Ir al contenido principal

Etiqueta: protesta social

Sobreseimiento definitivo para Carlos Andrés Pérez Sánchez

Surcos comparte la siguiente información:

La Protesta Social es un Derecho Humano

La Asociación Costarricense de Derechos Humanos (ACODEHU), el Bloque de Vivienda Nacional, la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT), la Coordinadora Campesina y el Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC) solicitamos de forma vehemente al Estado costarricense la cesación de la persecución política en contra de personas defensoras de derechos humanos. Así, exigimos EL SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO para el joven trabajador y sindicalista de 28 años Carlos Andrés Pérez Sánchez, obrero de la Refinería Costarricense de Petróleo (RECOPE) quien ha sido acusado de manera ilegítima de supuestos delitos que jamás ocurrieron.

Carlos Andrés es una víctima más de la persecución política, administrativa y judicial ejecutada por el estado a través del Poder Ejecutivo, RECOPE y la Fiscalía General de la República. Una persecución sistemática que ha sido alimentada a través de los medios de comunicación hegemónicos que ejercen una dictadura mediática complaciente de los intereses de las élites económicas.

Carlos Andrés fue detenido injustamente el 11 de septiembre del año 2018 cuando, en ejercicio de su derecho fundamental a la manifestación pacífica reconocido en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos, suscritos y debidamente aprobados por Costa Rica, se le acusó de causar daños a bienes propiedad de RECOPE, institución para la cual trabajaba. Carlos Andrés en un acto heroico acudió a atender una emergencia de una posible fuga de gas en las instalaciones de su trabajo, acción para la cuál ha sido preparado como parte de las medidas de atención de riesgos ante eventuales peligros. Hecho que se da durante el período de huelga acontecido durante el año 2018 en contra del combo fiscal (Proyecto Ley 20.580. Ley de Modernización de las Finanzas Públicas) promovido por el gobierno central y la Asamblea Legislativa; huelga que él apoyaba dentro de los límites del ordenamiento jurídico, esta es la verdadera razón del por la cual es acusado.

Este joven trabajador y padre de familia, fue sometido a un juicio mediático a nivel nacional, siendo catalogado por los medios de comunicación más poderosos como un terrorista, inclusive fue acusado por el presidente de la república, Carlos Alvarado Quesada, sin antes tener un juicio en el cual se demostrara su culpabilidad, violentando así el principio constitucional y penal de inocencia.

Posteriormente fue sometido a un amañado juicio penal de flagrancia donde es declarado culpable, juicio que luego fue anulado por el Tribunal de Sentencia Penal del II Circuito Judicial de San José al demostrarse vicios de nulidad en el fallo condenatorio emitido por el juez Sergio Céspedes Rivera (Tribunal del Flagrancia de Limón, causa 18-000244-1130-PE), quien en primera instancia fue amonestado, ordenando la liberación de Carlos (26 de febrero, 2019).

Carlos Andrés Pérez Sánchez ha tenido que sufrir el injustificable peso de atravesar un proceso penal donde estuvo detenido en prisión durante 100 días, como preso político, condenado en un juicio con serios vicios procesales. Todo esto a pesar de que el material probatorio, el análisis fáctico y jurídico del caso, señalan claramente su inocencia. Además, a nivel de derechos laborales, fue despedido de su trabajo arbitrariamente sin responsabilidad laboral, causando un impacto en la estabilidad emocional y económica a nivel personal y familiar.

Por todo lo anterior, como organizaciones del movimiento social defensoras de los Derechos Humanos solicitamos se declare el sobreseimiento definitivo a Carlos Andrés Pérez Sánchez, con fundamento en el inciso a) del artículo 311 del Código Penal, que dicta que procederá el sobreseimiento cuando el hecho denunciado no se realizó o no fue cometido por el imputado.

Hacemos un llamado a las personas comprometidas con la justicia social, a las organizaciones sociales nacionales y a la comunidad internacional para que se solidaricen con Carlos Andrés, denuncien la violación sistemática de derechos fundamentales que sucede en Costa Rica y se unan para denunciar la represión y persecución penal, civil y política contra quienes ejercen el legítimo derecho a la protesta social. A la vez, convocamos a hacernos presentes los días 24 y 25 de febrero a los Tribunales de Limón, para recuperar la confianza en los tribunales de justicia y se dicte el SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO A CARLOS ANDRÉS PÉREZ SÁNCHEZ.

PROTESTAR NO ES UN DELITO, ES UN DERECHO HUMANO
Firmas responsables:

ACODEHU, CUT, MTC

Bloque de Vivienda Nacional,

Coordinadora Campesina

Costa Rica

Por lo que le solicitamos adscribirse como persona o como organización a Petición  del SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO para compañero Carlos Andrés Pérez Sánchez, joven obrero de Costa Rica víctima de persecución penal y política desde la huelga 2018.

https://forms.gle/M6DnYU17m19CZ9b8A

Gracias de antemano.

