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Etiqueta: procesos electorales

La renuncia del presidente

Omar Jiménez Camareno

Los costarricenses elegimos presidente de la República cada cuatro años.

No obstante, aunque el período de gobierno dura formalmente cuatro años, sabemos que en la realidad el presidente y su equipo de gobierno cuentan en la práctica con tres años para alcanzar sus principales logros, ya que en el último año la campaña electoral limita seriamente las posibilidades del gobierno de materializar logros importantes.

El presidente actual (período 2022-2026) estableció durante su campaña electoral básicamente ocho grandes compromisos, los cuales dijo que era fácil lograr, solo se requería un lapicero y valentía para «comerse la bronca».

¿Recuerdan ustedes al entonces candidato a la presidencia levantando un lapicero diciendo que a él le bastaba ese lapicero para…?

✓ Reducir el costo de la vida (prometió bajar el precio del arroz, la electricidad y medicinas)

✓Acabar con la pobreza (¿Recuerdan que incluso dijo que como funcionario del Banco Mundial había dirigido programas de combate a la pobreza en más de 40 países?)

✓ Acabar con las pensiones de lujo y la corrupción (prometió, como una forma de transparencia, transmitir públicamente las sesiones del Consejo de Gobierno).

✓ Sacar al país del apagón educativo y mejorar las oportunidades de estudio para las personas jóvenes de los sectores con menos posibilidades económicas.

✓ Fortalecer las políticas de protección ambiental.

✓ Impulsar una salud pública de calidad y acabar con las listas de espera en la Caja Costarricense del Seguro Social.

✓ Aumentar el empleo.

✓ Fortalecer la seguridad ciudadana (¿Recuerdan la promesa que hizo de que volveríamos a ser el país más feliz del mundo?)

A mitad de su período, el presidente confesó, aunque no lo haya hecho expresamente, que o se equivocó o que nos mintió.

Nos dijo a todas y a todos los costarricenses que no lo han dejado gobernar.

En otras palabras, aunque sin decirlo, reconoció que no bastaba un lapicero para hacer realidad sus promesas y, también sin decirlo, confesó que no había alcanzado resultados concretos durante esos dos primeros años.

Aunque para justificar su fracaso le echó la culpa a la institucionalidad, a los partidos de oposición, a la Contraloría y a la «prensa canalla» que no le han permitido gobernar.

Desde el dos de mayo, en el discurso ante la Asamblea Legislativa y hasta el día de hoy, el presidente redujo todo su plan de gobierno para los próximos dos años a agitar a la población en torno a lo que llamó «La ley jaguar».

Es decir, el presidente, apenas a dos años de gobierno renunció a:

✓ Renunció a bajar el precio del arroz y las medicinas. (La ruta del arroz solo sirvió para que un pequeño grupo de importadores de arroz dejaran de pagarle al Estado costarricense miles de millones en el pago de aranceles de importación).

✓ Renunció a acabar con las pensiones de lujo. ¿Se han dado cuenta que ya ni siquiera volvió a hablar de ese tema?

✓ Renunció a mejorar la educación pública. No solo nunca conocimos la famosa «ruta de la educación», sino que además se redujo el presupuesto para educación al nivel más bajo de los últimos 30 años y se eliminaron más de 70 mil becas a las niñas, niños y personas jóvenes de los hogares más pobres.

✓ Renunció a aumentar el empleo. Al contrario, en lo que va del gobierno se han perdido más de 100 mil empleos.

✓ Renunció a mejorar la seguridad ciudadana. De hecho, el año pasado alcanzamos la mayor cantidad de homicidios en la historia del país y en lo que llevamos de este año las cifras siguen aumentando. En lugar de volver a ser el país más feliz del mundo, nos hemos convertido en uno de los más inseguros del mundo.

✓ Renunció a fortalecer la salud pública. Las listas de espera no solo no se redujeron, sino que siguen aumentando y la Caja Costarricense del Seguro Social se debilita cada día más.

✓ Renunció a combatir la corrupción. Se negó a cumplir la promesa de transmitir públicamente las sesiones del Consejo de Gobierno, se ha dedicado a favorecer a sus «amigos y amigotes» y financistas de campaña, veamos:

  • Reducción de impuestos a importadores de arroz
  • Los cariñitos con los dineros del BCIE
  • Ampliación del contrato en el puerto de Caldera
  • Sobreprecio en la remodelación de la pista del aeropuerto en Liberia
  • Los permisos irregulares a su financista en Gandoca-Manzanillo

Para citar unos pocos de los casos de corrupción que se han dado apenas a mitad del gobierno.

No se habla nada de estos grandes problemas del país, ni una sola propuesta en ninguno de estos temas.

El presidente decidió, apenas a la mitad de su mandato, renunciar a cumplir sus compromisos de campaña.

Renunció a gobernar, para dedicarse, desde ahora, únicamente a la campaña electoral del 2026, con el cuento de un jaguar que ya no solo no caza, sino que ya ni siquiera ruge desde que lo asustó un mango en el parque de Nicoya.

