La Escuela de Artes Escénicas de la UNA, le invita al espectáculo interdisciplinario “Trama y Urdimbre”. Un espacio escénico que explora los vínculos transgeneracionales de las mujeres y la metáfora del tejido.
Lugar: Centro para las Artes (CPA, Plaza 11 de abril de la Universidad Nacional de Costa Rica).
A celebrarse en el mes de setiembre en las siguientes fechas:
Viernes 16, 7 p.m.
Sábado 17, 7 p.m.
Domingo 18, 5 p.m.
Entradas a la venta en el siguiente número de WhatsApp: 8323-7288
PREVENTAS en entrada general (hasta 13 de septiembre) c3500
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI) de la Universidad Nacional y la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica, son centros especializados de investigación encargados de la vigilancia sísmica y volcánica en el país. Sus estudios son imprescindibles para contribuir con la prevención de riesgos y mitigación de los desastres que generan este tipo de eventos naturales.
Además, el trabajo que desarrollan estas instituciones apoyan directamente la toma de decisiones de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE).
Puede conocer más e informarse acerca de la labor del OVSICORI y de la RSN ingresando a los siguientes enlaces:
El rector de la UNA el Máster Francisco Gonzáles Alvarado, nos deja un mensaje luego de la pasada marcha en contra el recorte al FEES este 16 de agosto de 2022.
“Debemos estar todos y todas muy satisfechos por el compromiso que demostramos manifestándonos en contra de esa propuesta de un recorte inmenso al presupuesto universitario, la negociación nos permitió que no se hiciese un recorte presupuestario y que se continúen las negociaciones en el marco de lo que establece la constitución política, entrar a valorar la posibilidad del reconocimiento por inflación.
Muchas gracias porque fuimos muchísimos en las calles y dijimos sí a la educación pública y sí a la educación universitaria”.
Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)
Tomo un asiento en primera fila. Es un autobús repleto de estudiantes. “Soy estudiante”, me digo para tranquilizarme. Estoy en medio de la escritura de mi tesis doctoral y eso me acredita para ir en este autobús que nos llevará desde Heredia, donde está la sede central de la Universidad Nacional hasta la Rotonda de la Hispanidad, centro neurálgico que igual acoge manifestaciones por la defensa de derechos y manifestaciones colectivas de felicidad gracias a un triunfo deportivo.
Felicidad y expectativa es lo que escucho en las conversaciones de quiénes son mis acompañantes de viaje. Muchachas y muchachos identificados con signos vinculados a la Federación de Estudiantes de la UNA. Se repiten una y otra vez la información importante que debe manejarse en caso de que haya un momento de tensión con las autoridades policiales (antimotines es la palabra más mencionada) y sean detenidos: nombre completo y número de cédula.
Esa parte del viaje me abstrae por momentos.
Voy urgido, un lunes de agosto a las 7:30 de la mañana, por llegar a San Pedro a las instalaciones de la televisora universitaria Quince Televisión, de la Universidad de Costa Rica, donde he sido invitado a acompañar como analista-observador una transmisión especial acerca de la jornada convocada por las universidades públicas en defensa del derecho constitucional a la educación.
El viaje me resulta premonitorio. “Estamos a las puertas de algo grande”, pienso. Mientras sigo escuchando con atención las expectativas de mis compañeros de viaje: “la ministra se equivocó”, “la ruta de la marcha la enviaron en un mensaje de WhatsApp”, “esperemos mucha gente”.
Llegamos. La urgencia me baja del autobús con la misma ligereza con que subo tres o cuatro cuadras hasta las instalaciones de la televisora universitaria. Voy a contrasentido de mucha gente que camina hacia el punto de reunión acordado: la fuente (reservorio, fluidez, energía) de la hispanidad (identidad: ¿quiénes somos? ¿Centroamericanidad, tal vez?).
De repente alguien repara en las tres letras en blanco puestas arriba y en mi pecho sobre una camisa en rojo: UNA. Es mi insignia, mi sello.
