelve, amarrándose cada tamal con las fibras del itabo.

☑Se pone a cocinar con buen fuego unas dos horas y listo. A comer tamal de arroz con café o con la bebida de su agrado.

Feliz Navidad y año nuevo 2024 disfrutando de los ricos tamales de arroz.

Esta nota se elaboró con el apoyo de la familia Hernández Alvarado.

De anticipaciones, pronósticos y predicciones sismológicas: El caso de la región de Osa, Costa Rica

Nos enteramos, mediante la prensa, que el pasado 30 de mayo el Dr. Marino Protti, funcionario del OVSICORI-UNA, afirmó ante el Consejo de Gobierno y en presencia del presidente de la República, que se acerca la fecha de un sismo (magnitud 7,2 a 7,4) en la región sur de Costa Rica. Por el momento no es posible, para nosotros, validar o discutir tal hipótesis pues desconocemos el contenido de su presentación, aunque hemos leído algunas de sus publicaciones científicas y reseñas de sus numerosas apariciones frente a la prensa. No nos queda claro si ha sido aplicada una metodología específica de prognosis, anticipación, predicción o pronóstico para establecer y divulgar la proximidad temporal y la magnitud del evento en cuestión. Conviene recordar que, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de las Predicciones de Terremotos en los Estrados Unidos (NEPEC, por sus siglas en inglés), una predicción será considerada como seria, responsable y científicamente respaldada si cumple, con exactitud y transparencia:

  • Tiempo: fecha, hora.
  • Localización: coordenadas del epicentro y profundidad focal.
  • Magnitud, intensidad, mecanismo focal.
  • Grado de confianza: cuantificación probabilística de la incertidumbre, error estándar de los cálculos.
  • Consideración de la probabilidad de que el evento suceda, más bien, como producto de un proceso aleatorio y desconocido, sin relación con la predicción.
  • Publicación ex–ante y ex–post de la predicción: tanto el éxito como el fracaso de los cálculos, deben tener el mismo grado de visibilidad.
  • Refrendo de la repetitividad de los aciertos y/o fracasos del modelo empleado.
  • Revisión por pares independientes, sin identificar, de los datos, información, cálculos y resultados.

Sabemos que el Dr. Protti ha hecho investigaciones, en ese campo, desde hace cierto tiempo (observaciones instrumentales, recuentos históricos, mediciones geodésicas de las deformaciones corticales mediante GPS, imágenes satelitales, cálculos probabilísticos) pero hasta el momento, no disponemos de evidencias de que haya cumplido con lo recomendado por NEPEC en todos sus alcances; por ello, nos referiremos a su labor investigativa y divulgativa como “pronóstico”. Tampoco conocemos los detalles de los modelos reológicos y tensoriales de la relación esfuerzo-deformación y ruptura aplicados, aunque sabemos que se fundamentan en la interpretación de secuencias, períodos “silenciosos” (“brecha sísmica”) y otros elementos adicionales.

Debe mencionarse que no hay evidencias claras y contundentes de aciertos en predicciones y pronósticos sismológicos en Costa Rica ni en el resto del mundo, al menos más allá las dudas razonables. Los pronósticos sísmicos siguen siendo controversiales, sobre todo en casos como el nuestro, con observaciones históricas de no más de tres siglos, e instrumentales de apenas cincuenta años. Las tasas de excedencia de la probabilidad de que suceda un sismo grande y el cálculo robusto de su período de recurrencia (según el Dr. Protti, Tr ≈ 40 años, lo cual se conocía desde 1986) poseen niveles de incertidumbre muy elevados. Recuérdese que la Dra. Karen McNally y el OVSICORI-UNA anunciaron, desde mediados de la década de 1980, que sucedería un sismo de gran magnitud en la península de Nicoya entre 1993 y 1995. El sismo no sucedió y el aviso fue renovado repetidamente ante la prensa entre 1993 y 2009, indicando que sucedería entre tres y nueve años después de cada anuncio. Como es bien sabido, entre esas fechas hubo sismos y enjambres importantes en prácticamente todo el territorio nacional, excepto en la península de Nicoya, en donde habría que esperar hasta setiembre de 2012 para que finalmente sucediera el evento esperado, casi tres décadas después. Durante ese período, el pronóstico repetitivo, reproducido por los medios de comunicación, trajo consecuencias importantes para la economía local (desaceleración de inversiones y turismo, depreciación de terrenos, pesca), además de sicosis pre-sísmica casi permanente.

