Carlos Sandoval García y Brayan Rodríguez Delgado, investigadores del Centro de Investigación en Comunicación
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
Jornadas de investigación del Ciicla
Es indispensable que quienes viven la exclusión puedan manifestarse con voz propia
El proyecto Exclusión social y procesos electorales en Honduras, Nicaragua y Costa Rica (2021-2022), que se realizó desde el Centro de Investigación en Comunicación (CICOM) con apoyo de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, se interrogó si la exclusión social, un rasgo predominante de las sociedades centroamericanas, estaba o no presente en las narrativas y resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Honduras, Nicaragua y Costa Rica, celebradas en 2021 y 2022.
En términos metodológicos, se analizó la presencia de temas asociados a la exclusión social en los perfiles públicos de personas candidatas, partidos políticos y medios de comunicación en redes sociales. Ello fue posible por medio de una herramienta creada por la compañía Meta (antiguamente Facebook) denominada CrowdTangle, la cual está a disposición de académicos y grupos de investigación mediante una solicitud de inscripción.
En el caso de Costa Rica, el hallazgo principal es que el mundo de la vida, caracterizado por la exclusión, no encuentra un correlato en las publicaciones de las personas candidatas monitoreadas. Las publicaciones asociadas a exclusión oscilaron entre un 6,38 % (el menor) y 29,35 % (el mayor) del total de posts publicados.
La contienda electoral 2022 se caracterizó por ser una campaña centrada en las personas candidatas. En la primera ronda, por ejemplo, 12 de las 25 personas candidatas (49 %) publicaron más en sus cuentas oficiales que en la de sus propios partidos. Frente a este panorama, ni los medios de comunicación, cuyas publicaciones referentes a la exclusión no alcanzaron el 3 % en Costa Rica, ni la ciudadanía logran introducir contrapesos a esta perdurable cultura política caudillista.
El proyecto también se interesó por analizar las propuestas programáticas de los partidos políticos que lograban mayor apoyo según las encuestas en meses previos a la primera ronda electoral 2022. Ello fue posible gracias a una afortunada modificación del artículo 148 del Código Electoral, según la cual el programa de gobierno es un requisito para los partidos que se presentan a las elecciones presidenciales.
Los programas muestran tres rasgos principales. El primero es su heterogeneidad, es decir, varían considerablemente entre sí, tanto en términos de estructura, como de extensión. En segundo lugar, se trata de programas más de tipo diagnóstico, los cuales carecen de metas a las que se les podría dar seguimiento en términos de cumplimiento. En tercer lugar, la exclusión es un tema marginal en los programas, pues apenas entre un 4.61 % y el 13,76 % del contenido de los programas analizados correspondía a alguna alusión a la exclusión. De nuevo, lo que es crucial y doloroso en el mundo de la vida es marginal en la oferta partidaria.
Ahora bien, cuando se cotejan los resultados electorales con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), la conclusión es que quienes enfrentan mayores desventajas votan menos y, cuando lo hacen, tienden a preferir a opciones partidarias semejantes. En un análisis de correlación entre IDH y abstencionismo por provincia, se obtuvo un coeficiente negativo de -0.85 en la primera ronda, es decir, a menor IDH mayor fue el número de votantes que se abstuvieron de ir a las urnas. La exclusión no fue una prioridad de las campañas, pero sí constituye un factor que incide en la decisión de votar y por cuál partido hacerlo.
Surge entonces la pregunta de ¿por qué aquello que es central en la vida es marginal en las narrativas electorales? Una, entre otras respuestas, es que la política electoral ha experimentado una erosión de su legitimidad en diversas regiones y no se diga en Centroamérica. Más que dar respuesta a demandas ciudadanas, mucho de la política electoral consiste en legitimar la oferta electoral en sí misma.
En el caso de Costa Rica, por ejemplo, la promesa de campaña del ahora presidente Chaves, “yo me compro la bronca”, condensa una variante del populismo autoritario, según el cual gobernar es una tarea en primera persona, de claro acento machista, nombrada como una “bronca”. La “mano dura” se arropa con un lenguaje populista que pretende presentarse como alguien del “pueblo”.
Emerge, pues, una suerte de gamonal urbano, capaz de liderar un proyecto político neoconservador con poca resonancia práctica en el mundo de la vida, pero sí estridente en las declaraciones públicas y en las redes sociales.
También aparecen variantes del neoconservadurismo religioso, que entre 2018 y 2022 fueron dejando atrás la fachada cristiana para ir asumiéndose en lo que hoy llaman la “nueva derecha”.
Una vez que la campaña electoral toma el curso caudillista, ni los medios de comunicación ni la ciudadanía logran posicionar agendas y temas que trascienden las descalificaciones mutuas y la política del escándalo. La ciudadanía no construye oportunidades para posicionar temas o retos que pudieran ampliar la discusión.
En este siglo XXI, Costa Rica, y más en general Centroamérica, vive un nuevo ciclo político que puede ser descrito como una implosión social en que no hay conflictos armados, pero en que la democracia electoral no da respuesta a las demandas y expectativas de sectores mayoritarios.
El hecho que la democracia electoral no ofrezca opciones frente a la exclusión tiene enormes repercusiones, pues ¿de qué otro modo se pueden alcanzar acuerdos sociales? No se trata de idealizarla y menos ignorar las asimetrías de poder que la caracterizan, pero sin duda en la medida en que la exclusión se profundice, la democracia, en su expresión electoral y sustantiva, pierde legitimidad.
Frente a este panorama, los populismos autoritarios pretenden ofrecer respuestas a la exclusión, las cuales, aparte de la estridencia retórica, están lejos de responder a las demandas y expectativas ciudadanas.
Hoy en Costa Rica, y no se diga en Centroamérica, es indispensable que quienes viven la exclusión puedan manifestarse con voz propia. Es la esperanza que el libro ¿Responde la política electoral a la exclusión social en Centroamérica?, el cual recoge los hallazgos presentados de manera sucinta en este artículo, contribuya a fortalecer voces propias.
Carlos Sandoval García Investigador del Centro de Investigación en Comunicación, UCR
Brayan Rodríguez Delgado Investigador del Centro de Investigación en Comunicación, UCR
Tras informes engañosos y cambios de medidas sin revisión, la viróloga Eugenia Corrales Aguilar de la Sección de Virología del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales, Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica, anuncia “con respecto al oficio MS-DM-7660-2022 donde se me ratifica como parte del grupo técnico para la vigilancia de COVID-19, influenza y otras enfermedades respiratorias, al apoyo en el grupo técnico de fiebre amarilla y al asesoramiento técnico brindado desde el 2020 sobre estas y otras virosis, le informo que a partir del día de hoy me separo de estas funciones” expresó.
Su renuncia se da tras declarar una mala gestión de la jerarca Joselyn Chacón Madrigal como Ministra de Salud, la cual no ha podido establecer mecanismos claros en cuanto a “garantizar una asesoría de alta calidad científica que permita al personal de primera línea de defensa contra COVID19 ni a la población costarricense tomar decisiones y medidas adecuadas en la prevención y mitigación de estas enfermedades”, el cuestionamiento de la Ministra sobre su manejo de la situación a nivel salud no es el primero.
Desde el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica el Licenciado William Alberto Méndez Garita, anuncia el acuerdo al que ha llegado dicha institución, este consiste en rechazar las tarifas mínimas de los colegios profesionales en una lucha por la defensa de estos, el cual, se le notificó a la Asamblea Legislativa dicho pronunciamiento.
Esto debido, al anuncio del gobierno sobre el decreto que eliminaría las tarifas mínimas, así como el Consejo Universitario, también otros colegios profesionales manifestaron dicho rechazo, argumentando la inviabilidad de dicha acción, que afectará la calidad de los servicios y atención de la población.
César Alfaro Redondo, un docente seducido por la historia, la sociología, la dirección de empresas y la salud, liderará la Escuela de Tecnologías en Salud de la UCR por cuatro años consecutivos
Su currículumno genera ninguna duda. El M.Sc. César Alfaro Redondo es un docente e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR) que desde joven fue seducido por el conocimiento.
Por eso, no es raro que actualmente este profesional, con tan solo 40 años, cuente con saberes en campos tan diversos como la dirección de empresas, la terapia física, la salud pública internacional, la sociología, una maestría en gerencia de la salud y, muy pronto, un doctorado en historia.
Su interés por la salud es notable y ahora esta pasión se verá reflejada con mayor intensidad en la nueva tarea de liderazgo que desempeñará por cuatro años consecutivos: la dirección de la Escuela de Tecnologías en Salud de la UCR, la unidad académica más joven de la universidad.
Con un tono muy amable y una gran calidez humana, el M.Sc. Alfaro brindó unos minutos de su tiempo para explicar cuáles son sus prioridades de gestión, así como el tipo de escuela que desea dejar como legado a la UCR y al país.
Un profesional de muchas facetas
―Don César, me llama muchísimo la atención que usted sea experto en disciplinas tan diversas. ¿Qué lo motivó a conocer tantos campos del conocimiento y cómo es que ahora esta mezcla de saberes va a venir a aportar en su nueva administración en la Escuela de Tecnologías en Salud?
―César Alfaro Redondo (CAR): “Han sido las inquietudes de la vida y las académicas que me han llevado a recorrer distintos caminos. Recuerdo que muy tempranamente, cuando cursaba la licenciatura en Terapia Física, me di cuenta que había una parte importante relacionada con la comprensión de los procesos de salud y de enfermedad que iban más allá de los aspectos puramente biológicos, anatómicos, fisiológicos y clínicos, que son los que predominan en las ciencias de la salud, y que son parte de una visión un poco más individualizada de los casos y de las circunstancias.
