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Etiqueta: revanchismo

Revanchismo: el peligroso sustantivo que Alemania y Japón susurran cada vez más alto

Félix Madariaga Leiva

Félix Madariaga Leiva
Periodista

Sigue aumentando la preocupación internacional ante el conflicto que desde hace más de dos años enfrentan la Federación Rusa y Ucrania, una “guerra” construida a tablero desde occidente con la clara intención de derrocar o al menos debilitar el gobierno de Vladimir Putin. Muy tarde Ucrania se dio cuenta de haber caído en una trampa al decidir enfrentarlos. Estados Unidos estaba usando al extenso y estratégico país de Europa Oriental como carne de cañón contra Rusia. Lástima lo tardío de su reacción porque ni Estados Unidos ni Europa han sido los aliados que esperaban; el fallido intento de Estados Unidos de integrar a Ucrania en la OTAN no tenía otro objetivo que rodear a Rusia con bases militares, apuntando hacia Moscú misiles nucleares para no dar a Rusia tiempo de reacción ante un ataque. Estados Unidos nunca aceptaría la instalación de bases de un adversario tan cercanas a su territorio. Claramente para ellos sería un acto hostil, pero como ya hemos visto en innumerables ocasiones, la política norteamericana aplica para el resto del mundo la ley del embudo.

Es evidente que Chile no está cerca ni participa en primera persona, miles de kilómetros nos separan de ese conflicto bélico, que ilusamente pensamos -que al no alcanzar nuestras fronteras- no nos afectará. Sin embargo, sabemos que este conflicto podría escalar aún más con el involucramiento activo de actores como Alemania y Japón – aliados estratégicos de la OTAN; el primero miembro activo de la organización desde 1955 y el segundo que aunque no es parte de ella, es un aliado clave y se relaciona a través de acuerdos y programas personalizados; ambos países en una carrera armamentista sin precedentes, ambos países con políticas revanchistas.

De hecho, en diciembre de 2024 el primer ministro japonés Fumio Kishida anunció que su país duplicaría el gasto militar durante los próximos 5 años, dotándose de medios de defensa y aumentando sus capacidades para la guerra cibernética debido a la amenaza que suponen China y Corea del Norte; y en junio de 2022, Alemania informaba la histórica decisión adoptada ante el conflicto ruso-ucraniano que tras modificar las reglas de exportación de armas, aprobó también el mayor gasto para el departamento de Defensa de los últimos 83 años.

En diciembre de 2023 Japón exhibió su poderío militar y tecnológico. Reconocidos mundialmente por su excelencia en electrónica y tecnologías avanzadas, Japón no se está quedando atrás en el campo militar. Apoyado por su principal aliado Estados Unidos, está fortaleciendo su arsenal en respuesta a las crecientes tensiones con China, especialmente en torno a las Islas Senkaku y el Mar de la China Meridional. Cabe señalar que el ministro de Transformación Digital japonés Taro Kono, destacó el prototipo de un Caza (avión de Combate) de sexta generación llamado FX o F3 que fue ideado para estar una generación por delante del F35 (EEUU) y ser un rival superior para los Cazas chinos y rusos.

Las 5 armas militares más poderosas de Japón incluyen el Caza Mitsubishi F2, el avanzado Submarino Diesel-Eléctrico Clase Soryu, el Caza F-15J, el innovador Caza de Sexta Generación FX y el impresionante Buque Multipropósito Clase Izumo. Japón se está preparando para cualquier eventualidad, destacando su compromiso de comprar hasta 147 aeronaves F-35 y producir su primer portaaviones desde la Segunda Guerra Mundial.

Es innegable su gran desarrollo tecnológico, pero no son autosuficientes, dependen del armamento que les pueda proveer Estados Unidos, y en ese sentido, ya se sabe históricamente como proceden, dan apoyo hasta que no les conviene, como lo afirmaba claramente el expresidente John Quincy Adams a principios del siglo XX, «Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes«; de hecho, de su actual aliado recibieron 2 bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, cuyas consecuencias el país del sol naciente aún las sigue pagando.

También vale la pena preguntarse si Alemania va en camino a convertirse en una potencia militar. Desde el inicio del conflicto ucraniano debate sobre sus necesidades y responsabilidades en cuestiones de defensa. El país ha decidido aumentar fuertemente el presupuesto para el área y ha aprobado de forma especial un fondo de 100 mil millones de euros  para modernizar su ejército y cumplir el objetivo de la OTAN, es decir, destinar el 2% del PIB a gastos de defensa. Pero Alemania tiene un problema no menor, que es la escasez de personal (tropas militares) y trabajadores calificados para la construcción de armas, como lo señala Katarina Engberg, Delegada de Defensa de Suecia ante la OTAN. Lo que percibimos es un gran esfuerzo en fabricar armamento y conseguir soldados para la guerra, aun cuando lo más civilizado sería buscar acuerdos entre las naciones de tal manera que se asegure la paz.

¿Y dónde está el problema?