UCR: PROYECTO RECUPERA MUESTRAS GRÁFICAS DE PROTESTAS ESTUDIANTILES DEL 2019

Facultad de Ciencias Sociales durante la toma. Foto UCR.

Autoría: Esteban Umaña Picado (Periodista Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social)

El 17 de octubre de 2019, con una papel arrancado de un cuaderno al frente de la Escuela de Geografía comenzó la toma de la Faculta de Ciencias Sociales, la toma de la sede de Puntarenas y de San Ramón de la Universidad de Costa Rica (UCR) y  la toma del Campus Omar Dengo de la Universidad Nacional (UNA), situación que se extendió durante 14 días. Una serie de inconformidades que se acumularon a lo largo de meses explotaron con la agresión policial hacia estudiantes de la UNA durante la toma del Campus Omar Dengo, así como una disputa sobre el redireccionamiento sobre el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).

La toma dejó como resultado una serie de intervenciones artísticas sobre el edificio de la Facultad de Ciencias Sociales, un edificio considerado frío y gris por sus estudiantes fue el lienzo de expresión de varias voces, pensamientos, protestas, descontento y propuesta sobre la realidad universitaria y nacional.

Por esta razón se crea el proyecto EC- 536 “Gráfica de protesta. Memoria visual de la lucha estudiantil costarricense contemporánea”, el cual tiene como objetivos explorar la relación entre la gráfica de protesta y la memoria de las luchas estudiantiles, así como construir un archivo virtual y de acceso público de las intervenciones gráficas realizadas durante las protestas.

Para el coordinador del proyecto, Sergio Villena, las protestas se dieron por múltiples razones principalmente por los recortes presupuestarios, hasta el descontento por el edificio, la distribución del espacio y la falta de espacios comunes de socialización.

Como parte del proyecto se rescataron las muestras gráficas por medio de fotografías, se generaron alrededor de 1200 fotografías panorámicas y se dividieron en 5200 segmentos cuyos contenidos se analizaron y categorizaron según sus mensajes y temáticas.

Por otra parte, se registran las notas de prensa, los comunicados del movimiento estudiantil así como los de Rectoría y Consejo Universitario

Además durante la investigación cualitativa se realizaron 30 entrevistas a profundidad en su gran mayoría a estudiantes. En el análisis del contenido de los textos se determinaron numerosas referencias a canciones y músicos por lo que se desarrolló una lista de canciones en la plataforma Spotify y se estableció lo que Villena llama “ la banda sonora de la protesta”.

Como parte de los productos se diseñó el sitio web https://graficadeprotesta.wordpress.com donde se aglomera y publican las muestras gráficas e información.

Para Villena el objetivo principal es el análisis del movimiento estudiantil y el contexto en el que se dan estas protestas.

Durante el siguiente video documental, Pablo Zagt, expresidente de la Asociación de Estudiantes de Geografía  y  Gabrielle Herrera, expresidenta de la asociación de estudiantes de Psicología durante el 2019, comparten su principales vivencias durante la toma, así como sus reflexiones sobre las causas y motivaciones de las protestas. Por su parte, Sergio Villena añade su análisis y motivaciones de estudio y rescate de la gráfica documentada.

En política es preciso distinguir lo esencial de lo irrelevante

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (16)
Tercera época.

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Ni siquiera como un mero “entertainment”, en el más cabal y preciso sentido de la expresión anglosajona, es decir con una diversión, espectáculo o entretenimiento para las gentes, es que podríamos asumir, o definir la naturaleza singular de lo que ocurrirá en Costa Rica, el primer domingo del mes de febrero del año que tendrá su inicio, dentro de un par de semanas más. Nos encontramos ya ante el despliegue de los componentes de un espectáculo de dudosa calidad, diseñado para un público poco exigente, la que ha venido disminuyendo, de manera sostenida, con el paso de los años, y de las sucesivas décadas transcurridas, lo que considerado en los términos más castizos, de la lengua castellana de la que hacemos empleo cotidiano (la nuestra, la de las américas, no la de los veleidosos peninsulares), conduce a que la palabra “diversión” asuma la connotación negativa de alejamiento de la realidad, de oscurecimiento de nuestra capacidad de distinguir lo esencial de lo puramente accesorio, algo que se intensifica con el excesivo número de comediantes que viene tomando parte en la representación. De nuevo, nos encontramos con que Alberto Cañas Escalante tenía razón: la gradería de sol asaltó la cancha e incluso los palcos.

Tan grave es todo esto que no hemos podido darnos cuenta aún que las decisiones más importantes para el rumbo económico, político y social de este país centroamericano durante los próximos años ya fueron tomadas, en otro escenario y por otras gentes que permanecen, casi siempre en la sombra: esas que conforman los poderes fácticos. Lo único a lo que puede dar lugar el resultado del mencionado evento electoral es el nombre de quienes serán los encargados (as) de ejecutar lo que ya se decidió en otra parte.

