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Etiqueta: poder

Tiempos líquidos… ¿QUO VADIS UTN?

Luis G. Martínez Sandoval.

MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval
Académico Universitario,
Ex Integrante Comisión de Vinculación con los Sectores Productivos y,
Comisión de Trabajos Finales de Graduación COEX, AA
Sede Central UTN www.utn.ac.cr
Secretaría de Organización y Conflictos, Seccional Sindical Nacional ANEP UTN
Ex Funcionario Banco Mundial IFC Sede Ecuador y, América Latina,
Escritor, Científico Social

I

¡Estos son TIEMPOS LÍQUIDOS!… Hemos pasado de una sociedad solidificada a una líquida. Las formas se descomponen y se derriten. Eduardo Galeano, pensador latinoamericano, se preguntaba muchas veces a lo largo de su existencia: ¿Qué sería hoy del mundo sin la utopía? ¿Para qué nos sirve la utopía?  “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”, señaló Galeano el autor del famoso libro Las Venas Abiertas de América Latina. La utopía es “la representación de una idea o sociedad en su forma perfecta, ideal y sin fallos”.  Requiere rebeldía para construirla… esa rebeldía que nos explicó Albert Camus.

De los extractos de El Derecho al Delirio, del mismo Galeano, retomo unas partes: “¿Qué tal si deliramos por un ratito? ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?  El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones. En las calles los automóviles serán aplastados por los perros. La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor. En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar sino los que quieran cumplirlo. Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas. Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas. Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas. La comida no será una mercancía ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero porque no habrá niños ricos. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla. Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma. Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importe ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo. Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y cada noche como si fuera la última.”

Zygmunt Bauman, es de lo que quiero reflexionar en este articulo quien hoy al igual que ayer es una luz en la oscuridad posmoderna y lectura obligatoria. Bauman, nos hace pensar al igual que Galeano que la utopía aún es posible y necesaria. Y, que esta utopía debe ser la misma del Guardabosques y del Jardinero… Pero no la del Cazador.

II

La vida líquida moderna tiene sus miedos. La humanidad está en constante movimiento. El Estado y, la democracia hace la gestión de los miedos. Estamos separados pero juntos. La utopía sigue vigente en la época de la incertidumbre. Todo está interrelacionado. Hemos pasado de una sociedad solidificada a una líquida. Las formas se descomponen y se derriten. Las estrategias a largo plazo se caen y se sustituyen por el aquí y ahora. Hay una separación entre poder y política. Estamos frente a la ausencia del control político. Se debilita el Estado – nación y surge la externalidad y la subsidiariedad. Todo queda a las fuerzas del mercado. Hoy comunidad es un concepto que suena vacío. Los seguros públicos y la solidaridad se derriten. La red de seguridad se vuelve frágil y provisional.

III

Los caprichos del mercado laboral premian la competitividad, productividad, la eficiencia, la eficacia, la efectividad, pero no la colaboración, cooperación y el trabajo en equipo. Colapsa el pensamiento y la planificación a largo plazo y da paso a los proyectos de corto plazo y los episodios. La vida se fragmenta. Se olvida por completo todo pasado. Circunstancias insoportablemente volátiles y cambiantes van en la espalda de los ciudadanos. ¿Cómo modifica todo ello a hombres y mujeres?

IV

Todo el planeta está atravesado por autopistas de información. El sufrimiento humano producto de la Guerra en Ucrania, el Cambio Climático y sus efectos irreversibles, el conclave de la Iglesia Católica para definir su futuro, las 2.051 pruebas nucleares en todo el mundo 500 veces más fuertes que la primera bomba atómica, la búsqueda de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible, la lucha por el presupuesto para educación superior universitaria, el papel del Consejo Universitario y la Democracia Participativa con Voto Directo en la Universidad Técnica Nacional, todo “ingresa a nuestros hogares” a través de redes sociales. La justicia deviene en una utopía. Y afuera un planeta abierto a la circulación de capitales y mercancías. La globalización arrasa todo. Nadie controla ni entiende lo que está sucediendo. La élite gobierna y va por el destino imaginario. Los pobres ponen la delincuencia y caos. El G-7 liderado por un imperio en decadencia Estados Unidos decide el destino manifiesto en alianza con el BM, FMI, OMC y la OTAN. El mercado sin fronteras una receta perfecta para la injusticia y el desorden mundial. Inter arma silent leges. (Las leyes se quedan mudas ante las armas)

V

La profecía se ha cumplido: las instituciones tienen las tendencias a socavar los derechos civiles y políticos. El miedo se desarrolla… y el caos emerge. Se perpetúa y refuerza. Y los golpes del destino donde los seres humanos son incapaces de predecirlos. La sociedad distópica y fatalista tiene sus características (propaganda, se restringe la información, hay una imagen o persona suprema, vigilancia, miedo al mundo exterior, condiciones infrahumanas, lo diferente es percibido como una amenaza y la sociedad es una ilusión de utopía). El progreso, es una pesadilla de quedar rezagado, perder el tren, caer de una ventanilla de un vehículo a alta velocidad… Nos centramos en aquello que podemos influir. Y todos hacemos sexo sin protección y aumenta más la población mundial. Las inseguridades y el temor explotan los miedos… Surge el capital del miedo donde los ciudadanos – ovejas son protegidos de los delincuentes lobos por policías-perros pastores. Y el Estado Social se derrite…

El mercado es un pedófilo puesto en libertad, un asesino en serie, un envenenador, un terrorista. Las grandes ideas han perdido credibilidad y el miedo es lo único que queda. El Estado social se sustituye por el Estado Penal. La solidaridad social se cambia por la responsabilidad individual. El veneno del miedo corre…La lucha es por el desempleo y la inflación. La ley y orden aumentan la popularidad del terrorista y surgen las víctimas y los daños colaterales. Estamos en guerra. La guerra contra el terrorismo ha fracasado y solo sirve para fomentar el complejo militar industrial de venta de armamentos. Y ello por el ODIO que no ha muerto. Vivimos un mundo donde nadie o casi nadie cree que cambiar la vida de los otros sea importante para la propia vida. La solidaridad es difícil de practicar.  Gobernar desde el Estado es hacer gestión de crisis ante las distintas emergencias para seguir en el gobierno. El Estado deviene en un Estado de Seguridad Personal. Hay que reunir la política y el poder para garantizar la seguridad social. Y esto debe ser a escala planetaria. Los problemas locales solo se solucionan globalmente. DEMOCRACIA Y LIBERTAD están amenazadas. El miedo es un demonio que habita en nuestra sociedad. Inseguridad, incertidumbre e impotencia perdimos el poder como individuos, grupo y colectividad. El demonio del miedo no podrá ser exorcizado. El capitalismo devoró todo a su paso y su energía vital está en la liquidación de activos públicos. La TIERRA es adicta a los fertilizantes y los pesticidas. El agua está contaminada. El ser humano es superfluo en el capitalismo global o desperdicio humano. La plenitud del planeta está en función que los mercados globales (laborales, financiero, de bienes de consumo) funcionen y en la búsqueda de los seres humanos superfluos. Un ejército de reserva de la mano de obra. La globalización genera víctimas, apátridas y sin techo… La vida líquida es permanentemente transitoriamente. La élite global se mueve fuera del alcance del control humano. Es demasiado poderosa para enfrentarse a ella y retarla…

