La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados continúa su arduo trabajo. En la seccional ANEP G4S lograron incluir tres nuevos artículos al convenio colectivo de los oficiales de seguridad de esta importante empresa transnacional.
Erick Duarte Bravo, vicepresidente seccional, explica que la empresa ahora reconoce la figura de los abuelos dentro del núcleo familiar. Ésta se comprometió a otorgar días de licencia por muerte de abuelos y también un subsidio económico.
Otro artículo que se logra reconocer permite que el trabajador puede hacer una denuncia ante salud ocupacional por algún tema que le afecte en su trabajo; salud ocupacional tiene 7 días hábiles para contestarle y decirle cuales van a ser las medidas para mejorar la situación.
Por último, un tercer artículo que se incluyó está relacionado con el tema de escala de vacaciones, donde a los 7 años de trabajo se otorga un día más de vacaciones, a los 10 años, dos días más y a los 15, tres. Este nuevo acuerdo indica que a los 20 años de servicio a la empresa se otorgarán 4 días más de vacaciones aparte de los que ya la ley indica.
Para la junta directiva seccional, este logro viene a reforzar el trabajo y las metas que se han trazado desde que se fundó la seccional hace ya 12 años. La presidenta seccional Jennifer Torres: “nos llevó una lucha de más de 10 años, pero hoy lo actualizamos. Es nuestra mayor carta de presentación para los trabajadores. Gracias al apoyo del señor Albino, el sindicato ANEP estamos aquí.”
Este acuerdo viene a reforzar el trabajo de la seccional, además, viene a darle presencia del trabajo que han hecho
Torres comenta: “Este acuerdo viene a demostrar el trabajo de todo un grupo de oficiales que formamos la junta directiva, somos 14 miembros de junta. Esto viene a reforzar un trabajo de mucha disciplina, de una lucha muy incansable, pero viene a hablar muy bien de nosotros.”
Línea Vieja Producciones inició sus labores en el año 2016 con la idea de brindar opciones para la capacitación y producción en las áreas artísticas y socioculturales en diferentes comunidades del Caribe Norte, esto a través del proyecto “Cultura y Arte Línea Vieja”.
Han colaborado con la producción de festivales y otras actividades en diferentes comunidades del cantón de Pococí y a nivel nacional. Su misión es brindar servicios especializados y de calidad, en arte, psicología y producción de espacios artísticos y culturales para nuestros clientes. Su visión es ser una empresa consolidada y reconocida a nivel nacional en el área de producción de eventos artísticos y culturales, formación artística integral y promoción de la salud a través del desarrollo de espacios de arte y cultura, que promueva alianzas con otros sectores y entes afines a nuestros valores e intereses.
Para estas vacaciones de medio año, del 4 al 16 de julio, LV Producciones oferta una variedad de cursos:
Para mayor información puede comunicarse al teléfono: 8401 0641.
Del 04 de julio al 16 de julio del 2022, de 9:00 a.m. a 11:00 a.m. o de 1: 00 p.m. a 3:00 p.m, se impartirán una serie de talleres, dirigidos a niños y niñas a partir de los 4 años, estos se realizarán en Bazar Estacte, 200 metros este de la entrada principal del Colegio Técnico en Santa Rosa, de Santo Domingo de Heredia. Dichos talleres tienen un costo de 13 mil colones e incluye el material; solo debe traer sus herramientas de trabajo según el taller.
Lunes 4 de julio: dibujo artístico
Martes 5 de julio: globo en castapesta
Miércoles 6 de julio: curso iniciación a la música
Jueves 6 de julio: teñido de telas
Viernes 7 de julio: proyecto navideño # 1
Sábado 8 de julio: proyecto artesanal padres e hijos
Irma Arguedas Negrini, Prof. Escuela de Orientación y Educación Especial UCR
María Encarnación Peña Bonilla, Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
Resulta de gran importancia los esfuerzos que el Ministerio de Educación Pública (MEP) está realizando para que estudiantes de primaria y secundaria regresen a las aulas después de las vacaciones de 15 días, con el fin de evitar que se pierdan oportunidades para la niñez, la adolescencia y la adultez joven, que se encuentra engrosando la asistencia a las aulas.
El estudiantado con mayor riesgo de abandono de estudios, ya carga con una historia en la que ha habido otras exclusiones, sobre todo a nivel de la desigualdad. La mayoría de quienes no regresarán a clases tienen déficits acumulados en un cúmulo factores que desfavorecen su permanencia.
El logro y la permanencia en la educación formal son procesos prolongados y multifactoriales, que para tener éxito requieren de los aportes sostenidos de toda la sociedad, no sólo del ámbito educativo.
Para permanecer en las aulas es necesario reunir un conjunto de condiciones sociales, familiares, de la institución educativa, y propias de cada estudiante. A nivel social, la pobreza es el factor que tiene mayor efecto: mayor estrés e incertidumbre, malas condiciones de las viviendas, menores índices de salud, necesidad de aporte económico a la familia desde edades tempranas, dificultad para la compra de útiles, uniformes y pago de pasajes, y escasas oportunidades para la recreación.
