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La forma por el fondo

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Estamos en una batalla sociocultural, ya lo hemos dicho en varias ocasiones. Costa Rica se ha descarrilado en su contrato social, en su proyecto, en su “vía” costarricense. Así lo comentamos en una reciente intervención en el IX Coloquio de Educación y Derechos Humanos celebrado en la Universidad Nacional, en la que actualizamos una reflexión sobre la clausura de la sociedad costarricense, que habíamos desarrollado durante la pandemia.

Al percatarnos, por ejemplo, que empezamos a ser una sociedad de “solos” por qué cada vez más se consolida el hogar unipersonal; al declararnos secuestrados por las presas donde se nos va la vida en ello; al percatarnos que el problema de seguridad es ya un asunto de derechos humanos indicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humana en su último informe, al que el país entero, contando las universidades públicas, le hemos hecho oídos sordos… al constatar que preferimos un proyecto de sociedad comprometido con la estética de lo efímero, la superficialidad de la imagen, el imperio de lo dicho y no su sentido, empezamos a ver que algo anda mal.

Si.

El privilegio de la imagen y el mal gusto ha instalado una estética ruborizante y aniquiladora del pensamiento. Una sociedad cuya institucionalidad en materia cultural hace aguas (Ministerio de Educación, Ministerio de Cultura) deviene en esa ausencia de sentido para casi todo.

Una sociedad y ciertos proyectos de liderazgo, que desdeña las humanidades, las Ciencias Sociales y suprime la A de las artes en cualquier conjunto acrónimo, es una sociedad que se encamina a su aniquilamiento.

Al priorizar la forma (el color, la postura, el lenguaje no verbal) por el fondo, nos estamos clausurando como proyecto. Y no hablo solo de la gestión gubernamental que nos tiene a un paso del abismo. Me refiero a todas esas porosidades encartonadas que hoy refrenan y distancian al ser que piensa del ser que solamente asiente.

No se cuánto de saldo nos queda a nuestro haber. Siento que muy poco. Usémoslo para reconstruirnos, volver a sentirnos comunidad, profundizar el fondo y relegar la forma. Recontratarnos. Nos merecemos ser imaginados e incluidos con inteligencia.

Eso.

Negociaciones en Estambul: Una chanfaina europea

Gilberto Lopes

San José, 18 mayo 2025

Chanfaina, receta tradicional de algunos lugares en España y América Latina. Guiso elaborado con vísceras y carne de cerdo, verduras y papas, dice el diccionario. Comida que se prepara friendo sangre de animal con menudos bien picados, cebolla, ají, pimienta, vinagre y limón o vino. Mezcolanza, revoltijo, confusión de cosas. Enredo o lío.

El viernes 16 de mayo finalmente se reunieron en Estambul las delegaciones rusas y ucranianas. Una propuesta que el presidente ruso, Vladimir Putin, había hecho una semana antes, en un discurso la noche del sábado 10, en el que propuso retomar, sin condiciones, el contacto entre los dos países, perdido desde 2022. Entre una reunión y otra se desarrolló una guerra, expresión aguda de un orden internacional que se resquebraja.

No hubo tregua

Ucrania exige un alto al fuego a Rusia para negociar. Putin quiere negociar un alto al fuego”, dijo la periodista Veronika Dorman, del diario francés Libération.

El mismo sábado 10 los aliados más cercanos de Ucrania –Macron, Stamer, Merz y Tusk– viajaron a Kiev y después de una larga reunión con Zelensky anunciaron haber logrado el apoyo de Trump para su exigencia de una tregua de 30 días, inmediata y sin condiciones. Una “jornada histórica”, según Dorman, en la que los aliados europeos de Zelenski plantearon su ultimátum a Rusia.

Tregua que Rusia ya había rechazado, afirmando que solo daría tiempo a Ucrania, tanto para la renovación de su arsenal, como para reorganizar su ejército y fortalecer sus posiciones en el terreno.

De modo que, más que la negociación de un acuerdo de paz –imposible por ahora, dada la situación en el terreno y la distancia entre las demandas de las partes–, la cita de Estambul se transformó en un confuso movimiento europeo para lograr el apoyo de Washington.

Por ahora nadie ha renunciado a la iniciativa militar. Zelenski cuenta con el apoyo de una Europa empeñada en aumentar su esfuerzo para imponer una derrota a Rusia. Como saben que, sin Estados Unidos, eso sería muy difícil, han diseñado una estrategia para acercarse a Trump y convencerle de que Putin es el que rechaza las iniciativas de paz del presidente norteamericano.

Por parte de Ucrania y sus aliados, la exigencia era la aceptación de una tregua incondicional, acompañada de amenazas de renovadas sanciones si no era aceptada antes de la medianoche del lunes 12. Rusia respondió diciendo que no se le hablaba al país en ese tono, ni por medio de un ultimátum.

Entre las nuevas sanciones se apuntaba a la flota con la que Rusia sigue comerciando su hidrocarburo. Para eso cuentan con una oferta del senador norteamericano Lindsay Graham –el mismo que dijo que el financiamiento del ejército ucraniano es un buen negocio para Estados Unidos– de imponer aranceles de hasta 500% a quienes usen esos barcos para abastecerse de petróleo ruso.

Ante esa realidad, Ucrania anunció el viaje de Zelenski a Ancara, la capital turca, donde se reuniría con el presidente Tayip Erdogan para presionar por un encuentro con Putin.

Reunidos en Turquía, el jueves 15, los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la OTAN repitieron, uno tras otro, un mismo argumento. “El presidente Zelenski está aquí preparado para hablar sobre la paz, mientras que Vladímir Putin ha enviado una delegación de bajo nivel, solo para ganar tiempo”, en opinión del ministro polaco, Radoslaw Sikorski, mientras el canciller francés, Jean-Noël Barrot, insistía en la necesidad de tener preparadas “sanciones masivas” para obligar a Putin a aceptar la tregua.

Habrá, además, un renovado suministro de material bélico a Ucrania, incluyendo posiblemente los misiles alemanes de largo alcance, sin que se pueda descartar, eventualmente, nuevo armamento norteamericano.

Rusia nunca respondió a estas presiones hasta que, el miércoles 14, anunció la conformación de su delegación, encabezada por Vladímir Medinski, asesor presidencial que ya había sido jefe de la delegación rusa en las negociaciones del 2022, de las que Ucrania se retiró.

Todo lucía confuso e improvisado. “Las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania comienzan entre la duda y el caos”, diría el New York Times, cuando ya ambas delegaciones se encontraban en Estambul.

La prensa europea no ahorró críticas a la integración de la delegación, liderada por “una figura de escaso peso político, incluso en Rusia”, según el diario español El País, mientras reiteraba su discurso: el rechazo de Putin a la cita con Zelenki (que no había sido programada con anterioridad) “era la prueba de su nulo compromiso con la paz”. Cuando Rusia ya había explicado por qué no podía aceptar el cese al fuego incondicional exigido por Europa, ni quedara claro tampoco como eso conduciría al fin de la guerra, sin atender a ninguna de las demandas rusas.

Como sabemos, no hubo tregua el lunes 12, sino que se acordó un encuentro en Estambul, el jueves 15, celebrado de acuerdo con la propuesta del Kremlin: conversaciones sin condiciones previas.

El día siguiente, concluido en encuentro entre las dos delegaciones, Alexandra Sharp escribió en Foreign Policy: “los expertos sugieren que la sola realización de la reunión representó un triunfo táctico para Moscú, que se las arregló para iniciar el diálogo sin haber aceptado primero la tregua, algo que Ucrania y sus aliados habían insistido ampliamente como precondición para las conversaciones”. “Poco diálogo, ningún progreso’, fue la conclusión de Sharp.