El riesgo, la amenaza y la vulnerabilidad

Ahora conviene enfatizar y tomar ventaja de los aspectos y avances del conocimiento de la amenaza sísmica y del riesgo que representan para Costa Rica, a partir del hecho de que periódicamente se materializan y producen efectos, impactos, daños y pérdidas considerables que desaceleran nuestro desarrollo sostenible.

Costa Rica se encuentra dentro de una de las regiones tectónicamente más activas y complejas del mundo, bajo influencia directa e indirecta de al menos seis placas tectónicas. Varias investigaciones recientes demuestran que aún no terminamos de comprender los procesos geotectónicos y sismogénicos regionales y locales. La actividad sísmica frecuente, recurrente e intensa, desde hace varias decenas de millones de años, en prácticamente todo el territorio nacional, no se detendrá en el futuro cercano. Considerando el tamaño y complejidad geológica de nuestro país, un sismo de magnitud elevada se puede producir prácticamente en cualquier momento y lugar y con capacidad para generar impactos aún a distancias considerables. Pero no debe olvidarse que nuestro país también está expuesto a una gran diversidad de otras amenazas naturales (ciclones tropicales, inundaciones, sequías, volcanismo, deslizamientos, erosión intensa de suelos) y antropogénicas (pandemias, ciberataques, accidentes mortales de tránsito, narcoviolencia, contaminación ambiental) que también causan daños sociales, económicos, ambientales y culturales que merecen ser anticipados y atendidos con prioridad.

La peligrosidad (amenaza) y el riesgo, derivados de la sismicidad, no dependen solamente de su magnitud sino también de la profundidad de su foco (hipocentro), mecanismo de ruptura y propagación de las ondas sísmicas (directividad), distancia al epicentro, tipos de suelos, topografía y sobre todo de la vulnerabilidad de los elementos expuestos (población, áreas urbanas, economía). Tómese en cuenta que, hasta los sismos de intensidades medianas, cuando suceden cerca de áreas urbanas y a profundidades pequeñas, también pueden ser destructivos; ejemplos de ello abundan en nuestra historia. Esa es la razón por la cual es preferible mejorar la ubicación segura de la población, diseño y construcción sismorresistentes, calidad de los materiales, y evitar concentrarse en el análisis de solo un escenario, fuente sísmica, magnitud del sismo posible, o la respuesta ante la emergencia plausible, sino más bien en reforzar la integralidad de la gestión del riesgo:

  • Conocer mejor los aspectos y características del riesgo (amenaza, vulnerabilidad), su distribución espacial y temporal, incluidos los efectos derivados (inestabilidad de laderas, licuefacción de suelos, tsunami, aceleraciones y amplificaciones del espectro de ondas).
  • Intensificar la estrategia de comunicación social del riesgo mediante la educación y procesos de intercambio de información entre la ciencia, población y tomadores de decisiones políticas y empresariales locales y nacionales.
  • Reforzar la reducción del riesgo mediante instrumentos de prevención, adaptación y mitigación estructural (refuerzo y resiliencia de viviendas, obras de infraestructura, producción de bienes y servicios) y no-estructural (códigos de construcción y cimentaciones, ordenamiento territorial, reglamentaciones, protocolos, normativas).
  • Reforzar la protección financiera, mediante instrumentos de retención y transferencia del riesgo.
  • Fomentar el desarrollo y fortalecimiento de los sistemas y protocolos de investigación, observación, vigilancia, respuesta y continuidad operativa y funcional.
  • La preparación debe iniciarse en las comunidades, ser apoyada y promovida por los niveles superiores jerárquicos municipales y del gobierno central mediante tareas planificadas y sistémicas, no como esfuerzos aislados de comunidades, grupos específicos o personas que, con frecuencia, promueven rumores o información incompleta, ante la desorganización y descoordinación.