Sigo avanzando. Me anuncio en la puerta: vengo a la transmisión. Paso directo a la sección de “enderezado y pintura” que no es ni más ni menos que un favor que la maquillista del canal hace por mi cara. Me pregunta mi percepción: “fea”, le digo a esa hora de la mañana, basado en la incuestionable mayoría de apoyo popular que el gobierno ha logrado aglutinar en sus primeros 99 días de gobierno. “la tenemos difícil”, le digo. “me vine con La Roja puesta”, le reafirmo. “así es como hay que venir”, me apoya.
Somos convocados al set. Este set que ya aprendo a observar con detenimiento luego de tantas jornadas como observador participante: tres cámaras, un apuntador, 4 sillas y mucho empeño. Mucho vigor y ganas. Esta es la universidad en su esencia. Esto es lo que debemos defender. Lo que defendemos.
Es una transmisión amplia, cimentada en datos desmitificadores, en guiños a la marcha que incesante sigue su paso. Pienso en la acción comunicativa. En lo que implica esa responsabilidad. Me declaro absoluto ante esta confirmación: mi rol en este tiempo es comunicar. A eso me dedico: a comunicar.
Terminamos con una satisfacción compartida con la producción. Se puede hacer televisión de calidad desde nuestras trincheras universitarias. Saludo y agradezco. Salgo despavorido tratando de alcanzar la marcha o lo que queda de ella. Otra vez camino a contrasentido. Gente que ya viene y yo apenas voy. Pero voy. Llego.
Mi epidermis es delgada. Y por eso de ella salen cosas parecidas a la emoción, a una energía inexplicable. Lo que veo me gusta: pancartas, color, baile. Baile: una cosa parecida a un corazón diría Víctor Manuel, que suena duro y ancho, contundente. Es una batucada. Llena de estudiantes. Yo le pondría de nombre epidermis: piel. Se me levanta al escucharla.
Luego el rito del anuncio. La felicidad colectiva. Por un momento olvido mi investidura eventual en mi querida Facultad de Ciencias Sociales de la UNA y me declaro estudiante. Me incluyo en las alertas que anuncian el músculo del movimiento estudiantil. Estoy con ellos. En su cadencia. En su piel.
Hoy ha sido un día amplio. Ancho. Epidérmico. “estamos a la puerta de algo grande”, confirmo: hoy una vez más se ha levantado un sujeto colectivo que se creía dormido. Y siente. Y baila. Y se emociona.
La Red de Interculturalidad fue creada hace algunos años por docentes de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (UNA) y de la Sede de Occidente (UCR). Participan también otras personas: estudiantes, gestoras culturales, educadoras, entre otras.
Su principal objetivo es visibilizar la diversidad cultural de la sociedad costarricense.
Por eso, esta Red considera importante conmemorar el cambio que en el año 2015 se realizó en el artículo 1 de la Constitución Política. Finalmente, después de muchos siglos, se reconoció que somos un país multiétnico y pluricultural.
Ese cambio debe tener consecuencias en todos los ámbitos de la vida nacional: en las políticas educativas, migratorias, culturales; en el campo de la salud, del derecho; en las relaciones internacionales, etc.
Es por esa razón que la Red, con el apoyo de la Universidad Nacional, organizó la campaña “Costa Rica multiétnica y pluricultural”, que se desarrollará entre los días 9 y 20 de agosto.
La campaña consiste en la difusión, cada día, de una imagen o video sobre el tema de la diversidad cultural de Costa Rica. Con esta campaña se busca contribuir a la superación de todas las formas de violencia cultural que todavía dificultan nuestra convivencia.
Compartido con SURCOS por José Mario Méndez Méndez.
REDYALA y la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión-UNA, le invita a inscribirse al segundo encuentro: “Migraciones, derechos humanos y justicia cultural en Abya Yala”, a realizarse el 29 de julio de 2022 a las 2:00 pm (hora de América central).
Se contará con los panelistas Marcos Rodríguez de Brasil y Olinda Bravo, activista social de Costa Rica y Nicaragua, además, de la moderadora Sara Xena de Brasil.
La casa de habitación de la mayora cabécar María Esther, madre de varias personas recuperadoras de China Kichá, ha sido objeto de ataques por parte de la familia Rivera.
