Perú: no más sangre e irracionalidades

Macv Chávez

El último y primer mes del 2022 y 2023 hemos visto y observado una serie de manifestaciones contra la “dictadura”, “corrupción”, “marginación o discriminación del pueblo”, “desigualdad social”, entre otras cosas que merecen su indignación y que deben ser depurados de nuestro sistema de vida y también de nuestra sociedad, pero pienso que nuestra manifestación de indignados no debe ser violenta, sino inteligente, puesto que la violencia finalmente no nos conduce a cambios reales, sino solo a estados momentáneos de aparentes cambios y de supuestas victorias, porque finalmente la historia nos demuestra que gracias a nuestras revoluciones hormonales hemos llegado a más injusticias sociales, como la que ahora hemos podido observar con mayor claridad durante estos meses de protestas en el Perú, gracias a las nuevas tecnologías que nos permiten ver más de cerca estos sucesos, aunque jamás nos permiten ver el panorama completo, ya que siempre terminamos con las versiones alteradas o convenientes, acordes al grupo de poder o acordes a las intenciones de los amos que dirigen al pueblo esclavo, puesto que todavía el Perú sufre de esclavitud, gracias a esa sería incapacidad de razonar que tiene el peruano en mayoría, y todo porque seguimos creyendo que el problema del país es un problema político, cuando es más que evidente que el principal problema que enfrenta el país es un problema pedagógico, puesto que solo un pueblo culto puede cambiar su historia para bien de su sociedad; y cuando digo culto no me refiero a que tengan que ser como Mario Vargas Llosa, Dios nos libre de tener más sujetos así, con él nos basta y sobra, porque aquí me refiero a personas capaces de elegir entre el bien y lo mejor sin perder la conciencia ni caer en la esclavitud, es decir, sin perder el honor, buscando siempre hacer las cosas en favor de la vida y la dignidad, por ende no necesitamos un título para ser cultos, ya que la historia nos ha demostrado que hay grandes tiranos que cuentan con muchos títulos y son bien leídos; y por eso digo que todo lo que necesitamos para ser cultos es contar con la capacidad de razonar para saber elegir entre el bien y lo mejor, asumiendo nuestras responsabilidad y errores personales y sociales; porque creo que es así cómo debemos analizar la situación que pasa en el país para poder mirar más allá del histórico vicio social que tenemos, para que no sigan habiendo más muertes por lo que es digno.

Es evidente que ninguna persona en su sano juicio puede justificar los hechos ocurridos a lo largo de estos meses, hacerlo es una falta a la verdad y a la dignidad, porque no es digno ver cómo una tanda de protestantes arremeten contra la dignidad de otros por culpa de su comprensible indignación, dejando varados y bloqueados a otros para hacer sentir su rabia, ira e impotencia ante el olvido de las autoridades nacionales (dizque presidentes y congresistas, olvidándose de los gobernadores y alcaldes, los que creo que finalmente han hecho más daño que los primeros), a los que me atrevo a llamar dizque porque no representan a nadie, bueno, tampoco a nadie, es indiscutible que sí representan a los que con ellos sangran al país, puesto que tanto el político como muchos profesionales han perdido el sentido de su existencia, aunque es más probable que jamás lo hayan tenido y por eso viven actuando como seres que buscan sobrevivir a cualquier costo, sin siquiera detenerse a pensar o reflexionar sobre lo que están haciendo, es decir, si están siendo simples animales domésticos o animales racionales que no razonan, porque penosamente así nos lo exige el sistema de vida que lleva la humanidad en los miles de años de existencia, puesto que la humanidad todavía sigue en pañales, pues todavía no aprende a ser persona, todavía no evoluciona; y por eso vemos que muchos dizque profesionales, o sea, seres dizque capaces e inteligentes, viven con una mente tan Pedro Castillo o tan Mario Vargas Llosa, ambos incapacitados para razonar y arrastrados por el odio hacia un nivel de vida que les da vergüenza tener –en uno- y ver –en el otro-, demostrando con sus acciones que finalmente el país en el fondo les importa un bledo, puesto que solo quieren aprovechar la oportunidad para figurar y creerse “el salvador”, aunque desde perspectivas distintas; y por eso digo que ambos han sufrido del mismo síndrome, el síndrome de “el salvador”, de esos que sufren solo los que son incapaces de salvar su propia existencia; y por esa razón son incapaces de ver el daño que hacen al país con sus obsesiones u odios, al punto de que hacen primar sus ideas u obsesiones sin sentir el más mínimo remordimiento por las inútiles muertes que causan buscando una revolución, por un lado, y persiguiendo la conservación de la clase social, por otro; puesto que finalmente ambos están sometidos a una ideotología que los ciega y convierte en incapaces de ver más allá de sus absurdas ideas, y por esa razón no pueden pensar en maneras trascendentales de lograr cambios en bien de la dignidad.