VI

Las fronteras ahora son NOSOTROS Y ELLOS.  El Estado, la democracia y la gestión de miedos. El núcleo central del Estado Social era la protección y no redistribución de la riqueza. Uno no puede estar seguro de sus derechos personales a menos que pueda hacer valer sus derechos políticos. Hoy hay quienes quieren limitar el derecho al voto directo y limitar el sufragio a unos cuantos privilegiados. Erigiéndose en patrones y señores feudales. Hoy se oponen con uñas y dientes a ampliar el sufragio universal a cualquiera que no forme parte de los que lo tenían y siguen teniéndolo en un pequeño grupo

Un ejemplo de NOSOTROS Y ELLOS. En la UNIVERSIDAD TECNICA NACIONAL en pleno Siglo XXI donde afuera votan cada cuatro años con solo tener la edad de 18 años y cedula de identidad, adentro de la UNIVERSIDAD TÉCNICA NACIONAL, el voto solo lo ejerce un grupo que tiene propiedad (una minoría insignificante). Ampliar el sufragio para ELLOS (las actuales autoridades universitarias) es una agresión contra la democracia. En la UTN la democracia sigue siendo una aventura selectiva y rigurosamente limitada. El DEMOS Y CRATOS está restringido a UNOS POCOS PRIVILEGIADOS Y CON ELLO SE EXCLUYE Y DISCRIMINA. ¡La democracia representativa es una gran farsa! En nuestra alma mater a trece años de su creación NO EXISTE la igualdad de derechos político electorales para hombres y mujeres y ni siquiera el derecho al voto directo para los interinos, a plazo fijo o plazo indefinido. Los Interventores y los de Confianza guiados por el amiguismo ejercen el derecho a voto. Los derechos políticos son y deben ser para todos y todas. Muchos de los Docentes Interinos de nuestra universidad no son admitidos en el exclusivo CLUB DE LOS ELECTORES UTN quienes ejercen el veto de la admisión. En la UTN hay un rótulo en la puerta de entrada: “Nos reservamos el derecho de admisión al CLUB DE ELECTORES” La democracia participativa en la UTN devino hacia un régimen feudal esencialmente elitista. Restringir el sufragio solo abre el camino a la revolución para garantizar el VOTO DIRECTO PARA TODOS Y TODAS. ¡TODAS las elecciones se han realizado en la UTN sin la concurrencia adecuada y sin una verdadera legitimidad democrática! ¡No ha habido en 13 años padrón válido ni candidatos legitimados! Sin derechos políticos no hay derechos personales. Y, por tanto, el REGLAMENTO PARA PROCESOS ELECTORALES TEUTN como el CÓDIGO DE DEBERES ÉTICOS Y PROFESIONALES DE LOS FUNCIONARIOS DE LA UNIVERSIDAD TÉCNICA NACIONAL (Aprobado por el Consejo Universitario según acuerdo No. 07-17-2015, Acta No.17- 2015, de la Sesión Ordinaria No. 17-2015, celebrada el 13 de agosto de 2015) se convierte en una gran farsa, un sofisma, un sepulcro blanqueado, un mercader en el templo y una mentira institucional. Los DOCENTES INTERINOS no son sujetos de derechos político electorales en la UTN. Y las autoridades universitarias todos en general pero específicamente los Sres. Decanos de Sedes están gestionando el miedo para no ir hacia el VOTO DIRECTO. Esta exclusión y este callejón sin salida ya pronto encontrara su grieta… ¿QUO VADIS UTN?

VII

Separados, pero juntos nos dice Zygmunt Bauman. Hay una desconexión social entre espacios. Espacios y personas socialmente cercanas son social y económicamente distantes. NOSOTROS Y ELLOS. Orden y tierra salvaje. Paz y guerra. La ciudad es peligro a los de afuera. En la ciudad se vive la civilización y la barbarie. Y se apuesta por la seguridad privada. Amigos, enemigos y extraños se mezclan en las calles de la ciudad. La guerra contra la inseguridad. Trincheras armadas, búnkeres fortificados. Habitantes urbanos adictos a la seguridad, pero inseguros de ella. Vigilancia permanente. Guetos urbanos voluntarios e involuntarios. Tolerancia cero entre los guetos y los barrios de las élites. La pesadilla de las élites. Dos categorías de ciudadanos. Dos mundos separados y aislados. Las élites urbanas no están interesadas en asuntos de la ciudad. Los habitantes del nivel inferior siguen siendo locales y en lucha por la supervivencia cotidiana. El alejamiento y lejanía es la esencia de la ciudad. La élite urbana vive de la seguridad, vallas y muros, guardias jurados. Que separan los de adentro de los de afuera. El gueto de los ricos y poderosos esta adentro y afuera el gueto de los excluidos y marginados. Pero las ciudades son peligro no seguridad. Es la vida en el mundo de la modernidad líquida…La Arquitectura construye pequeñas fortalezas compactas para la élite global supraterritorial situados en algún lugar de ninguna parte. Ellos tienen la posibilidad de mudarse a cualquier lado, pero los de afuera no. Las ciudades contemporáneas son el escenario y campo de batalla donde los poderes globales y los sentidos e identidades chocan y luchan y buscan acuerdos. Las ciudades se han convertido en el vertedero de problemas engendrados y gestados globalmente. Hemos sido engendrados globalmente. Indefensas ante el torbellino global, las personas se aferran a sí mismas.  El espacio de flujos urbanos tiene un peligro la desconexión. Las ciudades son espacios donde los extraños viven y conviven en estrecha proximidad. Desconocidos llenos de incertidumbre, ansiedad, angustia y agresividad. La ubicua mixofobia urbana. Barrios violentos. Calles de mala fama. Escalada de tensiones. Surgen las islas de similitud e igualdad en medio del mar de la diversidad y la diferencia. El entorno urbano es una fuente de temores. La mixofobia y la mixofilia coexisten en todas las ciudades, pero también se hallan en el interior de cada uno de los habitantes. El nacimiento de los miedos es la incertidumbre existencial. Las ciudades son vertederos de problemas producidos globalmente.

VIII

La utopía en la época de la incertidumbre. Los golpes del destino que llegan sin avisar. NADIE ESPERA UN RELÁMPAGO EN UN CIELO SIN NUBES – eso es el Virus COVID – 19- Los reveses, la irregularidad, lo desagradable llega de cualquier parte de forma imprevisible y nos deja indefensos. LA INCERTIDUMBRE QUIERE DECIR MIEDO. El mundo perfecto debe contener alguna medida de imperfección.  Y surge la utopía en un mundo donde no se concibe sin utopía. La utopía son liebres mecánicas perseguidas por perros de carrera. Caricaturas de sueños no paraísos soñados. La utopía es el principio de todo progreso y el ensayo de un futuro mejor. Actuar como el GUARDABOSQUES para defender y proteger el equilibrio natural. Los JARDINEROS representan la Utopía al máximo. Pero al CAZADOR le da igual el GUARDABOSQUES y el JARDINERO. ¡HOY TODOS SOMOS CAZADORES! Ese mundo posible de cambiar para vivir mejor no es posible por la inseguridad que ha venido para quedarse suceda lo que suceda. La adicción a las relaciones tóxicas, el alcohol, la nicotina, los psicofármacos, la cafeína, los opiáceos, los esteroides, el cannabis, la pornografía y sexo con o sin protección, el juego a las apuestas deportivas, póker, ruleta, tragaperras, la comida, las nuevas tecnologías, las compras, el trabajo, las adicciones emocionales nos hace huir, escapar para obtener la salvación y la redención hacia una tierra prometida que no existe. Hemos caído en la utopía de los cazadores. La caza se convierte en una obsesión, una compulsión y una adicción. La utopía del cazador es el sueño de un trabajo sin final. Se vive dentro de la utopía. El infierno de los vivos no es algo por venir, ya existe aquí, habita en nosotros o lo aceptamos o le abrimos el espacio. Se vive en una sociedad de cazadores.