El pasado viernes 10 de junio, alrededor de las 10:30 a.m. un recuperador cabécar de Kono Jú denunció que las personas que pertenecen a la familia Rivera continúan afectando la casa de habitación de la mayor cabécar María Esther. En esta ocasión arrancaron la cerca, el portón y afectaron las cosechas de doña María Esther con cuchillos y el ganado. La casa de habitación de doña María Esther está ubicada en las inmediaciones de la entrada de Kono Jú y está al lado de una de las casas propiedad de la familia Rivera.
Ya es la segunda ocasión en la que este tipo de afectaciones son denunciadas, siendo la primera el pasado 18 de mayo del presente año. Ese día se registraron tres ataques de la familia Rivera en contra de los y las recuperadoras cabécares y la tensión escaló hasta un ataque con gases lacrimógenos por parte de la Fuerza Pública. Ese día, la familia Rivera tiró piedras y quebró los vidrios de las ventanas de la casa de doña María Esther.
Doña María Esther es una mayora del Pueblo Cabécar y es madre de varias personas recuperadoras de Kono Jú, Sa Ka Keglö Kaska y Yuwi Senaglö. Por ello, los ataques a su casa de habitación no pueden ser excluidos del conflicto ampliado sobre las recuperaciones de tierra-territorio y el rol de la familia Rivera como uno de los principales actores que atentan contra el Pueblo Cabécar de China Kichá.
Una vez más, denunciamos a la familia Rivera por su hostigamiento, acoso y violencia sistemática en contra de las personas recuperadoras cabécares y sus familias. La oleada de violencia que enfrenta el Pueblo Cabécar de China Kicha desde el mes de febrero es responsabilidad de la Fuerza Pública y el Estado costarricense en tanto omiten realizar acciones concretas y reales para garantizar la integridad física, territorial y patrimonial de las personas recuperadoras así como tampoco protegen la vida de éstas personas.
Responsabilizamos al Estado costarricense de cualquier agresión en nuestra contra. La normativa internacional así como la nacional, demandan al Estado la protección integral de los Pueblos Originarios que habitan Costa Rica, cuestión que sigue siendo una deuda histórica.
¡Justicia para Sergio, Jerhy y los Pueblos Originarios!
– Recuperadoras y recuperadores cabécares de Kelpego.
– Recuperadoras y recuperadores cabécares de Kono Jú.
– Recuperadoras y recuperadoras de Sa Ka Keirö Kaska.
– Recuperadoras cabécares de Sa Ka Duwé Senaglö.
– Recuperadoras y recuperadores cabécares de Yuwi Senaglö.
Deseo primero presentar a David Serrano y el contexto social y cultural en el que le correspondió desenvolverse en su niñez y juventud. David es un joven de 25 ó 26 años que nació en la provincia de Limón. Producto de una treta que le hice, para que no supiera que iba a escribir sobre su persona, ya que es de personalidad muy humilde (sospecho no obstante, que David no mordió el anzuelo), le arranqué la siguiente frase autobiográfica: “Pues yo nací en la “mera cepa” [me escribió] en el hospital Dr.Tony Facio Castro. Y me crié nadando en las playas de Cieneguita-Limón, donde la mayoría de mi familia vive. […Luego me agregó] Años más tarde, cuando ya estaba por salir de Limón al valle central, mi mamá se mudó al Barrio Envaco, muy cerca de la fábrica de cartón. Actualmente ahí vive con mi hermanita”.
Como la mayoría de los lectores deben saber, Cieneguita es un barrio enclavado en el cantón central de la provincia. El contexto en que este joven creció y se desenvolvió, hasta su ingreso a la universidad, fue muy pobre. Pero está muy lejos de ser el estereotipo que con frecuencia nos han pintado algunos medios de comunicación. El estigma que se ha difundido a partir de algunos hechos aislados es que en Cieneguita abunda el crimen y la descomposición social. Quien haya tenido la ocasión de entrar y conocer el barrio, venciendo el estigma y los prejuicios, sabe que Cieneguita está habitado por un conglomerado humano culturalmente heterogéneo de personas, la mayoría afrodescendientes. Estudiantes de la UCR hicieron sendos estudios de la comunidad, bajo la guía de profesores en trabajos de extensión docente. Una de estas investigaciones apareció con el título de “Aquí Cieneguita”. El otro se publicó el 23 de abril del 2018 con el hermoso título de: “Descubriendo Cieneguita: Un sitio pintado de diversidad y calor humano”.