La Dictadura y la Tiranía perfecta del presidente Chaves

Vladimir de la Cruz

El presidente Rodrigo Chaves al recibir una respuesta de los presidentes Oscar Arias Sánchez, de 1986 a 1990 y del 2006 al 2010, Rafael Ángel Calderón Fournier, de 1990 a 1994, José María Figueres, de 1994 a 1998, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, de 1998 al 2002, Abel Pacheco de la Espriella, del 2002 al 2006, Laura Chinchilla Miranda, del 2010 al 2014, Luis Guillermo Solís Rivera, 2014 al 2018 y Carlos Alvarado Quesada, del 2018 al 2022, no se desdijo de su afirmación de que Costa Rica era una perfecta dictadura. Rectificó su afirmación, su exabrupto mental político, indicando que se había equivocado, señalando que quiso calificar a Costa Rica como una tiranía perfecta y no como una dictadura perfecta, sin entender el presidente que dictadura y tiranía son sinónimos de una misma realidad política.

Tanto la dictadura como la tiranía representan un régimen político, que se ejerce por la fuerza, con violencia, donde quien lo ejerce, conocido como Dictador o Tirano, concentra todo el poder en su persona, en un grupo de personas, o en una organización.

La dictadura como la tiranía representan un sistema de gobierno autocrático en el cual la autoridad política se concentra, se centraliza, en manos de una persona, y en un pequeño grupo que le rodea, en ejercicio de ese poder absoluto.

En las dictaduras, como en las tiranías, el abuso del gobierno hace que el poder político, ejercido por la fuerza, no esté restringido por la ley, ni sometido a controles políticos, legislativos, administrativo institucionales, ni de rendición de cuentas de ningún tipo.

En las dictaduras como en las tiranías el poder surge por usurpación del mismo. En la vida republicana nacional el poder de la Presidencia, y del Poder Ejecutivo y del Legislativo, surge de procesos electorales, donde los usurpadores reales, los votantes, los electores, los ciudadanos, a los que llaman El Soberano, depositan su confianza política en una persona, el Presidente de la República, con el compromiso de que ese gobernante no mande en su propio beneficio, ni en el de su corte política, porque se convertiría en un déspota.

El Presidente Rodrigo Chaves ha acusado a los partidos políticos que, en estos 75 años, desde 1949, ejercieron el dominio del Poder Ejecutivo de ser los causantes de este régimen o sistema dictatorial o tiránico.

Los partidos políticos implícitamente denunciados como dictatoriales o tiránicos fueron la Compactación Nacional, de Otilio Ulate, 1948, presidencia que se le entregó en noviembre de 1949; Liberación Nacional, que gobernó en (1953-1958), (1962-1966), (1970-1974), (1974-1978), (1982-1986), (1986-1990); (1994-1998), (2006-2010), (2010-2014), la Unificación Nacional, que gobernó en (1958-1962), (1966-1970); UNIDAD que gobernó en (1978-1982); Unidad Social Cristiana que gobernó en (1990-1994), (1998-2002), (2002-2006), Acción Ciudadana que gobernó (2014-2018), (2018-2022) y el, que llevó al actual presidente al Poder Ejecutivo, Progreso Social Democrático que gobierna el período (2022-2026). En resumen, los partidos dictatoriales o tiránicos han sido seis. En todos esos procesos electorales han participado 152 partidos políticos con candidatos presidenciales, repitiéndose obviamente algunos de ellos.

Al referirse el presidente Chaves a los gobernantes y a sus partidos políticos, los que dirigieron la dictadura y tiranía perfecta, no dijo nada sobre la reelección constitucional alternativa de dos de esos presidentes, José Figueres (1953-1958 y 1970-1974) y Oscar Arias (1982-1986 y 2006-2010), o sobre la reelección consecutiva de tres de esos partidos, Liberación Nacional (1970-1974, 1974-1978), (1982-1986, 1986-1990), (2006-2010, 2010-2014), la Unidad Social Cristiana (1998-2002, 2002-2006) y Acción Ciudadana (2014-2018, 2018-2022, partido para el que trabajó el propio presidente Chaves, como ministro de Hacienda, en el gobierno del dictador y tirano, como lo llamó, Carlos Alvarado, donde seguro se le pegó el gusanillo del autoritarismo y de las malas prácticas políticas que quiere desarrollar.

Es difícil pensar que, con tanta participación democrática, de ciudadanos organizados cada cuatro años en sus partidos políticos, en procesos electorales, pueda haber algún matiz de dictadura o tiranía. Pero alguien sin cultura nacional, sin conocimiento histórico nacional, sin cultura política y sin cultura general puede emitir ideas descabelladas, sin asidero a la realidad que vive, como los troles que impulsa Zapote que se quedan en el ataque a los títulos de los artículos críticos, o en los ataques a los mensajeros y no en el análisis de los mensajes, porque su cacumen no da para tanto.

Características de las dictaduras y tiranías son la represión política, la ausencia de libertades y derechos ciudadanos, la violación constante de los Derechos Humanos, la represión directa y brutal de las distintas formas de disidencias organizativas y políticas respecto al tirano o dictador, el control de los medios de prensa y de comunicación social, la imposición de restricciones a la libertad de prensa, de información y de pensamiento, cierre de periódicos o medios de comunicación, confiscación de libros o impedir y confiscar la entrada de libros en las aduanas, la exclusión o prohibición de partidos políticos, la eliminación del pluralismo político, la prohibición y restricción de los derechos de movilización y protestas ciudadanas, las detenciones arbitrarias de ciudadanos, la imposición de mecanismos coercitivos y de temor en la ciudadanía en general, de hacer valer el temor reverencial al dictador o el tirano, el uso y abuso de las instituciones de Estado para perseguir y amedrentar ciudadanos, las amenazas directas, abiertas y solapadas a las instituciones universitarias, en su funcionamiento, como centros generadores de conocimiento y de pensamiento crítico, la vigilancia política de los ciudadanos, detenciones arbitrarias de personas políticamente identificadas, y, actualmente, el establecimiento de redes oficiales y no oficiales de comunicación y de información del gobierno actuando en la descalificación de las voces disidentes, de los opositores e infundiendo miedo y amenazas.

