Ir al contenido principal

Etiqueta: religión

Conferencia Religión y Política en Costa Rica, recopilación en video

El pasado jueves 22 de marzo se realizó en la UNED la conferencia titulada Religión y Política en Costa Rica, impartida por Arnoldo Mora. Compartimos el video enviado por Marcos Chinchilla acerca de esta conferencia.

Video:

Si lo va a visualizar en su celular, recomendamos que lo coloque en posición horizontal.

 

Enviado por Marcos Chinchilla Montes.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Religión Civil o Religión de Estado

Cedeño, Rogelio (2004). Religión Civil o Religión de Estado. El conflicto durante la reforma liberal en Guatemala y Costa Rica. Heredia, Universidad Nacional, Departamento de Filosofía.

Reseña Bibliográfica

Álvaro Vega Sánchez

Sociólogo

Religion Civil o religion de Estado

Es un gusto comentar una obra escrita por Rogelio Cedeño, amigo y colega de hace muchos años. Este trabajo, si bien representa la culminación de sus estudios del programa de Maestría en Estudios sobre Cultura Centroamericana con Énfasis en Religión y Sociedad, hay que situarlo en un marco más amplio. Expresa y recoge el pensamiento y el carisma de un académico y sociólogo de visión aguda y crítica, y de una amplia y reconocida trayectoria como profesor, investigador y activista social y político. A Rogelio lo distinguen grandes cualidades humanas y profesionales. Es una persona que, ante todo, asume el trabajo sin poses academicistas ni cálculos utilitaristas, sino con la pasión y gratuidad de quien sabe entregarse con cariño a la tarea de cultivar la academia, como el ejercicio que busca poner el conocimiento al servicio de las más nobles causas. Rogelio las más de las veces nos resulta irreverente –algo así como el bufón de la corte-, pero nunca irrespetuoso. Es por ello que siempre estamos atentos a lo que dice y piensa; nos hace reír y pensar a la vez, algo que sólo saben hacer los buenos maestros.

El título del libro “Religión Civil o Religión de Estado” nos invita al juego. La “o” puede ser inclusiva o excluyente. Y este es el primer merito de su trabajo, a saber, contribuir al debate teórico sobre dos categorías de análisis sociológico sumamente sugerentes y fecundas. Distingue entre una religión de Estado de perfil institucional y confesional, en su doble función de aparato ideológico (Althusser) y represiva o policíaca (Gramsci) y una religión civil de carácter más difuso -menos institucional- que se comporta como una forma de religiosidad secular o de secularidad sagrada (Salvador Giner/ J.J.Rousseau) con funciones legitimadoras o contestatarias de un determinado status quo sociopolítico. La “o” es excluyente en dos direcciones. Por referencia al contenido o naturaleza de ambas categorías: la primera refiere a una práctica institucional circunscrita al campo propiamente religioso y la segunda más bien a una práctica cultural, filosófica, económica o política, es decir propia del campo secular, que se reviste de sacralidad. Por su función, mientras la segunda es concebida como legitimadora de un poder político hegemónico, la primera admite la posibilidad de convertirse en contestataria o factor de resistencia del poder hegemónico; tal es el caso de algunas manifestaciones de religiosidad popular (“aculturación antagonista”, según Devereux). La “o” también puede ser inclusiva. La religión civil puede llegar a comportarse como religión de Estado, aunque asume un perfil más propiamente civil o secular, se sacraliza a afecto de cumplir su función política legitimadora del poder hegemónico; tales son los casos de la doctrina imperial de la “pax romana” así como la doctrina política del “destino manifiesto” o la misma ideología del progreso y el control cientificista , propios del ideario liberal.

Sólo el hecho de recuperar estas categorías de análisis, fundamentarlas y utilizarlas para destacar el papel del componente simbólico religioso en el conflicto suscitado por la reforma liberal en Centroamérica, constituye un aporte sumamente valioso en el campo de la sociología de la religión. El trabajo de Rogelio, en este sentido, es pionero e invita a retomar estas y otras categorías de análisis para profundizar en el papel que han cumplido las estructuras simbólicas religiosas en la constitución misma de las “nacionalidades” o en la pluralidad de identidades culturales y políticas, propias de la región centroamericana. De alguna manera, con este aporte, Rogelio está respondiendo a la preocupación expresada por Pierre Bourdieu respecto de la subvaloración que se ha dado al extraordinario poder constitutivo de lo social -en el sentido de la filosofía y la teoría política- que tienen las estructuras simbólicas; agrega, además, este autor que si bien estas estructuras le deben mucho a las capacidades específicas del espíritu humano, le parecen definidas en su especificidad por las condiciones históricas de su génesis. Y es aquí donde la sociología tiene que darse la mano con la historia. El trabajo de Rogelio bien podría calificarse de sociohistórico; son abundantes -y de reconocida calidad- las fuentes que utiliza para fundamentar e interpretar el conflicto suscitado con la reforma liberal en Guatemala y Costa Rica, y en relación con el campo religioso concebido desde las categorías de religión civil y religión de estado. El trabajo, precisamente, busca develar cómo en la construcción de las identidades nacionales y culturales, para el caso costarricense y guatemalteco en particular, gravitaron con fuerza constitutiva estructuras simbólicas religiosas que asumieron tanto la forma de religión civil como de estado, con miras a recrear y legitimar un “imaginario” de nación, que sirviera a los intereses de los sectores hegemónicos y, a su vez, contribuyeran a cohesionar e integrar a los diferentes sectores sociales.