Entonces, a partir de ese momento desarrollé un interés por abrir un poco más el lente y ese lente me lleva al pensamiento y a la lógica de la salud pública. En ese campo de conocimiento me empiezo a dar cuenta que es necesario dar un mejor fundamento a esas comprensiones, lo cual me lleva a empezar la carrera de Sociología que, a pesar de que no la he concluido, tengo una parte importante del creditaje avanzado.
En Sociología termino de abrir un gran panorama de pensamiento y concibo que esos procesos sociales, colectivos, políticos, culturales ―que tienen una consecuencia en la salud de las personas de los pueblos― es un proceso de acumulación histórico. De esta manera llego a mi otro interés: la historia, para poder enlazar algunos de estos elementos.
De esta forma, mi camino ha sido conducido por los procesos de salud-enfermedad, en su dimensión más amplia de aspectos sociales, políticos, económicos y culturales. Esta combinación de pensamientos, de marcos teóricos y de posibilidades analíticas, me han permitido pensar no solo los procesos de salud y de enfermedad en su propia complejidad, sino también en el tipo de formación del recurso humano que se requiere para atender esa complejidad.
Es precisamente aquí cuando, en las funciones particulares de la escuela, esta visión amplia sobre cómo se llevan a cabo los procesos de salud-enfermedad, se entiende que la formación del recurso humano también debería ser muy semejante y responder a esa amplitud. Es decir, la formación del recurso humano debe tener combinación de distintos campos disciplinares”.
―Una combinación que es necesaria, aún más, en una escuela que aborda seis carreras vigentes: audiología, imagenología diagnóstica y terapéutica, salud ambiental y terapia física, así como ortoprótesis y ortopedia e histocitotecnología.
―CAR: “Sí. A pesar de que nuestras carreras en Terapia Física, Imagenología Diagnóstica y Terapéutica, Salud Ambiental ―también impartida en la Sede de Guanacaste―, Ortoprótesis y Ortopedia, Audiología, Histocitotecnología (y muchas otras que se han impartido en otros momentos) tienen este matiz desde sus orígenes de combinar distintos campos disciplinares en ellas mismas, lo que pasa es que, justamente, están pensadas en esta lógica de interdisciplinariedad y transdisciplinariedad del sector salud como un campo complejo en el que intervienen elementos políticos y económicos.
Eso es importante, pero también es importante no pensar la formación del recurso humano de las carreras como el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes exclusivas de la dimensión individual y hospitalaria, sino que deben responder a ese concierto más amplio de lo que es una sociedad y de lo que implica. Es decir, pensar más allá del caso clínico, contemplar todos los otros elementos vinculados, y que esto esté representado en la forma en la que se desarrollan las carreras, así como en los procesos de investigación, de acción social y de docencia que ejecutamos a lo interno.
Sintetizando lo que he dicho, considero que los procesos de formación del recurso humano que llevamos en la escuela procuran ir más allá de esa mirada estrictamente clínica y eso es un sello particular. Mi expectativa, entonces, es ampliar y ayudar a construir recursos humanos en salud capaces de comprender muy bien lo clínico, las habilidades específicas de la atención en salud, pero también capaces de pensar, reflexionar y discutir en esta amplitud. Esto es un proyecto que nuestra escuela ha desarrollado y que, con esos matices particulares que yo le he dado a mi proceso de formación, aportan a pensar más claramente algunas ideas para lograr el objetivo”.
―¿Y por dónde empezar, don César? ¿Cómo lograr esa meta en el recurso humano que acaba de plantear? Estuve leyendo que su propuesta tiene ocho prioridades base.
―CAR: “Sí. Hay dos grandes grupos. Un primer grupo que tiene que ver con una gestión hacia lo interno de la unidad académica, y luego otro que tiene que ver más con el ámbito externo de ese quehacer.
En el ámbito interno habría que señalar algo importante y es que somos la unidad académica más joven, si no me equivoco, con seis carreras que se encuentran activas en una única unidad académica. Incluso, en algunos momentos sucede una dinámica interna similar a la de una facultad porque hay muchos campos de conocimiento trabajando en simultáneo.
No obstante, también hay que señalar que nosotros, siendo de las unidades académicas más jóvenes, muchas de nuestras carreras ya tienen 20 o más de 20 años de impartirse. Esto significa que aquella escuela que, en su momento impartía algunas licenciaturas y apenas estaba formando recursos humanos a nivel de licenciatura, ahora está alcanzando la mayoría de edad. Ya han desarrollado y profundizado sus objetos de estudio. Además, son mucho más reconocidas en el contexto nacional y en el contexto internacional.
Ese proceso de crecimiento ha traído algunas implicaciones en términos organizativos, pues no es lo mismo para una unidad académica que imparte una única carrera, que nosotros con seis carreras. Esta explosión de los distintos objetos de estudio que posee cada carrera hace que los procesos de gestión académica y administrativa tengan que ser rediscutidos, replanteados y analizados, porque eso es lo que dará sustento a los desarrollos y al recurso humano en cada una de ellas”.
―Por eso, para usted la gestión administrativa es clave.
―CAR: “Por supuesto. Las particularidades que tiene nuestra escuela necesitan procesos de gestión administrativa muy bien afinados, de manera que puedan conducirse los desarrollos específicos de cada una de las carreras, y también acompañar aquellas en donde hay un campo de conocimiento que, tal vez, no tiene el mismo desarrollo que el otro.
Dentro de esta dinámica es necesario saber cuándo hay temas que son particulares de un objeto de estudio y cuándo otros implican a toda la colectividad, pues hay circunstancias que deben ser atendidas particularmente y otras deben ser trabajadas colectivamente. Es moverse justo en esa dinámica. Por eso, yo a lo interno planteo lograr una armonización de los procesos administrativos al considerar todas esas particularidades”.
―Y, ¿en el ámbito externo?
―CAR: “Participar en las mesas de discusión. Al ser de las unidades académicas más recientes, nuestra participación en las mesas de discusión del sector salud, y de otros actores particulares de carácter institucional, en algunos momentos han estado muy presentes y en otros un poco más al margen.
Así que, uno de los grandes retos que yo visualizo en esta etapa de gestión en la dirección, es que nosotros podamos estar presentes en esas mesas de discusión y aportar desde nuestros distintos campos, tanto en el quehacer institucional, como en aquellas preocupaciones que forman parte de las políticas públicas de los ministerios. Por ejemplo, del Ministerio de Salud, del Ministerio de Vivienda y hasta del Consejo Nacional de Discapacidad y otras instituciones que conforman el sector salud.
La aspiración es que nosotros podamos ser vehículos y que desde nuestros campos de conocimiento participemos activamente en la generación de políticas públicas que requiere el país. Por supuesto, esto también contempla la dimensión institucional de esas discusiones, por lo que es importante ubicarnos bien en esas mesas de discusión, de reflexión y de análisis para que nuestros objetos de estudio puedan aportar verdaderamente y realizar contribuciones significativas que beneficien ante distintas circunstancias o condiciones de vida a la población que habita el país.
¿Y cómo podemos acompañar esas reflexiones en cuanto a políticas públicas? Desde trabajos finales de graduación, proyectos de investigación o trabajos comunales universitarios; ya que usualmente en los campos de conocimiento de las tecnologías en salud, existe aún poco desarrollo de política pública. Esa dimensión interna y externa que expliqué son dos grandes desafíos que yo visualizo en este momento de gestión”.
Un equipo que respalda
―Pero hay algo importante aquí. Durante su candidatura, usted se mostró confiado, esperanzado y receptivo por el equipo humano que lo rodea. ¿Cuáles son esos elementos claves que usted identificó y que serán esenciales para lograr estos dos grandes objetivos que tiene por delante?
―CAR: “El equipo humano fue uno de los elementos más importantes en los que más me basé en términos personales para tomar la decisión de si asumía, o no, este reto.
Lo expresé justo así porque yo formo parte de la segunda generación de la licenciatura en Terapia Física y me incorporé muy tempranamente al quehacer docente. Prácticamente, mientras concluía la tesis de licenciatura ya formaba parte del equipo de docentes que se incorporaban a la carrera.
Entonces, yo pertenezco a una generación que comparte conmigo estas características; es decir, compañeros y compañeras de salud ambiental que también son de las primeras generaciones y que se incorporaron tempranamente. Lo mismo ha sucedido en Imagenología Diagnóstica y Terapéutica e, incluso, casi de forma semejante, el equipo administrativo.
Para decirlo en sencillo, somos parte de una generación que ha sido criada y creada a lo interno de la Escuela. Las personas que dirigieron la Escuela en los períodos anteriores nos transmitieron sus preocupaciones, sus aprendizajes y su visión. Ahora, yo represento a una generación que ha tenido toda esa vivencia la cual, a su vez, hoy cumple más de 10 años de experiencia en gestiones administrativas y, el personal académico, más de 15 años de estar involucrados en la docencia.
Nosotros somos la generación sobre la cual reposa la herencia que nos han dejado nuestros antecesores y nuestra experiencia ya adquirida brinda las posibilidades para que nosotros continuemos construyendo un equipo de trabajo que puede echar mano de los liderazgos que tienen nuestros compañeras y compañeros administrativos quienes, en los últimos 10 años, han asumido importantes retos y desafíos.
Este equipo tiene capacidades acumuladas, así como liderazgos en colectivos e individuales, que me han dado la confianza de saber que, ante todos esos retos, no es un individuo el que se encuentra, sino que hay un equipo detrás de acompañando, respaldando, construyendo, poniendo la energía a los proyectos y pensando siempre cómo se pueden mejorar las carreras.
Un detalle más que me dio mucha confianza, fue recordar que a nuestras espaldas tuvimos todo el proceso de acreditación, de autoevaluación y acreditación de varias de nuestras carreras. Por lo tanto, han sido muchos trabajos en los que hemos estado involucrados y, perfectamente, contamos con un equipo de trabajo y de docentes con distintos talentos que respaldan proyectos de más largo plazo.