Destruir todo el orden político europeo

Lejos de avanzar hacia negociaciones de paz, Europa apuesta por la partida de la guerra, sin que Rusia tampoco se haga ninguna ilusión sobre un pronto acuerdo de paz. Su objetivo, de conquistar el territorio aún en manos de Ucrania de las cuatro regiones incorporadas al país, está en pleno desarrollo, mientras Zelenski reiteró, en Ankara, que no reconocerá ninguna concesión territorial a los rusos.

Para Europa, el tema tiene otras aristas. Como lo señaló el nuevo canciller alemán, de la derecha socialcristiana, “esta guerra no solo amenaza la integridad territorial de Ucrania. Su objetivo es destruir todo el orden político europeo. Por eso apoyamos a Ucrania”.

Con todos apostando por un eventual triunfo militar, no hay, por ahora, espacio alguno para un acuerdo negociado.

Como lo señaló Vitaly Ryumshin, periodista y analista político ruso, en un artículo publicado la semana pasada en RT, las negociaciones estaban destinadas al fracaso desde el inicio. “Las condiciones reales para la paz simplemente no existen”, afirmó, destacando que la situación militar de Ucrania es “precaria”. Recordó también el fracaso de negociaciones anteriores, desarrolladas en medio de expectativas “poco realistas”.

Gaza y Ucrania: las dos caras de Occidente

La clave para entender el desarrollo del conflicto –y justificar la enorme magnitud de recursos invertidos por Occidente en esta guerra– es la frase del nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, para quien el objetivo de Rusia es “destruir todo el orden político europeo”.

Discípulo del ex ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ya fallecido –el mismo que, junto con el hoy Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, entonces primer ministro holandés, impusieron los drásticos ajustes económicos a Grecia, para salvar la banca alemana y francesa– es difícil pensar que hay algo a la derecha de los socialcristianos alemanes, en la que milita también la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Desde los años 90’s del siglo pasado, al final de la Guerra Fría, Europa no cesó de avanzar las líneas de la OTAN hacia el este, hasta las fronteras rusas. Todas las advertencias, incluyendo la de distinguidos diplomáticos norteamericanos, sobre lo inconveniente de ese avance fueron desoídas, hasta que Rusia reaccionó militarmente en su frontera con Ucrania.

Pero hay otra guerra, en la que Occidente respalda objetivos muy distintos a los esgrimidos en Ucrania, donde la inviolabilidad de las fronteras es el argumento principal. Es la agresión israelí en Gaza y Cisjordania, cuyos niveles de crueldad parecían inimaginables desde el final de la II Guerra Mundial.

Por lo menos 125 personas murieron, entre ellas muchos niños, consecuencia de los ataques aéreos israelíes a Gaza, el domingo 18 de mayo. Ataques que precedieron una vasta invasión terrestre, por el norte y por el sur, con la anunciada intención de apropiarse del territorio palestino.

No hay ayuda europea para la población palestina, víctima de un verdadero genocidio, a la que el gobierno israelí somete ahora a una situación de hambruna, imponiendo restricciones al abastecimiento de alimentos a una población civil indefensa.

Los palestinos muertos desde el inicio de la campaña israelí ya se acercan a cien mil, sin que “Occidente” se oponga a este genocidio, mientras destinan más de 400 mil millones de dólares para armar a Ucrania, donde estiman amenazado el “orden político europeo”.

¿Qué orden es ese? No está claro. Tampoco está claro el destino de las negociaciones iniciadas la semana pasada en Estambul. Europa ya prometió renovadas sanciones a Rusia, sin que se sepa si será acompañada en esas medidas por Washington, mientras se espera el resultado a una anunciada conversación telefónica de Trump con Putin y Zelenski.

Cualquier tregua debe ser la base para una paz duradera, eliminando las causas profundas del conflicto en Ucrania, dijo Putin el domingo 18. Un alto al fuego que no sea parte de un arreglo de largo plazo no será satisfactorio para Rusia, afirmó. Por ahora, es lo que se sabe.

FIN

Las señales son claras

Gerardo Hernández Naranjo

– Reubicación/debilitamiento de la Policía de Control de Drogas (PCD)

– Sacar a Guardacostas de una de las zonas por donde más ingresan y pasan drogas

– Negar recursos y ataque sistemático a la policía más profesional y que más lucha contra la corrupción y el crimen organizado: el OIJ.

-Ataque sistemático a la Fiscalía y al Poder Judicial, principales responsables de investigar y procesar todo tipo de ilícitos como la corrupción y el crimen organizado.

– Veto a ley que amplía horarios y días para hacer allanamientos

¿Para quién gobiernan? ¿Quiénes salen ganando con esas medidas?

Los resultados son también claros: menos incautaciones de drogas, más violencia de todo tipo, crímenes en crecimiento, nuevas y viejas formas de corrupción, salen a la luz grupos narco/paramilitares defendiendo al presidente.

¿Cómo tratan de esconder esta tragedia?

Pues con una teoría conspirativa de que al presidente le quieren hacer un golpe de Estado y de que el sistema judicial es el peor enemigo de Costa Rica.

Junto a una tóxica estrategia de propaganda, desinformación y polarización que inicia en Zapote, tiene un fuerte eco en Cuesta de Moras y se disemina de manera estridente en los medios afines y todas las redes sociales con un gran número de «creadores de contenido».

¿No es esa la forma en que se han justificado rupturas con la democracia, autogolpes y dictaduras en otros contextos y en otros países?

Las señales son claras. Espero que no sea tarde para detener una tragedia aún más grande, cuyos mayores costos seguirán recayendo sobre el pueblo de Costa Rica.

 ¿Golpe de Estado aquí? ¡Jamás!

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

«Oye tico, amigo, no creas en los que andan asustando con ese cuento. No ha sucedido desde 1931, al término de la dictadura de Carlos Ibáñez, y, desde entonces, las Fuerzas Armadas, han jurado respetar la Constitución y las leyes, y eso no va a cambiar», nos decían, convencidos en que así sería.

El presidente Salvador Allende, había sido electo democráticamente el 3 de noviembre de 1970, y, aunque trataron de impedir que ejerciera el mandato del pueblo, estaba en su despacho, en el Palacio de La Moneda, cumpliéndole al pueblo chileno, lo que esperaba de él.

Corría el año de 1973, y en marzo, la oficialista Unidad Popular, aumentó, como mala noticia para la derecha conspiradora, el apoyo electoral, al lograr que el 44 % de los votos favorables, impidiera que los grupos unidos de oposición, encabezados por la Democracia Cristiana (29 %), alcanzaran los ⅔ de los votos, necesarios para destituir al presidente Allende.

Pues bien, a partir de ese momento, la CIA, por orden de Richard Nixon, convencidos de la fuerza electoral del presidente socialista, activó sus contactos con ciertos generales, y, muy importante, con líderes políticos de derecha, principalmente, que «jugando» de demócratas, ejercían una influencia importante entre los civiles.

Ante esas muy resumidas circunstancias, amigos democristianos, académicos de la Universidad de Chile, casi todos los días, se frotaban las manos, mientras decían a viva voz, «¡VIENE EL GOLPE!». Manifestaciones que, este costarricense, acostumbrado a vivir en una nación sin ejército, sin fuerzas armadas, sin soldados, por un lado, no lo creía posible, y por otro no lograba entenderlo, pues el sistema electoral chileno, gozaba de muy buena salud. ¿Por qué un Golpe de Estado, si se avanzaba hacia una nueva elección general?, pensaba confundido, en los tiempos libres, que, robaba a los estudios de doctorado en la Universidad de Chile.

Pero así no pensaban los golpistas, pues se corría «el riesgo» de que, al pueblo chileno, se le siguieran dando derechos, que, por mucho tiempo, se les habían negado, y que, estaban afectando sus negocios.

Así, después de una sublevación de un coronel, al mando de una unidad capitalina de tanques del ejército, realizada el 29 de junio de 1973, percibimos que la cosa era seria. El tal coronel, sintiéndose héroe, sacó los tanques, y con ellos, ordenó disparar sobre el Palacio de La Moneda, la vulnerable casa presidencial, mientras exigía la rendición del Dr. Allende, quien, ciertamente no estaba allí, en el momento del ataque.

