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La actividad física y el ejercicio físico: pilares fundamentales de nuestra salud

Dra. Sofía Chaverri Flores
Especialista en Medicina Física y Rehabilitación
Invitada de ACANAMED

La actividad física y el ejercicio físico forman parte de los pilares fundamentales para gozar de una buena salud. A ellos se le suman el tener una alimentación saludable; la calidad de nuestro descanso, así como una adecuada higiene del sueño; controlar nuestros niveles de estrés y gestionar nuestras emociones de forma apropiada; tener contacto con la naturaleza por lo menos una vez a la semana y el socializar.

Aunque los términos actividad física y ejercicio físico se asemejan, son conceptos diferentes. La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por la contracción de un músculo que incrementa el gasto energético basal. Es decir, cualquier actividad que hagamos desde que nos levantamos en la mañana, puede ser considerada como una actividad física; por ejemplo, lavarnos los dientes, ir al trabajo o hacer las labores del hogar. No obstante, hay distintos niveles de actividad física y lo importante es optimizarla diariamente y evitar el comportamiento sedentario durante el día.

Por otro lado, el ejercicio físico, es una subcategoría de una actividad física, pero esta debe de ser planeada, estructurada y repetitiva, con el propósito de mejorar o mantener uno o más de los componentes de la aptitud física, como son: la composición corporal, la resistencia aeróbica, la fuerza y la resistencia muscular, así como la flexibilidad. Según el Colegio Americano de Medicina del Deporte y la Asociación Americana del Corazón, para adultos sanos de 18 a 65 años de edad, se recomienda realizar ejercicio aeróbico de moderada intensidad 5 veces por semana de 30 minutos o más, con el fin de alcanzar al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana; o ejercicio aeróbico de intensidad vigorosa, 3 veces por semana en sesiones que sobrepasen los 20 minutos, para alcanzar al menos 75 minutos por semana.

Un ejercicio de moderada intensidad es aquel en el que se puede mantener una conversación pero no es posible cantar, mientras que un ejercicio de intensidad vigorosa se define como aquella actividad en donde una conversación no puede ser mantenida sin interrupción y solo es posible decir algunas palabras. Durante una misma sesión de ejercicio, se pueden combinar ejercicios de ambas intensidades.

Es importante recalcar que los 150 minutos de ejercicio moderado y los 75 minutos de ejercicio vigoroso por semana, son duraciones mínimas recomendadas, ya que se han encontrado efectos benéficos adicionales al ejercitarse más tiempo (300 minutos por semana de ejercicio moderado o 150 minutos por semana de ejercicio vigoroso). No obstante, si una persona no tiene tiempo para hacer una sesión de 20 o 30 minutos, la sesión se puede fraccionar, incluso en duraciones menores a los 10 minutos, ya que está demostrado que sesiones de corta duración también generan beneficios. Además, se recomienda incluir ejercicio de fuerza, por ejemplo ejercicios con peso, de 2 a 3 veces por semana y que involucren los principales grupos musculares, así como ejercicios de flexibilidad.

En personas físicamente inactivas, no se deben de dar estas recomendaciones en un plan inicial. Se prefiere iniciar con sesiones mucho más cortas y de menor intensidad e ir haciendo las progresiones muy paulatinamente hasta alcanzar el objetivo.

En resumen, para gozar de una buena salud y de un bienestar físico y emocional, debemos de tener niveles óptimos de actividad física a lo largo del día (movernos más y sentarnos menos) y realizar ejercicio físico regularmente. Estas medidas previenen y pueden ser parte del tratamiento de múltiples enfermedades crónicas, como por ejemplo la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipidemia, las enfermedades cardio y cerebro vasculares, las enfermedades metabólicas, las enfermedades neurodegenerativas; así como de algunos tipos de cáncer.

China propone La Iniciativa para la Civilización Global

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

El pasado mes de marzo de 2023 se llevaron a cabo en China los Diálogos de Alto Nivel del Partido Comunista Chino (PCCh) con partidos políticos de todo el mundo. Esta actividad reunió líderes de partidos de todas partes, preocupados por los retos globales, la transición del sistema internacional y el futuro de la humanidad. En la actividad participó el presidente Xi Jinping, quien el día 15 de marzo presentó La Iniciativa para la Civilización Global, una potente propuesta al mundo que termina por complementar a la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa para Seguridad Global dadas a conocer con anterioridad.

Durante su discurso el presidente Xi expresó la urgencia de unir las manos en el camino hacia la modernización y la necesidad de buscar nuevos modelos de desarrollo para la humanidad que trasciendan los viejos paradigmas que han mostrado no ser el camino adecuado para el bienestar de todos los pueblos. Además, mencionó los graves desafíos y crisis entrelazadas a las cuales se debe buscar y dar respuesta colectiva, dejando de lado los egoísmos y prejuicios ideológicos propios de siglos pasados. Los tres retos mencionados por el líder chino fueron; las brechas de desarrollo que se están ampliando en todo el mundo, o sea, hay más desigualdad y mala distribución de la riqueza, se sigue deteriorando con rapidez el entorno ecológico y la salud del planeta, y sigue persistiendo una mentalidad de Guerra Fría que, en lugar de ayudar a trabajar en la solución de estos problemas comunes, divide y crea desconfianza entre las naciones.

Frente a esto, cinco propuestas que hace el presidente Xi:

  • poner al pueblo en primer lugar y asegurarse de que la modernización y el desarrollo esté centrado en la gente;
  • adherirse al principio de independencia (soberanía) y explorar caminos diversificados hacia la modernización, siempre pensando en una civilización ecológica;
  • defender los principios fundamentales (valores comunes de la humanidad) y abrir nuevos caminos, para garantizar la continuidad del proceso de modernización;
  • es imperativo ayudar a otros a tener éxito, al buscar el éxito propio y asegurarse de que todos puedan disfrutar de los resultados de la modernización;
  • seguir adelante y garantizar un liderazgo firme sobre la modernización.

