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Etiqueta: violencia

La protección de la infancia debe ser integral

José Luis Pacheco Murillo

La conmemoración del Día del Niño de la Calle este 12 de abril pasado no sólo trajo como tema el hecho de que los menores de edad estén, bajo condiciones deplorables, teniendo una vida llena de inseguridad, incertidumbre y expuestos a todos los peligros que la calle y el ambiente de soledad y además la criminalidad que inunda el ambiente, sino que también, surgieron denuncias y manifestaciones sobre hechos que suceden todos los días a vista y paciencia de todos, incluidas autoridades.

Llevamos muchos meses de observar cómo muchos niños son expuestos a todo tipo de peligros. Todos hemos visto en esquinas en las vías públicas a muchos adultos, parejas, o solo hombres o solo mujeres con niños y niñas, solicitándonos dinero y desde luego la excusa “el gancho” y el llamar a la lastima es la exposición que se hace de niños y niñas, eso es absolutamente contrario a los derechos de los niños.

Independiente de la nacionalidad de quienes lo hagan e independientemente de las razones que puedan estar viviendo, lo cierto del caso es que los niños y niñas no son responsables de eso y no deben de exponerse a situaciones de peligro como ahora se hace. Incluso, hay manifestaciones sobre el hecho de que se “alquilan” niños y niñas para utilizarlos en esa pretensión de obtener ayudas económicas, moviendo a la lástima especialmente por la situación de eso niños y niñas.

El Patronato Nacional de la Infancia no debería permitir este tipo de actuaciones y deben de impedir que se utilicen a los niños, aunque sean hijos de quienes están en esas actividades, insistir en que ellos no son responsables para exponerse a esas situaciones.

Las autoridades del gobierno deben tomar acciones inmediatas y máxime con las situaciones que se han denunciado en contra de la niñez y la adolescencia en cuanto a violaciones y a abandonos de los menores. Las decisiones deben tomarse ya, para mañana será demasiado tarde y quienes no actúen serán responsables de lo que les suceda a esos menores.

Dios quiera que las autoridades responsables tomen acciones inmediatamente y logren sacar a esos menores de edad de esos ambientes y tomar acciones también contra quienes les exponen.

Reflexiones sobre la delincuencia criminal organizada costarricense, la mafia, su estrategia y cómo combatirla

Luis G. Martínez Sandoval.

MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval
Académico Universitario Titular Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera

Sede Central UTN www.utn.ac.cr
Ex Directivo Nacional Propietario JD ANEP – Representante Sector Académico-,
Secretaría de Organización y Conflictos, Seccional Sindical Nacional ANEP-UTN
Ex Funcionario Banco Mundial IFC Sede Ecuador, Centro América y, América Latina,
Escritor, Científico Social

Costa Rica es el segundo país en la ruta centroamericana del tráfico de cocaína.

Nuestro país se encuentra posicionado estratégicamente dentro del continente americano, lo cual resulta muy proclive para algunos grupos criminales organizados nacionales como extranjeros manejar desde nuestro territorio toda la logística relacionada con el tema del narcotráfico, sea para efectos de recibir la droga de países productores de Suramérica, ocultarla y venderla en suelo costarricense, o trasladarla hacia países consumidores de Norteamérica y de Europa, entre otros.

Tenemos grupos de delincuencia organizada y violencia de nacionalidad costarricense en conexión con extranjeros dedicados al tráfico de drogas como cocaína, marihuana, drogas sintéticas y precursores químicos, flujos humanos, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes y, existe violencia en zonas vulnerables. Y, siendo Estados Unidos el principal consumidor de cocaína del mundo nuestro país es un puente. La oferta crea su propia demanda. Sin consumidores no hay productos…

“Costa Rica surge como un punto estratégico para el tránsito de cocaína por tierra, aire y rutas marítimas, como zona de tránsito y almacenaje de la droga”

Somos un lugar para el almacenaje y tráfico de la droga liderado por redes criminales-comerciales de personas jóvenes de nacionalidad costarricense. No hay estructuras jerarquizadas. Repitámoslo son grupos de delincuencia organizada compuestos únicamente por nacionales que establecen relaciones de negocios con pesos pesados en este mundo:

  • Traficantes internacionales
  • Grupos de Apoyo logísticos y transportistas
  • Vendedores y distribuidores

La violencia es parte de su modo operativo. Plata o plomo como decía Pablo Escobar Gaviria es lo en nuestros días está sucediendo en distintos cantones de Costa Rica en el Siglo XXI. Tenemos sicariato, por supuesto que sí …pero ellos son individuos costarricenses que actúan como asesinos a sueldo. Han aprendido. No nos equivoquemos. Son criminales locales lamentablemente para las familias involucradas conformados por jóvenes en circunstancias socio-económicas vulnerables. La violencia es el medio de resolver conflictos entre los grupos criminales y la manera de saldar ajustes de cuentas por tumbes de drogas. Ese es el meollo del asunto. Es un hecho que existe vinculación con grupos extranjeros cuyo origen tienen raíces mexicanas y colombianas, pero eso es otro tema. Quienes dirigen lo que está sucediendo en Costa Rica con las drogas son personas jóvenes de nacionalidad costarricense.

San José, sigue siendo el lugar preferido de los consumidores de cocaína y por tanto allí llegan los oferentes nacionales. En Costa Rica, aún no están presentes los grupos depredadores (tumbadores) de droga que son grupos especializados en tumbar (robar) los cargamentos de droga a los transportistas e incluso a otros grupos traficantes…

“La participación de menores de edad en los delitos de tráfico de drogas cada vez es mayor: los traficantes encuentran en la población joven alguien de quien aprovecharse. Los grupos de crimen organizado reclutan a jóvenes como narcomenudistas sirviéndose de la tentación que supone la obtención de ganancias y bienes materiales. Además, los criminales también pueden convertir a los jóvenes en adictos para más tarde forzarles a vender la droga. Este fenómeno no es exclusivo de zonas marginales, sino que también ha sido identificado en centros de educación secundaria.” Y, cuando las estadísticas nos dicen que solo el 50% de los estudiantes que ingresan al colegio se gradúan el semillero esta para cultivo…

El consumo del crack nos está despedazando a todos, pero específicamente a las personas jóvenes que están entre 15 a 35 años. Principalmente en los cantones de San José – Escazú es mayor demandante de cocaína-, Alajuela, San Carlos, Desamparados, en el Distrito Hatillo, en la provincia de Limón y, Puntarenas.

Las drogas ingresan por tierra, mar y aire a nuestro país.

Nuestras zonas productoras agrícolas (banano, piña, cítricos, etc.) son usadas para ocultar la droga entre los productos de exportación hacia los distintos mercados. La zona atlántica como la pacifica son los puertos de ingreso. Y San José la zona de bodega. Tenemos hechos contundentes: La mayoría de los condenados por tráfico de drogas son ciudadanos costarricenses. ¿Quiénes son los traficantes? Bueno son ciudadanos costarricenses con conexiones en el exterior. El 85% de los condenados por tráfico de drogas son costarricenses. Como nos diría la tira cómica creada por el genial Walt Kelly, “Jefe, hemos encontrado al enemigo: ¡somos nosotros mismos!”.

La pregunta de fonde es: ¿Tenemos creada o está en proceso una mafia costarricense basada en distribución de drogas de cualquier tipo? Mi hipótesis es que se está gestando su creación. ¿Estamos a tiempo de frenar su nacimiento y gestación? Quizás no. Talvez sí. Debemos actuar e ir por la juventud de nuestro país esos casi 2 millones de estudiantes que están en escuelas y colegios de nuestros centros educativos. ¡Hay que actuar!

 Las “mafias” – como se ha estudiado a fondo- conforman una macro criminalidad del reciclaje de dinero obtenido por venta de drogas que opera sin controles en todo el planeta y hace difícil la reconstrucción de los flujos financieros de dinero sucio.

