Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula. En el centro de la jaula colocaron una escalera y en el último peldaño un racimo de bananos. Cuando un mono trataba de subir la escalara para agarrar los bananos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los monos que se quedaban en el suelo.
Pasó el tiempo… cuando un mono trataba de subir la escalera, los otros lo agarraban a palos.
Con el tiempo, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de los bananos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos. La primera cosa que hizo el nuevo mono fue subir la escalera, pero fue rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo. El primer mono sustituto participó con entusiasmo de la paliza que le dieron al novato. Un tercer mono fue cambiado y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, junto al último de los monos fueron sustituidos.
Los científicos se quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los bananos.
Si hubiera sido posible preguntar a alguno de los monos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, de seguro la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”.
Esta respuesta suena muy familiar y de seguro usted la ha escuchado alguna vez. A veces nos comportamos de una manera por costumbre, porque “así se ha hecho siempre”, sin ponernos a pensar por qué actuamos de esa manera. Hay que reconocer que lo ocurrido a los monos nos pasa a menudo en la vida real.
Ocurre en los diversos trabajos: una educadora trata de innovar, de buscar nuevo material, de hacer las cosas de una manera distinta y recibe el baño de agua fría de las compañeras más veteranas: “no se mate, para qué hace eso, nadie se lo va a reconocer”. Y luego cuando pasan los años, aquella maestra, le está aplicando la misma receta a otra compañera que tiene su misma actitud entusiasta, y como a ella no la dejaron, ella tampoco deja.
Ocurre también en la política: los precandidatos tratan de presentar nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevos estudios y de inmediato aparecen los otros dándole una paliza, para que no surja, para que no pueda alcanzar el triunfo. Entonces no le queda de otra que acomodarse y hacer la política como siempre se ha hecho y al igual que los monos, aprenderá a apalear a los que lleguen con nuevas ideas.
Vivimos en una sociedad donde el innovador, el creativo, el pensante, el esforzado, el que quiere subir la escalera en busca del triunfo personal y comunitario, es frenado por sus mismos amigos, por su misma familia, por sus mismos jefes. Así generación tras generación vamos heredando una sociedad frustrada, pesimista, deprimida. Una generación incapaz de hacer proyectos nuevos por el temor o por el miedo.
La Academia Morista Costarricense y el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la conferencia Juan Santamaría: el hombre y el héroepor Adrián Chaves Marín.
Marco Aguilar, declamando. Cortesía: Roberto Barahona.
Hace apenas un mes, el 1° de marzo, nos reunimos en Turrialba, en una sala de la casa del amigo Roberto Barahona Camacho —que fuera un aposento del antiguo restaurante La Feria—, para presentar de manera oficial, de parte de la Revista Comunicación, del Instituto Tecnológico de Costa Rica, el dosier o suplemento Un tributo a Marco Aguilar, poeta tan turrialbeño como universal.
A dos años exactos de su partida —ocurrida el 3 de marzo de 2023—, ese fue un convivio al que concurrimos varios miembros de su familia y amigos cercanos, más algunos poetas, gestores culturales e intelectuales de la localidad. En él, de manera distendida y espontánea, esa hermosa tarde de sábado evocamos la amada memoria de Marco, al narrar anécdotas, declamar sus poemas, o conversar acerca de su vida y su obra, cuyos aspectos esenciales conforman el citado dosier.
Mientras escuchaba las numerosas intervenciones que hubo, se me ocurrió que hay una dimensión poco o nada conocida de Marco, como lo es su profundo y sentido interés, con visos de veneración, por aquellos hombres y mujeres que hace 169 años —de marzo de 1856 a abril de 1857— empuñaron las armas cuando la patria se vio amenazada por las hordas filibusteras que, lideradas por William Walker, deseaban implantar la esclavitud en Centroamérica y anexar nuestros países a EE. UU. Y es por eso que, pocos días después, me di a la grata tarea de recopilar lo que Marco escribió al respecto —que no se limitó a la poesía, como se verá pronto—, y que aparece a continuación.
