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Elecciones municipales 2024 sin pena ni gloria

Víctor Rojas Morales

Sin pena ni gloria transcurrieron las elecciones municipales, embrión histórico de la democracia, con un abstencionismo de casi el 70% a nivel nacional. Goicoechea tuvo uno de los más altos índices: el 76.7%.

Este abstencionismo se ve agravado por la gran cantidad de votos nulos y en blanco que depositaron en las urnas los electores. Ahora todos se preguntan sobre las razones “misteriosas” de este fenómeno, que no estuvo tan lejos de lo ocurrido en las elecciones para presidente y diputados del 2022.

La razón de esta respuesta popular a los procesos eleccionarios se encuentra, muy fácilmente, en la desconfianza hacia los partidos políticos y sus candidatos, los que han demostrado ser instrumentos de dominación, condicionamiento y factor de enriquecimiento para unos pocos, quienes delinquen descaradamente sin que haya castigo alguno para ellos.

Lo ocurrido en la Municipalidad de San José y en la de Limón, son dos casos que enturbian el quehacer municipal y cambian los resultados finales. Estar en los grupos de poder político se empareja a estar con las clases más adineradas y se llega al poder no para servir, sino para servirse.

Nos han metido en la cabeza que el sistema electoral costarricense es un ejemplo en toda América y que esto es sinónimo de una democracia ejemplar, restringiendo el concepto de “democracia” a la posibilidad que tienen los partidos políticos para llamarnos a votar y olvidarse muy pronto de sus promesas electoreras.

Ya la gente no acata este llamado como “ganado al matadero” y se adquiere conciencia del engaño y, entonces, la respuesta es no votar, porque no ven en los partidos una opción real de cambio y solución a sus necesidades más sentidas.

Se ha puesto de moda que ya no se vota por un partido político, sino por determinadas figuras políticas que llegan a cautivar al elector, tal el caso de la forma en que se eligió al presidente Chaves. Hasta ahora las clases dominantes han tenido el control total y absoluto de los procesos electorales y sus resultados.

Hoy las figuras más descollantes en la esfera económica, no se valen de los políticos de oficio para que los representen, sino que lo hacen de manera directa, invirtiendo enormes sumas de dinero que, para ellos no es un gasto, sino una inversión, sean del partido político que sean, al final todos se ponen de acuerdo para repartirse el botín y sus intereses siguen cuidadosamente asegurados.

En las comunidades, los más importantes problemas y necesidades se mantienen intactos. Los presupuestos municipales siguen empleándose, mayoritariamente, en el pago de planillas y muy poco se destina al desarrollo social de las comunidades. Como vecino del cantón de Goicoechea, percibo y vivo las malas prácticas de la mayoría de los municipios del país.

A los vecinos sólo se les convoca para ejercer el voto, luego de esto, se les mantiene lo más alejados posible, no se les incorpora en el trabajo de comisiones, celebran sesiones ocasionalmente en algunos distrititos y a los vecinos se les permite hablar por escasos tres minutos, aplicando un reglamento interno de debates que es la mayor muestra de la antidemocracia; lo que importa es dar esa falsa imagen de participativos, pero aplicando la “ley mordaza”, porque el presidente del Concejo quiere dar muestras de un “buen manejo de los debates” y, como lo que les preocupa es el pago de sus jugosas dietas, todos se apresuran para irse pronto a casa y, los asuntos, mal atendidos, se dejan para dar respuestas después.

Las posibilidades de participación ciudadana que da la legislación son ignoradas sistemáticamente y se rehúsan a convocar a cabildos, plebiscitos o referéndums. Siendo las municipalidades el bastión de la democracia, son convertidas en entes formales y burocráticos, que muy poco hacen por ser un factor de cambio positivo en el país.

Por sólo mencionar uno, la recolección de basuras se ha convertido en un gran problema que atenta contra la salud de la población, cada vez son más los basureros que afloran por todas partes y la municipalidad, lo que hace, es mandar camiones a recogerlos, incentivando de esta manera esta práctica, lejos de entrar en un análisis serio de la problemática y a encontrar las soluciones adecuadas y oportunas.

El caso del cobro de multas ante estas infracciones no se ha aplicado nunca y el director de saneamiento ambiental dice que es muy complicado señalar a los infractores y que estos casos se deben llevar a la Corte, cuando su trámite es administrativo en la institución; eso dice y eso hace y nadie corrige esta negligencia.

A nivel administrativo, las municipalidades tienen mucho que superar, por ejemplo, para hacer un pago, no se tienen los bancos suficientes para ello, hay trámites que se podrían hacer digitalmente y al usuario lo obligan a apersonarse a hacer filas que son un atraso. Llamar telefónicamente es una odisea y las otras alternativas de comunicación son insuficientes y deficientes.

Estas son algunas de las razones que provocan en la ciudadanía un gran desencanto y prefieren quedarse un domingo, viendo tele y compartiendo con la familia.

Imagen ilustrativa.

Oteando las elecciones municipales

Vladimir de la Cruz

Apenas terminó el proceso de las elecciones municipales, en los 84 cantones, el domingo pasado, casi de inmediato, a partir de las 8 de la noche, el Tribunal Supremo de Elecciones empezó a dar los primeros resultados, provisionales, pero definitivos en sus proyecciones.

La última palabra la dará en pocos días cuando revise más detenidamente la papelería electoral, los informes de las Juntas y analice, con cuidado, voto por voto, aquellos resultados donde se acredita un ganador por pocos votos de diferencia. Cuando esto sucede lo que ocurre es que los fiscales de los partidos interesados revisan esos votos con lupa, con la intención de anular votos o de rescatar votos, de los que fueron anulados, porque de ello depende que suban o resten los votos originalmente reportados, y ello pueda dar origen a un cambio en el resultado declarado provisionalmente.

El lunes, como sucede en todos los procesos electorales de Costa Rica, el país amaneció con una paz y calma de cementerio, relajado tranquilo, como si nada hubiera pasado el domingo 4 de febrero.