El primero de ellos fue un trabajo combinado de estudiantes de diversas carreras iniciado en el 2016, una de las frases concluyentes de una estudiante de trabajo social nos legó el siguiente relato: “Conocer Cieneguita y a su gente fue una experiencia enriquecedora, pues, desde que pusimos un pie en esta tierra cálida fuimos recibidos y recibidas con mucho amor. Nos enseñaron el valor de compartir, crear espacios y oportunidades de luchar, a pesar de que a veces parece que el esfuerzo es más grande que la recompensa […] un barrio que ha sufrido manifestaciones de la violencia estructural, el olvido del Estado, los gobiernos y de la población costarricense en general, su gente ha decidido confiar en nosotros y nosotras y eso no tiene precio.” Sin embargo, como también lo reconocen los trabajos de estudiantes y profesores, hechos violentos que también ocurren borran de un plumazo el esfuerzo consciente de jóvenes y una mayoría comunitaria por atraer el turismo, a fin de compartir con la gente la arquitectura comunitaria, sus rincones y colorido, así como el espíritu de un pueblo aguerrido, que sueña con el bienestar social de la población.
Pues bien, en aquel contexto abigarrado, pictórico y muy humano, por un lado, abandonado y en parte sumido en la pobreza por otro, vivió nuestro David Serrano González. Estudió en la escuela primaria y en la secundaria en Limón en aquellas condiciones difíciles, pero, bajo la tutela de su madre, una mujer valiente y con la fuerza espiritual que da la decisión de criar a sus hijos sanos y dispuesta a inculcarles el amor por el estudio, el trabajo tesonero y la superación personal. Desde muy joven David incursionó en la música; a la edad de 12 años formó parte de bandas de “reggae y de rock” de la localidad. Todavía no imaginaba lo que le depararía el destino fruto del amor que desarrolló por la música. Fue por ello por lo que, en el año 2012, ingresó a la etapa básica de música en la sede de Limón de la Universidad de Costa Rica. Su salto cualitativo se produjo después de que ingresó a la escuela de música de la UNA, con el apoyo de una beca, como ocurre con tantos estudiantes de su condición social y mérito académico.
No fue sino a la edad entre los 19 y 20 años de David, que se decide por el piano como instrumento musical, para llevar adelante su carrera profesional. En lo medular antes de esa edad no había tocado el piano. Esto es clave para lo que van a conocer. David además del amor por la música, es poseedor de una tenacidad y un espíritu de superación poco común, tal como se lo inculcó su sabia madre.
Por añadidura, el joven pianista demostró tener unas condiciones innatas para el piano, me atrevo a decir, muy sobresalientes. Todo ello se vio fortalecido por la convivencia de David con ese elenco maravilloso de maestros de piano que tuvo en la UNA, algunos de los cuales fueron sus profesores. Cito a los siguientes (espero no olvidar a nadie, sería involuntario): el Máster Luis Monge Fernández, hoy director de la escuela de música, la Dra. Tamara Sklioutovskaia, el Dr. Gerardo Meza, la Máster Ludmila Melzer, la Máster Irina Kaufman-Brookes, la profesora Valentina Tumanova y el profesor de solfeo y flauta Msc. Jonatan Albuja. De manera muy especial, a David le tocó en suerte tener como tutor, a un hombre y pianista excepcional, proveniente de Rusia, graduado en piano en el Conservatorio Estatal de Moscú en 1986, el Dr. Alexander Sklioutovski.
La Universidad Nacional (sé que la Universidad de Costa Rica también), posee un elenco maravilloso de profesores en música. En piano son muy destacados, por lo que han promovido a varias generaciones de excelentes pianistas de origen principalmente costarricense, aunque también de otras nacionalidades; algunos empezaron desde su niñez y tuvieron la oportunidad de ir a Rusia o a Ucrania a estudiar piano desde su tierna infancia. En esta faena el egregio académico, profesor Alexander Sklioutovski, a quien Costa Rica le debe mucho, ha desempeñado una enorme labor. Un profesor extraordinariamente exigente, que descubre al instante aquellas personas estudiantes que poseen cualidades destacadas para el piano. Este fue el caso insólito de David Serrano, a pesar de haber principiado, como antes lo dije, cuando ya tenía 20 años. Pero ya veremos de lo que ha sido capaz este joven.