Dos poemas de la juventud
Al hurgar en su acervo poético, se percibe que, aunque quizás haya algunos materiales inéditos, escribió tres poemas directamente relacionados con la llamada Campaña Nacional contra los filibusteros. Eso sí, el primero y el segundo de ellos no figuraron en ninguno de sus poemarios, aunque fueron compilados en el libro Otra reunida de Marco Aguilar (EUNED, 2009).
El primero corresponde a un soneto, intitulado 56, el cual data de 1964. Se centra en la figura del héroe nacional Juan Santamaría, a quien de manera acertada llama Juan de Fuego, por el osado y valeroso acto en el que, durante la batalla de Rivas, Nicaragua, tea en mano y al precio de su vida, quemó el mesón o albergue donde se guarecían los altos mandos del ejército filibustero, incluido Walker, quien pudo escapar después, en la madrugada.
Por su parte, el segundo, denominado La ruta de la pólvora, es mucho más extenso, pues consta de seis estrofas. En él se retrata el apacible país que éramos, de maizales y cacaotales, así como de cálidas y fragantes panaderías, antes de ser agredido por el invasor Walker, al igual que describe la bravía y gallarda respuesta de sus hijos para ir a defender la patria, a la vez que advierte que el filibusterismo, aunque agazapado, sigue vivo por aquí, entre tanto entreguista. Dicho poema está fechado el 1° de mayo de 1966, al conmemorarse el 109 aniversario de la rendición de Walker; circuló en el semanario Libertad, órgano del Partido Vanguardia Popular, para el cual Marco —en sus años de militancia en la izquierda— trabajaba como corrector de estilo, según me lo contó una vez.
Esos poemas dicen así:
56
Eran tiempos de sangre y agonía. La pólvora quemaba, se quemaba, y por quinientos mares navegaba el trapo negro de la piratería.
Como siempre, del Norte nos venía una jauría de filibusteros. Pero a quemar sus huesos traicioneros ¡llegó el incendio con Santamaría!
Llegaste, Juan de Fuego, con la muerte y con los tigres y con las panteras ¡y entonces no pudieron detenerte!
Los enterraste bajo las banderas, te dieron plomo y plomo hasta la muerte ¡y tu muerte impidió que te murieras!
Busto de Juan Santamaría. Foto: Luko Hilje
La ruta de la pólvora
1
¿Qué queréis? ¿Que repita la simple ocupación de aquellos tiempos? Los maizales temblando tiernamente bajo el azote de los aguaceros; los cacaotales habitados de reptiles profundos. ¿Queréis que os diga cómo eran las ciudades sobre todo en la noche, cuando todas las puertas se cerraban? Sólo los hornos de las panaderías, entonces, conservaban la luz, la calentaban. Había un olor a pan en todas las esquinas.
2
Y entonces vino Walker. Sus soldados conocían el sonido de la sangre, la conocían humedeciendo el polvo, enrojeciendo libros, documentos. Los soldados de Walker se conocían la sangre de memoria.
3
Pero desde los oscuros cacaotales, de los hondos talleres ciudadanos fue saliendo un ejército, creciendo, y dejaron de oler a pan las calles.
4
¡Maldito el hombre por cuya culpa las panaderías cierran sus puertas anchas y sus hornos, los niños se nos ponen pensativos, profundos, las campanas se vuelven alarmantes y las muchachas niegan a las calles la luz altiva de su adolescencia! ¡Maldito William Walker!
5
Luego fue lo demás: el camino durísimo, las piedras, los rifles que aún no pronunciaban su palabra mortal, definitiva. Y aquella angustia, al fin, de la batalla. Ver al vecino doblarse suavemente a la tierra humillada. Y de inmediato se incendió la tea, porque a los pueblos nunca les faltará un Santamaría. No era sólo la tea. ¡Era el brazo también, que se quemaba! ¡Era la patria en pie sobre las llamas quemando al invasor, dándole fuego con un brazo tenaz, desesperado!