En su trabajo, destaca la incidencia que tuvieron la Reforma Protestante del Siglo XVI y la Ilustración del Siglo XVIII en la descomposición del Antiguo Régimen y el surgimiento de nuevas formas religiosas. Efectivamente, a partir de estos hitos históricos asistimos a la modernidad, cuya característica fundamental, como señalan P. Berger y T. Luckmann no es tanto la secularización -de exportación limitada en su versión europea- sino el pluralismo. En esta dirección, el trabajo de Rogelio destaca la pluralidad de formas religiosas, que se abrirán paso a contrapelo de un modelo de cristiandad que se resiste a morir; pero que resulta en un obstáculo estructural para el nuevo contexto político y cultural. Por tal motivo, se hace inevitable el conflicto entre una religiosidad exclusivista e intolerante frente a las exigencias de una cultura pluralista y unas naciones interesadas en abrirse a nuevos mercados. Pero, en todo caso, los cambios impulsados por la reforma liberal y las nuevas expresiones religiosas y culturales, no alcanzaron a superar las bases oligárquicas de los estados nacionales, ni tampoco significaron avances en la laicización de los poderes públicos, a no ser en algunas coyunturas pasajeras.

Muestra, asimismo, cómo algunos hechos históricos de carácter político como la Campaña Nacional de 1856 en Costa Rica, ideales o doctrinas como la del progreso y la modernización, prácticas religiosas como la del protestantismo y organizaciones como la masonería, asumieron características de religiosidad civil o de estado, dirigidas a consolidar los nuevos estados nacionales en el marco del nuevo proyecto liberal. Es interesante, en este sentido, llamar la atención sobre dos aspectos: la militancia de sacerdotes católicos liberales en las logias masónicas así como la afinidad de los protestantes con las mismas –un campo todavía incipiente de investigación, como bien lo destaca el historiador Pierre Bastian-. No hay que olvidar que para el clero conservador los liberales, los protestantes y los masones constituían una especie de “trinidad” diabólica. Cabría estudiar más a fondo hasta qué punto la masonería se convirtió en una forma de religiosidad civil o devino también en religión de Estado. Además, es significativa la referencia a la función ideológica y étnico-cultural de héroes nacionales como Juan Santamaría, toda vez que se destaca que en nuestro país no pesa tanto el componente étnico, a diferencia del caso guatemalteco. También la Virgen de los Ángeles, otro símbolo religioso oficializado de resistencia a una “cultura racista”. En este aspecto es muy amplio el universo simbólico-religioso. Así, por ejemplo, podría incluirse el café, que de alguna manera se elevó a símbolo religioso: “el grano de oro” – “en el café confiamos” parece ser el lema del viejo billete de cinco colones ilustrado con una pintura alusiva a la recolección del café-; asimismo se erigió un templo por y para la oligarquía cafetalera: el Teatro Nacional, que se constituyó en símbolo por excelencia del espíritu modernizante de la época y de la cultura oligárquica que lo impulsó. Por su parte, el protestantismo, como bien destaca Rogelio, se concibió como un aliado ideológico y religioso estratégico de cara los intereses liberales y a la necesidad de ofrecer un contrapeso ideológico-religioso al sector conservador de la Iglesia Católica. Efectivamente, esta religión en su versión fundamentalmente norteamericana, se presentaba como afín ideológica y políticamente al proyecto liberal, por su énfasis individualista –la salvación como responsabilidad individual- , su interés en propiciar la educación como medio de ascenso social y su ética de la responsabilidad en el cumplimiento de las tareas laborales, lo que se traducía en un comportamiento productivista, sumiso y obediente.

Concluye el autor, su trabajo, volviendo al punto de partida teórico sobre la ambigüedad misma del concepto de religión civil, pero ahora al parecer más convencido de la necesidad de referir este concepto a aquellas prácticas religiosas o de secularidad sagrada más propiamente contestatarias, al estilo de los movimientos por la defensa de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, especialmente en referencia al papel que jugó el pastor bautista Martín Luther King, así como a la lucha contra el colonialismo impulsada por Gandhi. Es por ello que su análisis llama la atención sobre cómo el proyecto liberal se consolidó y legitimó apropiándose del capital simbólico religioso tanto de la Iglesia Católica como del protestantismo y la masonería, cerrando el espacio a expresiones religiosas de una “sociedad civil alternativa”, especialmente referidas a prácticas de religiosidad popular propia de los pueblos originarios así como los de la “diáspora africana”.