David fue nombrado por los profesores, al menos en dos oportunidades “Estudiante Distinguido” de la Universidad Nacional, máxima distinción académica que otorga esta universidad, gracias a su ejemplar rendimiento como estudiante. Además, se hizo acreedor de la “Beca Isabel”, beca con la que la universidad galardonaba a estudiantes con calificaciones sobresalientes. Por las mismas razones se ganó el derecho, siendo estudiante de bachillerato de representar a la UNA, junto a otras personas estudiantes de piano de la misma universidad, de participar en afamados certámenes internacionales. Tras sus excelsas presentaciones se ganó la admiración de los concurrentes, profesores y estudiantes del más alto nivel, además de haber obtenido también, destacados puestos en estos certámenes de muy alto nivel en los que participó. En el 2020, David presenta su Recital de Graduación para optar por la licenciatura en enseñanza y ejecución del piano, realizada en el auditorio “Clodomiro Picado Twight” de la UNA, ocasión en la que obtuvo mención de honor. Todo lo cual, deseo recordárselos ahora, lo hizo en un tiempo meteórico de tan solo cuatro años después de haber empezado a tocar el piano.
David Serrano, a causa de esa trayectoria ejemplar se ganó una beca para aspirar a la maestría en el prestigioso Instituto ”Gnesin Russian Academy of Music”, de Moscú. Para poder trasladarse, puesto que la beca no incluía los pasajes ni la alimentación, sino solo derecho al dormitorio y el pago de los estudios, el joven y talentoso Serrano debió realizar en Costa Rica algunas presentaciones suyas al piano, lo que le permitió obtener los recursos pecuniarios para sufragar los gastos no cubiertos.
David ha pasado ya un poco más de dos años en Rusia, llevando la vida en medio de un rigor propio del más disciplinado claustro religioso, dedicado a aprender el idioma primero y después a sacar adelante los estudios para obtener la maestría. En el momento en que escribo sobre él, David está a punto de presentar su recital para finalizar esta etapa y optar al doctorado. Hasta el momento su calificación es excelente, habiéndose convertido, por derecho propio, en alumno del mejor catedrático de piano de la mencionada Academia; un pianista reconocido en toda Rusia y a escala mundial, cuyo nombre es profesor Vladimir Pavlovich Ovchinnikov; a este distinguido profesor, la mencionada “Gnesin Russian Academy of Music” le otorgó el reconocimiento de “Artista Emérito de Rusia.
En el próximo recital para obtener formalmente la Maestría, que se producirá en estos días, David Serrano va a interpretar dificilísimas obras según me dijo el catedrático de la UNA, Alexander Sklioutovski, su tutor en Costa Rica. Las obras que interpretará el talentoso joven músico costarricense serán las siguientes: Sonatas de Ludwig van Bethoven N. 23 y 31 y, el concierto para piano y orquesta N. 3 de S. Prokofiev.
En el concepto de los buenos profesores de piano de la UNA con los que he conversado sobre David Serrano, estamos en presencia de un músico sumamente talentoso y en pleno desarrollo. Su mérito es producto de un trabajo sostenido, muy exigente de alta y excelsa calidad. Cuando corresponda Costa Rica entera, la UNA y demás universidades públicas, lo recibirán con gran cariño y admiración. Su lograda excelsitud al piano es en gran parte producto de la universidad pública, de sus profesores y desde luego de su grande y talentoso desempeño durante todos estos años.
El pasado martes 31 de mayo de 2022 a las 5:30 p.m. tuvo lugar el foro titulado “Regla fiscal y Estado Social de Derecho”, en una colaboración entre la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR y de la UNA y con la participación de los siguientes panelistas:
Roxana Morales Ramos- Vicerrectora de Administración de la UNA
Fernando Rodríguez Garro- Docente de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCR.
Sofía Guillén Pérez- Diputada del partido Frente Amplio
Moderó: Isabel Avendaño Flores- Decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR.
El foro se realizó en la biblioteca Eugenio Fonseca Tortós y fue transmitida por el Facebook de la Facultad de Ciencias Sociales.