La modernización o el desarrollo debe cimentar sus raíces en las condiciones nacionales de cada país, por lo tanto, los modelos de desarrollo no se exportan ni se importan, no se imponen a la fuerza por presiones diplomáticas o préstamos con condiciones leoninas. Cada país debe explorar su propio camino hacia la modernización, aunque desde luego, se debe construir tomando la experiencia de otros países, así como buenas prácticas. Es un proceso que lleva la impronta de la historia y la cultura tradicional de cada pueblo, y también contiene elementos modernos para el beneficio compartido de toda la comunidad. El compromiso de China es no seguir el viejo camino de la colonización y el saqueo, ni el camino torcido que tomaron algunos países para buscar la hegemonía una vez que se fortalecieron.

La construcción de una gran comunidad global de desarrollo desde el punto de vista chino difiere totalmente del occidental, pues no busca imponer modelos ni ideologías, mucho menos sistemas políticos, al contrario, reconoce la pluralidad del mundo y a partir de ella busca consolidar un jardín para la prosperidad de todas las civilizaciones. Estamos hablando de una visión de la globalización radicalmente opuesta a la occidental, y mucho más sensata. Nos encontramos entonces ante una visión alternativa de esta, que toma lo mejor del viejo modelo y lo mejora de una manera dialéctica y con una visión real de inclusión, respeto y búsqueda de la prosperidad común. China ha tomado el liderazgo para redefinir la globalización desde una perspectiva realmente inclusiva, respetuosa de la soberanía de los estados, con apertura para los beneficios mutuos y las ganancias compartidas.

Todos estos esfuerzos exigen la superación de la mentalidad de Guerra Fría tradicionales que aún se mantienen en algunos países occidentales, de ahí que el presidente Xi planteara con contundencia que la práctica de avivar la división y el enfrentamiento en nombre de la democracia es en sí misma una violación del espíritu de la democracia. No recibirá ningún apoyo, y lo que trae es solo un daño interminable. Por ello, el intercambio y la cooperación entre las distintas civilizaciones que forman el mundo contemporáneo es importante, porque es el camino para una coexistencia más armoniosa y pacífica, donde la singularidad de cada civilización es lo que aporta la riqueza y la diversidad propias de la humanidad.

La Iniciativa de la Civilización Global presenta por el presidente Xi y en consonancia con una perspectiva de multipolaridad civilizatoria, como hace algunos años vienen hablando académicos rusos desde la Cuarta Teoría Política, propone lo siguiente:

  • apoyar conjuntamente por el respeto a la diversidad de civilizaciones en el mundo. A los países les incumbe defender los principios de igualdad, aprendizaje mutuo, diálogo e inclusión entre civilizaciones, donde el respeto mutuo permita superar enfrentamientos innecesarios y sentimientos de superioridad.
  • abogar en común por los valores comunes de la humanidad. La paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad son aspiraciones comunes de todos los pueblos. Los países deberían tener la mente abierta para apreciar las percepciones de valores de diferentes civilizaciones y abstenerse de imponer sus propios valores o modelos a los demás y de avivar la confrontación ideológica.
  • defender codo con codo por la importancia de la herencia y la innovación de las civilizaciones. Los países necesitan aprovechar al máximo la relevancia de sus historias y culturas en los tiempos actuales, e impulsar la transformación creativa y el desarrollo innovador de sus excelentes culturas tradicionales.
  • Es menester abogar mancomunadamente para fortalecer los intercambios y la cooperación cultural entre pueblos y a nivel internacional. Los países deberían explorar la construcción de una red global para el diálogo y la cooperación entre civilizaciones, enriquecer los contenidos de los intercambios y ampliar las vías de cooperación para promover el entendimiento mutuo y la amistad entre los pueblos de todos los países y promover conjuntamente el progreso de las civilizaciones humanas.

De esta manera, las puertas están abiertas para todas las naciones que deseen sumarse a los esfuerzos compartidos del liderazgo chino de cara a una nueva era de carácter multipolar en un mundo donde la tarea más ardua es la paz y las oportunidades para todos los países y la lucha contra el colapso eco-social. Los tiempos donde se discriminaba por ideologías deben dejarse de lado para abrir paso a una visión compartida del futuro que facilite enfrentar de manera colectiva los desafíos comunes de toda la humanidad. América Latina y el Caribe tienen una gran oportunidad, en la misma medida que el resto de las naciones del sur global, en optar por unos lazos de cooperación, entendimiento e intercambio para crear sus propios procesos de modernización y desarrollo. En otras palabras, de volver a construir nuestra propia historia, con dignidad y en el marco de una nueva era basada en un entorno internacional de verdadera pluralidad e intereses comunes.

“Democracias” occidentales y narcotráfico

Edgar Chacón Morales

¿Porqué y a quiénes les conviene que se hable denarcotráfico”?

Narcotráfico o narco agresión.

Del término compuesto “narcotráfico”, el asunto es posicionar lo segundo, el tráfico. Insistentemente, por los canales de desinformación, en boca de funcionarios, o de manera irreflexiva, por muchas personas, se machaca en el “narcotráfico”. Parece no haber consumo de drogas, negocio de las drogas: el gran problema; lo que hay que combatir es el tráfico de las drogas.

El término “narcotráfico”, está cargado de manera tendenciosa y por demás está decir maliciosa: “narco”, es el “qué”, es el “asunto” en cuestión: el común de las personas valora lo que está posicionado en su opinión, sobre el término “narco”, de la siguiente manera: droga; malo; persona que se dedica al negocio de las drogas (ese fulano es un “narco”); sin vergüenza, mal viviente, despreciable, condenable, vulnerable.

Trafico es el hacer.

Traficar: “Paso de vehículos, personas o “mercancías por un lugar”. (Diccionario. Definiciones de Oxford Languages).

Aquí el asunto está en “pasar” la droga, “llevar” la droga. Si la droga se lleva, es de un lugar hacia otro lugar, de donde la cultivan, la cosechan o la hacen, hacia dónde la consumen.

“La hacen”, es muy importante, porque no “se hace” sola, alguien la hace, algunos la hacen.

Entonces desde el mismo lugar donde algunos la hacen; algunos la llevan. Lo más seguro es que son los mismos, con la “colaboración” de otros.

¿De donde y a dónde “la llevan”? En este punto, “las cosas” empiezan a tener cara: En el caso del continente americano, “los malos del sur”, se la llevan a “las pobres victimas del norte”.