La mafia es invisible, es asociación dirigida y explotada por personas autorizadas por edad, inteligencia, posición social, pruebas, expedientes judiciales, experiencia y pericia en el arte de delinquir impunemente. No existen estructuras organizacionales visibles… son sin rostro. ¿Quiénes conocen la Junta Directiva de la Mafia? ¡Nadie! Solo el “directorio” de los hombres de mayor confianza. La mafia es “una asociación ilícita, autentico sistema de poder criminal” que ubican a sus miembros al filo del Código Penal. Es complejidad organizativa y “mafia financiera”. Su estrategia es obtener el máximo prestigio y la máxima ganancia, el silencio y olvido, establecer relaciones e intereses con la política, obstaculizar las investigaciones, campañas de deslegitimación, de desprestigio, de agresiones contra fiscales y magistrados. La búsqueda de coberturas, asesinatos y masacres. El terror y miedo. Impedir el control de la legalidad de sus negocios. La impunidad, falsificación de datos, la santificación de imputados. Desgranar la justicia y la legalidad. Vínculos secretos. La mafia costarricense se está apenas gestando… ¡No existe!

Costa Rica, es una bodega y puente de las guerras de las drogas. Se movilizan anualmente 1.150 toneladas en ruta a México, Brasil, UE y EEUU –donde hay más de 50 millones de consumidores que gastan más de US$ 50.000 millones anuales de dólares para consumo de cocaína, heroína y marihuana proveniente de Irán y Afganistán, Myanmar, Laos, Tailandia, México, Perú, Bolivia y Colombia-. EE UU se pudre con la nueva droga zombie que carcome la piel y pone en alerta a EEUU… Se llama fentanilo y xilacina. No queremos eso para nuestros casi 2 millones de jóvenes costarricenses…

¿Cómo combatir la delincuencia criminal organizada y frenar el ascenso de una mafia costarricense?

Primero, estrategia de seguridad nacional y regional. Estamos inmersos en un área geopolítica, geoeconómica y militar en donde la seguridad nacional tiene un gran peso y cuya agenda tiene temas prioritarios, p.ej. el terrorismo, los grupos armados, los paramilitares, el narcotráfico, el tráfico de personas, las posibilidades de migraciones masivas, el lavado de dinero, los secuestros, las bandas como Mara Salvatrucha, los Zetas y el Populismo Radical. Debemos establecer una política exterior activa con Centroamérica para combatir el narcotráfico. Debemos articular esfuerzos con Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá. Como estado-nación aislados no vamos a lograr ningún objetivo. Y dado que la guerra contra las drogas está perdida debemos hacer una solución regional.

Segundo, estrategia cantonal. Hay que nombrar 81 Comisionados Cantonales Antidrogas reportando a un (una) Comisionada Nacional Antidrogas. Uno por cantón para articular y coordinar esfuerzos con el Ministerio de Seguridad Publica y el Ministerio de Educación. Debemos salvar, rescatar, restaurar a nuestros casi 2 millones de jóvenes costarricenses que son el objetivo de grupos de delincuencia organizada y violencia de nacionalidad costarricense en conexión con extranjeros. Es conocido que el crimen organizado costarricense utiliza las tentaciones, las carencias y la provocación que genera la ostentación para atraer a los jóvenes.

Tercero, estrategia de premios e incentivos. Requerimos una política seria de incentivo de los arrepentimientos y colaboración con la justicia por parte de quien, por haber sido mafioso, puede revelar desde adentro esos secretos de la organización absolutamente necesarios de conocer. Hay que promulgar una legislación de “premio e incentivo” equilibrada e inclusive de impunidad total (100%) para el colaborador (res) que nos lleven a los peces gordos. Esta estrategia supera “el rastreo de llamadas”, “la prisión preventiva”, “la plataforma de información policial”, el “Centro Judicial de Intervención Policial”, “El secreto bancario” e incluye el perdón por el Poder Ejecutivo para los que colaboren.

Cuarto, estrategia de autonomía al Poder Judicial. Elección de magistrados por la Corte Suprema de Justicia y no por la actual Asamblea Legislativa.

Quinto, estrategia de comunicación pública. Hay que revisar el Plan “LODI” (Logic Distribution), en donde la solución pasa por una forma de legalización que no ha de ser libre, precisamente, sino que viene supeditada a una “distribución organizada y controlada de la droga – cualquier tipo-” que bien puede estar en manos de la Caja Costarricense del Seguro Social, los EBAIS, el Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Seguridad Publica y, el Poder Judicial.

Sexto, fortalecimiento del Ministerio de Seguridad Publica.

 Séptimo, la juventud costarricense (escuela, colegio, universitaria) requiere intervención estatal para que puedan enfrentar las disyuntivas de la vida. Nuestra juventud se mueve por incentivos. La recompensa es lo que los mueve. El Estado puede mejorar los resultados con la juventud costarricense – para que no ingrese al Club de Mafia- ¿Cómo? Si el mundo de las drogas les ofrece dinero y bienes corto plazo y muerte segura, el Estado bien puede ofrecerles apoyo vía educación para salir de la pobreza, construir un proyecto micro, pequeño o mediano que les genere satisfacción, acceso a crédito con tasas blandas y sin garantías hipotecarias, y un tipo de educación pública atractiva que no los lleve a la deserción ni la frustración y los aleje de las aulas. Darles herramientas para construir su propio destino. La criminalidad se combate con los aparatos ideológicos del Estado (Ministerio de Educación) y los aparatos represivos del Estado (Ministerio de Seguridad Publica)

A MODO DE CONCLUSION

Somos una bodega de almacenaje de drogas al igual que los demás países centroamericanos, hay conexión de nuestro grupos de criminales organizados costarricenses dada la filtración por el lado de demanda de drogas con los oferentes que son carteles mexicanos y colombianos, que están pagando con drogas sintéticas y crack y no con dinero por ayudar en el transporte; tenemos un mercado de consumidores nacionales y espiral de violencia por drogas, sabemos que la droga se transporta por vía marítima (78%), aérea y terrestre (22%).

Debemos actuar en cada distrito y cantón de lo contrario serán tomados por los grupos criminales organizados costarricenses y alianza estratégica con las verdaderas mafias que existen y están consolidadas como las mexicanas, colombianas, los yakuza, las trías chinas, la cosa nostra o la rusa. Aún estamos a tiempo… la mafia costarricense está en proceso de gestación aún no ha nacido.

¿De quién es la calle?

Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)

Días antes, una marcha de diversos sectores sociales en defensa del agro costarricense había sido rebajada en su significado por el mismo presidente de la República.

El sentido de asumir el espacio público como un espacio político es, en un país como Costa Rica, al menos la expresión de que cierta respuesta aún pervive en el inconsciente colectivo, dada la poca capacidad de los partidos políticos no hegemónicos y la misma sociedad civil para convocar un movimiento articulado, ante la maquinaria ideológica y práctica del neoconservadurismo y la derecha tóxica que se pasea gustosa por los tres poderes de la Republica.

Ante este escenario, la calle como expresión.

Valga decir, sin embargo, que los movimientos de mujeres, tan diversos como heterogéneos pero claros en sus urgencias y planteamientos, han sostenido ese significado cada 8M y lo han dotado de sentido: el mensaje debe quedar patentado no solo en sus cuerpos (que utilizan como lienzo y pancarta) sino en las paredes de varios edificios emblemáticos en el centro de la ciudad capital. Eso es acción política, reivindicativa, cuestionadora.

Han sabido politizar la calle.

Mientras esto ocurre, mientras la respuesta social se rearticula para enfrentar la falacia de un discurso y un ejercicio gubernamental plagado de mala fe y desorientación, la calle sigue siendo disputada como ese espacio político y simbólico.

En ocasiones como signo inequívoco de las más feroces violencias.

Ocurrió días después de esa marcha multitudinaria a la que el discurso presidencial dedicó calificativos ofensivos.

Un nutrido grupo de motociclistas intentó traspasar una de las agujas de cobro de la carretera denominada Ruta 27, administrada por una concesionaria empresarial internacional. Una carretera privada en vía pública.

Al no tener éxito, algunos de los motociclistas se fueron con violencia contra la corporalidad de una persona cobradora. Le castigaron hasta reducirle a la impotencia, en el suelo. Y entonces lograron su cometido: pasar el peaje sin pagar el monto establecido.

Salvo algunas poquísimas excepciones, los principales medios de comunicación nacionales no ahondaron en este hecho en su principal significado: el uso de la violencia como mecanismo para transitar plácidamente por la vía.