El aporte de Rogelio en este trabajo, por lo demás muy bien escrito y ampliamente documentado, rebasa los aspectos puramente contextuales, propios de su análisis empírico. Como ya hemos sugerido, propicia el debate alrededor de categorías fundamentales para una mejor comprensión de las relaciones entre religión, política y cultura. En este sentido son sumamente interesantes y sugerentes sus apreciaciones críticas respecto del aporte teórico de J.J.Rousseau, pionero en este campo. Es muy valioso también el análisis de la doctrina del “destino manifiesto”, toda vez que la misma gravitó con fuerza no sólo en las aspiraciones de los Estados Unidos por ejercer hegemonía en las nuevas repúblicas centroamericanas y latinoamericanas, sino que también fue asimilada por los sectores emergentes modernizantes que procuraban un desarrollo para los nuevos estados nacionales, asumiendo los ideales de progreso propagados por aquella doctrina político-religiosa.

Otro aporte valioso del trabajo de Rogelio es abrirnos camino para profundizar desde sus planteamientos teóricos, y en el campo específico de la sociología de la religión, en ámbitos tales como: a) estudios sobre lo étnico-religioso como resistencia cultural y política; b) estudios comparados de simbología religiosa; c) análisis de discursos religiosos y políticos en el período de consolidación del proyecto liberal; y d) análisis sobre religión, cultura y racismo en Centroamérica.

Este libro es de interés para la academia universitaria, especialmente en campos como la teología, la sociología, la antropología y la historia. Ofrece insumos para quienes quieren comprender el fenómeno de la dinámica cultural y política y su correspondencia con el campo religioso en la región centroamericana. Como ya hemos indicado, sus aportes son una valiosa contribución para profundizar y enriquecer el debate teórico sobre religión, cultura y política en el contexto de las transformaciones sociopolíticas y culturales actuales. Lo que estamos diciendo es que se trata de una abra de gran actualidad, para quienes quieren contribuir a proyectar, con visión crítica y creativa, nuevas alternativas de organización social, convivencia política y cultural. Es por ello que su lectura puede ser recomendada al público en general, que esté interesado en entender y profundizar no solo en los hechos que durante el siglo XIX contribuyeron a la constitución de los estados nacionales centroamericanos bajo el ideario del proyecto liberal, sino en lo que acontece hoy respecto de la relación entre religión y política . La historia no se repite pero se recrea, por eso es fundamental su comprensión para entender y vivir con sentido el presente, contribuyendo a proyectar un mejor futuro. El libro de Rogelio sin ser un acercamiento propiamente histórico sino de carácter sociológico y cultural de interpretación del fenómeno religioso, nos sitúa en un contexto histórico -analizado desde sus condiciones sociopolíticas y culturales- que cumple con tal cometido. Sirvan estas notas de motivación para invitar, respetuosamente, a la lectura de este excelente trabajo.

 

Enviado por Rogelio Cedeño Castro.

Religión y Política: una mala receta

Por Freddy Salas Cruz, Walter Antillon Montealegre

 

El tema de la separación entre religión y política se tiene que basar en el diferente objetivo de cada una de ambas disciplinas, siendo el tema de la religión las cosas supraterrenales y el tema político las cosas terrenales. Pero también la diversa índole de dichas materias impone métodos distintos, porque las cosas terrenales imponen el método científico, fundado en las posibilidades de la realidad; mientras que, por el contrario, las cosas religiosas imponen otro método, basado en la fe y la revelación, que están libres del rigor científico, porque la fe y la revelación no necesitan la demostración rigurosa de su verdad, sino, únicamente, la creencia o adhesión incondicional de la persona creyente: en religión no se necesita demostrar, sino que la persona tiene que creer.

Esta es la razón por la que, desde hace un par de Siglos, se ha sostenido con razón que el Estado debe ser laico; y que el mundo de las creencias, los apóstoles, los milagros y la fe debe circunscribirse a la esfera propiamente religiosa, lejos del mundo político.

La consecuencia de mezclar ambas esferas es que, si uno permite que los argumentos de fe sean criterios para decidir el voto en las elecciones políticas, entonces las elecciones no las va a ganar el candidato que ofrezca el mayor rigor científico en el diagnóstico y la solución de los problemas económicos, sociales y culturales de la comunidad, sino, el que consiga una mayor adhesión a su condición de ungido, de hombre de Dios, y a sus planteamientos basados en la fe y la revelación, que son criterios claramente inservibles en el plano de la política, que es el plano de lo realmente posible.