Algunos de estos elementos sí se vivieron desde 1948 hasta 1969, especialmente para aquellos que se tenían como miembros activos o militantes de los partidos de izquierda. Algunas de estas medidas impulsadas al calor del marco de la Guerra Fría y su anticomunismo mundial.

Por ello, tal vez, eso solo podría decirlo la izquierda política, particularmente el partido Comunista o Vanguardia Popular, que se le impidió participar en procesos electorales desde 1948, para la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, hasta 1975 cuando se eliminó su traba constitucional, que invalidó el Decreto No. 195 de la Junta de Gobierno, del 17 de julio de 1948, que lo ponía fuera de la ley. No recuerdo, sinceramente, que esos términos, de dictadura y tiranía, fueran usados contra los partidos políticos gobernantes de aquellos años o para caracterizar los gobiernos o el sistema democrático político que se vivía entre 1948-1975, o a sus presidentes.

El propio presidente Chaves en sus alocuciones, diatribas y peroratas, de vez en cuando, encaja la palabra “comunista” para estigmatizar, adjetivar y provocar hacia una persona un cerco de incredulidad, o falsedad, o simplemente de baja piso, sin entender ese concepto de “comunista”, porque no conoce el ABC de esa teoría, acudiendo únicamente al estereotipo peyorativo que se le da en la tradición anticomunista, del período de la Guerra Fría, y de la confrontación socialismo-capitalismo del siglo XX.

En su primera calificación, de dictadura perfecta, el presidente Chaves, extendió su afirmación a los últimos 75 años de ejercicio gubernativo y de alternabilidad de 18 gobiernos, donde ha habido 16 personas que los han ejercido, dos de ellos repitiendo una presidencia constitucional, José Figueres y Oscar Arias. En su segunda perorata mantuvo el período de 75 años, habló de tiranía y no de dictadura, eximiendo de responsabilidad dictatorial o tiránica al presidente Abel Pacheco. ¿Y al partido Unidad Social Cristiana, que escogió y puso a la gente a votar por Abel Pacheco, lo eximió de su responsabilidad gubernamental de ese período presidencial de Abel Pacheco? ¿Fue ese partido dictatorial o tiránico en ese período de Abel Pacheco? ¿Acaso ¿Abel Pacheco fue maná del cielo? ¿Quién lo escogió y financió como candidato? Es cómo preguntarse: ¿Quién escogió a Rodrigo Chaves como candidato presidencial? ¿Con cuántos grupos de personas y pequeños partidos políticos se reunió para valorar y proponer su candidatura? Esa candidatura sí fue paracaidismo político puro. ¿Se impuso en el partido Progreso Social Democrático como tirano y dictador, o bajo un proceso democrático interno de ese partido? ¿Y, la escogencia de las candidaturas a diputados en ese partido fue democrática, o fue impuesta por mecanismos dictatoriales, tiránicos, autoritarios o mesiánicos de quien iba a ser el candidato presidencial?

En estos 75 años de historia nacional, desde 1949, desde el gobierno de Otilio Ulate Blanco, no ha habido una sola dictadura militar, de partido único, personalista, monárquica, constitucional, comunista, contra revolucionaria, fascista, nazista, teocrática o dinástica. En este último aspecto no creo que el presidente Rodrigo Chaves conozca las investigaciones del poder que hizo Samuel Stone, que hace descansar los orígenes, prácticamente, de toda la casta gobernante nacional en un pequeñísimo grupo de conquistadores y gobernadores coloniales, que le podría dar fundamento para establecer tan solo las inter relaciones de familia de muchos gobernantes, con las viejas autoridades dominantes de la colonia.

Señaló el presidente Chaves, cómo característica de esta dictadura y tiranía perfecta, que ha tenido y vivido Costa Rica, que quienes llegaron a ejercer el gobierno lo hicieron por mecanismos que válidamente los eligieron en procesos electorales, como el mismo presidente Rodrigo Chaves fue electo, para el período de gobierno 2022-2026.

Obviamente, en su discurso hizo ver que en estas dictaduras y tiranías, estos tiranos y dictadores, y sus partidos políticos, manipularon el panorama político para lograr y consolidar sus gobiernos indefinidamente, engañando a los ciudadanos, a los electores, al pueblo electoral, que es el que decide y escoge el presidente, y a los diputados, de que eran los gobiernos de esos ciudadanos, cuando en la realidad eran gobiernos de esos dictadores y tiranos, que gobernaban para ellos, y su núcleo reducido de amigos y de quienes los apoyaban económica, financiera, política y productivamente.