Al mes siguiente, en julio, continuó la campaña de rumores, noticias falsas, arengas, acompañada por sabotajes y las muy bien financiadas, con dólares americanos, acciones golpistas. Por otro lado, también estaban, los que negaban firmemente, la posibilidad de que se sublevaran, las Fuerzas Armadas, entonces comandadas conjuntamente, por el señor presidente Allende y el fiel general Arturo Prats.

Por ello, se reiteraba, que los militares chilenos, no eran golpistas…, que esa amenaza, era irreal. El resto de la dramática, y muy sangrienta historia, es bien conocida. Los miles de asesinados, torturados y expulsados de su Patria, son parte del doloroso recuerdo, que sigue oprimiendo los pechos de los sobrevivientes.

Lo traemos a colación, pues, creemos, que como lección no debe desdeñarse, por los que vivimos en democracia, donde se respeta la Constitución Política, y la separación de poderes. Y muy especialmente, por los jóvenes que no se imaginan, lo que es sobrevivir, bajo las órdenes de un dictador, pero que, muy ligeramente, dicen «preferir» vivir así, antes de respirar los aires democráticos, que vivimos en Costa Rica.

Y es aquí, al igual que en Chile, quizá porque lo sufrimos personalmente, vemos señales, emitidas por el díscolo presidente Rodrigo Chaves, que parecen evidenciar la perversa aspiración, por, eventualmente, estructurar una dictadura similar en Costa Rica, salpicada por el narcotráfico.

«¡Que eso es imposible, que nuestra Carta Magna es el blindaje que protege nuestra democracia, que aquí no hay ejército!», se argumenta, por los que respetamos los principios democráticos más valiosos.

Pero, lo cierto, es que no debemos desdeñar, los ataques soeces a la institucionalidad democrática, mientras aumentan los actos de corrupción en la CCSS, en el MOPT, en el INS, en el ICE, en la Comisión de Emergencias… con escándalos, en que el presidente y otros, aparecen involucrados. Por ejemplo, una oscura contratación directa en el ICE, con la empresa estadounidense marca CISCO, por US$ 160 millones, el sobreprecio por unos ¢1.000 millones para el mantenimiento de una pista de aterrizaje, la gigantesca cifra, alrededor de una forzada contratación de cooperativas de Salud, y la prisión de más de US$35 millones, que no se sustenta siquiera en un proyecto que la justifique, y que proponen construir, usando el mañoso mecanismo, que ha provocado el escándalo alrededor de la reparación de la pista en el aeropuerto Daniel Oduber.

Tenemos claro, que hoy, no es necesario ejecutar un Golpe de Estado («pronunciamiento militar” decía el asesino Pinochet) para entronizar un dictador, existen otras formas, aunque la existencia de un ejército, lo haría, obviamente, más fácil.

El Chaves tico, piensa que, con discursos falsos, que invitan a la violencia, plenos de demagogia, que fomentan el fanatismo irracional, quizá se podría ejecutar, “usando” a nuestros respetados guardias civiles, ahora bajo un ministro que no despierta confianza. Por ello, para crear ese ambiente, hace uso de costosas campañas, financiadas, eso sí, con fondos públicos. Mensajes que promueven actos inconstitucionales, irrespetuosos del Código Electoral, con los que, el Chaves se imagina, sería posible, mover virtuales masas de personas, que podrían creer estar ante un «santo venerable», un dios pagano, que les dará educación, salud, pan, vestido, bien remunerados trabajos, etc., por lo cual hay que luchar a su lado, contra “los corruptos de todas las instituciones de gobierno, y los mandos medios que no dejan trabajar”, les dice.

Aunque hasta ahora, el presidente ha sido incapaz de movilizar al cardumen, que no le cuestiona la dirección que sigue su administración, ha de reconocerse que, sí está creando condiciones, en las cuales espera alcanzar, por vía de la manipulación y los votos, una calificada mayoría parlamentaria, que, como sus amigos dictadores Ortega y Bukele, pudiese hacer y deshacer, según sus perversas ideas. Sabe que, con una reforma a la Ley del Referendo, podría precipitar cambios profundos en la Constitución Política, según sus antojos, que provocarían el fin de nuestro sistema democrático, pues hasta un ejército podría crearse nuevamente.

En fin, cuando nos reiteran que no sería viable que sucediese algo así, inevitablemente, vienen a nuestra memoria, los sucesos sufridos por el pueblo chileno, donde, de un momento a otro, el cielo celeste se oscureció, el día en que, con sangre derramada, se escribieron órdenes que derogaron las leyes que le estorbaban a Pinochet, para así cometer sus diabólicas fechorías. Y se hizo, paradójicamente, mientras se avasallaba, también, a los Demócrata Cristianos, que habían favorecido el golpe de Estado. Lo sucedido en Chile, es una enseñanza a valorar, pues, algunos de los que desde posiciones de derecha apoyan esa desastrosa idea, también podrían sufrir las consecuencias de ser cómplices e indiferentes, por ambiciosos. Los escombros de las instituciones también podrían caer sobre ellos.

Chaves y el lecho de Procusto

Alberto Salom Echeverría
albertolsalom@gmail.com

A manera de prólogo

En este artículo intentaré exponer, según lo investigado, lo que representa el “síndrome de Procusto” en la psicología y en las ciencias sociales en general. Haré una comparación con relación a lo que he observado del comportamiento y las expresiones del presidente Rodrigo Chaves, de la manera más objetiva posible.

Para conseguir lo anterior, he escogido el procedimiento de intercalar textos específicos de la psicología sobre lo que significa el “lecho de Procusto”, con expresiones y comportamientos del presidente, a fin de que, quienes lean el texto, puedan discernir si hay o no coincidencia entre el síndrome de Procusto y el lenguaje empleado adjunto al comportamiento de Chaves. Parto de la hipótesis de que Chaves padece el “síndrome de Procusto”.

Primero deseo dejar claro lo que se entiende por síndrome; dicho en breve significa para la corriente que lo conceptualiza como una enfermedad, un “Conjunto de síntomas o afecciones que se presentan juntos y sugieren la presencia de cierta enfermedad o una mayor probabilidad de padecer de la enfermedad.” (Cfr. https://www.cancer.gov Definición de síndrome. Diccionario de cáncer del NCI.) Otra corriente, más bien lo analiza a partir de una colección de hallazgos que se observan en la actuación y el “lenguajeo” en un número de individuos que, de otra manera no estarían relacionados. (Cfr. National Human Genome Research Institute. https://www.genome.gov)

No omito señalar que, en algunos casos el síndrome se detecta mediante exámenes de laboratorio que incluyen pruebas genéticas, moleculares, cromosómicas y bioquímicas que se utilizan para detectar trastornos genéticos, tales como Asperger, Down, o Tourette. No es este el caso. Por lo consiguiente, intento mostrar de manera taxativa algunas coincidencias que encuentro entre el “síndrome de Procusto” y el comportamiento más conspicuo o características discursivas del presidente.

(Conservaré la negrita cuando estoy describiendo el síndrome con base en textos especializados de profesionales en Psicología.)

Sobre el mito de Procusto

La mitología griega cuenta que, Procusto era un hombre de extraordinaria estatura y fuerza, que vivía en las colinas del Ática, donde ofrecía su posada a viajeros solitarios. Cuando el viajero dormía, Procusto, un ser mitológico lo amordazaba y lo ataba a las cuatro esquinas de una cama de hierro. Si el cuerpo de la víctima era muy grande, amputaba las partes que sobresalían de la cama, ya fueran los pies o la cabeza. Por el contrario, si la víctima era pequeña, les rompía el cuerpo a martillazos para alargarlo … Quien dedica sus recursos a hacer tropezar a otros para rebajarlos no crece realmente, sino que se resigna a su propia mediocridad. La persona que padece este síndrome adopta una actitud dominante para ocultar su inseguridad y su sentimiento de inferioridad.