Las decisiones tomadas y ejecutadas, a mansalva y contra todo intento de protesta, (la que puede ser sancionada hasta con diez años de cárcel, según ley impulsada por el diputado “liberacionista” Carlos Ricardo Benavides y aprobada en el transcurso del año de 2019) durante los últimos años por el gobierno de la coalición PAC, PLN, PUSC y FA, formada en abril de 2018, con el concurso entusiasta de los pseudocristianos de Restauración Nacional (vaya nombre, ¿serán reaccionarias estas gentes?) y Nueva República, como el non plus ultra del neopentecostalismo criollo, con su teología reaccionaria de la prosperidad, ya decidió el destino final o postrero de la Segunda República, inaugurada setenta años atrás, al igual que el pacto social de entonces que definió la existencia de nuestro estado social de derecho: en estos meses esperaban aprobar la nefasta ley de empleo público y consumar el saqueo de la Caja Costarricense del Seguro Social, cuya privatización sigue en camino (Ver editorial del diario La Nación del lunes 13 de diciembre de 2021).

El simple hecho de decir eso de que la “fiesta” se acabó, y por lo tanto el estado no tiene más plata cuando alguien se refiere, por ejemplo, al saqueo sistemático de que han venido siendo objeto los regímenes de pensiones, los programas sociales y las instituciones públicas por parte de los políticos de oficio que durante las últimas décadas han venido desmantelando la Segunda República, y el estado social de derecho, pilares de la vieja socialdemocracia costarricense, es algo que constituye no sólo un acto cínico per se, sino también la consagración de un régimen deshumanizado, cínico y mentiroso. Lo peor de todo, es que tales afirmaciones son omisas en cuanto a señalar a ¿quiénes son los que de verdad han venido saqueado las arcas públicas de este país? Y ¿cuál ha sido su modus operandi?

Hoy, están de moda y al uso corriente los odios más increíbles e irracionales, todo a la manera del universo totalitario del Londres de 1984, ese que George Orwell imaginó y delineó a mediados del siglo anterior como una especie de profecía maldita, la que vino a materializarse en este cambio de siglo. Son los tiempos del odio a la Costa Rica que crearon José Figueres Ferrer y Daniel Oduber Quirós, la que nos dio oportunidades a muchos costarricenses de la generación del Baby Boom, la de los que nacimos al concluir la Segunda Guerra Mundial. En estos días, los restos descompuestos de lo que fuera aquel PLN tan importante se unen al coro de los que odian su utopía originaria para abrazar la distopía de la insolidaridad social y el sálvese quien pueda. Ya no es sólo el odio a un “comunismo” que nunca existió sino también a aquella socialdemocracia criolla, aquella que le dio solución de continuidad la Reforma Social de los años cuarenta, con razón Daniel Oduber Quirós(de grata memoria) no soportaba a los mediocres y a los infiltrados que ya se preparaban para destruir ese partido…la plaga del PAC y otros amarillos diz que de izquierda se encargaron, en este cambio de siglo, de machacar los clavos del ataúd en la hora final de la Costa Rica democrática y social para darle lugar al falso liberalismo, a los monopolios privados de Riteve, Meco, APM y otros, todo en nombre de un libre mercado que no existe que siga la robadera, la fiesta fue ellos y nosotros la tenemos que pagar No habrá fuerza planetaria capaz de cambiar ese rumbo, impuesto e impulsado por una oligarquía, que ha visto culminar sus sueños restauradores en el tiempo histórico de la larga duración. Su gratitud hacia el joven Carlos Alvarado es inconmensurable, ha hecho el trabajo sucio con una vocación digna en encomio y con una devoción, a prueba de toda desviación “populista” (esa mala palabra que sirve para consolar a los incautos y reclutar a los tontos, a semejanza de lo que ocurría con el fantasmagórico e indefinible “comunismo”). El elegido o elegida se encargará de administrar lo que otros decidieron en escenarios diferidos, ya lo verán a partir de mayo de 2022, mientras tanto el andamio del PAC que tanta utilidad les prestó ya puede ser desechado.

Cambio de modelo en Chile: ¿El norte estará en el sur?

Luis Fernando Astorga Gatjens

El triunfo electoral de Gabriel Boric sobre José Antonio Kast, en la segunda ronda de las elecciones presidenciales chilenas del 19 de diciembre anterior, tuvo su fragua en octubre del 2019, en un país marcado por un inesperado estallido social de alcances tsunámicos.

En ese octubre pre pandémico, cuando el gobierno de Sebastián Piñera decretó un aumento del valor de los boletos del Metro de Santiago, los estudiantes protestaron brincándose los molinetes de ese sistema de transporte. Lo que fue inicialmente una acción puntual de protesta derivó pronto en un movimiento generalizado en la capital y en otras ciudades del país austral.