Puso de relieve el presidente Chaves lo que los comunistas teóricamente señalaron de los gobiernos republicanos, representantes de los intereses burgueses y oligárquicos, que eran formas dictatoriales de gobierno en contra de las mayorías sociales y trabajadoras. Por eso Lenin planteó la tesis de la Dictadura del Proletariado, no por establecer una dictadura por sí, sino para señalar que la Dictadura del Proletariado era un régimen más democrático y amplio que la Dictadura de la burguesía o de la oligarquía, reducida a la democracia de un grupo social más pequeño. Chaves desnudó los gobiernos de los últimos 75 años en Costa Rica. Al único que no dejó chingo fue a Abel Pacheco.

El presidente Chaves no ha entendido que el gobierno suyo, para la Historia, es el gobierno del partido Progreso Social Democrático, que es el partido que se reconoce como partido gobernante, el que ganó en las elecciones. Como él reniega de ese partido, trata de que la Historia lo reconozca como el dictador, el tirano, el dirigente autoritario y despótico que quiere ser. Los tiranos y dictadores no tienen partidos. Sus partidos son sus “personas”, lo que ellos encarnan por sí mismos.

No pudo Rodrigo Chaves acudir al expediente de señalar que todos los gobiernos, desde 1949 hasta hoy, habían sido resultado de golpes de Estado, de autogolpes, de levantamientos militares o policiales, porque no tenemos ejército desde 1949, ni tampoco ha sido resultado del mantenimiento en el poder de un solo partido político, porque no hay en el país un sistema de partido único, ni hay, ni ha habido, una monarquía absolutista gobernando.

En los últimos 75 años, período que comprendió Rodrigo Chaves, todos los procesos electorales han sido organizados, dirigidos y confiados, para todos sus efectos, al Tribunal Nacional Electoral que se había constituido en 1946, que la Junta de Gobierno de la Segunda República, en 1948 bautizó Tribunal Supremo de Elecciones, y en la Asamblea Nacional Constituyente le dieron la independencia política administrativa como la tenían los otros poderes del Estado. En el año 1948 y 1949 este tribunal organizó procesos electorales para integrar una Asamblea Nacional Constituyente y para darle un contenido humano al Poder Legislativo que acompañaría el Presidente Otilio Ulate, a partir del 7 de noviembre de 1949, con lo cual se restableció, por la ruptura de 1948-1949, el orden constitucional de la República de Costa Rica, en esta nueva etapa, la Costa Rida de la Segunda República.

El presidente Chaves tal vez sí sea el último presidente de la Segunda República, de lo que va quedando para constituirse en una República de Segunda, con la desestructuración que se le está haciendo y con la liquidación del Estado Social de Derecho que la ha caracterizado.

¿Será o llegará a ser el presidente Rodrigo Chaves Robles el representante más idóneo del dictador y tirano, que ejerza el gobierno, el mando del Poder Ejecutivo, de una nueva República, una Tercera? ¿Hacia eso aspira? ¿Lo dirá alguno de los miércoles que vienen? Tal vez no sea una mala idea para él, solo que no la podrá llevar a la práctica porque no puede reelegirse consecutivamente, salvo que se imponga por la fuerza violentando el régimen democrático que tenemos que para él es una dictadura o una tiranía perfecta.

¿Qué diferencia habría entre una dictadura o una tiranía perfecta y un gobierno ilegítimamente originado? Las elecciones de 1944 José Figueres las consideró ilegítimas. Eso le validó su idea de tumbar al gobierno de Teodoro Picado, con ayuda internacional, de la Legión Caribe. La sublevación la impidió Otilio Ulate al encabezar la oposición política en 1946, a la muerte de León Cortes, y proponer la espera a las elecciones de 1948, en donde si hubiera fraude se levantarían en armas, como sucedió con la anulación de la elección presidencial de Ulate. Lo demás es historia conocida.

Si Rodrigo Chaves considera que se vive, y se ha vivido, en Costa Rica, bajo una tiranía y una dictadura perfecta, la pregunta que debe responder es: ¿cuál es su salida política frente a esa dictadura y tiranía perfecta? ¿Las elecciones del 2026, equiparándolas con las de 1944 y 1948? ¿O el golpe de Estado, o autogolpe de Estado ya, para enderezar el orden republicano democrático del país, que según él está amarrado por una telaraña de intereses bien consolidados, de esa dictadura y tiranía perfecta, de ese grupo macabro, tenebroso de los expresidentes de la Segunda República, exceptuando a mi querido y apreciado Dr. Abel Pacheco, que pasan conspirando contra él y su gobierno?

Un consejo público al Presidente Chaves: solicite, Presidente, en la Sala Garbo, que le pasen en privado y con su gabinete, o en la guarida de jaguares de Zapote, la película “Fata Morgama”, que la han de tener en archivo, que analiza la incomunicación, si no recuerdo mal. Léase, de Carlos Marx y Federico Engels, si tiene tiempo, “El Manifiesto Comunista”, un librillo viejo, de hace muchos años, de 1848, que tal vez tenga alguna vigencia; el “El 18 brumario de Luis Bonaparte”, “La burguesía y la contrarrevolución”, de Carlos Marx y, de Lenin, por lo menos, “El Estado y la Revolución”, “Qué hacer”, ¿La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”, y el “Trabajo del partido entre las masas”, con lo cual tal vez, si entiende estas lecturas, pueda mejorar su discurso de la dictadura y la tiranía de clases, y de la naturaleza dictatorial del poder en Costa Rica, y pueda mejorar el trabajo organizativo de sus partidos políticos hacia las elecciones del 2026, con la gente del Purral, de las zonas rurales, y marginadas que moviliza en sus giras nacionales. Enséñeles la organización y la lucha antiburguesa y anti oligárquica que ha desatado contra todos los presidentes de la Segunda República, sus partidos políticos y lo que ellos representan diferente a Usted y sus jaguares.