Esto es lo que se posiciona con el término “narcotráfico”: del sur al norte.

Pero es en el norte donde está el mayor consumo de drogas; quienes organizan, imponen y dirigen todo para producirlas, llevarlas, distribuirlas, cobrar y entregar dinero, hacerlas un negocio y de paso involucrar y culpabilizar al sur. ¿Cómo dice el dicho? “Tras de que deben, cobran”.

¿Porqué si en el norte tienen organismos de inteligencia y represivos, tan efectivos, no terminan con el narcotráfico y nos dejan de una vez en paz?

De ahí la importancia de posicionar la segunda parte del termino: tráfico.

Con el pretexto del narcotráfico se ejecutan acciones por medio de las cuales se lleva a cabo la política de imposición y dominación.

Hay que combatir el “narcotráfico”: esto quiere decir, planificar, y ejecutar acciones de guerra, invadir países, capturar “sospechosos”.

Manuel Antonio Noriega, fue la excusa con la que se perpetró una brutal y criminal agresión, que costó muchas vidas, contra Panamá.

“… Noriega era un militar…al servicio de la inteligencia estadounidense… desde antes de ser militar, ya estaba al servicio de la CIA…fue acusado de narcotráfico… entrenado en Estados Unidos… de confianza para Bush…” (BBC NEWS MUNDO)

Recientemente, el presidente López Obrador, denunció intenciones de agresión a su país, por parte de algunos políticos de Estados Unidos contra México, con el pretexto del opioide fentanilo.

Lo anterior, de alguna manera hace venir a la mente, por algo, la “Guerra del opio”.

“Las guerras del opio o las guerras anglo-chinas fueron dos conflictos bélicos que ocurrieron en el siglo XIX… Sus causas fueron los intereses comerciales que crearon el contrabando británico de opio en la India y en China… La segunda, en la que Francia se implicó con los británicos, estalló en 1856 y duró hasta 1860… La derrota china en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio de opio”. (“Guerras del opio”. Google Arts & Culture).

Así, se comenten y justifican actos de abuso y agresión contra países latinoamericanos y se seguirán cometiendo, mientras no se le ponga alto, con dignidad y organización, a los países que las cometen.

“El hijo de Pablo Escobar: “mi padre trabajaba para la CIA… con la cocaína financiaban la lucha contra el comunismo en Centroamérica… Es evidente que el encubrimiento es hacia los grandes corruptos de Colombia y Estados Unidos…la idea es representarlo lo más malvado y atractivo posible, y así no nos fijaremos en los malos que lo ayudaron a ser tan malo”. (El Confidencial)

Políticos, presidentes, ministros, organismos, países, armas, dinero, geopolítica y geoeconomía, juegan en todo esto.

Es un deber patriótico, ciudadano y humanitario, reflexionar y erradicar de nuestro vocabulario, con la carga tendenciosa e intencionada que en la actualidad comporta, esa docena de letras así estructuradas y el sentido que componen. Ya no más.

Desterremos de una vez por todas el “narcotráfico”.

4 de abril de 2022.

¿Peligran las democracias formales?

Germán Gorraiz López– Analista

Como explica el escritor Samuel Huntington en su libro “The Third Wave,” (Tercera Ola, 1.991), el mundo ha pasado por tres olas de desestabilización y democratización. Según Huntington, una ola de democratización sería “un conjunto de transiciones de un régimen no democrático a otro democrático que ocurren en determinado período de tiempo y superan a las transiciones en dirección opuesta durante ese período y que también implica la liberalización o la democratización parcial de sistemas políticos”. Así, en el mundo moderno se habrían producido tres olas de democratización y cada una de ellas habría afectado a un número escaso de países y durante su transcurso algunos regímenes de transición fueron en una dirección no democrática; pero no todas las transiciones hacia la democracia ocurren durante las olas democráticas.

Primera y Segunda Ola

La primera ola comenzó en el siglo XIX y se extendió hasta la Gran Guerra y la segunda se produjo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y ambas fueron seguidas por una ola inversa, con países como Brasil, España, Portugal, Grecia, Granada, Brasil y Panamá que debieron realizar una posterior transición hacia la democracia, completado en la década de los 90 con la democratización de los países de la extinta URSS y Sudáfrica.

Tercera ola de democratización (1974-1990)

En su análisis de la tercera ola mundial de las transiciones a la democracia (iniciada en 1974 con la Revolución de los Claveles en Portugal), Samuel Huntington observó que las posibilidades de democratización aumentaron cuando estos países salieron de la pobreza y alcanzaron un nivel intermedio de desarrollo socio-económico, momento en el cual ingresaron en una zona de transición política. Hay que recordar que entre 1974 y 1990, más de treinta países en el sur de Europa, América Latina, el este de Asia y la Europa del este pasaron de un régimen autoritario a disfrutar de un sistema democrático de gobierno, todo ello en el marco de un tsunami global que quizá sea el acontecimiento político más importante de las postrimerías del siglo XX.

Según la tesis de Huntington, dicho sprint democrático se explicaría porque tras darse por finiquitada la distopía virtual de la Guerra Fría las dictaduras militares habrían dejado de ser de ser un instrumento útil para EEUU en la lucha contra el comunismo y ya no serían la solución sino el problema. Además, a pesar de que en los citados países no existía una tradición de cultura democrática, rápidamente entendieron que, si el poder continuaba residiendo en una élite que desconfiaba del sistema igualitario exportado por EEUU, siempre gravitarían alrededor de la égida de los intereses de dicha élite, lo que imposibilitaría sine die la asunción del poder por la sociedad civil.

Así, en 15 años la ola democratizadora se trasladó por Europa del Sur, saltó a Latinoamérica, se trasladó a Asia y finiquitó los sistemas autoritarios de los países postsoviéticos, (de lo que sería paradigma el hecho de que en 1974, ocho de los 10 países sudamericanos tenían gobiernos no democráticos y en 1990, 9 tenían ya gobiernos democráticamente elegidos), y según Freedom House, el 39% de la población mundial vivía en países libres en 1990, disminuyendo por primera vez la cantidad absoluta de estados autoritarios.