El bachillerato y la licenciatura en Planificación Económica y Social de la Escuela de Planificación y Promoción Social de la Universidad Nacional de Costa Rica-EPPS-UNA, recibió este lunes 23 de mayo de 2002 la segunda acreditación por parte del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior-SINAES.
En la ceremonia de acreditación realizada en el Auditorio Clodomiro Picado, estuvieron presentes el Julio Calvo Alvarado en representación del Consejo Nacional de Acreditación del SINAES, el MED Francisco González Alvarado, Rector de la Universidad Nacional-UNA, el Dr. Ángel Ortega Ortega, Director de la Escuela de Planificación y Promoción Social-EPPS-UNA.
El Dr. Ortega, Director de EPPS-UNA, señaló que la educación se convierte en una de las mejores herramientas a las cuales se apostó en el pasado, y se debe seguir apostado en el presente y en el futuro, por cuanto está claramente evidenciado que, en toda la historia del país, ésta, ha representado un motor de movilidad social en las familias, en el tanto, sea una educación de calidad: “Como Sistema de Educción Pública tenemos grandes retos que escapan a nuestro actuar, como Sistema de Educación Superior Pública, contamos con el SINAES, para articular una oferta pertinente, cuyas valoraciones de calidad, no solo consideren los parámetros internacionales, para medir aporte a la investigación, extensión y producción, que en su mayoría han sido pensados desde paradigmas tradicionales dominantes, sino que se consideren los procesos que las profesiones aportan al desarrollo de la sociedad costarricense desde el cumplimiento de su tercera misión, dado que la calidad es algo intrínseco a los contextos. Como carreras acreditadas, en muchos casos estamos siendo evaluadas con esos parámetros dominantes que, si no lo detectamos, podrían estar orientándonos hacia una educación con fuerte enfoque de mercado, y, descuidar el mayor de los retos que es, llevar la UNA a las espacios organizacionales, locales y territoriales y desde los mismos actores locales, generar desarrollo para su beneficio y esto, no está totalmente claro en los procesos de evaluación o autoevaluación de la calidad”, señaló Ortega.
Desde el año 2019 la Escuela de Planificación Económica y Promoción Social, por medio de su actividad académica de gestión de la calidad de la carrera del Bachillerato y Licenciatura en Planificación Económica y Social, comenzó el proceso de autoevaluación con miras de reacreditación de la carrera impartida en el Campus Omar Dengo. De esta manera, el trabajo operativo del proceso de autoevaluación, fue realizado por la Comisión de Autoevaluación de la carrera, con asesoría de la Vicerrectoría de Docencia. Además, los insumos para la construcción del informe de autoevaluación, solicitado por el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES), fueron suministrados por la UNA: la Dirección, Subdirección, coordinadoras (es) de programas, proyectos y actividades académicas (PPAA), así como todo el personal administrativo, docente, estudiantes regulares, graduados y empleadores.
La Máster Isabel Calvo González, coordinadora del equipo de autoevaluación de la EPPS-UNA, señaló que la autoevaluación del bachillerato y la licenciatura en EPPS-UNA se inició con un proceso de sensibilización que incluyó visitas a aulas, exposiciones en actividades académicas y publicaciones periódicas en redes sociales, con el fin de informar sobre la importancia de la autoevaluación y la reacreditación. Además, se realizó una revisión de documentos oficiales (de la Unidad Académica y de otras instancias universitarias) para sistematizar, describir y analizar datos solicitados como evidencias por parte del SINAES. Se aplicaron encuestas anónimas a estudiantes de primer ingreso, estudiantes regulares, personas graduadas, personal docente y personal administrativo de la Escuela de Planificación y Promoción Social, así como a empleadores de profesionales en Planificación en diversos ámbitos: “ Los diferentes instrumentos, se confeccionaron de forma detallada, para que correspondiera con la realidad y perspectiva de cada sector, así como con los requerimientos que se señalan en el Manual de Acreditación oficial de carreras de grado del SINAES”, manifestó Calvo.
Cabe indicar que el 9 de marzo del año 2021 se hace remisión del Informe de Autoevaluación al SINAES por parte del Rector de la UNA, MED Francisco González, y el 12 de julio de 2021 el SINAES realiza el nombramiento de un grupo de expertos encargados de realizar la evaluación externa de la carrera. Dicha evaluación se realizó de manera virtual la semana del 6 al 10 de setiembre del 2021 y contó con la participación de los expertos internacionales Dr. Alexander Blandón López de Colombia, Dr. Zidane Zeraoui El Awad de México y la experta nacional la Dra. Mayela Cubillo Mora.
