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Etiqueta: pandemia

La agonía de un ministerio

Adriano Corrales Arias*

Cerca de su cincuenta aniversario, parece que la emergencia nacional por la pandemia pone a flote la crisis que arrastra el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), acumulada en los últimos treinta años y acelerada en los últimos diez. Gracias a la contrarreforma neoliberal iniciada en los años ochenta del siglo pasado con los tristemente célebres Planes de Ajuste Estructural (PAEs), dicho ministerio ha sido despojado de algunas de las funciones estratégicas para las que originalmente fue creado. Por eso carga con serias limitaciones para responder a una realidad cambiante y también en crisis, la cual se expresa en una sociedad trastocada por el cambio global y por una creciente y profunda desigualdad estructural.

De cara a su aniversario (y ante el opaco bicentenario de la “república”), muchas personas pensamos que bien valdría la pena realizar un balance colectivo del ministerio y de las políticas culturales en Costa Rica para repensar lo que se ha hecho y se ha dejado de hacer y, fundamentalmente, sobre el rol que debería jugar el MCJ en el futuro cercano, sin olvidar que, al menos simbólicamente, también es el ministerio de la juventud. Es una tarea pendiente y es de esperar que el mismo ministerio se aboque a ella con la presencia organizada de los sectores involucrados en el quehacer cultural y artístico del país.

En retrospectiva, es importante recordar que el 5 de julio de 1971, mediante la Ley No. 4788, se crea el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, de tal modo que la cartera involucraba también a la Juventud y al Deporte. (El pequeño ministerio se había incubado en la otrora Dirección de Artes y Letras del Ministerio de Educación, cuyo gran impulsor, entre otros, fue el artista y arquitecto Rafael “Felo” García). En los años setenta y parte de los ochenta, funcionó el Movimiento Nacional de Juventudes (MNJ) un vigoroso proyecto con casas de la juventud por todo el país. Por cierto, el actual Ministro de la Presidencia fue Director del MNJ por mucho tiempo. Más tarde eliminaron al “movi” (así lo llamábamos) porque estaba ayudando a crear dirigentes juveniles conscientes y críticos (¡con instructores israelíes!), muchos de ellos pasaron a la izquierda. Y, además era el ente rector del deporte; luego se creó el ICODER y le quitaron esa papa caliente al ministerio cuyo quehacer en esa rama era casi decorativo.

Es importante también recalcar que la creación del MCJ obedeció al objetivo estratégico del proyecto original promovido por los llamados “hombres de letras” del Partido Liberación Nacional, jefeados por don Alberto “Beto” Cañas Escalante, en un contexto marcado por la guerra fría y por las consecuencias de la guerra civil con sus persecuciones y su anticomunismo. Como en tantas otras acciones socialdemócratas y socialcristianas, el MCJD funcionó para institucionalizar conflictos y sectores “en pugna”. El Ministerio nace sin saldar la eterna disputa entre “Cultura” y/o “Bellas Artes”, es decir, entre la visión “bellaletrista y bellartística” y el concepto antropológico en el cual la cultura se entiende de manera más amplia e integral. Era una concepción difusionista: fortalecer las bellas artes y llevar la cultura a quienes no la “tenían”, ir a las comunidades con un proyecto de extensión patriarcal social demócrata. Para ello había que crear conjuntos artísticos (OSN, CNT, CND, TNT…) y museos entre otros entes; más tarde, cuando el concepto antropológico se fue imponiendo, se crearon direcciones regionales y Casas de la Cultura con un nuevo discurso acerca de “regionalización” ante el pudor de una conciencia vallecentrista asumida a medias. Eso hizo aguas muy pronto y el ministerio no se reactualizó sino que, al contrario, se recortó.

Ya entrado el nuevo milenio, el MCJ se fue adaptando a la contrarreforma y extendiéndose más al espectáculo (FIA, FNA, Feria del Libro, Festival de Cine, etc.) y apoyando las incipientes industrias culturales. Era claro, la actividad cultural pasaba de ser prioridad del estado (benefactor) a dejarse en manos de la iniciativa privada que, de todas maneras (rezaba el slogan) “produce libertad”. En los últimos años se le ha dado prioridad a los “pequeños productores de cultura” (artesanos y emprendimientos “artísticos”) e incluso los grandes proyectos de masas tipo FIA o FNA hicieron aguas, ya por la desidia, ya por la impericia de los tres últimos (des)gobiernos. Es claro que el ministerio transita a la deriva dependiendo de las administraciones o de las “personalidades” de sus ministros o ministras, así como de sus equipos de trabajo.

Ante la crisis algunos “artistas” pegan el grito al cielo (uno pregunta: ¿por qué no lo hicieron antes?, ¿por qué hasta los tiempos del Covid 19?) y amenazan con acusaciones y anatemas a la vez que lanzan un estentóreo SOS. Muchos de ellos comparan al ministerio con una suerte de CNP, ICT, INVU o IMAS, sin comprender la naturaleza del mismo ni la amplitud del concepto cultura. Otros, como quien esto escribe, pensamos que es demasiado tarde para pataleos, que hace muchos años le dieron el tiro de gracia. La contrarreforma neoliberal lo precarizó, los tres últimos gobiernos lo desmantelaron. Sin embargo, “del ahogado el sombrero”, algo se puede rescatar. Pero se precisa de una reforma total del estado que lo revitalice y lo coloque a la altura de los tiempos. En otras palabras, se trata de preservar y fortalecer el Estado Social de Derecho que la contrarreforma neoliberal ha venido debilitando y ahora quiere rematar. La pregunta es: ¿será posible?

Finalizo con la frase de un cantautor colocada en una de las redes sociales: “Muchos de los que reclaman ahora parece que han estado muy cómodos durante tantos años de silencio”.

*Escritor.
Cédula 2-332-689. Tel. 8373 6899.

 

Imagen: Presidencia.

A situaciones extremas ¿falacias extremas en cuanto a pensiones del Magisterio?

Dr. Jorge D. García, Ph.D.

Nos informa el director un matutino que, como situación extrema, la Caja del Seguro suspendió la concesión de nuevas “pensiones” del “régimen no contributivo” por falta de fondos. Empezamos por corregir: no existen “pensiones” no contributivas; lo que se otorga, desde un punto de vista técnico, son subsidios para personas en necesidad.