6
Muchos dicen que ya no quedan más filibusteros. Sin embargo, yo los veo diariamente buscando empréstitos, zalameros, hipócritas, disfrazados tal vez de embajadores. Y comprendo que un día volverán con la metralla; nuevamente los niños en las calles cesarán de jugar y entonces todos cerraremos las casas, los talleres, y andaremos la ruta de la pólvora, andaremos de noche un camino de teas incendiarias ¡para reconquistar lo que nos han quitado!
Un poema de la madurez
Ahora bien, el tercer poema de Marco tiene una génesis muy diferente de los dos previos, y sumamente grata, de la cual puedo dar plena fe.
Esto es así porque, aunque durante mis años de residencia en Turrialba nunca dialogamos acerca de los hechos y los personajes de la inmarcesible Campaña Nacional, una vez que me jubilé y pude dedicar tiempo a estudiar esta gesta —tan determinante y significativa en la historia patria—, era una cuestión recurrente en nuestras conversaciones en el ahora añorado restaurante La Feria, en mis visitas a Turrialba.
En efecto, como lo narro en el artículo Seis poetas le cantan a don Juanito Mora (Nuestro País, 30-IX-22), hace unos 15 años le propuse a la dirección de la Revista Comunicación que publicáramos un número dedicado a los tres principales líderes de la Campaña Nacional: don Juanito, su hermano el general José Joaquín Mora Porras, y el general José María Cañas Escamilla. Me comprometí a coordinarlo y, con la ayuda de varios compañeros del grupo cívico La Tertulia del 56 y otros patriotas, en 2010 culminamos con éxito ese proyecto, plasmado en el número monográfico Héroes del 56, mártires del 60: los hermanos Mora y el general Cañas.
Cabe destacar que en esa ocasión, al compilar los poemas existentes, me percaté de que tanto Jorge Debravo como Alfonso Chase habían publicado sendos poemas, intitulados Invocación a Juanito Mora y Don Juan Rafael Mora, respectivamente. Por tanto, se me ocurrió que para mi artículo Un manojo de poemas para los tres próceres, sería lindo incluir un poema de cada uno de los principales miembros del célebre e innovador Círculo de Poetas Costarricenses, que en el decenio de 1960 socolloneara los cimientos de la lírica nacional.
Eso sí, me faltaban cuatro de ellos: Laureano Albán, Julieta Dobles Yzaguirre, Arabella Salaverry y Marco. Por fortuna, como los conocía a todos, no tuve pena ni reparo en abordarlos, para solicitarles su ayuda en esta causa patriótica.
Asimismo, como en ese momento no había tanta urgencia, y la inspiración poética no puede ser forzada, sino que es un acto totalmente espontáneo, les di el tiempo necesario para concebir sus poemas. Al final, llegaron a mis manos los respectivos poemas, que se intitularon Juanito desconocido, Invocación a don Juanito, Juanito Mora esperanza, y Hamacas y cañones. Por tanto, las voces de estos cuatro poetas y dos poetisas quedaron fusionadas con las de Graciliano Chaverri, Román Mayorga Rivas, Jenaro Cardona, Carlos Gagini, Carlomagno Araya y Arturo Echeverría Loría, quienes mucho antes habían cantado a nuestros próceres.