Calma porque todos los votantes se dieron por satisfechos del proceso electoral, independientemente de los resultados, de ganadores y perdedores, porque así se ven los resultados, de electos y no electos a los puestos de gobiernos municipales. No hay muertos ni heridos, durante las votaciones, ni como resultado de ellas, como ocurre en enfrentamientos dolorosos en otros países del vecindario. Ni qué decir de Nicaragua o de lo que está moviéndose como aguas turbulentas en Guatemala, con la elección de Bernardo Arévalo, o como ocurre un poquillo más al sur, en Venezuela, donde se privan derechos de participación y se inhabilitan candidatas.

Calma porque los abstencionistas, con su ausencia en las urnas, avalaron la decisión tomada por los que se presentaron a ejercer su derecho al sufragio, que no es obligado en el país. De hecho, los abstencionistas se suman en silencio apoyando al grupo, al partido, al candidato o a las personas electas.

De cementerio, porque el resultado de los votos tumba emocionalmente a los que no fueron electos, como personas, como grupos alrededor de los candidatos y a sus mismos partidos, a quienes se les pone visualmente esa marca de funeraria, cuando no de hospital, en sus salas de enfermos de cuidados intensivos, según se interpreten los resultados electorales, que también se comparan, como con los expedientes clínicos hospitalarios de los pacientes, de cómo avanzan progresivamente recuperándose de sus males o cómo se les agudizan sus signos de enfermedades y males, que pueden ser fatales.

El abstencionismo se mantuvo alto, un 68.04%, aunque tuvo un leve descenso.

Con ese entorno daré algunos vistazos sobre los resultados provisionales. En ocho cantones el abstencionismo fue inferior al 50%.

Curiosamente donde hay más concentración urbana y poblacional hubo más abstencionismo. ¿Qué ha pasado con las municipalidades que no se sienten en esas comunidades? ¿Es solo un problema de las municipalidades o del Gobierno Central? ¿Los servicios municipales no se atienden como se debiera para motivar a la ciudadanía en sus deberes cívicos y electorales?

Los cantones con mayor abstencionismo son los siguientes: Desamparados: 78,56%, Alajuelita: 77,62%, San José: 76,97%, Heredia: 76,76%, Goicoechea:76,62%, Coronado: 75,55%, La Unión: 74,8%, Curridabat: 74,58%, Tibás: 74%, Moravia: 73,19%, Montes de Oca: 73%, Pococí: 72,65%, Liberia: 72,1%, Alajuela: 71,25%, Aserrí: 70,84% y Buenos Aires: 70,57%.

En el caso de la municipalidad de San José, con un alcalde que ha estado allí más de 30 años, ¿qué ha hecho para dañar tanto la participación ciudadana? Pero no ha sido solo un problema del alcalde. También lo ha sido del partido de ese alcalde, principalmente Liberación Nacional. Esto es lo que hay que ver.

Si hay desidia electoral se debe en mucho a los mismos partidos políticos, que no realizan ninguna actividad política, en sus cantones a cargo, para fortalecer la educación cívica, la formación ciudadana, la cultura electoral y democrática. Poco les importa la participación ciudadana. Esto es lo que está haciendo el Presidente Chaves, educando, especialmente los miércoles en sus sesiones de prensa, a su manera, a los ciudadanos que atentamente le siguen, que les genera confianza porque se identifica con ellos. Se desilusionarán de él si no ven frutos concretos, pero puede llevar su tiempo. Le quedan 27 meses de gobierno.

1.- En esta elección hubo dos nuevos cantones, llegándose a la suma de 84 pequeñas repúblicas, como las he venido señalando. Recordemos que los cantones son divisiones territoriales en el interior de las siete provincias de todo el territorio nacional. Como territorios tiene cada uno sus propios límites, su propia población, que puede ser alta o baja, en número de habitantes y de votantes. Tiene cada uno su propio gobierno y con ello sus propias autoridades, que fue lo que se eligió el domingo. Esas autoridades se representan en los alcaldes y vicealcaldes, en sus concejos municipales y distritales, con sus regidores y síndicos propietarios y suplentes, y los intendentes donde los hay.

Como se realizan las elecciones a nivel presidencial, el que se impone con mayoría de votos gana la alcaldía y, por proporción de votos, se integran los concejos municipales y distritales, como ocurre con la Asamblea Legislativa.

Con este primer resultado se tienen partidos y candidatos ganadores de las alcaldías y se tiene la integración de los concejos con representantes de varios partidos. En lo que se ha informado hasta ayer, no hay un solo concejo que lo haya ganado un solo partidos, ni siquiera de los últimos cantones, que son minúsculos en votantes. De esta manera, hay gobiernos compartidos.

De esto queda por definir, que el primero de mayo próximo al integrarse oficialmente los concejos municipales y distritales, quienes son nombrados presidentes de ellos, lo que cuenta en el haber de los partidos políticos para significar su mayor importancia, por la mayor cantidad de presidencias municipales y distritales que puedan tener, que son resultantes naturales de alianzas, de ese día, entre las fuerzas políticas que se representan en esos concejos.

Cuando hay gobiernos y partidos de gobiernos fuertes esto es importante para el gobierno y su partido, como para el Presidente, porque le permite medir el impacto de su gestión. En el caso actual, el gobierno de la república carece de partido, de partido fuerte que así mismo se reconozca como partido gobernante. Lamentablemente no se pudo medir el impacto de la gestión presidencial en esta ocasión. Hubiera preferido que se hubiera podido medir con la participación de sus partidos municipales. Su resultado hubiera sido sorpresivo y un buen espejo para el resto de los partidos políticos.

El propio Presidente de la República está como el niño perdido de La Llorona, sin partido propio, sin partido fuerte, sin haber podido participar de manera certera con los partidos que intentó inscribir desde la Casa Presidencial con sus alfiles políticos, con sus oficiales, con sus obispos, más no con sus caballos, que son iguales en puntos de equivalencia…, pero el caballo siempre será caballo y eso fue lo que aparentaron los que dirigieron los movimientos ajedrecísticos de la Casa Presidencia al inscribir sus partidos, al mover sus piezas, en el ajedrez político de estas elecciones.