El columnista contrasta esa noticia con los “excesos” de los regímenes de “pensiones de privilegio”. No sabemos, porque no nos lo dice, qué son pensiones de privilegio, pero con el apelativo basta, crea animadversión e inquina. Esta vez son las “pensiones de privilegio”, en otras ocasiones podrían ser los salarios en el sector público, tal vez los salarios de los profesores universitarios (aunque irónicamente se les aplauda cuando contribuyen en la presente pandemia). Eso sí, establecer contraste con los verdaderos privilegiados de este país, con los grandes capitales, tan grandes que han sido reseñados en la revista Forbes, está fuera de toda consideración. Es prohibido, más que tabú. De igual manera, es anatema mencionar la desigualdad causada por el capitalismo neoliberal criollo, que ya hace que nuestro país ocupe un lugar, ahora sí, “de privilegio”, entre los más desiguales de la región.

Menciona el periodista que para “nivelar el terreno” los diputados impusieron contribuciones solidarias a las pensiones del Magisterio (de 2.2 millones en adelante) y judiciales (2.6 millones en adelante). ¿Pero cómo explicar que no supieran los diputados que los jubilados del Magisterio, con pensiones por encima de su tope legal, han sido tasados desde 1997 con una contribución “especial, solidaria y redistributiva” (art 71, ley 7531), que alcanza hasta el 69% sobre excesos para las jubilaciones más elevadas y las ciñe en su mayoría al tope en cuestión? ¿O es que consideran original imponer contribuciones solidarias sobre contribuciones solidarias? El ridículo es tal, que ni siquiera se dieron cuenta los diputados ni los periodistas de que, aprobado el último gravamen, tasaban más a las pensiones medias y bajas y terminaban favoreciendo a las más elevadas.

Como el periodista implícitamente aprueba aplicar la aplanadora para “nivelar” el terreno de pensiones, tal vez debamos instruirlo en cuanto a que esos regímenes especiales y diferentes del IVM CCSS operan dentro de un bloque de legalidad, el cual incluso ha superado el tamiz constitucional. La cita del voto 846-92 de la Sala IV es lapidaria: Considera la Sala que, si el fin primordial del constituyente fue mantener los seguros sociales para fortalecer la seguridad social, no hay razón para cuestionar la existencia de pluralidad de regímenes. Se parte de que el constituyente pretendió un mínimo de protección a los trabajadores, dejando la puerta abierta para que en un futuro se regulara sobre nuevos sistemas de seguridad social…” Al existir diferentes regímenes, es lógico que cada uno tenga sus propias reglas y criterios legales para el otorgamiento del derecho constitucional a la jubilación y a la pensión, sin que por ello pueda siquiera pensarse que tal coexistencia sea inconstitucional”.

La diferencia más clara entre el régimen del Magisterio y el IVM CCSS está en su porcentaje de cotización. Hace 62 años, los docentes cotizaban 5% mensual, mientras que los del IVM no han llegado al 5% al día de hoy, cuando los docentes cotizan entre 8% y 16%. No es lícito entonces hacer nivelación entre lo que no es comparable, pero debemos recordar que en el matutino, ferviente propulsor de la uniformidad en pensiones, pero no en fortunas, se ha editorializado que el tope de jubilaciones debe ser el mismo del IVM, ¡sin importar cuánto haya cotizado el beneficiario! Menudo sentido de la justicia…

El pilar de la argumentación del periodista es que debe existir igualdad entre las prestaciones de diferentes regímenes, lo que ya demostramos no es válido, incluso desde la perspectiva constitucional. Además, propone una serie de afirmaciones sin prueba alguna, que resultan lamentablemente falaces.

Que nuestras jubilaciones, entre otras, no están actuarialmente justificadas. Le resultaría útil dar un vistazo a su propio matutino, con fecha 27 de mayo de 2005, pág. 32 A, en la que el actuario Lic. Guillermo Fernández demuestra que las pensiones del Magisterio se han pagado, y con creces. Que el Estado desviara nuestras cotizaciones y las suyas propias a gasto ordinario es cosa totalmente distinta, y es gracias a esa irresponsabilidad que nuestras pensiones se cargan al presupuesto, con todo y garantía estatal de su pago, por aquello de las dudas (art. 115, ley 7531). Pero con los vientos legislativos que corren, parece que la garantía, la palabra del Estado, no vale mayor cosa.

Que habría que objetar que las prestaciones de los regímenes especiales de pensiones no estén sujetas a los límites del IVM. Quiere entonces el periodista que, aunque el Magisterio cotizó a lo largo de las décadas hasta 6 veces más que los adscritos al IVM, las prestaciones sean las mismas. ¿Qué tipo de sortilegio legal podría justificar tal despropósito?

Que los fondos públicos se otorgan con demasiada generosidad, que el Estado da ventajas extraordinarias y beneficios exorbitantes a sus funcionarios. Bueno, si Ud. es un trabajador privado que no recibe siquiera el salario mínimo, como sucede con un porcentaje importante en ese sector, tal vez pueda parecerle así. Pero los hechos simplemente contradicen la supuesta munificencia estatal en cuanto a jubilaciones. Las del Magisterio han venido a la baja durante los últimos 29 años, del 100% del mejor salario de los últimos 5 años laborados, a un 60% del salario de referencia, dependiendo de la ley que ampara al jubilado. Y que conste que nos referimos a montos nominales sin incluir las 5 deducciones aplicadas a las jubilaciones del Magisterio (cotización regular, solidaria, renta, enfermedad y, créalo o no, ¡maternidad!, así como seguro de vida).

Afirma repetidamente el periodista que las pensiones se otorgan usando fondos públicos para quienes no cotizaron. Lo que no provee son las pruebas ni las estadísticas al respecto.

Finalmente, yerra aparatosamente cuando dice que la situación extrema es que los fondos obtenidos por los gravámenes no llegan a los destinatarios no contributivos en razón de acción interpuesta por “34” jubilados. Aun dejando de lado que no son 34 sino varios cientos (algo que sus periodistas investigativos deben saber de sobra), es sorprendente que desconozca que las contribuciones impuestas a las jubilaciones no pueden tener otro destino que el propio fondo jubilatorio. Al respecto, le haría bien prestar atención al artículo 73 constitucional respecto de los fondos de los seguros sociales: “No podrán ser transferidos ni empleados en finalidades distintas a las que motivaron su creación …” y al voto 5236-99 de la Sala Constitucional: “…esa cotización que el legislador ha establecido por ley, tenga como única finalidad la de nutrir el fondo de seguridad social; es decir, el aporte … está concebido, únicamente, para favorecer el régimen de los contribuyentes obligados.” En otras palabras, no se vale, hablando de jubilaciones, desvestir un santo para vestir otro.

