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Etiqueta: violencia

Las autoridades deben asumir el rol que corresponde ante el accionar del narcotráfico en nuestra sociedad

José Luis Pacheco Murillo

Es muy lamentable el observar cómo a lo largo de los años el narcotráfico ha penetrado en forma fuerte y constante a nuestra sociedad, nacional e internacionalmente hablando.

Cada vez más vemos con preocupación la forma en que el narcotráfico ha penetrado instituciones gubernamentales y familias. Lo peor es que hasta menores de edad han sido reclutados por el narcotráfico para lograr sus propósitos.

A pesar de que escuchamos que se dan el decomiso de toneladas de droga, lo cierto es que hay muchas más toneladas que no son incautadas y sigue todo el proceso de comercialización, nacional e internacional.

Muchas conexiones se dan a raíz de la penetración del narcotráfico: las pandillas, los sicarios, los asesinatos, los ajusticiamientos y con todo ello muertes y más muertes, hasta de niños.

Lo peor de todo esto es que se ha demostrado que autoridades están ligadas a esa actividad delictiva, por lo que hay protección y facilita miembros para que la actividad prospere.

La actividad es una de las que a lo largo de los años más muertes ha causado, desde la Colombia de los 80s y 90s al México de los 2000 y con esos dos países todos los que han servido como bodega y puentes para ese trasiego.

La condena la semana pasada de quien fuera un alto funcionario del gobierno mexicano, ha puesto en evidencia el ligamen de esa actividad delictiva con gobiernos.

En nuestro país las investigaciones sobre la penetración del narcotráfico en los partidos políticos y en elecciones, no avanza con la fluidez que se requiere, pero todos sabemos que los antecedentes de comisiones anteriores que todo eso no llega a nada y seguimos aterrorizados por la narcoactividad.

Dios quiera que las autoridades asuman el rol que necesitamos para acabar de una vez por todas con esta actividad que no solo afecta la economía del país, sino que deja su rastro de muerte por todo el mundo.

Narrativas peligrosas

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En un interesante artículo sobre los horrores de la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, la académica francesa Kathy Fourez (2021) detalla el proceso de creación artística en dos obras producidas por Jeanne Socquet, en las que se resalta la estética de la náusea como forma de expresar el ensañamiento contra esos cuerpos destruidos por la necropolitica, la industria privada del comercio, la explotación y las desiguales relaciones de poder que provocan tales violencias.

En sus reflexiones, delibera acerca de la forma como la lucha contra la violencia en esa ciudad ha transformado notablemente la vida cotidiana de los pobladores.

Señala, como ejemplo, la presencia contundente de los cuerpos policiales, ejército y militares mexicanos que en esa disputa con los actores perpetradores de la violencia, han asumido para sí el espacio público de la ciudad y han desplazado casi al ámbito privado todo tipo de actividad rutinaria. Los ciudadanos han visto comprometidos sus derechos al tránsito y el uso de ese espacio público con libertad.

Al momento que hago esa lectura, sucede que una estruendosa caravana presidencial costarricense en la zona sur del país va dejando saldos preocupantes: 3 vuelcos, 1 persona conductora fallecida en cumplimiento de su deber y un protocolo que pareciera repetirse no sólo en esa gira, sino cuando el Señor presidente transita las calles en el centro de la ciudad capital.

No puedo más que pensar en algunas semejanzas sobre una práctica y otra.

Los innumerables testimonios de la forma como ese protocolo irrumpe, se disputa el espacio público del tránsito y lo conmina a detenerse, desplazarse hacia los bordes de la carretera, dan cuenta de una peligrosa práctica que podría cobrar más víctimas si no se le introducen correctivos.

A lo anterior habría que agregar una narrativa visual por demás peligrosa: la escolta presidencial que se mostró en un video (efecto demostrativo incluido) el manejo de armas de grueso calibre, saludos militares y gestos corporales propios de un lenguaje miliciano, ausente desde hace mucho tiempo en la dinámica socio institucional costarricense.

Comprensible si se quiere, la protección en una zona administrada desde hace décadas por los poderes fácticos, allí donde justamente ese poder que ahora performatea caravanas bulliciosas y símbolos de autoridad, prefirió hace tiempo mirar para otro lado.

Las cifras de la violencia en Costa Rica siguen creciendo. Los homicidios, femicidios, asaltos y conflictos en vía pública son parte de una agenda cotidiana. Mientras tanto, las narrativas presidenciales dan cuenta de un lenguaje equivocado, poco asertivo, peligroso.

En estos tiempos donde la simbólica pareciera ganar a la retórica y la razón, conviene poner atención a los detalles y modificar las presentaciones al público de un aparente ejercicio de autoridad mal entendido.

Conviene cambiar lenguajes, tonos, velocidades.

Conviene construir.

Educación, democracia y seguridad

En un video de Prisma Latinoamérica, se nos explica cómo el terror y la indignación en la población por la creciente violencia sufrida en las ciudades no se resuelve con mayor presencia policial. Esta problemática debe su origen a la falta de oportunidades y la exclusión para amplios sectores de la población.

Además, la democracia no se limita al proceso electoral, esta va, necesariamente, de la mano con la reducción de la pobreza, sistemas educativos actualizados y de calidad, conservación y regeneración del medio ambiente, entre otras condiciones.