Hay confianza, hay apertura, hay receptividad con personas con las que he trabajado durante los últimos 16 años y así basé mi decisión, al saber que no iba a estar solo y que compartimos una visión en común a mediano y largo plazo”.
―Y en ese caminar que hará acompañado, con la complicidad y el talento de todo un equipo de amplia experiencia, se fortalecerá una Escuela que ha sido pionera en el país en diversos campos, como en la Imagenología Diagnóstica y Terapéutica, solo por mencionar uno.
¿Cuál es esa imagen de escuela que usted quiere dejar impregnada en la mente de las y los costarricenses?
―CAR: “Yo quisiera que nuestra escuela sea visible como una escuela muy dinámica, siempre involucrándose en distintos proyectos y niveles de discusión. Veamos la carrera de Salud Ambiental, por ejemplo. Esta carrera tiene que ver con implicaciones en vivienda, en alimentos, en protección radiológica (que es un área que se comparte con Imagenología Diagnóstica y Terapéutica) y hasta en procesos industriales. Es decir, hay un conjunto de temáticas, de vinculaciones, de articulaciones, que nuestras carreras tienen individualmente que, si nosotros las analizamos colectivamente, vemos que generan un gran dinamismo en nuestra escuela.
Y vea que solo mencioné uno de los campos del conocimiento. Si nosotros hiciésemos esto para cada una de las seis carreras, este impacto sería exponencial. Por eso, yo pienso que este dinamismo es una de las características más visibles porque, de todos modos, ya lo hacemos.
Muchas de nuestras carreras han sido partícipes en la construcción del conocimiento en ciertos campos de la salud en los que hace 10 o 15 años, prácticamente, no existía nada. Aquí voy a referirme al caso de Terapia Física, en donde nosotros tenemos más de 100 trabajos finales de graduación, los cuales aportan en distintos ámbitos como, por ejemplo, en las técnicas de recolección de datos y de análisis. Estos instrumentos especializados no existían en el campo de la fisioterapia a inicios del 2000 y eran impensables en la década de los 90.
Esta participación de la UCR, y de nuestra escuela, en la construcción de conocimiento, es otro de los rasgos que también me gustaría que fuera percibido. Varias de nuestras carreras no existen o son de reciente formación en el contexto centroamericano. Entonces, también visualizo a nuestra escuela en esa interacción regional que nos podría dar distintos frutos, además de que la gente nos vea como una escuela que se plantea retos que aportan nuevos fundamentos teóricos y metodológicos que contribuyen con la construcción de conocimiento.
Por lo tanto, yo mencionaría estos tres elementos en cuanto a cómo me gustaría que la Escuela de Tecnologías en Salud fuese percibida por la ciudadanía. Primero, como un actor dinámico y partícipe en distintos ámbitos, activos en la construcción del conocimiento, y también como un actor regional centroamericano y latinoamericano. ¿Por qué esto último? Porque en el contexto centroamericano y latinoamericano, varias de nuestras carreras no existen o son de reciente formación. Por eso, queremos que otros países se puedan acercar y ver en nuestra escuela una posibilidad de conocer el camino andado, así como tomar experiencias y generar aprendizajes compartidos de nuestro proceso”.
Habilidades blandas
―Ya para concluir, quiero retomar la parte de la formación de las y los estudiantes. Usted mencionó incentivar el intercambio entre disciplinas para robustecer el aprendizaje y el conocimiento de quienes, cuando se gradúan, tendrán la responsabilidad de sostener un sistema de salud. ¿Se ha pensado en robustecer también las habilidades blandas, un elemento fundamental que forma parte del pensamiento humanístico de la UCR?
―CAR: “Esa es una pregunta muy interesante y me atrevo a decir que, incluso, será algo en lo que nosotros como Universidad tendremos que involucrarnos muchísimo más.
Hace algunos años yo decía, en algún momento de la clase que, más allá de ser buenos en fisiología o anatomía ―refiriéndome a los elementos puramente técnicos de nuestros campos del conocimiento―, teníamos también que desarrollar otro tipo de habilidades. Un elemento diferenciador de inserción laboral y de realización personal tiene que ver con todas esas otras capacidades que no están escritas en ningún lado y que nosotros vamos desarrollando.
Cuando yo hablaba de eso, en ese momento no se tenía claro la noción de las habilidades blandas asociadas a los procesos formativos, pero yo ya hacía énfasis a esto en el sentido de que, en algún momento de la contratación y de la inserción laboral, una persona que está interesada en contratar a alguien no se va a guiar exclusivamente por la titulación, porque quizás las personas candidatas cumplan con ese requisito. Aquí es donde entra en juego el valor agregado.
La persona contratante también capta del candidato o candidata las habilidades blandas. Por eso, en la Escuela le empezamos a dar más énfasis a esas habilidades blandas, y discutimos incluso la necesidad de ir más allá todavía. Ya que la pandemia puso en evidencia la necesidad de favorecer el desarrollo de las personas en su integralidad compleja y amplia.
¿Qué quiero decir con esto? Que luego de la titulación de lo técnico, de los conocimientos, habilidades y actitudes, vienen las habilidades blandas y, luego de eso, las habilidades socioemocionales, tanto para la convivencia conmigo mismo, como para con los demás. Esto es todo un reto porque la pandemia, de las cosas buenas que nos dejó, es que nos hizo evidente el poco manejo que le hemos dado a la salud mental. Por lo tanto, a estas habilidades blandas también hay que sumarle los procesos emocionales que tienen una dimensión individual hacia mi interior como individuo, pero también una dimensión colectiva hacia los demás.
Este aprendizaje socioemocional, el cual debemos empezar a discutir en toda la universidad, me parece que es el paso siguiente. No queremos a un robot en ingeniería que haga todas las cosas perfectas pero que, cuando interactúa consigo mismo y con los demás, tenga muchas dificultades para hacerlo, o que sea una persona insatisfecha o una persona que no logre tener realización personal.
A nosotros como institución y como sociedad nos interesa un muy bueno o una muy buena profesional en imagenología diagnóstica y terapéutica, que tenga muy buenas habilidades blandas y que sepa conversar con una persona, así como traducir todo su conocimiento técnico a una explicación que otra persona pueda interpretar y utilizar para su bien.
En este sentido, nos espera un gran reto en la docencia. Si ya hay dificultades para traducir un conocimiento técnico durante los procesos de enseñanza-aprendizaje, ¿ahora cómo hacemos para que este aprendizaje socioemocional, del que quizás yo como docente tampoco soy muy consciente ni lo he trabajado conmigo mismo, llegue a otros individuos?
El retorno de la pandemia hizo necesario que tuviésemos más espacios en el aula solo para expresar cómo nos habíamos sentido y esto, sin duda, es algo a lo que le vamos a tener que prestar atención: escuchar al estudiante, transmitirle empatía y solidaridad, en aras de que nuestra Universidad no sólo aparezca en las primeras posiciones de ranking de mejores universidades, sino que también podamos experimentar acá una vivencia memorable en muchos sentidos”.
Jenniffer Jiménez Córdoba Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
La promulgación de la Ley Indígena en 1977 marca un precedente para la defensa de los derechos de las poblaciones indígenas. Imagen con fines ilustrativos: comunidad indígena guaymí, Alto Conte, Golfito. (Foto: Anel Kenjekeeva, ODI)
Alejandra Amador Salas, Periodista
Mediante un pronunciamiento aprobado por el Consejo Universitario a finales del año 2022, la Universidad de Costa Rica (UCR) celebró el fallo de la Sala Constitucional que declara la nulidad de todas las compraventas de tierras por parte de personas no indígenas dentro de los territorios de estas poblaciones, realizadas posterior a la entrada en vigencia de la Ley Indígena en 1977.
Esta Ley establece en su artículo 3 que Las reservas indígenas son inalienables e imprescriptibles, no transferibles y exclusivas para las comunidades indígenas que las habitan. Los no indígenas no podrán alquilar, arrendar, comprar o de cualquier otra manera adquirir terrenos o fincas comprendidas dentro de estas reservas.
Pese a la claridad de la legislación, el señor Rodrigo Aráuz Figueroa interpuso en el año 2021 una acción de inconstitucionalidad contra la jurisprudencia de la Sala I de la Corte Suprema de Justicia, en relación con dicho artículo. Sin embargo, el 19 de octubre 2022, la Sala Constitucional declaró sin lugar esta acción, por mayoría.
Ante esta situación, la UCR considera que la normativa nacional e internacional, los derechos humanos de los pueblos originarios y la resolución de la Sala Constitucional reflejan la necesidad de que el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial intervengan con celeridad y procedan con los desahucios correspondientes para que estas poblaciones recuperen sus tierras y que no haya violencia durante el proceso.
Desde hace más de 10 años, el Consejo Universitario ha visibilizado las situaciones que han vivido los pueblos indígenas costarricenses con respecto a la tenencia, ocupación y recuperación de tierras y recursos. Asimismo, ha instado al Gobierno de la República a tomar medidas contundentes para proteger a esta población tan vulnerable.
Una reconocida científica estadounidense compartió en Costa Rica hallazgos que muestran cómo el cambio climático y el uso de la tierra inciden en el desarrollo de los mosquitos transmisores de enfermedades
Malaria, dengue y el mal de chagas. ¿Qué tienen todas esas enfermedades en común? La respuesta es una: todas son transmitidas por vectores; es decir, insectos.
Si le queda la duda, solo recuerde al Aedes aegypti, el principal mosquito transmisor del dengue que ha ocasionado 7 285casos en Costa Rica en el último año, cifra que ha venido en alza año con año, según reporta el Ministerio de Salud.
Por supuesto, dicho aumento no ha sido solo en Costa Rica, sino que también a nivel internacional. En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró un incremento considerable de casos por dengue que pasaron de 505 430 reportes durante el 2000, a 5.2 millones de casos notificados en el mundo en el 2019.