Cuarta ola democratizadora (2003-2013)

La llamada “Primavera árabe” (que tuvo su detonante en Túnez y se extendió por mimetismo al resto de países árabes del arco mediterráneo, Yemen e Irak durante la década 2003-2013), sería la primera oleada de protestas laicas y democráticas del mundo árabe en el siglo XXI, movimiento popular sin precedentes caracterizado por la exigencia de libertades democráticas frente a regímenes corruptos y dictatoriales y la mejora de las condiciones de vida de una población sumida en una pobreza severa y un desempleo estratosférico, contando además en el caso de Túnez y Egipto con el apoyo del Ejército.

Con dicha revolución asistimos a la llegada a los países árabes del arco mediterráneo de la Cuarta Ola mundial de transiciones a la democracia, aunque Huntington no otorgó en la década de los 90 ningún potencial revolucionario a los países islámicos, a pesar de reconocer “la fuerza de la revuelta islámica y las raíces tan débiles de sus respectivas democracias”. Sin embargo, el golpe de mano realizado por el Ejército egipcio contra Morsi escenificó el ocaso de la primavera árabe y a su posterior inmersión en la nueva estrategia de EEUU para todos los países que componen el tablero gigante del arco árabe-mediterráneo.

¿Nueva ola involucionista? (2013-2023)

Muchas de las elecciones democráticas de la última década han estado marcadas por acusaciones de fraude electoral (Nigeria, Ucrania, México, Bielorrusia, Honduras, Costa de Marfil, Tailandia, Pakistán y Afganistán), aislamiento internacional de los gobiernos democráticamente elegidos (Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Franja de Gaza); pseudo-elecciones para intentar edulcorar golpes de mano blandos (Honduras, Ucrania, Egipto, Paraguay y Vietnam) y aceptación por la comunidad internacional de sistemas políticos devenidos en meros gobiernos autocráticos (El Salvador, Georgia y Bielorrusia). La autocracia sería una forma de Gobierno ejercida por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado. lo que confirma el aforismo de Lord Acton “El Poder tiende a corromper y el Poder absoluto, corrompe absolutamente”.

La autocracia sería pues una especie de dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder) basadas en el control absoluto de los medios de comunicación y la censura y desprestigio social de los individuos refractarios al mensaje del líder. De ello serían paradigmas el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán que habría convertido a Hungría en la primera autocracia europea o “democracia no liberal”, doctrina que por mimetismo adoptarán el resto de los países del Grupo de Visegrado (Eslovaquia y Chequia).

Estaríamos pues en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de la nueva ola desestabilizadora mundial originada por causas económicas (el ocaso de la economía global); culturales (el declive de las democracias formales occidentales debido a la cultura de la corrupción; el déficit democrático de EEUU y la pérdida de credibilidad democrática de incontables gobiernos de países occidentales y del Tercer Mundo) y geopolíticas (la irrupción de un nuevo escenario geopolítico mundial tras el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EEUU y Rusia).

Desnudar a la mentira

José Luis Callaci

Sobrados motivos le asistieron a Rusia para realizar la obligada intervención en Ucrania. En cuenta, para proteger a la población ruso parlante del Donbás. Protección plenamente justificada en la llamada asistencia humanitaria ante el genocidio que radicales nacionalistas, que no ocultan y más bien exhiben sin tapujos sus simpatías nazis, vienen perpetrado desde el Golpe de Estado del 2014 contra una población de más de siete millones que ha vivido por generaciones en ese casi veinte por ciento del territorio de la llamada hoy Ucrania.

Pero hay algo más que decir. Cierta razón les asiste a quienes señalan la carencia de valores y la ignorancia de los actuales líderes occidentales frente a los acontecimientos que se viven en Ucrania. ¿Pero no es acaso eso parte de las mentiras, de lo que quieren vender a quienes aún los escuchan y les creen?

Cabe llamarlos Ulises modernos, viles y aviesos, que en sus ADN de colonialistas han querido poner de rodillas una vez más a Rusia.

En cuanto a lo que repiten hasta la saciedad de que Rusia “no produce nada”, en ausencia de algo substancioso para continuar denigrando al gran país euroasiático: Rusia si produce, no solo energía para calentarnos del frío y mover la producción, sino fertilizantes y demás bienes para alimentar al mundo. Produce arte, cultura, ciencia y por sobre todo una permanente voluntad de crear un mundo humanizado, de paz y amistad entre todas las naciones.

¿Es eso poco?

Desnudar a la mentira vestida de verdad es lo más importante. Al menos para quienes sentimos la imperiosa necesidad de responder a lo que nos dicta nuestra conciencia, llamando a las cosas por su nombre.

Los rusos son parte de la humanidad y merecen el debido respeto como cualquier otro pueblo que habita este planeta.

Necesitamos más prudencia, más decoro y más altura en las opiniones presidenciales

José Luis Pacheco Murillo

El presidente Chaves Robles no se mide a la hora de expresar sus opiniones y pensamientos y en cada oportunidad que las emite abre un frente en su contra. El tema de la comunicación es delicado bajo cualquier circunstancia y mucho más si se tiene la investidura de presidente de la República.

No se puede emitir criterio sobre situaciones concretas si no se tienen las pruebas para demostrar lo dicho. Esto es así en cualquier circunstancia y con mucha más razón si lo que se dice implica la comisión de actos delictivos, o al menos, contrarios a la moral y las buenas costumbres.

Gobernar es la ciencia de lograr acuerdos, convenios, consensos y allanar aquello que se ha convertido en problema y solventar las diferencias a través del diálogo y eso implica hablar, pero sobre todo escuchar.

Considero que el señor Chaves Robles perdió una oportunidad de oro de diálogo y acercamiento con los sectores que desfilaron en las calles la semana pasada. El ignorarlos y aún más el reaccionar con frases despectivas no ayudó a buscar ese acercamiento, como tampoco lo expresado con relación a actuaciones de jueces en el poder judicial.

El país está viviendo situaciones apremiantes en muchos campos y lo que menos ayuda a solventar esas situaciones son la división y abrir frentes de batalla por aquí o por allá. Es tiempo de buscar unión y apoyo, pues a pesar de que las encuestas le brindan el favorecimiento de la mayoría a su gestión no es con eso que se resuelven los problemas que aquejamos.