Don Juanito y José Joaquín Mora, más el general Cañas. Autor: Carlos Aguilar Durán
En fin, ese fue el origen de este poderoso poema de Marco, el cual aparece a continuación:
Hamacas y cañones
Solo los de la casa podían decirle Juan, quiero decir sus padres y unos pocos parientes. Nosotros no pudimos, sencillamente porque no nos salía. Viéndolo por la calle, viéndolo detrás de un mostrador o inclusive detrás del escritorio de la Presidencia, para nosotros era siempre Juanito, no tanto por su mínimo tamaño sino por el cariño que todos le teníamos. Le tenemos. No podemos negar que era bajito, tal vez de la estatura de Bolívar. Todos supimos siempre de sus cosas, su ser ligeramente deshonesto en cosas de negocios, esa mala costumbre de favorecer en algo a sus parientes como era lo habitual en esos tiempos. Pero pasó algo extraño con Juanito: que comenzó a crecer siendo ya adulto. ¡Qué curioso! Todos nos sorprendimos al mirarlo unos cuantos centímetros más alto el formidable día de la Proclama, y se mantuvo así hasta la hora en que echó a caminar con sus soldados en el seco verano de ese año, ese viaje impensable para otros. De inmediato vimos que había crecido nuevamente y estuvimos hablando del asunto. Pero hubo muchos que se quedaron cómodos sorteando en sus hamacas los calores y soñando en la muerte de Juanito. Siempre han estado allí, siempre a la sombra pero de vez en cuando se levantan de sus sueños malditos viendo cómo lo ensucian, ellos, los que nunca supieron defender con un rifle las fronteras amadas que cuidan de sus hijos, haciendas y mujeres. Los que no merecían ni merecen tener hijos, esposas, mucho menos que los sepulten en esta misma tierra. Y todavía se levantan de nuevo después de tantos años los mismos descastados, los mentirosos llenos de lagañas, los que nunca pudieron ni pueden ni podrán reducir un milímetro la altura de Juanito ni borrarle ese brillo de los ojos. Porque nadie, nadie puede negar que fue valiente. ¡Ah, cómo soñaría William Walker acertarle aunque fuera un balazo, un único balazo, un solitario balazo en la cabeza y observar su cerebro destrozado, su sangre irreprochable en media calle! Pero ese no era el destino de Juanito y por cada balazo que lo erraba crecía por lo menos dos milímetros. Parecía indestructible: no se ahogaba, no caía del caballo ni lo mataba el cólera. ¡Era enorme! Pero él y sus soldados derrotaron a un enemigo sólido, tangible, y más tarde perdieron la batalla frente a alguien tan pequeño que no pudieron ver jamás pero que los mataba: una bacteria. Y sin saberlo, le traían la peste a sus familias como un regalo trágico del viaje. Nunca hubo en la historia de los pueblos desfile victorioso más lleno de tristeza, con las carretas llenas de cadáveres, patrióticos cadáveres que nunca más levantarían un rifle, sostendrían un arado, cosecharían los frutos de la tierra. Con todos ellos se devolvió Juanito y por todos lloraba. Al poco tiempo tuvo que exiliarse, cuando sus enemigos se fortalecieron; pero no soportaba vivir lejos y pronto regresó, creyéndoles a los traidores, a los mentirosos. Muy tarde comprendió lo que pasaba y entonces fue más alto que ninguno: no suplicó, no se puso a temblar cuando escribió las cartas, no maldijo. Lo fusilaron y él aceptó su muerte como aceptó su vida: de pie frente a las balas. Por desgracia esas balas sí acertaron. Todas, todas. Ni una sola falló. Pero como eran nuestras, las recibió con gusto.
Marco como prosista
Aunque menos conocida esa faceta suya, Marco también escribió prosa —bastante de ella inédita—, entre la que figuran numerosos artículos de opiniónpublicados en la hoy extinta Revista Lectores, fundada y dirigida por el periodista turrialbeño Luis Alejandro Romero Zúñiga; posteriormente se le bautizaría como Turrialba Desarrollo.