La visita de estas personas evaluadoras externas culminó con la aprobación de un compromiso de mejoramiento para los próximos 4 años por parte de la Escuela de Planificación y Promoción Social, en donde la Unidad Académica asume su compromiso por una mejora constante en el plan de estudios, el desarrollo docente, la investigación, el desempeño estudiantil, la vinculación con las personas graduadas, entre otras. Con base a esto, el 2 de noviembre del año 2021, en la sesión 1544 del SINAES se aprueba la segunda acreditación del Bachillerato y Licenciatura en Planificación Económica y Social impartida en el Campus Omar Dengo. Se hace entrega oficial de la certificación de manera presencial el pasado 23 de mayo del 2022 en horas de la mañana con participación de académicos, estudiantes y autoridades universitarias.
“Desde los espacios generados en el marco de la gestión de la calidad, debemos avocarnos a diseñar propuestas educativas que no solo aseguren la empleabilidad, sino que les permita a las personas formadas, insertarse activamente en su realidad social, para desempeñarse no sólo como profesionales, sino como personas ciudadanas competentes en armonía con el concepto de crecimiento y desarrollo de dimensiones holísticas”, manifestó en su mensaje oficial el Director de EPPS-UNA, para quién, dicho propósito es posible, si se demanda de parte del sistema de educación superior pública, lo siguiente:
Consolidarse como una organización inteligente que aprende sobre la base del respeto, la solidaridad, la responsabilidad, la participación y el diálogo, pero que además renueve de manera permanente su propuesta educativa y pedagógica.
Definición de un foco de largo plazo anclado en el sentir y actuar de todo su equipo de trabajo, pero, con estructuras internas flexibles que permitan la renovación permanente sin perder su horizonte de largo plazo.
Garantizar una educación permanente abierta a todos y todas, respetando el principio de equidad y sin importar la formalidad de las carreras.
Para Ortega, este es el contexto en que la Carrera de Planificación Económica y Social-EPPS-UNA, viene implementando una nueva estructura curricular, elaborada en el marco de su primer proceso de acreditación y que hoy, les permite obtener por primera vez, la reacreditación.
Con la aprobación de la segunda acreditación la Unidad Académica (EPPPS-UNA), reafirma su compromiso con el estudiantado y con la sociedad costarricense, de brindar una oferta académica de calidad, estableciendo la mejora continua como eje esencial en sus procesos de gestión académica y administrativa.
Las integrantes de la Comisión de Autoevaluación de EPPS-UNA, Lic. Laura Vargas León, MBA Karol Monge Hernández, Isabel Calvo (Coordinadora) y la M.Sc Adriana Sánchez Sánchez, expresaron el compromiso de la Escuela en aportar, tanto en la línea de formación de personas profesionales comprometidos con el desarrollo con equidad, como con los proyectos de investigación y extensión de apoyo directo a las poblaciones vulnerables en el país, generando insumos y propuestas de planificación al servicio de estos sectores: “Para ello, se vienen mejorando una serie de procesos relacionados con la gestión, la actualización, la formación, el acercamiento con personas egresadas, el acercamiento con los empleadores, entre otros”.
El Rector de la UNA, Máster Francisco González Alvarado, expresó que la UNA hace mas de 20 años apostó por el proceso de autoevaluación y con ello obtener la acreditación de sus carreras, en donde los estudiantes han jugado un papel central. Hoy en vísperas de iniciar un nuevo proceso de planificación institucional para el 2023, ya reconocemos que la acreditación es un ejercicio, una experiencia, una herramienta que la UNA no va a echar atrás, que por el contrario se constituye en una aspiración a la cual se van sumando cada día diversas Unidades Académicas: “Ningún proceso de acreditación es el resultado de una persona, es un proceso de trabajo articulado, voluntario, es un reto que nos visualiza en el corto plazo con la posibilidad que logremos la acreditación institucional de los servicios académicos”.