Más prudencia, más decoro y más comportamiento de altura ligado a la investidura que ostenta. Se acerca el primer año de gestión presidencial y lo mejor sería celebrarlo reconociendo errores y enmendado acciones equivocadas, desde luego, eso requiere una buena dosis de humildad y Dios quiera que el señor Chaves Robles la tenga para que enderece el camino y pueda lograr las metas y cumplir con los compromisos para bien de todos.

De la hegemonía a la contrainsurgencia

Por Carlos Meneses Reyes

La que se llamó hegemonía conservadora provino del férreo control estatal luego de los triunfos de la caverna durante las guerras civiles del siglo XIX y luego de la Guerra de los Mil Días (1899-1902), la cual imperó hasta que se produjo el triunfo a la presidencia del liberal Enrique Olaya Herrera en el año de 1930. Transcurrieron escasos 18 años en que hubo violencia partidaria (entre liberales y conservadores) hasta que Jorge Eliécer Gaitán perdió la aspiración presidencial, y retornó la hegemonía conservadora con Mariano Ospina Pérez. Continuó con el gobierno de Laureano Gómez y luego con la instalación en el poder del teniente coronel Gustavo Rojas Pinilla, que personificó una táctica oligárquica de alternancia en el poder al destituir a Laureano Gómez (“el monstruo”) quien seguía siendo el verdadero poder en el poder. Gómez, fogoso orador, expresó en el senado: “llegaremos hasta la acción intrépida y el atentado personal(…) y haremos invivible la república”. Hoy se aplica en voceros del Centro Democrático. Laureano Gómez editorializaba en el periódico “El Siglo”, los púlpitos confesionarios reproducían la consigna y acto seguido sobrevenía el crimen aleve contra liberales, sindicalistas, socialistas, comunistas, protestantes, masones, etc. El ejercicio del poder político hegemónico conservador ha sido lo impositivo y violatorio de los derechos humanos y las libertades individuales. Con los resultados del contubernio del llamado Frente Nacional, que se extendió más de los 16 años inicialmente pactados y aún existen vestigios en el manejo del poder estatal. Desde los inicios de esa etapa bipartidista se agudizaron las contradicciones de la lucha de clases en Colombia y como resultado de la violencia política las guerrillas de autodefensas liberales se transformaron en las guerrillas comunistas, de las cuales surgieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, ejercito del pueblo. Las traicionadas “guerrillas liberales” se transformaron en “guerrillas comunistas” y como un tejido de los intereses imperiales, junto con la CIA y luego la DEA, se conformó la actual hegemonía oligárquica contrainsurgente, expresada en los partidos liberal y conservador, nuevo liberalismo, de la U, Cambio Radical, de Salvación Nacional, Dignidad, y variados grupos y sectas como el Centro Democrático, los Verdes, etc., hoy entronizados con la alcaldesa de Bogotá DC, que no oculta su posición militarista contrainsurgente, se viste de camuflado e invita a una salida no política sino militar del conflicto armado interno colombiano.

El emulo de Laureano Gómez en el siglo XXI es el expresidente Innombrable. Con el legado de sus dos gobiernos narco-paramilitares refundo “la horrible noche”, creando una secta -que no partido- denominada el Centro Democrático. Comparativamente, el innombrable resulta más sanguinario y eficaz que Pablo Escobar, Laureano Gómez y el peruano Fujimori juntos. No es ocasional la cita del Innombrable con Fujimori en la avanzada fascista latinoamericana.

Una concepción jurídica de alcance

Desarrollando la tesitura jurídica de la teoría de la con causalidad con el hecho punitivo, aplicada al asesinato de líderes y lideresas sociales, populares, comunales, sindicales, de negritudes, indios, excombatientes guerrilleros desarmados, titulares de restitución de tierras, defensores del medio ambiente, de la sustitución de cultivos ilícitos y hoy en día ensañados contra miembros del partido Colombia Humana (CH), así como de activistas del Pacto Histórico (PH), destaca como común denominador que todos, cual víctimas, sin excepción, son contrarios a los postulados de la derecha militarista del CD. Representan un peso político en cada región donde actúan y afectan y ponen en peligro la aceitada maquinaria clientelista de votos cautivos de la derecha militarista que actúan, en consonancia y alistamiento, para arrasar, bajo la violencia y el terror, en las próximas y fundamentales elecciones del 29 de octubre en Colombia.

Todos los asesinados estuvieron en contra de sus postulados políticos. Resulta procedente sustentar que la carencia de una Fiscalía General, al no revisar hechos como los acá enunciados, que pudieren revestir características de un delito, en sustentación doctrinaria y teleológica, que marchare acorde con la denuncia política y paralela a la investigación penal respectiva, genera un vacío en la función pública de la Administración de Justicia. Una Fiscalía General que marchase acorde con las corrientes criminalísticas y las motivaciones de los intereses políticos, se detendría en la concordancia y relación para investigar al ente jurídico Centro Democrático junto con sus directorios, como potencial sujeto de investigación penal. Esto, repito, bajo el presupuesto de la responsabilidad con causal penal con el hecho delictivo.

¿A quiénes asesinan?

Asesinan a quienes van en contra de la explotación ilegal minera y por el equilibrio ecológico en todas sus dimensiones; a quienes luchan contra el uso de combustibles fósiles y bio combustibles orgánicos, propugnando por energías alternas saludables; a los y las que defienden una Reforma a la Salud que encauce los dineros públicos y los arrebate a las detentadores EPS, intermediarias benefactoras de la mafia blanca corrupta; a todo quien luche contra la privatización de los Servicios Públicos esenciales. También asesinan a quienes propugnan por la implementación de los Acuerdos de La Habana y enarbolan, levantando en alto el estandarte de la Reforma Agraria Integral (RAI) para acabar con la ganadería extensiva y el hato ganadero terrateniente y latifundista. A los lideres en los barrios de las grandes, medias y medianas ciudades que luchan por una reforma urbana contra los casatenientes y por una vivienda digna para la totalidad de la población colombiana. A quienes se erigen en luchadores por la Educación Pública y que también denuncian las ganancias irracionales e inconmensurables del capital financiero parasitario bancario, lavador de activos en función de las importaciones desenfrenadas y al servicio de los grupos económicos, monopólicos y de presión, cual manifestaciones de poder dominante. A todo quien impulse la sustitución de cultivos y denuncie el fracaso de la llamada “guerra contra las drogas”. Asesinan a quienes proponen salidas políticas y no militaristas a los múltiples conflictos que asolan a la nación colombiana: 1. El conflicto político; 2. el conflicto económico; 3. el conflicto social; 4. el conflicto armado interno, y 5. el conflicto ecológico.