Y para coronar la letanía de inexactitudes, nos sentencia que “Debemos aprovechar para educarnos de forma que nunca más incurramos en semejantes iniquidades”. Definitivamente, educación sí hace falta, pero para que se pueda debatir con hechos, estadísticas y argumentos serios y de peso, no como se hace en este caso, con base en subjetividades que estigmatizan a los jubilados en el imaginario popular, al tiempo que, como se apuntó previamente, obvian e invisibilizan a los verdaderos privilegiados y sus capitales; suena a un ejemplo más de la antigua estrategia de “divide y vencerás”: divide al pueblo y vence el gran capital.

 

Imagen ilustrativa.

Diez propuestas para enfrentar la crisis del COVID-19 con visión social, productiva y solidaria

Proceso de diálogo y construcción de medidas para enfrentar la crisis causada por la COVID-19

Diez propuestas priorizadas en respuestas inmediatas y procesos transformativos para enfrentar la crisis causada por la COVID-19 desde una perspectiva social, socioproductiva y solidaria.

El sociólogo Carlos Brenes compartió con SURCOS este documento que expresa el proceso de diálogo realizado por el sector de Economía Social Solidaria con el gobierno.

El documento señala en su introducción:

“La grave crisis sanitaria, económica y social generada por la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto que se necesita un nuevo orden mundial. La comprensión más generalizada de la gestión del riesgo de desastres define este como la combinación de dos factores: las amenazas y la vulnerabilidad o exposición a estas. Todo desastre resulta de una alta vulnerabilidad. Esta no tiene que ver solamente con los primeros impactos, sino, también, con las consecuencias socioeconómicas y ambientales de mediano y largo plazos. Comúnmente, existen sectores de la población que son afectados más dramáticamente por los efectos dañinos de los desastres. Estos son los que tienen las posiciones más desventajosas en términos socioeconómicos.

Aunque nuestro Gobierno y la CCSS han demostrado un gran acierto en la conducción del país para mitigar el impacto sanitario de esta crisis, se han puesto de manifiesto vulnerabilidades en nuestro sistema de gestión del riesgo de desastres, esto es, en la preparación para afrontar amenazas más allá de las hidrometeorológicas y geológicas. A estas, entre otras, se suman las amenazas biológicas, que no por primera vez desencadenan emergencias en el mundo y ante las que el país también es frágil. Ha quedado más visible que nunca que cualquier evento destructivo –ya sea un sismo, un ciclón tropical, una sequía o un fenómeno epidémico o pandémico– además del impacto inmediato, genera una devastación socioeconómica, en la que siempre la peor afectación y la mayor desprotección son las que sufren los pobres. Pero también esta crisis ha causado estragos en sectores de los estratos medios.

Ante todo, llamamos a ver detrás de las estadísticas que están evidenciando esta realidad, los rostros humanos: los de aquellos que han perdido su empleo; los de cientos de miles que no lo tenían y han visto frustradas sus expectativas de conseguirlo; los de los que estaban hundidos en el mundo de la informalidad laboral y los de quienes ahora han pasado a sumarse a sus filas. Rostros de personas que dependían de asistencia humanitaria y ahora no pueden ser auxiliados. Son, todas estas, personas que viven la angustia y la desesperación de no tener un ingreso total o parcial que le permita comprar los alimentos de su familia, pagar los recibos de servicios, cubrir los pases para movilizarse, comprar los pañales de sus hijos o de sus padres enfermos. Son las personas que se habían endeudado para montar una pequeña empresa y ahora no tienen cómo pagar el préstamo, porque el emprendimiento se hundió; las personas que adquirieron deudas para responder a necesidades de salud, de vivienda, de estudio propio o de los hijos, entre otras necesidades básicas. Son los rostros de nuestros agricultores y agricultoras desprotegidos, sin seguros de cosecha, sin mercado justo para sus productos, que van perdiendo casas y tierras por el endeudamiento. Y no podemos olvidar los rostros de quienes están totalmente a la orilla, los miles de personas que habitan en nuestras calles, sin poder atender a la consigna del “quédate en casa”, lávate las manos, báñate, utiliza alcohol gel y lava tu ropa al llegar a casa… pues simplemente no tienen casa, ni servicios sanitarios, ni ropa en un armario.

Puede descargar el documento aquí:

Economía antediluviana: Las propuestas de Fernando Naranjo

Luis Paulino Vargas Solís
Economista, Grupo Economía Pluralista

Director CICDE-UNED

La lógica de la economía ortodoxa, que en Costa Rica muestra su rostro más anacrónico y desfasado, se centra en la deflación generalizada como solución frente a la crisis económica. La premisa subyacente gira alrededor de la idea de que, detrás de la crisis hay excesos que deben corregirse, es decir, que la economía debe pasar por una especie de purga, o en términos médicos decimonónicos, que se le debe aplicar un sangrado, a fin de “limpiarla” y, así, crear las condiciones para su recuperación. La idea de fondo es absurda y disparatada: nos dice que para superar la crisis… ¡hay que agudizar la crisis!

Una nota reciente en el medio digital Crhoy.com lo ilustra. Su título “Economista alerta sobre peligros en idea de que el BCCR financie créditos de rescate” (https://www.crhoy.com/economia/economista-alerta-sobre-peligros-en-idea-de-que-el-bccr-financie-creditos-de-rescate/). El economista al cual se hace referencia es Fernando Naranjo, exministro de Hacienda, exgerente general del BNCR y actual presidente de la consultora CEFSA.

Tal cual lo anticipa el título de la nota, Naranjo se opone a que el Banco Central asuma un rol más enérgico y proactivo, dentro de la estrategia de políticas frente a la crisis económica que el país sufre. Su argumento es un anacronismo: básicamente una apelación al pasado (“sería como volver 30 o 40 años atrás…”), como si las condiciones actuales, fuesen iguales a las de entonces. La realidad hoy es muy distinta, como también es completamente distinto el papel que en este momento cumplen los bancos centrales en el mundo. Pero Naranjo, como miembro destacado de la ortodoxia dominante, de eso no se entera.

Hablamos de una economía devenida ideología fantasmagórica, poblada de espectros e ideas zombis.