Compartido con SURCOS por el autor.

Conversatorio sororo «Consideraciones y alcances de la paridad plena en los procesos electorales para las mujeres políticas»

El Tribunal Supremo de Elecciones, el Foro de Mujeres Políticas, CIEP – Universidad de Costa Rica y la Benemérita Biblioteca Nacional le invitan al foro 75 años de los Derechos Políticos: logros y retos. Voto Femenino con la participación de Laura Chinchilla Miranda, Ex-Presidenta de la República de Costa Rica, Eugenia Zamora Chavarría, Presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones y Macarena Barahona Riera, Catedrática experta en análisis político.

La actividad se realizará el viernes 21 de junio a las 10:00 a.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional y se transmitirá por el facebook: Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Talleres de FLACSO para evaluar al TSE

SURCOS comparte la siguiente información.

En FLACSO Costa Rica, estamos realizando un proyecto de investigación junto con el Tribunal Supremo de Elecciones, con el objetivo de evaluar los servicios brindados por dicha entidad y queremos conocer la opinión de la ciudadanía. Para esto tendremos 3 talleres:

  1. Con personas entre 18 a 35 años. Fecha: lunes 6 de mayo, 4 pm a 7pm.
  2. Con personas de más de 35 años con grado universitario. Fecha: miércoles 8 de mayo, 5 pm a 8 pm.
  3. ⁠Con personas de más de 35 años con grado de secundaria. Fecha: jueves 9 de mayo, 5 pm a 8 pm.

Los talleres se realizarán presencialmente en las instalaciones de FLACSO Costa Rica ubicadas en Curridabat. 

Si desea participar por favor escribir a cgarcia@flacso.ac.cr  o ksalazar@flacso.ac.cr 

Organización comunitaria: El día después de las elecciones

Esteban Beltrán Ugalde.

Esteban Beltrán Ulate
esbeltran@yandex.com

Escribo desde la condición ciudadana de un apátrida de partido político que tuvo que optar por una elección a la carta en el cantón donde habito; escribo desde el sinsabor de un proceso electoral fugaz y con carencias de comunicación asertiva; pero también, escribo desde la convicción de que las grandes transformaciones se pueden gestar desde lo local. La reflexión que comparto es producto de una serie de conversaciones con vecinos y amigos tanto de mi comunidad como de otras comunidades: “Ahora ¿Qué hacer?”

La abstención en el proceso electoral municipal, como el resultado de una serie de fenómenos multifactoriales, muestra que lo local, lo cercano, lo íntimo del tejido social, se encuentra desplazado del imaginario. Lo anterior, con un especial tinte en los territorios urbanos, -donde se identifican las grandes concentraciones de personas-, parece contradictorio, ahí donde más personas habitan, hay menos interés en la respuesta política para atender lo que afecta de manera directa la convivencia y el tejido social. Frente a esto es que, resulta urgente evitar el círculo vicioso, huir de la misma piedra a la que acostumbramos a chocar cuando tomamos el mismo camino cada mañana, dicho de otra manera, es momento de diseñar una ruta que permita a las comunidades animar el tejido social, que será la condición necesaria para un giro en los resultados de los procesos electorales, con miras a una transformación radical y no una media tinta (en el mejor de los casos).

Las comunidades deben tomar el poder, desde la construcción de proyectos externos a la institucionalidad, la organización popular con base en proyectos específicos es la manera elemental a partir de la cuál se puede despuntar un proceso que, a mediano o largo plazo, puede convertirse en la fuerza de voluntad colectiva capaz de asumir también la gobernanza desde lo institucional. Quiero ser más preciso y aclarar lo anterior de la siguiente manera: la organización popular puede y debe iniciar desde la necesidad específica que golpea la realidad de la comunidad, y, a partir de ahí, por medio de reflexión y acción, construir un poder que se legitima con el andar. Para que, una vez construido el poder de manera colectiva, la posibilidad de acceder a una legitimación de poder institucionalizado se alcance por añadidura.

Los partidos políticos han de ser ante todo movimientos donde la voluntad colectiva sea el resultado de un diálogo diáfano. El “qué hacer” no debe ser una pregunta sino una acción que parte del “hacer con quién”, el tejido social está roto, hay que empezar a anudar, ahí en medio de las tensiones de los “distintos” que miran hacia “lo común”, es ahí donde nace el poder como común-unidad. Estos nudos implican un reconocimiento del vecino, de la vecina, de los animales con los que coexistimos, del ambiente desde el que interactuamos. El día después de las elecciones, es el día adecuado para salir al encuentro del otro, en la comunidad, e iniciar la tarea de tejer un proyecto, donde en medio de la diferencia se pueda caminar hacia un horizonte común.