Volviendo al cuento de La Llorona, que es un cuento de terror, de origen mexicano, que aquí también lo tenemos en la versión costarricense, a La Llorona se le reconoce la existencia de tres hijos, así como la casa de gobierno tuvo tres hijos, que los perdió, el partido Progreso Social Demócrata, y los partidos Pueblo Soberano y Aquí Manda Costa Rica, que fueron casi partidos no natos, casi perdidos… Los hijos de La Llorona desaparecieron en medio de una tragedia que la madre no pudo atender…Los partidos del presidente se perdieron por tragedias que los directores de sus orquestas partidarias, y el propio presidente, no pudieron resolver, de sus partituras políticas, que debían seguir, que no las entendieron o poco les importaba su existencia.

2.- Hubo una renovación forzada de liderazgos cantonales impuesta por la ley, que prohibió que 46 alcaldes y autoridades municipales que llevaran dos ejercicios de gobierno no podían aspirar a ser electos para un nuevo período. Así hubo necesidad de cambiar casi el 50% de los alcaldes. De los 30 que podían reelegirse 23 lo lograron, algunos de ellos cambiando de partido político. Diecinueve alcaldes reelectos lo hicieron por los partidos que los habían elegido, incluidos partidos cantonales como Alianza por Sarchí (APS), La Gran Nicoya (LGN) o Auténtico Santacruceño (PASC). Estos 23 no jugarán para las elecciones de alcaldes del 2028. De los alcaldes reelectos 4 cambiaron de partido y 4 crearon nuevos partidos. De los reelectos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana reeligieron 7 alcaldes cada uno. Esto coloca a las actuales alcaldías y sus respectivos concejos con una evidente renovación personal, de género y también generacional.

Personal por cuanto a la fuerza se impusieron, con el apoyo de los ciudadanos, los nuevos alcaldes que sustituyeron a los que no tuvieron oportunidad de reelección.

Por género, porque la ley se aplicó con fuerza para exigir la paridad vertical y horizontal de postulación de candidatas mujeres. Aun así, no era una garantía de un resultado igualitario, por la propia decisión de los votantes al escoger sus candidatos de una oferta amplia de partidos y de postulaciones. Obligadamente los partidos tuvieron que igualar sus candidaturas. El único que lo logró plenamente, en los 84 cantones, fue Liberación Nacional que llevó 42 candidatas mujeres y 42 hombres. Le siguió la Unidad Social Cristiana con 31 mujeres y 41 hombres; Nueva República 35 hombres y 34 mujeres; el Liberal Progresista con 29 hombres y 17 mujeres; Progreso Social Democrático con 23 hombres y 12 mujeres; el Frente Amplio con 14 mujeres y 13 hombres y Acción Ciudadana con un hombre y 3 mujeres.

3.- Setenta y siete partidos participaron en las elecciones entre nacionales, 16; provinciales, 7, y municipales, 54. En las últimas elecciones nacionales del 2020 participaron 25 partidos nacionales e igual número a nivel provincial. En alguna provincia hubo dos partidos más y en otra uno menos. Así, en estos dos años, después de la elección nacional, desaparecieron 9 partidos nacionales y 18 provinciales. Hubo, en esta ocasión, un amplio espectro de partidos cantonales, de los cuales 12 eligieron alcaldes, uno menos que en la elección del 2020.

De los partidos nacionales que están representados en la Asamblea Legislativa Liberación Nacional sufrió un enorme revés, de 43 alcaldes que eligió en el 2020 solo obtuvo 29. Perdió 14; la Unidad Social Cristiana aumentó de 15 a 20 del 2020 a esta elección; el Liberal Progresista obtuvo 3 alcaldías, en su primera participación; el Progreso Social Demócrata obtuvo 2 alcaldías en su primera participación; Nueva República logró 2 alcaldías en este proceso; el Frente Amplio logró una alcaldía en estas elecciones.

Los otros partidos que lograron alcaldías fueron Nueva Generación que repitió sus 4 alcaldías, Unidos Podemos, que para mí fue una gran sorpresa, pasó de 1 alcaldía en el 2020 a 9 ahora; Acción Ciudadana que había sido eliminado de la presentación legislativa en el 2020, ahora fue eliminado de las 4 alcaldías que tenía en el 2020; el Republicano Social Cristiano mantuvo sus dos alcaldías. Los partidos provinciales y cantonales que habían electo, en el 2020, 13 alcaldías, ahora eligieron 12. En el 2020 participaron 86 partidos, en el 2024 lo hicieron 77. Hubo una reducción de 9 partidos.

Antes de la eliminación de su participación electoral el partido Aquí Costa Rica Manda había sido el tercer partido en inscribir más candidatos, 4.460. Por eso hubiera sido importante haber visto el impacto de su participación. Le seguía hacia arriba la Unidad Social Cristiana con 5.229 y Liberación Nacional con 6.178.

Si el partido Aquí Costa Rica Manda aprendió su lección, de trámites de inscripción electoral, y si corrige lo correspondiente, que es más fácil, hacia la elección nacional del 2026, puede resultar una gran sorpresa. Este esfuerzo organizativo que hicieron fue importante y grande. Hay que atenderlo desde el análisis. No hay que subestimarlo porque no participó. Hay que ponerle atención a los focos y luces que lanza el gobierno sobre regiones, poblaciones, habitantes y ciudadanos, grupos organizados de todo tipo, con miras hacia las elecciones nacionales. Si esto no se aprende, bien podría suceder otro Rodrigo Chaves, guste o no guste, otro outsider o un insider, todavía no a la vista. El pueblo está para esos cambios, buscando esperanzas, promesas, realizaciones, soluciones

4.- Los partidos Unidad Social Cristiana, Unidos Podemos y Liberal Progresista, en su conjunto, representan el espectro más a la derecha del dial político. Los tres tuvieron crecimiento importante.

