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Etiqueta: resultado electoral

El SIFUPCR ante el resultado electoral

SIFUPCR comparte el siguiente comunicado:

Juan Carlos Durán Castro

Desde el SIFUPCR:

  1. Respetamos los resultados y la voluntad expresada por el pueblo y hacemos las lecturas necesarias del fenómeno.
  2. Detectamos el castigo del pueblo a los partidos tradicionales y no tradicionales.
  3. Apostar a organizar el conglomerado social mayor: EL ABSTENCIONISMO, es una tarea de la agenda.
  4. Desde ya estamos apostando a retomar la autonomía política de los movimientos sociales y presentar muy pronto en conjunto con distintos sectores sociales propuestas ante la Asamblea Legislativa.

Colombia: impresiones acerca del resultado electoral

Por Carlos Meneses Reyes

 

La politología aplica la polarización como la situación o proceso en que la opinión pública se divide en dos extremos opuestos. Ese no es el caso en Colombia. Lo de la “polarización” resulta un sofisma de distracción. El resultado electoral expresa una significación de la lucha de clases en el país. Por Petro votaron los del sin carro. Los del almuerzo “corrientazo”. Los que esperan Salud popular y educación no privatizada. Los segregados por etnicidad, negros, indígenas, minorías. Los liberados por su decisión de sexo y libre juego de la personalidad. Los que sienten vergüenza por la pisoteada soberanía nacional y el saqueo extractivo de los recursos contra los animales y contra la naturaleza. A los que les pensionan y olvidan y dan un miserable salario mínimo y los explotan doce horas. A los marginados y aislados de la comunidad que ubican como en guetos y bajo la chocante discriminación de estratos en las ciudades. Por Duque votaron, los de las castas privilegiadas. Quienes cual sanguijuelas se aprovechan del Establecimiento público: como las familias de los politiqueros y militares de carrera, que mejoran fortuna, prosperan, de las mieles del erario público y de la rapacidad del conflicto armado interno, el cual desean perpetuar. Los Uribeños reales, puesto que “otros” son los desposeídos y engañados, que votan por ellos. Los que pusieron el dinero para su campaña. Las señoras emperifolladas, adornadas, con el dedo “popo” parado, que todo les hiede y discriminan a doquier, si no es blanco, bonito o espigado. Por Duque votaron quienes cuando escuchan estas verdades califican a los demás como resentidos sociales.

La suma de los resultados electorales de Petro, Fajardo y De La Calle demuestran otra realidad: la de una Colombia que desea lo alternativo, el cambio. La que detesta a los partidos tradicionales y las practicas politiqueras de caciques y maquinarias que fueron enterradas. Demuestran que suman la mayoría por la conquista de lo Alternativo en lo político, militar, económico, social.

La segunda vuelta dibuja un panorama diverso a los de “pactos de gobierno”; etapa esta infructuosamente desaprovechada para la primera vuelta. Ya la brújula de la unidad nacional, del compromiso social y la opción democrática va viento en popa con el empoderamiento de la ciudadanía. Asistimos al triunfo de la ciudadanía, que se despoja de las directrices partidistas; hará caso omiso a coaliciones “por las alturas”. Estamos ante un país que definitivamente demuestra un tránsito de la guerra a la paz; que supera el bipartidismo y apunta a un sistema de pluralidad política, de partidos y movimientos múltiples, buscando los acuerdos en lo fundamental. El triunfo sumatorio de la opción política alternativa de las elecciones de ayer 27 de mayo de 2018 enseña, que esa ciudadanía individualmente considerada, ha alcanzado la mayoría de edad en la toma de decisión de su futuro y derrotero definitivo del país y por una Nueva Colombia.

El estadio de las adhesiones expresará su peso político específico en la medida en que las fuerzas políticas de la Coalición Colombia y el Partido Liberal u otros movimientos y partido afines, comprendan que el Programa de la Colombia Humana, materializará un proyecto de Gobiernos Alternativos que no será de cuatro años. Que de ese empoderamiento y triunfo de la ciudanía depende el acuerdo tácito de las fuerzas en adhesión sobre el presupuesto que no habrá reelección presidencial. No tiene cabida, en una concepción de la decencia política, que se acudiere al factor territorial local de los cuestionados varones congresistas electos.

La derecha enfilará y apelará a que el movimiento alternativo popular se enlode hacia las contradicciones por el poder de las fuerzas alternativas, en sumatoria, triunfantes. Aquí, con el mayor respeto, qué valor tiene el que individualmente ora el senador Robledo, opte por el voto en blanco, en consecuencia, a su “ni ni”, ni con Santos, ni con Uribe, sin ocultar sus compromisos con el sindicato patronal antioqueño; ora que el indeciso medias aguas de Fajardo opte por la inconsecuente e irresponsable actitud de la neutralidad; ora que el aparato político del Dr. De La Calle, lo deje al garete. Bajo una razonada reflexión, el ciudadano, el elector, superará lo del voto cautivo. ¿Es lo ideal no? En todo el derecho están los que diserten sobre las mil y una formas del aprovechamiento de la “ignorancia” popular, allá ellos y para ambos bandos. Sin olvidar que quedó constancia en los escenarios públicos que las tres damas de las fórmulas vicepresidenciales alternativas manifestaron: “Alternativo que pase a segunda vuelta lo apoyamos”. “Sin Discusión”. Por tanto, se hace indispensable y necesario que se cumpla, a esta hora. En consecuencia, modestamente considero que aplicara lo de las adhesiones particulares o individuales de esos actores, en búsqueda al triunfo de un Gobierno Alternativo y Popular de la Colombia Humana que triunfe el próximo 17 de junio de 2018.