Es lamentable ver cómo la gente del pueblo se enfrenta contra el mismo pueblo o cómo el mismo pueblo se enfrenta con la gente del pueblo, acto que para mí representa la más clara muestra de irracionalidad, puesto que por un lado tenemos a la gente del pueblo, la que vive en el campo, y por otro lado al pueblo que vive en la ciudad, conformada por la policía y demás profesionales, atacándose constantemente hasta mutuamente destruirse sin llegar tocar a los verdaderos culpables de tanta desigualdad social, esos que principalmente están conformado por las autoridades dizque gubernamentales, esos a los que en más de una ocasión elegimos para que sigan desbaratando las arcas del pueblo, desde alcaldes hasta presidentes, simplemente por no tener conciencia ni memoria histórica, porque si tuviéramos ambas cosas nos dejaríamos de andar cayendo en las mismas órdenes del amo, de ese amo que intenta gobernarnos bajo la ilusión de que nos desarrollaremos bajo su mando, a pesar de estar viendo que no es así en más de una ocasión, ni lo será jamás, porque sus obras dicen todo lo contrario, hecho que no podemos ver por nuestra latente incapacidad de razonar, la que muchas veces nace porque se deposita ciegamente la fe en una ideotología que nos da la esperanza de ser salvados, sin comprender que los únicos que nos salvarán son nosotros mismos como pueblo, si es que dejamos de pelear el uno contra el otro para ponemos a trabajar en conjunto con la intención de cambiar la historia del país, para convertirnos en un pueblo digno de estas tierras, a la altura de la maravillosa y extraordinaria riqueza que posee este país; y por eso considero que no podemos aplaudir ningún acto violento, ni del dizque pueblo ni de los dizque protectores de la seguridad nacional, porque si queremos mejorar como sociedad no podemos seguir apoyando actos fracasados como suelen ser las protestas, puesto que la historia siempre nos demuestra que al seguir en el mismo sistema de elecciones de nuestros políticos caemos en los mismos tropiezos de la vida sistemática del Perú: se levantan protestas, aparecen muertos que son considerados mártires, les conceden el capricho hormonal o se cansan, luego resulta ser todo un engaño porque más adelante se aprueba la misma ley con otras tonalidades para que el pueblo no se dé cuenta, sacan cortinas de humo para tapar el escándalo, sobresalen algunos personas que luego alcanzan un curul para seguir en la misma cadena y se olvidan de andar de capataces o amos de las protestas porque alcanzaron su objetivo; y finalmente todo pasa a la historia del olvido, mientras que los muertos se convierten en tontos útiles, porque pasada la revolución hormonal nadie más allá de sus amigos y familiares los recuerda; y por esa razón considero indispensable detenernos reflexionar sobre ¿qué nos está pasando como pueblo?