Laureano vive

El analista político Cesar Torres difundió a principios del corriente mes de marzo su artículo “Laureano Vive: estrategias para hacer invivible la República”. Extractamos de allí: que se dirige una sedición (mejor llamarla conspiración, digo) desde la derecha militarista como estrategia lauranista, usando la violencia física y verbal, basada en la mentira y los montajes para desprestigiar al gobierno reformista, ganar las elecciones creando una escena para influir en la intención de voto y apoyándose en los militares en uso de retiro impune, con llamados de las fuerzas armadas a los civiles para que tomen las armas y defiendan la propiedad privada de una amenaza inexistente. Impulsan desde los medios de comunicación, con pseudo periodistas prepago, la difusión de mentiras, especulando y creando una especie de “opinión y realidad paralela”. Gestan preparados para hacer invivible la república tal como lo pregonaba el fascista Laureano Gómez. Ese personaje está no solo interpretado y personalizado, sino reencarnado en el expresidente Innombrable.

Pero la secta -que no partido- denominada Centro Democrático no representa una real oposición. Creo y sustento firmemente que a ese compartimento orquestado por la dictadura mediática no se le pueda llamar oposición. Aplican un relato periodístico falsario. Lo que se da es conspiración y matoneo. Es más, la oposición como tal no existe, por eso acuden a figuras como la del Fiscal General, que hace política en forma descarada, hablando sobre lo divino y lo humano (ahora se opone hasta al Plan Nacional de Desarrollo presentado por el gobierno), actuando como un órgano de control. Será que él va contando los días que le faltan para terminar su período…

Una oposición en el marco de un Estado de Derecho propone, agita con programas y salidas políticas. Se ubica en una oposición de democracia representativa o en una participativa directa. Eso no existe ni se está dando en Colombia. Podrá considerarse como un factor de atraso político. En Colombia la izquierda legal no ha sido gobierno (hoy apoya a un gobierno progresista socialdemócrata liberal) y la derecha no ha sido oposición. Una oposición que sea conspirativa no solo va contra el gobierno sino también contra el Estado. En los años de 1970 a 1990 existió en Colombia una oposición de izquierda conspirativa. Hoy la izquierda legal no conspira contra la Constitución Política de 1991 en tanto que si lo hace la derecha militarista. Pero los últimos acontecimientos (“orden público”) por ella inspirados demuestran que se están desgastando en el poder y como poder narco paramilitar. Y esto se explica en una lógica sencilla: aplicando la ley de la contradicción o de los contrarios, el gobierno petrista y de Francia Márquez se va fortaleciendo. La opinión pública no traga embutidos y no acepta la andanada mediática, la cuestiona, la rechaza, la hace inocua.

El Bajo Cauca el escenario que buscan

Los paros que actualmente se viven son impulsados por mafias lugartenientes en el narco paramilitarismo. La realidad por los ataques, asaltos y alteraciones obedece al impulso por mantener la economía ilegal. La derecha narco paramilitar no está ni pasiva ni en inercia. Las ultimas agudizaciones obedecen al conflicto social y político. Corresponde distinguirlos, no refundirlos con el conflicto armado interno, ni permitir que sean echados en un mismo recipiente. Si a eso se suma el mensaje del llamado a la “libertad y orden” con el desusado escudo nacional y la renuncia de mandos militares medios, todo en sí concatenado, refleja un inquietante trasfondo. En particular: el ejército entra en escena. Se dice que la salida de 69 generales del ejército y la policía llevó a pique e hizo que cayera la cadena de custodia de la cocaína en regiones como el occidente del país. El cordón umbilical que une el generalato con el narcotráfico es indiscutible, por no afirmar una verdad sabida y buena fe guardada. En el Catatumbo, al campesino cocalero no hay quien le compre la hoja de la coca y la pasta base, y en el Bajo Cauca antioqueño se presenta la situación de no comercialización de grandes cantidades de pasta de coca, ahora arrumadas y que se están dañando. Igual situación se da en Vista Hermosa, Meta.

No es aceptable que la renuncia en el ejército sea asumida como simple rutina y no obedezca a algo de relevancia… Lo especial podría ser que esa oficialidad teme el rompimiento de las cadenas de custodia en relación con el narcotráfico y ello trae efectos negativos en sus ingentes ganancias al ser desenmascarados. O dentro del mismo concepto de temor, prever o presentir desenlaces golpistas al interior del ejército y para “curarse en salud” prefieren renunciar.

En modo alguno se dan las condiciones de renovación de una sub oficialidad o una oficialidad con tendencia al menos socialdemócrata dentro del universo filo castrense colombiano. Una tendencia de jóvenes oficiales renovadores al estilo del ejército venezolano cuando se dio el fenómeno de Hugo Chávez no cabe dentro de las fuerzas armadas colombianas, sino todo lo contrario. Podría parecer que fuertes tensiones de contradicciones internas dentro de la sub oficialidad y oficialidad en el ejército confluyan en la búsqueda de una oficialidad no pusilánime que, respetando la disciplina de cuerpo, aplique la selección natural, cual lucha de especies, en la escogencia de individuos que sean proclives a un golpe de Estado. Quedan muchos Zapateiros dentro del ejército. Indiscutiblemente, en el trasfondo que se pretende negar existe mucha tela de donde cortar.

Golpe militar en Chile: cincuenta años después

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense.