Lo anterior ha llevado a que por más de dos décadas varios científicos internacionales sostuvieran la hipótesis de que el calentamiento global podría estar aumentando, de alguna manera, la propagación de estos insectos y, por lo tanto, en las enfermedades que transmiten. Hoy, finalmente, se sabe que esa hipótesis era parcialmente incorrecta.
Así lo explicó la Dra. Erin A. Mordecai, profesora asociada a la Escuela de Biología de la Universidad de Stanford, e investigadora senior en el Instituto Woods para el Ambiente de los Estados Unidos, en el Simposio “EcoVector: Ecología de mosquitos como vectores patógenos”, realizado por el Centro de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Para la Dra. Mordecai, esa creencia de que un mundo más caliente sería automáticamente uno más enfermo, por un aumento de padecimientos como la malaria, era erróneo. Las investigaciones de su equipo científico encontraron que la temperatura óptima para la transmisión de la malaria era, incluso, mucho menor a la temperatura que modelos previos a lo largo de la historia habían señalado.
“Nuestro enfoque se aplicó por primera vez en la malaria tipo «falciparum», centrado en los vectores más relevantes de África. Lo que vimos fue que las tasas máximas de transmisión de malaria están ocurriendo alrededor de los 25°C grados centígrados, no 32°C como los modelos anteriores predijeron y, lo más importante, tuvimos la primera evidencia de que este tipo de transmisión disminuye a temperaturas cálidas”, destacó la Dra. Mordecai.
Ese mismo dato lo comprobaron en Kenia con 200 niños de 80 casas diferentes. Ahí vieron una relación no lineal con una transmisión máxima de malaria que ocurre alrededor de los 25°C y fuertes disminuciones por encima de los 30°C.
“Los hallazgos son realmente importantes porque van en contra de esta idea de que, a temperaturas más cálidas, mayores padecimientos por vectores transmisores de enfermedades. De hecho, nuestros nuevos datos sugieren que las temperaturas más cálidas en lugares como Kenia podrían disminuir la incidencia. Esto, porque el mosquito transmisor de la malaria, el Anopheles, no tolera temperaturas tan altas”, puntualizó la Dra. Mordecai.
La razón del porqué siempre existió la creencia de que un aumento en la temperatura incrementaría los mosquitos transmisores de enfermedades, se debía a que el mosquito es incapaz de regular su propia temperatura corporal. Su proceso de supervivencia depende de la temperatura del ambiente y por eso se pensaba que, como el planeta se está calentando, las condiciones de los mosquitos eran cada vez más adecuadas. Ahora se sabe que no es necesariamente así.
¿Pero ese hallazgo aplicaría para todo?
La respuesta es no. La Dra. Mordecai indicó que aplicaron exactamente el mismo modelo de análisis a once enfermedades diferentes transmitidas por mosquitos y, además, con gran variedad de vectores transmisores de parásitos y virus. Ahí estuvieron incluidos el dengue, el chikunguña, el Zika, el virus del Nilo Occidental, entre otros.
“Lo que vimos constantemente es que hay picos a partir de los 23°C y 29°C. Algunas de nuestras temperaturas óptimas más cálidas son para el dengue y el zika, cuyo pico de transmisión es a partir de los 30°C. Probablemente, esto no sea una sorpresa para nadie pues, al ser enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti, se sabe que es un mosquito adaptado a ambientes muy cálidos” comentó la científica.
En contraste, para otros países más fríos, encontraron que hay enfermedades como la encefalitis del Nilo occidental y la encefalitis equina del este, común en el noroeste de los Estados Unidos, que se distribuyen de manera más templada, entre los 20°C aproximadamente. Por su parte, la malaria mostró situarse, justamente, en 25°C.
Un planeta que cambia
Entonces, ¿qué significan los hallazgos anteriores en el contexto del cambio climático? La Dra. Mordecai indica que “depende”.
La experta dijo que si un país o zona está en una región bastante templada, o en una estación con temperaturas más frías entre los 12°C y los 24°C, cualquier aumento en la temperatura incrementará las enfermedades transmitidas por vectores.
Por el contrario, si es un país que se ubica en una región cálida, una mayor temperatura obstaculizaría que los mosquitos proliferen porque no pueden desarrollarse a temperaturas extremas. Por lo tanto, no podrían transmitir ninguna de esas enfermedades.
“Lo interesante de esta investigación es que sugiere que existe este rango de temperaturas, entre los 24°C y 29°C, donde algunas enfermedades están aumentando rápidamente como el dengue y el zika. A esas mismas temperaturas, otras enfermedades están disminuyendo como el virus del Nilo Occidental y, en el caso de la malaria, esta sube y baja su temperatura óptima. Por lo tanto, la misma temperatura de referencia y la misma cantidad de cambio en la temperatura podrían resultar en afectaciones cualitativamente distintas en diferentes enfermedades”, aclaró la Dra. Mordecai.
En el mapeo que la especialista realizó en África se muestra que, ante un aumento de temperatura, es probable que suba la transmisión del virus del dengue y disminuya la malaria, pues el vector transmisor de la malaria solo prolifera en temperaturas más templadas.
“El dengue es una enfermedad arboviral común en muchas regiones del África subsahariana y las medidas de control son completamente diferentes a las de la malaria. Entonces, se vería una posible expansión del dengue, impulsada por el clima, mientras al mismo tiempo vemos contracciones en malaria. Esto es un mensaje importante de salud pública por el que debemos preocuparnos”, comentó la científica.
Centroamérica no es la excepción. La Dra. Mordecai especificó que en el 2015 se contabilizó que cerca de 100 000 000 de personas en Centroamérica están en riesgo de contraer el virus del Zika. Pero, con el cambio en la temperatura, y con un escenario de emisiones moderado, para el 2050 las personas en riesgo podrían aumentar en un 60 %.
“En un futuro, para la transmisión durante todo el año vamos a esperar más del doble de personas en riesgo. Nuestro modelo sugiere que habrá aumentos generalizados que permitirían alcanzar una idoneidad de temperatura para la proliferación de enfermedades como el zika en Centroamérica”, expuso la experta internacional.
En resumen, se espera ver que el cambio climático genere modificaciones en la transmisión de muchas enfermedades, no necesariamente expansiones, aunque es posible que se vean algunas muy incrementadas.
La malaria en el Amazonas es transmitida por el mosquito Anopheles, que es un vector asociado al borde del bosque. Este mosquito se reproduce en charcos de agua que tienden a acumularse especialmente con la alteración del suelo cuando hay deforestación. Entonces, se esperaría que este tipo de deforestación promueva la malaria que, en esa región, es causada principalmente por los parásitos Plasmodium vivax y Plasmodium falciparum, dijo Mordecai. Imagen de Freepik.
El ser humano influye
Una advertencia muy importante que dio la estadounidense es que, si bien en todo ese proceso están los mosquitos transmisores de enfermedades como los protagonistas primordiales, no están solos. Las actividades humanas son importantes mediadores y, para ella, el cambio en el uso de la tierra tiene mucho que ver.
¿El ejemplo más cercano? La deforestación en el Amazonas. De acuerdo con la científica, los datos estadísticos muestran un aumento importante de malaria en esa región que coincide con el tiempo en que el gobierno promovió la carretera transamazónica. Esta situación les hizo pensar que esa importante deforestación tuvo algo que ver, una hipótesis que comprobaron después.
“Nuestra hipótesis era que la deforestación aumenta la incidencia de la malaria al crear ese hábitat y poner a las personas en contacto con el borde del bosque. Otra hipótesis que queríamos probar fue cómo la relación entre la deforestación y la malaria podría variar según las etapas de la transición del uso de la tierra”, señaló.
Los resultados fueron contundentes y encontraron que la pérdida de bosques sí incide en un aumento de la incidencia de malaria. “Más importante aún, pudimos mostrar que este es un efecto de tamaño bastante sustancial. Se generaron alrededor de 6,4 casos adicionales de malaria por kilómetro cuadrado de bosque talado. Esto es mucha malaria provocada por la tala de bosques”, informó la bióloga.
¿Hay efecto inverso?
Totalmente. La pérdida de bosques influye en un aumento de la malaria. No obstante, la científica se preguntó: ¿podría un aumento de malaria afectar la deforestación? Sorprendemente, sí. Su equipo encontró que la malaria reduce la deforestación.
“Vimos evidencia del efecto inverso. Tenemos que la incidencia de malaria está afectando lotes de bosque. Nuestro modelo nos revela evidencia estadística para esa retroalimentación y, para estimar el tamaño del efecto, vimos que por cada caso adicional de malaria había menos bosque talado, cerca de un 0.072 k2. Esto sugiere que existe esta bidireccionalidad o realimentación entre la deforestación y la malaria”, explicó la estadounidense.
Además, descubrieron que al subdividir los datos, el impacto de ese efecto en el interior del Amazonas es aproximadamente el doble, más alto que en toda la región. Esto apoya la hipótesis de que, realmente, hay una especie de frontera entre el bosque y la agricultura de subsistencia afectada, esta vez, por la malaria.
“La deforestación promueve la malaria al crear ese hábitat en el borde del bosque y poner a las personas en contacto con él. Pero, al mismo tiempo, vemos que la deforestación disminuye al haber altos incidentes de malaria. Posiblemente, porque las personas al enfermar deben dejar la tierra y eso frena los procesos de tala. No obstante, esto es algo que no sabemos con exactitud. Por eso, estamos muy interesados en investigar de manera empírica”, comentó la Dra. Mordecai.
Para la experta, si el proceso de deforestación continúa en el Amazonas, con solo 10 000 k2se podría ver alrededor de 62 000 casos adicionales de malaria. Esto ya lo arrojó el modelo que ellos mismos crearon y sería un impacto sustancial en la salud pública.
Para llegar a esa conclusión, la Dra. Mordecai compartió la realización de un modelo matemático con base en el número reproductivo básico (R0), que permitió unir distintas variables en una única ecuación para conocer cómo responde la transmisión de enfermedades por vectores a la temperatura.