La Unidad Social Cristiana proporcionalmente más que Liberación Nacional, con quien ha sido parte del llamado bipartidismo histórico nacional. Evidentemente ha tenido un recambio interno que se siente. Su presidente, Juan Carlos Hidalgo, y su Secretaria General, Raquel Carballo, parecieran ser la yunta de trabajo que ha fortalecido a esta organización y la tiene en este éxito político, en estas elecciones. Con discreción, pero con peso, se hace sentir la experiencia del expresidente Miguel Ángel Rodríguez, que ilumina caminos, aunque no le sigan pero deja su huella indeleble, sobre todo estratégica, a mi modo de ver. En esta elección este es un partido que se puede considerar ganador.

Unidos Podemos, de la Ministra de la Presidencia del actual gobierno, Natalia Díaz, es también otro partido ganador. Sorpresivamente pega 9 alcaldías. Este es un gran trabajo organizativo, político y emocional de identificación con Natalia, quien ha podido sostener y mantener su partido, con efectiva discreción y mesura política, pero con constancia evidente. Perfila fuerte su presencia política nacional. Bien puede a sus atributos políticos sumar la posibilidad de que su partido sea el taxi del relevo del próximo candidato presidencial del actual gobierno, si no es ella misma, con su experiencia y sus atributos personales políticamente fortalecidos.

El partido Liberal Progresista es el tercer partido ganador en tanto nuevo que es. Logra demostrar mayor capacidad organizativa que el Frente Amplio, con casi 20 años de existencia política, al igual que Unidos Podemos, al elegir 3 alcaldes y presentarse en 46 cantones. Su principal dirigente, Eli Feinzaig, muy conservador en la Asamblea Legislativa, casi el cabús del gobierno, disputando esta posición con la Unidad Social Cristiana, ha logrado demostrar capacidad organizativa nacional importante. Candidato a la Presidencia que será ya sentó su base organizativa principal.

A nivel nacional ha impactado el triunfo del Alcalde Diego Miranda, colega historiador, en San José, que derrotó por una diferencia importante de 2.200 votos al candidato oficial de Johnny Araya, que por casi 30 años había estado al frente del Municipio Capitalino, la Municipalidad políticamente más importante del país, en cierta forma la más abandonada. Para el Alcalde Miranda fue la derrota de una dictadura, de trampas que le colocaron. Fue el triunfo del cambio político “por el bien de San José”, para lograr una “municipalidad sin corrupción”, según sus palabras, y una “gestión transparente”.

5.- La izquierda política del país sigue sin luces, sin ruta, sin guía política. No muestra una ruta y vocación por el poder político. Esa vocación hace mucho tiempo se perdió. Su expectativa fundamental es elegir diputados si se puede, y regidores si también se logra. Tener alguna voz en estos escenarios públicos es suficiente satisfacción.

La excelente fracción parlamentaria que tiene actualmente el Frente Amplio no tuvo ninguna repercusión organizativa que se viera manifestada en esta justa electoral. Con 18 años de participaciones electorales solo logró una alcaldía, lo que evidencia su falta de aparato político organizativo, el Partido político, como instrumento de organización, de agitación, de movilización y de lucha, que no se siente.

Los otros grupos de izquierda nacionales, que participaron o no en las municipales, que apoyaron al Frente Amplio, a última hora, poco sumaron en esa dirección, por la misma razón. Carecen de esa visión nacional necesaria de sumar fuerzas para lograr grandes cambios políticos. Unidad en la acción, aunque haya diversidad de opinión, es la clave.

Lo importante en la participación política de la izquierda es tener claro la necesidad de sumar sectores, para lo cual deben superarse sectarismos, dogmatismos, resentimientos personales, que siguen siendo un gran lastre para estos sectores. Y, falta mucho una buena visión de la realidad política nacional, de sus problemas principales y de las posibilidades de aliados alrededor de la solución de esos problemas.

Por ahora estas primeras observaciones del proceso electoral pasado.

San Rafael, tan cerca de la vida y tal lejos del arte

Grandes culturas en la antigüedad se asentaron cerca de las fuentes de la vida, el agua.

Babilonia entre el Tigris y el Éufrates, Egipto en el Nilo, Tenochtitlan dentro del lago Texcoco. Diferentes zonas geológicas fueron plataforma, génesis y evolución de espectaculares culturas, agricultura, arquitectura, organización social y religión; conocemos los alcances de estas culturas a través del arte. Construyeron en el desierto, en montañas inhóspitas y hasta en el centro de lagos.

Si, la cultura es decantamiento de la visón de mundo formada a través del tiempo y del espacio, de lo que subyace debajo de nuestros pies, de los espacios lejanos, de lo que escuchamos al amanecer, del legado de nuestros ancestros, del suelo donde sentimos la vida, del aire que nos permite reflexionar y de los sueños de los hombres.

Nuestro entorno nos moldea, nos inspira, nos provee de una identidad, nos aporta, de manera sutil, una cultura de pertenencia y de disfrute de lo que somos capaces de sentir, de racionalizar y sobre todo de poetizar. 

Nuestro pueblo, San Rafael, atalaya entre la montaña y el valle, entre la fuente de vida y el afán de los hombres, solo nos basta mirar en la dirección correcta para encontrar los colores poseedores de la energía de la vida, el oído atento sabrá encontrar la riqueza sonora de los vientos, de las aves y del pequeño riachuelo; sentir el olor a hierba fresca, tierra mojada y de la hoja que posa en los manantiales. Espacios abiertos donde transita la nube, reposa la niebla y vuela el gavilán.

Tanta vida y belleza escénica no encuentra eco en una cultura artística fecunda, promovida y orientada a los talentos locales, que los hay. 

Si de la vida nace el arte, el arte es vida, el arte refleja el grado de evolución de los pueblos, pues la creación está en la base de toda evolución, se quiera reconocer o no.