La avalancha de lugares comunes, de frases acartonadas repetidas hasta el cansancio, la repetición de verdades a medias, o de mentiras a lo sumo piadosas, el encierro dentro de las percepciones colectivas de nuestro entorno, propias de algunos grupos o clases sociales o de los “patriotismos” adscritos a los estados nacionales, las que nos impiden –por así decirlo- ver más allá de nuestra propia nariz, conforman un conglomerado de equívocos y sinrazones inconmensurables, las que han terminado por petrificar e imposibilitarnos la asunción del “recuerdo” de un acontecimiento histórico determinado, como algo que vaya más allá de los mitos o de las profecías autocumplidas o no, acerca de la imposibilidad de escapar a la fatalidad de un cierto destino “histórico” que nos acecha, sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer, llevándonos en muchos casos a sumirnos en las más inútiles y esterilizantes lamentaciones. Sucede así que el hecho histórico, en su especificidad, es por lo general asumido de manera fragmentaria, dentro de la óptica de un cierto presentismo y de una ubicuidad espacial a ultranza que nos impiden captar el sentido y la presencia de poderosas corrientes sociales, las que van mucho más allá del hecho en sí mismo, y que actúan como poderosos ríos subterráneos que amenazan con arrasar cualquier esperanza para una acción, de verdad revolucionaria en términos de la praxis y  de la forja del conocimiento, a partir del cual aprendamos de verdad de las enseñanzas implícitas en los acontecimientos históricos, conduciéndonos a retomar los caminos de la acción y la rectificación de lo actuado en cierta coyuntura, recuperando la memoria de nuestros muertos y de nuestros combatientes, aún en medio de la desesperanza, destacando el sentido de esas luchas para que no terminen siendo cooptadas para los intereses de unas clases dominantes que no han cesado de vencer (Walter Benjamin, dixit, sexta tesis sobre la historia).

La conmemoración de los cincuenta años del triunfo electoral de la Unidad Popular Chilena (el 4 de septiembre de 1970) y de los trágicos acontecimientos, acaecidos tres años después, exteriorizados en un primer momento por la brutal naturaleza del golpe militar del 11 septiembre de 1973, con el  que se puso fin al gobierno del presidente Salvador Allende (los mil días de la Unidad Popular Chilena) y se dio inicio a una era, no sólo de terror y de muerte masivas,  sino también de una reingeniería social retrógrada con pérdida de las conquistas sociales y económicas, alcanzadas tras décadas de duras luchas de la clase trabajadora, no sólo en Chile, sino en el resto de los países de la región( Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Ecuador), debe ir acompañada de un cuidadoso análisis de lo que en efecto ocurrió. Sin dejar de destacar la importancia de los hechos del 11 de septiembre de 1973, ubicándolos en su contexto nacional y dentro de la especificidad de la historia chilena, no podemos dejar de insistir en que se trató apenas de una parte de un evento histórico de más larga duración, y con alcances geopolíticos que trascienden con mucho los hechos luctuosos, tanto de aquel día como de los terribles años que siguieron. El golpe militar en Chile, considerado desde una perspectiva más amplia, fue apenas una parte de una contrarrevolución global y regional que se tradujo en el Plan Cóndor y cuyos orígenes pueden llegar hasta los tiempos del golpe militar contra el general Juan Domingo Perón, en el mes de septiembre de 1955 o bien, al derrocamiento del presidente brasileño Joao Goulart, en abril de 1964, con los que se puso fin a la era de los odiados “populismos” peronista y varguista en los dos países más extensos de la América del Sur.

La falta de reflexión crítica y la ausencia de una construcción de conocimiento que permitan superar (dialécticamente) esos “agujeros negros” de nuestra historia contemporánea, en todos los países de la región, siguen siendo los factores que impiden a muchas gentes de la “izquierda” mirar en retrospectiva, e intentar acercarse a lo que efectivamente ocurrió hace medio siglo, mientras otra encrucijada histórica tan temible como aquella nos envuelve ahora, sin que hayamos sido capaces aún de sacar las lecciones de lo ocurrido entonces y la importancia de dimensionarlo en sus alcances. El pico más alto de la represión en aquellos tiempos del Plan Cóndor no fue el que tuvo lugar en Chile, a pesar de lo dura que fue allí la represión, más bien fue la dictadura militar argentina, de más corta duración es cierto (1976-1983), precedida por la criminal traición de la derecha peronista, la que marcó el exterminio de toda una generación de jóvenes revolucionarios e importantes líderes y militantes de las organizaciones de la clase trabajadora, con más de treinta mil detenidos desaparecidos, además de que la Argentina fue desindustrializada en beneficio del capital financiero y de los intereses imperialistas durante esos años, tal era el odio hacia la clase obrera que tenía la vieja oligarquía rural en el país situado al otro lado de la Cordillera de los Andes. Empecemos por la verdad y un dimensionamiento más aproximado de lo ocurrido para empezar a marchar de nuevo, tal vez a la manera de Sísifo pero esperanzados y poniéndole cara a la realidad.

Claudio Gutiérrez, académico integral

Por Arnoldo Mora

La reciente partida de mi apreciado colega en la Escuela de Filosofía y exrector de la UCR, Dr. Claudio Gutiérrez Carranza, ha conmovido a la opinión pública nacional más allá del ámbito universitario, hasta el punto de que, en un gesto que la enaltece, la Asamblea Legislativa, símbolo por excelencia de la institucionalidad democrática, le rindió como homenaje un minuto de silencio. Ahora  merece que rompamos ese silencio para hablar de su memoria y su  legado a la cultura y a las ciencias de Costa Rica.

 Claudio Gutiérrez fue, como lo destaco encabezando estas líneas, un académico integral en el sentido que Rodrigo Facio, el otro gran intelectual que dejó huella  indeleble en la historia nacional,  le daba a esa expresión, tanto político como cultural. Decir que Claudio Gutiérrez fue un académico INTEGRAL, equivale a decir que realizó de forma magistral estas dimensiones del quehacer universitario. Fue un maestro y tutor de varias generaciones que hoy se destacan  en el ámbito científico, con lo que cumplió la función de la docencia de manera sobresaliente. Fue un investigado e innovador  en las tecnologías de la comunicación  más avanzadas, todo fundamentado en un basamento  filosófico de primera línea, como sus profundos, novedosos y numerosos ensayos y libros lo prueban. Finalmente, se proyectó a la comunidad  nacional siendo el principal protagonista  de una etapa  nueva en la ciencia y la tecnología de punta en el país, como fue el haber introducido las computadoras (la famosa “Mathilde”)  y la inteligencia artificial y el postgrado en estudios de la mente. En todos los ámbitos dejó una huella indeleble, hasta el  punto de que, en mi más reciente libro (LA FILOSOFÍA COSTARRICENSE EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX, EUNED; San José, 2018) digo que, con la generación de filósofos de la segunda mitad del siglo pasado encabezada por Claudio Gutiérrez, Costa  Rica llega a su madurez intelectual.