Si una parte importante de la comunidad, por su bajo nivel educativo, llega a creer que un candidato cuenta con el favor de Dios para gobernar, y con el poder de cambiar milagrosamente las cosas, ese candidato va a ser elegido, aunque seguramente su gobierno vaya a resultar desastroso, por la irrealidad de sus diagnósticos y sus soluciones.

Resumiendo, un político que no se nutra con la percepción de la realidad y con la racionalidad de los medios para tratarla, sino con planteamientos basados en el pensamiento mágico, puede ganar elecciones en una comunidad donde predomine la ignorancia y el fanatismo, pero seguramente fracasará en el gobierno.

Sin embargo, si se instrumentaliza el pensamiento mágico para ganar elecciones por parte de grupos de los partidos tradicionales, como lo hacía por ejemplo Papá Doc Duvalier en Haití, dichos grupos contarán de esa manera con un nuevo instrumento para conseguir el poder y continuar sus prácticas ilegales y corruptas.

Me parece que esto es lo que está a punto de ocurrir: la oligarquía mezquina y timorata y los viejos políticos representados sobre todo, por el partido Liberación Nacional, desacreditados a causa de sus gobiernos corruptos e ineficaces y derrotados electoralmente, han encontrado la oportunidad de regresar al poder aliándose con un candidato que, por su investidura de ‘hombre de Dios’ y su mensaje puramente emotivo, tiene posibilidades de ser electo, pero que por sí mismo carece de la aptitud de gobernar.

Ese contubernio, que haría de Fabricio un “tonto útil” al servicio de un grupo político derrotado, le ofrece a dicho grupo una ventaja inmediata: volver al poder. Pero la cosa no termina allí: Fabricio es también un tonto útil de una fuerza política subrepticia, proveniente de las iglesias neopentecostales de los EE.UU que, desde hace años planean, dirigen y financian la penetración de sus organizaciones en América Latina, y han aceptado servir a su vez, de instrumento de una política neoliberal de dominación por parte del gran capital transnacional.

Entonces, el resultado de un triunfo de Fabricio nos traerá, en un primer plano el regreso de Liberación al poder “por la puerta de la cocina”; pero en un segundo plano, oculto, nos traerá la injerencia del neoliberalismo de las trasnacionales instrumentalizado mediante la intervención de la iglesia neopentecostal.

En todo caso, tenemos que estar conscientes de que el peligro no será conjurado totalmente con una eventual derrota de Fabricio: el peligro ya está ominosamente presente, con los 14 diputados del Partido Restauración Nacional y los 17 diputados del Partido Liberación Nacional que tendencialmente se les sumarían, en apoyo de las iniciativas provenientes de las cúpulas de aquellas agrupaciones políticas.

Estamos frente a un nuevo “Caballo de Troya” que, al radicar sus bases en el pensamiento mágico, sería más peligroso, si se quiere, que el Caballo de Troya del Tratado de Libre Comercio, de ingrata recordación.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de entreparentesis.org

Freddy Salas Cruz es estudiante de Derecho de la UCR, Sede de Occidente.

Walter Antillon Montealegre, Abogado y Catedrático Emérito de la Universidad de Costa Rica.

 

Publicado originalmente en el www.elpais.cr, enviado a SURCOS por Walter Antillón.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Manifiesto de escritoras y escritores costarricenses ante las cruciales elecciones presidenciales de 2018

«…Es prohibida toda forma de propaganda en la cual, valiéndose de las creencias religiosas del pueblo o invocando motivos de religión, se incite a la ciudadanía en general, o a los ciudadanos en particular, a que se adhieran o se separen de partidos o candidaturas determinadas«.

Código Electoral, Art.136

No se podrá hacer en forma alguna propaganda política por clérigos o seglares invocando motivos de religión o valiéndose, como medio, de creencias religiosas”.

Constitución Política, Art.28

 

Los firmantes, escritores y escritoras, con seria preocupación ante los escenarios que ofrece la segunda ronda electoral en Costa Rica, nos manifestamos con el propósito de llamar la atención de la ciudadanía costarricense, sobre la posibilidad de que un gobierno de corte neopentecostal fomente la intolerancia y el irrespeto a las garantías fundamentales en que se asienta nuestro régimen democrático, negándose de ese modo las particularidades que nos han distinguido como país y produciendo un retroceso histórico de dimensiones incalculables. Por lo tanto, llamamos vehementemente a los ciudadanos y ciudadanas a reflexionar sobre las siguientes amenazas:

