
El artista desterrado de la institucionalidad cultural
José Luis Valverde Morales
Periodista
Juan Luis Ramírez Vargas, nació en el pueblito de Peñas Blancas, en Esparta, hoy Esparza de la provincia de Puntarenas.
Joven se sublevó al destino de volar machete, se sabía artista, aunque hoy adulto mayor, la oficialidad cultural del país aún le niega el título.
Piso de tierra
Su obra pictórica recoge estampas del tico de cepa, chonete, pies descalzos o enfundado en botas de hule, las vivencias del niño campesino de dieta incierta, pero segura, en árboles de mango, guaba, jocote, anona, mandarina, bananos, baños en pozas de aguas cristalinas, tardes interminables en juegos de quedó, escondido, salve la banca, tantos de la Costa Rica desdibujada en el tiempo.
Le dice ¡No!
La oficialidad cultural le niega los pergaminos, la dictadura de los curadores de arte, señorones de la academia e intereses comerciales, quienes dictan desde el ego, quién sí y quien no, al extremo, un artista logró colocar una escultura invisible en más de $18.000. (dieciocho mil dólares), otro, vendió un banano atado con cinta adhesiva en $6 millones de dólares.
Juan Luis, invitado a exponer en España por la radio del país ibérico, solicitó una acreditación de artista al Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, le fue negada, en su defecto, le ofrecieron una ínfima suma de dinero, rechazada por el orgullo de no saberse profeta en su tierra.
La carta de la oficialidad, al menos le ahorraría la congoja de preguntas incómodas de migración europea, por sus rollos de pinturas con estampas del alma nacional, tan cercanas a las raíces de la Madre Patria.
El artista tiene su estudio taller en el centro comercial Los Laureles, en Escazú, ahí
Imparte lecciones, pinta, pero ante todo, conversa con quien se acerca a contemplar su obra.
Estampas del alma
Un día decidió dejar su humilde terruño, trajo las estampas en el alma, las recrea, en la distancia de los años, por nada del mundo cambiaría la niñez de privaciones y libertad.
Su obra está en casas, residencias, mansiones de Costa Rica y el mundo, aunque la oficialidad del arte se sonroja, le niega el pedestal, el artista no desmaya, se sabe creador de emociones en su clientela fiel.
A veces se aventura en otras temáticas, la esencia del ser costarricense ha llevado comida a su plato, ante todo, le ofrenda el sitial de artista, a contrapelo de quienes no han embadurnado ni un pequeño lienzo, pero dictan cátedra, para erigir a unos y esconder a otros.
Nota:
A Juan Luis se le puede ubicar mediante el número 88158183.










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