Zygmunt Bauman hoy al igual que ayer es una luz en la oscuridad posmoderna y lectura obligatoria para los que no podemos dormir en medio de la pandemia que no se ha ido. Y, en estos TIEMPOS LÍQUIDOS donde las formas se descomponen y derriten nos preguntamos una vez más:

¿QUO VADIS UTN?

Referencias:

Este articulo está basado en el libro Tiempos líquidos (2007) de Zygmunt Bauman (Poznan, 1925 – Leeds, 2017) que es profesor emérito de Sociología en la Universidad de Leeds, ciudad en la que vive hace más de treinta años. Atrás quedó su Polonia natal, de donde huyó con su familia del terror nazi de 1939, rumbo a la Unión Soviética. Tras su paso por el ejército polaco en el frente ruso, regresó a Polonia y fue profesor en la Universidad de Varsovia durante años, pero una feroz campaña antisemita le hizo exiliarse de nuevo en 1968. La Universidad de Tel Aviv fue su destino, tampoco definitivo, porque también ha impartido clases en Estados Unidos y Canadá. Tres años más tarde se instaló en Gran Bretaña, donde sigue viviendo. A lo largo de su carrera, ha intentado desarrollar una sociología crítica y emancipadora. Ha publicado recientemente en España: Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos (FCE, 2005), Europa, una aventura inacabada (Losada, 2006), Ética posmoderna (Siglo XXI, 2006), Tiempos líquidos (Tusquets, 2007), Vida de consumo (FCE, 2007) y Libertad (Losada, 2008). En 2010 recibió junto a Alain Touraine el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

UCR, Voz experta: El revanchismo al poder

Camilo Retana Alvarado, docente de la Escuela de Filosofía e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas Foto: Anel Kenjekeeva, UCR

Culpar a gobiernos pasados de la situación del país dejará de ser un discurso creíble

No reconocer los méritos de administraciones pasadas es ponerse una soga al cuello

Varias medidas tomadas por la administración Chaves Robles en las últimas semanas tienen un aire tácito de revancha. Parte central de la narrativa de Chaves, ya desde el período de campaña, es que había llegado el tiempo de relevar a los que no habían dado la talla en los últimos treinta años; había llegado el tiempo de reemplazar a los culpables de las inoperancias del pasado.

Como discurso de campaña se trata de una estrategia efectiva, pues este tipo de argucia retórica no solo mete a todos los enemigos políticos en un mismo saco, sino que además los diferencia del enunciatario, quien se presenta como el Mesías llamado a enmendar los desastres de quienes lo precedieron. Se trata de un discurso agitador, pero que bien se podía atribuir a los furores desatados por toda coyuntura electoral. Se trata también, claro está, de un discurso esperable en virtud de sus altas posibilidades de éxito a la hora de movilizar descontentos en las urnas y de su capacidad de explicar cualquier cosa que no funcione reduciendo la complejidad de lo político a una cuestión de voluntad.

Lo que resulta sorprendente (¿lo resulta?) es que, transcurridas ya algunas semanas desde el comienzo de la nueva administración, ese discurso de la revancha no solo no se haya matizado, sino que haya aumentado sus decibeles. El mensaje a la ciudadanía y a la clase política es que no se dejará títere con cabeza, sin importar las bondades del títere. Los relevos en puestos, juntas y cargos discrecionales son prerrogativa de cada administración entrante y es lógico que un nuevo gobierno se interese en colocar operadores clave en ciertas zonas neurálgicas. La administración de Chaves, sin embargo, pareciera encadenar destituciones cuyo único denominador común son las viejas facturas que las explican. Es casi como si el revanchismo se elevara a estilo de gestión política.

No cabe duda de que hemos hecho muchas cosas mal en el país durante los últimos treinta años. Tampoco de que hay muchas cosas que podrían y deberían hacerse mejor. Pero es igualmente cierto que funcionarios de las administraciones anteriores han hecho su trabajo de manera esforzada y muchas veces destacada. El reconocimiento a algunos de esos funcionarios por parte de la ciudadanía es prueba suficiente de ello. Carecer de la generosidad política para reconocerlo no solo es señal de mezquindad, sino que implica ponerse la soga al cuello al generarle a la sociedad civil unas expectativas que a la postre resultan incumplibles. Por lo demás, desechar el conocimiento que muchos de esos actores políticos tienen de las instituciones en las cuales han trabajado, en algunos casos por décadas, pareciera reflejar una voluntad de botar al niño junto al agua sucia.

Para decirlo con pocas letras: si no por un criterio ético, al menos por un asunto de estrategia de cara al futuro, lo mejor para el actual gobierno sería dejar de escupir hacia arriba, pues llegará el momento en que seguir atribuyendo el estado actual de cosas a lo mal que lo hicieron los gobiernos pasados, dejará de ser un discurso creíble. En suma, si bien el revanchismo funcionó como estrategia electoral, habría que recordar al gobierno que ha pasado ya suficiente agua debajo del puente de las votaciones.

 

Camilo Retana Alvarado
Docente de la Escuela de Filosofía e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas, UCR

Carolina Jiménez Sandoval: “Una de las principales víctimas del ‘virus autoritario’ es la independencia judicial”

Carolina Jiménez Sandoval, presidenta de WOLA*, piensa que la reciente Cumbre de las Américas no incluyó una reflexión profunda ni un debate sobre cómo frenar el autoritarismo. En esta conversación, revisa los rasgos de estos modelos autoritarios, como el uso de herramientas democráticas para afianzar el poder, la anulación de la separación de poderes y sus agendas patriarcales y anti-derechos.

Los análisis tradicionales, basados en paradigmas de la Guerra Fría, han quedado desfasados ante estos modelos híbridos, dice Jiménez, quien destaca la necesidad de pensar en nuevas formas de participación, representación y empoderamiento de la ciudadanía y la sociedad civil para contrarrestar este camino que recorre el poder en el continente.

¿Qué sensaciones le dejó la IX Cumbre de las Américas?

Carolina Jiménez (CJ): No es una cumbre por la que haya mucho que celebrar. Para mí lo que deja, entre otras cosas, es la ausencia de un debate serio sobre la democracia. Por desacuerdos sobre ciertas decisiones del país anfitrión, terminó siendo una cumbre que mostró mucho más los desacuerdos que los acuerdos en la región. Fueron evidentes no solo el antagonismo entre algunos liderazgos latinoamericanos con Estados Unidos sino también la falta de claridad en las prioridades de Washington.

En las cumbres no necesariamente se llega a acuerdos que transforman la política hemisférica, pero sí al menos deberían de ser sitios de encuentro en algunas posiciones. Esta cumbre fue más bien un reflejo de una realidad que no es nueva, pero que se profundiza, y es que este hemisferio desgraciadamente avanza hacia la emergencia, y en algunos casos, profundización, de liderazgos autoritarios, pero no hay un debate serio sobre cómo combatir ese avance y volver a promover prácticas democráticas.

No parece casualidad que esta cumbre haya cerrado justo cuando en Estados Unidos un comité legislativo inició sus audiencias públicas sobre el ataque de leales a Donald Trump al Capitolio el 6 de enero de 2021 para presionar por la reelección del expresidente. ¿Estamos hablando de una regresión en todo el continente?