  1. La división de los costarricenses en grupos opuestos e irreconciliables, separados por dictados religiosos, por una parte; o por efecto de manipulación de los fantasmas de la Guerra Fría, por otra, creando la posibilidad de una confrontación que acabaría con la paz que ha distinguido a Costa Rica.
  2. La aparición de censuras respecto a las diferencias étnicas, culturales, ideológicas o sexuales y  la negación subterránea de las conquistas sociales de las mujeres.
  3. La pérdida posible del honroso papel de Costa Rica como defensora de los Derechos Humanos, en todos los órdenes.
  4. La pérdida de valores fundamentales de la nación costarricense como la solidaridad, la justicia social, el respeto a las diferencias, la educación con fundamento científico, el compromiso con la ciencia.
  5. La posibilidad de la instauración DE UN RÉGIMEN TEOCRÁTICO, donde los poderes del Estado sean guiados por los principios y valores de un grupo religioso particular, en detrimento del respeto de la libertad de credos.
  6. La pérdida de los activos del Estado y de las instituciones de bien social  y de protección de la naturaleza, por la imposición de un neoliberalismo, que acentuará aún más la desigualdad entre los que más y los que menos tienen. Lamentablemente, esa noción de neoliberalismo subyace en el movimiento neopentecostal.
  7. La posibilidad de la injerencia de sectas religiosas asentadas en el exterior, con lo que Costa Rica se convertiría en parte de la ola evangélica ultraconservadora que está azotando a otros países latinoamericanos.
  8. La imposición de una noción reducida y mercantil de la cultura, a la que se define en su función decorativa y superficial como recreación, deportes o actividad económica, con muy posible irrespeto a la libertad creativa de las artes.

Por todo lo anterior, ENFÁTICAMENTE MANIFESTAMOS:

  1. Que el irrespeto a los artículos de la Constitución y el Código Electoral que garantizan la separación entre religión y política parece ser lo que nos ha llevado a esta difícil situación. El TSE permitió que aparecieran partidos políticos asociados a las iglesias y ahora permite que uno de los candidatos utilice abiertamente creencias religiosas para obtener poder político. Llamamos la atención de todos los electores y de la comunidad jurídica internacional sobre el hecho de que la candidatura de quien está haciendo esta infracción podría ya ser inválida, pues habría desoído la Constitución de la República y el Código Electoral. Pedimos una investigación inmediata al respecto, a quien corresponda, y solicitamos que el TSE y la Sala Constitucional  tomen las medidas del caso, frente a la existencia de partidos políticos religiosos que, con su existencia misma, contravienen los artículos de la Constitución y del Código Electoral arriba citados.
  2. Que repudiamos a aquellos políticos políticos tradicionales que han fomentado la corrupción, el neoliberalismo a destajo, los manejos contra la ley y el favorecimiento al impacto de las trasnacionales económicas, y ahora culturales, para lo cual no han dudado en desfigurar lo que ha sido nuestra VÍA COSTARRICENSE».
  3. Que llamamos al pueblo de Costa Rica a dar un voto inteligente, que no entregue al país al mejor postor, pues lo nuevo por conocer puede extraviar para siempre nuestra democracia y crear un caos social de graves dimensiones.

 

Nombre y apellidos, correo

Anacristina Rossi, novelista, cuentista, ensayista, cristirossi@gmail.com

Magda Zavala, novelista, ensayista, poeta, mzavalagcr@yahoo.com

Tatiana Lobo, novelista, ensayista, cuentista, talowi@gmail.com

Arnoldo Mora, ensayista, mora_arnoldo@hotmail.com

José León Sánchez, novelista

Yadira Calvo, ensayista, yadicafa@gmail.com

Carlos Cortés Z, novelista, cuentista, ensayista

Adriano Corrales, novelista, poeta, cuentista, hachaencendida@gmail.com

Catalina Murillo, novelista, ensayista, catalinamurillo@hotmail.com

Habib Succar Guzmán, poeta, novelista, –hsuccar@gmail.com

Mía Gallegos Domínguez, poeta, miagallegosdom@hotmail.com

Ana Istarú, poeta, dramaturga

Julieta Dobles Izaguirre, poeta, julietadobles@yahoo.com

Warren Ulloa Argüello, novelista, etnosafari@gmail.com

Emilia Macaya, novelista, cuentista, ensayista

Rodrigo Soto, novelista, cuentista, ensayista, poeta

Laura Fuentes Belgrave, cuentista, ensayista

Uriel Quesada, novelista, cuentista, ensayista

Osvaldo Sauma, poeta

Karla Sterloff, narradora

Alexander Obando, novelista, escatonauta@gmail.com

Guillermo Barquero, novelista, cuentista

Arabella Salaverry, novelista, poeta, cuentista, arabella.salaverry@gmail.com

Macarena Barahona, poeta y ensayista, macarenabarahona@gmail.com

Lucía Alfaro Araya, poeta, lucala20@gmail.com

Olga Goldenberg, poeta, olgoldenber@gmail.com

Faustino Chamorro González, ensayista, fastoscha@gmail.com

Nuria Calvo Fajardo, ensayista, brujiltica@yahoo.es

María del Mar Obando Boza, cuentista, mariadelmar@literofilia.com

Anabelle Aguilar Brealey, poeta, cuentista, anabelleab@hotmail.com

Ronald Bonilla Carvajal, poeta, poeta5ronald@gmail.com

Aylin Morera Ugalde, ced 4-139-426, ticamorera@gmail.com

Michelle Roe, ensayista, mroexirinachs@gmail.com

G.A. Chaves, poeta, leysoda@gmail.com

Guillermo Fernández, poeta, cuentista, novelista guillermo@asesoriascreativas.com