Puede ver el vídeo completo en el siguiente enlace: https://vm.tiktok.com/ZMYrrs6oN/ 

Artistas por la Memoria – Perú

Comunicado

Más de treinta artistas peruanos nos hemos unido para hacer memoria y honrar a los 60 fallecidos durante este gobierno. La canción se llama “PRESENTES” y cuenta con la interpretación de Laurita Pacheco, Susana Baca, Consuelo Jerí, Lunandina, entre muchos otros.

El videoclip cuenta también con la participación de la actriz Ana Correa, de Hildy Quintanilla (Mashara Teatra – Qinti) y la artivista Micaela Távara Asimismo, la portada de la canción es el retablo “Yawarniky waqachiwan” del artista ayacuchano Reynaldo Quispe quien ha querido sumar su arte a este proyecto colectivo. El videoclip cuenta con imágenes de las manifestaciones en diversos puntos del Perú y cuenta con material proporcionado a muchas manos y articulado en un único mensaje bajo la dirección de Gustavo de la Torre (Pasaje 18).

Lo que los grandes medios callan, nuestro arte lo canta. Ayúdanos a que este mensaje suene muy fuerte.

Se puede ver el vídeo aquí:

Compartido con SURCOS por Óscar Jara Holliday.

YAWARNIKI WAQACHIWAN trabajo artístico que muestra los acontecimientos políticos en Perú y la represión de la protesta social

Texto tomado de Facebook: Artesanos Unidos del Perú

“El retablo titulado YAWARNIKI WAQACHIWAN es un trabajo artístico que nace tras los acontecimientos suscitados en estas últimas instancias dentro de nuestro territorio geográfico crisis político, el artesano Reynaldo Quispe Flores se vio en la disposición de plasmar en un retablo Ayacuchano el sentir del pueblo entre ellos, lo que pasó Ayacucho el 15 de diciembre del 2022 PARO NACIONAL INDEFINIDO que se llevó a cabo, convocada por el FRENTE DE DEFENSA DEL Y ORGANIZACIONES SOCIALES DEL PERÚ con la finalidad de lograr el cierre definitivo del Congreso de la República, Nueva Constitución patriótica, paritaria, ecologista y plurinacional; inmediata convocatoria a nuevas elecciones generales bajo un nuevo contrato social todo ello a causa de un golpe de estado que concluyó con la vacancia del presidente Pedro Castillo Terrones, hecho que causo la indignación del pueblo y sirvió como un tema importante dentro de lo que vendría a ser parte de nuestra historia.

Dentro del trabajo artístico podemos apreciar los abusos de poder y autoridad que se llegó a ejercer en contra de la sociedad en las diferentes regiones del Perú, pues los militares y policías ejercieron violencia y asesinato en contra de los manifestantes que expresaban rechazo hacia la presidenta Dina Boluarte y el Congreso de la República en los diferentes puntos de la ciudad de Huamanga y otros de la región del sur del Perú; así mismos dentro del retablo también se puede apreciar a la prensa nacional que catalogó de terroristas a los manifestantes».

 

Compartido con SURCOS por Óscar Jara Holliday.

La ira incontenible

Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)

“Igualiticos nunca hemos sido”, decía con humor e ironía el querido y recordado Carlos Sojo en su obra “La construcción social de la desigualdad” (PNUD-FLACSO, 2012).

En este análisis, falto ahora de un complemento de cómo en los últimos 10 años los procesos de deterioro social y la imposibilidad de cumplir un contrato social de integración horizontal, Sojo desmenuzaba la matriz sociocultural e institucional que crea la base de la desigualdad en el país: componentes sociales, raciales, económicos y geográficos alimentan esa Costa Rica que las visiones hegemónicas insisten en borrar bajo el candor de un aparente idilio que nos crea como comunidad de iguales.

Nada más alejado de una realidad que nos golpea hoy más que nunca. Pero no solo ese tema debe leerse críticamente.

Junto a la igualdad como mito fundacional de una colectividad desagregada, otro gran referente discursivo e ideológico en la construcción de esa Costa Rica hegemónica, ha sido el de la paz como núcleo que vertebra las relaciones sociales de los costarricenses.

Recién concluí la lectura de “El año de la ira”, novela ficcional de corte histórico escrita por Carlos Cortés y publicada por Ediciones Alfaguara en 2019.

En esta obra Cortés propone con detalle una lectura al pasado militar y violento de la sociedad costarricense, basado en los acontecimientos sucedidos entre 1917, año en que el presidente Alfredo González Flores es derrocado por su Secretario de Guerra y Marina, Federico Tinoco Granados y 1919, cuando se produce el asesinato de José Joaquín, hermano de Federico y la caída del régimen dictatorial que ambos labraron por aquellos años.

A menudo se suele caricaturizar la abolición del ejército en Costa Rica, otorgándole una dimensión simbólica que no permite dimensionar el eje histórico de la violencia que ha marcado el desarrollo de la sociedad costarricense en su conjunto. La ausencia de institucionalidad no significa necesariamente que el ADN de la violencia siga operando como marcador en la sociedad costarricense.

Ni igualiticos ni pacíficos hemos sido. Ambas son narrativas sedimentadas en la necesidad de alimentar momentos devocionales a nivel colectivo.

Por ello, el origen de lo que ha ocurrido desde 2022 en cuanto a asesinatos y la violencia generalizada en el país, debe ser buscado en las bases históricas de lo que hasta hace muy poco (70 años) constituía un ejercicio social e institucionalmente naturalizado, basado en la aplicación de métodos violentos para construir democracia. Esta lectura crítica complementaría la predominante que ubica las violencias en una conflictividad de actores y poderes fácticos que prácticamente se han repartido el país y lo administran a su antojo.