CJ: Ya no estamos hablando de retrocesos democráticos, estamos hablando de avances y consolidación del autoritarismo, que son dos marcos de referencia distintos. Cuando uno habla de retrocesos democráticos habla de una fuerte presencia de la democracia con algunos retrocesos y amenazas. Pero hay países en esta región o subregiones enteras, como Centroamérica, en donde ya hay autoritarismos muy consolidados o líderes autoritarios que avanzan a paso muy agigantados. A eso hay que sumarle que Estados Unidos, el país cuya política exterior estuvo centrada por muchos años en la promoción de la democracia, es un país que tiene hoy un gran déficit democrático. Estados Unidos está luchando para que su propia democracia sobreviva. La administración de Donald Trump logró, en un tiempo muy corto, atacar y amenazar instituciones fundamentales, al punto que se llegó a los eventos del 6 de enero. Lo que pasó ese día en Washington no impidió que se diera la alternabilidad democrática, pero mostró el poder de las fuerzas conservadoras y antidemocráticas, que siguen siendo fuerzas vivas en Estados Unidos y continúan con la amenaza del autoritarismo.

¿De qué hablamos cuando hablamos de democracia y con qué tanto ahínco puede Estados Unidos promover las democracias en su estado actual?

CJ: En su concepto más simple, la democracia es la forma de gobierno que logra recoger y responder a las demandas de una sociedad mientras se protegen los derechos de todas las personas, incluyendo las minorías. Es la forma de gobierno donde quien lidera está sometido o sometida a reglas de juegos consensuadas con la población y en última instancia su mandato depende de la voluntad de las y los ciudadanos y no lo contrario. Como han dicho varios analistas, la democracia atraviesa por una crisis epistemológica donde se ha puesto en entredicho la confianza en la misma naturaleza de dicho sistema. La democracia va mucho más allá de la acción concreta de votar o elegir representantes. Es un sistema político que no solo otorga libertades y derechos civiles y políticos a la población, sino que también debe brindar justicia social, igualdad y prosperidad económica.

El avance del autoritarismo ya no es solo un tema latinoamericano, es un tema hemisférico y así hay que abordarlo. Si Estados Unidos es un país que está luchando por la sobrevivencia de su propia democracia, es lógico que tenga más desafíos a la hora de fomentar la democracia en otros lugares. Ningún país de América Latina quiere tener un 6 de enero.

Dicho esto, a diferencia de la administración de Trump, la presidencia de Biden ha expresado que la defensa de la democracia es parte fundamental de su política exterior y en ese sentido ha pedido a gobiernos como el de Bukele en El Salvador que rinda cuentas frente a sus prácticas antidemocraticas y ha denunciado la criminalización de operadores de justicia en Guatemala, por tan solo dar dos ejemplos. Seguimos creyendo que a pesar de sus grandes desafíos internos, Estados Unidos tiene que jugar un rol positivo en la lucha contra el autoritarismo tanto en su política doméstica como en su relación con Latinoamérica.

A diferencia de los viejos dictadores, los nuevos autoritarios están haciendo uso de las herramientas democráticas para acumular poder, ¿qué cambió?

CJ: Los autoritarismos de este siglo son distintos a las dictaduras del siglo pasado. Hay que hacer nuevos análisis y comprender los contextos de forma distinta. Pinochet no tenía Twitter, Videla no comerciaba bitcoins y Ríos Montt no conocía el concepto de la posverdad. Buena parte de los líderes autoritarios en nuestra región llegaron a sus posiciones de liderazgo a través de elecciones democráticas. Muchas veces lo que sucede es que una vez que han llegado al poder elegidos democráticamente se afianzan a través de fraudes electorales u otras prácticas, pero su llegada no es a través de golpes de Estado. Las elecciones son un pilar fundamental de la democracia, pero no son en sí el único pilar. Estos nuevos autoritarios se mantienen en el poder utilizando las mismas formas democráticas.

La discusión sobre el uso del Twitter de Trump y de Nayib Bukele (presidente de El Salvador), pasa por ahí. Hay quienes consideran que Trump debe tener Twitter porque es un tema de libertad de expresión, que es un pilar de la democracia. Pero el ejercicio que hace Bukele de su Twitter, por ejemplo, es que lo usa para atacar a personas defensoras de derechos humanos, a periodistas, a desinformar. Quienes creemos en los derechos humanos sabemos que la libertad de expresión tiene ciertos límites, pero no es así en todas las jurisdicciones nacionales. El uso de los mismos mecanismos de la democracia para construir el liderazgo autoritario es una muy mala noticia.

¿Quedó desfasado el paradigma de izquierda-derecha, revolución-anticomunismo que durante tanto tiempo sirvió para etiquetar a los gobiernos de América Latina?

CJ: Esa visión de los años 70 y 80 en el contexto de la Guerra Fría con la que siguen viviendo algunos analistas e incluso políticos de a la región no creo que sea útil para entender lo que sucede hoy en día. Un ejemplo muy gráfico es la inauguración del tercer mandato consecutivo de Daniel Ortega en Nicaragua. Hay una condena generalizada de la comunidad internacional porque son unas elecciones falsas, carentes de los principios básicos de una elección libre e independiente. ¿Quiénes estuvieron en su toma de posesión? Poquísimos. Pero hay que recordar que ahí estaba Juan Orlando Hernández (expresidente) de Honduras. Entre esos dos nadie puede decir que hay afinidad ideológica. De las pocas visitas que ha recibido Ortega en Nicaragua en los últimos meses, una es la del presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, y nadie puede decir que hay afinidad ideológica entre los dos. Aunque tras algunas criticas el canciller guatemalteco tuvo que aclarar que hacía la visita en el marco de una gira regional, no deja de llamar la atención que sus reuniones incluyeron a altos funcionarios sancionados por el gobierno de Estados Unidos. Ese paradigma ya no sirve para este momento porque hay liderazgos que se llaman de izquierda y de derecha que son profundamente antidemocráticos. Hay alianzas que no tienen nada que ver con afinidades ideológicas. Lo que existe ahora son liderazgos autoritarios que buscan ahogar las prácticas democráticas en sus países.

Si el paradigma ideológico ya no los define, ¿qué lo hace?, ¿su narrativa mesiánica, su populismo, su asalto a los erarios nacionales?

CJ: Estos líderes se presentan frente a sus sociedades como los únicos que pueden salvar a la nación. Tienen en común que lanzan proyectos y promesas que son inalcanzables. También los caracteriza que siempre buscan romper con el sistema político del pasado. Eso se repite mucho desde Bukele hasta Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, en sus proyectos políticos: Ellos son los únicos con los que la gente se puede identificar para un cambio, son ellos los que son capaces de quebrar el pasado y los únicos capaces de mejorar la vida de sus ciudadanos. Esa es su narrativa. Esas líneas populistas son muy comunes entre la mayoría de ellos. Pero también hay que entender las diferencias: no todos tienen el mismo poder de oratoria, no todos usan las redes sociales de la misma manera, no todos se relacionan con los movimientos sociales de la misma manera. Estamos frente a nuevas formas complejas e híbridas de entender al autoritarismo. Por eso creo que los marcos anteriores no son tan útiles.

¿Qué dice de la democracia el surgimiento de estos modelos híbridos de autoritarismo?