Durante las violentas protestas de diciembre y enero hemos podido observar que por un lado el pueblo causó destrozos en algunas instituciones o instalaciones del Estado, como pistas, aeropuertos, entre otros centros, los que fueron construido o arrendados con dinero del pueblo –y que de alguna manera, no de forma ideal, beneficia al pueblo, – y lo hicieron sin el menor remordimiento, con absoluta inconciencia, porque finalmente una vez más continuamos con el vicio de malgastar el dinero en cosas innecesarias, siguiendo el ejemplo de las dizque autoridades, puesto que al destrozar estos espacios del Estado es evidente que es el mismo Estado el que tendrá que arreglarlos y por lo tanto antes de avanzar retrocedemos, cosa que me parece lo más irracional de un actuar revolucionario, ya que el país tiene demasiadas carencias, tantas que no podemos darnos el lujo de destruir espacios públicos, por contrario, necesitamos dejar de destrozar y saquear al país para crecer, y para eso es vital e indispensable que el peruano deje de destrozar espacios públicos, así como también el gobierno debe dejarse de andar arrendando grandes locales por largos años, pudiendo adquirir la propiedad a un precio menor de lo que arrienda por decena de años, cosa que es desleal para la nación y beneficio para unos cuantos mantenidos de la nación. Y viendo esto me pregunto: ¿Cuántas personas se han puesto a analizar o ver cuánto dinero derrocha el Estado Peruano en alquileres de edificios y espacios a terceros durante años de años?

¿Será que algún día este pueblo dizque revolucionario se indigne por estas inútiles formas de malgastar el dinero de los peruanos?

En fin, este grado de irracionalidad me lleva a comparar a ese pueblo “indignado” agresor con los otros agresores de la patria: los políticos y los ricos del país y el extranjero que se siguen enriqueciendo sin dejar de explotar al pueblo para seguir teniendo sus dizque privilegios de vida, a pesar de ser un pueblo opresor minúsculo, porque es minoría popular, pero claro, ellos se consideran de otro nivel y no pueblo, cuando al final son lo mismo que el pueblo oprimido: unos incapacitados para pensar o razonar, puesto que ambos han renunciado a ser persona desde hace mucho tiempo, desde que renunciaron a tener conciencia de la vida, de su ser y de la sociedad, con la intención de no sentir el más mínimo remordimiento por sus irracionales actos, porque es aquí donde se contempla a ese animal doméstico que son, puesto que solo un animal podría olvidarse de su naturaleza y vivir netamente del instinto, solo porque su naturaleza le impide tener conciencia, ya que se supone que el ser humano es el único animal racional, aunque cada día voy pensando todo lo contrario, porque causan destrozos para oprimir al otro con tal de conservar la vida o su nivel de vida bajo cualquier circunstancia, puesto que están incapacitados para distinguir entre el bien y el mal, incapacitados para aceptar los errores y fracasos de la vida diaria, o sea, incapacitados para trascender, para ir más allá de sí mismos, puesto que están domesticados para vivir en la ley de la selva, con distintas posturas de vida y política, pero finalmente adiestrados para vivir en la ley de la selva: donde el débil se somete al poder del tirano; y por eso vivimos en esta constante lucha entre pobres y ricos a lo largo de historia, simplemente porque el ser humano no ha dejado de ser un animal doméstico, y todo porque no ha aprendido a ser persona, y por ende a tener y vivir desde la conciencia. Porque ¿quién en su sano juicio malgastaría millones de millones cuando hay gente que se muere de hambre, cuando hay gente que carece de necesidades básicas, cuando hay gente que carece de atención médica, cuando hay gente que deja de tener vida propia para laborar hasta más no poder, cuándo hay ancianos y niños abandonados, cuando hay mujeres y varones violentados por la malformación humana? Entre tantas cosas en las que se podría invertir el dinero malgastado en la vida diaria de los dizque ricos, así como en las protestas y destrozos del país por parte de los grupos de poder y del pueblo, bandos con supuesta razón para sus demandas y posturas personales, aunque ninguna es realmente personal, puesto que si hablamos desde lo personal habría que hacer un análisis de conciencia y preguntarse: ¿Acaso comprenden que todo ser proviene de una sociedad y por ende el hombre es un ser social por naturaleza, así como también por naturaleza ambos bandos tienen la misma oportunidad ante la vida y la muerte, de la que no te libras ni con dinero? Aunque claro, es evidente que con dinero el sufrimiento psicológico de la enfermedad es menor, puesto que carecer de dinero para una atención digna te consume la existencia atrozmente, te brinda mayores preocupaciones que el yo adinerado, por eso si algún día me enfermo de gravedad, disfrutaré de mi sufrimiento hasta más no poder, puesto que no creo en el suicidio como un acto racional, ya que lo considero un acto intrascendental, ya que lo veo como lo más paupérrimo del ser y hacer, antes prefiero el martirio de la vida diaria o morir a lo Sócrates, eso sí me parece maravilloso y admirable, por lo trascendental que representa su muerte; así que si algún día aparezco muerto por suicidio, es evidente que fui asesinado.

