Comunicación y diálogo cercano sin intermediarios tecnológicos

José Luis Pacheco Murillo

Se supone que todos los adelantos tecnológicos que hemos tenido en los últimos 30 o 40 años deben o deberían servirnos para tener hoy una mejor calidad de vida, una mayor y mejor comunicación y por ende una mayor cercanía. Sin embargo, como que ese objetivo no se ha logrado.

Si bien es cierto, hoy nos comunicamos al instante e incluso con video instantáneo, eso no ha logrado que tengamos una “mejor” comunicación.

El asunto es que es muy fácil ahora, simplemente marcar o enviar un mensaje en cualquiera de las redes sociales,, decir lo que deseamos o transmitir nenes o postalitas con mensajes de saludos s toda hora del día, hasta oraciones y llamados a una mayor espiritualidad, sin embargo, nada de eso cumple el propósito de la cercanía.

No hay nada para fortalecer los lazos familiares y de amistad como la presencia. Esa cercanía que ha sido atacada despiadadamente por la pandemia a la que se le dio más importancia que a la fortaleza de las relaciones.

Esta sociedad y este mundo no llegarán a esos niveles de desarrollos deseables mientras que la comunicación y el diálogo no sean intensamente cercanos y ojalá sin intermediarios. Esto para todos los ámbitos de la vida social, política y económica.

Debo reconocer mi falta de consecuencia en esta práctica y asumo el reto de cambio como una prioridad para este 2023: más presencia, más cercanía, más ver s los ojos y más ayudar a que eso sea factible en otros que lo quieran, sin presiones ni obligaciones.

Es un buen tiempo para entender que todo adelanto tecnológico debe estar y así debemos asumirlo que lo está, para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra comunicación, para hacerla más profunda y más cercana.

Que Dios nos ayude a disfrutar de la manera más sana y sensata de todo adelanto tecnológico y que sean para nuestro servicio y no para esclavizarnos a ellos.