Es el turno de Costa Rica
En cuanto a Costa Rica, ya se han realizado algunas investigaciones internacionales en este sentido. La Dra. Mordecai comentó que ella y dos de sus estudiantes visitaron el cantón de San Vito de Coto Brus, Puntarenas, en el 2017.
En esa ocasión, al ver la diversidad en el uso de la tierra que tiene el país tanto para la agricultura como en el bosque, se cuestionaron sobre cuál es el impacto de la variación del uso de la tierra en la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos. El estudio concluyó que, a mayor cobertura boscosa, mayor diversidad de mosquitos y menos vectores transmisores de enfermedades.
“Encontramos que en el Aedes albopictus ocurre principalmente en áreas residenciales y agrícolas. De hecho, fue el mosquito más común que encontramos. El Aedes aegypti se presentó en cada tipo de área y el Anopheles albuminous fue realmente muy raro, solo lo encontramos en un sitio”, recordó la Dra. Mordecai.
Pero eso no fue todo. También hallaron que, al observar la cobertura forestal frente a la probabilidad de que ocurra Aedes albopictus, la relación es opuesta. “El Aedes albopictus no se presentó en áreas con una cubierta de árboles realmente alta. De hecho, la única área con una cubierta de árboles alta donde sí se presentó el Aedes Albopictus fue una plantación de pino que, realmente, no es un bosque. También, en plantaciones como café, palma y áreas residenciales”, detalló la científica.
Actualmente, se están planeando investigaciones para entender mejor la relación entre cambio de uso de suelo y el dengue. La Dra. Adriana Troyo Rodríguez, científica del CIET-UCR, es parte fundamental del estudio propuesto.
Jenniffer Jiménez Córdoba Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
La biotecnología moderna utiliza el cultivo in vitro de plantas para propagar especies en peligro de extinción, así como para la creación de nuevas variedades vegetales. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
Encuesta Actualidades 2022
No existe claridad entre la mayoría de las personas consultadas sobre la diferencia entre un producto producido con biotecnología y otro que no.
La biotecnología está presente en distintas áreas de la vida diaria. Muchos de los productos que consumimos o utilizamos han tenido en su fabricación un proceso tecnológico.
No obstante, cuando se habla de biotecnología, son pocas las personas que saben qué significa el término y cuáles son sus aplicaciones.
Para indagar entre la ciudadanía costarricense sobre su percepción y conocimiento de la biotecnología, estudiantes del cursoDiseño de encuestas por muestreo de la Escuela de Estadística, de la Universidad de Costa Rica (UCR), preguntaron si antes habían escuchado del término biotecnología.
La encuesta se realizó en octubre pasado a 1873 personas mayores de edad usuarias de teléfono celular. Con ellas se abordaron nueve temas de la realidad nacional.
La Convención de la Diversidad Biológica de 1992 define el término biotecnología como aquella aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos.
Según explica la Dra. Laura Solís Ramos, especialista en biotecnología y profesora de la Escuela de Biología de la UCR, la biotecnología “siempre ha existido en la vida cotidiana”. Desde épocas antiguas, los humanos han utilizado las rutas metabólicas de ciertos organismos para la producción de vino, cerveza, pan, queso y yogurt, entre otros alimentos.
Por eso en el ámbito académico se hace una clasificación entre la biotecnología antigua y la biotecnología moderna. Esta última surgió en 1980 con el desarrollo de herramientas moleculares, lo cual facilitó la ingeniería genética para la transformación genética de plantas y, más recientemente, la edición de genomas.
En cuanto a los resultados de la encuesta, se encontró que el concepto de biotecnología no es lo suficientemente conocido en la población, puesto que solamente un 36,9 % dijo entenderlo. Este porcentaje corresponde sobre todo a personas con educación universitaria (69 %), jóvenes entre los 18 y 29 años (45,3 %) y quienes manifestaron que sus ingresos les alcanzaban para cubrir sus necesidades (43 %).
A quienes respondieron que sí conocían el término de biotecnología se les preguntó en qué medio lo habían escuchado. Con mayor frecuencia mencionaron la televisión (30,2 %) e Internet (27,8 %).
Se les consultó además si lograban identificar algunos productos de la vida cotidiana que son producidos mediante la biotecnología.
“Para evitar malos entendidos debido a diversas comprensiones del término, a todas las personas entrevistadas se les explicó que la biotecnología utiliza organismos vivos, como bacterias, hongos y virus, para producir bienes y servicios que beneficien al ser humano”, aclaran los estudiantes responsables de este módulo de la encuesta.
Al respecto, se les preguntó por el agua, el vino, el polvo de hornear y las vacunas. De estos, solamente el vino y las vacunas utilizan procesos biotecnológicos en su producción.
“Los datos muestran que para las personas entrevistadas la diferencia entre un producto producido con biotecnología y uno que no, no es clara”, añaden. Solamente un 7,6 % de los entrevistados acertó en la respuesta. Este porcentaje fue más alto para la población con educación universitaria.
La biotecnología ha formado parte de la vida diaria de los seres humanos, quienes han aprovechado ciertas rutas metabólicas de organismos para la producción de alimentos, como el pan y el queso. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
Pese a que solo un 26 % dijo que el agua es un producto biotecnológico, un 60 % respondió lo mismo del polvo de hornear. Entre tanto, la mayoría de las personas consideró que el vino y las vacunas son productos de la biotecnología (67,6 % y 86,6 %, respectivamente).
Transformación genética: zona de conflicto
La transformación genética de plantas ha originado en diversos momentos un fuerte debate nacional sobre el uso y consumo de organismos genéticamente modificados (OGM) y sus posibles efectos.
Esto motivó a preguntar a las personas encuestadas si estaban de acuerdo en consumir alimentos modificados con biotecnología que presentaran beneficios para los consumidores. Por ejemplo, un mejor precio, mayor contenido nutricional, mejor sabor o mayor durabilidad.
Se observó que hay disposición en consumir dichos alimentos, dado que la mitad reveló que está dispuesta a consumirlos si los productos tienen mayor valor nutricional (76,2 %), mejor sabor (69,4 %), mayor durabilidad (69,3 %) o un precio más bajo (68,5 %).
Solís sostiene que ha habido desinformación en la sociedad y mucho desconocimiento sobre los OGM, lo cual ha repercutido incluso en la investigación científica que se realiza en el país.
“En los últimos años hemos tratado de que la gente esté mejor informada sobre estos aspectos de la biotecnología, porque al no haber información disponible se genera miedo en la población”, argumenta.
La investigadora recuerda que en Costa Rica hay una Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad, que regula todo lo relacionado con los OGM. “Este ente no va a permitir que se libere un OGM sin pasar primero por un proceso de evaluación que garantice seguridad para los humanos, el ambiente y los otros seres vivos en un campo donde se vaya a cultivar”, destaca la biotecnóloga.
La biotecnología también ha alcanzado preponderancia en la medicina. La elaboración de vacunas, de antibióticos, el desarrollo de fármacos, la insulina, entre muchos otros productos, requieren de procesos biotecnológicos.
Otro campo de aplicación es la biotecnología verde, en la cual sobresale la producción de biofertilizantes, de biopesticidas, el cultivo in vitro para propagar una especie en peligro de extinción y la creación de nuevas variedades de plantas con resistencia a plagas, virus, patógenos, cultivos enriquecidos con vitaminas y con resistencia al estrés de la sequía.
En la biotecnología ambiental se utiliza mucho la biorremediación, que consiste en el uso de microorganismos para remover metales pesados en minas abandonadas, por ejemplo.
Finalmente, Solís menciona que en el desarrollo de la biotecnología participan profesionales de múltiples especialidades y disciplinas.
Metodología de la encuesta
La Encuesta Actualidades 2022 es parte del trabajo práctico que en el segundo ciclo lectivo del 2022 realizaron los estudiantes de tercer año de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, en el curso de Diseño de Encuestas por Muestreo.
En esta undécima versión se efectuó una encuesta nacional, que incluyó una muestra probabilística de 1873 personas mayores de edad, usuarias de teléfono celular, residentes dentro del territorio nacional. Además, se abordaron nueve temas relacionados con la actualidad nacional.
El marco muestral de la encuesta incluyó los primeros cuatro dígitos activos de los teléfonos celulares activos de las operadoras telefónicas existentes en el país según la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL).
El error del muestreo es de 2,3 % para las variables en porcentajes. La tasa de respuesta fue de aproximadamente el 30 %.
Los estudiantes responsables del módulo sobre biotecnología fueron: Jossette Barboza Gamboa, Sebastián Cedeño Castro, Allison Cruz Rodríguez, Kevin Herrera Quezada y Kendy Valverde Vargas. La profesora a cargo del curso es la Dr. Fernanda Alvarado Leitón.
José Daniel Jiménez Bolaños, docente de la Escuela de Historia e investigador del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas
Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.
Jornadas de investigación del Ciicla
La necesidad de parecer duro hace que un presidente adopte posiciones autoritarias frente aquellos grupos e instituciones que lo cuestionen o problematicen sus políticas
El discurso político y, especialmente, los diferentes discursos que se despliegan en los medios de comunicación durante el periodo de campaña electoral son de los principales mecanismos por medio de los cuales se abre la posibilidad de construir, cuestionar y perpetuar elementos de la masculinidad. Las campañas electorales se pueden leer como espacios para la representación ritualizada de las masculinidades; lugares de demostración de los ideales de género, interpretados socialmente como requisitos para ocupar el puesto público de mayor importancia: la presidencia.