CJ: Yo creo que la democracia como tal está en crisis. El populismo surge y es aceptado porque la democracia no cumple con su papel, que no era solo otorgar libertades y derechos civiles y políticos a la población, sino también justicia social, igualdad y prosperidad económica. Hay que reconocer que en buena parte de nuestros países esa promesa no se cumplió y hay un desencanto con la promesa no cumplida. La gente también se cansó de la naturaleza misma de la democracia y sus posibilidades como forma de gobierno y ya no está tan convencida de que la necesita para encontrar una salida a sus necesidades. ¿No es entonces comprensible que si surge un líder que promete recomenzar para cumplir esa promesa la gente esté, al final del día, dispuesta a darle el beneficio de la duda o a abrazarlo completamente? Los desencantos con estos liderazgos toman un tiempo; por eso vemos que después de varios años de gobierno líderes como López Obrador y Bukele mantienen altos niveles de popularidad. Necesitamos nuevos marcos no solo para comprender el contexto actual, sino también para promover nuevas formas de democracia. Que la ciudadanía y la sociedad civil organizada tengan otras formas de expresión o representación, porque la crisis de los partidos políticos y el auge de los populismos muestra que la promesa de la democracia, como la entendimos en el Siglo XX, no se cumplió, por eso se vive esta crisis más epistemológica.

Hablemos de las instituciones democráticas. Lo del 6 de enero de 2021 en Estados Unidos nos habla del menosprecio del líder por la separación de poderes. En algunos lugares de América Latina esa separación está difuminada por completo. ¿Es el control absoluto del Estado algo a lo que nos conducen estos líderes de forma inevitable?

CJ: Una de las principales víctimas del “virus de los autoritarismos” es la independencia judicial. En el sistema de pesos y contrapesos de una democracia el judicial es el último reducto cuando el poder del ejecutivo es avasallante. Una vez que estos líderes autoritarios logran controlar el congreso, probablemente a través de elecciones libres, el judicial es absolutamente necesario como último contrapeso. Lo vemos con claridad con Trump y los jueces conservadores en la Corte Suprema de Estados Unidos. Ortega empezó su asalto al judicial al menos desde el 2010. En Guatemala llevan dos años sin elegir magistrados de la Corte Suprema y la Fiscal General no tiene ninguna autonomía. Bukele hizo que el sistema judicial salvadoreño colapsara en cuestión de meses; cambió la Corte, cambió el fiscal y reconfiguró el sistema a su medida. Los ataques de Jair Bolsonaro contra el sistema judicial de Brasil están plenamente documentados. En Venezuela, Hugo Chavez comenzó el proceso de cooptación del poder judicial y el gobierno de Nicolás Maduro terminó con cualquier rasgo de independencia del sistema de justicia. Estos líderes autoritarios saben que cooptar el poder judicial y eliminar su independencia es muy necesario para perpetuarse en el poder.

¿Hay otros rasgos comunes?

CJ: El cierre del espacio cívico y el uso de los medios de comunicación para demonizar a quienes les critican.

Nicaragua pasó unas leyes muy restrictivas y ha cerrado cientos de ONG. Venezuela ha tenido leyes en el pasado muy restrictivas, pero ahora además amenaza con una nueva ley de cooperación internacional que dejaría fuera de juego a muchas ONG. Trump, que no podía con facilidad cambiar las leyes a su antojo, hizo de la prensa a un enemigo. López Obrador es otro líder que con frecuencia critica a la prensa independiente, en un país que, además, tiene el mayor índice de periodistas asesinados en la región sin que desgraciadamente el presidente muestre mucha empatía. Cerrar espacios a la prensa y a las ONGs es común a este tipo de liderazgo.

También veo, y de esto se habla menos y a mí me preocupa muchísimo, que el autoritarismo es conservador y patriarcal. Junto a estos líderes hay fuerzas conservadoras, que instrumentalizan lo político para avanzar sus agendas. El autoritarismo es patriarcal y anti-derechos. Lo que ves es que en los países en donde este tipo de liderazgo surge y se afianza se atacan directamente los derechos sexuales y reproductivos, los derechos de las personas LGBTI, entre otros. La idea de la masculinidad tóxica se utiliza y se permite desde las mismas instancias de poder. Nuevamente, mira los países en Centroamérica, donde el acceso a derechos sexuales y reproductivos está más restringido. En Venezuela, después de más de dos décadas de una llamada “revolución socialista” no se ha logrado avanzar en derechos LGTBI a diferencia de otros países de Sudamérica. Los grupos que en privado y por años han promovido esta agenda encuentran en estos líderes grandes aliados.

 

*Fuente: https://www.wola.org/es/analisis/carolina-jimenez-sandoval-virus-autoritario-independencia-judicial/

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.

Ante la impunidad: la responsabilidad ciudadana

José Luis Pacheco Murillo

Sigue siendo una desgracia para este y para cualquier otro país la impunidad. Los delincuentes, de cualquier tipo que sea, al saber que no hay castigo para quienes llevan a cabo sus fechorías y la comisión de delitos, se sienten en libertad de seguir haciendo lo que les dé la gana, robando, hurtando, malversando, volando cualquier ley y cualquier reglamento, aparte de sentirse con una seguridad de que bajo cualquier circunstancia nada le pasará.

Los peores delincuentes siempre han sido los que menos se castigan. Los que tienen poder, los que han llegado a diferentes puestos públicos para servirse y no para servir. Los más detestables delincuentes son aquellos que han lucrado y la desando. No la fe y la esperanza de los más sencillos y de los que menos tienen, incluso cuando les hacen creer que obtendrán beneficios si confían en ellos y luego simplemente los engañan y además les quitan lo que es suyo.

Hemos tenido muchos ejemplos de eso y desgraciadamente en muchos casos todo lo hacen bajo el amparo y protección de las mismas autoridades.

Inclusive del que se supone que debería de acusar, pero se dedicó a encubrirlos: el Ministerio Público, la fiscalía que en muchos casos se ha demostrado que ha estado al servicio de los delincuentes y nada pasa.

Todos los días tenemos denuncias sobre acciones delictivas de en las que dineros públicos han sido malversados y simplemente no pasa nada, nadie sale castigado: la impunidad se impone. Y la peor de las desgracias es que hasta el poder judicial ha dado muestras de la corrupción que ha tomado control y por ello la desesperanza de que podría sancionarse a los delincuentes con poder.

Nos corresponde a los ciudadanos asumir las actitudes y las acciones para demostrar nuestro descontento. Todos sabemos cuáles y quienes son esos delincuentes, salirnos de cualquier lugar al que lleguen manifestando que no podemos estar donde hay delincuentes porque corremos peligro es una forma de manifestarnos. Es demasiado el daño que han hecho al país en general y miles de personas en particular.

Dios quiera que los que funcionarios de este nuevo gobierno, desde el presidente hasta el oficinista, tengan claro qué hay que acabar con la impunidad y tomen las medidas del caso.

La prensa mentirosa y chantajista de Costa Rica seguirá impertérrita

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (28).

Tercera época.

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense.

La discusión seria y profunda, nunca llevada a cabo en este país centroamericano más allá de lo meramente anecdótico y circunstancial, acerca de la naturaleza específica, los contenidos, la forma y los juegos de poder que giran en torno a la propiedad de los grandes medios de comunicación, con diarios impresos, cada vez más escasos, con menos texto y más dibujitos o infografía, con periodistas decadentes que a lo sumo son operadores políticos del régimen y columnistas alineados a una sola línea de pensamiento, además de las televisoras y emisoras de radio con sus (menti) noticieros, los que en su conjunto se consideran los dueños de la conciencia de los costarricenses, además de presumir o alegar que ellos son sus voceros o intérpretes más autorizados, por lo que este es un asunto y una tarea pendiente mucho más importante de lo que mayoría de la población sospecha o simplemente asume como si fuera eso que alguna gente llama “la verdad”: nos han privado hasta de nuestra capacidad de discernimiento unas gentes que son dueños o simples administradores de esos medios.