Ni siquiera las autoridades gubernamentales hicieron referencia a este lamentable altercado, lo cual demuestra que desde su perspectiva hay violencias legitimadas y hay otros usos de las vías, políticos y cuestionadores, que no serán permitidos o autorizados ni en la práctica ni en el discurso.

Para ese grupo de motociclistas escudados en un colectivo descontrolado no hubo aquella frase “esas no son las formas”.

Avisados estamos. En esta batalla sociocultural por la defensa de lo que nos queda de Estado Social, la calle seguirá constituyendo ese territorio de disputa al que deberemos acudir una y otra vez para hacerla propia y devolverle su sentido social y político.

La cura

Gloria Gavioli

Hace varios años me convencí de que la escalada de la violencia y de la falta de empatía y respeto son la consecuencia directa de la destrucción de la familia.

Todos tienen derechos legítimos, pero hay prioridades, y la prioridad, para mí, la tienen los niños. Vienen al mundo sin que los padres se planeen cómo atenderlos, pequeñísimos, a veces de los 3 meses pasan en las manos de niñeras o de guardería infantil.

Todo el mundo dice: tengo derecho a tener hijos, ¿pero se preguntan si lo que les ofrecen a sus hijos es los que ellos necesitan y desean?

Crecer los primeros tres años sin una figura amorosa y atenta que les enseñe el NO cuando es necesario, los valores y que les eleve la autoestima, nos ha condenado a unas generaciones de NINI, insatisfechos de todo y sin principios de convivencia civil.

Aquí es donde el Estado tendría que intervenir, darles a las mamás o a los papás la posibilidad económica de hacer un trabajo REMUNERADO POR EL BIEN DE TODA LA SOCIEDAD acompañando el crecimiento de sus hijos en una dimensión de amor.

¿Cuánto cuesta un delincuente? El dolor de las familias, los daños derivados de la acción delictiva y el costo enorme de tenerlos encerrados en la cárcel. Hasta que no se refuercen de nuevo los valores fundamentales de una sociedad justa y con visión al futuro, no saldremos nunca de esta espiral de violencia y miedo.

 

Imagen ilustrativa.

EL SÍNTOMA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

No es solamente una cifra que aumenta día con día. Es cierto que la estadística dimensiona, señala, indica. Pero más allá del dato, lo que verdaderamente es preocupante es la confirmación de una geografía de la violencia instalada prácticamente en todo el país.

Los puertos, la gente joven, las mujeres. Son tres dimensiones, tres resultados que plantean una dinámica instalada ya para la que el país pareciera no tener retorno.

¿Quién pone los muertos y por qué?

En ausencia de un proceso político robusto, sustituido por el franquiciado a nivel electoral, la identidad de un proyecto país se ha diluido y hoy quienes ejercen el poder real están lejos de Zapote y Cuesta de Moras.

Las reglas del juego de una identidad colectiva parecieran marcarlas el mercado, el sobrepeso cultural del vacío, la app de la felicidad.

Es por ello por lo que la violencia se ha instalado como constructora de un tejido social débil, apenas existente. Hace unos días un medio de comunicación local me consultaba sobre las razones de la participación de personas jóvenes en el sicariato.

Les decía que la pérdida de sentido social aunada al dinero fácil era una mezcla mortal y poderosa. Ante esto, no hay revolución ni educativa ni cultural que pueda “resetear” esa crisis, cualquier crisis.

Hemos dicho en este espacio de reflexión, que es urgente una refundación. No nos referimos ni siquiera a una constituyente como instrumento. Pensamos más bien en mecanismos que nos permitan hablarnos, vernos a los ojos de nuevo, creernos los unos a los otros. Empezar por el principio básico de la convivencia.

Los datos no debieran ser solamente el indicador, pero señalan el síntoma. Al momento de escribirse esta columna se contabilizaban 193 homicidios en lo que va del año y las autoridades señalan que 7 de cada 10 corresponden a ajustes de cuentas.

Los puertos, los jóvenes, las mujeres. Son esas cuentas que desde hace mucho se nos perdieron en el país.

Recuperémoslos.

Perú: no más sangre e irracionalidades

Macv Chávez

El último y primer mes del 2022 y 2023 hemos visto y observado una serie de manifestaciones contra la “dictadura”, “corrupción”, “marginación o discriminación del pueblo”, “desigualdad social”, entre otras cosas que merecen su indignación y que deben ser depurados de nuestro sistema de vida y también de nuestra sociedad, pero pienso que nuestra manifestación de indignados no debe ser violenta, sino inteligente, puesto que la violencia finalmente no nos conduce a cambios reales, sino solo a estados momentáneos de aparentes cambios y de supuestas victorias, porque finalmente la historia nos demuestra que gracias a nuestras revoluciones hormonales hemos llegado a más injusticias sociales, como la que ahora hemos podido observar con mayor claridad durante estos meses de protestas en el Perú, gracias a las nuevas tecnologías que nos permiten ver más de cerca estos sucesos, aunque jamás nos permiten ver el panorama completo, ya que siempre terminamos con las versiones alteradas o convenientes, acordes al grupo de poder o acordes a las intenciones de los amos que dirigen al pueblo esclavo, puesto que todavía el Perú sufre de esclavitud, gracias a esa sería incapacidad de razonar que tiene el peruano en mayoría, y todo porque seguimos creyendo que el problema del país es un problema político, cuando es más que evidente que el principal problema que enfrenta el país es un problema pedagógico, puesto que solo un pueblo culto puede cambiar su historia para bien de su sociedad; y cuando digo culto no me refiero a que tengan que ser como Mario Vargas Llosa, Dios nos libre de tener más sujetos así, con él nos basta y sobra, porque aquí me refiero a personas capaces de elegir entre el bien y lo mejor sin perder la conciencia ni caer en la esclavitud, es decir, sin perder el honor, buscando siempre hacer las cosas en favor de la vida y la dignidad, por ende no necesitamos un título para ser cultos, ya que la historia nos ha demostrado que hay grandes tiranos que cuentan con muchos títulos y son bien leídos; y por eso digo que todo lo que necesitamos para ser cultos es contar con la capacidad de razonar para saber elegir entre el bien y lo mejor, asumiendo nuestras responsabilidad y errores personales y sociales; porque creo que es así cómo debemos analizar la situación que pasa en el país para poder mirar más allá del histórico vicio social que tenemos, para que no sigan habiendo más muertes por lo que es digno.

Es evidente que ninguna persona en su sano juicio puede justificar los hechos ocurridos a lo largo de estos meses, hacerlo es una falta a la verdad y a la dignidad, porque no es digno ver cómo una tanda de protestantes arremeten contra la dignidad de otros por culpa de su comprensible indignación, dejando varados y bloqueados a otros para hacer sentir su rabia, ira e impotencia ante el olvido de las autoridades nacionales (dizque presidentes y congresistas, olvidándose de los gobernadores y alcaldes, los que creo que finalmente han hecho más daño que los primeros), a los que me atrevo a llamar dizque porque no representan a nadie, bueno, tampoco a nadie, es indiscutible que sí representan a los que con ellos sangran al país, puesto que tanto el político como muchos profesionales han perdido el sentido de su existencia, aunque es más probable que jamás lo hayan tenido y por eso viven actuando como seres que buscan sobrevivir a cualquier costo, sin siquiera detenerse a pensar o reflexionar sobre lo que están haciendo, es decir, si están siendo simples animales domésticos o animales racionales que no razonan, porque penosamente así nos lo exige el sistema de vida que lleva la humanidad en los miles de años de existencia, puesto que la humanidad todavía sigue en pañales, pues todavía no aprende a ser persona, todavía no evoluciona; y por eso vemos que muchos dizque profesionales, o sea, seres dizque capaces e inteligentes, viven con una mente tan Pedro Castillo o tan Mario Vargas Llosa, ambos incapacitados para razonar y arrastrados por el odio hacia un nivel de vida que les da vergüenza tener –en uno- y ver –en el otro-, demostrando con sus acciones que finalmente el país en el fondo les importa un bledo, puesto que solo quieren aprovechar la oportunidad para figurar y creerse “el salvador”, aunque desde perspectivas distintas; y por eso digo que ambos han sufrido del mismo síndrome, el síndrome de “el salvador”, de esos que sufren solo los que son incapaces de salvar su propia existencia; y por esa razón son incapaces de ver el daño que hacen al país con sus obsesiones u odios, al punto de que hacen primar sus ideas u obsesiones sin sentir el más mínimo remordimiento por las inútiles muertes que causan buscando una revolución, por un lado, y persiguiendo la conservación de la clase social, por otro; puesto que finalmente ambos están sometidos a una ideotología que los ciega y convierte en incapaces de ver más allá de sus absurdas ideas, y por esa razón no pueden pensar en maneras trascendentales de lograr cambios en bien de la dignidad.