Por eso, pienso que es imperdonable e injustificable las dos acciones realizadas por los protestantes y las fuerzas del orden, aunque sé que ambos son títeres de los bandos sanguinarios de las ideotologías de derecha e izquierda, a las que a partir de ahora me atreveré a llamar libremente las ideologías, aunque creo que también podemos considerar a los paupérrimos de centro, que en el país son lacras porque andan de comodines y no de ideólogos, por razones que se resumen a su silencio en tiempos difíciles, pero bueno, por ahora quiero decir que ambas ideotologías son sangradoras de la patria, delincuentes de las arcas y con un nulo interés por la dignidad de las personas, y por eso ambos son modelos fracasados para la democracia real, porque ambos son extremos de la miseria, miseria con diferentes matices, aunque con la misma acción de gobierno, porque en uno la dictadura se da de manera descarada, porque así es la izquierda socialista de los ejemplos que siguen los dizque pensadores peruanos, puesto que siempre terminan mencionando a Cuba y Venezuela como ejemplos de grandes gobiernos de izquierda, cuando en realidad son ejemplos de la más grande miseria humana, a esa que podríamos llamar el gobierno de la desenfrenada opresión saqueadora del pueblo y no de izquierda, porque si hablamos ideológicamente de la izquierda ahí tenemos a Finlandia, Alemania, entre otros, pero no, estos ideotologizados citan a estos países de izquierda fracasada, gracias a que son incapaces de darse cuenta que sus países ejemplos representan a la miseria, cosa que se comprende por esa incapacidad de pensar más allá del adiestramiento de ideotología política que profesan o a la que se adhieren para protestar.

Por otro lado, tenemos la otra cara de la moneda, la derecha capitalista que se disfraza de democracia, cuando no es más que la misma miseria que la izquierda radical solo que sin ser tan descarada y opresora como esa izquierda, sino más bien como las grandes mafias del mundo, puesto que todo se hace disimuladamente, sino miremos al más atroz ejemplo de esta ideotología política de derecha: EEUU, el país más irracional del mundo, donde se cometen dentro y fuera de su patria las más grandes atrocidades del mundo, siempre buscando una razón para justificar sus barbaridades humanas, cosa que también me parece despreciable, aunque este tipo de ideotología nos hace soñar con la posibilidad de alcanzar una vida digna a través del alcance de un nivel clase media, y por eso se vive soñando con una vida digna siempre de la mano del dios dinero y del poder, sin darnos cuenta que el poder no está en los bolsillos sino en nuestras mentes y acciones que pueden cambiarlo todo si caminamos juntos hacia un objetivo firme y claro, a pesar de las tormentas que significa acabar con las mafias, y para eso es necesario e indispensable que nos dejemos de vicios sociales que nos nublan el pensamiento y nos impiden trascender, es decir, el pueblo debe salir de malgastar el dinero en el alcohol y la ignorancia, esa que hoy en día se puede llamar mediocridad, porque en estos tiempos existen medios para acceder a la información y al conocimiento por voluntad propia; y así también los ricos deben alejarse de la opresión al pueblo, porque no tiene nada de digno humillar a otros para sentirse mejor o – como ellos llaman- superior.