El fuerte contraste entre una élite económica y política, beneficiaria directa del modelo neoliberal y que se rodeó golosamente de privilegios, frente a amplias mayorías empujadas a la pobreza, acumuló las condiciones propicias para el intempestivo estallido social.

El modelo chileno que los políticos y medios adeptos a esa doctrina, habían convertido en un referente internacional, se derrumbó como un castillo de naipes. El proyecto marcado por la reducción del rol del Estado y la expansión del papel del sector privado, que impulsó e impuso la dictadura de Augusto Pinochet, con la asesoría de Milton Friedman, no resistió la acumulación de injusticias y desbalances sociales.

Las protestas fueron duramente reprimidas por la policía con un saldo tan trágico como doloroso: 20 muertos, 233 heridos y más de 700 personas detenidas. Empero la represión fue más gasolina que agua. Y lo que fueron, inicialmente, reivindicaciones económicas y sociales (centradas en pensiones, salud, educación) se tornaron en exigencias políticas. Ganó fuerza el reclamo de una Convención Constituyente que pusiera fin a la camisa de fuerza que ha sido la Constitución, creada a imagen y semejanza de la dictadura de Pinochet.

La acción de la protesta social fue tan fuerte que el gobierno de Piñera no tuvo más remedio que convocar a un referéndum para determinar si la ciudadanía estaba de acuerdo con iniciar un proceso constituyente, para redactar una nueva Constitución y también para fijar el mecanismo del proceso. Originalmente, el referéndum fue convocado para el 26 de abril de 2020, pero a causa de la pandemia de la covid-19, hubo de ser pospuesto para el 25 de octubre del mismo año. El resultado aprobatorio fue contundente: Mas del 78 % de los que votaron dijeron que si aprobaban la Constituyente mientras menos del 22 % se inclinó, por lo contrario.

Así las cosas, el 15 y 16 de mayo de 2021 los electores chilenos acudieron a elegir a 155 constituyentes encargados de redactar la nueva Carta Magna. Más de 6,3 millones votaron. Los resultados representaron una abrumadora derrota para la derecha, ya que, de los 155 elegidos, 48 fueron independientes, 52 de la oposición, los pueblos originarios obtuvieron 17 puestos y el oficialismo tan solo 38. Una cifra a todas luces insuficiente para fijar la agenda y acuerdos de la Convención, que arrancó sus tareas el 4 de julio de 2021 y las completará a finales de junio de 2022.

El 21 de noviembre de 2021 se celebraron los comicios para elegir quien dirigirá, desde la presidencia, los destinos de Chile entre 2022 y 2026. También fueron electos los senadores, diputados y consejeros regionales. A raíz de las situaciones y procesos desarrollados a partir de octubre de 2019, se esperaba un claro triunfo del candidato de la coalición de izquierda, “Apruebo Dignidad”, Gabriel Boric, aun cuando los números no le alcanzaran para evitar el balotaje. Sin embargo, en un resultado inesperado, el candidato ultraderechista, José Antonio Kast se impuso sobre Boric por dos puntos.

Este resultado envalentonó a la derecha que esperaba ganar en la segunda ronda, que se celebró el 19 de diciembre. Para esta elección se confabularon todos los ingredientes para la polarización política. Se enfrentaban dos proyectos diametralmente opuestos.

Kast (55 años), neoliberal confeso, detractor de la Convención Constituyente, simpatizante de Pinochet, admirador de Trump y Bolsonaro, y con una serie de proyectos amenazantes para los imperativos avances sociales y los derechos humanos, frente a Boric (35 años), líder de la nueva izquierda chilena, madurado al calor de las luchas estudiantiles y sociales, adversario abierto del modelo neoliberal e impulsor de una Constitución que sea llave y matriz de la imperativa e impostergable justicia social para un pueblo marcado por lustros de desigualdad y pobreza, en medio de la concentración indignante de la riqueza de las élites.

El 19 de diciembre se jugaba entonces algo más que una elección entre dos candidatos presidenciales; se jugaba la perpetuación del modelo neoliberal frente a su progresivo desmantelamiento. Eso lo comprendió el pueblo de Chile que acudió a las urnas en un porcentaje mayor que en la primera ronda y le dio un contundente triunfo a Boric (55,87 %) sobre Kast (44,13 %).

El nuevo presidente tomará posesión del cargo, en marzo de 2022 y tendrá como desafío el cambio de modelo, con la abierta oposición de la derecha y las élites económicas, cuyo peso es significativo. Eso se puso de manifiesto al día siguiente de la elección de Boric, cuando esa abstracción denominada mercado (que no son otra cosa que empresas y personas de carne y hueso), mostró su descontento con la caída de la bolsa de Santiago mientras el peso sufrió una significativa depreciación.

La elección de Boric no solo es muy importante para Chile. Lo es para América Latina, región donde las fuerzas progresistas han ido ganando terreno.