Aquiles Jiménez,  junio 2023

Información compartida con SURCOS. Publicación en Facebook.

América Latina: o supera los resabios del siglo pasado y aprende de las mejores prácticas o será presa del narco

Miguel Sobrado y Juan José Rojas , Catedrático Universidad Autónoma de Chapingo

Nuestra América, en este momento de cambios acelerados en el panorama mundial, está viviendo intensos procesos de transformación que, en algunos casos resultan difusos y hasta regresivos y, en otros, se trata de experiencias alentadoras de autogestión social y de fortalecimiento institucional que es preciso complementar. En cualquier caso, es imprescindible abordar tales fenómenos como expresiones de un todo continental, y saber aprender de ellos liberándonos de valoraciones y esquemas del siglo XX que han mutado en nuestra época, adquiriendo por su aplicación práctica una connotación muy alejada de su significado inicial.

Empecemos por analizar en lo profundo el caso de Milei en la Argentina donde la mayoría de los votantes, más que otorgarles un respaldo a sus propuestas, votaron con desesperación contra un sistema clientelista manejado por “punteros” que, en vez de crear ciudadanía, negociaban los votos de los “rebaños locales” ante los políticos depredadores. Así, un país de los más ricos del continente, que llegó a perfilarse incluso como potencia regional, pasó a un estado de postración con una tasa de pobreza que rebasaba el 40% y una inflación superior al 100%.  Bajo este contexto, tanto tirios como troyanos, responsables del desastre, no ofrecían una alternativa creíble para los electores.

De tal forma que cuando apareció el espectáculo de Milei con una sierra ofreciendo acabar de raíz con estos males cerrando instituciones y dolarizando la economía, la mayoría electoral desesperada se cobijó en sus brazos sin analizar las consecuencias que tendría para ellos mismos la aplicación de su programa económico.

Dicho en otras palabras, votaron contra el clientelismo y los privilegios de grupos enquistados en el gobierno para servirse de su posición y no para servir a la población que es el verdadero y único cliente que financia sus salarios. Partidos que, en nombre de las necesidades reales de los trabajadores, al llegar al poder, a menudo, les daban la espalda con grandes negociados para sus dirigentes y hasta los maltratan en las ventanillas y en la calidad del servicio. Por eso, por su práctica oportunista, los eslóganes populistas perdieron credibilidad y terminaron siendo rechazados como palabras gastadas.

Por otra parte, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, al margen de los canales del viejo sistema clientelista instaurado por el PRI desde el siglo pasado y pese a la existencia de conflictos serios de violencia en algunos estados y municipios, ha sabido cumplir con las expectativas de la población trasladando los recursos que antes eran saqueados por los presidentes y ministros y la red de funcionarios que se servían en cascada de sus privilegios, a los ancianos con pensiones débiles o carentes de pensión, así como a estudiantes de escasos recursos económicos para que no abandonen sus estudios. Con estos recursos, sin recurrir a nuevos endeudamientos, ha recuperado las empresas petroleras y energéticas y ha impulsado la construcción de grandes obras de infraestructura que contribuyen a la ampliación del mercado nacional. Todo ello, le ha permitido conseguir logros políticos importantes que han acrecentado su autoridad y prestigio. Con sus locuciones mañaneras ha logrado un gran éxito, como ejemplo continental, al neutralizar a los medios tradicionales al servicio de la oligarquía. El prestigio de su gobierno es tal que, a unos meses de cumplirse el sexenio, su partido Morena tiene una posición privilegiada frente a las nuevas elecciones.

No obstante, algunos de sus proyectos estratégicos, como el tren maya y el corredor interoceánico, han provocado afectaciones graves al medio ambiente; la inseguridad pública persiste y se torna incontrolable en diversos puntos del territorio nacional; pero, quizás, su déficit principal se manifiesta en el escaso fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, las cuales han sido desplazadas de la agenda pública por un estatismo asfixiante. El balance global arroja así un panorama de claro-oscuros que amerita ser reforzado en sus aspectos positivos mediante un ejercicio autocrítico y un replanteamiento de los ejes centrales en los que debe basarse el proceso de transformación.

Bukele, en El Salvador, ha logrado con energía, frente al terror de las maras, restituir la autoridad del Estado y la seguridad de la ciudadanía. Un primer paso muy importante, que debe complementarse con una política educativa y de capacitación empresarial que les abra nuevos horizontes a los jóvenes. De igual forma, debe insistirse en que el restablecimiento del orden público no debe implicar el sacrificio de los derechos humanos y mucho menos convertirse en una justificación para alentar la concentración del poder en pocas manos y la legitimación de prácticas autoritarias que pongan en entredicho el régimen democrático.

Lula en Brasil, ha retomado con firmeza las riendas del Estado, deterioradas severamente por la administración de Bolsonaro y, apartándose de las prácticas clientelares, está incorporando a los excluidos, a través de los poderes locales, en la formulación e implementación de políticas sociales redistributivas e integradoras. Junto con ello, las inversiones públicas en los sectores industriales y agrarios, bajo una perspectiva de largo alcance, están modificando el perfil de la economía brasileña y desatando su potencialidad a fin de desempeñar un papel cada vez más protagónico en el nuevo mundo multipolar.

Petro en Colombia se ha enfrascado en la paz total, en un contexto donde sus iniciativas son saboteadas, tanto en el parlamento y en el ámbito del poder judicial, como por las acciones bélicas impulsadas por los grupos de interés enemigos de la paz. Sin duda, está avanzando, aunque lentamente, en otras reformas que le pueden dar dividendos políticos que fortalezcan su autoridad, como la reforma educativa, la de salud y la de pensiones.

En Chile, Gabriel Boric, ha sufrido, en parte por su maximalismo, lo embates de una derecha que ha saboteado la reforma constitucional y que tiene suficiente fuerza en el parlamento para postergar sus iniciativas que podrían enriquecer su autoridad y capacidad de maniobra y avance.