Es evidente que estos dos sistemas provienen de la ambición del hombre, aunque siempre de una minoría de incapacitados para razonar, porque solo los incapacitados para pensar van a querer oprimir al otro, a través del saqueo y de una serie de argucias que “el poder” les permite, puesto que todavía se vive en un sistema de emperadores, reyes, burgueses, ricos, políticos y plebe, pueblo, esclavos, clase obrera, cosa que es lo más descorazonado que puede consentir la descorazonada humanidad dizque racional, porque si estos tuvieran un mínimo de razón o de sentir humano el mundo sería otra cosa, pero lastimosamente no lo tienen, por ende, vemos toda la miseria de su vacío existencial reflejado en la opresión de los más débiles; y por ende es gente que solo busca llenar el hambre de poder que no pueden saciar porque su vacío es existencial es demasiado grande y hambriento, cosa que sucede también gracias a un pueblo que se deja someter ante los amos, ya sea por costumbre o resignación, puesto que no se analiza ni se cuestiona nada, puesto que seguimos siendo esclavos de nuestra propia incapacidad de ser, y por ende vivimos esperando que venga un dizque “salvador” que quiera darse de revolucionario e intente convencernos de levantarnos en martirio para que ellos puedan conseguir sus objetivos sin que nosotros nos demos cuenta jamás, porque conocen bien nuestra incapacidad de pensar, razón por la cual a lo largo de la historia hemos tenido más de un tirano en el poder, luego de librarnos de otra tiranía.

Ahora, si vemos estos casi dos meses de protestas en Perú vamos a poder comprender mejor de lo que comento, porque estos meses nos enseñan de que es más que evidente que en este país tenemos en cancerización un problema político recurrente, aunque yo me atrevo a decir que más que político es un problema pedagógico, puesto que la educación es la que nos permite tener a este pueblo incapacitado para pensar o razonar, y todo porque todavía seguimos siendo un pueblo de supervivencia y ahora trataré de demostrarlo por qué:

1) ¿El pueblo tiene derecho a protestar? Sí. ¿Tiene libertad de elegir protestar o no? Sí. ¿Tiene derecho de joder la vida de los demás? No. ¿Tiene derecho para perjudicar la economía de los demás? No. Entonces, ¿por qué es incapaz de ver que está destruyendo al país sin lograr nada trascendental, es decir, sin lograr nada para que los pobres no sigan sufriendo más penurias? ¿Acaso se han puesto a pensar en cuántos están vendiendo su alma o cuerpo para poder sobrevivir a estos tiempos de elevados precios gracias a sus protestas, la crisis mundial y los desastres naturales? ¿Acaso se han puesto a pensar en todo el trabajo de los agricultores que se desperdicia como si no existiera gente muriéndose de hambre, gracias a los bloqueos de las carreteras?

2) ¿La policía y fuerzas armadas tienen derecho a matar a las personas? No, absolutamente NO. ¿Tienen derecho a proteger al pueblo de la delincuencia? Sí. ¿Hacen un juramento de honor o ético para servir a la justicia? Sí. ¿Entonces por qué están cometiendo tantos atropellos contra la gente del pueblo? ¿Por qué el país está tan cargado de delincuentes? ¿Por qué se quedan atados de manos, como esclavos, obedeciendo órdenes que destruyen su propia dignidad?