Es lamentable ver cómo la gente del pueblo se enfrenta contra el mismo pueblo o cómo el mismo pueblo se enfrenta con la gente del pueblo, acto que para mí representa la más clara muestra de irracionalidad, puesto que por un lado tenemos a la gente del pueblo, la que vive en el campo, y por otro lado al pueblo que vive en la ciudad, conformada por la policía y demás profesionales, atacándose constantemente hasta mutuamente destruirse sin llegar tocar a los verdaderos culpables de tanta desigualdad social, esos que principalmente están conformado por las autoridades dizque gubernamentales, esos a los que en más de una ocasión elegimos para que sigan desbaratando las arcas del pueblo, desde alcaldes hasta presidentes, simplemente por no tener conciencia ni memoria histórica, porque si tuviéramos ambas cosas nos dejaríamos de andar cayendo en las mismas órdenes del amo, de ese amo que intenta gobernarnos bajo la ilusión de que nos desarrollaremos bajo su mando, a pesar de estar viendo que no es así en más de una ocasión, ni lo será jamás, porque sus obras dicen todo lo contrario, hecho que no podemos ver por nuestra latente incapacidad de razonar, la que muchas veces nace porque se deposita ciegamente la fe en una ideotología que nos da la esperanza de ser salvados, sin comprender que los únicos que nos salvarán son nosotros mismos como pueblo, si es que dejamos de pelear el uno contra el otro para ponemos a trabajar en conjunto con la intención de cambiar la historia del país, para convertirnos en un pueblo digno de estas tierras, a la altura de la maravillosa y extraordinaria riqueza que posee este país; y por eso considero que no podemos aplaudir ningún acto violento, ni del dizque pueblo ni de los dizque protectores de la seguridad nacional, porque si queremos mejorar como sociedad no podemos seguir apoyando actos fracasados como suelen ser las protestas, puesto que la historia siempre nos demuestra que al seguir en el mismo sistema de elecciones de nuestros políticos caemos en los mismos tropiezos de la vida sistemática del Perú: se levantan protestas, aparecen muertos que son considerados mártires, les conceden el capricho hormonal o se cansan, luego resulta ser todo un engaño porque más adelante se aprueba la misma ley con otras tonalidades para que el pueblo no se dé cuenta, sacan cortinas de humo para tapar el escándalo, sobresalen algunos personas que luego alcanzan un curul para seguir en la misma cadena y se olvidan de andar de capataces o amos de las protestas porque alcanzaron su objetivo; y finalmente todo pasa a la historia del olvido, mientras que los muertos se convierten en tontos útiles, porque pasada la revolución hormonal nadie más allá de sus amigos y familiares los recuerda; y por esa razón considero indispensable detenernos reflexionar sobre ¿qué nos está pasando como pueblo?

Durante las violentas protestas de diciembre y enero hemos podido observar que por un lado el pueblo causó destrozos en algunas instituciones o instalaciones del Estado, como pistas, aeropuertos, entre otros centros, los que fueron construido o arrendados con dinero del pueblo –y que de alguna manera, no de forma ideal, beneficia al pueblo, – y lo hicieron sin el menor remordimiento, con absoluta inconciencia, porque finalmente una vez más continuamos con el vicio de malgastar el dinero en cosas innecesarias, siguiendo el ejemplo de las dizque autoridades, puesto que al destrozar estos espacios del Estado es evidente que es el mismo Estado el que tendrá que arreglarlos y por lo tanto antes de avanzar retrocedemos, cosa que me parece lo más irracional de un actuar revolucionario, ya que el país tiene demasiadas carencias, tantas que no podemos darnos el lujo de destruir espacios públicos, por contrario, necesitamos dejar de destrozar y saquear al país para crecer, y para eso es vital e indispensable que el peruano deje de destrozar espacios públicos, así como también el gobierno debe dejarse de andar arrendando grandes locales por largos años, pudiendo adquirir la propiedad a un precio menor de lo que arrienda por decena de años, cosa que es desleal para la nación y beneficio para unos cuantos mantenidos de la nación. Y viendo esto me pregunto: ¿Cuántas personas se han puesto a analizar o ver cuánto dinero derrocha el Estado Peruano en alquileres de edificios y espacios a terceros durante años de años?

¿Será que algún día este pueblo dizque revolucionario se indigne por estas inútiles formas de malgastar el dinero de los peruanos?

En fin, este grado de irracionalidad me lleva a comparar a ese pueblo “indignado” agresor con los otros agresores de la patria: los políticos y los ricos del país y el extranjero que se siguen enriqueciendo sin dejar de explotar al pueblo para seguir teniendo sus dizque privilegios de vida, a pesar de ser un pueblo opresor minúsculo, porque es minoría popular, pero claro, ellos se consideran de otro nivel y no pueblo, cuando al final son lo mismo que el pueblo oprimido: unos incapacitados para pensar o razonar, puesto que ambos han renunciado a ser persona desde hace mucho tiempo, desde que renunciaron a tener conciencia de la vida, de su ser y de la sociedad, con la intención de no sentir el más mínimo remordimiento por sus irracionales actos, porque es aquí donde se contempla a ese animal doméstico que son, puesto que solo un animal podría olvidarse de su naturaleza y vivir netamente del instinto, solo porque su naturaleza le impide tener conciencia, ya que se supone que el ser humano es el único animal racional, aunque cada día voy pensando todo lo contrario, porque causan destrozos para oprimir al otro con tal de conservar la vida o su nivel de vida bajo cualquier circunstancia, puesto que están incapacitados para distinguir entre el bien y el mal, incapacitados para aceptar los errores y fracasos de la vida diaria, o sea, incapacitados para trascender, para ir más allá de sí mismos, puesto que están domesticados para vivir en la ley de la selva, con distintas posturas de vida y política, pero finalmente adiestrados para vivir en la ley de la selva: donde el débil se somete al poder del tirano; y por eso vivimos en esta constante lucha entre pobres y ricos a lo largo de historia, simplemente porque el ser humano no ha dejado de ser un animal doméstico, y todo porque no ha aprendido a ser persona, y por ende a tener y vivir desde la conciencia. Porque ¿quién en su sano juicio malgastaría millones de millones cuando hay gente que se muere de hambre, cuando hay gente que carece de necesidades básicas, cuando hay gente que carece de atención médica, cuando hay gente que deja de tener vida propia para laborar hasta más no poder, cuándo hay ancianos y niños abandonados, cuando hay mujeres y varones violentados por la malformación humana? Entre tantas cosas en las que se podría invertir el dinero malgastado en la vida diaria de los dizque ricos, así como en las protestas y destrozos del país por parte de los grupos de poder y del pueblo, bandos con supuesta razón para sus demandas y posturas personales, aunque ninguna es realmente personal, puesto que si hablamos desde lo personal habría que hacer un análisis de conciencia y preguntarse: ¿Acaso comprenden que todo ser proviene de una sociedad y por ende el hombre es un ser social por naturaleza, así como también por naturaleza ambos bandos tienen la misma oportunidad ante la vida y la muerte, de la que no te libras ni con dinero? Aunque claro, es evidente que con dinero el sufrimiento psicológico de la enfermedad es menor, puesto que carecer de dinero para una atención digna te consume la existencia atrozmente, te brinda mayores preocupaciones que el yo adinerado, por eso si algún día me enfermo de gravedad, disfrutaré de mi sufrimiento hasta más no poder, puesto que no creo en el suicidio como un acto racional, ya que lo considero un acto intrascendental, ya que lo veo como lo más paupérrimo del ser y hacer, antes prefiero el martirio de la vida diaria o morir a lo Sócrates, eso sí me parece maravilloso y admirable, por lo trascendental que representa su muerte; así que si algún día aparezco muerto por suicidio, es evidente que fui asesinado.