Chile ha sido destacado como un “milagro económico” aunque ese milagro siempre fue para una minoría y algunas trasnacionales avariciosas. Las mayorías, mientras tanto, lo vieron desde muy lejos. En el presente, puede emerger un modelo alternativo que consolide la democracia y haga renacer un Estado Social de Derecho, robusto y fuerte como lo soñó Salvador Allende. Esto le dará sentido al propósito y consigna el Norte está al Sur.

Imagen: https://www.radioagricultura.cl

La instrumentalización política de la justicia

Óscar Madrigal

En las últimas décadas, especialmente en América Latina, algunos regímenes conservadores o no, incorporaron como una de las armas contra el movimiento popular y los movimientos políticos, el uso de la justicia. Se alejaron un tanto de los escandalosos golpes de estado propiciados por los militares contra los regímenes que no les eran obsecuentes u obedientes; por el uso de la justicia, procesos judiciales amañados, procuraron alejar del poder a presidentes o cerrar el camino a potenciales candidatos que les disputaran el gobierno. La justicia se prestó para juicios políticos, se puso al servicio de los gobernantes de turno para impedir cambios de poder o silenciar a los líderes populares.

Costa Rica no ha sido la excepción. La conducta del Estado representado por el Ministerio Público y la Procuraduría General, no se diferencia mucho de lo hecho en otras latitudes. El juicio penal que se sigue en los Tribunales contra el dirigentes sindical Albino Vargas así lo comprueba. Albino está acusado por incitar a bloquear calles y llamar a la movilización social. Estas conductas fueron convertidas en delitos con el fin de impedir la protesta, pero sobre todo con el propósito de acallar a los dirigentes sociales; ahora llamar a bloquear una calle por un problema de agua en una comunidad o de un camino en un pueblo campesino o rural, podría llevar a la cárcel, sea a penar varios años de prisión a los líderes comunales o de grupos que participen en acciones de protesta como esas.

Es claro que el sistema político actual pretende acallar la protesta social, pretende acallar a un dirigente popular como Albino Vargas. Ya él, siendo muy joven, junto con Gloria Valerín y muchos otros, fueron enjuiciados penalmente por la Huelga de Adaptación Social de 1982; en ese tiempo existía el artículo 333 y 334 del Código Penal que tipificaba como delito el participar en una huelga, o sea que las huelgas eran delito. Esos artículos fueron derogados en los primeros años de 1990 porque se consideraba que atentaban contra las libertades democráticas. Hoy las huelgas están casi en la misma situación de antes del 90, o sea de ser un delito.

Albino Vargas es un dirigente controversial que puede no gustar a muchas personas, aunque nadie pueda decir que es un dirigente corrupto. Hoy se enfrenta a una nueva normativa anti-trabajadora, a un poder claramente al servicio de un sector muy reducido de la población, a una normativa jurídica más antidemocrática y autoritaria.

Esperemos que hoy como en 1982 Albino salga absuelto y libre, lo deseamos no solo por él sino por la democracia y las libertades públicas del país.

Aspiraciones democráticas y descontento popular

Se invita al Coloquio Virtual “Aspiraciones democráticas y descontento popular: fuerza de la protesta social” el día 19 de agosto del 2021 de 6:00 pm a 8:00 pm, se contará con la participación de:

  • Juan Antonio Gutiérrez Slon.
  • Nora Garita Bonilla.
  • Sindy Mora Solano.

Modera: Norman José Solórzano Alfaro

La transmisión será por medio de la plataforma Zoom por medio del siguiente enlace: https://una-cr.-zoom.us/-j/898164644886, y por Facebook Live de la Vicerrectoría de extensión, UNA.

Un 20 de julio sitiado

Por Carlos Meneses Reyes

La tradicional conmemoración del grito de independencia de Colombia, el 20 de julio de 1.810, en Santafé de Bogotá, llega en momentos de convulsión social, estallido político y económico del movimiento popular, en espiral de ascendencia a un escenario de guerra civil. Al así plantearlo, resalta el estadio de fragilidad por el que transita la unidad de la nación colombiana. No se trata de la ubicación de la problemática contradictoria de un desgobierno, desgastado y en franca caída de legitimidad; como del salto cualitativo que las ansiadas reformas políticas, económicas y sociales prevalecen en el actual momento e imponen el derrotero inaplazable de un gobierno de transición nacional.

Pareciere que los tiempos de la salida alternativa política, civilizada, consensuada, en la base de la negociación, el dialogo y la conveniencia ciudadana, fue echada por la borda y la actitud y posición de las fuerzas retardatorias, militarista y pro imperio, se impongan en una constante de saber que deben cambiar, pero se resisten a ello; que deben permitir la apertura democrática en la validación de la expresiones de democracia directa reclamadas, en ciudades, barrios y veredas, haciendo caso omiso a ese llamado; que el escenario fatuo, basado en la mentira y el engaño de la conducción del país, fundado en intocables privilegios( de castas y de repugnantes estratos)) redunda en la contradicción de intereses de clase, ahondando más la brecha del conflicto económico y social. Ratifica que no existen parámetros de permanencia y estabilidad política en el desempeño y función del Estado- Nación, cuando las reclamaciones de una masa popular alzada e insubordinada es tratada con el apelativo mezquino de la sindicación, la estigma, la estereotipia del odio, lo negativo y confusión.