En suma, tal como se puede apreciar en este ligero esbozo, en los diferentes países de América Latina hay material suficiente para aprender de lo que está sucediendo en nuestro continente, pero aún hace falta dejar de lado la visión fragmentada por país y los conceptos que identifican como progresistas a estructuras “populares” clientelistas, manipuladas por intereses corruptos de grupo. En su lugar hay que impulsar una estrategia política acumulativa del cambio que forme ciudadanos educados y capacitados alrededor de organizaciones autónomas, de tipo comunal, asociativo y solidario.

 

Enviado a SURCOS por Miguel Sobrado.

El triunfo de Diego Miranda es un triunfo del progresismo

Óscar Madrigal

El hecho político más importante de las elecciones municipales del pasado domingo es el triunfo de Diego Miranda, de Juntos por San José, en la Capital. No solo porque ganó en la principal municipalidad del país, que tiene un presupuesto más grande que muchos ministerios e instituciones, sino porque derrotó a una camarilla que hasta el domingo parecía invencible. La derrota de Johnny Araya y del Partido Liberación Nacional era impensable hace una semana, nadie pensaba que Johnny saldría de su feudo DERROTADO.

Además, es un triunfo de un grupo político cantonal PROGRESISTA e incluso podríamos catalogar como de izquierda. Liberación Nacional sale derrotado no por un partido de derecha sino por un partido progresista, que no es de derecha.

Este triunfo se debe en buena medida al liderazgo de su candidato Diego Miranda, que mostró coraje para enfrentarse a la corrupción, la prepotencia y el matonismo del grupo de Johnny, así como una persistencia y sacrificio indispensables para ganarle a la camarilla liberacionista gestada y anquilosada en la Municipalidad por 30 años.

Sin ese liderazgo no hubiese sido posible ese triunfo.

El Hecho Político es que un partido cantonal progresista ha ganado la principal municipalidad del país. Esto es de un enorme valor político y de una gran trascendencia.

Nada debe opacar este triunfo, que es un triunfo -por definición- contra la derecha.

Hace unos días escuché a un politólogo extranjero acuñar el término GESTIONAR LA DISIDENCIA, que me pareció interesante. El pasado, no solo en el país, corrobora que la izquierda nunca ha sabido cómo gestionar la disidencia. Los disidentes, los que discrepan o discuten y cuestionan las cosas, generalmente optan por salirse, expulsarse o simplemente apartarse del partido. Y, por regla general, se convierten en enemigos, aplicando aquella regla estaliniana del que no está conmigo está contra mí. A lo mejor, también, pesa mucho en nuestra conciencia la idea del partido monolítico leninista de su obra “Qué Hacer”. Lo cierto es que podemos hablar, negociar y llegar a acuerdos con grupos y partidos de la derecha e incluso muy de derecha, pero jamás con un exmiembro del partido o de la izquierda. Esos resultan peores enemigos. Con el paso de los años, esta conducta política me parece un absurdo político monumental, que produce que la izquierda viva constantemente peleando entre ella. Digo esto porque Diego Miranda es un disidente.

El nuevo alcalde encontrará enormes dificultades para cambiar la Alcaldía y para impulsar sus proyectos. Los mandos superiores del ayuntamiento están tomados por los lugartenientes de Johnny Araya y tienen muchos privilegios que perder. El gobierno de Miranda tendrá que contar con el apoyo decidido de todas las fuerzas progresistas y de izquierda, si él quiere y los partido afines, para hacer el cambio que todos esperamos. Necesariamente debe ser un gobierno de cara a los vecinos porque solo así podrá vencer la corrupción.

El Frente Amplio tendrá el deber moral y el compromiso con los sectores populares de San José, de apoyar este gobierno municipal, hacer los acuerdos políticos necesarios e incluso pactos políticos a mayores plazos, para construir una alternativa en San José duradera contra la derecha y la extrema derecha.

Con este triunfo, al progresismo puede abrírsele una posibilidad política para tener alguna alternativa seria en las próximas elecciones presidenciales.

La tanda de las elecciones municipales: caliente pero crudo, como en las panaderías de pueblo

Abelardo Morales-Gamboa

No fue ninguna sorpresa que el abstencionismo volviera a ganar y por tandeada en estas estas elecciones municipales de 2024. El partido Liberación Nacional que obtuvo la mayor cantidad de alcaldías y de votos es el gran perdedor al ver caer un número considerable de alcaldías respecto a 2020, arrebatadas por otros partidos nacionales y locales. Los feudos locales en torno a un caudillo liberacionista se comienzan a desdibujar debido precisamente a la imposibilidad de la reelección y la incapacidad de renovación de sus candidatos. La derrota en el cantón de San José, la capital del país es la gran noticia. No obstante, su hegemonía local aún se mantiene en feudos importantes.

El ascenso de Unidos Podemos, uno los partidos neoliberales aliado al gobierno y desprendido del Movimiento Libertario, así como las alcaldías ganadas por el Liberal Progresista y la relativa recuperación de la Unidad Socialcristiana, son las principales novedades. Cómo se repartieron los votos de los partidarios del presidente Rodrigo Chaves es también un enigma. Otros partidos desaparecen del mapa electoral.

Difícilmente alguien pueda celebrar con genuino triunfalismo los resultados de un proceso que muestra, además del abstencionismo, las fracturas del sistema político local y un difuso mosaico donde más que las ideologías, los programas de gobierno o la lealtad a una organización política, los comicios podrían estar mostrando el peso de los cacicazgos, de las fidelidades territoriales y los protectorados locales, lo que seguramente explica por ejemplo la reelección de Mario Redondo en Cartago. Otra subjetividad política se cuece entre los excesos de autoritarismo y anti-institucionalismo, por un lado, y una nueva geografía social de los poderes locales, por la otra.