La ira del tico bien podría dar cabida a otros análisis sobre sus formas expresas y veladas de comportamiento. La descarga discursiva en redes sociales, la xenofobia, la homofobia, la aporofobia se vinculan con todo tipo de violencias físicas hacia niños, niñas, personas adultas mayores, poblaciones indígenas, entre otros ejemplos cotidianos.

No es una ira solapada, sino abierta e incontenible. Para detenerla hay que asumirla. Trabajar sobre sus orígenes y desde allí empezar su desmontaje. Esta tarea es necesaria para la construcción de una experiencia colectiva en la que nos reconozcamos todos y todas.

Alternativa frente a la guerra

Alberto Salom Echeverría

“Debemos aprender a pensar en una nueva forma. […] Está comprobado con gran autoridad que actualmente puede construirse una bomba con una potencia 2.500 veces superior a la que destruyó Hiroshima…” (Extracto del manifiesto conocido como “Manifiesto Russell-Einstein”. Se refiere desde luego, a Bertrand Russel y Albert Einstein. Dado a conocer el 9 de julio de 1955.)

“Urgimos a los Gobiernos del mundo a tomar conciencia y a reconocer públicamente que sus propósitos no pueden alcanzarse por medio de una guerra mundial. Los instamos a encontrar medios pacíficos para la solución de todo conflicto o disputa entre ellos”. (Extracto del mismo manifiesto conocido como “Manifiesto Russell-Einstein”.)

La Política y no la Guerra.

Los dos párrafos insertos arriba, forman parte de un artículo elaborado por el prestigioso intelectual, filósofo del siglo XX, Bertrand Russell, quien escribió sobre las armas que fueron hechas estallar en Hiroshima y Nagasaki. Desde el 18 de agosto de 1945, pasados apenas unos días después del estallido de las temibles bombas atómicas, ya Bertrand Russell había escrito en las páginas del Glasgow Forward un desafiante artículo sobre las armas que, acaso se convertiría después en la base del famoso Manifiesto Russell-Einstein”: “La humanidad -dijo uno de los más prestigiosos intelectuales del siglo XX- se enfrenta a una clara alternativa: O bien morimos todos o bien adquirimos un ligero grado de sentido común. Un nuevo pensamiento político será necesario si se quiere evitar el desastre final«.

Nueve años después, el mismo Russell apodado el “sabio de Trellech” redactó un manifiesto, el cual fue firmado por once de los más prestigiosos científicos de la época. El último en estampar su firma fue el gran genio alemán, Albert Einstein el 16 de abril de 1955, justo dos días antes de fallecer abatido por un aneurisma. Todos, con excepción de dos de ellos, en ese momento tenían la distinción de haber recibido el premio Nobel de la Paz. Los siniestros artefactos nucleares habían cegado la vida de miles de seres humanos en las dos ciudades japonesas mencionadas, célebres por aquel infausto acontecimiento, extendiéndose a otros lugares circunvecinos y dejando a muchos más marcados de por vida con las torturantes huellas de las mortíferas explosiones; mientras tanto, otros miles, incluidos entre ellos una gran cantidad de niños, fueron víctimas de la radiación ionizante que les ocasionó severas discapacidades.

Dice un artículo que comenta el documento: “El Manifiesto Russell-Einstein se dio a conocer el 9 de julio de 1955. Conciso pero cargado de intenciones, el escrito alerta de los riesgos que encara la humanidad si prosigue en el camino de la guerra y el desarrollo de armas cada vez más mortíferas. Lejos de lanzar una simple queja al aire, el manifiesto exigía a los gobernantes que buscasen una solución pacífica a la escalada de tensión entre las dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética.” (Cfr. En: https://hipertextual.com/2018/08/manifiesto-russell-einstein. Por Carlos Prego 26 de agosto de 2018. Última actualización 10 de marzo de 2021).

Como puede observarse, después de la segunda posguerra, algunos de los más afamados científicos se echaron al hombro la tarea de sentar las bases para que las soluciones a los problemas del mundo bipolar, el cual nació jalonado de tensiones indecibles se dieran mediante la búsqueda de la paz, en lugar de que la ciencia se pusiera a la orden de la mentalidad guerrerista. Aquel mundo bipolar quedó atrás. Sin embargo, no bien acababa de hacer su aparición el mundo de la multilateralidad (después del interregno tan peligroso para el orbe al ser dominado por una sola gran potencia), cuando despuntó con nuevos bríos, el espíritu guerrerista de las élites mundiales que gobierna a las más grandes potencias mundiales.

Otra vez, el peligro de una nueva hecatombe mundial asoma sus fauces, está ominosamente presente, sin que todavía buena parte de la humanidad esté debidamente precavida del enorme riesgo que esta conflagración, de desatarse con toda su furia, representa para la vida entera sobre el planeta. Además, esta vez nos toca la puerta, cabalgando a lomos del calentamiento global. ¡Como si fuera poco! Bien sé que mi voz es apenas audible en un país pequeño, aunque renombrado por su vocación pacifista; sin embargo, este ensayo que escribo hoy, quiero que sea un esfuerzo humilde, aunque osado, para que se sume a muchos otros que ya han puesto su alerta temprana y retomar así la senda que aquellos once científicos de inigualable prestigio nos dejaron abierta desde el manifiesto de 1955. ¿Se podrán resolver los conflictos de hoy por una vía de negociación pacífica? Otra vez, la política a toda costa y no la guerra, debe ser la senda y la meta. ¿Se podrá?