Sí, es evidente que ambos bandos están siendo borregos, animales domésticos que han caído en manos de los amos que se dieron cuenta que estos animalitos racionales requieren de un amo que les dé las órdenes para actuar, y por eso son incapaces de ver que ambos están a punto de destruir al país para que gane uno de los dos delincuentes de la nación ideotologizada, es decir, la izquierda o derecha. Sí, es evidente también que no me gustaría respuestas que intenten justificar estos actos irracionales de ambos bandos, quien lo justifica simplemente es un ser ideotologizado, vamos un idiota manipulado, una mente lavada, un incapaz para razonar o pensar, un miserable o simplemente un tirano más que aparentemente piensa en el pueblo o país, cuando en sí solo está pensando en su sobrevivencia, justificando toda violencia según su bando de pensamiento, y digo bando porque sucede que hoy en el Perú no existen partidos políticos, y esto pasa justamente por la misma razón por la cual no es ideología sino ideotología política, puesto que los partidos políticos carecen de filosofía política, por ende, carecen de esa capacidad de pensar o razonar en qué cosas contribuyen a que una sociedad se desarrolle mejor según la ideología política que se pretenda postular en el partido, sea de izquierda, centro o derecha, y por ende son un fracaso de partido político, un fracaso ideológico, porque lo que finalmente existen en esos dizque partidos políticos es la filosofía del fundador del partido, en los viejos partidos, y la filosofía de vida del fundador o dueño del partido, en los nuevos, simplemente porque hoy los partidos han caído en el mundo del hampa, en el sistema de los bandas organizadas, puesto que son casas de organizaciones criminales, porque viven en los grandes y profundos hoyos de la corrupción descarada, tal y como lo vemos en la actualidad, desde los nacionales hasta los locales, es decir, un partido político se ha convertido en una cuna de criminales organizados que roban a la patria como un delincuente simple lo hace en las calles a los ciudadanos, porque estos son ciudadanos que todavía no han aprendido lo que es tener dignidad, simplemente porque no conocen el amor propio ni el amor a los suyos, tal y como lo hace la mayoría del pueblo, y por eso vemos que el pueblo sigue dando oportunidades a través de su voto a las mismas organizaciones criminales de siempre. Por ende, es irracional que alguien esté pidiendo a estas alturas del partido la liberación de Pedro Castillo o que ande haciendo hurras a los actos de dina boluarte o del congreso de la república y toda la lacra fujimorista, así con minúscula, porque ninguno de ellos merece ser tratado con respeto o dignidad, peor después de estos hechos que nos han conducido a la miseria más grande de los últimos 20 años, porque en estos dos meses de protestas el pobre se hace más pobre y los ricos siguen siendo ricos, puesto que el pueblo protestante no ha logrado nada, nada más que perjudicar terriblemente a los otros pobres; y todo por culpa de la maldita mediocridad nacional que nos embarga, razón por la cual no se realizan actos racionales para cambiar la historia del país, para cambiar las cosas con dignidad, puesto que esta mediocridad nacional nos embriaga hasta colocarnos en planos de borregos en un pequeño grupo dizque de poder, los amo de la patria, los nuevos emperadores del siglo XXI, donde prima la indiferencia de unos contra los otros, donde finalmente todos son una sarta de mediocres por esa incapacidad de pensar, inherente al ser que vive como los animales salvajes: buscando sobrevivir ante la realidad existente, sin trascender, sin ir más allá de sí mismo; y es por eso que los ricos solo se preocupan por seguir siendo ricos, como la mayoría de la clase media, los que se creen inteligentes y todopoderosos porque se han hecho de una carrera profesional o una empresa que les da cierto nivel de vida, porque pueden ganar un sueldo dizque digno, mientras siguen buscando salir de la pobreza en la que se encuentran antes de ser pobres y por eso muestran su indiferencia ante los más pobres, debido a que penosamente en este sistema de vida que tenemos es necesario e indispensable oprimir a otros para crecer; dejándonos como resultado final a los pobres que siguen añorando que la pobreza desaparezca de sus vidas en algún momento, mucho antes de que venga la muerte; y por esa razón muchas veces estos viven esperanzados en la venida de un “salvador” que les rompa la cadena de la podredumbre.