Por eso, pienso que es imperdonable e injustificable las dos acciones realizadas por los protestantes y las fuerzas del orden, aunque sé que ambos son títeres de los bandos sanguinarios de las ideotologías de derecha e izquierda, a las que a partir de ahora me atreveré a llamar libremente las ideologías, aunque creo que también podemos considerar a los paupérrimos de centro, que en el país son lacras porque andan de comodines y no de ideólogos, por razones que se resumen a su silencio en tiempos difíciles, pero bueno, por ahora quiero decir que ambas ideotologías son sangradoras de la patria, delincuentes de las arcas y con un nulo interés por la dignidad de las personas, y por eso ambos son modelos fracasados para la democracia real, porque ambos son extremos de la miseria, miseria con diferentes matices, aunque con la misma acción de gobierno, porque en uno la dictadura se da de manera descarada, porque así es la izquierda socialista de los ejemplos que siguen los dizque pensadores peruanos, puesto que siempre terminan mencionando a Cuba y Venezuela como ejemplos de grandes gobiernos de izquierda, cuando en realidad son ejemplos de la más grande miseria humana, a esa que podríamos llamar el gobierno de la desenfrenada opresión saqueadora del pueblo y no de izquierda, porque si hablamos ideológicamente de la izquierda ahí tenemos a Finlandia, Alemania, entre otros, pero no, estos ideotologizados citan a estos países de izquierda fracasada, gracias a que son incapaces de darse cuenta que sus países ejemplos representan a la miseria, cosa que se comprende por esa incapacidad de pensar más allá del adiestramiento de ideotología política que profesan o a la que se adhieren para protestar.

Por otro lado, tenemos la otra cara de la moneda, la derecha capitalista que se disfraza de democracia, cuando no es más que la misma miseria que la izquierda radical solo que sin ser tan descarada y opresora como esa izquierda, sino más bien como las grandes mafias del mundo, puesto que todo se hace disimuladamente, sino miremos al más atroz ejemplo de esta ideotología política de derecha: EEUU, el país más irracional del mundo, donde se cometen dentro y fuera de su patria las más grandes atrocidades del mundo, siempre buscando una razón para justificar sus barbaridades humanas, cosa que también me parece despreciable, aunque este tipo de ideotología nos hace soñar con la posibilidad de alcanzar una vida digna a través del alcance de un nivel clase media, y por eso se vive soñando con una vida digna siempre de la mano del dios dinero y del poder, sin darnos cuenta que el poder no está en los bolsillos sino en nuestras mentes y acciones que pueden cambiarlo todo si caminamos juntos hacia un objetivo firme y claro, a pesar de las tormentas que significa acabar con las mafias, y para eso es necesario e indispensable que nos dejemos de vicios sociales que nos nublan el pensamiento y nos impiden trascender, es decir, el pueblo debe salir de malgastar el dinero en el alcohol y la ignorancia, esa que hoy en día se puede llamar mediocridad, porque en estos tiempos existen medios para acceder a la información y al conocimiento por voluntad propia; y así también los ricos deben alejarse de la opresión al pueblo, porque no tiene nada de digno humillar a otros para sentirse mejor o – como ellos llaman- superior.

Es evidente que estos dos sistemas provienen de la ambición del hombre, aunque siempre de una minoría de incapacitados para razonar, porque solo los incapacitados para pensar van a querer oprimir al otro, a través del saqueo y de una serie de argucias que “el poder” les permite, puesto que todavía se vive en un sistema de emperadores, reyes, burgueses, ricos, políticos y plebe, pueblo, esclavos, clase obrera, cosa que es lo más descorazonado que puede consentir la descorazonada humanidad dizque racional, porque si estos tuvieran un mínimo de razón o de sentir humano el mundo sería otra cosa, pero lastimosamente no lo tienen, por ende, vemos toda la miseria de su vacío existencial reflejado en la opresión de los más débiles; y por ende es gente que solo busca llenar el hambre de poder que no pueden saciar porque su vacío es existencial es demasiado grande y hambriento, cosa que sucede también gracias a un pueblo que se deja someter ante los amos, ya sea por costumbre o resignación, puesto que no se analiza ni se cuestiona nada, puesto que seguimos siendo esclavos de nuestra propia incapacidad de ser, y por ende vivimos esperando que venga un dizque “salvador” que quiera darse de revolucionario e intente convencernos de levantarnos en martirio para que ellos puedan conseguir sus objetivos sin que nosotros nos demos cuenta jamás, porque conocen bien nuestra incapacidad de pensar, razón por la cual a lo largo de la historia hemos tenido más de un tirano en el poder, luego de librarnos de otra tiranía.

Ahora, si vemos estos casi dos meses de protestas en Perú vamos a poder comprender mejor de lo que comento, porque estos meses nos enseñan de que es más que evidente que en este país tenemos en cancerización un problema político recurrente, aunque yo me atrevo a decir que más que político es un problema pedagógico, puesto que la educación es la que nos permite tener a este pueblo incapacitado para pensar o razonar, y todo porque todavía seguimos siendo un pueblo de supervivencia y ahora trataré de demostrarlo por qué:

1) ¿El pueblo tiene derecho a protestar? Sí. ¿Tiene libertad de elegir protestar o no? Sí. ¿Tiene derecho de joder la vida de los demás? No. ¿Tiene derecho para perjudicar la economía de los demás? No. Entonces, ¿por qué es incapaz de ver que está destruyendo al país sin lograr nada trascendental, es decir, sin lograr nada para que los pobres no sigan sufriendo más penurias? ¿Acaso se han puesto a pensar en cuántos están vendiendo su alma o cuerpo para poder sobrevivir a estos tiempos de elevados precios gracias a sus protestas, la crisis mundial y los desastres naturales? ¿Acaso se han puesto a pensar en todo el trabajo de los agricultores que se desperdicia como si no existiera gente muriéndose de hambre, gracias a los bloqueos de las carreteras?

2) ¿La policía y fuerzas armadas tienen derecho a matar a las personas? No, absolutamente NO. ¿Tienen derecho a proteger al pueblo de la delincuencia? Sí. ¿Hacen un juramento de honor o ético para servir a la justicia? Sí. ¿Entonces por qué están cometiendo tantos atropellos contra la gente del pueblo? ¿Por qué el país está tan cargado de delincuentes? ¿Por qué se quedan atados de manos, como esclavos, obedeciendo órdenes que destruyen su propia dignidad?