Cuando la paz ha sido victoriosa.

1. Mahatma Gandhi. “La no violencia no es una prenda que uno se pone o quita a su voluntad. Su lugar reside en el corazón y debe ser una parte inseparable de nuestro ser.” Esta máxima la expresó Mahatma Gandhi, abogado, pensador y político hindú. Mahatma Gandhi (Mahatma por cierto quiere decir en hindi “alma grande”), ha sido uno de los seres humanos que más realce y éxito le han conferido a la lucha no violenta, desde que inició su Movimiento el 11 de setiembre de 1906. Aunque el extraordinario líder pacifista no regresó a la India, su país de origen, sino hasta 1915. Tal realce cobró su lucha, que logró reunir multitudes de gran diversidad religiosa y étnica en torno a su idea, logrando coronar con éxito la independencia hindú respecto del régimen colonialista del poderoso Imperio Británico. Gandhi emprendió su lucha por la independencia hindú, siguiendo el camino de la resistencia no violenta, combinándolo con la lucha contra la discriminación racial en todo el territorio. Por fin, la independencia de India se produjo el 14 de agosto de 1947. Es importante señalar que su enorme éxito y prestigio, no consiguieron impedir que su país quedara dividido en dos, la India con mayoría hindú por una parte y Pakistán de mayoría musulmana por la otra. Gandhi perseveró en el objetivo de alcanzar la reconciliación de los bandos en pugna, pero sufrió un atentado que acabó con su vida, el 30 de enero de 1948. Puede afirmarse sin titubeos que, desde entonces, el camino de la lucha por la vía no violenta adquirió carta de ciudadanía en pleno siglo XX. Tan es así que, unas décadas después, en junio del año 2007, la organización de las Naciones Unidas (ONU), en su Asamblea General, reconoce la filosofía de la No Violencia y acuerda que, en todo el mundo se celebre el 2 de octubre de cada año, en homenaje a Mahatma Gandhi, por ser el día de su natalicio. (resolución A/RES/61/271, la ONU decreta el Día Internacional de la No Violencia el 2 de octubre de cada año).

2. Nelson Mandela. “Mientras salía por la puerta hacia la puerta que me conduciría a mi libertad, supe que, si no dejaba atrás mi amargura y mi odio, todavía estaría en prisión.” Esta frase, la expresó Nelson Mandela después de ser liberado de un encierro en la cárcel durante 27 años. Mandela fue encarcelado en 1964, tras un juicio en el cual se le declaró culpable de sedición e intento por derrocar al gobierno racista de Sudáfrica, su Patria. Se le impuso la condena de cadena perpetua. En 1990, fue liberado por el gobierno de Frederic de Klerk. En cambio, hasta el año 2008, Los Estados Unidos lo mantuvieron en la “lista de Terror” que, ese país que ha desatado con sus guerras tanto terror por el mundo, exhibe. Ello fue así, aunque Nelson Mandela, desde 1994 había sido electo por abrumadora mayoría, al cargo de presidente legítimo de su país y gozaba de un reconocimiento mundial. Mandela había empezado su lucha contra el “racismo” y el “apartheid” a la edad de 20 años. Se enroló en el movimiento negro llamado “Congreso Nacional Africano” (ANC, por sus siglas en inglés). Se trataba de un movimiento de resistencia no violento contra las leyes injustas, hasta que se produjo la masacre de “Sharpeville”, en marzo de 1960. Esta masacre ocasionó la muerte de 69 africanos negros. Por lo tanto, Mandela no siempre siguió esa línea pacifista de lucha. No obstante, su larga trayectoria de resistencia pacífica contra el racismo y el apartheid no puede verse obscurecida por su decisión de combatir, incluso con las armas, al gobierno segregacionista de Sudáfrica, cuando este desató una violenta represión generalizada contra la mayoría negra. Prueba de lo anterior es que, en 1993, Mandela y el presidente blanco F.W. de Klerk, fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz por la transición pacífica de un sistema racial de segregación, a otro democrático.

3. Martin Luther King. “Tengo un sueño, sueño que mis cuatro hijos vivan un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel sino por su carácter. (…) sueño que un día en Alabama los niños negros puedan tomarse de la mano con las niñas y los niños blancos como hermanas y hermanos.” King nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, EUA. Difícilmente se pueda encontrar un ser humano que haya vivido tan intensamente, de manera tan congruente con sus principios y ética, en un período de tiempo tan corto; este fue el célebre caso de Martin Luther King. La información que he consultado pone de relevancia junto a lo expresado que: Luther King (parafraseo) es uno de los más grandes luchadores por los derechos humanos en la historia estadounidense en todo el siglo XX. Hizo estudios de sociología obteniendo su título en 1948, además incursionó en un posgrado en teología alcanzando en este caso el grado de doctor en Teología, por la Universidad de Boston. Llegó a ser Pastor de la Iglesia Baptista, en Montgomery, Alabama, y en tal virtud comenzó su lucha por los derechos civiles, liderando las acciones contra las líneas de autobuses durante 382 días por discriminar a la población afroamericana. Al mismo tiempo, fue el encargado de emprender otra lucha pacífica para conseguir la igualdad de derechos civiles de las personas afroamericanas. El extraordinario líder, poseía además una gran capacidad de oratoria, lo que contribuyó grandemente a que se convirtiera en uno de los personajes más mediáticos e influyentes de aquel momento. En un lapso de poco más de 10 años conquistó grandes metas en la lucha por los derechos civiles, manteniéndose siempre dentro de las posturas no violentas y manifestaciones pacíficas. (Cfr. https://www.cndh.org.mx/index.php/noticia/nace-martin-luther-king-defensor-de-los-derechos-civiles-y-ganador-del premio-nobel-de-la-paz.)