Desde el final de la Guerra Civil de 1948 y la consolidación de la polarización ideológica en el marco de la Guerra Fría, las actitudes culturales hacia la masculinidad presidencial han sido moldeadas, en gran medida, por la potencial amenaza externa, y sus posibles ramificaciones locales. En medio de un mundo que era interpretado como lleno de amenazas comunistas listas para hacerle daño a Costa Rica, la figura del presidente debía encarnar y exhibir fuerza, dureza e intolerancia total hacia esos supuestos enemigos. Por lo tanto, la construcción de masculinidades en el contexto de la segunda mitad del siglo XX está íntimamente vinculada con el despliegue de la violencia política, dirigida, en su mayor parte, a evitar que esos otros amenazantes pudieran acceder al poder.
Fuente: Partido Unión Nacional, «Campo pagado», Diario de Costa Rica, 7 de enero de 1962, 4.
Las campañas electorales son un espacio idóneo para la difusión y la competencia de ideologías culturales y políticas, por lo tanto, pueden ser también entendidas como luchas entre diferentes versiones del ideal masculino hegemónico, así como disputas sobre el tipo de cualidades masculinas mayormente apreciadas y esperadas por la mayoría del público elector. Quién es y cómo actúa el candidato presidencial – así como la forma en que la masculinidad es representada y construida en los discursos – tiene una gran influencia en la producción y reproducción de normas sociales y expectativas de lo que significa ser un hombre de verdad.i
En este contexto, las plazas públicas habían adquirido un peso simbólico muy fuerte en la cultura político-electoral; eran lugares de fiesta y celebración, y la tribuna era el escenario en el que los políticos ejecutaban una obra ritualizada, en la cual el candidato debía dar cuenta de sus cualidades y méritos para ser presidente, al mismo tiempo que los oponentes eran colocados en el lugar del villano, incapaces de asumir las riendas del país y siempre dispuestos a la subversión.
Otra actividad de demostración de fuerza que está presente es la toma simbólica de las principales avenidas del casco central de la ciudad de San José. Tanto las plazas públicas como la toma de las avenidas – además de ser espacios de celebración y fervor político – fueron también escenario para el despliegue de la violencia: insultos, golpes, disturbios, turbas, matonismo, brigadas de choque, hordas, mafias, prácticas gansteriles, batallas campales y luchas callejeras son algunos de los términos utilizados para caracterizar estas actividades. A continuación se presentan algunos casos específicos.
Durante la campaña de 1953, en la que se enfrentaron José Figueres Ferrer del Partido Liberación Nacional (PLN) y Fernando Castro Cervantes del Partido Demócrata (PD), hubo constantes acusaciones de violencia política ejercida por los partidarios.
Desde la perspectiva liberacionista, la estrategia de sus opositores consistía en enviar “grupos de matones a provocar, durante la reunión, a figueristas que oyen los discursos a prudente distancia. Estos matones, al ver que el figuerismo no les hace caso, interpretan esa actitud como temor, y se pasan obligando a los figueristas a darles su merecido.”ii Desde el discurso del PLN, sus opositores eran catalogados como matones, como individuos que buscan generar conflicto e intimidar a la población. Hay una crítica al uso de la violencia, no obstante, dicha crítica es ambigua, ya que por un lado se les reprocha a sus contrincantes el matonismo, pero al mismo tiempo se reservan para sí mismos una potencial respuesta violenta.
Las acusaciones de violencia no provenían exclusivamente del PLN. Por ejemplo, el PD culpó a los liberacionistas de cometer actos de barbarie, de mandar turbas para que lanzaran piedras en las actividades políticas, por ejemplo en Cartago,iii y en Tilarán donde, incluso, se le achacó a Figueres que “las pasiones al rojo vivo que despierta sus prédicas […] dieron lugar a que se provocara entre vecinos de aquel lugar una grave serie de incidentes.”iv En el club político del PD en Alajuela se dio un conflicto debido a que grupos de figueristas se situaban frente al edificio para gritar e insultar. En esa ocasión se afirmó que a los liberacionistas “les fue muy mal y salieron duramente castigados, pero esta vez con el éxito inicial que dan la sorpresa y la agresión cobarde y carente de hombría […] demostraron su malacrianza, su agresividad y su falta de cultura.”v Dichas agresiones fueron, incluso, condenadas por el presidente Otilio Ulate, quien se posicionó como un “hombre decente” a quien este tipo de actos le producen indignación.vi
Campaña de 1970
Para las elecciones de ese año se perfilaban dos candidatos principales: José Figueres Ferrer del PLN y Mario Echandi Jiménez del Partido Unificación Nacional (PUN). Al igual que sucedió en ocasiones anteriores, fue a mediados de enero – a escasas semanas del día de la votación – cuando la violencia callejera se desató.
En un editorial de La Nación se informó que, desde hace días, los partidos políticos habían empezado con la práctica de tomar las vías céntricas de la capital como una forma de demostración de fuerza y desafío. Se señaló que “quien concibió ese nuevo método de campaña política, que inmediatamente ha sido emulado por los otros partidos, se propuso buscar en la calle, en la agitación de masas, lo que no encuentra en la propaganda oficial […] algo que suscite pasión y exaltación de los ánimos.”vii
Eso fue lo que sucedió el 16 de enero, ya que al menos 20 personas resultaron heridas en la Avenida Central, se destruyeron las vitrinas de múltiples tiendas y la policía tuvo que intervenir.viii En un segundo disturbio el 23 de enero, fueron detenidas 30 personas que se habían situado en la misma avenida,ix incluso el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) se manifestó, argumentando que la violencia callejera afectaba la promoción del turismo extranjero, dejando en entredicho el nombre del país.x En medio de este contexto conflictivo, los delegados del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tuvieron que afrontar las luchas callejeras, ejerciendo como mediadores entre los partidos y propiciando un “pacto de caballeros” con el fin de frenar la violencia.xi
Mario Echandi criticó varias veces a Figueres por su carácter violento y por su actitud en las plazas públicas. En un discurso televisado, el candidato del PUN afirmó que su oponente liberacionista había utilizado la tribuna política en Orotina y Nicoya para asegurar que “su método de acción política va a ser el garrote para los costarricenses.”xii En repetidas ocasiones Echandi hizo alusión a la supuesta “crisis nerviosa” que dominaba a Figueres. De acuerdo con el discurso del PUN, era alguien con los nervios quebrados, con crisis de temperamento, con poses de matonismo e incapaz de dominar sus emociones.xiii. Incluso se llegó a afirmar que Figueres había supuestamente golpeado con un palo al menor de edad Mariano Campos Garita.xiv En un campo pagado firmado por varias mujeres se exclamó: “Alto ahí Figueres. Vapulear menores no es de hombres. Eso es el matonismo llevado al máximo extremo.”xv
Fuente: Partido Unificación Nacional, «Campo pagado», La Nación, 21 de enero de 1970, 37.
Campaña de 1974
Compleja por la gran cantidad de candidatos: Daniel Oduber Quirós por el PLN, Fernando Trejos Escalante por el PUN, Jorge González Martén del Partido Nacional Independiente (PNI), Rodrigo Carazo Odio del Partido Renovación Democrática (PRD), G.W. Villalobos del Partido Demócrata (PD) y Manuel Mora del PASO. Al igual que en las campañas anteriores, fue a mediados de enero cuando los brotes de violencia callejera se empezaron a dar.
El 11 de enero se informó que grupos de jóvenes de Liberación y Unificación recorrieron la Avenida Central de San José, lo que desembocó en un intercambio de insultos y una lucha de banderazos que tuvo como resultado el envío de 7 personas al hospital.xvi En esa misma semana se comunicó que el club del PUN en el centro de San José había sido atacado por partidarios del PLN, lanzando piedras, rompiendo vidrios y lastimando a las personas que se encontraban en su interior, a lo que el TSE tuvo que intervenir.xvii En relación con estos hechos, desde el PUN se manifestó que “lo que pasa es que están envalentonados con las palabras del presidente Figueres, cuando dijo que nos iba a dar garrote.”xviii
Dicha afirmación hace referencia a una conferencia celebrada por Figueres en San Rafael de Cinco Esquinas, en Tibás, donde reprochó la publicación de un campo pagado del PUN sobre los gastos de Casa Presidencial y Relaciones Exteriores. Al respecto afirmó que “como gobernante tengo que contestar esas majaderías. A los mentirosos les daré una paliza.”xix Por su parte, Julio Suñol manifestó en un editorial del Diario de Costa Rica que el presidente Figueres “ofreció dar ‘una paliza a los mentirosos’. Los mentirosos son los que se le oponen. Quienes no coinciden con sus puntos de vista.”xx Para Suñol, las declaraciones de Figueres eran evidencia de la decadencia que vivía el país, ya que se presentaba un escenario donde solo se podía esperar lo peor: un campo de batalla que llevaría al país por la vía del enfrentamiento armado.xxi
Campaña de 1982
En la contienda en que se enfrentaron Luis Alberto Monge Álvarez del PLN, Rafael Ángel Calderón Fournier de la Unidad y Mario Echandi Jiménez del Movimiento Nacional, la violencia callejera se va a desatar a escasos días de la fecha de las votaciones. La Avenida Central y su posesión simbólica entre partidarios de las dos principales agrupaciones políticas fue lo que hizo estallar una lucha a garrotazos, hubo cinco jóvenes que tuvieron que ser enviados al Hospital San Juan de Dios, uno de ellos inconsciente.xxii Durante la misma semana, en una manifestación política de la Unidad en la ciudad de Palmares, estalló una bomba de gases lacrimógenos entre la multitud.
Muy similar a la estrategia de Virgilio Calvo durante la campaña de 1970, y de Carazo en la de 1974, Echandi se balanceaba entre el despliegue de violencia de los otros partidos políticos, lo que le abrió la posibilidad de representarse lejos de los supuestos extremismos, como el candidato de la paz, y el unificador de la familia costarricense, discurso que ya había utilizado en sus campañas anteriores de 1953, 1958 y 1970. En un contexto de crisis económica e intensificación del conflicto armado centroamericano, la construcción de la masculinidad en el ámbito de las campañas electorales experimentó una transformación: ya no se trataba de demostrar la violencia del candidato opositor, sino de tomar posesión simbólica de la paz. Las campañas políticas durante esta década se caracterizaron por una competencia entre los candidatos por establecer quién de ellos era su legítimo representante.
