El camarada Trump: gran gestor de la unidad latinoamericana
Miguel Sobrado
Hace 4 años fundé, con algunos amigos latinoamericanos, el canal Prisma Latinoamerica procurando recuperar los ideales de autonomía, soberanía y cooperación y unidad latinoamericana herencia del siglo pasado, fue una quijotada, como me dijo un amigo, de la cual no me arrepiento. Pueden verse los productos en YouTube y en la página propia www.prismalat.com , pero, aunque difundimos los videos en México, Colombia y tradujimos al portugués algunas publicaciones no tuvimos más que algunos miles de likes. Agotamos en este esfuerzo nuestros escasos recursos frente a una gran indiferencia de masas desesperadas interesadas ante todo en migrar hacia el sueño americano. Hemos sobrevivido por tenacidad y convicción de lo justo de nuestras metas mientras la realidad mundial da vuelcos inesperados.
Nuestro planteamiento retoma la historia de subordinación a la potencia del norte y la forma en que eso ha condicionado nuestra historia. Y la oportunidad que los cambios geopolíticos que se están dando en el planeta, abren para para nuestra región. En el sentido que la doctrina de Monroe “América para los norteamericanos” propiciando golpes de estado sanciones e invasiones, no podría mantenerse en las nuevas condiciones sin generar desequilibrios en la seguridad continental. Esperábamos que las nuevas condiciones promovieran una revisión de la política de EEUU hacia América Latina haciéndola, por su propia seguridad, más dialógica ante las demandas de soberanía y unidad de los gobiernos de la región.
Sabíamos que esto no sería fácil por la inercia mental neocolonial y los intereses económicos en juego, pero éramos conscientes de que los cambios, a pesar de las turbulencias encontrarían condiciones por el clima multipolar para darse. Era un planteamiento de reivindicación de la necesidad de autonomía latinoamericana que podría ser de interés continental si encontraba eco en los EEUU. Cosa difícil por la visión discriminatoria prevaleciente tanto en el partido demócrata donde era suavizada con las reivindicaciones “woke”, pero que, en su práctica, prevalecía la subordinación no siempre suave a las políticas de sanciones. Aunque sabíamos que los republicanos por su visión ideológica racista y hegemónica no considerarían con facilidad este cambio, no teníamos una idea de que el presidente Trump una vez instalado en el gobierno, actuaría como emperador del mundo. Reclamando de entrada a Groenlandia y el canal de Panamá al mismo tiempo que iniciara una persecución feroz de los migrantes latinos con redadas callejeras y deportaciones masivas, encadenados como si fueran delincuentes, que cambiaría el panorama, tanto internamente creando miedo y terror entre los migrantes, como movilizando en acciones de repulsa y de solidaridad a los gobiernos del continente.
En pocos meses con sus acciones violentas y cargadas de prejuicio, cambio en gran medida el panorama político entre parte de la comunidad latina asentada en los Estados Unidos, que habían incluso contribuido a su triunfo electoral.
Se hizo evidente que no bastaba hablar inglés para ser aceptado en ese país, que su acento, nombre, apellido y color de piel lo delataban y devaluaban frente a la persecución desatada por el prejuicio y racismo. El ser un buen “pocho” no era suficiente. De tal forma se vieron estimulados a organizarse y salir a protestar en las calles de varios estados de la Unión.
En los estados y gobiernos latinoamericanos, fuera de Argentina que aplaude todo lo que Trump y Netanyahu hacen, la reacción ha sido primero de incredulidad, pero posteriormente de integración alrededor de la CELAC y de aproximación al bloque de los BRICS.
De tal forma que la unidad alrededor de los intereses de soberanía y cultura, que nosotros promovimos con humildad con nuestros recursos escasos, pero sin eco significativo hace cuatro años se ha logrado en pocos meses con el realismo brutal del presidente Trump, que arrojó por la borda los trapos que cubrían púdicamente el racismo latente en los anglosajones. El golpe arancelario a Brasil del 50% que se inicia el 01 de agosto, el mayor de todo el mundo, para tratar de doblegar a nuestros países y golpear lo que considera la ficha más débil de los BRICS, interfiriendo en las resoluciones de la justicia brasileña, ha colmado el vaso y activado el gigante dormido.
Para no hablar de la subida de aranceles del 10 al 15% a Costa Rica después de haber rechazado nuestro gobierno la tecnología de china. Se reafirma el dicho que el diablo le paga a sus servidores llevándoselos al infierno.
Muchas gracias presidente Trump por despertar nuestra América y sacarla del letargo y la impotencia, tal vez ahora entendamos que no tenemos por qué correr miles de kilómetros detrás de sueños quiméricos, que nuestros países son ricos y que salirnos de la órbita neocolonial y abrirnos al mundo multipolar naciente.
La búsqueda de nuevos mercados y alianzas por parte de los gobiernos latinoamericanos ayudará también a reorientar, por razones de seguridad y economía, la política norteamericana hacia el mundo y la región.
Compartido con SURCOS por el autor y publicado también en redes y en La Nación.