Podemos reconocer el síndrome en el siguiente texto que contiene una expresión del presidente Chaves Robles, cuando se le convocó a formar parte de la comisión creada entre los poderes del Estado, para atender la alta criminalidad que vive el país y que claramente implica la ausencia de políticas públicas de la presidencia de la República para atender el problema aludido. En lugar de mostrar empatía y humildad, Chaves más bien contesta con engreimiento y displicencia: 1- Manifestó no estar dispuesto a girar dinero del presupuesto para reforzar la policía nacional. 2- Atribuyó a los diputados en general, a la Corte, a la Contraloría y mandos medios la falta de concreción de planes para atender los problemas. 3- Renunció tajantemente a la invitación de formar parte de la comisión que se conformaría con representantes de los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial), después de haber sido expresamente invitado por los presidentes de los poderes legislativo y judicial.

Como puede verse, el síndrome apunta a una incapacidad de la persona que lo padece para reconocer -y en ocasiones ni siquiera estar en capacidad de escuchar con atención- las opiniones, criterios o juicios de las demás personas. Quienes tuvimos la oportunidad de seguir el discurso presidencial y, enseguida el del presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, pudimos observar esa desatención (real o fingida), del presidente de la República, en el contexto del discurso presidencial pronunciado el 5 de mayo, cuando quien dirigía la palabra a los costarricenses era el presidente legislativo respondiendo el discurso de rendición de cuentas del presidente de la República.

El “lecho de Procusto” es un proverbio, mediante el cual, la persona que padece el síndrome intenta acomodar la realidad a sus intereses o a su manera de ver las cosas, como puede observarse en el siguiente texto: “…los demás -dijo Chaves-, sin disimular su arrogancia, son los culpables de las promesas incumplidas.” (Discurso presidencial). De modo que, si alguien le rebate sus criterios rígidos y distorsionantes, se molesta, ya que, las personas que padecen este síndrome, creen siempre ser poseedores de la razón. Así las cosas, los “procusteanas”, tienden a adoptar una actitud dominante debido a un complejo de superioridad que, los conduce a la mediocridad; por esta razón, se aferran afanosamente a su modo de ver la realidad y no admiten en ella ningún otro juicio. En el fondo, la persona con aires de superioridad trata más bien de ocultar sus inseguridades y, por lo tanto, invisibilizar su sentimiento de minusvalía o inferioridad. ¡Cualquier parecido con algún personaje real, es mera casualidad!!!

En Procusto la realidad no coincide con su visión de las cosas; de la misma manera procedió Chaves durante la sesión ante los diputados el 5 de mayo. En su visualización fantasiosa, la realidad es únicamente la que él describe; de ahí que se apresure a ajustarla a su propia sesgada manera de enfocar la vida y sus circunstancias. Chaves Robles hizo lo que fuera necesario con gestos y descalificaciones, o mientras hacía uso de la palabra, para acomodar “su verdad” con el objeto de hacerla coincidir con la realidad a toda costa; similarmente a Procusto cuando le cortaba los pies a sus huéspedes para que cupieran en la cama. Su verdad debe prevalecer por encima de la realidad. Como dijera un medio de comunicación, en el discurso presidencial “…vimos a Chaves culpando a los demás, fueran los diputados, la Corte, la Contraloría o los mandos medios, de que los planes no se hubiesen concretado.”

En otra parte los especialistas afirman que: el “lecho de Procusto” como imagen también se utiliza para referirse a un error en el que estas personas tienden a caer: distorsionan la realidad para que sea ella la que se adapte a sus ideas, jamás a la inversa.

En punto a hacer tropezar a los demás, veremos en el siguiente fragmento del discurso presidencial, como el mandatario la emprende contra los otros, lo hace utilizando un discurso confrontativo, el mismo del que ha hecho gala a lo largo de estos tres años que lleva el período de su administración, Chaves nos espeta: “… ¡el enemigo no es invisible, no señor!” [y prosigue muy orondo, sin molestarse siquiera en argumentar concretamente, a lo que está moralmente obligado, el por qué señala a esos enemigos]; el enemigo -arguye- “… Tiene nombre. Tiene rostro. Tiene apellidos. Se esconde en despachos judiciales, en algunas curules, en algunas oficinas donde se reparten privilegios mientras una parte del pueblo sufre.” La cuestión es enrostrarle a los que visualiza como enemigos, los defectos que se le señalan a él puntualmente. (Chaves se muestra confrontativo, arrogante, distorsiona la realidad, acusa a otros sin tener pruebas, no escucha a sus adversarios, no une, más bien polariza, luce intransigente).

Paralelamente, las psicólogas dicen que Procusto reacciona poniéndose a la defensiva. Para quienes padecen el síndrome de Procusto, cualquiera puede convertirse en el enemigo. Por ello suelen reaccionar a cualquier comentario poniéndose a la defensiva y atacando, intentando superar a su rival y contener la amenaza recibida. Se deforma la realidad para su propio beneficio; Procusto como ser mitológico se convierte en el prototipo de la intransigencia, de la negación al diálogo, de la arremetida violenta y de la adulteración de la realidad…

Al efecto el presidente prosigue sin titubear: “Mi gobierno ha logrado resultados asombrosos (¡!!!), a pesar de la resistencia de muchas instituciones, y sostuvo que quienes entorpecen su gestión no lo afectan a él personalmente, sino que perjudican al país. Exactamente al revés de lo que muestra la investigación: el soliloquio presidencial deforma la realidad a su antojo y para su propio beneficio. El monólogo deviene grandilocuente como es la personalidad de Chaves, quien asegura en este momento de su alocución que: “Nunca entendieron que obstaculizando al gobierno no golpean a Rodrigo Chaves, no, sino a Costa Rica, y quien paga el precio de ese sabotaje institucional es únicamente el pueblo. (¡!!!)”

Así vemos que: El “Lecho de Procusto” también se utiliza para referirse a un error en el que estas personas tienden a caer: distorsionan la realidad para que se adapte a sus ideas. En la práctica, en lugar de aceptar datos objetivos, los manipulan a su antojo para que coincidan con su imagen de la realidad… El miedo a perder su posición es lo que los impulsa a hacer tropezar a los demás. Pero el miedo y la inseguridad suelen manipularse, para aparecer arrogante, incuestionable, ya que estas personas desean por todos los medios ocultar sus defectos. (Cfr. Fariñas, G. “El Lecho de Procusto o la Convención sobre la Competencia Humana.” Revista semestral de la Asociación Brasileña de Psicología Escolar y Educacional. Págs. 341-350)

Con miedo e inseguridad mal disimuladas y, mucha arrogancia, Chaves “…cuestionó las demandas de respeto por parte de otros poderes de la República. Señaló que el respeto no puede ser una exigencia automática por el solo hecho de ocupar una posición institucional, sino que debe ganarse a través de la eficiencia, el trabajo y resultados concretos y medibles.” (sic). Eso es justamente lo que se le puede imputar a él. Por eso, empleamos en este punto el signo lingüístico “¡sic!”. Utilizamos este signo proveniente del latín, que quiere decir en forma extendida: “sic erat scriptum”. Se traduce al español como “esto había sido escrito”. Quiere decir que, las citas deben conservar su forma original, por lo que el uso de ‘sic’ permite al lector saber que el que cita, en este caso quien escribe estas líneas, es consciente de los errores contenidos en dicha cita y que la misma es utilizada en forma idéntica al texto original, tal como la pronunció el presidente Chaves. Cuando el texto está escrito, se respetan hasta los errores ortográficos y todo. Así, se utiliza el signo para advertir en citas o transcripciones textuales, que hay un error -es Chaves, quien incurre en el gazapo y es él quien comete el flagrante yerro-. Se trata de una expresión poco común de un uso lingüístico dudoso, y es justo el que se encuentra en el texto original y no es una omisión o corrección del autor que cita. Aquí en efecto, el que ha puesto las cosas “patas arriba” es Chaves en su discurso. (Cfr. Astorga Lucía. “Chaves dedica rendición de cuentas a repartir culpas.” La nación, sección El País y Política, pág. 13. martes 6.05.2025).