En las décadas de 1950 y 1960, Martin Luther King lideró un gran movimiento social, contra el racismo y la discriminación en su país, bajo el principio de desobediencia civil sin violencia. Célebre fue su determinación de enfrentar diversas empresas de autobuses que exigían a las personas no blancas que cedieran sus asientos a los blancos. (Ibidem). En 1963 dio otra batalla civil en Birmingham, donde encabezó manifestaciones pacíficas multitudinarias que las fuerzas policiales blancas combatieron con perros policía y mangueras contra incendios, generando una gran polémica presente en los titulares de diversos periódicos de todo el mundo. Las protestas pacíficas y los boicots llevados a cabo en la ciudad tuvieron como resultado su arresto en abril de 1963. Durante su estancia en prisión Luther King escribió la popular “Carta desde la cárcel de Birmingham.” Dentro de este ensayo explica el por qué de sus protestas. No duró mucho en prisión, debido a su relación con el entonces presidente John F. Kennedy, quien contribuyó a su liberación. (Ibid.).

Las posteriores manifestaciones multitudinarias en muchas poblaciones culminaron con una concentración estimada en unos 250,000 manifestantes, en Washington, DC. Fue ahí donde King pronunció su famoso discurso que tituló “Tengo un sueño” (I have a dream), en el que imaginaba un mundo donde las personas pudieran vivir en igualdad, sin estar divididas por su raza. (Ibid. Un extracto de este discurso encabeza el inicio de este relato).

El 14 de octubre de 1964, Martin Luther King fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Tenía solamente 35 años, por lo que se convirtió en el hombre más joven en recibir este reconocimiento. Años más tarde, a finales de marzo de 1968, viajó hasta Memphis, Tennessee, con el objetivo de apoyar la huelga emprendida por trabajadores de ascendencia afroamericana que laboraban en la recolección de la basura. El movimiento aspiraba a obtener sustanciales mejoras en sus condiciones laborales. Lamentablemente, el 4 de abril de 1968 a las 6:01 de la tarde, mientras estaba en la terraza de la habitación del Motel Lorraine, Martin Luther King con tan sólo 39 años, fue asesinado. (Ibid.) El mundo entero que ama la lucha no violenta lloró su muerte; ya que había perdido físicamente a un inigualable líder de la lucha por los derechos civiles de los afrodescendientes en los Estados Unidos, sin haberse separado nunca de los métodos de lucha no violentos.

4. Malala Yousafzai. “Queridos hermanos, no estoy en contra de nadie. Tampoco estoy aquí para hablar en términos de venganza personal […] Estoy aquí para defender el derecho a la educación de cada niño. Quiero educación para los hijos e hijas de todos los […] terroristas y extremistas”. (Discurso de Malala Yousafzai en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 12 de julio del 2013). Malala pronunció este discurso a la edad de 16 años, con una serenidad y aplomo sorprendentes en una niña de su edad, sin que fuera posible advertir en ella ni una pizca de rencor por el atroz atentado que había sufrido a manos de un terrorista, el cual invadió el bus colegial en que viajaba disparando específicamente contra ella varias veces y ocasionándole heridas de gravedad, así como a tres niñas más. ¿La causa de aquel salvaje atentado? Los talibanes en Pakistán ya la habían amenazado de muerte, para impedir que la niña, inspirada por su padre, dedicase gran parte de su tiempo a defender el derecho de niños y niñas a la educación. Sabido es que Malala, con indecible valor, acometió la tarea de denunciar las arbitrariedades y reiteradas violaciones de los derechos humanos en que incurría el régimen del Tehrik-i-talibán (TTP). Este régimen despiadado y cruel, había ocupado militarmente el valle del río Swap, asesinando a muchos habitantes, destruyendo escuelas y prohibiendo la educación de las niñas entre el 2003 y el 2009. Cualquier persona que conozca estos antecedentes, la lucha de la joven niña Malala Yousafzai por el derecho a la educación, y quien además haya visto el video que se ha difundido de Malala dirigiendo el discurso ante los líderes de todo el mundo, debe haber experimentado el mismo sentimiento que yo tuve, un sobrecogimiento enorme ante su proverbial valor para una joven de su edad. Malala es grande, enorme espiritualmente; no alberga odio en su corazón, predica el derecho a la educación que tienen todos los niños del mundo, aún aquellos que les haya tocado en suerte ser hijos e hijas de Talibanes. Malala es también una activista de la lucha no violenta y ejemplo singular de la juventud consciente. Así como Martin Luther King Jr. Es el hombre más joven en haber recibido el premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, es por mucho la mujer más joven que haya recibido con propiedad este merecido reconocimiento, cuando apenas contaba 17 años de vida.

Corolario.

La lucha pacífica ha sido muy exitosa en el mundo, aunque la especie se siga dejando llevar por la violencia. Creo que una y otra, cada una a su manera son contagiosas. Ni que hablar de la violencia, “siembra vientos, cosecha tempestades” reza una expresión en apariencia de origen bíblico atribuida al profeta menor Oseas, cuando dijo “Porque sembraron viento, torbellino segarán”. Pero, la paz se transmite de generación en generación, mediante acciones ejemplarizantes como las que he narrado en este ensayo. Eso sí, puede que resulte más difícil inculcar valores éticos de solidaridad, porque exige desprendimiento personal; de amor, porque el desamor camina fácil; de amistad, porque cuesta alcanzarla y más aún consolidarla, mientras que la envidia, la mezquindad, la insidia o las murmuraciones se desatan por doquier.