Por lo demás, su planteamiento se enfoca, según indica la nota, en “recuperar la capacidad de los mercados de generar empleos…”. Para lo cual propone la deflación generalizada de la economía, básicamente mediante dos mecanismos: reducción de salarios (“…salarios negociados por debajo de los rangos mínimos”) y la reducción en un 50% de las cuotas de la seguridad social. Todo lo anterior sumado a la devaluación de la moneda. Y siendo cierto que el colón está seguramente sobrevaluado, pensar en devaluar es una idea que, más que inoportuna, resulta temeraria, puesto que, en momentos de gran incertidumbre como los actuales, la devaluación vendría a sumar elementos adicionales de incertidumbre.

Se trata de una política destinada a infligir sufrimiento: contra los sistemas de seguridad social –que han sido la primera línea de defensa de la población costarricense frente a la pandemia del Covid-19– y contra las familias de clase trabajadora de Costa Rica. Es claramente una estrategia de “dumping social”: reducir costos y recuperar la competitividad de las empresas, mediante el debilitamiento financiero de la seguridad social y el deterioro de las condiciones de vida de las clases asalariadas.

No olvidemos el contexto en que esas políticas deflacionarias se aplicarían: una economía mundial sumida en la recesión más profunda desde la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado. Dadas esas condiciones, es desatinado imaginar que las exportaciones –menos aún el turismo– puedan tener una pronta recuperación, ni siquiera si se busca levantar la competitividad, mediante mecanismos espurios como la depresión salarial y el debilitamiento de la seguridad social.

O sea: en un momento en que los mercados internacionales están deprimidos, Naranjo propone que se deprima aún más el mercado interno, mediante la comprensión del consumo privado. Y puesto que su propuesta excluye cualquier acción del Banco Central, y no considera ningún aporte de la política fiscal vía inversión pública, inevitablemente surge la pregunta ¿Qué habría entonces de incentivar a las empresas a contratar más personal, si no tendrían a quién venderle lo que se produzca? Cuando, y en todo caso, las actuales condiciones de incertidumbre frenan cualquier posibilidad en ese sentido, y ello no solo no se modificará con la aplicación de esta terapia de “dumping social” que Naranjo promueve, sino muy probablemente se agudizará, en virtud del descontento e inestabilidad social que ello propicia.

Por otra parte, la posible deflación de precios que esa estrategia seguramente pondría en marcha, es una pésima idea en momentos en que los niveles de endeudamiento, tanto público como privado, son muy altos. Ello agravaría el peso de las deudas, dificultaría adicionalmente el manejo de las finanzas pública, y agravaría los problemas del sistema financiero.

En resumen: estamos en presencia de una versión antediluviana de la economía, esperpéntica en lo teórico y totalmente desconectada de las realidades actuales.

 

Tomado del blog: https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/.
Enviado por el autor.

UNA brinda atención individual remota para acompañar a estudiantes en crisis por pandemia

Estudiantes con crisis de ansiedad, depresión, o con necesidades educativas, reciben atención individual remota por parte de los orientadores, psicólogos o psicopedagogos de la Universidad Nacional, con el fin de ayudarles a manejar sus emociones y adaptar sus materiales ante la complejidad de las lecciones virtuales.

La virtualización del curso lectivo en la Universidad Nacional (UNA), ante el confinamiento por covid-19 no ha sido fácil ni para académicos ni para estudiantes. El estrés, la ansiedad e incluso la depresión, han acompañado a los jóvenes a lo largo del proceso de adaptación. Cada uno, desde su realidad, ha lidiado con dificultades muy diferentes.

Las afectaciones son múltiples en particular en el caso del estudiantado que se vio en la necesidad de retornar a sus casas, en zonas rurales o en comunidades donde no cuentan con conexión a internet o dispositivos electrónicos para atender sus lecciones. Adicionalmente, algunos enfrentan el retorno a sus ambientes familiares, mismos que en ocasiones no son espacios funcionales. Las personas con discapacidad visual, o discapacidad auditiva, han debido enfrentar otros retos, pues algunos de los materiales y recursos didácticos no son accesible. Todas estas situaciones han desencadenado crisis en los universitarios.

Idaly Cascante, directora del Departamento de Orientación y Psicología de la UNA, explicó que los estudiantes que se mantenían estables y recibían atención individual, acudieron a ellos por ayuda, pues la ansiedad, depresión, e incluso las ideas suicidas volvieron a desequilibrar su estabilidad emocional, así también las unidades académicas de diferentes facultades refirieron a estudiantes en crisis para atención urgente. Orientadores, psicólogos y psicopedagogos debieron tomar medidas inmediatas de atención individual remota para esta población que clamaba por ayuda.

“Ha sido una oportunidad para reinventarse y poder brindar servicios a los estudiantes que lo necesitan. Comprender y acercarnos a pesar de la remotidad. Es posible hacer este tipo de intervenciones por medios digitales. Lo estamos haciendo bien porque hemos cuidado los detalles. El equipo analizó las variables con el objetivo de dar un servicio remoto de calidad con los protocolos necesarios para respetar al usuario, aplicando las mismas condiciones de la presencialidad, como por ejemplo la privacidad”, detalló Cascante.

De este modo, se les propone continuar con la psicoterapia en línea, tanto de pacientes con expediente clínico en el Departamento de Psicología, como de los casos en crisis que son referidos por las unidades académicas. Los estudiantes atendidos presentaban ansiedad por perder los cursos, incapacidad de lidiar con la frustración y el cambio de rutina, así como casos graves de jóvenes con ideas suicidas.

Actualmente, los estudiantes con discapacidad visual, auditiva o diagnóstico TEA, también reciben el servicio individualizado. Psicopedagogos, intérpretes del Lenguaje de Señas Costarricense (LESCO) e incluso estudiantes asistentes, colaboran con el departamento con el fin de evitar la deserción de estos universitarios. Muchos de los materiales se transcriben para hacerlos accesibles, y las lecciones virtuales se interpretan en LESCO de forma individual para los estudiantes que así lo requieran.

Lucía Quesada, psicopedagoga del Departamento de Orientación y Psicología de la UNA, agregó que “otra de las labores realizadas ha sido reunirse con académicos para aclarar dudas sobre la aplicación de los ajustes metodológicos o de evaluación dirigidos a estos estudiantes, así como la explicación de las características propias del TEA y las reacciones de estos jóvenes ante la situación de alerta por la pandemia y los cambios que la virtualidad conlleva”.