Desde el inicio del conflicto ruso-ucraniano, la OTAN entregó su apoyo a uno de los involucrados en la catástrofe. La inclusión activa de Alemania y Japón podría llevar el conflicto a un nivel aún mayor y desatar incluso una nueva guerra mundial, con la que sí todos nos veríamos afectados directamente. Como ejemplo, en junio de este año Ucrania y Japón firmaron un acuerdo de seguridad y cooperación para los próximos 10 años, en el que el país nipón se compromete a un financiamiento de hasta USD 12.000 millones, para el apoyo a largo plazo en ámbitos de seguridad y defensa, ayuda humanitaria, recuperación y reconstrucción de Ucrania.

Por otra parte, recientemente la OTAN inauguró en Alemania un centro de mando para Ucrania, el centro de Wiesbaden, desde donde se planificará y coordinará la asistencia de seguridad a Kiev. La base contará con unos 700 efectivos de países aliados de la OTAN y socios seleccionados.

Creemos que no son datos casuales, creemos que es deber de todos aquellos que desean vivir en sociedades democráticas, justas y equitativas defender la paz y buscar soluciones que no signifiquen la destrucción y la humillación de un país y sus habitantes. Independiente del lado en que nos encuentre este conflicto, de las razones que se esgriman, de las explicaciones y las justificaciones, creemos sobre todo en el derecho a vivir en paz. La superioridad militar de algunos países es un retroceso para el frágil equilibrio mundial, si el objetivo de Alemania y Japón es convertirse en potencias militares, no es por autodefensa, es la clara señal de un revanchismo que no se ha extinguido, sólo dormía esperando una excusa para despertar.

Fuentes:

https://actualidad.rt.com/actualidad/508436-pistorius-alemania-japon-realizar-ejercicios

UCR, Voz experta: El revanchismo al poder

Camilo Retana Alvarado, docente de la Escuela de Filosofía e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas Foto: Anel Kenjekeeva, UCR

Culpar a gobiernos pasados de la situación del país dejará de ser un discurso creíble

No reconocer los méritos de administraciones pasadas es ponerse una soga al cuello

Varias medidas tomadas por la administración Chaves Robles en las últimas semanas tienen un aire tácito de revancha. Parte central de la narrativa de Chaves, ya desde el período de campaña, es que había llegado el tiempo de relevar a los que no habían dado la talla en los últimos treinta años; había llegado el tiempo de reemplazar a los culpables de las inoperancias del pasado.

Como discurso de campaña se trata de una estrategia efectiva, pues este tipo de argucia retórica no solo mete a todos los enemigos políticos en un mismo saco, sino que además los diferencia del enunciatario, quien se presenta como el Mesías llamado a enmendar los desastres de quienes lo precedieron. Se trata de un discurso agitador, pero que bien se podía atribuir a los furores desatados por toda coyuntura electoral. Se trata también, claro está, de un discurso esperable en virtud de sus altas posibilidades de éxito a la hora de movilizar descontentos en las urnas y de su capacidad de explicar cualquier cosa que no funcione reduciendo la complejidad de lo político a una cuestión de voluntad.

Lo que resulta sorprendente (¿lo resulta?) es que, transcurridas ya algunas semanas desde el comienzo de la nueva administración, ese discurso de la revancha no solo no se haya matizado, sino que haya aumentado sus decibeles. El mensaje a la ciudadanía y a la clase política es que no se dejará títere con cabeza, sin importar las bondades del títere. Los relevos en puestos, juntas y cargos discrecionales son prerrogativa de cada administración entrante y es lógico que un nuevo gobierno se interese en colocar operadores clave en ciertas zonas neurálgicas. La administración de Chaves, sin embargo, pareciera encadenar destituciones cuyo único denominador común son las viejas facturas que las explican. Es casi como si el revanchismo se elevara a estilo de gestión política.

No cabe duda de que hemos hecho muchas cosas mal en el país durante los últimos treinta años. Tampoco de que hay muchas cosas que podrían y deberían hacerse mejor. Pero es igualmente cierto que funcionarios de las administraciones anteriores han hecho su trabajo de manera esforzada y muchas veces destacada. El reconocimiento a algunos de esos funcionarios por parte de la ciudadanía es prueba suficiente de ello. Carecer de la generosidad política para reconocerlo no solo es señal de mezquindad, sino que implica ponerse la soga al cuello al generarle a la sociedad civil unas expectativas que a la postre resultan incumplibles. Por lo demás, desechar el conocimiento que muchos de esos actores políticos tienen de las instituciones en las cuales han trabajado, en algunos casos por décadas, pareciera reflejar una voluntad de botar al niño junto al agua sucia.

Para decirlo con pocas letras: si no por un criterio ético, al menos por un asunto de estrategia de cara al futuro, lo mejor para el actual gobierno sería dejar de escupir hacia arriba, pues llegará el momento en que seguir atribuyendo el estado actual de cosas a lo mal que lo hicieron los gobiernos pasados, dejará de ser un discurso creíble. En suma, si bien el revanchismo funcionó como estrategia electoral, habría que recordar al gobierno que ha pasado ya suficiente agua debajo del puente de las votaciones.

 

Camilo Retana Alvarado
Docente de la Escuela de Filosofía e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas, UCR