El Consejo Permanente de la OEA debe pronunciarse para que cesen los ataques al proceso electoral en Guatemala – pronunciamiento

Pronunciamiento de organizaciones internacionales de derechos humanos

Las Américas 1 de septiembre de 2023. Las organizaciones internacionales firmantes solicitamos al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que en la sesión extraordinaria programada para este día, en la que cual se tratará la crisis electoral de Guatemala, se emita un pronunciamiento contundente para que se respeten los resultados electorales, se garantice la seguridad del presidente y vicepresidenta electos Bernardo Arévalo y Karin Herrera, cesen las represalias judiciales contra las autoridades electorales y el partido Movimiento Semilla. Consideramos importante que el Consejo Permanente haga referencia a la Carta Democrática y demande al Estado de Guatemala respetar el proceso electoral y el orden constitucional.

Luego de las elecciones del 20 de agosto, la fiscal general Consuelo Porras y el Ministerio Público solicitaron el retiro de inmunidad de tres magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y del Registrador de Ciudadanos, y solicitaron información de todas las personas que integraron las juntas electorales. Como resultado de estas presiones, fue suspendida provisionalmente la personería jurídica del partido Movimiento Semilla y la Junta Directiva del Congreso decidió arbitrariamente desconocer a la bancada del partido Semilla y declarar como diputados independientes a los congresistas de dicho partido.

Nos preocupa que estas acciones estén orientadas a deslegitimar los resultados del proceso electoral y tratar de impedir la toma de posesión del presidente electo Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera, así como los diputados del partido Movimiento Semilla que fueron electos. Por esta razón nos parece necesario un pronunciamiento urgente por parte del Consejo Permanente de la OEA.

Adhesiones:

Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL)

La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA)

Fundación para el Debido Proceso (DPLF)

Robert F. Kennedy Human Rights

Be Just

Impunity Watch Guatemala

Plataforma Internacional contra la Impunidad

American Jewish World Service (AJWS)

Guatemala Human Rights Commission (GHRC)

Latin America Working Group (LAWG)

Programa ACTuando Juntas Jotay

Protección Internacional Mesoamérica

Imagen: https://dialogopolitico.org

El reto es fortalecer la participación en las elecciones nacionales 

José Luis Pacheco Murillo

En los procesos electorales la pretensión es que la participación sea la mayor posible. Precisamente por ello hay una gran preocupación por el aumento exponencial del abstencionismo en los diversos procesos electorales que se han desarrollado.

La falta de participación de los ciudadanos tiene serias implicaciones, en primer lugar, con relación a la legitimación del proceso pues entre menos participación haya menos legítimo es el proceso. Además, a quienes se elige de igual manera gozan de poca legitimación.

Nos encaminamos a un nuevo proceso electoral. El próximo 5 de febrero se elegirán las autoridades municipales y la pretensión es que haya una excelente participación y se disminuya la cifra de abstencionismo que ha habido en los procesos anteriores.

Hay un elemento importante que se debe tomar en cuenta y es el traslado de personas a lugares diferentes a los que vivieron anteriormente y ante eso las leyes han previsto la posibilidad de realizar traslados electorales, es decir, que se proceda a registrar el nuevo domicilio y así poder participar en el proceso electoral venidero.

Si se vive en un lugar determinado se asume la responsabilidad de buscar lo mejor para ese lugar y una de las primeras responsabilidades es elegir a los mejores para dirigir los destinos del cantón.

Hasta el próximo tres de octubre los ciudadanos tienen la posibilidad de cambiar su domicilio electoral y poder participar en las elecciones municipales eligiendo a las personas propuestas en el cantón en el que habitan. Eso debería ser prioridad y eso ayudaría a disminuir la estadística del abstencionismo.

Dios quiera que se tome conciencia de lo importante de la participación ciudadana en el proceso electoral y que aquellos que deben hacer traslado electoral procedan a realizarlo.

Las mujeres candidatas

Vladimir de la Cruz

En el sistema electoral costarricense a finales del siglo XIX, por la participación que tuvieron las mujeres en la movilización del 7 de noviembre de 1889, orientada a detener un supuesto fraude que se tramaba contra las elecciones, el Presidente José Joaquín Rodríguez, 1890 – 1894, propuso el reconocimiento de voto de la mujer, sin que esto pudiera concretarse.

En la década de 1910-1920 se iniciaron los movimientos feministas en el país para lograr este Derecho, lucha que se mantuvo por las décadas siguientes. Con el Partido Comunista de Costa Rica, fundado en 1931, se empezó a plantear la plena igualdad jurídica de hombres y mujeres en materia política y electoral.

Las luchas de la mujeres se dieron en distintas formas, no solo en el campo del sufragio, que amainaron frente a las luchas políticas, sociales y sindicales que cobraron fuerza.

En la década de 1940-1948 se intensificaron las luchas de las mujeres en el ámbito político y en la defensa del sufragio frente a las acusaciones que se hacían a los procesos electorales de 1944 y 1948.

El Golpe de Estado que llevó a José Figueres a tomar el Poder, y fundar la Junta de Gobierno de la llamada Segunda República, 1948-1949, atrasándole la Presidencia a Otilio Ulate, vencedor de las elecciones de 1948, en cuya defensa se había realizado el movimiento armado de Figueres, hizo también que Figueres convocara la Asamblea Nacional Constituyente, que funcionó durante 1949, terminando sus funciones el 7 de noviembre, momento en el cual también cesó el Golpe de Estado, al asumir Otilio Ulate la Presidencia de la República.

La Asamblea Nacional Constituyente estableció en la materia político electoral el voto universal, con lo que se reconoció el voto de la mujer costarricense. Desde entonces se integró la mujer al ejercicio del sufragio, como uno de los derechos más sagrados que gozamos y tenemos los costarricenses.