Por su parte, los orientadores del departamento continúan trabajando en la atracción de estudiantes para el proceso de admisión 2021, así como en la atención vocacional de los universitarios que desean cambiarse de carrera. Jazmín Ureña, orientadora vocacional del Departamento de Orientación y Psicología de la UNA, explicó que en la orientación individual remota se trabaja en temas como: rendimiento académico, técnicas de estudio, autoestima y resolución alternativa de conflictos, con el fin de lograr la permanencia de la mayoría de los jóvenes que solicitan apoyo.

Paralelamente a las consultas individuales, el Departamento de Orientación y Psicología reforzó su comunicación por medio de las páginas de Instagram: unaconexionmental y en Facebook: noticiasvidaestudiantil donde publica guías con contenido teórico-científico para educar a la población y brindar ejercicios prácticos de respiración, manejo de la ansiedad, autoexploración de sentimientos, relaciones interpersonales, cómo reconocer la depresión y manejar sus síntomas, así como sobre la higiene del sueño o insomnio. Estas son guías de autoayuda para sobrellevar las situaciones de crisis, pero no sustituyen la ayuda profesional, por lo que insta a los estudiantes con alguna dificultad a contactarse con el departamento para ser atendidos.

 

Enviado por UNA Comunicación.

Tejer Historias, comunicar esperanza en tiempos de pandemia

Treinta historias de periodistas… ofrecen sus reflexiones y sus historias. Escritos, sin duda, de gran calidad en los que el lector encontrará inspiración y esperanza para vivir estos difíciles momentos en que, sin un horizonte temporal claro, se vive prácticamente en confinamiento doméstico y, bombardeados por datos escalofriantes, no es difícil sucumbir en la desesperanza.

180 páginas de “historias tejidas” que quieren llegar a todas las personas y ofrecer una perspectiva positiva y esperanzadora en medio de la situación tan complicada.

Para descargar:

Tejer Historias, Comunicar esperanza en tiempos de pandemia

 

Compartido con SURCOS por Lili León.

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UCR: El emprendimiento nacional se mueve, seis proyectos que resaltan en medio de la crisis

Innovación en medio de la pandemia

Servicio Lingocall. Foto: Anel Kenjekeeva.

Las medidas proporcionadas por los gobiernos ante la crisis provocada por el Covid-19, han afectado de distintas formas a los negocios, especialmente a los emprendimientos pequeños y medianos. Sin embargo, muchos de ellos han tomado esta situación como un impulso para innovar sus proyectos.

AUGE-UCR es la Agencia Universitaria de Gestión del Emprendimiento de la Universidad de Costa Rica. Nuestro programa Start Up Go consta de diferentes fases en las que se apoya a las y los emprendedores desde la idea hasta la implementación y escalamiento de un negocio. Así mismo, desarrollamos constantes capacitaciones con mentores y espacios de networking para quienes son parte de nuestra red. En este sentido, más que una incubadora, somos una #ComunidadEmprendedora.

¡Por eso hoy te presentamos orgullosamente a seis emprendimientos que son parte de nuestra Comunidad y están tomando medidas innovadoras de gran impacto para el país! Te compartimos las redes sociales de cada empresa para que podás conocer más sobre cada una.

1.            Huli

Esta empresa, consolidada en 2015, desarrolla productos tecnológicos para el campo de la salud. Como parte de su división Huli Health, han desarrollado una plataforma de telemedicina en que podés acceder con gran facilidad a especialistas de todo tipo.

Así mismo, forman parte de “Aliados de la salud”, una colaboración con AstraZeneca, AUGE y la Embajada de Reino Unido en la cual se brindará herramientas tecnológicas para las y los profesionales en salud privada.

www.hulihealth.com
www.facebook.com/hulilabs
www.facebook.com/hulihealth/

2.            BoxLab

Esta tienda online ofrece regalos para personas de todas las edades, que van desde cajas de regalos y certificados, hasta flores y suscripciones. Esta es una gran iniciativa de celebración para felicitar a seres queridos en fechas especiales sin necesidad de salir de casa. A partir de marzo, se encuentran donando un porcentaje de sus ganancias a distintas organizaciones que combaten el impacto del coronavirus. ¡Utilizá el código Stayhome para obtener descuentos!

www.boxlabcr.com
www.facebook.com/boxlabcr
www.instagram.com/boxlabcr/

3.            Little Monsters

La franquicia educativa Little Monsters es un centro de enseñanza para la primera infancia. Ante la difícil instrucción de cerrar sus puertas y suspender las clases presenciales, crearon Little Monsters at Home, una plataforma de educación virtual con guías especializadas para cada etapa de desarrollo. Además, ofrecen kits con materiales que permiten a madres y padres de familia entretener y estimular a los pequeños de la casa durante el aislamiento.

www.lmathome.com
www.facebook.com/lmonsterscr/
www.instagram.com/lmonsterscr

4.            Lingocall

Es una plataforma remota de traducción, interpretación transcripción y subtitulado disponible en más de 25 idiomas. Este emprendimiento fue seleccionado como una de las promesas de Forbes Centroamérica. Durante la reciente coyuntura, se han dedicado a ofrecer el servicio de traducción vía streaming en los casos de videoconferencias que requieren una interpretación en vivo, de manera gratuita.

www.lingocall.com
www.facebook.com/lingocall
www.instagram.com/lingocall

5.            Kuker

Este servicio, avalado por chefs y nutricionistas, ofrece alimentos preparados y listos para calentar. Las comidas se pueden ordenar de manera semanal o mensual, con planes para dietas específicas. Recientemente cuentan con opciones más personalizadas, así como batidos congelados y desayunos, los cuales llegan a la puerta de tu casa.

www.kukercr.com
www.facebook.com/kukercr/
www.instagram.com/kukercr/

6.            Enraizadas

Enraizadas es un sitio web en el cual es posible conseguir hortalizas y otros productos cosechados de forma natural y sin venenos. Está dirigido por una unión de familias campesinas que mantienen prácticas agro-sostenibles, las cuales garantizan frescura y calidad. Debido a las disposiciones de salud, muchas personas encuentran dificultad para ir a la Feria del Agricultor o supermercados, por lo que Enraizadas lleva los productos a donde necesités.

www.enraizadas.com
www.facebook.com/enraizadas.2018
www.instagram.com/enraizadas.cr

7.            Eco Clean

Este start up se enfoca en el desarrollo de productos ecológicos especializados, altamente biodegradables, y con base en química verde. Cuentan con un amplio catálogo para mantener tu salud y tu hogar limpios en esta época en la que la limpieza resulta una de las formas más sencillas para protegernos. Podés encargar distintos productos a través del sitio web, por ejemplo, jabón para manos y cuerpo, detergente, lavaplatos, limpiadores multiuso, desengrasante y sustitutos de cloro.

www.ecoclean.cr
www.facebook.com/ecoclean
www.instagram.com/ecocleanbio/

 

Julián Berkovics
Gestor de Comunicación AUGE-UCR
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UNA: Blog analiza actual pandemia desde las Ciencias Sociales

Contiene diversidad de artículos de investigadores y académicos donde se reflexionan sobre la pandemia desde diferentes áreas de las Ciencias Sociales.