Fuente: Sin título, La República, 21 de enero de 1986, 10.
Masculinidades contemporáneas
La relación notoria entre la masculinidad y la política ha ido adquiriendo una centralidad notable en las discusiones contemporáneas a nivel internacional. Ante un panorama donde el compromiso, el diálogo y el consenso son vistos como signos de debilidad por parte de una configuración de masculinidad militante y combativa, la necesidad de parecer duro hace que un presidente adopte posiciones autoritarias frente aquellos grupos e instituciones que lo cuestionen o problematicen sus políticas. Se trata de una forma de masculinidad que no solo está en desacuerdo con otros sectores, sino que los demoniza, para menospreciarlos con apodos y ataques. Se hace necesario pensar críticamente sobre la relación entre masculinidad y política, tanto en el presente como en el pasado.
i Jackson Tambor Katz, “The Presidency as Pedagogy: A Cultural Studies Analysis of Violence, Media and the Construction of Presidential Masculinities,” (Tesis de doctorado, Los Angeles, University of California, 2009).
ii PLN, “El castrismo se violenta,” La República, 8 de julio de 1953, 9
iii “Cartago contra Figueres,” Diario de Costa Rica, 11 de julio de 1953; PD, “El figuerismo sepultó a José Figueres,” La Nación, 21 de julio de 1953, 21.
iv PD, “El figuerismo deja una estela de dolor por los lugares que transita,” La Nación, 4 de julio de 1953, 6.
v PD, “Rabioso ante la inminencia de su derrota el Figuerismo inició una etapa de provocaciones,” La Nación, 15 de julio de 1953, 8.
vi PD, “Las declaraciones del señore presidente Ulate,”, La Nación, 17 de julio de 1953, 9.
vii “Editorial: Propaganda y campaña política,” La Nación, 16 de enero de 1970, 14.
viii “Heridos anoche en refriegas en Avenida Central entre simpatizantes de los partidos políticos,” La Nación, 17 de enero de 1970, 32.
ix “Guardia Civil controló a provocadores,” La Nación, 24 de enero de 1970, 12.
x ICT, “Un llamado a la cordura,” La Nación, 24 de enero de 1970, 30.
xi “Editorial: El ejemplo de los delegados del T.S.E.,” La República, 28 de enero de 1970, 8.
xii PUN “Un hombre con los antecedentes de Figueres, no puede hacerle al pueblo la ofensa de pretender la Presidencia,” La República, 8 de enero de 1970, 18.
xiii PUN, “Esta es la diferencia,” La República, 15 de enero de 1970. 15; Mario Echandi, “Indigna a los costarricenses que Figueres ofrezca dar palo a los ciudadanos,” La Nación, 3 de enero de 1970, 23; PUN, “Ciérrele el paso al comunismo,” La Nación, 13 de enero de 1970, 32; PUN, “La victoria de Unificación será arrolladora,” La Nación, 24 de enero de 1970, 33.
xiv PUN, “Figueres agredió personalmente a un menor de edad,” La República, 13 de enero de 1970, 7.
xv PUN, “Cortina de humo para palabrotas de Figueres tienen mujeres liberacionistas,” La República, 14 de enero de 1970 12
xvi “Disturbios anoche en la Avenida Central: 7 heridos,” La Nación, 11 de enero de 1974, 8A.
xvii “Asaltado anoche por elementos de Liberación club de la Unificación,” La Nación, 12 de enero de 1974, 6A.
xviii “Guardia Civil sitió ayer el club de Unificación Nacional,” La Nación, 13 de enero de 1974, 6A.
xix “Figueres: G.W. ganará…”, La República, 11 de enero de 1974, 1.
xx Julio Suñol, “Editorial: Una paliza presidencial,” Diario de Costa Rica, 13 de enero de 1974, 4.
xxi Julio Suñol, “Editorial: Violencia maldita,” Diario de Costa Rica, 14 de enero de 1974, 4.
xxii “Violencia política estalló anoche,” La República, 27 de enero de 1982, 8.
José Daniel Jiménez Bolaños
Docente de la Escuela de Historia e investigador del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas
Se necesita un cambio de paradigma en la conceptualización y aplicación de la química, para que la sostenibilidad esté al principio de la ecuación, enfatizaron los conferencistas invitados al Congreso de Química, que se realizó en el Aula Magna de la UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
Primer Congreso de Química
Frente a la crisis climática, esta disciplina se transforma de la mano de la inteligencia artificial
La química es vista muchas veces como la “mala de la película” por su impacto ambiental. Y es que los procesos químicos generan una gran cantidad de residuos, ya que hay un bajo aprovechamiento de los recursos que se extraen del planeta.
Como si esto fuera poco, estas actividades son causantes de contaminación ambiental y de graves daños a la salud humana y del resto de los seres vivos.
Esta situación ha motivado la búsqueda de un nuevo paradigma en la forma de entender esta ciencia, para que el cambio empiece a permear la economía y el desarrollo de los países.
En los últimos años, algunas investigaciones publicadas en revistas científicas de alto impacto internacional proponen la construcción de una nueva economía a escala molecular, que contribuya a solucionar los problemas actuales, como el cambio climático.
También, la química verde o química sostenible presenta una nueva filosofía para enfocar de forma distinta la síntesis de sustancias, con el objetivo de que sean más amigable con la salud y el medio ambiente.
Para abordar estos temas, del 29 de noviembre al 1.o de diciembre de 2022 se celebró en nuestro país el Congreso de Química CR22 Hacia el Desarrollo Sostenible, organizado por la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
También participaron el Laboratorio Nacional de Nanotecnología (Lanotec), la Cámara de Industrias y el Colegio de Químicos de Costa Rica.
La actividad tenía como objetivo divulgar los resultados de la investigación científica y los casos de aplicación de la química que procuran contribuir con el desarrollo sostenible. Asimismo, tender lazos de colaboración en el campo, tanto del sector académico como del privado.
Al Congreso de Química asistieron representantes de más de una docena de países, entre ellos algunos invitados especiales como conferencistas.
Igualmente, hubo presentación de pósteres sobre áreas de aplicación de la química, enmarcadas en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
De forma paralela, se efectuó la V Reunión de la Asociación Latinoamericana de Cristalografía (LACA), presente en más de 11 países.
El director de la Escuela de Química de la UCR, Dr. Juan José Araya Barrantes, se refirió al impacto del primer Congreso de Química para el desarrollo científico del país. Foto: Kathia Alvarado, UCR.
“Hoy es una fiesta para la química, es un día histórico para la química costarricense por la celebración de este primer congreso”, manifestó el Dr. Javier García, presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (Iupac, por sus siglas en inglés), uno de los conferencistas invitados.
El químico recordó que los países en donde en forma regular se efectúa este tipo de encuentros académicos tienen una comunidad científica más integrada, activa y fértil.
“Que este congreso se convierta en una costumbre, en el primero de una serie de congresos, en los que la comunidad química de Costa Rica se reúna para crecer juntos”, manifestó.
El presidente del Colegio de Químicos de Costa Rica, Lic. Jonathan Esquivel Garita, enfatizó en que esta área puede dar grandes aportes para un desarrollo que satisfaga las necesidades actuales y no comprometa a las futuras generaciones.
“En el Colegio de Químicos estamos seguros de que nuestra área puede hacer grandes aportes a la sociedad, a un desarrollo más humano, más amigable con el ambiente y basado en la evidencia científica” aseguró.
Reimaginar la educación química
El presidente de la IUPAC se refirió a las nuevas tendencias en el mundo de la educación química.
Esta organización internacional promueve con sus proyectos la idea de explicar la química desde la perspectiva del pensamiento sistémico.
En palabras de García, se trata de que “cada vez que explicamos un concepto no quedarnos en la estructura y las propiedades, sino ir más allá y contextualizar el tema con el medio ambiente, la industria y la salud”.
“En su criterio, es necesario “que los alumnos entiendan por qué eso que estudian es importante para sus vidas, así como las interconexiones que existen en el cambio climático, los océanos, los aerosoles y la química”.
Otro aspecto que el conferencista destacó es el trabajo en equipos multidisciplinarios y el emprendimiento profesional, características que a su juicio forman parte del nuevo perfil de los especialistas de química.
Al respecto, dijo que existen varios ejemplos a nivel internacional de reconocidos científicos que han logrado poner en marcha iniciativas empresariales para transferir el conocimiento y la tecnología al sector productivo.
De izq. a der., Dr. Juan José Araya, director de la Escuela de Química de la UCR; Dr. Floris R. J. T Rutges, presidente de la Sociedad Europea de Química; Lic. Jonathan Esquivel Garita, presidente del Colegio de Químicos de Costa Rica; Dr. Javier García, presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada y la Dra. Isamir Martínez, del Instituto de Química Verde de la Sociedad de Química de Estados Unidos. Foto: Kathia Alvarado, UCR.
¿Cuál es la química del futuro? Los estudiantes ahora tendrán que trabajar con especialistas en inteligencia artificial, desarrollo sostenible e ingenieros de datos, entre otras ramas del conocimiento.
La Iupac tiene a la disposición una guía en su página web para aquellos profesionales que quieran ver sus descubrimientos comercializados en el mercado.
La química verde: prevenir el daño
El Instituto de Química Verde de la Sociedad de Química de Estados Unidos (ACS, por sus siglas en inglés) recopiló una serie de principios de diseño de la química y la ingeniería sostenibles y verdes, que han sido propuestos por varias personas y grupos.
Estos principios tienden a maximizar la eficiencia de los recursos, eliminar y minimizar los peligros y la contaminación, así como al diseño de sistemas en forma holística y a pensar en el ciclo de la vida.