La primera vez que las mujeres costarricenses pudieron ejercer su derecho al voto fue en unas elecciones cantonales, a propósito de un Plebiscito que se hizo en el Distrito de la Tigra en San Carlos en 1950, siendo Bernarda Vásquez, vecina de la Tigra la primer mujer en ejercer el voto.

A nivel nacional fue a partir de las elecciones de 1953 cuando empezaron a gozar de la igualdad política de elegir y también de ser electas. En esta ocasión fueron electas las primeras tres mujeres parlamentarias, Ana Rosa Chacón González, María Teresa Obregón Zamora y Estela Quesada Hernández. Desde entonces han sido electas, cada vez más con mayor cantidad de mujeres porque la legislación ha avanzado obligado la paridad vertical y horizontal en la colocación de las mujeres en las listas de candidatos que ofrecen los partidos.

De esta manera desde 1953 hasta el 2018 han obtenido las mujeres los siguientes escaños legislativos

1953    3
1958    2
1962    1
1966    3
1970    5
1974    4
1978    5
1982    4
1986    7
1990    8
1994    9
1998    11
2002    22
2006    25
2010    23
2014    20
2018    26

Igualmente han presidido la Asamblea Legislativa, siendo la primera en hacerlo, en 1986, Rosemary Karpinski Dodero, luego Rina Contreras López y las últimas, en el actual gobierno Carolina Hidalgo Herrera y Silvia Hernández Sánchez.

De todas las diputadas 10 han repetido una vez la diputación.

En cuanto a candidatas en la fórmula Presidencial empezaron a aparecer, como candidatas a la Vicepresidencia, por primera vez en 1970, cuando la izquierda, con el Partido Acción Socialista postuló a Luisa González Gutiérrez

En los siguientes procesos electorales, a partir de 1978 se mantuvieron en la lista como Vicepresidentas de esta forma:

1978, Lucila Garro Bogantes por la Organización Socialista de los Trabajadores,

1982, Jeannette Bolaños Paniagua y Alicia Soto Blanco por el Partido Demócrata,

1986, Victoria Garrón Orozco por Liberación Nacional, de nuevo Luisa González Gutiérrez por Alianza Popular,

1990, Meta Figueres Boggs por Liberación Nacional, Vilma Soto Alvarado y María Avila Rojas por el Partido Alianza Nacional Cristiana, y Nidia Herrera Bonilla por el Partido Revolucionario de los Trabajadores en Lucha,

1994, Rebeca Grynspan por Liberación Nacional, Mabel Nieto Cartín por la Unidad Social Cristiana, María García Pérez por Fuerza Democrática, María de los Angeles Quesada por el partido Alianza Nacional Cristiana, y Mayra Arias Tuk por el Partido Independiente,

1998, Astrid Fischel Volio y Elizabeth Benito Odio por la Unidad Social Cristiana, Rosemary Karpinski Dodero y Joyce Zurcher Blen por Liberación Nacional, Alcira Castillo Martínez y Odalía Calderón Solano por Fuerza Democrática, Ana Rita Cañas Ruiz por el partido Integración Nacional, Ana María Pérez por el partido Demócrata, Patricia Odio Iglesias por el Movimiento Libertario, Ligia Arias Rodríguez por el partido Nacional Independiente, Mavis Pearson Sawyers por el partido Alianza Nacional Cristiana, Pueblo Unido a Norma Vargas Duarte y Ana Cecilia Jiménez, Marianita Harvey Chavarría por partido Nuevo Partido Democrático, y por el Partido Independiente la fórmula fue completa en los tres puestos, Yolanda Gutiérrez Ventura, Leda María García Pérez, Rafaela Dobles Hidalgo.

2002, Lineth Saborío Chaverri por la Unidad Social Cristiana, Sandra Pizk Feinzilber por Liberación Nacional, Sadie Bravo Pérez por Acción Ciudadana, Otilia Chacón Chacón por el Movimiento Libertario, Elizabeth Delgado Alvarado por Integración Nacional, Anabel Artavia Montero y Marjorie Santamaría Monge por Fuerza Democrática, Ana María Corrales Solís por el partido Unión General, Ligia María Arias Rodríguez por el partido Patriótico Nacional, Ana Quesada Gómez y Vilma Soto Alvarado por Alianza Nacional Cristiana y Nora Fallas Solano por Rescate Nacional.

2006, Laura Chinchilla por Liberación Nacional, Epsy Campbell Barr y Marita González Vega por Acción Ciudadana, Ana Alfaro Masis por el Movimiento Libertario, Liliana Salas Salazar por la Unidad Social Cristiana, Eleonora Badilla Saxe por Unión para el Cambio, Sadie Britton González por Unión Nacional, Floribeth Acosta Jiménez por Renovación Costarricense, Emilia Rodríguez Arias por Alianza Democrática Nacionalista, Anabel Artavia Martínez y Marjorie por Fuerza Democrática, Patricia Ramos por Coalición Izquierda Unida, Gloria Valerín Rodríguez y Emilia Molina Cruz por Unión Patriótica.

2010 Laura Chinchilla Miranda de Liberación Nacional, Mónica Segnini Acosta por Acción Ciudadana, Lorena San Román por el Movimiento Libertario, Iris Zamora Zumbado por la Unidad Social Cristiana, Lilliette Gutiérrez Rojas por Partido Accesibilidad sin Exclusión, María Barahona Riera por Alianza Patriótica, Vivian González Trejos por Integración Nacional.

