UCR: Escolares de Golfito viven las ciencias en Campamentos de Desarrollo Humano

Daniela Muñoz Solano

Periodista Vicerrectoría de Acción Social

Virginia Mena Herrera

Asesora de proyectos

Estudiantes universitarias realizaron junto a niños locales experimentos fáciles y replicables para explicar reacciones químicas. Foto: Daniela Muñoz.

Con juegos, sorpresas y carcajadas, niñas y niños de la Escuela Central San José en Golfito aprendieron sobre ciencia y procesamiento de alimentos durante los últimos días de los Campamentos de Desarrollo Humano que organiza la Vicerrectoría de Acción Social en el Recinto de Golfito de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Con el apoyo del proyecto Promoción de la enseñanza de la ciencia y tecnología de alimentos (TC-8), estudiantes universitarios visitaron la escuela, ubicada en el distrito central, y guiaron a las y los escolares en la aventura de descubrir, a través de experimentos prácticos y replicables, sobre reacciones químicas, estados de la materia, funcionamiento del cuerpo humano, tratamiento de alimentos y mucho más.

Con almidón y agua, los universitarios explicaron a niñas y niños los fluidos no newtonianos. Foto: Virginia Mena.

Durante la actividad se instalaron estaciones de experimentos por los que pasaron decenas de estudiantes, que además de participar en los experimentos, pudieron realizar consultas sobre diversos temas a los estudiantes del TCU.

La alianza entre el centro educativo y la UCR tiene trayectoria, de acuerdo con Rosibeth del Río Rodríguez, educadora del centro educativo, encargada del Programa de Ciencias, quien afirmó que siempre se ha desarrollado trabajo conjunto con la Universidad, a la que considera un ente de apoyo pues permite coordinar actividades culturales y talleres de ciencias, ambientales y otros temas.

“Estas actividades son necesarias e importantes porque aparte de apoyar el currículo, lo lúdico les facilita el aprendizaje, a los niños les llama la atención, ¡les encanta!”, comentó, y agregó que la comunidad no cuenta con muchos espacios como estos por lo que ofrecerlos en la escuela es una excelente idea.

Henry Marenco, estudiante de Farmacia y participante del TC-8 afirmó que su experiencia en este proceso ha sido muy positiva pues le ha dado la oportunidad de trabajar con niños y niñas en distintas comunidades, que “aprecian mucho lo que hacemos porque los tomamos en cuenta y les damos importancia”.

En los pasillos de la escuela, escolares invirtieron su tiempo de recreos aprendiendo sobre ciencia. Foto: Daniela Muñoz.

“El TCU es importante para nosotros y también para las comunidades. Este verano -que con los campamentos hemos ido a distintas comunidades-, conocimos las distintas situaciones que viven las comunidades. Eso nos ayuda a entender la realidad nacional, a entender lo que uno tiene que otras personas no, y así a entender que podemos aportar”, dijo Marenco.

Monserrath Galván, estudiante de quinto grado indicó: “me encantó la actividad, estuvo muy bonito porque aprendimos cosas del cuerpo, de los imanes y de cómo funciona el aire. De las actividades, la que más me gustó fue la del imán y del corazón, porque aprendimos mucho”.

A través del juego y la experimentación, escolares aprendieron sobre el funcionamiento del cuerpo humano. Foto: Virginia Mena.

 

Información generada desde la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR.

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