En Conclusión

Podría seguir estableciendo la comparación entre el síndrome de Procusto y las expresiones corporales y verbales del actual presidente Chaves Robles, pero por el momento dejo el escrito en este punto. Espero haber demostrado la hipótesis que esgrimí al inicio de este breve estudio, a saber, que “el presidente Rodrigo Chaves padece el síndrome de Procusto”; ya que ha sido él quien como se ha señalado aquí, desde el inicio de su mandato ha mentido a los costarricenses, ha adulterado la realidad en forma grosera, se ha negado al diálogo específicamente con los demás poderes de la República, ha agredido a todas aquellas personas que se le han opuesto o lo han confrontado, ha irrespetado las instituciones de nuestro país, en especial las que tienen el cometido de controlarlo; además, ha violentado la libertad de prensa y, está siendo investigado por otros presuntos delitos, que ya suman varias decenas, por parte de la Fiscalía General de la República, la cual recientemente ha elevado a juicio algunas de las acusaciones, por faltas consideradas como graves.

¿Democracia e institucionalidad pública en Costa Rica?

Juan Huaylupo Alcázar

La historia política costarricense no solo es una retórica, un discurso o una narrativa que solo sirve para charlas de café, como afirman algunos de los personajes desde hace más de medio siglo de un caduco partido político que aspira la próxima presidencia de Costa Rica.

El orgullo de un pasado democrático no suele reconocer que esos momentos se han esfumado y convertido en un fantasma que teme el poder y sus partidos políticos que pueda renacer, por ello destruyen todo vestigio de esperanza, libertad y progreso social, con el apoyo de los mercantilizados medios para convertir a la ciudadanía en una complaciente cómplice, o sin suficiente oposición ni resistencia que lo impida.

La memoria histórica no lo confirma nuestro presente, a pesar de la incesantemente repetición sobre la importancia sobre democracia y la defensa de la institucionalidad pública, como una añoranza, que las palabras no describen ni construyen. Al parecer como afirma Watzlawick (1994) vivimos una realidad inventada, una ficción que nos imagina ser felices, igualitarios, solidarios, o tener un gobierno democrático, aun cuando, es evidente la existencia de una estructura social, económica y jurídica que regula e impone condiciones que reproducen y extienden la desigualdad, explotación, apropiación de los recursos de las poblaciones y de la nación. ¿Es que la miseria, la perdida de derechos y la generalizada explotación, no tienen vinculo alguno con la democracia y la libertad?

No es posible asumir democracia cuando no es posible modificar los medios y formas de explotación y la apropiación de los recursos sociales por los entes financieros nacionales ni internacionales que incrementan su rentabilidad parasitaria, ni con gobiernos que garantizan presupuestos para la privatizar del bienestar, con gobernantes que conviven con la corrupción y otras formas delincuenciales, porque ayudan a perpetuar el miedo y enlutan los hogares.

La educación formal, los medios y los discursos del poder falsifican la historia e invisibilizan al pueblo como gestor de la democracia, lo público y el progreso, lo cual no es nada nuevo, la historia en Costa Rica, como en otros espacios, también ha sido escrita por el poder, independientemente de los partidos políticos y de las caretas usadas por los gobernantes de turno. Esos partidos del pasado que acompañaron las conquistas populares y que aun, sin merecerlo, usufructúan las conquistas sociales del pasado, son los artífices que destruyen, desde hace más de cuatro décadas, todo resquicio del Estado Social costarricense, para continuar privatizando la historia, esta vez con el auxilio de nuevos partidos similares, que sin principios, mediocres, corruptos y privatizadores, buscan imponerse como dictaduras electorales.

La década del ochenta del siglo pasado, la hegemonía imperial de sus nefastos organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y de partidos políticos que se turnaban el poder, fueron radicales y feroces implementadores liberales, que iniciaron la privatización del Estado, en una continuidad sin pausa, hoy con el concurso del exfuncionario del BM en el poder, ejecuta acciones afectando a los trabajadores empobrecidos con salarios miserables, liquida las políticas sociales y de seguridad, para magnificar estadísticamente las cifras macroeconómicas y beneficiar a las corporaciones internacionales y propietarios del capital financiero, en sus salvajes apropiaciones de los recursos de los sectores pobres y medios de la sociedad y también a los amigos, imitando las prácticas autocráticas de Milei y de otros ignorantes dictadores.

En Costa Rica existe una implícita alianza electoral entre los partidos enemigos del bienestar social y nacional, unidos corruptamente, para ganar las elecciones y repartirse influencias y privilegios en la privatización de las instituciones del Estado. El gobernar sin resistencia ni oposición, con leyes indignas, la eliminación de la división de poderes del Estado y empobrecimiento generalizado a trabajadores, como se experimenta en otras naciones, muestran el asomo político totalitario en Latinoamérica, mientras que los consorcios empresariales crecen enriqueciéndose con extremo cinismo, lo cual no es ningún vaticinio fatalista, es una práctica recurrente en esta fase de las relaciones con el imperio y Costa Rica no es una excepción, como se evidencia en los rastreros juegos del poder.

La degradación de los partidos políticos en la actualidad es extraordinaria, no representan a la ciudadanía ni lo público, tampoco son entes democráticos que aspiren la libertad ni el progreso social nacional, son agrupaciones formales que tienen dueños, o son controlados por perennizadas camarillas que cínicamente expresan representar intereses privados, nunca la heterogeneidad social, la pluralidad del pensamiento ni las alternativas sobre el devenir nacional. Esos partidos no constituyen guías para la organicidad, participación y lucha por la conquista de derechos y el bienestar para todos. Hoy, esos partidos políticos, reproducen imponen la privatización de la economía, como interés de toda la sociedad. De modo similar lo efectúa el gobierno y el poder económico, al imponer que el interés privado es de todos y del Estado, así como repetir incansable e ignorantemente, que los empresarios son los creadores de riqueza. Así, no se requiere demostración alguna sobre el gobierno que impondrán, a quienes favorecerán y a las poblaciones que perjudicarán. El saber popular afirma que “ante la confesión de parte, relevo de pruebas”, así como, es posible complementar que las prácticas infames contra la salud, la educación, la libertad y democracia de quienes han saboreado las mieles del poder que, sin enmienda alguna, aspiran la presidencia de la república. Así, no es posible esperar algo distinto a lo que ya ocurre para las poblaciones necesitadas ni para los requerimientos nacionales. Las palabras pierden su sentido y significación en aquellos partidos y candidatos que aspiran el poder por cualquier medio.

Quienes imaginan que las creencias y las especulaciones cambian las realidades, repiten una afirmación de “creer es poder” de la antigua Grecia particularmente de los filósofos estoicos, una visión individualista que desde el siglo XIX aún tiene continuidad con el positivismo y la psicología entre otros seguidores. Así, se cree que los individuos poseen la capacidad de autodeterminación, la de definirse a sí mismo y el suponer que las realidades cambian según sus creencias, como una convicción idealista, que las realidades son, según las interpretamos, creemos o imaginamos. Estas posiciones no son del todo ajenas de las convicciones y relaciones cotidianas, dado que se han inventado intencionalmente leyes, decretos, reglamentos o disposiciones tiránicas a los pueblos y creado a través del tiempo un sistema con estructuras y relaciones, que han afectado y concretado condicionamientos, regulaciones y pautado las acciones y conciencias, así como hacer de la explotación y la esclavitud de las colectividades un proceso natural.