En una era en la que los grandes medios de comunicación dejaron de ser el cuarto poder, un fenómeno del que se hablaba hace poco más de un siglo cuando Joseph Pulitzer y Randolph Hearst eran los dueños de grandes consorcios periodísticos, unas gentes que sin embargo tenían la virtud de hacer periodismo y del bueno, acudiendo incluso a los procedimientos más inverosímiles en busca de la noticia, de eso ha quedado una valiosa memoria histórica. Eso se acabó hace mucho tiempo,, ahora esos medios son meros apéndices visibles de algunas cadenas de negocios y esencialmente del capital financiero. Lo mismo ocurre en el plano local, el que ha terminado por fusionarse con el internacional, tampoco existen ahora los empresarios y comunicadores locales que hicieron periodismo de calidad y con sentido crítico en este país. La gran pregunta es sí alguna vez surgirá de nuevo un quinto poder, capaz de reeditar las hazañas del pasado.

Es asunto de darse una vuelta por la vecina Panamá un día domingo cualquiera, para percatarnos de que las portadas y páginas interiores del Panamá América, La Estrella de Panamá y La Prensa, entre otros, son las de unos medios que superan en calidad, diversidad de opiniones y oferta periodística al boletín de la oligarquía costarricense, alias La Nación, el único que circula los días domingos en San José de Costa Rica. Ni siquiera nos hemos dado cuenta de lo bajo que hemos caído. ¿será porque sólo somos capaces de mirar hacia nuestro ombligo, desde una perspectiva en la que el mundo exterior no existe?

Usando la mentira y el chantaje más descarados acaban de protagonizar unas de las campañas electorales más asquerosas de que se tenga memoria en nuestra historia republicana, con el añadido de una serie de insultos y descalificaciones de todo tipo hacia el candidato presidencial que no era de su agrado. El problema es que la mayoría de la gente lo percibe como un evento pasajero, relativo a las campañas electorales y su financiamiento, a lo sumo una travesura de algunos periodistas mal portados.

Con independencia de lo que podamos pensar acerca del presidente Rodrigo Chaves, un personaje que no parece tener grandes diferencias de opinión con sus detractores gratuitos o de oficio, dado que todos comulgan con la religión del estalinismo neoliberal (Luis Mata Guillén, dixit), los medios prosiguen con su campaña sin darle tregua, al parecer con el propósito de lograr su rendición incondicional. Los poderes fácticos necesitan recalcar y recordarnos a los simples mortales ¿quiénes son las gentes que mandan en este país?

Durante los próximos cuatro años, al igual que durante los ocho que acaban de terminar, la contrarreforma neoliberal proseguirá con la misma intensidad, aunque con una nota ultraconservadora que se ha evidenciado hace ya algunas horas, dentro del equipo del nuevo presidente. Eso no hará disminuir el asedio que mantienen sobre él, en la Casa Presidencial de El Zapote se hace lo que digan los dueños del diario de Llorente de Tibás y la Televisora que está en La Sabana. El nuevo presidente deberá someterse y hacerles concesiones importantes, tanto en el mundo de los negocios como en el desmantelamiento del ICE, la Caja del Seguro Social-cuyos regímenes seguirán siendo saqueados, tal y como ha venido sucediendo desde hace ya medio siglo-, lo mismo que el CNP, a liquidar a precios de remate.

La gran pregunta al margen sigue siendo ¿Se convertirá el partido Progreso Social Democrático en una entidad de política de verdad, con metas y hasta programa incluso? Sin duda que esto traería complicaciones para alguna gente poderosa. Por el momento, estamos viendo que los sotanudos y los panderetos reaccionarios estarán en su charco atacando los derechos de las mujeres y los jóvenes, mientras los trabajadores del campo y la ciudad deberán prepararse para una lucha sin cuartel, la que inevitablemente vendrá.

DERECHO DE ADMISIÓN

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

El accionar violento sobre los cuerpos de los otros, de las otras, es ya una constante en la Costa Rica actual.

Indica algo más que una actitud de poder y de superioridad. Significa el desarrollo en marcha y en transcurso de una batalla sociocultural por ganar espacios y posicionamientos, que se ha enseñado sin tregua sobre las subjetividades y las somete. Implica la ampliación de la ruptura del pacto social que se instaló en los últimos años en el país. Produce la exclusión, el dejar por fuera, la invisibilización de los derechos más básicos.

A inicios de mayo que ya pronto termina, en una noticia perdida entre el ruido del cambio de gobierno y los primeros días de una gestión que no calienta, se conoció el intento de asesinato de una persona indígena de origen panameño.

Esta persona fue atacada con fuego en un parque público ubicado en una comunidad al sur del país.

Los ataques contra las corporalidades indígenas son recurrentes. Las personas recuperadoras de sus territorios son objeto un día sí y otro también de hechos que dejan marcas imborrables en sus biografías.

Aún está fresca en la memoria colectiva los rasgos de violencia con que fueron violentados y literalmente marcados cuerpos de mujeres, niños y hombres de la comunidad de Salitre, el mismo día que el país celebraba ebrio de triunfo la gesta contra la selección de Grecia en el mundial de fútbol de 2014.

Una de las personas desplazadas e incluso detenidas fue el líder recuperador Sergio Rojas. Años después fue asesinado sin que el Estado costarricense haya responsabilizado aún a persona alguna por este hecho.

En lo que esta reflexión se terminaba de editar, se conoció la agresión contra una mujer que no solo fue violentada sexualmente, sino que intentaron desaparecerla lanzándola por una pendiente.

Semanas atrás un bar ubicado en la capital costarricense negó la entrada a un hombre sin mediar razón alguna. El hombre argumentó en medios de comunicación que su aspecto, su color de piel, pudieron haber influido en el derecho de admisión del negocio.

Justamente estos acontecimientos ejemplifican cómo algunas poblaciones van quedando “afuera”, violentadas por un sistema social, patriarcal y racial que ha venido intensificando su violento accionar.

Hace algunos días se dio un nuevo acto de crimen de odio en la sociedad estadounidense. Procuremos que en Costa Rica reservarse el derecho de admisión no implique sólo el dejar afuera y signifique además el avance de una escalada excluyente y sin retorno que justifique el odio como motor de una más de las desigualdades que movilizan hoy en día al país.

La impunidad local del Cartel Hernández

Por Marlin Oscar Ávila
11 de abr. de 22

Hemos presenciado la prolongada fiesta que se ha vivido en Honduras por la aprobación del larguísimo tramite judicial y administrativo sobre la extradición del ex presidente Juan Orlando Hernández hacia la Corte Sur de Nueva York, EUA. Ahora, “la extradición ya está firme de pleno derecho: el juez natural la otorgó, la Corte Suprema de Justicia la confirmó al denegar el recurso de apelación, y luego una corte ad hoc declaró inadmisible el recurso de amparo. Al haber estas tres sentencias judiciales conformes, se agotaron las vías legales y ya no cabe ningún otro recurso, por lo que conforme a derecho el otorgamiento de la extradición es una sentencia firme. Solo restan los meros trámites para cumplimentar su salida del país.”[1]

Es difícil no contagiarse de esa alegría popular y de parte de la clase política nacional. Desde luego, hay un pequeño sector social popular y otro de la clase política que ha sustentado ese poder, que no celebra ese hecho, porque estuvo gozando de los beneficios que obtuvo mientras el Partido Nacional sustentó por casi 13 años ese poder conservador, dictatorial y criminal, quien se aprovechara usurpando e interrumpiendo fraudulentamente el proceso de recuperación de la democracia electoral iniciada en 1982.