En cuanto a la Campaña Nacional, ahí él escribió un artículo intitulado Los hijos de las peñas,en el cual argumentaba lo siguiente:
“Decía el maestro Joaquín García Monge que «no somos hijos de las peñas», para significar que tenemos arraigo en esta tierra; quiero decir, padres, abuelos y bisabuelos enterrados aquí. El apego, que llaman. Pero, por desgracia, algunos compatriotas desnaturalizados no lo entienden así. De las maneras más cobardes y sucias, pretenden apearse a Juanito y compañía del justo pedestal en que los hemos puesto. Con mentiras, con “bromas” y chistes desafortunados intentan desprestigiarlos, ensuciarlos, demeritar su hazaña y su grandeza. Incluso se han atrevido a meterse con Juan Santamaría, negando su existencia o ridiculizando su muerte heroica. Dios los perdone”.
Antes de continuar, es pertinente indicar que Marco inició dicho artículo con la siguiente advertencia: “Hace tiempo he tenido la curiosidad de preguntarle a alguno de mis amigos historiadores cuáles son los hechos más detestables en nuestra vida como nación. Sería bonito levantar una lista de lo más sucio y lo más cobarde que hemos hecho los costarricenses. Esas cosas por las cuales se nos cae la cara de vergüenza, a pesar de los años transcurridos. Aunque, viéndolo bien, no tendría nada de bonito, pero sí sería muy instructivo. Porque de eso se trata: de aprender”.
Y, tras referirse a otros hechos deleznables, relataba que “En estos días se cumplen 150 años de un fusilamiento muy diferente: el de don Juanito Mora y el general José María Cañas en Puntarenas, uno de los acontecimientos más asquerosos de nuestra historia. Perdón, asquerosos no es la palabra, pero en este momento no se me ocurre una más dura. Más insultante. Los valientes patriotas que condujeron a nuestras tropas en su hora más brillante, los que derrotaron a William Walker, esclavista maldito. Los que nos llenaron de orgullo y dejaron con la boca abierta a los filibusteros, que jamás esperaban encontrar combatientes tan dispuestos a morir por la patria. Nuestros mejores líderes fusilados por sus mismos soldados. ¡Vergüenza, deshonor! No hay abrasivo, detergente ni ácido que borre esa mancha. No habrá perdón para los asesinos”. Y, a continuación, afirmaba: “Pero a los que piensan que estas son cosas de otros tiempos, les tengo una noticia: estamos llenos de filibusteros y partidarios de filibusteros. Por desgracia nacidos en Costa Rica, con cédula y a veces pasaporte costarricense”.
Y, para concluir, de manera contundente, señalaba: “La historia debe servir para mejorar, para corregir los errores del pasado. La historia no debe ser arqueología, sino lección de vida. Tanto las cosas que nos enorgullecen, como las que nos llenan de oprobio, deben ayudarnos a corregir el presente y alumbrarnos el camino futuro. Pero esto no siempre funciona así: me cuentan que en un colegio privado de San José no conmemoran el 11 de abril, pero el 4 de julio hacen una Asamblea para explicar a los alumnos el significado de esa y otras fechas importantes para Estados Unidos. Al parecer, algunos profesores llaman a nuestra celebración «el día del empujón», en relación con el cuento de que el soldado Juan no fue voluntario, sino empujado por algún bromista, uno de esos chistes que solo les pueden hacer gracia a los que no tienen patria. Y solo ellos se ríen, los descastados, como se hubiera reído William Walker. Estos especímenes no merecen llamarse costarricenses”.
La Asociación Internacional de Críticos de Artes – Costa Rica y el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Benemérita Biblioteca Nacional le invitan a la actividad del ciclo Aula Encendida Libertad artística en la cultura costarricense. La actividad que será moderada por Alvaro Zamora Castro y contará con la participación de Elizabeth Barquero, Loida Pretiz, Pedro García, Philipp Anaskin.
La actividad se realizará el miércoles 9 de abril a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá en el Facebook: Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/
La Academia Morista Costarricense, el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional y el Museo Histórico Juan Santamaría, se complacen en invitarle a la inauguración de la exposición La Campaña Nacional. Historia y Arte, con la conferencia inaugural Historia, arte y literatura: la otra parte de la historia por el Dr. Luis Thenon.
El Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complace en invitarle al Homenaje a la investigadora, curadora y profesora María Enriqueta Guardia Yglesias, por su aporte a la difusión y protección del patrimonio artístico costarricense.
La actividad será presencial el martes 8 de abril a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional.
Del 3 al 6 de abril los más pequeños de la casa podrán disfrutar de manera gratuita de Tiliches, chunches y otros cachivaches, una obra de teatro infantil donde tres singulares seres deTilichelandia presentan a su amigo Mr. Grip, un viejo músico hecho de varios objetos. Este invitado especial compartirá un regalo para el público, pero para lograrlo, primero necesitará escuchar tres historias que lo ayudarán a creer en sí mismo.
Esta obra fue creada y dirigida en el 2023 por el egresado de la licenciatura Randy Gutiérrez. “Tiliches, chunches y otros cachivaches, es una obra de teatro de objetos donde se combina el arte del pop-up y la manipulación de objetos para crear un mundo mágico y lleno de creatividad. El Proyecto Teatro UNA toma el reto de crear y mantener una obra de repertorio con temática infantil, que hable de temas importantes como: creer en uno mismo, amarnos por lo que somos y saber que todos tenemos un propósito en nuestras vidas”.
Teatro UNA y el Proyecto Teatro en el Campus de la Escuela de Arte Escénico, le traen la tercera temporada a cargo de Kendall Rojas González, Paola Vásquez Sandí, Saúl Miranda Barrantes y Alexa Calderón Mora, estudiantes del bachillerato en Arte Escénico.
Las presentaciones serán en el Teatro Centro para las Artes (CPA), ubicado en el campus Omar Dengo en Heredia. El viernes 4 a las 3 p.m. y sábado 5 y domingo 6 a las 11 de la mañana. La entrada es gratuita, pero el cupo es limitado. La obra es recomendada para mayores de 4 años y puede reservar su espacio llenante el formulario: https://bit.ly/4hZEh7b
Teatro UNA es un proyecto Integrado de la Escuela de Arte Escénico que busca a través de la Docencia, la Investigación y la Extensión, promover un espacio de formación profesional para los estudiantes de la carrera en Arte Escénico, quienes a través de procesos creativos de montaje y procesos de investigación escénica generan y comparten el conocimiento generado desde el bachillerato y la licenciatura con la comunidad nacional e internacional.
La Asociación Costarricense de Artistas Visuales y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la inauguración de la exposición Unidos por el color y la sensibilización artística que contará con la participación de artistas de Comitivas Internacionales RELAC/ACAV Latinoamérica y El Caribe.
La actividad será presencial el jueves 3 de abril a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/
La exposición estará abierta al público del 3 de abril al 14 de mayo, de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 6:00 p.m.
El Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional y World Graphics, se complacen en invitarle a la presentación del libro Animal difícil/Difficult Animal poemas de Víctor Hugo Fernández con transversiones al inglés de Michel Pharand. Participan en la actividad Álvaro Mata Guille, Guillermo Fernández y Víctor Hugo Fernández.
La actividad será presencial el lunes 31 de marzo a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/
La “Enciclopedia Malecu de los Animales” es una publicación monolingüe con fines didácticos producida por la Vicerrectoría de Acción Social y personas del pueblo malecu, con sumo respeto hacia las personas poseedoras del conocimiento biológico y cultural acerca de los animales en la tradición de dicho pueblo.
Este nuevo avance es parte del compromiso de la UCR con la multiculturalidad y el respeto hacia los pueblos y territorios indígenas
Con un nuevo aporte a la diversidad lingüística costarricense, el pasado 23 de febrero la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica (UCR) presentó la “Enciclopedia Malecu de los Animales”, un valioso aporte logrado gracias al proyecto “Diversidad y Patrimonio Lingüístico de Costa Rica” (EC-408), una iniciativa de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura.