Sí, es evidente que ambos bandos están siendo borregos, animales domésticos que han caído en manos de los amos que se dieron cuenta que estos animalitos racionales requieren de un amo que les dé las órdenes para actuar, y por eso son incapaces de ver que ambos están a punto de destruir al país para que gane uno de los dos delincuentes de la nación ideotologizada, es decir, la izquierda o derecha. Sí, es evidente también que no me gustaría respuestas que intenten justificar estos actos irracionales de ambos bandos, quien lo justifica simplemente es un ser ideotologizado, vamos un idiota manipulado, una mente lavada, un incapaz para razonar o pensar, un miserable o simplemente un tirano más que aparentemente piensa en el pueblo o país, cuando en sí solo está pensando en su sobrevivencia, justificando toda violencia según su bando de pensamiento, y digo bando porque sucede que hoy en el Perú no existen partidos políticos, y esto pasa justamente por la misma razón por la cual no es ideología sino ideotología política, puesto que los partidos políticos carecen de filosofía política, por ende, carecen de esa capacidad de pensar o razonar en qué cosas contribuyen a que una sociedad se desarrolle mejor según la ideología política que se pretenda postular en el partido, sea de izquierda, centro o derecha, y por ende son un fracaso de partido político, un fracaso ideológico, porque lo que finalmente existen en esos dizque partidos políticos es la filosofía del fundador del partido, en los viejos partidos, y la filosofía de vida del fundador o dueño del partido, en los nuevos, simplemente porque hoy los partidos han caído en el mundo del hampa, en el sistema de los bandas organizadas, puesto que son casas de organizaciones criminales, porque viven en los grandes y profundos hoyos de la corrupción descarada, tal y como lo vemos en la actualidad, desde los nacionales hasta los locales, es decir, un partido político se ha convertido en una cuna de criminales organizados que roban a la patria como un delincuente simple lo hace en las calles a los ciudadanos, porque estos son ciudadanos que todavía no han aprendido lo que es tener dignidad, simplemente porque no conocen el amor propio ni el amor a los suyos, tal y como lo hace la mayoría del pueblo, y por eso vemos que el pueblo sigue dando oportunidades a través de su voto a las mismas organizaciones criminales de siempre. Por ende, es irracional que alguien esté pidiendo a estas alturas del partido la liberación de Pedro Castillo o que ande haciendo hurras a los actos de dina boluarte o del congreso de la república y toda la lacra fujimorista, así con minúscula, porque ninguno de ellos merece ser tratado con respeto o dignidad, peor después de estos hechos que nos han conducido a la miseria más grande de los últimos 20 años, porque en estos dos meses de protestas el pobre se hace más pobre y los ricos siguen siendo ricos, puesto que el pueblo protestante no ha logrado nada, nada más que perjudicar terriblemente a los otros pobres; y todo por culpa de la maldita mediocridad nacional que nos embarga, razón por la cual no se realizan actos racionales para cambiar la historia del país, para cambiar las cosas con dignidad, puesto que esta mediocridad nacional nos embriaga hasta colocarnos en planos de borregos en un pequeño grupo dizque de poder, los amo de la patria, los nuevos emperadores del siglo XXI, donde prima la indiferencia de unos contra los otros, donde finalmente todos son una sarta de mediocres por esa incapacidad de pensar, inherente al ser que vive como los animales salvajes: buscando sobrevivir ante la realidad existente, sin trascender, sin ir más allá de sí mismo; y es por eso que los ricos solo se preocupan por seguir siendo ricos, como la mayoría de la clase media, los que se creen inteligentes y todopoderosos porque se han hecho de una carrera profesional o una empresa que les da cierto nivel de vida, porque pueden ganar un sueldo dizque digno, mientras siguen buscando salir de la pobreza en la que se encuentran antes de ser pobres y por eso muestran su indiferencia ante los más pobres, debido a que penosamente en este sistema de vida que tenemos es necesario e indispensable oprimir a otros para crecer; dejándonos como resultado final a los pobres que siguen añorando que la pobreza desaparezca de sus vidas en algún momento, mucho antes de que venga la muerte; y por esa razón muchas veces estos viven esperanzados en la venida de un “salvador” que les rompa la cadena de la podredumbre.

Sí, es verdad que el pueblo tiene derecho a protestar y exigir cambio de las autoridades cuando le dé la gana, cuando no está de acuerdo con ellos. Nadie dice que no lo hagan, pero, por favor, sin actos que perjudiquen a otros, porque ya no son tiempos para andar con salvajismos, puesto que son tiempos donde solo la inteligencia podrá liberarnos de la opresión si es que sabemos actuar como pueblo consciente, por tal razón invito al pueblo peruano a ser más inteligente y a protestar estratégicamente para acabar con la plaga de ratas que se ha convertido la política nacional, y empecemos con los gobiernos locales que tenemos, participemos más en las políticas locales, exijamos y supervisemos más las obras de los alcaldes distritales, provinciales y de los goberladrones, perdón, gobernadores, y aprendamos a pensar, porque solo así podremos saber elegir, solo así podremos comprender que jamás vamos a sacar nada bueno de cimientos podridos, es decir, que si el fundador de un partido o el partido está putrefacto jamás vamos a poder cosechar buenos frutos en tierra muerta; por ende, es tiempo de que aprendamos a protestar con razones, con inteligencia, para cambiar esta penosa realidad, porque ya es tiempo de dejar de destruirnos los unos a los otros para empezar a destruir a cualquier pensamiento paupérrimo del opresor.

Sí, definitivamente necesitamos que la actual presidenta del Perú renuncie y que el congreso se vaya, pero que se larguen dándonos cambios constituciones que nos permitan no tener la misma lacra nacional en el poder. En lo particular yo jamás aceptaría que los despreciables políticos se vayan simplemente renunciando o convocando a elecciones, buscaría formas inteligentes de cambiar el sistema y golpear a los ricos, donde sean ellos los que pierdan, más que los pobres más pobres, y me dejaría de andar gritando y muriendo como revolucionario hormonal, dispuesto a liberar a Barrabas, porque esa es la orden que nos dan los amos en medio de nuestra revolución hormonal, puesto que somos incapaces de morir como Sócrates, porque carecemos de ideas para defenderlas, porque si tuviéramos un pueblo indignado de verdad, tendríamos un pueblo que se ha preocupado por leer la constitución y en estos momentos en vez de andar gritando que castillo era inocente, que era el presidente que el pueblo ha puesto, debería estar exigiendo que modifiquen el artículo que impide revisar los contratos ley con las concesiones estatales que se dan a las empresas en el Perú, que modifiquen esa obligatoriedad de ir a votar, que se elimine la multa por el voto, que se modifiquen tantos otros artículos que son necesarios para tener una mejor constitución para una vida más digna, porque es necesario modificar los artículos que no merecen la pena tenerlos, porque gracias a esos cualquier cosa pueda ser presidente, cualquier ser puede ser congresista, cualquier cosa pueda ser funcionario público, y para exigir eso debemos usar mecanismos donde no le damos ni a los ricos ni a la prensa lo que quieren, es decir, sin exponer la vida de inocentes inútilmente y sin la necesidad de causar destrozos. Y esta debería ser la forma de protestar de todos los peruanos, sea de pensamiento de derecha o de izquierda: no más manifestaciones violentas, porque se lo debemos a esas más de cincuenta víctimas que han muerto durante estos días de protestas, tanto a los del pueblo como a los policías, porque ninguna muerte puede justificarse, quien justifique la muerte del pueblo protestante por los disturbios tiene un problema genocida que debe contemplar, y quien justifique la muerte de los policías por la rabia de las otras muertes tiene un problema de conciencia y personalidad, porque estamos justificando atrocidades en cualquiera de los dos bandos y quien dice gozar de conciencia y razón no puede permitir ni justificar estos actos violentos, porque todas estas muertes que se dieron en estas protestas son muertes inútiles, muertes que se pueden evitar sin tan solo aprendemos a protestar con razón, de forma inteligente, como nos lo permite un artículo de la Constitución, esa que nos permite poder eliminar, modificar y crear leyes en favor del pueblo si tan solo recolectamos determinadas cantidades de firmas, cosa que es numerosa, pero no imposible si tan solo nos ponemos la camiseta para hacer historia y armar una revolución de verdad, una revolución acorde a estos tiempos, una revolución intelectual; pero como esto no es lo que les ordena el amo y su mediocridad el pueblo no sabe sobre esta forma de protestar ni lo hará, y mientras tanto esta forma de protestar seguirá siendo un sueño de un adolescente de quinto de secundaria que se enteró de ese detalle de la Constitución Política del Perú.