La violencia ha acompañado a nuestra especie desde tiempos remotos; la no violencia, aunque como creo haberlo demostrado tiene experiencias exitosas a su haber, es difícil para el ser humano llevarla consigo, porque requiere de mucha congruencia, de una gran fortaleza del espíritu, para no dejarse tentar por las veleidades mundanas, y somos ligeros y volubles. A nivel de las naciones para forjar la paz es imprescindible la educación constante y para todas las personas, se requiere justicia en lo económico, social y cultural, hay que eliminar la pobreza y la desigualdad y lograr un espíritu de colaboración y diálogo entre todas las naciones.

Hoy sin embargo y cada vez más, el ejercicio de la violencia conlleva mucho más peligro de destrucción global que nunca, por el enorme poderío de las armas nucleares que se han inventado, merced al vasto desarrollo tecnológico puesto al servicio de las empresas de la guerra y de la destrucción. Quiero concluir trayendo a colación otro fragmento del “Manifiesto Russell-Einstein”, considero oportuno recomendar que reflexionemos sobre ello: “Nadie sabe cuán ampliamente esas partículas radiactivas podrían diseminarse, pero las mejores autoridades expresan unánimemente que una guerra con bombas-H podría posiblemente poner fin a la raza humana. Se teme que si varias bombas-H fueran usadas habría una muerte universal repentina solo para una minoría, pero para la mayoría continuaría una lenta tortura de enfermedad y desintegración”.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Solidaridad con el pueblo Palestino

Mg. José A. Amesty Rivera

En el Día Internacional en Solidaridad con el Pueblo Palestino, hace mucho tiempo, en este país, parece estarse dando una distopía, que es una «utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal».

Por ejemplo, en Jerusalén, se estaría produciendo una operación de limpieza étnica cuyo uno de sus últimos episodios sería la proyectada expulsión forzosa de los habitantes palestinos del barrio de Sheikh Jarrah y su ocupación por colonos israelíes.

Este artículo no pretende entrar en la polémica sobre los derechos de Israel o los derechos del pueblo palestino, sino poner en el tapete las atrocidades contra éste último, en este sentido, la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU adoptó el pasado 14 de noviembre de 2022, el proyecto de resolución de Palestina, para solicitar una opinión consultiva legal de la Corte Internacional de Justicia, sobre la naturaleza de la existencia de la ocupación colonial israelí en el territorio del Estado de Palestina, incluida Jerusalén.

Mientras tanto, el pueblo palestino sufre el auténtico genocidio, al que le somete los gobiernos israelíes. Noten que hablamos del Pueblo Palestino y el Estado (los gobiernos israelíes).

Históricamente, los que en 1967 representaban casi el 98% de la población total (el pueblo palestino), y su sustitución por colonos judíos que ya alcanzarían el 55% de la población de Jerusalén en el 2021.

A su vez, desde 1948, las vidas de la población de Palestina han pasado por situaciones críticas y convulsas, situación que últimamente ha recrudecido la represión y las muertes.

Conocemos que la Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre el Territorio Palestino Ocupado, que incluye Jerusalén Occidental, determina que la ocupación israelí en Palestina es ilegal, señalando, hay «motivos razonables» para alcanzar la conclusión de que la ocupación israelí, vulnera las normas internacionales. Han transcurrido setenta y cuatro años desde el comienzo de este trágico conflicto.

Lamentablemente, se sigue cometiendo un genocidio implacable contra los palestinos, contra niños, mujeres y adultos mayores. Ha transcurrido demasiado tiempo desde la ocupación ilegal e impunidad; uso desproporcionado de la violencia, traslado forzoso de personas, confiscación de tierras, destrucción de hogares y castigo colectivo; la tragedia no cesa.

Nosotros cristianos y revolucionarios fieles a la denuncia ante los atropellos a los más débiles, deseamos expresar, que cualquier teología o pastoral comprometida, debe priorizar que la tarea primordial debe ser, la atención y el cuidado de los dolores y las aspiraciones de pueblos oprimidos y comunidades menospreciadas.

En este sentido, la dolorosa situación del pueblo palestino, obliga a cuestionar ciertos cruciales e ineludibles asuntos teológicos.

Un asunto teológico a revisar creemos es, el tema del «pueblo escogido» por Dios, que ha sido un dilema teológico clásico. El teólogo Luis Rivera-Pagán señala: «El riesgoso concepto de «pueblo de Dios», por consiguiente, nada tiene que ver con una alegada descendencia genética. Refiere, más bien, a la lectura de los tiempos en una hermenéutica profética de opresión y liberación».

El otro tema teológico es, ver a Jerusalén como la ciudad santa. Y es que, a través de su extensa historia, Jerusalén ha sido simultáneamente bendecida y maldecida por el reclamo que las tres grandes religiones abrahánicas monoteístas, hacen de ella como ciudad sagrada.

Rivera-Pagàn, en este tema nos ayuda enfatizando: «La sacralidad atribuida a varios lugares en Palestina, Jerusalén en primer rango, ha sido causa funesta de interminables conflictos violentos y sangrientos. ¿Tenemos acaso, ese es el reto que agudamente plantea la teología palestina, los recursos intelectuales y espirituales para reconfigurar este debate de manera que el concepto de “tierra santa” sea punto de partida, no para la “guerra santa”, sino para el diálogo, el entendimiento y la solidaridad entre las tres grandes religiones monoteístas que comparten memorias y escrituras sagradas? De la respuesta a esa pregunta crucial depende en buena medida el destino feliz o infortunado de los diversos pueblos que habitan los valles y colinas de Palestina y quizá incluso la paz mundial».