Con la asistencia de personas de las comunidades indígenas y funcionarios de la UCR, se hizo la entrega formal de esta enciclopedia que implicó un arduo trabajo de recopilación entre personas habitantes de los tres palenques malecu El Sol, Tonjibe y Margarita.
El acto tuvo lugar en el Centro de Capacitación Tafájólo (huella de felino) en el Palenque Margarita, en San Rafael de Guatuso de Alajuela, con la participación de Raquel Fonseca Marín, quien redactó y revisó los textos, y del profesor Carlos Sánchez Avendaño, docente coordinador del proyecto EC-408, quien como lingüista ha impulsado la publicación de una diversidad de materiales sobre otras lenguas indígenas.
El trabajo de recopilación de esta nueva enciclopedia se realizó entre los años 2020 y 2021, e involucró a un equipo humano que facilitó sus distintos saberes para lograr el producto final. Según Sánchez, “para resolver dudas se recurrió a la asesoría experta de Nísida Elizondo Muñoz, una reconocida portadora de conocimiento malecu. Las ilustraciones e identificación de cada animal partieron de una base de datos sobre animales propios de la zona norte de Costa Rica elaborada por el biólogo Jeremy Klank Araya, como parte de un trabajo comunal universitario (TCU). Además, se recurrió a la sistematización biológica del científico Isaac Solano Rodríguez, como parte de otro proyecto de TCU, quien ya en el pasado había apoyado la publicación ‘Diccionario pictográfico de los animales’, en esa mismo idioma, el cual contenía únicamente ilustraciones y nombres de animales en malecu”.
Un paso más hacia la revitalización
La investigadora malecu Raquel Fonseca Marín y el profesor Carlos Sánchez Avendaño son los coautores de la Enciclopedia Malecu de los Animales, una nueva publicación producida por la UCR en aras de la revitalización de las lenguas indígenas costarricenses. Foto Teodoro Willink-VAS, UCR
El actual territorio está conformado por unas 3.000 hectáreas y una población de 500 habitantes que identifican como malecus, aunque a principios del siglo XIX comprendía unas 110.000 hectáreas que contenía áreas de habitación, sitios de pesca, cacería, recursos hidrográficos, boscosos y lugares sagrados para dicha cultura.
El territorio está dentro del cantón de Guatuso, Alajuela, y solamente persisten unas 250 personas que dominan la lengua en diferentes grados, desde hablantes plenos, semihablantes, recordadores, de competencia limitada. Dada la situación de este idioma se puede afirmar, comentó el Dr. Sánchez, que “cuatro de las lenguas indígenas habladas en el territorio costarricense están atravesando por un proceso de desplazamiento gradual ininterrumpido: el malecu, el bribri, el cabécar y el criollo limonense”.
Existen diversos factores para dicho desplazamiento, entre ellos la falta de políticas de Estado para preservar de manera efectiva el patrimonio cultural de los pueblos y territorios autóctonos. Además, explicó Fonseca, “la cultura y la lengua se transmitía por herencia familiar, pero si las familias lo dejan de hablar se pierde, pero ya la gente está cambiando de manera de pensar para que la cultura no se pierda. Y otro asunto que nos afectó, fue la influencia de las religiones cristianas en nuestros padres y madres. Pero ahora habemos muchas personas mayores que estamos preocupados por enseñarles a los nietos, hoy nos damos cuenta que fue un error”, citó la investigadora malecu.
