Manuel Delgado
Fernando Zeledón acaba de publicar un libro que recoge una parte importante de su obra como caricaturista. El libro se titula “Mono-pausia” e incluye, además de los monos de los que ya vamos a hablar, buena parte de la columna gráfica “Los superma’es”, que fue publicada por el semanario Universidad entre 1990 y 1997
Zele, como él firma y como le decimos por puro cariño, fue parte esencial de la lucha popular por años y años. Su primera caricatura la publicó en 1970 en el periódico “Unidad”, el órgano de la sección universitaria de la juventud del Partido Vanguardia Popular. Pero rápidamente fue raptado por “Libertad”, el legendario periódico comunista, donde trabajó por dos décadas.
Allí en “Libertad” realizó su obra mayor: una sección semanal titulada “La semana en serio”, que se publicaba a todo color en la plana final del semanario y que era la primero (muchas veces lo único) que leían los suscriptores.
Semana a semana, se mofaba de los acontecimientos de la semana y de sus actores los políticos, la prensa de derecha, las cámaras patronales. Quiere esto decir que Zele fue un educador de masas, un forjador de la conciencia política de aquellos años. Porque una cosa hay que dejar claro: caricaturistas de izquierda ha habido muchos y muy buenos, pero Zele fue el caricaturista del proletariado, leído con avidez por los trabajadores bananeros, entre otros.
De esa época quedan sus personajes entrañables, entre ellos el perro Cutacha y la viejita Auristela, símbolos de la sabiduría popular, y que vuelven a aparecer en la tercera parte del libro que comentamos.
“Mono-pausia” es posterior, pero sigue esa misma línea crítica y reflexiva. Consta de tres partes: la primera es la de los monos, antecesores del Homo sapiens, aunque ni este ni los monos están muy de acuerdo; segundo, el Homo sapiens del paleolítico; y tercero, el ser humano moderno, moderno pero no más avanzado.
La primera parte juega con la palabra mono y sus parecidos: monoteísmo (un mono aficionado al té); monopolio, monarquía, monogamia, monasterio…y un enemigo peor, el monóxido de carbono.
Pero en medio del chiste, el monito hace una reflexión y una advertencia: cuidado con la evolución, que solo traerá calamidades. Cuando aparece el Homo sapiens, el simio, devastado, afirma: “Se los advertí. ¡Qué metida de pata!”
El personaje central de la segunda parte, el paleolítico, se llama Primitivo Piedra (Primi, para los cercanos); tiene una mamá que se llama Fosilina Cuevas y una esposa Petronila. Además, coincide con la época de los dinosaurios, por los que su perro se llama Ñangasaurio.
Primi es un soñador, es un filósofo (sin ofensas) y un inventor. Vive eternamente atormentado por el miedo al futuro, por el papel nefasto de la tecnología, el egoísmo, la guerra.
Es en este contexto donde se conecta con el presente por un artilugio llamado “vidas paralelas”, así de postmoderno, cuyo personaje central es un obrero llamado Juan Jara, que vive perseguido por los bajos salarios, los altos precios e impuestos, la polución, la inseguridad y, sobre todo, la demagogia de los políticos.
Los invito a disfrutarlo. Pueden adquirirlo al teléfono 83203516.