Por otro lado, pienso que el principal problema del peruano de estos días radica en dos puntos: por un lado tenemos al bando que mueven los izquierdistas, a los revolucionarios hormonales, esos que estos días para mí son como perros rabiosos que están dispuestos a cargarse a todo el país, porque carecen de lógica y razón, de ideas claras, de propósitos reales, simplemente porque sé que la indignación o impotencia cuando estalla es asesina e irracional; y por otro lado tenemos al bando de los que moverían la derecha, los clasemedianos que no quieren perder su estatus social que el sistema de vida o Constitución les ha permitido obtener o desarrollar, quienes también han perdido lógica y razón, solo que de forma no violenta, sino gracias al conformismo y egoísmo de su “individualismo”, ese que de hecho tuvo que hacer sacrificios para alcanzar el nivel en el que se encuentran actualmente; y desde el donde –quizás– están haciendo obras de caridad para intentar sentir alivio ante las paupérrimas realidades de otras gentes que no tienen la misma oportunidad que ellos, ya sea de padres que le brinden la mano para progresar, ya sea de genética que le permita seguir en pie de lucha sin rendirse ante los obstáculos, sin cavar su tumba por depresión, sin matarse por corrupción, sin morir en manos de los que tienen el poder por querer cambiar las cosas con claras ideas, sin ver manchado su imagen por los que no quieren perder el poder de la opresión al pueblo; razones por la cual todavía seguimos teniendo un pueblo dividido que sigue cosechando la misma miseria año tras año, así como la misma revolución hormonal una y otra vez, simplemente porque no hacemos esos cambios Constitucionales necesarios e indispensables para cambiar la historia del país; y por esa razón me gustaría invitar a los peruanos a alzar su voz de protesta contra las autoridades actuales y exigir esos cambios Constitucionales necesarios, esos que realmente terminarán golpeando más a los ricos, más que a los pobres más pobres del país, y esto podemos lograrlo si tan solo nos uniéramos de verdad para ello, cambiando nosotros mismos los artículos de la Constitución usando el artículo que nos da ese poder. Pero como el peruano está acostumbrado al show y la victimización dudo que esto pase, porque gracias a ese show y victimización en los últimos veinte años hemos elegido al mismo prototipo presidencial, al dizque mal menor, yendo cada vez a peor elección, teniendo resultados más degradantes que el anterior, simplemente porque conforme fue pasando el tiempo la mediocridad nacional se fue incrementando, a tal punto de que en estos tiempos está en proceso de metástasis nacional, puesto que son incapaces de comprender que en vez de salvar al país lo estamos destruyendo sin lograr ningún cambio sustancial, algo que no vamos a lograr si nos seguimos manteniendo en esta mediocridad nacional que nos cancerígena la racionalidad y la dignidad, cosa que no nos permite ver más allá de nuestra indignación y esclavitud, esa que no nos permite vivir o estar acordes a las riquezas que poseemos como la nación, desde la tierra hasta las costumbres nacionales que vamos perdiendo por la falta de conciencia y humanidad, por falta de amor propio, por la falta de razón, por falta de educación, por la pésima costumbre de andar esperando un salvador en vez de salvarnos a nosotros mismos y mejorar nuestra forma de vida, dejándonos de los vicios sociales y de la incapacidad de pensar para formar generaciones más conscientes de la vida y de la dignidad.

Pucallpa, 29 de enero de 2023 a las 09:12 horas

Negociación salarial o conflicto social

Manuel Hernández

La pérdida del valor real de las remuneraciones, a merced de las medidas extraordinarias de la Regla Fiscal y el congelamiento de los salarios que receta la Ley Frankenstein, ya se volvió absolutamente inasumible para los trabajadores.

La política extremista de Estado, que impone una devaluación salvaje e indefinida de las remuneraciones, es una política pública de violencia institucional contra la clase trabajadora.

Hasta la misma Procuraduría General de la República, nada sospechosa de ser simpatizante de los sindicatos, advirtió que el congelamiento indefinido de los salarios, o por un plazo prolongado, tiene un efecto pernicioso, que vulnera el Convenio 131 de la OIT y un precedente de la Sala Constitucional, que dispuso que el congelamiento de los salarios sólo puede ser excepcional, por un plazo definido y claramente determinado.

También existe un precedente del Comité de Libertad Sindical, contra el Gobierno de Costa Rica, que resolvió una queja, prácticamente en los mismos términos del precedente de la Sala Constitucional.

Cómo decían los Indignados:
“Nos sobra mucho mes al final del sueldo”. (Cártel, Madrid, 2011).

¡La política de los sindicatos debe ser: negociación salarial o conflicto laboral!

El Estado niñera

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo.

                Con la valentía propia del estadista que defiende la soberanía y la dignidad de su patria, don Rodrigo Carazo, sentó de regreso a los emisarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) en los asientos del mismo avión que los trajo al país. La salud, la educación y la energía públicas no eran negociables bajo ninguna circunstancia; dejar de construir hospitales, escuelas e infraestructura para servicios de agua, luz y telefonía, ¡jamás! Que se lleven sus valijas a otras tiendas, este país no se vende por un plato de lentejas.

                Las administraciones que le sucedieron bajaron la bandera de la dignidad de una patria insobornable. Se han venido postrando, como siervos menguados, ante los dictámenes de los poderes fácticos nacionales e internacionales de un capitalismo salvaje, que solo habla en términos autoritarios de sometimiento a su añeja y fracasada política neoliberal, que sigue sumiendo a estos países en la miseria, la pobreza, la desigualdad y, por ende, en la más cruenta e insoportable violencia criminal y delincuencial.

                Los últimos gobiernos actúan como fieles emisarios de aquellos organismos financieros y poderes. Hoy no se necesita que vengan al país a dictar políticas, estos las acatan de facto, y si pueden van más allá, como es el caso de la actual Ley de Empleo Público, que se aprobó aprovechando la pandemia del Covid-19, y con la que pretenden, ahora sí, quebrar al Estado Social de Derecho precarizando los salarios de los servidores públicos.

                Por consiguiente, no es que el Estado y su institucionalidad social estén siendo conducidos a la quiebra por deficiencias administrativas y gollerías salariales. Sin duda, hay mejoras que introducir en estas materias, y ya se han venido realizando. Pero, la causa fundamental, que no se toca, es la complicidad de estos gobiernos con los grandes intereses económicos empresariales y financieros, a los que se les facilitan las condiciones para seguir amasando capitales; se les premia con exoneraciones y amnistías, haya o no pandemia, como ahora con el perdón de deudas de las empresas con la Caja por morosidad; por favor, ¿cómo no va a estar con problemas financieros la Caja, si también el Estado no paga su deuda billonaria? Pero sobre todo se les continúa tolerando declarar cero ganancias, como es evidente en el listado de casi noventa empresas, recientemente dado a conocer por el Ministerio de Hacienda, a solicitud del diputado Ariel Robles del Frente Amplio. Como dice el pensador estadounidense, Noam Chomsky, estamos ante una modalidad de “Estado niñera” de los ricos: “socialismo para los ricos y capitalismo para los pobres”.

                Urge erradicar estas prácticas antipatrióticas de partidos políticos y gobiernos con discursos grandilocuentes pero que no actúan con decisión y valentía cuando se trata de parar, sí, las gollerías de los eternos ganadores en tiempos de pandemia, en tiempos de guerra y en tiempos de paz; en todo tiempo protegidos, y siguiendo la vieja práctica de convertir cada campaña electoral para componendas y compra de favores.

                Ya es hora de que quienes administran la cosa pública dejen de comportarse como mercaderes baratos, al servicio de los ganadores de siempre. Urge una nueva generación de mujeres y hombres libres, que antepongan los intereses del pueblo costarricense sobre los de las élites oligárquicas que están conduciendo a nuestro pueblo por los tenebrosos caminos de la violencia, que lo único que nos depara es un futuro con más cárceles y menos escuelas y hospitales.

¿Somos inmunes a la violencia y el terror?

Miguel Sobrado

Miguel Sobrado Chaves

En Costa Rica hemos sido dados a pensar que la violencia y el terror no pueden afincarse en nuestro medio, ya que somos un pueblo de paz y democracia.  Lamentablemente nos olvidamos de nuestra posición geopolítica y que al igual que en 1856 o en la década de los 80s del siglo pasado, las tormentas de la vecindad terminan azotándonos. Las cosas han cambiado radicalmente en nuestra América desde que brotó el gran negocio de los carteles de la droga en el último cuarto del siglo pasado, cambiando los ejes del poder económico y político. Hasta entonces el poder económico dependía en gran medida del poder político centralizado en estructuras clientelistas. Con la aparición del negocio de la droga, con un poder económico sin precedentes, se resquebrajó la estructura de poder clientelista. Sistema que presentaba, por una parte, serias debilidades que permitían su penetración por la corrupción imperante, y por otra, generaba una masa creciente de excluidos desplazados por la tecnología que buscaban desesperadamente ingresos para atender las necesidades de sus familias.

Colocados geográficamente entre los países productores y procesadores de cocaína en el sur y los traficantes comercializadores y el gran mercado de consumidores en el norte del continente y punto de enlace con Europa, nuestro país es una ruta de paso necesaria para este nefasto negocio. Especialmente el tráfico terrestre, ya que el marítimo y el aéreo son controlados cada vez con más recursos por parte de los Estados Unidos.

Ha coincidido este interés del narcotráfico con las debilidades de nuestro sistema económico y social que deja por fuera especialmente a las regiones fronterizas y costeras, donde el narco se haido posicionando y penetrando los poderes locales e instituciones nacionales con su poder económico. De ahí que la lucha por el control de territorios haya desatado el terror y el crimen en nuestras costas y fronteras donde se ha posicionado y expande su estela de muerte hacia otras regiones del país.