El Rector puntualizó que la acreditación de carreras universitarias tiene sentido en la medida que transforme, que no es suficiente con cumplir con el procedimiento y los estándares que exige el proceso, sino que transforme significativamente la actividad institucional y el desarrollo general y particular en la academia: “Un elemento fundamental de la acreditación es el hecho de tenernos vinculados al sector empleador y a las personas egresadas. Los procesos de acreditación nos fortalecen y nos ayudan a plantear nuevos compromisos en íntima relación con las demandas de la sociedad y sobre todo asegurando empleabilidad en los procesos de nuestras carreras. Esto es un reto que tenemos que plantearnos en el marco de la acreditación de procesos institucionales que impulsamos”, indicó el Rector González.
Josué Molina Alpízar, estudiante de la carrera en Planificación Económica y Social, quien junto a las autoridades participó de la entrega del certificado, dijo que para cambiar las realidades actuales es necesaria la evaluación de pares externos sobre el quehacer de la Unidad Académica, dado que la retroalimentación sobre los procesos académicos ayuda a prepararse y cambiar los futuros del país y dar elementos para potenciar los nichos educativos hacia la innovación y la transformación: “Agradecemos al SINAES por constituirse en agentes para la evaluación de la realidad y dar luces para cambiar y mejorar la sociedad en aras de una verdadera transformación con equidad».
El representante del Consejo Nacional de Acreditación del SINAES, Master Julio Calvo Alvarado, expresó que la educación ha sido determinante en la construcción de nuestro país, ha sido un motor que desde el siglo XIX ha delineado el camino aspiracional de la paz, el bienestar con equidad y oportunidades y el desarrollo en armonía con el ambiente: “Por eso este país ha invertido en educación, que junto con la salud reciben mas recursos del presupuesto nacional: “Por eso Costa Rica en el concierto de las naciones luce sus mejores indicadores en desarrollo humano, conservación de la naturaleza, convivencia pacifica y democracia. Pero afanarse de lo que hicimos, sin autocrítica, y reconocer que el modelo está fallando es como nadar en arena. Enfrentamos una gran crisis en el sector educación que nos deja sin aliento, que requiere de grandes transformaciones. Superpuesto a lo anterior enfrentamos una crisis fiscal histórica azuzada por los transes de la pandemia y la economía mundial. Todo parece la respuesta perfecta para retroceder y perder nuestros logros y el rumbo que habíamos tomado. Pero esto no va a suceder y no sucederá, si todos en consonancia aceptamos el sacrificio y el reto de hacer más, mejor y con menos. Para eso se requiere de la revisión permanente de nuestro trabajo, de nuestras vidas y de cómo interactuamos en sociedad y política. La autocritica y la creatividad nos permitirán retomar el camino, para esto una vez deberemos de ser creativos y de entrar en la innovación”.
En este sentido, Calvo dijo que el SINAES se convierte en una plataforma estratégica para el país, ya que es con los procesos de acreditación voluntaria que las carreras pueden desarrollar un proceso de autoevaluación mirando los retos y el futuro. Este proceso es el mas importante, porque educadores, estudiantes, autoridades universitarias, egresados y empleadores tienen la oportunidad de replantear su quehacer para definir una estrategia de mejora continua que les permita enfrentar proactivamente los retos y formar los profesionales que el país requiere.
Para las autoridades de EPPS-UNA, se debe partir de una educación orientada a generar capacidades para aprender, desaprender y reinventarse en el marco de los cambios que se vienen generando. Unas capacidades para que, a partir de la información abierta y disponible, se puedan comprender los fenómenos sociales, económicos, culturales, ambientales, políticos y generar a partir de esta, nuevo conocimiento útil y necesario para gestar los procesos de desarrollo en equidad: “Ante el contexto en donde se desenvolverán nuestras personas profesionales, debemos desde la currículo, generar una actitud resiliente, inclusiva y diversa, que nos permita influir con sabiduría y creatividad, en procura de responder a esas deudas pendientes de la sociedad costarricense… La calidad, es una categoría directamente relacionada con los contextos, y al ser estos cambiantes, el proceso de gestión de la calidad es también un proceso continuo”, concluyó el Dr. Ángel Ortega.
“La educación no cambia al mundo, pero cambia a las personas, que han de cambiar al mundo”. Paulo Freire.