¿Son necesarios los pronósticos y sistemas de alarma sísmica?

Los sistemas de “alarma sismológica” no son simples señales para indicarle a la gente qué hacer en caso de un terremoto y no son aplicables en cualquier contexto geológico, psicosocial y cultural. En el caso de Costa Rica, una alarma de este tipo no daría más que algunos segundos para reaccionar y, de no funcionar adecuadamente, más bien sería fuente de pánico, caos y de vulnerabilidad incrementada. Estas “alarmas”, así como los estudios para sustentar pronósticos sismológicos son lujos cuya base tecnológica, científica y financiera no deben competir con otras prioridades mayores y más urgentes para la gestión del riesgo, como las ya mencionadas. La eficacia de estas y otras medidas ha sido probada en el pasado y con mucho éxito, incluso por nosotros mismos como sociedad, como cuando fue prohibido el adobe como material de construcción y cuyo efecto fue la reducción radical de la vulnerabilidad de las viviendas.

Aunque es claro que el conocimiento que tenemos de nuestras fuentes sísmicas supera al que teníamos durante los sismos de 1983 en el sur de Costa Rica, reconocemos que faltan por descifrar muchas variables, por lo que la discusión científica sana y en equipo deberá orientarse en subsanar lo que no conocemos, no en repetir lo sabido ni en especulaciones sobre lo que podría suceder. Estos temas merecen, todavía, mucha discusión abierta.

Cabe agregar que la pregunta no es “¿sucederá un sismo mayor?”, pues definitivamente lo habrá en cualquier parte del territorio nacional. Lo importante es saber si estamos preparados para enfrentarlo, no solamente en una región específica, pues puede suceder en cualquier momento y lugar. Por ello, no vale la pena enfrascarse en pronósticos inciertos ni conviene abusar de la frecuencia de entregar información incompleta, a través de los medios de comunicación social, a la población; esta, al carecer de formación suficiente en temas geológicos y sismológicos, puede caer en las trampas del estrés, angustia, rumores, incertidumbres, y afectar las actividades socioeconómicas. Lo mejor es asegurarnos de que la gestión del riesgo no siga siendo considerada como un costo y sea, más bien, una inversión.

San José, 8 de junio de 2023:

MSc. María Laporte Pirie, Ingeniera Civil Geotecnista, especialista en análisis del riesgo y amenaza sísmica; Comisión Permanente de Estudio y Revisión del Código Sísmico de Costa Rica.

MSc. Pio Miranda Jenkins; Ingeniero Civil, especialista en estructuras sismorresistentes; Comisión Permanente de Estudio y Revisión del Código Sísmico de Costa Rica.

MSc. Walter Montero Pohly; Sismólogo, especialista en geotectónica.

Dr. Sergio Mora Castro; Ingeniero Geólogo; especialista en gestión del riesgo.

MSc. Luis Diego Morales Matamoros; Sismólogo, especialista en gestión del riesgo.

Dr. Guillermo Santana; Ingeniero Civil, especialista en estructuras sismorresistentes; Comisión Permanente de Estudio y Revisión del Código Sísmico de Costa Rica.

Gerardo J. Soto; Geólogo, vulcanólogo; especialista en historia de la geología.

Mapa de epicentros (círculos) de los sismos localizados por la RSN durante el año 2022. El tamaño de los círculos es relativo a la magnitud momento(Mw) y su color a la profundidad del hipocentro.
Sismicidad localizada por la Red Sismológica Nacional durante el 2022. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/368481187_Sismicidad_localizada_por_la_Red_Sismologica_Nacional_durante_el_2022 [accessed Jun 09 2023

Fuente: https://www.researchgate.net/publication/327602321_Estudio_de_las_intensidades_efectos_y_distribucion_de_las_intensidades_del_terremoto_de_Osa_3_de_abril_de_1983