2014, Ana Elena Chacón Echeverría por Acción Ciudadana, Silvia Lara Povedano por Liberación Nacional, Dagmar Facio Fernández por el Frente Amplio, Abril Gordienko López por el Movimiento Libertario, Patricia Vega Herrera por la Unidad Social Cristiana, Lisbeth Quesada Tristán por Patria Nueva, Rose Mary Zúñiga Ramírez por Restauración Nacional, Ana Dinorah Rodríguez Rojas por Renovación Costarricense, Zulema Villalta por Accesibilidad sin Exclusión, Luz Mary Alpízar Loaiza por Nueva Generación, Jessica Barquero por el Partido de los Trabajadores, Carmen Lidia Pérez Ramírez por Avance Nacional y Vivian González Trejos por Integración Nacional.

2018, Epsy Campbell Barr por Acción Ciudadana, Ivonne Acuña Cabrera por Restauración Nacional, Victoria Gamboa Ross por Liberación Nacional, Edna Camacho Mejía por la Unidad Social Cristiana, María Cecilia Moreira por Integración Nacional, Rosemarie Carro por el Republicano Socialcristiano, Vivian Quesada por el Movimiento Libertario, Laura Hall Moore por el Frente Amplio, Sol Echeverría Hine por Nueva Generación, Laura Fernández Delgado por Alianza Demócrata Cristiana, Sigrid Umaña Alvarez por Renovación Costarricense, Sigrid Umaña Alvarez por Accesibilidad sin Exclusión, y a Jessica Barquero por el Partido de los Trabajadores.

Para las elecciones próximas de febrero del 2022 ya tenemos las siguientes candidatas en la papeleta presidencial, como vicepresidentas o presidentas, y algunas de ellas, en doble candidatura, presidenta y primer lugar de diputada por San José:

Por el partido Nueva República a la Vicepesidencia Alexandra Loría Beeche, por la Unidad Social Cristiana a Lineth Saborío Chaverri, candidata Presidencial, y por el Partido Unidos Podemos a Natalia Díaz Quintana, quien es a la vez candidata a Presidenta y a diputada por San José. Esta doble postulación la están impulsando candidatos hombres en otros partidos.

En el escenario se anuncian posibles candidatas dentro de quienes postulan en el Partido Acción Ciudadana como Marcia González Aguiluz y Carolina Hidalgo Herrera.

No hay a la vista ninguna otra candidata disputando la candidatura a la Presidencia o participando de la fórmula vicepresidencial, pero las habrá porque es obligatorio llevar al menos una candidata.

Para las elecciones de febrero ya hay 18 partidos habilitados para participar, y en posibilidad de llegar a participar si logran inscribirse a tiempo alrededor de una docena más.

De todas estas candidaturas solo una vez, en el 2010, fue electa una mujer como Presidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda, 2010-2014, quien abrió la puerta y la esperanza para otras mujeres de llegar a ser electas.

Entre las que ya están de candidatas me parece que la que más posibilidades puede tener, de ser electa Presidenta, es la candidata de la Unidad Social Cristiana, Lineth Saborío Chaverri. Su victoria aplastante en la Convención de su partido la destacó como eficiente organizadora y lidereza. En lo particular me satisface que haya derrotado, con la paliza que le dio a Pedro Muñoz, que se mantuvo en toda su campaña como arrogante, petulante, grosero con periodistas, con actitudes machistas electorales, blandiendo armas y estandartes de derecha, renunciando con ello a la vieja tradición de ese partido, especialmente a la historia que lo levantó en la década de 1940-1948, de partido reformista aliado a los comunistas. Por el contrario Pedro Muñoz exaltaba sus posturas derechistas, mientras Lineth y el mismo Erwen Masís mostraban más cautela.

En la Convención de la Unidad Social Cristiana sin lugar a dudas Erwen mostró también la sutileza de su trabajo desde las cantonales y logró imponerse en el segundo lugar muy honrosamente.

Pedro Muñoz por ahora cabó su propia tumba en la que se autosepultó en la Convención. Su derrota fue política, después de esto le queda poco por hacer, parlamentaria porque nadie le reconoció nada de su paso por la Asamblea Legislativa, o porque le conocieron bien su paso y no le apoyaron y moral, por la forma chabacana con que se manejó en su Convención. Debió haberle hecho caso a Miguel Angel Rodríguez cuando llamó a buscar una coalición.

Aún sin coalición, en este momento, la candidatura de Lineth si sabe articularse a banderas sociales puede pelear la Presidencia de la República, o asegurar, si así fuere un lugar para una segunda vuelta electoral en caso de que llegue a darse. Esto dependerá de quien lleve en las otras candidaturas y especialmente en la de diputados.

Si esta Asamblea Legislativa se ha lucido por su derechismo político la próxima se espera que camine hacia un progresismo social. Al menos una buena parte del electorado espera esto. Y eso lo veremos con la integración de las papeletas de todos los partidos y de quienes encabecen los puestos más fáciles de ser electos.

Las Cámaras empresariales se están moviendo con la intención de asegurar en algunos de estos partidos sus representantes directos como diputados de esos partidos. Los movimientos sociales debieran hacer lo propio.