Nuestra historia pionera de un Estado democrático y moderno nos permite apreciar las profundas diferencias con el presente, como también nos muestra, que no ha sido una fantasía el haber construido temprana y peculiarmente un Estado de Bienestar en Costa Rica, como tampoco, es una utopía la concreción de un Estado obediente de las necesidades del pueblo y la realización de los anhelos y el bienestar de todos los ciudadanos, lo cual es imposible de los que recrean incesantemente los poderes privativos heredados. Pero, no ha sido solo el poder autoritario quien han destruido la democracia también comprometió nuestra responsabilidad política con el futuro. No defendimos lo conquistado.

La obediencia sustenta al sistema de papel de las dictaduras de todo tipo, mientras que la desobediencia civil es un proceso que construye democracia y justicia social, que no es un invento, pues la historia de los pueblos son hechuras colectivas y ciudadanas. Es inhumano y tiránico, en un mundo interdependiente, que unos pocos determinen el destino y vida de todos en las sociedades.

Mientras no exista un pensamiento que aglutine críticamente el devenir político de la sociedad civil, es difícil esperar un mandato presidencial progresista de cualquier partido. Sin organización ni acción colectiva solidaria, la ambición destructora, explotadora y privatizadora del sistema y del poder autoritario, nos asesina suicidándose.

Narcotráfico, sedición a la Patria y discurso de odio y violencia

A la opinión nacional e internacional

Partido Vanguardia Popular – Costa Rica
Fundado – 16 de junio de 1931

Las declaraciones recientes de Rodrigo Chaves Robles, de José Fabio Pizarro y Minor Vargas, son temerarias, irresponsables y forman parte de la narrativa del odio y violencia a que nos tiene acostumbrado el inquilino transitorio de la casa de Zapote.

El llamado a la “guerra civil” por parte del actual mandatario, rebasó todos los límites de la naturaleza del ser costarricense.

Por su parte, las declaraciones del exjefe de policía José Fabio Pizarro, acusado y condenado por narcotráfico y el apoyo, explícito, del excomandante Minor Vargas, se ajustan a tres aspectos que nos debe llamar la atención:

  • Son caja de resonancia del discurso de odio y violencia de la magistratura actual.

  • Servir al crimen organizado, le da un plus a Pizarro, para reclutar “policías especializados” y “reservistas”. Ambos van a requerir pagos costosos. ¿quién los va a financiar?

  • Irrespetan una vez más la institucionalidad, al declarar públicamente que “es necesario apoyar a Chaves después de los operativos judiciales”. Una clara intromisión en el ejercicio de la justicia.

Si se hace un llamado a la vía armada, se da por sentado que se están violentando una serie de principios legales y constitucionales. Se viola la Ley de Armas y Explosivos n.7530, el artículo 88 del Código Penal, el artículo 4 de la Constitución Política y el artículo 301 del Código Penal que establece penas de prisión para aquellas personas que llamen a alzarse en armas. Suficiente material legal para que, desde ya, el OIJ proceda a investigar a Pizarro y Vargas.

Solo dos párrafos o frases para tomar en consideración:

1.- “Podemos hacer una buena presentación ante este señor, uniformados, fatigona, bien bonitos”.

2.- “No somos un grupo militar o paramilitar, ni incitadores ni alborotadores”.

Hoy estamos de cara a una acentuación del discurso del odio, frente a un llamado a la sedición a la Patria, al irrespeto de la institucionalidad, a romper con la tradición democrática de nuestro pueblo y a quebrantar la paz social.

La convocatoria, obviamente, es explícita, va dirigida a exoficiales y reservistas, no a la ciudadanía, no al pueblo. No, es a un amplio sector con formación militar; lo que da por sentado –como diría la señora de PURRAL– que ambos militares (policías especializados) no parten de cero. En algún lado están las armas y los mercenarios. Y detrás de la propuesta, el fantasma del narcotráfico, capaz de apoyar cualquier aventura antidemocrática.

Recordemos, tal y como lo señala la DIS, al indicar que José F. Pizarro es un “hombre que tiene amplia preparación policial operativa” y que, además, para Vargas, el grado de excomandante no se da virtualmente.

Respecto al presidente, su desconocimiento histórico de los hechos políticos sobre la Guerra Civil de 1948, son el fiel reflejo de 35 años de estar desvinculado y ausente del sabor de la idiosincrasia de los ticos y las ticas.

Cuando el pueblo, en su conjunto, ha hecho el esfuerzo de restañar las heridas del Guerra Civil, la lengua suelta de la realidad concreta y su discurso precipitado al odio, incitan desde la primera magistratura a la Guerra fratricida, a la confrontación entre hermanas y hermanos. Que duro enseñar a nuestras generaciones venideras, esta amarga lección de “educación ciudadana”.

Usted, señora, señor, profesores, campesinos, obreros, intelectuales, en fin usted costarricense como yo, tenemos un serio compromiso histórico, defender el estado social y el estado social de derecho. Pero de la misma forma, por nuestro ideario democrático, debemos de luchar contra cualquier engendro de grupos paramilitares, al estilo de la mano blanca, el Movimiento Costa Rica Libre o de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) o de estos nuevos uniformados de fatigona.

La paz, la autodeterminación, la soberanía y la democracia forman parte del legado histórico nacional y de nuestra memoria de clase.

¡Sí a Costa Rica, no al paramilitarismo y el narcotráfico!

El presidente exacerba sistemáticamente la violencia y la inseguridad

Marco Vinicio Fournier

Marco Vinicio Fournier

En los últimos meses, diversas encuestas muestran que la población costarricense coloca la inseguridad ciudadana como el principal problema del país. Esta es una percepción muy realista de la situación nacional, puesto que el análisis de cualquier indicador de violencia señala claramente un aumento abrupto a partir de finales de la década pasada. Las estadísticas muestran un descenso importante durante la pandemia de COVID-19, para volver a incrementarse en los últimos años, alcanzando en muchos casos cifras récord.

El problema actual de la violencia abarca todos los ámbitos y dimensiones del fenómeno. Además de la conocida tasa de homicidios, el incremento en la violencia cubre cualquier ámbito de la interacción social, de modo que el aumento se refleja de forma crítica en la violencia doméstica y en la cantidad de femicidios, en los accidentes de tránsito y las muertes en sitio, los conflictos en las comunidades o las agresiones en los centros educativos. Es natural entonces que las y los habitantes de nuestro país vivan un ambiente de alta inseguridad y con la sensación de su constante agudización.

La violencia, como cualquier fenómeno social, tiene múltiples y diversas causas; sin embargo, nuestros estudios muestran una relación muy importante con los niveles de desigualdad social, el deterioro del sistema educativo, la deslegitimación del sistema político y el desgaste de la confianza en las instituciones. Cada una de estas dimensiones viene mostrando indicadores negativos en lo que va del presente siglo. Una consecuencia muy importante de este proceso de deterioro es la acumulación de estrés, resentimiento y frustración que redunda en un enojo que se generaliza y que refuerza a su vez la deslegitimación. Todo lo anterior redunda en mayor individualismo, menor respeto por las leyes, por el sistema de valores y normas culturales y por los principios políticos de la democracia, facilitando que una proporción creciente de la población busque seguridad y refugio en una figura autoritaria. Esta coyuntura política, cultural y social estuvo en la base del triunfo electoral del actual presidente, quien utilizó como una de sus propuestas más importantes el combate a la corrupción.

Pero la labor del presidente dista mucho de acercarse a un real enfrentamiento de la corrupción en el país. Hasta el momento, no existe ni una sola iniciativa importante por parte del gobierno para combatir situaciones pasadas o presentes de corrupción. Por el contrario, abundan las denuncias de actos ilícitos asociados a una cantidad importante de sus principales colaboradores y a él mismo.