Finalmente, deseamos concluir este tema, espinoso para muchos/as que, nosotros anuente con la teología de la liberación, subrayamos el camino del arduo, pero deseable y necesario vínculo entre justicia y reconciliación, denuncia profética y esfuerzos pacificadores, recuperación de la historia de agravios y el perdón sanador de la memoria de dos pueblos: Israel y Palestina.

Creemos en el enfoque de Isaías (Isaías. 65: 21-23), de una nueva creación, libre de violencia y devastación bélica, un mundo en el que las comunidades en conflicto, en este caso palestinos e israelíes, «edificarán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma… No trabajarán en vano ni darán a luz para maldición».

Estamos seguros que, este es el sueño del pueblo palestino y el pueblo israelí, un sueño de paz y reconciliación, también un anhelo de otros pueblos, reconociendo que ambos pueblos tienen que sanar las heridas históricas y recurrentes del holocausto judío y la catástrofe palestina.

 

Imagen tomada de Telesur.

El Perú en un callejón sin salida

«Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua». Con esta frase, hoy 18 de enero, recordamos el nacimiento del escritor, antropólogo y etnólogo peruano autor de “Los ríos profundos”, José María Arguedas.

Rogelio Cedeño Castro. Sociólogo y escritor costarricense.

La pérdida de más sesenta vidas de ciudadanos peruanos, como fruto de la represión del gobierno instaurado, mediante un golpe de estado congresal militar, por los perdedores de las elecciones de 2021, no es un acto que se pueda calificar como democrático, más bien representa la instauración de una dictadura sangrienta y represora, un régimen donde los derechos humanos y el estado de derecho no existen. Las grandes mayorías del Perú Profundo: gentes de los Andes, la costa y la selva que han salido a defender su voto, además de su derecho legítimo de participar en la toma de decisiones en un país profundamente desigual, racista y discriminador de las grandes mayorías urbanas y rurales.

Cuando se mencionó el caso de Brasil, con el asalto a los edificios de los poderes públicos en la capital brasileña, y los peligros que estas acciones representan para la democracia en la región latinoamericana, se omitió profundizar en las condiciones mínimas de legitimidad y de respeto al estado de derecho que se requieren para que la democracia latinoamericana vaya más allá de las mascaradas electorales que se organizan cada cuatro o cinco años en nuestros países. La ausencia o el irrespeto sistemático al debido proceso, la presunción de inocencia, las garantías de contar con una defensa legal y el habeas corpus conforman una peligrosa corriente que nos deslizan hacia el autoritarismo y el totalitarismo de una derecha agresiva, inculta, mentirosa y enemiga de la libertad de pensamiento: todo ello con el concurso decisivo de los poderosos medios de comunicación corporativos, y de un poder judicial manipulado por los poderes fácticos e imperiales, donde algunos jueces, y fiscales manipulan descaradamente los mecanismos de la “justicia” tornándola inviable, tanto como la democracia misma en los países de América Latina, al judicializar la política en beneficio de sus intereses acusando falsamente, a través de los mecanismos del lawfare, a aquellos políticos que se quieran salir de la disciplina neoliberal, con sus políticas de saqueo sistemático de nuestros países y de irrespeto a los derechos humanos. En síntesis una institucionalidad presuntamente democrática de espaldas al pueblo, sin su participación más allá del manipulado sufragio.

Además, la intervención descarada de los defensores incondicionales de los intereses de las corporaciones transnacionales europeas y estadounidenses (incluida la jefe del Comando Sur de los Estados Unidos) acentúan lo que constituye el mecanismo, mediante el que se ha tornado imposible el ejercicio democrático efectivo en la mayoría de los países de nuestra región, por lo que nos encontramos en una profunda crisis de la democracia, sólo equivalente a la que planteó en 1966, el expresidente dominicano Juan Bosch (1909-2001) en su libro CRISIS DE LA DEMOCRACIA DE AMÉRICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA, a raíz de la invasión de la República Dominicana, en abril de 1965, por cuarenta mil marinos estadounidenses, con el propósito de impedir el retorno a la democracia en ese país caribeño, emprendido por los revolucionarios constitucionalistas de aquella generación dominicana. Bosch calificó esa figura dándole el nombre de pentagonismo, ahora estamos ante un ascenso neofascista a escala internacional y regional.

Dado lo anterior, es que surge la obsesión de algunas gentes, por descalificar el recurso de acudir a los planteamientos teóricos de algunos autores y estudiosos de la sociología política, o la sociología del conocimiento (que trata de destrabar-por así decirlo- o explicitar la intrincada y compleja relación entre el conocimiento y la existencia social en sí misma), para intentar explicar o entender los alcances y componentes de la presente crisis peruana y latinoamericana, no importa si los aportes de los años sesenta y setenta del siglo pasado, o los de este cambio de siglo, en cuanto a los alcances de sus elaboraciones teóricas y trabajo de campo sobre estos temas, esa hostilidad latente aunque agresiva es algo que raya en el desvarío, el ridículo y la sinrazón manifiesta por parte de algunas gentes de la derecha totalitaria, que incluso se atreven a opinar sobre temas que no conocen o de los que no han leído ni una página.