Del tratamiento contra insurgente a la protesta social

La conducción gubernamental se soporta en una política de hegemonía oligárquica contra insurgente. Debido a una lectura errada de la realidad del conflicto armado interno en el país, por no decir a su desconocimiento oficial, puesto que pesan factores internos y externos, que no admiten esa negativa posibilidad; vale afirmar que a un diagnostico errado de la realidad, corresponde un tratamiento errado y de no solución. El bloque oligárquico predominante, de un borrón de codo, invisibilizó el desarme de una fuerza guerrillera cincuentenaria y lo que ello en política ha significado. Como no se debió a un triunfo militar del establecimiento castrense, optaron por la falsaria del montaje de la no implementación de lo Acordado en la Habana y el Teatro Colón; haciendo trizas el papel, congelando el cumulo de privilegios en el ejercicio de un poder expectante por la atención prioritaria de la opinión nacional e internacional. No hablemos del engaño, en consecuencia, a los ex alzados en armas, que han mantenido su fe en una construcción “de paz”, merecedores de ilimitada solidaridad y lucha por el respeto y conservación de sus vidas y el ejercicio de sus aspiraciones políticas, como sin lugar a dudas, debe ser.

El bloque oligárquico predominante, que borró una tendencia de “centro” en Colombia, al obtener la conservación de poder, así haya sido ilegítimamente, aplicaron la prerrogativa de la continuidad de la guerra y en este momento el panorama insurgente en Colombia es de unas antiguas FARC, que operan con tres siglas diferentes: Segunda Marquetalia, Las Disidencias, las Nuevas FARC; en una tendencia de reciclaje histórico inevitable o imparable, no desde el punto de vista de integrante organizativo material, como en el juego de la estrategia por acoyuntar en lo puntual de acciones de envergadura, contra el aparato institucional, sumido en la corrupción y el desgaste. A las fuerzas guerrilleras del ELN y el EPL, de caracterización insurgente en el país, a tono con los atributos peculiares o propios, consagrados en la caracterización de la normativa internacional, de confluir en fuerzas beligerantes, con un mando propio unificado, programa político a alcanzar en reemplazo a lo Establecido y presencia de permanencia territorial, se une la “tres en uno” de las actuales FARC-EP, producto de la obtusa y equivoca posición del predominio hegemónico oligárquico contra insurgente, que desplaza la salida política al conflicto armado interno colombiano.

De esa manera, el ejercicio político también se circunscribe al predomino en el círculo de influencia del derrotero hegemónico contra insurgente, con el efecto de no existencia de un centro, sino de ubicación concreta de la situación colombiana, en una confrontación de derecha y/o de izquierda. En ese orden de ideas, no existen tendencias: predomina una fuerza de control de derecha enfrentada a una de escala en la confrontación con la izquierda. Aquella de marcado sesgo militarista, buscando sembrar discordia entre la elección capitalista o comunista; lo cual no es elemento de la contradicción principal y esta última, de visión de salida alternativa al modelo económico neoliberal y el actual estado de iniquidad en Colombia. Bajo esa premisa de lo definitorio de bloques, es gráfica y en la práctica identificable, en la cercanía o no a la política de hegemonía oligárquica predominante.

Un sencillo ejercicio surge contemplando el equivalente de fuerza en una de las ramas del poder público: el legislativo. A la derecha del panorama nacional y al circunscribirlos en el congreso de la república, sientan los adeptos a la política contra insurgente gubernativa: Partidos, liberal, conservador, centro democrático, de la U, verdes, dignidad, de la esperanza y otras conocidas denominaciones y en el ala izquierda: los sectores progresistas, reformistas, socialdemócrata, bajo denominación como la Colombia Humana, los decentes, comunes y otras conocidas expresiones.

En lo puntual del ejercicio de democracia representativa imperante, han desplazado a la mínima expresión, la consagración de espacios de participación de democracia directa, contempladas constitucionalmente. Sin lugar a equívocos, es así como en lo referente al ejercicio de los partidos políticos, los han elevado al recurso único de la participación en el debate electoral y desplazado las múltiples formas de participación partidaria en el ejercicio democrático. Convirtieron los partidos en maquinarias electoreras, esterilizando el vínculo de lo partidario político con los alcances programáticos máximos y mínimos del movimiento popular en ascenso. Esto abarca en el análisis del estallido político (que no “social”) de los últimos meses en Colombia, y a la no participación de los partidos de oposición en el salto cualitativo a lo político, del Paro Nacional.