 Claudio perteneció a la primera generación de filósofos producto de la Reforma de 1957 liderada por Rodrigo Facio,  pero llevada a cabo por filósofos humanistas  de origen español, de la talla de Constantino Láscaris y Teodoro Olarte, y de  Roberto Saumels en el campo de la filosofía de la ciencia, en donde luego va a sobresalir Claudio Gutiérrez. La Universidad de Costa Rica ha experimentado otros saltos cualitativos en sus más de 80 años de brillante historia, destacándose las reformas de 1957 y de 1973. Pero estas reformas no sólo lo fueron solamente en los aspectos administrativos y cuantitativos;  lo fueron, ante todo, cualitativas, lo cual implica  que fueron inspiradas en un paradigma conceptual de profunda raigambre epistemológica; lo que equivale a reconocer  que en cada salto  emerge una concepción nueva de universidad, tanto en el ámbito cultural y político como  pedagógico y epistemológico. En la creación de la Universidad en 1940 prevaleció el concepto de universidad “napoleónica”, pues tenía como misión esencial  la trasmisión de un saber “canónico”,  es decir, ya consagrado como “científico” en su metodología y  debidamente comprobado en sus destrezas y resultados en el  ámbito práctico- utilitario de la  tecnología, todo forjado, dado nuestro atraso, allende nuestras fronteras. Pero, gracias al proyecto político de modernización  de la sociedad nacional, surge como protagonista,  al lado de un Estado Nacional fuerte y centralizado, una clase media que constituye el tejido político-social básico de una clase media nacional que organiza políticamente a la sociedad civil; en la reforma de 1977,  Rodrigo Facio, que fue el ideólogo de la socialdemocracia “a la tica” y el  proyecto país imperante durante la segunda mitad de siglo, logra llevar a cabo una reforma que impulsa las profesiones ligadas a las ciencias económicas y sociales; los historiadores también inician un proceso de transformación de la historiografía a la historia concebida como ciencia social. Todo lo cual respondía a la necesidad de desarrollar un Estado Nacional moderno; se trataba de dar al país una ”burocracia eficiente”,  para emplear la terminología de M. Weber. Pero la nación  se compone  de tres estratos: el Estado centralizado,  la sociedad civil y, en medio como faja de trasmisión que comunica  las órdenes de arriba hacia abajo y los deseos y voluntades de abajo hacia arriba y para que el juego democrático funcione, se requiere del intermedio comunicador por excelencia: un conjunto de instituciones legales y políticas. En 1968 se da un gran salto como es la emergencia como sujeto histórico de la juventud universitaria, gracias al llamado “Mayo del 68”, especie de revolución cultural que cambia la ética de inspiración calvinista predominante en las sociedades industrializadas del Occidente cristiano. Esto repercute en la periferia llamada “Tercer Mundo”, que se hace presente con el estallido  de revoluciones como fuerzas políticas que escriben la historia con sus propias manos. Al país llega esta ola de cambio con los acontecimientos de Abril de 1970, en la lucha contra los contratos de Alcoa. Una nueva generación surge con el babyboom nacida después de la Guerra Civil de1948; para estos jóvenes ya no se trata de convertirse en burócratas eficientes, sino de ser ciudadanos  de pleno derecho. Claudio  Gutiérrez estuvo en el epicentro de estas trasformaciones que se reflejaron en las reformas de 1957 y 1973, primero como joven secretario de y luego como vicerrector.  En este último caso,  Eugenio  Rodríguez había renunciado como Rector porque no aceptaba las reforma de 1973 y Claudio, en su condición de vicerrector de docencia, lo sucedió. Claudio fue el motor del surgimiento de esta nueva etapa histórica de la universidad, etapa que culmina con la Rectoría de Luis Garita a finales de siglo, con la creación de La Ciudad de la Investigación y del FEES; todo para dar énfasis a la investigación de alto nivel; ya no se trataba sólo de trasmitir el saber científico sino de crearlo. En estos procesos,  se da una continuidad, pues Garita fue vicerrector de Claudio.  

A guisa de conclusión, deseo poner énfasis  que esta apretada síntesis constituye algo más que un sentido homenaje a uno de nuestros más destacados intelectuales de cambio de siglo, sino  que no hay cambios cualitativos en la historia de los pueblos, si no vienen precedidas de una honda reflexión filosófica. Recordemos la historia de la educación formal en Costa Rica. La reforma de 1886,  fue impulsada por Mauro Fernández bajo la inspiración  del filósofo inglés Herbert Spencer; la organización de la segunda enseñanza forjada por Valeriano Fernández Ferraz se inspiró en el filósofo alemán Krause; el plan de reforma de la II República, promovido por Emma Gambo, se inspiró en el filósofo norteamericano John Dewey.  Por su parte, Claudio,  doctorado en filosofía de las ciencias en la Universidad de Chicago, inspiró su pensamiento en el estructural-funcionalismo de Talcon Parsons y Merton; por lo que parte de una visión epistemológica que enfatiza el rigor formal y metodológico en todas las ciencias, pero siempre partiendo de que la revolución en las tecnologías de la comunicación es la mayor del momento actual. Finalmente, y como una manera de honrar el legado de tan  destacado maestro, propongo  que la UCR dedique alguna institución o edificio en su nombre y que, a tenor de las normas legales, la Asamblea Legislativa lo declare BENEMÉRITO DE LA CULTURA NACIONAL. Porque Claudio Gutiérrez fue un paradigma de lo que debe ser un ACADÉMICO INTEGRAL.