Los grandes medios del poder fáctico, muchas redes sociales y burócratas del actual gobierno, e incluso algunos sectores de la izquierda nacional, han hecho creer que el procesamiento judicial que le espera al ex presidente Hernández, líder de uno de los mayores carteles del narcotráfico continental, es lo mejor que le puede ocurrir a Honduras en el presente año. Como trasfondo esta sociedad tiene el juicio y condena al hermano menor del expresidente, el ex diputado, Antonio Hernández, por el mismo delito de narcotraficante hace 13 meses[2], solamente que Juan Orlando Hernández no fue el operador, sino el cerebro de todo este largo crimen organizado.

Sin embargo, esos trámites de extradición parecen más lentos que el fin de la guerra en Ucrania, territorio donde se libra una batalla entre las grandes potencias mundiales.

Lo que la clase política y el sistema de justicia pareciera olvidar es que, la familia Hernández y su círculo mafioso no solamente se dedicó al tráfico de estupefacientes hacia EUA, por lo cual la Corte de Nueva York los ha solicitado en extradición. Este grupo de mal nacidos, desde que tomaron el poder político de la nación, son supuestos causantes de otros delitos, como la persecución a ciudadanos inocentes, asesinato y desaparición de personas inocentes, incluyendo a defensores de los derechos humanos y a políticos opositores al Partido Nacional. Muchas familias tuvieron que emigrar de Honduras por causa de sus políticas contra el bienestar social y desfalcos al erario público. Bajo la administración de ese gobierno, se “aseguraron” bienes y fortunas de empresarios e inversionistas que luego se extraviaron en la OABI u otros funcionarios.

Sí hubiese un sistema de justicia adecuado y una clase política que piensa en todas las victimas que dejaron los Hernández, la extradición de JOH, no sería la prioridad, porque los gringos no se interesan por los daños sufridos por la ciudadanía hondureña y la información que extraigan no será vinculada a las víctimas hondureñas, pero a las estadounidenses consumidoras de drogas. Los familiares catrachos de las victimas que lloran a sus parientes, podrán seguir lamentándose, porque el castigo, aunque fuesen dos o más cadenas perpetuas no es ni será por los crímenes contra hondureños.

Así es que los hechos de los círculos criminales y mafiosos en Honduras, prácticamente quedarán impunes, el poder judicial y muchos abogados involucrados de su defensa, se considerarían exitosos en haber mantenido la impunidad que reina en este país centroamericano.


[1] Dr. Ramón Romero  (8 de abril, 2022)

[2] https://elpais.com/internacional/2021-03-30/ee-uu-condena-a-prision-de-por-vida-por-narcotrafico-al-hermano-del-presidente-de-honduras.html

Honduras, un pueblo hambriento de justicia por décadas

Por Marlin Oscar Ávila

17 de marzo de 2022

Es comprensible la alegría existente en la gran mayoría del pueblo al saber que un juez de primera instancia ha aceptado la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández hacia el Juzgado del Sur de Nueva York, EUA, aun cuando hace falta saber sí la defensa apelará a la CSJ, quien en pleno deberá confirmar o denegar su extradición.

Lo que debemos admitir es que la clase política hondureña ha demostrado su incapacidad de resolver los asuntos medulares que han dañado cualitativamente a esta sociedad durante las últimas tres décadas, desde que el neoliberalismo se instaló para no volver a salir de este empobrecido y maltratado pueblo. Es evidente que, desde entonces, la clase política y gobernante, solamente se ha esforzado por auto beneficiarse con las mieles del poder.

Es ilusorio pensar que con la extradición del círculo que controló el poder económico, político y militar durante los últimos doce años, concentrado en el Partido Nacional, guiado por los hermanos Hernández, se terminará con la alta corrupción, el mercado de drogas y el crimen organizado en Honduras. Recordemos que fue con el expresidente Leonardo Callejas (QEPD) que se sentaron las bases de mayor corrupción nacional, cuando el líder del cartel Hernández hacía sus primeros pininos en el legislativo del Estado.

Cuando el Departamento de Estado con apoyo del secretario de la OEA, Luis Almagro, la cúpula militar y eclesial y la oligarquía terrateniente, le dio el golpe de estado a Bolivia, en noviembre del 2019, en nueve meses ese pueblo eligió nuevas autoridades, reponiendo su estado democrático al elegir con un 55.11% sus nuevas autoridades, aun contra los designios del imperio estadounidense y su oligarquía criolla. Aun ahora, continúa fortaleciendo su sistema de justicia y consolidando su democracia. Desde luego, lo menos que ese pueblo podría esperar es que el Departamento de Estado de los EUA y su sistema de justicia, le solicitara en extradición a los principales actores del golpe en Bolivia. Lo que sí ha estado esperanzado el pueblo hondureño.

En Honduras dos factores han sido claves para lograr que la correlación de fuerzas se volcara a su favor. Primero, el agotamiento del sistema de poder local dirigido por un grupo de nacionalistas mafiosos, quienes habiendo logrado persuadir a carteles internacionales de la droga, en particular colombianos y mexicanos, sin excluir a la DEA, sobre sus capacidades políticas de controlar al Estado para hacer del país un paraíso del mercado del narcotráfico internacional, contando desde luego con el beneplácito político de los gobernantes del ejecutivo de EUA. Al agotarse ese sistema frente a los intereses estadounidenses, ese sistema fue resquebrajándose hasta llegar a las últimas elecciones políticas en Honduras, en noviembre último, cuando el mismo gobierno de Joe Biden decidió no permitir fraude alguno y lograr que este sufrido y empobrecido pueblo eligiera a quien quiso, es decir, a la actual presidente Xiomara Castro, con más del 50.63% de las votaciones.

El segundo factor que favorece política y económicamente a Honduras en la actualidad es la coyuntura internacional dada la correlación de fuerzas en el mundo actual, donde hay una lucha encarnizada por el control global o el multipolar tanto en occidente como en oriente. No cabe dudas de que, desde noviembre hasta la fecha, el gobierno local ha tenido que acomodar algunas de sus piezas estratégicas, casi como una forma de sobrevivencia, dado el extremado estado de calamidad en que el narco gobierno, recién concluido, dejó la economía nacional para gobernar el país, con muy limitado poder. Aun ahora se toman decisiones desde el poder Ejecutivo sin contar con el consenso del poder legislativo y menos del Judicial, controlado por el Partido Nacional.

En esta coyuntura internacional de ganar más países adeptos a favor del gobierno de Biden, evitando que la influencia de China siga creciendo de la manera exponencial en que lo ha hecho en nuestro continente últimamente, el acercamiento del poder estadounidense al gobierno de Xiomara Castro ha sido significativo. Desde la asistencia de la vice presidente de EUA, Kamala Harris, a la toma de poder de la presidente Xiomara Castro, el 27 de enero, hasta la fecha, semanalmente, un alto funcionario de Estados Unidos de América ha llegado al despacho presidencial de Xiomara Castro, ofreciendo todo su apoyo, sea militar, político como económico, dese luego, no se publica la letra pequeña. Después de carecer de un embajador gringo, recientemente, 8 de febrero, el gobierno de Biden nominó como embajadora de su país a la Señora Laura Farnsworth, para Honduras con la misión de ayudar a fortalecer los vínculos con Taiwán.

Por ahora, se está gozando de esta buena relación. Es sabido que el estar tan cerca del gran poder de Washington, tiene sus ventajas, como sus desventajas y grandes riesgos. El arte de la política está exactamente en saber cuándo negarse a algo inconveniente para el bienestar colectivo del pueblo al cual se representa. Confiemos en que ese arte estará precisamente al momento necesario, no sea que, como hemos notado en otros puntos, como la nominación del nuevo embajador ante la OEA, se le olvide que gobierna para casi 10 millones de hondureños y debe tomar en consideración la opinión del pueblo, además de la de sus asesores.