Carlos Morera Beita, ensayista, carlos.morera.beita@una.cr

Rodrigo Paris Steffens, novelista, rodrigo_paris@yahoo.com

Roxana Pinto, poeta y novelista, roxanapinto@gmail.com

Guadalupe Urbina, cantautora, poeta

Iván Molina, cuentista, novelista historiador

Manuel Delgado, novelista, cuentista

Carlos Manuel Villalobos, poeta

Gerardo CascanteV, cantautor, poeta gerarcascante@gmail.com

Rogelio Cedeño Castro, ensayista, agato1946@gmail.com

Marta Rojas, poeta, merojasporras@gmail.com

Carlos Francisco Monge, poeta, académico, crítico literario

Marlene Retana Guido, poeta, marsereno01@gmail.com

Laura Casasa, poeta, lingüista, laura.casasa@gmail.com

Ignacio Carballo Luján, poeta, igneo65@gmail.com

Carlos Rubio, poeta, cuentista, crítico literario

Teresita Aguilar Mirambell, poeta, tamirambell@gmail.com

Daniel Garro Sánchez, cuentista, garro8300@gmail.com

Isabel Cristina Arroyo Calvo, poeta, iarroyocalvo@gmail.com

Ronald Campos López, poeta, ronaldc84@yahoo.com

Luis Armando Gutiérrez, poeta, cuentista, luisarmandogutierrez@gmail.com

Mario Valverde, cuentista, mavalverdeuned@gmail.com

María Alejandra Solórzano Castillo, poeta ciudadmigrante@gmail.com

Laura Zúñiga Hernández , poeta y narradora, langelezluna@gmail.com

María Pérez Iglesias, narradora, mariaperez.yglesias@gmail.com

Leda García, poeta, ledagar@gmail.com

Paola Valverde Alier, poeta, paolavalverde@gmail.com

Marianella Sáenz Mora, poeta, nelsaenzmora@gmail

Carlos Enrique Rivera Chacón, poeta, carlosriverach@gmail.com

Rodrigo Zúñiga Araya, poeta, rodriazunigag@gmail.com

Ana Patricia Urrutia, literatura infantil, cuarzorosa15@hotmail.com

Ximena Paz Cedeño de la Cruz, delacruzximena9@gmail.com

Geovanny Jiménez Salas, narrador y poeta, jimenezsalas@gmail.com

Óscar Núñez Olivas, novelista y ensayista

Álvaro Vega Sánchez, ensayista, novelista y cuentista

 

*Imagen tomada de conozcasucanton.com

Enviado a SURCOS por Ana Cristina Rossi.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Charla – Foro: Religión y Política Electoral

Este viernes 2 de marzo se llevará a cabo a las 4 p.m. en el Museo Regional de San Ramón la charla-foro: Religión y Política Electoral: un Camino para perder el rumbo, a cargo del profesor Alberto Rojas Rojas.

Esta actividad la organizar Articulando Occidente por Costa Rica.

Para más informes comuníquese al número 8382 8792 o al correo hanniaf@gmail.com

 

Enviado por Alberto Rojas.

Escuela Filosofía UCR inaugura curso con conferencia Religión y Política en Costa Rica

La Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica invita este próximo 14 de marzo a las 6 p.m. a la Conferencia Inaugural “Religión y Política en Costa Rica”, con la conferencista Laura Fuentes Belgrave y el moderador MSc. Roberto Fragomeno, en el Auditorio Roberto Murillo, Facultad de Letras, UCR.

Escuela Filosofia UCR inaugura curso con conferencia Religion y Politica en Costa Rica

 

Enviado por Patricia Salgado.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Alberto Rojas explica el vínculo entre el fundamentalismo religioso y la política – Desayunos de Radio UCR

¿Cómo nacen las expresiones fundamentalistas en las iglesias evangélicas? ¿Cuál es su vínculo con la política? En el programa Desayunos, en Radio UCR del viernes 23 de febrero, el teólogo, sociólogo y profesor de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la UNA, Alberto Rojas, lo explica.

Invitado por el especialista en relaciones internacionales y teoría política, Constantino Urcuyo, y el economista Ronulfo Jiménez, -conductores del programa-, Alberto Rojas expuso sobre el tema Religión y Política.