El problema de nuestra debilidad, como país, frente a esta amenaza depende no solo del aparato de legalidad y de seguridad que debe actualizarse y modernizarse a fondo para impedir que siga expandiéndose y tomando fuerza este peligro. Especialmente en su sistema de inteligencia fortaleciendo la seguridad comunitaria de manera sistemática con seguimiento y atención permanente. Pero sobre todo, actuar en la prevención reduciendo la exclusión social. Un país que concentra sus ingresos en el 20% de la población y no abre suficientes oportunidades para incorporarse a la vida moderna a los jóvenes y a quienes perdieron la oportunidad educativa, tiene los pies de barro. La prevención de la violencia depende de la modernización del sistema educativo para adecuarlo a las exigencias de la nueva tecnología del conocimiento y de la regeneración ecológica. Sin olvidar que el aprendizaje y la capacitación constituyen actualmente, por la velocidad de los cambios, un proceso permanente para evitar la exclusión.

Especial atención merece en nuestro caso la actualización de la mano de obra para actuar frente a las necesidades y oportunidades. Recordemos que más del 50 % de la población económicamente activa tiene un nivel inferior al bachillerato y este porcentaje es mayor entre los desocupados. Se trata no solo de una actualización de los centros de trabajo, sino de los procesos y transformaciones que abren oportunidades en sus comunidades y regiones. Procesos que no pueden depender de proyectos elaborados por burócratas, sino que deben responder a la demanda y a la organización de las comunidades. Las instituciones deben, ante todo responder a estas demandas con asistencia técnica y recursos complementarios a los aportados por las comunidades.  Las comunidades, cuando gozan de autonomía, saben quéopciones tienen en las condiciones de su comunidad, para abrirse paso a paso mejorando sus capacidades.

Las ofertas del INA actuales frecuentemente les exigen, no solo requisitos de nivel de estudio que no tienen, sino un horario de asistencia en las sedes del INA que en muchas partes quedan a kilómetros de distancia con problemas de desplazamiento y en horarios de 7 a 2 pm que les impide trabajar para atender las obligaciones familiares.

El proyecto Germinadora de la sede regional Brunca de la UNA, es un ejemplo a seguir con bajo costo y alto rendimiento cualitativo en la promoción de individuales y asociativos integrados con las fuerzas vivas locales, como se puede apreciar en el video realizado por canal 13 “La estación de la esperanza con autonomía”

Caminos exitosos existen, lo que se necesitan son decisiones políticas en el campo educativo y de capacitación para emprender una prevención efectiva. Con la Fuerza Pública pueden mitigarse los daños, pero no evitarlos en el mediano ni largo plazo.

Lo que estamos viviendo con las drogas en el ámbito nacional es solo el principio de una amenaza de ocupación de nuestro territorio por el terror. Por el momento, lo visible es la violencia manifiesta en el control de territorios, pero el verdadero poder está tomando posiciones estratégicas a través del blanqueo de capitales, el cual es tema de otro artículo.

Todavía no estamos en guerra civil como es el caso del El Salvador, y estamos a tiempo, si tomamos conciencia del peligro para tomar medidas efectivas, pero debemos actuar pronto con visión y decisión.

Bukele y la democracia populista

Valentín Díaz Gutiérrez

Etimológicamente, democracia significa el poder del pueblo, pero como «pueblo» no es un todo categórico, sino una amalgama llena de matices hemos, convenido de manera casi unánime que democracia es el gobierno de o para las mayorías. Y como definición no está nada mal.

Pero solo es eso una bonita definición que no llena ni de lejos las aspiraciones de esas mayorías.

¿Y cuáles son esas aspiraciones? Maslow, fundador de la psicología humanista, y creador de la famosa pirámide, formula en su teoría una jerarquía de esas necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados en el escalón superior de ella.

Así que en la base de esa pirámide y en la realidad, las mayorías de cualquier democracia aspiran a satisfacer las necesidades básicas de alimento, ropa y cobijo. Creo que todos podemos estar de acuerdo con él.

A medida que uno va ascendiendo en la pirámide, sus aspiraciones se van ampliando y se van haciendo cada vez más sofisticadas, pero sobre todo surge el deseo innato de no perder la posición adquirida. Es el origen del pensamiento conservador, se perciba uno de izquierda o de derecha. Por encima de toda ideología y espiritualidad, ese egoísmo es parte del sentido común o mayoritario. Nadie quiere perder los privilegios que esa posición favorable en la pirámide confiere. Todos queremos mantenerlos si no acrecentarlos para nosotros y nuestros descendientes.

Y eso, aun siendo conscientes de que esa cómoda posición se sostiene sobre las injusticias en la base de la pirámide donde sigue habiendo personas que literalmente se mueren de hambre.

La sociabilidad, y eso lo digo yo, es la habilidad adquirida de mirar hacia otro lado y «tirar palante». Y esa peculiar sociabilidad también se extiende hacia las capas más bajas de la pirámide, no vayamos a idealizar. Es la dura y darwiniana lucha por la supervivencia.

¿Qué me he alejado mucho de Bukele? Pues no tanto si considero que muchos, muchos en mi entorno, parecen temer que se esté incubando un Bukele en su vecindario. En ese entorno donde nos preocupamos tanto por cosas tan abstractas como la libertad y el derecho. ¿La libertad y el derecho de quién?

No nos engañemos, no queramos mirar para otro lado con esas poses progresistas. Nuestra estabilidad en la pirámide depende de que sigan pasando esas cosas en el subsuelo. Por eso a Bukele se le ve y se le juzga dependiendo de la posición desde la que emitimos el juicio.

Vivimos en sociedades inmensamente desiguales e injustas. Bukele no es el responsable de ello, aunque sea como nosotros, como ustedes que tanto le critican, beneficiario de ellas. Su carrera política la inicia en el FMLN llegando a ser alcalde de San Salvador, momento en el que por discrepancias políticas es expulsado del partido. Y cuando llega a la presidencia lo hace con el principal objetivo de acabar con la delincuencia. Y como los habían hecho antes los gobiernos precedentes, empieza unas negociaciones con las maras, reduciendo significativamente los niveles de violencia.

Esas negociaciones oficiosas fueron muy contestadas por sus compatriotas, lo que no deja de ser normal en una sociedad democrática. Lo que es más anormal es que el propio Departamento del Tesoro de USA se inmiscuyera en un asunto interno de El Salvador como ya lo había hecho con el tema del Bitcoin, una vez más la sombra del Imperio apareciendo sospechosamente.

En ese clima de tensiones políticas internas y externas ocurre el fin de semana sangriento de marzo 2022, donde se cometen 76 homicidios atribuidos a las maras y que ocasionaron el estado de excepción y todo lo que ahora se cuestiona. La historia de esa «matanza» está aún por escribir y entre tanto hay muchas conjeturas respecto a la misma.

Ese hecho fue el detonante necesario para declarar el estado de excepción que a juzgar por las apariencias puede ser renovado durante todo el mandato de presidente.

Desde entonces, miles de salvadoreños han sido detenidos y encarcelados y se han producido múltiples violaciones de derechos humanos y detenciones arbitrarias que serían como los daños colaterales de esta guerra interna contra la delincuencia organizada o contra una parte de ella. Contra la que operaba en esa base de la pirámide, convirtiendo la vida de los salvadoreños pobres en un verdadero infierno. Y son esos ciudadanos que se sienten liberados por su carismático presidente los que le dan su respaldo en las encuestas de opinión. La gran mayoría que hasta ahora estaba soportando los rigores y la violencia de los mareros.

A nosotros, los que en El Salvador y fuera de él, estando en los escalones por encima de esa base caótica, nos cuesta entender la situación, nos percibamos de izquierda o derecha, porque como escribí antes, nuestra sociabilidad nos impide ver lo que ocurre ahí abajo. No se trata de estar con o contra Bukele o con o contra el próximo líder populista que surja. Se trata de ver con objetividad y hacer algo al respecto y con urgencia, porque la olla común sobre la que se asientan nuestras sociedades post socialdemócratas está a punto de explotar.