Panorama gris para el empleo público

SITRAINA

El nivel de autoritarismo que se está pronunciando en la arquitectura jurídica nacional es alarmante. Uno de los principios fundamentales de la democracia es el pluralismo que le garantiza participación política, efectiva y real, a las diversas posiciones sobre la administración de la cosa pública. Para garantizar el pluralismo, contrario al autoritarismo que implica un sometimiento a una sola autoridad, el equilibrio de poderes es un pilar fundamental. De la necesidad del equilibrio de los poderes deriva la independencia de los tres poderes de la República (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), las autonomías municipales y universitaria y la libertad sindical y la negociación colectiva.

Los medios de comunicación masiva que representan la voz de los principales grupos de poder de este país se han encargado de estigmatizar a los sindicatos en una descarada campaña, generada después de la lucha en contra del TLC. Sin embargo, el desprestigio de los sindicatos en el fondo conlleva un profundo menosprecio por la libertad sindical y la negociación colectiva porque implican un equilibrio de poder entre la parte patronal y la parte trabajadora, una manifestación práctica de pluralismo político y un obstáculo para toda pretensión autoritaria de gobierno.

La reciente aprobación en segundo debate del Expediente 19431 o el proyecto de ley Marco de Empleo Público no es en realidad una medida de contención de gasto público, sino un abaratamiento de los bienes y servicios que presta el Estado para garantizar justicia y bienestar social. Bajo un argumento falacioso se ha hecho pensar a las masas que el problema fiscal es el “gasto” público y que recortando el “gasto” del Estado se solucionarán los problemas económicos. Ahora bien, lo que los/as neoliberales llaman “gasto” en realidad es “inversión” en salud, educación, agua, electricidad, seguros y calidad de vida que garantiza justicia y bienestar social para el pueblo costarricense. O sea, quieren desmejorar las condiciones de vida del pueblo para justificar un chivo expiatorio (el “gasto” público) que deje en el silencio la verdadera causa de la crisis económica: el fraude fiscal.

Además, este proyecto representa un avance del autoritarismo y un retroceso democrático en lo que concierne al pluralismo y el equilibrio de poderes, ya que imposibilita que la clase trabajadora de una institución negocie a través de sus sindicatos con las autoridades administrativas de la institución las condiciones salariales, mismas que son impuestas por MIDEPLAN.

Además, estas nuevas potestades de MIDEPLAN (un ente del Poder Ejecutivo) se aplicarán a todos los puestos comunes (el sector administrativo y de servicios no especializados) del Poder Judicial. O sea, el Poder Ejecutivo tendrá injerencia directa en los nombramientos del personal administrativo del Poder Judicial. Luego, esto constituye un golpe antidemocrático en contra del pluralismo y la independencia de los poderes de la República.

En conclusión, este proyecto de ley aprobado por la actual Asamblea Legislativa no es un proyecto de empleo público e implica un desmantelamiento descarado del orden jurídico nacional.

 

Foto: Archivo ODI, UCR

¿Por qué América va tan rezagada?

Miguel Sobrado

América ha sido un continente poblado inicialmente por los amerindios, que fueron conquistados posteriormente por gente de todo el planeta, especialmente de Europa. La colonización posterior se realizó sobre la base de la servidumbre, la esclavitud e incluso en algunos casos, con el exterminio de la población originaria.

El racismo abierto o subyacente, cimentó las relaciones de dominación, tanto en relación con los indígenas a quienes se sometió en Iberoamérica a la servidumbre a través de las llamadas “Encomiendas”, como de la esclavitud a que se sometió a la población traída de África.

La gran riqueza americana y la base del capitalismo mundial se generaron en este proceso que André de Melo E Castro, Conde de Galveias y Virrey de Brasil definía en 1739: “Sin negros, no puede haber oro, azúcar ni tabaco”.

Hay que recordar que las repúblicas latinoamericanas fueron producto de la sublevación de los criollos descendientes de los conquistadores, cuando se vieron relegados a un segundo plano por los privilegios que la Corona española les daba a los peninsulares, en la gestión y acceso a las riquezas. Los fundadores de estas nuevas repúblicas se habían convertido en dueños de las tierras, de las minas y otros medios de riqueza. No incluían, más que formalmente, a los indígenas y a los esclavos que no tenían peso económico.

Las nacientes repúblicas nacieron “con los dados cargados”. Los criollos ocuparon todo el espectro de poder, frente a las grandes mayorías étnicas incluidas solo como carne de cañón en los combates por la independencia y las múltiples guerras civiles.

Este desequilibrio de pesos e influencias sociales es el que ha pesado en las relaciones de poder en nuestra América y ES UN PROBLEMA SISTÉMICO, QUE NO SE ARREGLÓ NI CON LAS INDEPENDENCIAS NI CON LOS LLAMADOS PROCESOS DE REFORMA AGRARIA.

Los indígenas, los afrodescendientes y los pobres en general, sin facilidades de acceso a la propiedad y a una educación de calidad vieron disminuidas sus posibilidades a los trabajos manuales de menor remuneración. Por otra parte, las elites acostumbradas a vivir de la renta y de las relaciones de poder clientelistas, orientaron sus ingresos hacia el consumo y el comercio. La innovación no encontró un clima favorable, ni estímulos en las políticas públicas, los empresarios creativos no siempre pudieron alcanzar sus metas.

El menosprecio latente del potencial de los nativos y afrodescendientes restringió la inversión en capital humano y esto no fue problema mientras la demanda de trabajo físico era determinante. Al reducirse esta, producto del desarrollo tecnológico, se resquebrajó la estabilidad del tejido social. Carentes de oportunidades los excluidos engrosaron las filas de la marginalidad, la delincuencia y el narcotráfico.

En otros contextos

Las experiencias de reforma agraria después de la II guerra mundial, en Japón, Corea y Taiwán impulsadas por los Estados Unidos en parte por la urgencia política de entonces, pero fundamentalmente para estimular el desarrollo de los mercados internos que estaban cautivos por las estructuras agrarias latifundistas. Estas reformas, apoderaron con medios de producción a amplios sectores campesinos y contribuyeron a generar una clase media que incidiría posteriormente en las transformaciones políticas de esos países.

Otra suerte corrió la reforma agraria impulsada con fondos del Programa Alianza para el Progreso, para contrarrestar la Revolución cubana. Los fondos de este multimillonario programa administrados por los estados latinoamericanos se utilizaron en muchos casos para “colonización”. Esta resulto ser la compra de fincas alejadas a buen precio de los políticos, para realizar asentamientos de campesinos en las remotidades sin vías de comunicación ni servicios básicos.

Contrasta en ambos casos cómo la decisión política de hacer una reforma agraria, hecha desde el poder de militar de la ocupación, funcionó en Asia apoderando a los beneficiarios, pero no así en América Latina, donde la resistencia de las estructuras de poder la transformó en una forma más de hacer negocio para la elite.

En la actualidad, este rezago se MANTIENE Y SE SUSTENTA en el desigual acceso a los medios de producción, acaparados, en gran medida, por los colonizadores y en las limitantes de acceso educativo y de formación profesional de las cuales dependen sus ingresos.

Esto no se puede cambiar solo luchando contra la corrupción, requiere transformaciones en las políticas públicas de inversión, fortaleciéndolas y haciéndolas inclusivas para toda la población, especialmente de oportunidades educativas, de capacitación organizacional y de acceso a la propiedad que generen el capital humano y social del cambio sistémico.