Es muy temprano para hacer un balance objetivo de esta contienda electoral, pero los datos muestran las puntas de una situación política que se mueve entre el desasosiego y la pérdida de ilusión de la población costarricense en las representaciones formales de la democracia. Todo se reduce a esa percepción ciudadana de que ir a votar no sirve, el voto como poder ciudadano se ha perdido, lo han neutralizado, nada cambia o cambia siempre por algo peor.

Así que el abstencionismo se recarga con la energía de la desconfianza social y de las incertidumbres diarias. Es más importante comer, poder comprar los zapatos escolares de los niños, pagar el alquiler y los servicios básicos, en varios cantones además lo es poder tomar agua limpia, que las promesas de los políticos locales que no hablan de eso. Pese a lo que señala el Código Municipal, casi no hay cantón en el país donde se hayan elaborado planes de desarrollo local pues la política municipal prácticamente se reduce a recoger basura, limpiar el alcantarillado y a cobrar impuestos y patentes. Esa es la esencia de la municipalidad neoliberal, reducida al mínimo de sus funciones.

La opción de los electores por lo alternativo no fueron las propuestas de la izquierda, ni siquiera hacia la socialdemocracia de corte liberal que asoma en algunas tendencias del Frente Amplio. La ruptura de algunos pactos locales en los que participaba afectó las posibilidades de este partido que solo ganó una alcaldía. Una tendencia hacia el conservadurismo, ya no solo neo-pentecostal sino neoliberal, fue posible también precisamente por la imposibilidad del oficialismo de participar en estas elecciones. Este vacío no fue llenado por un cambio progresista.

Así entonces se puede ir redibujando un cuadro de dominación política ideológica marcada por un afincamiento conservador en la política local representada por los partidos neoliberales, por una hegemonía cada vez más feudalizada de los partidos tradicionales y la retirada de los movimientos sociales, de las luchas populares por derechos ciudadanos en los barrios o en las comunidades.

Frente a este dato y el del abstencionismo, no hay ganadores, todos perdemos.

Seguridad en Costa Rica: ¿Más cárceles y limitación de derechos humanos es la respuesta?

Martín Rodríguez Espinoza

No cabe duda de que el territorio costarricense ha pasado de ser «puente» a ser bodega y centro de distribución, y que esto ha provocado que el Costa Rica empiece a ser fraccionado entre diferentes grupos narcos.

Tampoco cabe duda de que este creciente ingreso de bandas o carteles de la droga tienen un ligamen directo con sectores corruptos de la política de muy alto nivel, desde el ingreso a territorio nacional del capo de la droga mexicano Caro Quintero en 1985 cuando el expresidente de la República, Daniel Oduber Quirós, viajó junto a Quintero en un avión privado, y esto facilitó el ingreso del narcotraficante. La denuncia del exdiputado de entonces, Jimmy Zúñiga, y el «alboroto» no impidió el establecimiento del narco mexicano en el país.

Mucho antes, para la campaña electoral en la cual fue electo presidente, 1974-1978, recibió dinero del narcotraficante estadounidense Lionel James Casey. Todo salió a la luz cuando fue investigado por la Comisión Legislativa sobre el Narcotráfico, conformada en el período 1986-1990. En el segundo informe de la Comisión, se recomendó de forma enfática su renuncia a todos los cargos públicos que ostentaba.

En 1992, el ejemplar N0 410 de la revista Rumbo se tituló “Cómo se reparten los bienes de Oduber”. En esta edición, se hizo un recuento del patrimonio que mantenía el expresidente al fallecer. Se narra que tenía más de ¢800 millones en cuentas bancarias. Poseía fincas cuya extensión sobrepasaba las dos mil hectáreas, en las que hubo alguna vez una centena de caballos árabes. El origen de tantas riquezas es confuso, teniendo en cuenta que fue burócrata casi toda su vida. (Semanario Universidad)

Luego se dieron muchos casos de carteles de la droga financiando campañas electorales de candidatos a la Presidencia de la República, a puestos en la Asamblea Legislativa, alcaldías, regidurías en municipalidades y se dieron casos de encarcelamiento de algunos (no todos) que ocuparon esos cargos y trabajaban para los narcos. Igual jueces, policías, agentes del OIJ y fuerzas policiales especiales.

Lo último, narcotraficantes investigados, se pasearon por los pasillos de la Asamblea Legislativa para hablar «de negocios» con diputados y diputadas.

Menciono todo esto para ilustrar que el tema del narcotráfico y la corrupción política viajan de la mano, trabajan juntos y mientras financien campañas electorales y el Tribunal de Elecciones sea cómplice por inacción, esto seguirá sucediendo.

Hoy, dicen que con «gran preocupación», los representantes de los diferentes poderes de la República, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se reúnen para desarrollar una «estrategia» de seguridad para enfrentar la creciente ola de asesinatos producto de la guerra por territorios de diferentes grupos narcotraficantes.

El problema de esto es que el VERDADERO problema, el de fondo no se atacará y se implementarán propuestas de más cárceles (privadas), represión, limitación de derechos humanos y ampliación de periodos carcelarios que significarán para el Estado costarricense una enorme carga económica que ellos sí están dispuestos a sacrificar.

¿Y cuál es el verdadero problema, el de fondo?, el desempleo, la pobreza, el hambre, la miseria, el congelamiento salarial, la falta de vivienda, la corrupción, el saqueo de las arcas del Estado mediante el fraude político empresarial, la evasión y elusión al Fisco, el contrabando, la exoneración de impuestos de forma privilegiada a los sectores empresariales más grandes, etc, etc.

En Costa Rica, hoy, en pleno inicio de 2024, más de 160 mil jóvenes no estudian ni trabajan porque se cierran las puertas para hacerlo. Hablamos de jóvenes de entre 15 y 24 años, de ellos el 50% tienen bachillerato y más de 8 mil son profesionales, esto según la más reciente Encuesta Continua de Empleo publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo, INEC. Este crecimiento, del 27%, se da en comparación entre octubre y diciembre del 2022 y el mismo periodo del 2023. Este terrible dato es solamente entre jóvenes, no adultos y adultos mayores, lo que en conjunto da resultados catastróficos para este país.