Por último, es recomendable no atosigar, es decir, inquietar y causar agobios al electorado con exigentes y prolongados debates e interminables entrevistas, durante estas tres próximas semanas. ¡Que las fuerzas alternativas y populares, junto con el grueso de la sociedad civil y organizaciones sociales que las componen, desde el seno de las organizaciones y en del hogar de cada núcleo familiar, discutan civilizadamente la suerte de esta Colombia Grande!

 

Enviado por el autor.

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Qué refleja el resultado electoral en Costa Rica

Jorge Coronado Marroquín (*)

La segunda ronda electoral celebrada el pasado 1 abril 2018 en Costa Rica, deja diversas lecturas, una es que el partido político hegemónico de nuestra segunda república del siglo XX (el que una vez fue socialdemócrata, el Partido Liberación Nacional) sufre un desquebrajamiento estructural al tener dos derrotas consecutivas 2014/2018 en ambos casos con las más bajas votaciones de su historia; su dirigencia demostró su desfase y desconexión total con la realidad, cuando en forma oportunista para esta segunda ronda salieron a respaldar al fundamentalismo religioso, basados en dudosas encuestas.

Sirvió también esta elección para que los grupos económicos y políticos históricamente dominantes, “salieran del clóset”, y mostraran abiertamente por primera vez su talante misógino, homofóbico, racista y excluyente, que por décadas no lo quisieron evidenciar, motivados por el discurso teocrático religioso del partido restauración nacional.

Se demostró también que años de avances sostenidos en alcanzar mayores niveles de igualdad de derechos humanos y de tolerancia a la diversidad, efectivamente han calado en el imaginario del conjunto de la sociedad, principalmente en las generaciones jóvenes, ello explica la altísima votación de esta segunda ronda, que incluso provocó que bajara el abstencionismo con respecto a la primera ronda. La prueba es que el hoy presidente aumenta en un 300% su votación, con respecto a los resultados obtenidos en la primera ronda, mientras que el candidato perdedor aumenta solamente un 60%. Es decir, la gente salió a votar masivamente por la igualdad y la tolerancia.

Pero, siempre hay un, pero, las regiones más pobres, las más excluidas, que son las zonas costeras/rurales no sólo fueron en donde hubo los mayores niveles de abstencionismo en ambas rondas, sino que además fueron las regiones en las que el fundamentalismo religioso ganó, y ello es resultado, del abandono de la acción estatal, de la lógica neoliberal de exclusión de polos de desarrollo y del crecimiento exponencial de las iglesias pentecostales que han construido tejido social.

Esta elección también mostró el desquebrajamiento de la estructura de clases sociales en el país en materia de concepciones y valores, los sectores medios urbanos del centro del país lograron imponer su visión más tolerante, los sectores urbanos y rurales más empobrecidos del centro y la periferia, demuestran que han sido ganados en la cultura de la intolerancia por parte del fundamentalismo pentecostal, esto último muy semejante al resto de América Latina.

La segunda ronda electoral no tuvo como eje movilizador la búsqueda de la igualdad económica, la lucha por la redistribución de la riqueza, la lucha contra la pobreza, contra el alto costo de la vida o por mejores empleos como es lo usual en una campaña electoral, como ya se ha planteado el eje central fue el tema de la igualdad en derechos humanos y contra el fundamentalismo religioso, ello permitió que alrededor del PAC para esta segunda ronda se nucleara un abanico multiforme de fuerzas políticas y sociales, el movimiento de mujeres, de jóvenes, los sindicatos a pesar de las reservas, parte de la izquierda política y también una parte de la derecha tradicional.

En síntesis, podríamos colocar como conclusiones de este proceso electoral, que se rompe ya en forma casi definitiva el sistema tradicional del bipartidismo político, ante ese escenario los sectores conservadores neoliberales migran y tratan de recomponer en las nuevas estructuras partidarias; los sectores religiosos fundamentalistas ganan espacio político y se convierten en actor fundamental en la Asamblea Legislativa con la segunda bancada mayoritaria, en general hay un giro a la derecha en el escenario político costarricense. En términos positivos, únicamente se ha logrado detener que la teocracia pentecostal asumiera la presidencia del país.

Como desafío, todo indica que se está fraguando una nueva alianza neoconservadora en materia económica, en afectación de derechos laborales, en política internacional, en materia fiscal, en materia de atracción de inversiones, lamentablemente en la reconfiguración de dicha alianza está jugando el gobierno recién electo, conjuntando al neoliberalismo tradicional y al fundamentalismo religioso que en materia económica es radicalmente neoliberal.

Se visualiza que el escenario de la confrontación, de movilización y de lucha de calles, por parte del movimiento social organizado y de los sectores perdedores del modelo, sea el escenario más seguro, es la constatación que la lucha por la igualdad de derechos humanos es fundamental, pero no es suficiente, hay que incorporar la lucha por la justicia social, la inclusión económica, la lucha contra la pobreza, revertir la desigualdad y redistribuir la riqueza. En ese escenario, ya no tenemos la misma homogeneidad que se tuvo el pasado 01 de abril, y, por tanto, regresa el escenario de la lucha de ganadores contra perdedores del modelo económico neoliberal.

(*) Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (LATINDADD), Comisión Nacional de Enlace (CNE)

 

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de conozcasucanton.com

Enviado por el autor.

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