Es por lo anteriormente expuesto, que en el escenario de la protesta popular, desenvueltamente en la llamada “democracia de la calle”, el régimen imperante habilitó el desconocimiento de fuerza política de la contra parte en el Paro Nacional, dándole a la protesta social y política un tratamiento de contra insurgente. Por ello le declaró la guerra a la protesta e impidió que se fortaleciera y vigorizara el papel de la organización e influencia política en el seno del movimiento popular y de masas en ascenso. A ello contribuyeron las actitudes “blandas” de las tendencias “afines” a la izquierda. Resultado de lo anterior es que a la hegemonía de derecha, no corresponde una contra fuerza de hegemonía de izquierda.

Complementa el cuadro anterior del tratamiento dado a la protesta popular durante el Paro Nacional, la reseña, para no incidir en un balance, del juego paraestatal, cumplido por los mandatarios locales y regionales, también elegidos por el voto popular. Las medidas centralistas de control del ejecutivo expresado en el decreto de simulada declaración de conmoción interior y de “colaboración militar”; de notorio espíritu de mano dura dictatorial, desplazaron el poder de los mandatarios locales como responsables del orden público. Esperándose el ahondamiento de una crisis política institucional en el ejercicio del poder, está no paso de roces con alcaldías emblemáticas como la de Bogotá, o confusamente protagónicas como la de Cali; pero a la larga, todas plegadas a la política de bloque oligárquico predominante contra insurgente; lo cual impidió lo caracterizador de un salto político en la toma de decisiones y conducción política de la protesta unificada a nivelo nacional y ante la carencia de una asunción directa del gobierno nacional de sentarse a conversar con los promotores del Paro Nacional, y las innumerables expresiones nacionales, regionales y locales de exigencias y espera de soluciones. Es así como se consolidó un viraje a la derecha y en alineamiento a la política de contra insurgencia aplicada. Predominó lo del ataque de vándalos, la jerga del terrorismo y la supuesta amenaza de los de la primera línea. En una palabra: protesta=terrorismo.

El conflicto político no finaliza

Se espera el recorrido de mucho trecho de inestabilidad política y confrontación tanto en el plano político como en el social. Además de las demandas expuestas muchas subyacen en el olvido y desidia gubernamentales. El gobierno de turno no contempla posibilidades de cambios radicales y profundas ante lo expuesto. Las asume sobre las ramas y les da un tratamiento de resane cosmético, de maquillajes formales en lo ya no inusual, inusitado, ni extraño comportamiento. Por el contrario, ratifica el papel de sub presidente, que no alude solo al prefijo “bajo” “debajo de”, para indicar lo de un presidente de inferioridad, de reacciones tardías, de salidas secundarias y supeditadas a un interés superior, contrario al bienestar popular.

Me permito resaltar sucesos de particular relevancia de la gestión presidencial: 1. La caída de ministros, consejeros, proyectos de ley por manifiesta ingobernabilidad. 2.Desplome de acreditación y prestigio en la encuesta de aceptabilidad de opinión a la gestión presidencial. 3.No logra convencer sobre el no calificado caso de la supuesta autoría de ataque a bala de fusil al helicóptero presidencial en que viajaba. 4. Su confrontación con el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y su alusión a como si se tratare de la Corte Interamericana, que tienen la misma sigla (CIDH). 5. La presentación de auto entrevistas presidenciales, en un desmesurado desespero por mantener una imagen de aceptabilidad ante la opinión pública. 6. La generalizada aceptación de ser un títere y subordinado al poder, tras el trono, del expresidente innombrable. 7. La desviada, por no decir arrodillada política exterior y manejo abyecto al legitimo gobierno constitucional y de Estado de Derecho de la República Bolivariana de Venezuela. Y la degradante abstención ante el unánime rechazo mundial al genocida bloqueo norteamericano a la valerosa autodeterminación del pueblo cubano y su revolución avante. 8. El falsario discurso de cumplimiento e implementación de los Acuerdos de La Habana y el Teatro Colon, con las antiguas Farc-ep, ante la falta de fidelidad a lo pactado. Sus intervenciones de fondo no obedecen a ejecutorias presidencial, sino a proyectos, a prontuarios, a algo que no está en firme, cual la escena de una campaña presidencial y como si estuviere en otro país. Escucharlo, da la sensación que se está partiendo de cero. 9. El quebranto a la vigencia de los Tratados internacionales, de soberano cumplimiento a Cuba-como país garante- para el retorno salvos y sanos, de los plenipotenciarios delegados del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (E.L.N), cuya salida legal y constitucional ha bloqueado de manera torticera. 10. La obtusa posición de no dar la cara; de no negociar directamente con los sectores en conflicto; de notoria torpeza y errada actitud de no condenar los abusos cometidos por las fuerzas armadas en el marco de la confrontación política, en el significado de la protesta popular; ante hechos de inocultable criminalidad y de por si de avalados, probados y ratificados por múltiples medios de presión nacional e internacional. 11. La directa responsabilidad sobre sus hombros de los daños y perjuicios causados con ocasión del prolongado Paro Nacional, como único culpable. 12. Cual síndrome de carencia de personalidad de jefe de gobierno, delegar en subalternos ojos y oídos, cual un “presidente ausente”, en el ámbito del poder legislativo y en el escenario de las luchas populares. Podrán ser seguramente más las falencias de personalidad aciaga como gobernante del sub presidente Duque, en la afirmación de incapacidad para la conservación y manutención del mando, así sea este ilegítimamente delegado, por obra y gracia de un sistema electoral corrupto y encriptado.