Le ofrecemos el vínculo para escuchar el programa; la conversación se inicia en el minuto 18.

http://radios.ucr.ac.cr/radio-universidad/programas?playlist=81&track=404212683

 

*Imagen tomada del artículo La re-espiritualización de la política, CELAG http://www.celag.org/la-re-espiritualizacion-la-politica/

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Coctel Mortal: Política con Religión

Marlin Oscar Ávila

 

Había mucho contenido en aquello dicho por Jesús dos mil años atrás, según Mateo 22: “Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios, lo que es de Dios”. Pero los fundamentalistas religiosos actuales necesitan volver a escucharlo, recordar la diferencia entre el poder político con el religioso. Aun cuando en Costa Rica, esos religiosos, se han declarado más interesados en el poder político terrenal y lo mezclan, porque sus pastores ven así multiplicar sus fortunas.

Durante este período electoral, de una segunda ronda al primero de abril, un foráneo se puede sorprender de los niveles emotivos con los que aborda el costarricense de la calle el tema político. Al igual que el futbol, los taxistas, los vendedores de la calle, en las tiendas, en los restaurantes, los autobuses, la gente se presta a abordar el tema político. Solamente que el visitante debe estar listo a esa mezcla de lo político con lo religioso. A la vez que le dicen el nombre de los dos candidatos para presidente, aun cuando Fabricio Alvarado Muñoz, es su líder, le pueden mencionar el de Lucifer, el Demonio, el Diablo, etc. Después de develar el otro candidato: Carlos Andrés Alvarado Quesada, como opositor, insinuando que él es amigo con esos personajes de la farándula religiosa. Su explicación sobre el contexto político es que el país va de mal en peor, el PAC, partido de Carlos Alvarado, es responsable de todos los males de Costa Rica, incluso de los causados por el Partido Liberación.

Le recuerdan de la existencia que hubo miles de años atrás de las dos ciudades: Sodoma y Gomorra, para actualizarlo sobre la política, en la que se pretende dar educación sexual en las escuelas (inaudito para el religioso fanático). Es para ese fanático, convertir a la niñez en homosexual, en mostrar sus intimidades en público y pervertir a la juventud, que de por sí, “ya está por el mal camino de la droga y la destrucción de la familia”. Para ese tico o tica, es la integración familiar el camino a la felicidad, la honradez, el decoro, la honestidad, y el desarrollo de Costa Rica. Ni se le ocurra al interlocutor decir que eso es religión y no política, la cual establece la institucionalidad que construye una nación hacia su propio desarrollo. De inmediato, le sugieren que usted no cree en Dios, es usted un ateo, seguramente admirador de Chávez, de Maduro, de Evo Morales, de Daniel y de Correa, para finalmente ubicarle en la categoría utilizada propiamente en la guerra fría: usted seguramente es comunista.

Ese razonamiento simplista que gira en el entorno de la familia, es el que ahora trata de imponerse por el partido Renovación Nacional, en menos dos meses, como si llegar a gobernar es asunto de tomar cursos de una a dos semanas. Desde luego, para contar con personas capaces profesionalmente, se tendrá que unir con los otros partidos conservadores, como el PUSC que tiene su doctrina social cristiana. Para ilustración, en la primera semana de esta segunda vuelta electoral, Fabricio prohibió a su bancada dar entrevistas en los medios, puesto que sus feligreses que ocupan las curules de la Asamblea Legislativa, aun no tienen capacidad para saber reaccionar ante la prensa, según su propia expresión.

En un país de casi cinco millones de habitantes, con una clase media de aproximadamente un 40%, con un promedio educativo del noveno año, cuando utiliza un 7.2% del PIB en educación, y sus universidades se codean con las mejores de América Latina, no deja de ser raro este fenómeno del bajo grado de conciencia crítica y alto grado de conciencia mágica en una proporción considerable que está eligiendo a un pastor fundamentalista como presidente.

El costarricense es alegre, con la costumbre de salir de su medio ambiente lo más que puede para distraerse en fines de semana y vacaciones. Tiene un significativo turismo interno, también le gusta salir a divertirse en familia y ha sido reconocida como una población más liberal al resto de Centroamérica. Tiene uno de los mejores sistemas de salud en el continente, fue el primer país en declarar la educación pública gratuita y lo difícil es justificar los motivos por los cuales una persona no haya cursado su educación básica, al menos.

Esto nos lleva a pensar que han sido los medios informales de la educación lo que han alienado la mentalidad tica. Su juventud cada vez más está alimentando su cerebro de programas televisivos hechos en Hollywood o con telenovelas colombianas y mexicanas; los noticieros que dan información sesgada; los medios electrónicos de comunicación se utilizan para cualquier otra cosa menos para educarse o informarse. Desde luego, todo esto es acompañado por las agresivas religiones y sectas fundamentalistas que ingresan en los barrios pobres y hasta de clase media.