Fonseca, quien también ha participado en otros proyectos de rescate lingüístico, explicó que el proceso de recolección de información fue mediante entrevistas a vecinos de los tres palenques, familiares que dominan la lengua, y allegados que tienen confianza en lo que hacen. “Al principio cuando iniciamos estos proyectos había muchas críticas porque en nuestra cultura no es a cualquier persona que le compartimos el conocimiento que heredamos de nuestros antepasados, pero con el tiempo puedo decir que más personas se han interesado en la documentación en las enciclopedias y diccionarios, porque hay que pensar en quién le va a enseñar a las futuras generaciones. Ahora habemos muchas personas mayores que estamos preocupados por enseñarles a los nietos, hoy nos damos cuenta que fue un error”, citó la investigadora malecu.
Durante la presentación de esta nueva enciclopedia, aseguró Fonseca, mucha gente expresó su agradecimiento hacia el equipo que recopiló la información y “hacia la UCR por estar sacando estos materiales de la recuperación”.
Según Fonseca, quien también ha participado en otros proyectos de rescate lingüístico, el proceso de recolección de información fue mediante entrevistas a vecinos de los tres palenques, familiares que dominan la lengua, y allegados que le expresan su confianza. A la fecha el proyecto EC-408 ha publicado una diversidad de materiales didácticos para el uso de docentes, por ejemplo diccionarios y enciclopedias sobre una variedad de temas como la agricultura, los colores, el cuerpo humano, la casa tradicional malecu, recetas, plantas, entre otros temas.
Con acento propio
La “Enciclopedia Malecu de los Animales” está escrita solamente en idioma malecu, y está organizada según las categorías tradicionales para su clasificación, es decir no sigue las categorías tradicionales de la Biología contemporánea, aunque se incluyeron los nombres científicos y comunes en español, cuando fue posible.
“Muchos de estos animales difícilmente se ven en la actualidad, así que el material sirve de resguardo del conocimiento cultural del pueblo malecu y como recurso para que las nuevas generaciones puedan darse una idea acerca del entorno natural en el que se desarrolló la cultura de sus ancestros”, citó el profesor Sánchez.
La publicación, además del nombre o nombres de cada animal y la categoría a la que pertenece, incluyó información sobre su apariencia, como el color, tamaño, forma o partes del cuerpo, así como su comportamiento, su hábitat, sus hábitos alimenticios, su reproducción, el sonido que emite, y si los malecus lo consumían o no, y los simbolismos asociados en la cultura tradicional. Con algunas excepciones, para la enciclopedia se usó la ortografía descrita por Adolfo Constenla Umaña, quien dedicó gran parte de su vida a este idioma.
El proyecto “Diversidad y patrimonio lingüístico de Costa Rica” colabora con diversas comunidades etnolingüísticas costarricenses con el objetivo de resguardar su conocimiento cultural y fortalecer la presencia de sus lenguas autóctonas mediante iniciativas de documentación lingüístico-etnográfica que sirven de base para la creación de recursos y actividades de promoción, visibilización, revalorización, enseñanza y revitalización ideados, elaborados e implementados en consulta con miembros de los respectivos pueblos y con la participación activa de adultos, jóvenes y niños de las comunidades con las que trabajamos.
En la actualidad, el proyecto EC-408 tiene en miras un nuevo aporte en malecu sobre cantos sagrados para hechizar felinos, para sanación y prácticas relacionadas con el embarazo, la menstruación y otros aspectos considerados espirituales para dicha cultura. Adicionalmente, se iniciará la recopilación para la elaboración de un calendario tradicional bribri, que explicará cómo se dividen las estaciones del año, que se hace en cada una, qué se puede plantar, cuándo cosechar y un detalle sobre sobre la seca del río, que es una forma de pescar.
El pasado 23 de febrero en el Centro de Capacitación Tafájólo en el Palenque Margarita, parte del territorio indígena malecu, con la asistencia de personas de las comunidades y funcionarios de la UCR, se presentó la Enciclopedia Malecu de los Animales. El trabajo de investigación se realizó entre los años 2020-2021 con la coordinación de la lideresa comunitaria Raquel Fonseca (con blusa rosada) y el profesor Carlos Sánchez. Foto Teodoro Willink-VAS, UCR