El sinsabor que deja el transcurso de un 20 de julio bajo estado de sitio dictatorial, en el embrollo que deja la mentira y el montaje de un presagio de fatalidad terrorista en el desarrollo de las manifestaciones a darse, con el fin de obstruir el libre ejercicio de la protesta y la movilización ciudadana; concluye, en este día, como las circunstancias objetivas lo habían de prever: un circo de auto elogios y sórdidos aplausos, a una acción parlamentaria de respaldo gubernamental, mayoritariamente asentada en un legislativo de predominio narco paramilitar. El no desfile tradicional de las fuerzas armadas, Made in USA, en un imparable efecto de desprestigio y de sindicación criminales, tanto nacional como internacional. La respuesta masiva y movilizaciones en las principales ciudades capitales del país y al caer la tarde, el estruendoso rugir de la lucha callejera, la brutalidad policial aplicada, la arremetida salvaje contra la juventud protestante, el accionar impune de los defensores de la “gente de bien” disparando de civil y a mansalva. Prueba irrefutable de la permanencia de los múltiples conflictos que asolan la nación colombiana.

Talleres sobre la Criminalización de la Protesta Social

La Asociación Costarricense de Derechos Humanos le invita a participar en los talleres sobre la “Criminalización de la Protesta Social”. Son 5 talleres, los cuales serán de sábado por medio iniciando el sábado 3 de julio del 2021.

Los interesados pueden enviar un correo a: derecho.humanos@acodehu.ddhh.org

Para mayor información sobre el programa del taller se invita a ver el pdf adjunto:

Un nuevo llamado a la lucha contra inconstitucional Ley de Empleo Público

SURCOS comparte la siguiente información:

BOLETIN – 18-06-2021

Para todas y todos los afiliados de SINTRAJAP y pueblo en general:

Esta semana vimos con tristeza, como en la Asamblea Legislativa se cocina uno de los proyectos más aberrantes e inconstitucionales de la historia democrática costarricense. 32 diputados irresponsables lo votaron afirmativamente este jueves en primer debate, sin importarles ni medir consecuencias. Ahora será enviado a consulta de la Sala Constitucional.

Este Proyecto de Ley, es considerado por juristas expertos, como un “Frankenstein” y se basan en las groseras y evidentes inconstitucionalidades que deberían impedir que pasen el filtro de la Sala IV. Entre ellas mencionamos eliminación de la Negociación Colectiva a futuro, la cual esta tutelada por el artículo 62 de la Constitución Política y por los Convenios Internacionales de la OIT que fueron ratificados por Costa Rica y que defienden el derecho de sindicalización, negociación y libertad sindical, los cuales también resultan trasgredidos.

Se violenta también las Independencias Constitucionales del Poder Judicial, las Universidades y las Municipalidades, pero más grave aún se desconocen los principios democráticos e históricos que definen a Costa Rica como un pueblo respetuoso de los Derechos Humanos y las grandes luchas que han costado sangre y hasta vidas del pueblo costarricense para que hoy estén establecidas en nuestra Carta Magna.

Por estas y otras razones legítimas, hoy nos vemos nuevamente convocados a la lucha para defender no solo los derechos que nos fueron heredados por nuestros valientes antepasados, pero también porque tenemos que salir a defender la dignidad y la soberanía de nuestra querida patria y el pueblo trabajador, que no es responsable de la corrupción que carcome hoy a nuestra amada Costa Rica y tampoco lo es de las pésimas administraciones que nos han gobernado y que pretenden seguir cargando la crisis económica creada por ellos, sobra la espalda de los trabajadores.

Debemos estar pendientes a los llamados que nos hagan a la lucha a nivel nacional, para evitar que este adefesio de proyecto de ley sea aprobado por este grupo de enemigos del pueblo, que están sentados en la Asamblea Legislativa y en el Poder Ejecutivo.

Hoy la clase política tiene envuelto al país en el peor de los escándalos, invitamos a los Diputados y a la Casa Presidencial a esclarecer y a no dejar en la impunidad toda la corrupción que nos carcome como nación y detener tanto ataque en contra de los trabajadores, ya de por sí golpeados por el desempleo, la pandemia, malas decisiones en contra de las mayorías y la crisis económica, ¡YA BASTA!

LIC. ANTONIO WELLS MEDINA JAISON BOXX ARIAS
SECRETARIO GENERAL SECRETARIO DE PRENSA