Educación, religión, desigualdad y la crisis de la movilidad, son algunos de los temas abordados por especialistas de las Ciencias Sociales en el blog «El COVID-19 desde la Historia Aplicada«. Este es un blog que expone el pensamiento analítico de académicos, investigadores y estudiantes avanzados sobre el fenómeno del confinamiento y la pandemia que actualmente vive la humanidad.

La Maestría en Historia Aplicada y la Escuela de Historia de la Universidad Nacional (UNA), desarrollaron esta iniciativa abierta por con el objetivo de crear pensamiento alrededor de la covid-19 desde una perspectiva social. Wilson Picado Umaña, editor del blog y coordinador de la Maestría en Historia Aplicada UNA, explicó que se trata de “un espacio para el pensamiento social en torno a la pandemia. Pare ello hemos convocado a colegas de las ciencias sociales, y también de las ciencias experimentales para contar con ángulos diversos y amplios acerca del fenómeno. También disponemos de la participación de jóvenes investigadoras e investigadores, como de colegas académicos de Centroamérica.”

Actualmente el blog contiene 17 artículos de especialistas costarricenses y centroamericanos, quienes exponen sus opiniones desde distintas perspectivas del fenómeno. El conjunto de artículos también permitirá marcar un precedente del contexto actual, “así como imaginar y proyectar posibles escenarios de futuro”, agregó Picado. El blog se actualiza cada 3 días, aproximadamente.

Los sociólogos de la UNA Guillermo Acuña y Abelardo Morales, son dos de los especialistas que han publicado artículos reflexivos sobre el fenómeno abordado.

Acuña hace un análisis de las movilidades humanas en tiempo de pandemia y el impacto de las limitaciones impuestas a los migrantes. Asegura que esto ha provocado nuevas ilegalidades vinculadas con la crisis sanitaria. Por su parte, Morales escribió un artículo donde reflexiona sobre la importancia de repensar la relación entre la economía, el bienestar y los sistemas de seguridad social. Plantea que “la inversión que ha hecho la sociedad costarricense en el mantenimiento del sistema de salud, del sistema de instituciones de protección social, ha sido uno de los principales escudos que nos ha protegido de los efectos que esta epidemia está teniendo a nivel global.”

Ambos académicos invitan a los lectores a visitar el sitio: https://historiaaplicada.org/blog/ para que puedan conocer más sobre las diferentes líneas de análisis de la pandemia actual, propuestas por investigadores sociales dentro y fuera de Costa Rica.

****Para más información comuníquese al 8832-2614.

 

Enviado por UNA Comunicación.

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Con la rodilla en el cuello

Carlos Campos Rojas

Así murió George Floyd, sin aliento, a manos de un policía en Estados Unidos, que por nueve minutos tuvo en sus manos la decisión de la vida o la muerte. La brutalidad y el desprecio de quienes se asumen dueños absolutos del país y pretenden serlo del mundo, apoyados en esquemas y estructuras represivas, encuentran una reacción social inesperada en estos momentos de “pandemia” y de distanciamiento social.

La ciudadanía de nuestro país está igual que George Floyd antes de morir: con la rodilla en el cuello y gritando que no tiene ya aliento. En EEUU la chispa fue el racismo, en nuestro país que no es ajeno, será lo menos pensado. La acción institucional y gubernamental ve con desidia y con la distancia de la tenue burbuja desde donde presumen gobernar, a quienes no solo producimos la riqueza nacional, sino que hacemos ingentes esfuerzos para mantener la paz de que nos ufanamos.

CNN, el dios de pies de barro y emblema transnacional de la comunicación y el control mediático, no pudo contener ni con apoyo de antimotines bien adiestrados, la ira reprimida de una población que se cansó de ser desestimada.

Quienes ostentan el control mediático de la prensa nacional, deben entender que, aunque la mentira puede correr años, la verdad la alcanza en un día. Aunque luchen por arrancarnos nuestra historia y traten de dejarnos sin raíces, los hechos son irrefutables, el periódico La Información dio cuenta de ello por servir a una tiranía. Hoy pueden vestirse con ropa ajena y ponerse otro nombre, pero como dice nuestro pueblo, mona se queda.

La torpeza política demostrada hasta ahora, para que nuestro país pueda encontrarse y construir un nuevo pacto social mediante un diálogo respetuoso, sin exclusiones y con la disposición de escucharnos, solo ha propiciado que se profundice calladamente, la fractura social estructural a que se sometió nuestro país, provocada en la gestión asaz arrogante de sus pretensiones ajenas al interés ciudadano.

El país pierde, todos perdemos. Gana la mafia política, la corrupción, la impunidad, el autoritarismo.

La “pandemia” pudo haber dado a quienes usurparon el poder de la ciudadanía, un respiro para maniobrar transitoriamente en la escalada social y política que se desarrollaba en el mundo y desde luego también en nuestro país, pretendiendo con eso desentenderse de la ira social contenida, pero fracasa a cada paso.

Lo que pasa en EEUU y que se replica en Europa, así como en Brasil, países más castigados por la “pandemia”, enfrenta el miedo institucional que se pretendía establecer para aislar las personas y evitar el encuentro social, justificado en que era la opción a la vida, contra una ciudadanía amarilla, negra, blanca, mestiza, latina, que se da la mano y sale en masa a enfrentar a los gobiernos, convocados por esa ira contenida, contra un sistema que su característica ha sido la desigualdad, la represión brutal y la muerte.

Costa Rica puede hacer la diferencia, a pesar de ser el país más desigual de América, según la CEPAL. Tiene en la ciudadanía una retaguardia moral para construir una propuesta nacional sustentada en un nuevo pacto social, pero debe salir a la luz, una actitud gubernamental que no tenga miedo a los disensos, pues solo así se construyen sólidos consensos.