Lo cierto es que, tanto la sociología como la antropología y la historia social, como las mismas sociedades latinoamericanas en tanto objeto de estudio, han experimentado grandes cambios en este medio siglo transcurrido, dentro del tiempo de la larga duración histórica: un hecho esencial, en el caso del Perú, es que hasta la década de los sesenta las grandes mayorías campesinas de los Andes Centrales del Perú estaban sometidas a un régimen de servidumbre, discriminación y racismo manifiesto, un tema que trataron con una dosis de empatía, e identificación con los pueblos originarios, no carentes del rigor analítico y el conocimiento sobre el terreno en el que se ponen de manifiesto esas realidades, autores como el antropólogo, novelista, poeta y traductor quechuahablante José María Arguedas Altamirano (Andahuaylas 1911-Lima 1969) y el periodista, escritor, cronista, poeta y novelista Manuel Scorza ( Lima 1928- Madrid 1983), con su saga de novelas cortas sobre las luchas campesinas en los Andes Centrales en aquellos años, previos a las reformas que introdujo el general Juan Velasco Alvarado, entre 1968 y 1975, quienes no necesariamente fueron sociólogos o se asumieron como tales, además de Héctor Béjar, el gran maestro de la sociología peruana, dada la inmensa producción bibliográfica producto de varias décadas de investigación y reflexión sistemática.

La verdad es que en un texto como este no pretendo, ni podría jamás agotar todo el complejo problema de la nación peruana, desde sus orígenes en cuanto a estado-nación, dos siglos hacia atrás, cuando fue inventada por los criollos herederos de los colonizadores españoles como un país, sin tener en cuenta a los pueblos originarios y poblaciones afrodescendientes.

La sociología, en tanto ciencia social, al igual que historia y la economía política no legitima en sí misma a los gobernantes de una nación, pero el apoyo del pueblo sí. En el caso peruano, nos encontramos con que Dina Boluarte, la presidenta de facto y sus titiriteros militares y oligarcas fujimoristas son rechazados por casi el noventa por ciento de la población(88 por ciento, según una encuesta de las más recientes).

A propósito de las acusaciones contra el presidente derrocado Pedro Castillo Terrones. formuladas por jueces y una fiscal oficiosa, además de parcializada, alguna gente parece olvidarse del debido proceso, la presunción de inocencia y el habeas corpus pilares del estado de derecho en una sociedad que sea democrática de verdad, tal y como habíamos mencionado al inicio de este texto. Ahora bien, de lo que se acusa a Pedro Castillo es de “acciones ilícitas” por las que no podía ser juzgado siendo presidente, las que, de ser ciertas, resultan ser insignificantes a la par del prontuario de todos los presidentes que lo antecedieron en el cargo, a lo largo de los últimos treinta años: unos presos, otros en fuga y uno suicidado (Alan García Pérez).

En el contexto actual, resulta inocultable la necesidad de destacar lo antidemocrática y mala perdedora que es la mayoría de la derecha en esta parte del mundo, no sólo en el Perú, sino también en Bolivia y hasta en Brasil, donde hace unos días trataron de dar un golpe de Estado. Por supuesto que esos son temas que a algunas gentes de la derecha no les interesan por lo que prefieren obviarlos, al igual que las más de sesenta víctimas mortales ocasionados por la represión ultraderechista ¿será que esos peruanos asesinados no son seres humanos? algo muy similar, a lo que pasó en Bolivia, en noviembre de 2019, con las víctimas de Sakata y Senkaba (alrededor de 40) durante la dictadura de Yanine Áñez, esa que el valiente pueblo boliviano supo revertir.

El presidente legítimo del Perú, el señor Pedro Castillo Terrones continúa secuestrado por gentes que usurparon el mando de la fuerza pública, cuando aún no había sido vacado por el congreso, ni se había seguido el debido proceso para concretarla. En lo que fue una clara violación del orden constitucional, algo que resulta de suyo evidente.

La lamentable ignorancia y cinismo manifiesto de algunas gentes las alejan cada vez más de la realidad. A fin de cuentas, tal vez no haya ciencia social o ciencias sociales(tal vez la brujería y la nigromancia podrían resultar mejores para algunos) como suelen afirmar sin ningún fundamento, pero lo cierto es que la mentira descarada sobre lo social tampoco nos aproxima al conocimiento de lo que de verdad ocurre: Todos los anteriores presidentes del Perú se agacharon ante la oligarquía y firmaron su hoja de ruta, a pesar de ello Alan García Pérez se suicidó cuando iba a ser detenido hace ya tres años(¿se asiló en los infiernos acaso?) al haber graves evidencias en su contra, Alejandro Toledo sigue detenido en Estados Unidos esperando ser deportado por defraudaciones multimillonarias, Ollanta Humala sigue procesado y con detención domiciliaria, Alberto Fujimori en la cárcel por crímenes contra la humanidad y así sucesivamente. Lo extraño es que a Pedro Castillo Terrones, que de socialista o comunista no tiene nada, no se le siguió el debido proceso y continúa secuestrado por el nuevo régimen, ese que ya ha asesinado a más de sesenta peruanos. Dina Boluarte, al igual que Jeanine o Yanine Áñez, la aprendiz de dictadora de Bolivia en 2019-2020, tiene manchadas las manos de sangre, al igual que su premier militar ultraderechista Alberto Otárola, terminará en la cárcel como la boliviana y el ultraderechista Fernando Camacho, otro de los ejecutores del golpe de estado de 2019 en Bolivia.