En cuanto al diseño de los productos, procesos y sistemas más eficientes, estos deben ser generados de acuerdo con la necesidad del consumidor, tomando en cuenta el uso de la energía y los materiales, en lugar de que respondan a los intereses o conveniencia del productor.
También se destaca que se deben establecer balances completos de materia en los procesos y que las operaciones de separación y purificación deben diseñarse para minimizar el consumo de energía y el uso de materiales.
Otro de los objetivos es reducir el agotamiento de los recursos naturales y conservar y mejorar los ecosistemas naturales.
Con el fin de reducir las sustancias peligrosas y contaminantes para el ambiente, se debe evitar la persistencia de estas en medios naturales y las nuevas sustancias deben descomponerse en productos de degradación inocua.
Además, se propone que las metodologías analíticas permitan el control y el monitoreo del proceso en tiempo real, para evitar la formación de sustancias peligrosas.
La Dra. Isamir Martínez, representante en el Congreso del Instituto de Química Verde, explicó que esta organización trabaja para implementar la química verde en todas las áreas de esta disciplina, principalmente en la educación y la industria. También fomentan la ciencia y las nuevas tecnologías que conduzcan a un desarrollo más sostenible.
La química es la interfase entre la biología y la física, por lo tanto, esta ciencia puede hacer mucho para avanzar hacia un mundo más sostenible.
De hecho, los químicos e ingenieros poseen las herramientas para trabajar en favor de al menos siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Así lo examina la Dra. Martínez, quien se refirió a la importancia de la química en la vida diaria de las personas.
Los 12 principios de la química verde
1. Evitar los residuos.
2. Economía atómica (métodos sintéticos para maximizar la incorporación de todos los materiales usados durante el proceso del producto final).
3.Reducir las sustancias sintéticas peligrosas.
4.Diseñar sustancias químicas benignas.
5.Utilizar solventes benignos y auxiliares.
6.Diseñar para un uso más eficiente de la energía.
7.Usar materias primas renovables.
8.Reducir el uso de compuestos derivados.
9.Usar la catálisis (en vez de los reactivos estequiométricos)
10.Diseñar para la degradación.
11.Análisis en el tiempo real para prevenir la contaminación.
12.Química intrínsecamente benigna para la prevención de accidentes.
Fuente: Instituto de Química Verde de la Sociedad de Química de Estados Unidos
Patricia Blanco Picado Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
En América Central la migración internacional duplica y cuadruplica las estimaciones regionales e internacionales, respectivamente; especialmente de personas que viven en los países del llamado Triángulo Norte, integrado por Honduras, El Salvador y Guatemala. Foto OIM-ONU.
18 de diciembre, Día Internacional del Migrante
La muerte, desaparición y explotación son parte de la migración humana en el mundo
Desde los orígenes mismos de la humanidad la historia ha estado marcada por la migración para reconstruir la vida en otras tierras. Pero en la actualidad los movimientos migratorios se han convertido en un tema político electoral en muchas naciones, aunque millones de historias están manchadas con sangre.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM-ONU) entre 2014 y 2022 más de 50000 personas perdieron la vida durante estos trayectos. En América Latina más de 6900 personas encontraron la muerte, especialmente en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos, que a la fecha suman 114 niños y niñas, 360 mujeres y 2349 hombres; pero OIM-ONU reconoce que existe un subregistro de las muertes en parte porque se desconocen todas las rutas migratorias transfronterizas.
https://surcosdigital.com/suscribirse/
En la región centroamericana, con el norte apuntando hacia los Estados Unidos, el año pasado más de 100000 personas cruzaron el Tapón del Darién, ubicado entre las fronteras de Panamá y Colombia, donde oficialmente se contabilizan 199 fallecimientos, pero la ONU advierte que testimonios de los migrantes afirman que encontraron una gran cantidad de fallecidos tendidos a lo largo de esa mortal ruta.
Por dicho motivo desde el año 2000, cada 18 de diciembre los países miembros de la ONU se unen en el marco del Día Internacional del Migrante, dado el “creciente interés de la comunidad internacional en proteger efectiva y plenamente los derechos humanos de todos los migrantes, y destacando la necesidad de seguir tratando de asegurar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes”.
Hasta mediados del año 2020 la OIM-ONU estimó que unos 288 millones de personas estaban bajo la categoría de migrantes, un 3.6% de la población global. Los migrantes trabajadores representan el 62% del total, y la mayoría se moviliza a países de rentas altas, aunque ha aumentado el porcentaje de aquellos que llegan a países de renta media.
El Dr. Carlos Sandoval García, director del Doctorado en Ciencias Sociales sobre América Central, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR), y editor del libro “Migraciones en América Central, Política, territorios y actores”, asegura que en el istmo se estima que entre un 12 y un 14 por ciento de la población no vive en sus países de nacimiento, por lo que “la migración internacional duplica y cuadruplica las estimaciones regionales e internacionales, respectivamente. Se trata de una realidad estructural y estructurante de la vida de millones de personas. Sea que se considere desde la experiencia personal, los imaginarios sociales, las políticas públicas o la acción política, las migraciones son un lugar crucial desde el cual acercarse a describir, explicar y comprender la región”.
Acciones desde y con la comunidad
Las largas travesías para migrar hacia América del Norte están llenas de sueños de personas que esperan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, dejando tras de si historias de dolor. Miles pierden la vida en el intento y otros desaparecen en caminos desconocidos por las autoridades migratorias regionales. Foto OIM-ONU.
Para la Licda. Soledad Hernández Carrillo, coordinadora del proyecto de Acción Social (VAS) denominado “Migra-acciones: Acompañando población migrante y refugiada, más allá de las fronteras” (TC-723), es vital que el Estado “genere información sobre la trata de personas para identificar estas situaciones de riesgo y generar prevención mediante procesos socioeducativos y de difusión para que mediante procesos comunitarios no se victimice a las personas”.
El objetivo del TC-723, iniciativa de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR) es fortalecer las capacidades de incidencia y organización de las personas migrantes, solicitantes y refugiadas pertenecientes a diversas agrupaciones para la validación de sus derechos humanos. Para lograr su fin, el proyecto genera procesos de sensibilización, información y acompañamiento a estas poblaciones, organizaciones e instituciones que trabajan sobre esta temática, desde un enfoque psicosocial, de género, e interculturalidad.
En el mundo, un 13% de las personas migrantes son menores de edad, y cada año más se suman a largos trayectos migratorios sin compañía de adultos. Foto Rafael Rodríguez/OIM-ONU 2018.
Durante el año 2022 el TC-723 colaboró con una serie de instituciones como ReT Internacional, Cenderos, Red de Mujeres Pinoleras, entre otras. Este año se impartieron talleres socioeducativos a personas solicitantes de refugio, sobre sus derechos laborales, salud, ferias y actividades lúdicas para niños y niñas migrantes, entrega de paquetes educativos a escolares e información y cuidados en el uso de las plataformas digitales.
En suma, con el aporte de estudiantes de distintas carreras se generan propuestas interdisciplinarias mediante la construcción conjunta de saberes y acciones en defensa de los derechos humanos. Por otra parte, y desde otro enfoque, se capacita al personal de los sistemas judicial y policial para la adecuada atención de las personas en condición de migrante o en proceso de solicitud de asilo.
De acuerdo con la Licda. Hernández, la propuesta es contar por personas funcionarias bien capacitadas en estos temas “y generar una adecuada utilización de los recursos para brindar servicios especializados y pertinentes, ya que aunque el Estado tiene una infraestructura a veces no existe una designación específica de fondos y muchas organizaciones no gubernamentales terminan asumiendo labores que corresponden al Estado».
Las personas como mercancía
En la legislación costarricense el tráfico ilícito de personas es un delito penado con hasta 10 de años de cárcel, y en ocasiones quienes hacen estos recorridos caen en redes delictivas relacionadas con la trata de personas.
El tráfico ilícito de migrantes implica el traslado y cruce entre fronteras en el que media un pago y una relación comercial conocida como “coyotaje”. En la trata de personas, que también ocurre dentro del mismo país de origen de la víctima, “existe un engaño, una coacción, una amenaza y la persona es vista como una mercancía, es una de las violencias más extremas que atenta contra la dignidad humana y la explotación en diversas formas como laboral, sexual, servidumbre, uso de vientre de alquiler, adopciones ilegales, venta de órganos. En particular en Costa Rica se da la explotación laboral en fincas agrícolas, y la sexual particularmente con mujeres y niñas, niños y población LGBTIQ”, detalló Hernández. En Costa Rica, el artículo 172 del Código Penal tipifica como delito la trata sexual y laboral y a la luz de esa normativa en el 2021 se identificaron 21 víctimas en el país, 6 mujeres, 14 niñas y 1 niño, en su mayoría costarricenses y personas nicaragüenses y de otras nacionalidades. Aunque existe un subregistro global, recientemente la OIM-ONU ha detectado casi 160 mil casos de tráfico y esclavitud moderna.
Hernández recordó que en la UCR existen varios proyectos e iniciativas que abordan el tema de la migración y que por ello, en el marco de la pasada Semana de la Persona Migrante, celebrada en setiembre, se gestionó una red de trabajo sobre migración, refugio, los procesos de atención y cumplimiento de derechos de las personas migrantes, especialmente en estos escenarios de migración forzada. “Lo que se percibe es que se puede vulnerar o colocar en mayor riesgo a personas que ya huyen de otras vulnerabilidades”, acotó.
¡Para denunciar!
Si usted conoce sobre actividades de tráfico ilícito de migrantes o trata de personas puede reportarlo de manera confidencial al 9-1-1, a la Policía de Migración al 2106-4005 o interponer una denuncia ante el Organismo de Investigación Judicial; también escribiendo al correo electrónico denunciatrataytrafico@migracion.go.cr
Eduardo Muñoz Sequeira Periodista, Vicerrectoría de Acción Social, UCR