1 de junio de 2020

«La pandemia como espejo y oportunidad»

Semillas de Esperanza
3er texto de coyuntura

La declaración de pandemia en marzo anterior trae consigo el incremento de las desigualdades en términos de justicia social. Por eso, a pesar del distanciamiento físico, consideramos urgente reafirmar la solidaridad con quienes más lo necesitan. Es necesario, aún más, seguir haciendo a reflexión crítica y denuncia de las injusticias sociales estructurales. No es momento para callarnos.

Nos propusimos compartir semanalmente una reflexión de análisis y opinión sobre esta coyuntura y procurar, así, acompañarnos un poco más en la distancia. El tercer artículo que llega a ustedes es de Alberto Álvarez Toirac, compañero del DEI, investigador y coordinador del Programa de Formación.

Equipo del DEI


 

La pandemia como espejo y oportunidad
Fragmentos para una reflexión socio-política

Alberto Álvarez Toirac
Investigador y coordinador del Programa de Formación del DEI

Vivimos tiempos de disrupción y perplejidad, de incertidumbres radicales y esperanzas infantiles. Tiempos distópicos que se despliegan ante nuestros ojos como salidos de una novela de ciencia ficción. Tiempos de agonía civilizatoria, ralentizados únicamente por nuestra propia incapacidad de asumir los límites del sistema social que habitamos, y de imaginar y generar procesos multidimensionales e inclusivos de transformación.

Frente una crisis pandémica que pone en evidencia la profundidad y complejidad del problema subyacente, sorprende el enfoque unidimensional y cortoplacista de la gestión que la mayoría de los gobiernos y los organismos internacionales hacen de esta. Una vez que las cosas se han salido del control, pareciera que se encuentra inobjetable la globalización del pánico social. Somos presa de un acoso biopolítico sin precedentes en la historia moderna, que suspende no solo la economía y la movilidad de las poblaciones, sino que congela la posibilidad de razonar.

Ante la normalización del “quédate en casa” y “lávate las manos”, se requiere repensar la encrucijada histórica en la que estamos atrapadxs, así como las nuevas resistencias, re-existencias y revoluciones deseables y posibles en un mundo post-pandémico.

Si bien el virus parece haber llegado para señalar con el dedo lo que ya estaba podrido desde antes, la coyuntura actual produce sus propias novedades. La inmediatez de los hechos disruptivos, la velocidad con que se desarrollan los acontecimientos, la conciencia de incertidumbre y la opacidad con que las élites influyen en las decisiones, hacen muy difícil un análisis comprensivo de la situación actual. Esta dificultad puede rastrearse incluso en las reflexiones de las mentes críticas más lúcidas del momento.

No obstante, se impone la necesidad de aventurarse y diseminar intuiciones, que nos puedan ayudar a disipar la cortina de humo instalada por los medios de comunicación, y leer la realidad de manera independiente. En adelante, algunos fragmentos de intuiciones para seguir pensando.

La dialéctica (negativa) del miedo y la esperanza

La coyuntura actual me trae a la mente una reflexión de Boaventura de Souza, a partir de la teoría de Baruc Spinoza sobre las emociones humanas y los tiempos históricos.

Según este último, las dos emociones básicas de los seres humanos son el miedo y la esperanza. La relación entre estas dos varía según la situación histórica y los grupos sociales correspondientes. La condición mayoritaria y más sensata es una cierta combinación entre la esperanza y el miedo. Pero también puede darse una polarización extrema entre ambas. El miedo sin esperanza conduce a la parálisis, mientras que la esperanza sin miedo desemboca en la indolencia y el voluntarismo. Durante el transcurso de la modernidad, la mayoría de los sectores sociales se han encontrado en algún punto intermedio entre la esperanza y el miedo. Pero las condiciones sociales provocadas por el neoliberalismo, han producido una desigualdad y polarización social tal, que se expresa también en las emociones vivenciadas por los grupos socialmente polarizados.

De un lado se ubica la mayoría, pauperizada y desprovista de poder o capacidad para remontar su situación deshumanizante e injusta, que termina dominada por el miedo y resignada a lo que parece ser su destino. Del otro lado, los sectores más acomodados y las élites se desenvuelven con estilos de vida lujosos y proyectos de expansión personal y apropiación del mundo. Una clase media cada vez más reducida y vulnerable, se estaría corriendo de su anterior balance entre la esperanza y el miedo hacia un miedo ascendente y una descendente esperanza. De aquí que el diagnóstico del tiempo actual apunta hacia la creciente polarización entre el mundo del miedo sin esperanza y el mundo de la esperanza sin miedo, al punto de crearse una línea abismal entre ellos.

Dicha condición, observada hasta hace muy poco, parece haberse quebrado tras la disrupción provocada por la pandemia. La parálisis económica generada por el Gran Confinamiento pone en crisis a grandes sectores empresariales y hasta financieros que de forma repentina empiezan a declararse insolventes. Las desigualdades previamente existentes se agravan con la crisis e impactan con mayor violencia y desprotección a los sectores más desfavorecidos. Esto ya era una tendencia socioeconómica que ahora experimenta una aceleración abrupta. Pero también ocurre algo nuevo. Una parte cada vez más importante de los sectores privilegiados son alcanzados, para su sorpresa, por esta crisis.

De este modo, el miedo regresa y se instala en el otrora mundo de la esperanza sin miedo, pero sin que se haya disuelto la diferencia estructural que antes los separaba. La desigualdad se profundiza y extiende, mientras las élites económicas observan con ansiedad como se desvanece su paraíso.

Una situación socio-emocional de esta naturaleza crea las condiciones para instaurar una política del pánico a escala global y sin precedentes. Una política del pánico social significa que el pánico, más allá de sus causas reales, es un activo político que se produce y gestiona.

El espejo del virus

Si nos apegamos a los datos, el virus en sí es muy contagioso, pero no tan letal como nos hace creer los medios.

Se sabe que al menos un 80% de los contagios reportados apenas desarrollaran signos leves a moderados. Esta cifra incluso podría ser mayor si se tiene en cuenta el margen de positivos asintomáticos que no se estarían registrando. Del 20% restante o menos, aproximadamente entre el 4% y el 5% necesitaran de cuidados intensivos, cuya mortalidad puede alcanzar una media del 3%, casi siempre en personas de avanzada edad, sistemas inmunitarios comprometidos, u otras condiciones de morbilidad que traen complicaciones fatales. Las cifras se comportan de manera muy variable de acuerdo a cada país o incluso entre las diferentes regiones de estos. En los casos en que la mortalidad sobrepasa los márgenes estimados de manera significativa, hay que preguntarse por qué.