Y usted, que tiene la gentileza de leerme se preguntará, ¿Que tiene que ver una cosa con la otra?, pues todo.

¿A manos de quién van a parar esos miles de jóvenes desempleados, en qué van a trabajar, cómo van a sobrevivir y llevar alimentos a sus familias?

Si a esos datos le agregamos los miles de jóvenes que NO tienen acceso a las universidades, o lo que ni siquiera terminan la primaria y/o la secundaria, tendremos una bomba de tiempo entre manos.

¿Quiénes son los responsables?, los únicos responsables de esto son los políticos corruptos que han gobernado este país en los últimos 50 o 60 años, esos que recortan a la educación, a la vivienda, al desarrollo agroindustrial. Los que mediante corrupción saquean las arcas del Estado, los que estafan al Estado, los que mismos que hacen amigos de los negocios oscuros de los casinos, del lavado de dinero y tráfico de seres humanos y prostitución. Los mismos que para llegar a un cargo público compran votos y/o son financiados por grupos de narcos.

Una opción verdadera, honesta. Propuestas reales, concretas de desarrollo del país NO hay en estos momentos en el país, todas son falsas o superficiales.

El peligro es lo que salga de esa Asamblea Legislativa, todas las propuestas serán represivas y abusivas contra los derechos humanos, la privatización de cárceles como negocio de algún tagarote, más policías, y otras graves propuestas.

Imagen ilustrativa.

Nosotros el pueblo

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Enfundados con banderas republicanas del candidato Donald Trump y bajo el lema “Recuperemos nuestra frontera”, un grupo de personas autodenominadas “El ejército de Dios” llegó en los últimos días a las inmediaciones de Río Bravo, fronterizo entre México y Estados Unidos, uno de los principales puntos de ingreso de personas migrantes provenientes de Centro y Sur América.

Autoconvovados bajo la idea de servir de muro de contención humana al ingreso de cientos de personas a su país (EEUU), llegaron a la zona fronteriza en caravanas identificadas con consignas religiosas, en defensa de la vida, las armas, el país y en contra de lo que consideran la amenaza migrante.

Dueños de un enfoque restrictivo, buscan posicionar desde ya las ideas antiinmigrantes impulsadas por Donald Trump de cara a las elecciones nacionales de noviembre próximo. Con este enfoque, se identifica una inmensa mayoría de votantes, a los cuales las ideas populistas de la amenaza migrante les han calado profundamente.

“El ejército de Dios”, como se hacen llamar, está listo para actuar de oficio “cazando” migrantes en la frontera y defender así su territorio de “gente mala”, concepto que han logrado socializar de forma amplia.

Se llaman así mismos “Nosotros el pueblo”, frase con que inicia la Constitución de Estados Unidos. Uno se pregunta entonces cual idea de pueblo es la que subyace tras estos esquemas excluyentes y discriminatorios.

Arrogarse el derecho de decidir quién entra a un país bajo conceptos racializados, habla de cuán distintantes estamos de construir sociedades inclusivas y solidarias. No quisiera pertenecer a ningún “nosotros” ni ningún pueblo con estas ideas despectivas.

Hay otras formas de construirnos como experiencia colectiva. Seamos ese otro pueblo incluyente y amplio. Seamos nosotros ese otro pueblo levantado desde la inclusión y la convivencia.

Fin de una dictadura

Freddy Pacheco León

Sin duda, Johnny Araya se había constituido en un dictador para los josefinos. No importaba por cual partido se postulaba, el clientelismo político, unido al más alto abstencionismo del país, y con la maquinaria municipal a su servicio, hacía imposible enfrentarlo en una contienda electoral justa.

Pero al revelarse los actos de corrupción que están siendo procesados por la Fiscalía y la Contraloría, así como al haber fracasado sus intentos para que la Sala Constitucional, le abriera la puerta para otra reelección, empezó, como el tango, su cuesta abajo.

Al imponer a su vicealcalde Vargas como candidato, y al evidenciarse su maniobra para ser eventualmente nombrado como «gerente municipal», con la clara intención de seguir con su dictadura, empezó a perder el apoyo que tenía entre un grupito de humildes vecinos, que con oscuras maniobras, acudían a votar por él.

El joven historiador Diego Miranda, al irle conociendo mejor que nadie sus debilidades y ambiciones, percibió que, con esfuerzo y decisión, le podría ganar la elección al candidato que le iba a servir a Araya, desde la alcaldía. ¡Jamás Johnny lo creyó posible!, pues en su arrogancia, no concebía que ese «regidor, necio e inexperto», le podría derrotar en «su San José».

Ahora, desvelado por las siguientes semanas, y con una sanción de suspensión que lo alejará del municipio, seguramente le dirá a los periodistas, que él no fue derrotado pues no era candidato, y que, como bachiller en agronomía, se irá a sembrar cítricos a su finquita, para descansar merecidamente, después de haberse sacrificado más de 30 años, por los malagradecidos josefinos que ahora no apoyaron a su candidato a alcalde…

Rumbo a los 100 años de la Revolución Dule

Kevin Sánchez Saavedra, catedrático universitario

31 de enero de 2024

El querido y siempre recordado Arysteides Turpana escribió alguna vez, que en 1903 Panamá dividió Dulenega, surgiendo dules colombianos y dules panameños. Pero en 1925 la Revolución Dule desafió la civilización impuesta, guiado por sus abuelos y abuelas líderes, exactamente el 25 de febrero de 1925, la independencia de Guna Yala​ marcó la victoria colectiva.

Hoy ellos se preparan y nos preparamos para la celebración a lo grande del centenario de la revolución. Desde que supe de esta gesta histórica he admirado la fortaleza del pueblo gunadule y me he solidarizado con su resistencia. En el escaso trecho que queda para la celebración del centenario me uno al recuerdo y honra de quienes a lo largo de generaciones han forjado su propio destino como nación. ¡Felicitaciones!