De parte de las familias, destacan como factores de permanencia el apoyo, la estructura, el establecimiento de límites y expectativas, y el clima educativo alto. Los centros escolares deben favorecer un ambiente institucional armonioso y seguro, dando las oportunidades para que el estudiantado tenga logros concretos en diversos ámbitos.
También es pertinente el aprendizaje de estrategias para enfrentar dificultades, lo cual es la mejor motivación para continuar con los esfuerzos. Así mismo, el personal de las instituciones debe tener claridad de las razones, y por consiguiente las soluciones, del bajo rendimiento académico. Cabe agregar que el personal docente requiere apoyo para el cumplimiento de multiplicidad de tareas con una población estudiantil diversa.
Algunos de los factores personales de permanencia son los hábitos de estudio, incluyendo asistencia y puntualidad, la disposición a posponer la gratificación, el establecimiento de buenas relaciones interpersonales y el cumplimiento de normas, todo lo cual es más factible cuando se tienen razones para visualizar con optimismo el futuro. Tanto de parte de las familias como de las instituciones, un estilo de disciplina basado en el respeto, las decisiones razonadas y el apoyo para la adopción de un comportamiento regulado, es lo que más beneficios aporta para la permanencia en las aulas y el desarrollo en general.
El estudiantado puede salir adelante aunque haya deficiencias en algunas de las condiciones, ya que no es posible reunirlas todas. No obstante, sí se requiere que el balance de factores y condiciones sea positivo. Cuando son más las deficiencias que los apoyos y oportunidades, se refleja la desigualdad y la permanencia en las aulas mucho más compleja y difícil.
Otro efecto grave del desbalance en las oportunidades y la consecuente acumulación de carencias, es la desesperanza. Ésta se refleja en desinterés, desilusión, desafiliación, individualismo y violencia, y es una amenaza para el desarrollo de la persona y la vida democrática.
Las niñas, niños, adolescentes y jóvenes adultos merecen ese balance de expectativas y apoyo que favorece su desarrollo, su perseverancia y su motivación. Merecen crecer con esperanza y con el acompañamiento de instituciones y personas que en el trabajo diario luchan por la equidad.
La dinámica de la exclusión muestra dos “picos” en el año: el primero después de las vacaciones de julio y el segundo en octubre, cuando se realizan los exámenes de bachillerato. Los alumnos excluidos no son un grupo homogéneo. Al analizar sus características se identificaron con claridad cuatro segmentos de tamaño relativamente similar dentro de la población estudiantil, cada uno con un perfil específico: 1) los excluidos por falta de apoyo docente, a los que se denominó “los insatisfechos”, 2) los excluidos por causas sociales y de rendimiento, o “los pobres”, 3) los excluidos por condiciones del medio rural, o “los caminantes”, y 4) los excluidos por razones de género, “las mujeres”.
En el primer grupo, los factores que más inciden en la insatisfacción de los estudiantes excluidos están asociados al bajo nivel de involucramiento o apoyo que estos perciben en las y los profesores y orientadores, así como a la baja calificación que les dan a los docentes en cuanto al uso de variadas metodologías de enseñanza en el aula.
En el caso de los estudiantes excluidos por causas sociales y bajo rendimiento, los problemas económicos de los hogares y la repitencia son los factores de mayor peso.
En el grupo de los “caminantes”, el factor principal tiene que ver con el acceso a un medio motorizado para el traslado al centro educativo, un aspecto que en zonas rurales puede ser crítico. El riesgo de exclusión para un estudiante que camina al colegio duplica el de otro que llega en algún tipo de vehículo motorizado.
Por último, el cuarto grupo se caracteriza porque su exclusión está asociada a factores de género. Se trata de mujeres que se ven obligadas a salir del sistema por situaciones como embarazo y “responsabilidades en el hogar”, que afectan su rendimiento académico y terminan provocando su exclusión.
Los resultados de la segmentación dejan claro que los factores asociados a la exclusión no operan de igual forma para toda la población afectada. Esta diversidad confirma que no se puede abordar la problemática de los estudiantes excluidos como si estos fueran un bloque homogéneo.
Por el contrario, los rasgos particulares de cada segmento constituyen el punto de partida para el diseño de estrategias diferenciadas, que atiendan sus necesidades específicas según zonas y centros educativos.
Finalmente, se identificó una brecha considerable entre la percepción de las y los estudiantes sobre los factores que inciden en la exclusión y la que tienen los docentes y directores; para los primeros los motivos principales están al interior del centro educativo, mientras que para los segundos se trata de circunstancias externas.
Por otro lado, el estudio determinó que los educadores también son un grupo heterogéneo, en el que se observan segmentos con actitudes y reacciones muy variadas ante el fenómeno de la exclusión (“inexpertos”, “comprometidos”, “despreocupados”), que se deben tener en cuenta en las estrategias de atención que se diseñen para enfrentar el problema.