Sí, es verdad que el pueblo tiene derecho a protestar y exigir cambio de las autoridades cuando le dé la gana, cuando no está de acuerdo con ellos. Nadie dice que no lo hagan, pero, por favor, sin actos que perjudiquen a otros, porque ya no son tiempos para andar con salvajismos, puesto que son tiempos donde solo la inteligencia podrá liberarnos de la opresión si es que sabemos actuar como pueblo consciente, por tal razón invito al pueblo peruano a ser más inteligente y a protestar estratégicamente para acabar con la plaga de ratas que se ha convertido la política nacional, y empecemos con los gobiernos locales que tenemos, participemos más en las políticas locales, exijamos y supervisemos más las obras de los alcaldes distritales, provinciales y de los goberladrones, perdón, gobernadores, y aprendamos a pensar, porque solo así podremos saber elegir, solo así podremos comprender que jamás vamos a sacar nada bueno de cimientos podridos, es decir, que si el fundador de un partido o el partido está putrefacto jamás vamos a poder cosechar buenos frutos en tierra muerta; por ende, es tiempo de que aprendamos a protestar con razones, con inteligencia, para cambiar esta penosa realidad, porque ya es tiempo de dejar de destruirnos los unos a los otros para empezar a destruir a cualquier pensamiento paupérrimo del opresor.

Sí, definitivamente necesitamos que la actual presidenta del Perú renuncie y que el congreso se vaya, pero que se larguen dándonos cambios constituciones que nos permitan no tener la misma lacra nacional en el poder. En lo particular yo jamás aceptaría que los despreciables políticos se vayan simplemente renunciando o convocando a elecciones, buscaría formas inteligentes de cambiar el sistema y golpear a los ricos, donde sean ellos los que pierdan, más que los pobres más pobres, y me dejaría de andar gritando y muriendo como revolucionario hormonal, dispuesto a liberar a Barrabas, porque esa es la orden que nos dan los amos en medio de nuestra revolución hormonal, puesto que somos incapaces de morir como Sócrates, porque carecemos de ideas para defenderlas, porque si tuviéramos un pueblo indignado de verdad, tendríamos un pueblo que se ha preocupado por leer la constitución y en estos momentos en vez de andar gritando que castillo era inocente, que era el presidente que el pueblo ha puesto, debería estar exigiendo que modifiquen el artículo que impide revisar los contratos ley con las concesiones estatales que se dan a las empresas en el Perú, que modifiquen esa obligatoriedad de ir a votar, que se elimine la multa por el voto, que se modifiquen tantos otros artículos que son necesarios para tener una mejor constitución para una vida más digna, porque es necesario modificar los artículos que no merecen la pena tenerlos, porque gracias a esos cualquier cosa pueda ser presidente, cualquier ser puede ser congresista, cualquier cosa pueda ser funcionario público, y para exigir eso debemos usar mecanismos donde no le damos ni a los ricos ni a la prensa lo que quieren, es decir, sin exponer la vida de inocentes inútilmente y sin la necesidad de causar destrozos. Y esta debería ser la forma de protestar de todos los peruanos, sea de pensamiento de derecha o de izquierda: no más manifestaciones violentas, porque se lo debemos a esas más de cincuenta víctimas que han muerto durante estos días de protestas, tanto a los del pueblo como a los policías, porque ninguna muerte puede justificarse, quien justifique la muerte del pueblo protestante por los disturbios tiene un problema genocida que debe contemplar, y quien justifique la muerte de los policías por la rabia de las otras muertes tiene un problema de conciencia y personalidad, porque estamos justificando atrocidades en cualquiera de los dos bandos y quien dice gozar de conciencia y razón no puede permitir ni justificar estos actos violentos, porque todas estas muertes que se dieron en estas protestas son muertes inútiles, muertes que se pueden evitar sin tan solo aprendemos a protestar con razón, de forma inteligente, como nos lo permite un artículo de la Constitución, esa que nos permite poder eliminar, modificar y crear leyes en favor del pueblo si tan solo recolectamos determinadas cantidades de firmas, cosa que es numerosa, pero no imposible si tan solo nos ponemos la camiseta para hacer historia y armar una revolución de verdad, una revolución acorde a estos tiempos, una revolución intelectual; pero como esto no es lo que les ordena el amo y su mediocridad el pueblo no sabe sobre esta forma de protestar ni lo hará, y mientras tanto esta forma de protestar seguirá siendo un sueño de un adolescente de quinto de secundaria que se enteró de ese detalle de la Constitución Política del Perú.