El drama sanitario desatado por el virus no depende tanto de su biología como de las condiciones sociales que encuentra a su paso. Sistemas sanitarios reducidos o debilitados, poblaciones pauperizadas o sin acceso a infraestructura médica y hospitalaria, densidad poblacional, dinámicas de urbanización descontroladas, ciudades altamente interconectadas, velocidad y calidad de respuesta por parte de los gobiernos. Sabemos también quiénes son los que ponen principalmente las muertes, más allá de los llamados grupos de riesgo.

Pareciera que el virus llegó para revelar un diagnóstico sobre el estado de la seguridad social que presentan nuestras sociedades. Para indicarnos también el agotamiento del modelo neoliberal y su incapacidad para garantizar sociedades sostenibles a largo plazo. Este diagnóstico no perderá su vigencia incluso si se lograra controlar la situación en unos meses. Mañana podría aparecer otro virus u otro cataclismo natural con similares o peores consecuencias. El proyecto globalista y neoliberal nos ha dejado como legado sociedades fragilizadas y fracturadas, cuyas condiciones materiales impiden la reproducción y expansión continua del capital.

De aquí que surja tentadora la metáfora del espejo. La pandemia nos devuelve la imagen invertida del estado actual de nuestras sociedades y de las consecuencias del proceso expansivo de la globalización neoliberal. Pero la forma en que los gobiernos responden no parece dar cuenta de un verdadero aprendizaje. Nuestros gobiernos no dejan de rescatar a la banca y al alto empresariado, de preservar los grandes patrimonios privados, y de transferirle el costo de la crisis a la clase media. La implementación de las cuarentenas, si bien en los casos exitosos pudieran contener el contagio y debilitar la propagación, no son la solución a los problemas de fondo. Más bien aceleran la catástrofe económica previamente anunciada.

Se trata de un problema complejo, que comporta una doble curva con tendencia a ser inversamente proporcionales entre sí. En la medida en que se aplana la curva de los contagios, se pronuncia la curva del impacto económico hasta niveles críticos, sumamente peligrosos; a la vez que se retarda la posibilidad de alcanzar la inmunidad colectiva. Si bien son cada vez más las voces expertas que calculan que el virus se debilitará antes de que esté lista la vacuna, cabe preguntarse quién rescatará a las poblaciones más vulneradas por esta nueva Gran Depresión.

El espejo de la pandemia podría funcionar de otra forma si se tomara como un diagnóstico vinculante sobre los límites del sistema. Si en lugar de solo gestionar la crisis y contener el contagio, los gobiernos, los organismos internacionales y los diversos actores de la sociedad civil, se empeñaran concertadamente en tomar las lecciones del caso y revertir la lógica social y los mecanismos institucionales que nos han llevado a esta situación de vulnerabilidad.

Son diversas las iniciativas que van surgiendo para enfrentar la crisis de una manera transformadora. Que van desde las propuestas de los economistas del decrecimiento, la crítica aceleracionista, los enfoques de la economía social-solidaria, las estrategias de autonomía y autogestión de las comunidades, la autogestión colectiva de la salud, el retorno de la renta básica universal, hasta la promoción de una Constitución de la Tierra, globalmente vinculante y basada en los derechos humanos para tratar los grandes desafíos transfronterizos.

A manera de la Alicia de Lewis Carroll en A través del espejo, la crisis pandémica no solo se comporta como un espejo que refleja, sino como un portal que al atravesarlo nos permite pasar a otro mundo posible.

La oportunidad del oportunismo

Se dice con frecuencia que toda crisis entraña una oportunidad. Hay quienes perciben esa oportunidad como las posibilidades que surgen de la crisis y que pueden ser aprovechadas en beneficio propio y a expensas de otros. Es la manera de entender la relación con el riesgo y la crisis que ha sido instalada por la mentalidad empresarial. Hoy día se puede encontrar esta visión en todas partes, dado que tiene su origen en la racionalidad hegemónica. Incluso gente que se considera de izquierdas y participa en espacios alternativos o luchas populares, puede llegar a interiorizar ese mantra. Quizás no se trate de hipocresía sino de un punto ciego. O para decirlo en el lenguaje habitual de las izquierdas, de esas contradicciones internas que heredamos de la cultura estándar.

En cualquier caso, el exceso de positividad al que estábamos acostumbrados, a veces nos hace confundir nociones básicas del pensamiento crítico con eslóganes de autoayuda.

Más común a la tradición del pensamiento crítico, es entender la crisis como una oportunidad para el cambio social. Una vez que el sistema social ha llegado al punto crítico de sus propias contradicciones acumuladas, entra en una crisis sistémica que derivará casi automáticamente en una transformación estructural, de la cual emergerá un mundo más racional y humano posible. Siguiendo esta lógica, no se han hecho esperar diversos vaticinios de una sociedad post-capitalista después de la pandemia, o como anunciara Slavoj Zizek: una forma nueva de comunismo, basado en la solidaridad y la cooperación global. Por muy tentadoras y racionalmente deseables que sean estas especulaciones, no hay que olvidar que no existe nada inevitable en la historia humana.

Cuando las sociedades atraviesan momentos de gran emergencia, se vuelven más receptivas a los cambios radicales. Pero no todos los cambios son necesariamente positivos, ni todas las revoluciones han sido necesariamente emancipatorias. En La doctrina del shock (2007), Naomi Klein mostró como las élites económicas y políticas encuentran en las situaciones de desastre una oportunidad para implementar sus políticas impopulares, ante la ausencia de la participación ciudadana.

Hoy día la mayoría de los países han entrado en un Estado de Excepción, bajo la excusa del manejo de la crisis sanitaria, sin indicar claramente en qué momento terminará. Los medios de comunicación nos bombardean con alarmantes cifras y fake news, nos instan al encierro doméstico, al teletrabajo y la distancia social, con un efecto desmovilizador de tal magnitud que ningún ejército del mundo ha logrado anteriormente. Pareciera que la dictadura biopolítica es más eficaz que la dictadura militar. Ya sea en Chile o en Hong Kong.

 

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