Los pastores religiosos inician su promoción con un discurso de culpabilidad por haber nacido en este mundo. La culpa de ser seres humanos pecadores, que debemos someternos al Dios Todopoderoso. Aceptada la culpa, viene la necesaria redención y limpieza del espíritu pecaminoso. Esto se logra rezando y donando. Lo segundo es indispensable “para el perdón de los pecados y haber nacido impuro”. Se da un adoctrinamiento en el cual se induce a elegir a un pastor, como lo hace ahora Costa Rica, simplemente porque el Tribunal Supremo de Elecciones permitió violar el artículo 28 de la Constitución.

No cabe duda que las corrientes conservadoras y ultraderechistas están dispuestas a violar cualquier precepto y cualquier norma jurídica, con tal de tomarse el poder de las naciones latinoamericanas. Tampoco debemos dudar de que sus capitales internacionales y sus baterías apuntan hacia esta pequeña nación con una democracia ejemplar, en riesgo de sucumbir.

Enviado por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Conversatorio: “Religión y política: lecciones de América Latina y desafíos en la coyuntura costarricense»

El DEI, junto con otras organizaciones y la Coalición Religiones, Creencias y Espiritualidades en Diálogo con la sociedad civil, le invita este próximo martes 27 de febrero a las 6 p.m. al conversatorio: «Religión y política: lecciones de América Latina y desafíos en la coyuntura costarricense«.

Ponentes: Gabriela Arguedas y Nicolás Panotto.

En la Defensoría de los Habitantes (San José, Av 7).

Conversatorio Religion y politica lecciones de America Latina y desafios en la coyuntura costarricense

Enviado por DEI Departamento Ecuménico de Investigaciones.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

La Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, de la Universidad Nacional, ante la actual coyuntura electoral

OBSERVATORIO DE LA RELIGIÓN

La actual coyuntura electoral muestra la contundencia del discurso y la vivencia de lo religioso en la sociedad costarricense. También expone una fractura entre las transformaciones culturales, socio-económicas y políticas, y el sentido que muchas personas otorgan a su vida, tanto para fundamentar sus valores como para crear lazos familiares y comunitarios.

Es indispensable reconocer la importancia de lo religioso para ofrecer referencias de seguridad en un mundo en transición. Hoy como ayer, existen diversas religiones dentro de nuestra geografía así como personas que no profesan ninguna fe. Todas las personas, creyentes o no creyentes, merecen nuestro respeto y el reconocimiento de los mismos derechos y deberes.

El pluralismo religioso en un Estado democrático requiere de no imponer nuestras convicciones sobre las de otras personas, no condicionar las normas y la convivencia al credo profesado, y no discriminar o lesionar los derechos de quien piensa diferente. Ante la garantía constitucional de la libertad de culto, es ilegítimo secundar la imposición de principios religiosos. Este razonamiento es necesario para asegurar una sana coexistencia y fortalecer la democracia, lo cual sólo es viable en tanto se respeten las diferencias que nos caracterizan.

La desigualdad entre el Valle Central y el resto del país, agudizada por los efectos del modelo económico neoliberal, delinea un mapa electoral en el que los sectores más empobrecidos han clamado su abandono a través del sufragio. En este contexto, se ha legitimado la instrumentalización política de argumentos religiosos, para proponer medidas estatales que afectarían la vida de todas las personas que habitan en Costa Rica, y cuestionarían los logros del país en materia de derechos humanos.

La gradual polarización entre dos visiones de país es fruto de la manipulación política de lo religioso aunada a profundas disparidades sociales, cuya expresión en las urnas ha acarreado distintos tipos de violencia y discriminación.

En este escenario recomendamos prudencia, reflexión y discusión a la ciudadanía para:

  • Examinar de forma crítica las propuestas políticas de los partidos involucrados en la segunda ronda de las elecciones presidenciales de 2018.
  • Considerar, a la hora de decidir el voto, los más graves problemas que afectan al país: déficit fiscal, seguridad, empleo, desigualdad social.
  • Promover el diálogo respetuoso entre personas de distintas convicciones religiosas y políticas.
  • Reconocer el alcance histórico de los derechos humanos así como las luchas de los sectores excluidos que posibilitaron su reconocimiento y protección.
  • Evitar y rechazar discursos de odio y discriminación
  • Obtener información de fuentes confiables.
  • Rechazar la intimidación proveniente de grupos políticos o religiosos que pretendan infundir miedo, descalificar o imponer una determinada forma de adhesión.

 

Universidad Nacional

Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión

Heredia, 8 de febrero 2018

 

Tomado del Facebook de Kattia Isabel Castro Flores, compartido por Carmen Chacón.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/