Lejos de combatir la corrupción, el presidente ha reaccionado en la inmensa mayoría de los casos negando la situación y cuestionando directamente a los entes estatales que han manejado las denuncias, entre otros, OIJ, Fiscalía, Tribunal Supremo de Elecciones y Contraloría General de la República. El ataque a estos entes tiende a generalizarse a todos los poderes y a todas las instancias de fiscalización y control. En lugar de buscar un mejor enfrentamiento de la corrupción, ha insistido en debilitar los mecanismos estatales que precisamente se encargan de los hechos ilícitos, de los abusos de poder y de las opciones de encubrimiento.

En lugar de reforzar y sistematizar la lucha contra la corrupción, el actual gobierno ha debilitado y deslegitimado aún más todo el sistema político y jurídico del país. Situación que, como vimos más arriba, no hará más que incrementar los niveles de estrés, enojo y frustración en la población, para estimular a su vez las manifestaciones de violencia y la correspondiente sensación de inseguridad y miedo. Al perder respeto por las leyes y los sistemas de control, mayor será la probabilidad de manifestar directamente las emociones de enojo y frustración y más débiles serán los mecanismos de autocontrol, produciéndose un círculo vicioso, porque la violencia engendra violencia.

Para agudizar aún más la situación, las políticas fiscales del actual gobierno han reducido significativamente el presupuesto de instituciones claves como el Ministerio de Educación, se han negado a pagar la deuda de la Caja Costarricense de Seguro Social y han debilitado los principales mecanismos de redistribución de la riqueza y el combate a la pobreza. A la postre, la desigualdad social se incrementa y la calidad de vida se deteriora para la mayoría de la población, facilitando aún más la deslegitimación del sistema y los niveles de emociones negativas.

Pero, además de todo el desmoronamiento del Estado, el presidente está dando un pésimo ejemplo sobre la manera de manejar el enojo. Lejos de canalizarlo mediante mecanismos de diálogo y búsqueda conjunta de soluciones, cada vez muestra mayores niveles de agresividad y de irrespeto y menor control racional de sus impulsos emotivos. ¿Cómo pretender reducir los niveles de violencia en el país cuando su presidente actúa cada vez de manera más agresiva?

A mi parecer, la conferencia de prensa de ayer sobrepasó todos los límites de violencia. El presidente planteó ayer amenazas bastante explícitas sobre una solución armada a su conflicto con los otros poderes de la República y con los principales mecanismos de control. ¿Cómo pretender reducir los niveles de femicidios cuando el presidente pretende legitimar soluciones armadas ante conflictos sociales?

Por otra parte, también en estos días el presidente ha vetado importantes iniciativas para combatir el crimen organizado y la corrupción y amenaza con seguir vetando cualquier iniciativa que provenga de los otros poderes de la República. ¿Cómo pretender reducir el poder del crimen organizado cuando el presidente rechaza cualquier iniciativa para enfrentarlo?

En conclusión, puede fácilmente comprobarse que el presidente ha contribuido de manera sistemática al aumento de la violencia en el país y por ende a los niveles de inseguridad percibidos por la población. Específicamente, el presidente ha deslegitimado aún más los sistemas estatales de control y fiscalización, ha facilitado un mayor deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población, está dando un muy mal ejemplo al mostrar un inadecuado manejo y control del enojo, una incapacidad para relacionarse positivamente con otras personas y un rechazo de las posibilidades de diálogo y búsqueda conjunta de soluciones, tan importantes en una democracia.

El cambio nominal de Golfo de México a Golfo de América impuesto por Donald Trump. Algunas reflexiones

Vladimir de la Cruz

Amigos, padres de familia y algunos estudiantes, con frecuencia me preguntan, con motivo de la denominación Golfo de América, por parte del presidente Trump, al histórico Golfo de México, qué pienso.

El presidente Trump acude a denominar de esa manera al Golfo de México partiendo del peso que tiene Estados Unidos en el contexto internacional, y en el contexto de las relaciones que tiene con México y Canadá, como países que forman parte de la América del Norte, de las relaciones específicas de México y Estados Unidos, frente al Gran Golfo de la América del Norte, y de las relaciones de estos tres países en el Tratado de Libre Comercio de Norte América, NAFTA.

El nuevo nombre se impuso, de manera oficial, en toda referencia que se haga relacionada con la ubicación geográfica y cartográfica de Estados Unidos, a partir del inicio del Gobierno de Trump, así ya reconocido por la plataforma informativa de Google Maps, en una dimensión proyectada sobre Cuba, Estados Unidos, México en las áreas de Artemisa, y Pinar del Río, de Cuba, de los Estados de Alabama, Florida, Luisiana, Misisipi, Texas, de Estados Unidos y sobre las regiones de Campeche, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán, de México, zonas que dan al Golfo.

Los continentes son grandes masas de tierra. Se reconocen en el mundo varios continentes: Asia, América, África, Europa. También se incluyen la Antártida y Oceanía o Australia. A veces se unifican Asia y Europa como un continente llamado Eurasia. Hay quienes también dividen en términos generales, al continente americano solo en dos partes, América del Norte y América del Sur.

En los anillos que simbolizan los Juegos Olímpicos se representan cinco continentes: Oceanía, América, África, Europa y Asia.

Para “entender” la propuesta de Trump hay que señalar que el continente denominado hoy como América es uno solo que puede dividirse geográficamente en tres partes: América del Norte, América Central y América del Sur. Está rodeado por los océanos Glacial Ártico, Glacial Antártico, Atlántico y Pacifico.

El nombre de América resulta de los procesos de búsqueda de nuevas rutas comerciales que se impulsaron en España y en Europa, en los siglos XV y XVI, para dirigirse a la India y a la China, evitando las rutas tradicionales por el Mediterráneo y las rutas terrestres que desde allí se establecieron.

Cristóbal Colón inició este proceso. Su llegada a la parte insular de la actual América dio origen al nombre inicial con que se llegó a distinguir las tierras a las que había llegado, “Las Indias Occidentales”, acudiendo al viaje por Occidente para llegar al Oriente, región que en ese momento eran desconocidas para los europeos.

En sus cuatro viajes, y hasta su muerte, Colón no llegó a tener conciencia de haber llegado a un “continente”, a una nueva región “gigantesca”. De la isla La Española, 1492, actual República Dominicana y Haití, solo avanzó a la región de Venezuela, en la desembocadura del río Orinoco, en su tercer viaje, 1498 y, en su cuarto viaje, 1502, sobre las costas hoy desde Honduras hasta Panamá.

El impacto de la llegada de Colón desató nuevos viajes, de otros conquistadores y buscadores de rutas comerciales. Así los portugueses llegaron a las costas de Brasil y Vasco Núñez de Balboa, logra cruzar el Istmo, hoy de Panamá, llegando a visualizar el océano Pacífico, 1513, que llamó el Mar del Sur, lo que facilitó las expediciones hacia Suramérica por el Pacífico y el recorrer las costas pacíficas de Centroamérica.

Grandes navegantes de aquellos años, entre ellos, Vasco da Gama, Américo Vespucio, Juan Ponce de León, Pedro Álvares Cabral, Juan de la Cosa, Fernando de Magallanes, Juan Sebastián Elcano, se distinguieron en cruzar el Atlántico y aventurarse en nuevas rutas alrededor del mundo.

Se le debe a Américo Vespucio las primeras referencias a la “continentalidad” del Continente americano, que se llegaron a plasmar en 1507 con el cartógrafo Martin Waldseemüller, gran geógrafo de su época, que en el tratado de geografía titulado “Cosmographiae Introductio”, habla y describe el Nuevo Mundo, con información dada por Vespucio, proponiendo nombrar las tierras para ellos descubiertas como “América”, en exaltación y honor a Américo Vespucio, popularizándose desde esa época este nombre.

Los estudios geográficos y geomorfológicos posteriores permiten dividir el continente americano en tres regiones geográficas, América del Norte, América Central y América del Sur. Son regiones o zonas donde hay características comunes, propias, naturales, que las diferencian entre sí.