Por otro lado, pienso que el principal problema del peruano de estos días radica en dos puntos: por un lado tenemos al bando que mueven los izquierdistas, a los revolucionarios hormonales, esos que estos días para mí son como perros rabiosos que están dispuestos a cargarse a todo el país, porque carecen de lógica y razón, de ideas claras, de propósitos reales, simplemente porque sé que la indignación o impotencia cuando estalla es asesina e irracional; y por otro lado tenemos al bando de los que moverían la derecha, los clasemedianos que no quieren perder su estatus social que el sistema de vida o Constitución les ha permitido obtener o desarrollar, quienes también han perdido lógica y razón, solo que de forma no violenta, sino gracias al conformismo y egoísmo de su “individualismo”, ese que de hecho tuvo que hacer sacrificios para alcanzar el nivel en el que se encuentran actualmente; y desde el donde –quizás– están haciendo obras de caridad para intentar sentir alivio ante las paupérrimas realidades de otras gentes que no tienen la misma oportunidad que ellos, ya sea de padres que le brinden la mano para progresar, ya sea de genética que le permita seguir en pie de lucha sin rendirse ante los obstáculos, sin cavar su tumba por depresión, sin matarse por corrupción, sin morir en manos de los que tienen el poder por querer cambiar las cosas con claras ideas, sin ver manchado su imagen por los que no quieren perder el poder de la opresión al pueblo; razones por la cual todavía seguimos teniendo un pueblo dividido que sigue cosechando la misma miseria año tras año, así como la misma revolución hormonal una y otra vez, simplemente porque no hacemos esos cambios Constitucionales necesarios e indispensables para cambiar la historia del país; y por esa razón me gustaría invitar a los peruanos a alzar su voz de protesta contra las autoridades actuales y exigir esos cambios Constitucionales necesarios, esos que realmente terminarán golpeando más a los ricos, más que a los pobres más pobres del país, y esto podemos lograrlo si tan solo nos uniéramos de verdad para ello, cambiando nosotros mismos los artículos de la Constitución usando el artículo que nos da ese poder. Pero como el peruano está acostumbrado al show y la victimización dudo que esto pase, porque gracias a ese show y victimización en los últimos veinte años hemos elegido al mismo prototipo presidencial, al dizque mal menor, yendo cada vez a peor elección, teniendo resultados más degradantes que el anterior, simplemente porque conforme fue pasando el tiempo la mediocridad nacional se fue incrementando, a tal punto de que en estos tiempos está en proceso de metástasis nacional, puesto que son incapaces de comprender que en vez de salvar al país lo estamos destruyendo sin lograr ningún cambio sustancial, algo que no vamos a lograr si nos seguimos manteniendo en esta mediocridad nacional que nos cancerígena la racionalidad y la dignidad, cosa que no nos permite ver más allá de nuestra indignación y esclavitud, esa que no nos permite vivir o estar acordes a las riquezas que poseemos como la nación, desde la tierra hasta las costumbres nacionales que vamos perdiendo por la falta de conciencia y humanidad, por falta de amor propio, por la falta de razón, por falta de educación, por la pésima costumbre de andar esperando un salvador en vez de salvarnos a nosotros mismos y mejorar nuestra forma de vida, dejándonos de los vicios sociales y de la incapacidad de pensar para formar generaciones más conscientes de la vida y de la dignidad.

Pucallpa, 29 de enero de 2023 a las 09:12 horas