Así, la América del Norte es la región o territorio que se encuentra entre el Océano Ártico al norte del continente y el Istmo de Tehuantepec, en México, lindando con el océano Atlántico al este y el Mar Caribe al sureste, y el océano Pacífico al oeste y al suroeste. Esta región comprende también a Groenlandia y sus islas adyacentes.

La América del Norte desde una visión política actual comprende a Canadá, Estados Unidos y Alaska, México y Groenlandia, que pertenece a Dinamarca.

Políticamente comprende los países de Canadá, Estados Unidos y México.

América Central geográficamente es la región comprendida entre el Istmo de Tehuantepec, en México, y la región del río Atrato, en Colombia, que abarca los territorios del sur de México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y la parte norte de Colombia.

El concepto Centroamérica como definición política, no geográfica, solo comprende a Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

Para algunos efectos económicos regionales se ha extendido el concepto de Centroamérica para que formen parte de esta región Panamá y República Dominicana.

La otra gran región geográfica es Sur América o América del Sur, en el resto del continente, desde la Depresión del Río Atrato hasta la llamada Tierra del Fuego, la Antártida y las Islas del Atlántico Sur.

Desde la óptica del presidente Trump, en sus primeros 100 días de gobierno, ha señalado claramente varios objetivos políticos de una nueva definición de proyección geopolítica, de la ubicación geográfica y política de los Estados Unidos en el continente.

Primero, con la propuesta y anuncio de la retoma del Canal de Panamá, su control administrativo, político, económico y militar, con su región colindante, en la llamada Zona del Canal, como lo hacía Estados Unidos antes del Tratado Torrijos Carter de 1977, con el cual Panamá tomó la Soberanía del Canal, en que Estados Unidos acordó rescindir el Tratado original de manera definitiva a partir de 1999.

Trump no está de acuerdo con lo pactado por el presidente Carter y está dispuesto a tomar el Canal si es necesario por la fuerza militar. Ya ha entrado en negociaciones con el actual gobierno de Panamá para ir asumiendo cada vez mayor presencia en la Zona del Canal. En Panamá se han suscitado fuertes protestas populares por este motivo.

Segundo, en el norte ha proyectado el presidente Trump sus objetivos geopolíticos.

Primero, apropiarse de Groenlandia, que como territorio pertenece a Dinamarca, lo cual lo enfrentaría a un país europeo, con ello a la Unión Europea y a la misma Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, en caso de una agresión u ocupación militar, que la OTAN, a la cual pertenece Estados Unidos, que se vería obligada a actuar en defensa de Dinamarca.

En este escenario sabemos cómo actúan los intereses de los Estados Unidos, como lo hicieron con la intervención de los ingleses en Las Malvinas, cuando Estados Unidos se alió a Inglaterra, en perjuicio de Argentina, en que impidió la invocación de la OEA y la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, que Argentina trató de activar.

Segundo, el discurso ofensivo de Trump sobre Canadá considerándolo como el Estado Número 51 de los Estados Unidos, llamando incluso “Gobernador” a su máxima autoridad política, el primer ministro de Canadá, que forma parte de la estructura monárquica de Inglaterra, proponiendo una consulta popular para la adhesión o integración del Canadá a los Estados Unidos, posición que ha sido rechazada por la población canadiense.

Cuarto, replanteando dentro de su visión económica sus relaciones con Canadá y México, alterando los acuerdos contenidos en el Tratado de Libre Comercio de estos países, imponiéndose como la parte más beneficiada de cualquier relación comercial con ellos.

En su conjunto también afectando a todos estos países con las decisiones de aumentar los aranceles prácticamente con todos los países con los cuales Estados Unidos tiene relaciones comerciales, más allá de Tratados o Acuerdos comerciales.

Quinto, le dio un zarpazo a México al denominar oficialmente al Golfo de México como Golfo de América. Cambió el nombre y con ello estableció una jurisdicción proyectada de los Estados de Alabama, Florida, Luisiana, Misisipi y Texas sobre el mar del Golfo. Así se están haciendo los nuevos mapas y así se introdujo la enseñanza de la geografía en las instituciones escolares.

La conquista y la colonización que desarrolló España en América hizo que se impulsara, para la mejor administración de los territorios conquistados, una división administrativa colonial que hizo surgir cuatro Virreinatos en América. El más antiguo fue el de Nueva España o de México, que se estableció en 1535, que llegó a abarcar todo Centroamérica, México y de los Estados Unidos, todos los territorios actuales de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana, Florida, Alabama, Misisipi y Alaska pertenecieron al Virreinato de México.

El Virreinato de Nueva España o de México se extendió a otros territorios de Asia y Oceanía.

Los territorios que llegaron a tener las 13 colonias inglesas, que se habían establecido en el este de Norte América, se independizaron en 1776, siendo hasta entonces territorios que se concebían dentro del Virreinato de México. Ello hizo que los mapas que se elaboraron desde aquellos años establecieran el nombre de Golfo de México, que se ha mantenido hasta hoy, para cubrir todos los territorios desde México hasta los Estados Unidos en el Gran Golfo del Norte de América que ha sido conocido como Golfo de México. Los mapas así lo consignaron desde los años del Virreinato, cuando fueron elaborados en 1562, 1784, 1794, 1822 y cualquier otro mapa así publicado hasta el 2024.

Con el actual cambio de nombre por parte de los Estados Unidos, el Golfo de América comprende hoy las costas de los estados de Florida, Alabama, Misisipí, Luisiana y Texas.

El Golfo de México, por su parte, comprende las costas suroeste y sur de los estados mexicanos de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y la parte norte de Quintana Roo.

Está claro que Donald Trump visualiza su presencia en el Continente Americano de manera contundente. De mayor control político, geopolítico, militar, económico y cultural.

La Doctrina Monroe, desarrollada a partir de 1823 ha sido reactualizada por Trump, teniendo presente las distintas doctrinas y políticas intervencionistas de Estados Unidos en el continente, las doctrinas y acciones políticas del Gran Garrote, de Roosevelt, 1904-1939, la del Buen Vecino y diplomacia del Dólar, siglo XIX y XX, la Doctrina Truman que impuso las políticas anticomunistas en el continente y desarrolló más las bases militares en Panamá, las doctrinas intervencionistas y militaristas, de la Seguridad Nacional, el Plan Cóndor, con motivo de la Guerra Fría, hasta las de Ronald Reagan, con el dominio de su “patio trasero”, o las de políticas y doctrina de Kissinger combinando diplomacia con poder militar.

Con todas estas doctrinas Estados Unidos trató de contener, y de reemplazar cuando fuera del caso, gobiernos y líderes de izquierda, progresista por líderes de derecha, juntas militares o regímenes autoritarios.

Frente al cambio de nombre del Golfo de México hay que replantear, en el campo de la enseñanza y la educación, en general, y geográfica e histórica en los particular, la correcta denominación de las cosas, de las situaciones.

Así, por ejemplo, cuando hablamos o referimos al concepto americano se debe distinguir a todo el continente, y a todos los habitantes del Continente. En la práctica actual americano ha referido casi solo a los ciudadanos de los Estados Unidos, a los que hay que empezar a llamar estadounidenses. Con el nombre de los Estados Unidos de América se conoce a las 13 colonias inglesas que se liberaron de Inglaterra, que luego fueron desarrollándose hasta crear la gran nación de Norte América, hoy con sus 50 estados federados. Así en el caso de la América del Norte tendremos canadienses, estadounidenses y mexicanos, de la misma manera como se conocen los habitantes de cada uno de los países latinoamericanos, guatemaltecos, salvadoreños, hondureños, nicaragüenses, costarricenses, panameños, colombianos, venezolanos, brasileños, guayaneses, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, paraguayos, argentinos y uruguayos.

Si se trata por regiones del continente, se llamará norteamericanos, a los ciudadanos de toda Norte América o la América del Norte, centroamericanos, suramericanos y caribeños.

Es al menos una manera, y un intento, de afirmar nuestra identidad nacional de mejor forma.

Compartido con SURCOS por el autor.