Comunicado N° 3. Aclaraciones en relación al comunicado emitido por la Vicerrectoría de Acción Social

-15 de enero 2020-

Las universidades públicas se encuentran en medio de un contexto de recortes desde una arremetida neoliberal. La contención de los gastos a lo interno de las universidades pueden parecer medidas administrativas, sin embargo, son decisiones políticas que no han sido consensuadas debidamente en la comunidad universitaria y que terminan siendo utilizadas como medidas electorales o antojadizas.

De este modo, el debilitamiento y desmantelamiento de la acción social no es casual. Vemos como desde el año pasado algunas jefaturas de la universidad están impulsando reglamentos para darle caducidad a los programas de acción social. Tanto la propuesta de reglamento de la VAS, como la de reglamento de Programas Institucionales (R-273-2019) impulsa que los programas existan de 4 a 8 años.

El Programa Kioscos fue revisado, aprobado y creado por el Consejo Académico de la Vicerrectoría de Acción Social en el 2011 (acta 04-11). Durante los 12 años que el programa tiene de existir, ha contado con el apoyo de la vicerrectoría para facilitar diversas gestiones administrativas e incluso convertir los tiempos del personal docente como parte de la vicerrectoría, siendo la VAS nuestra jefatura. Disponer de una plaza de la VAS implica más seguridad laboral que contar con una plaza de apoyo docente.

Esto permitió crear estabilidad para el Programa y ciertos derechos laborales para el personal docente, que hicieron del espacio un referente donde se pone en práctica la acción social, la docencia y la investigación, todos pilares de la Universidad de Costa Rica. Por lo que creemos que la Vicerrectoría puede ser una instancia que crea Programas e iniciativas para fortalecer la Acción Social.

Sin que exista una normativa clara sobre Programas (hace 5 años se está gestionando un reglamento de programas y no hay ninguno vigente), por cuenta propia hemos realizado formulaciones quinquenales para planificar, evaluar y discutir académicamente nuestro trabajo y hemos propuesto formulaciones de reglamento para programas en el Congreso Universitario VUS-6.

Sin embargo, en la actual administración de Henning Jensen han pasado tres distintas jefaturas en la VAS, todas con diferentes proyecciones de trabajo contradictorias y cambiantes. Es con el ingreso de la Sra. Yamileth Angulo, que por primera vez nuestros nombramientos son retenidos y atrasados, nuestras plazas cambiadas de jefatura y se han establecido otros criterios para generar los nombramientos. Si eso no es debilitar un programa, entonces ¿qué lo sería?

Como programa, constantemente hemos inscrito nuestros proyectos en unidades académicas los cuales siempre han sido revisados y evaluados, desde la formulación y a lo largo del proceso de ejecución por consejos científicos de las unidades académicas. Por lo tanto es falso y tendencioso indicar que en general no estamos cumpliendo con los requisitos de la universidad.

En todas las administraciones que hemos vivido en la VAS, nunca nos cortaron un nombramiento mientras se estaba reformulando o renovando un proyecto, al ser funcionarios de la VAS y con un programa que se acoge en espacio, comprendimos que podíamos gestionar labores atinentes al programa. Todo programa tiene funciones más allá de la suma de sus proyectos. Como parte de nuestro quehacer, hemos desarrollado foros, artículos de opinión en el Semanario Universidad, programas de radio, elaboración de material pedagógico, sesiones de autoformación en género, atención en crisis, estrategias de comunicación, entre otras.

Vale aclarar que la vicerrectora se reunió el año pasado con el equipo 4 días antes de que la universidad saliera a vacaciones para notificar los nuevos requisitos -aun cuando el programa le pidió una reunión desde el inicio de su administración-. En esta reunión nos dijo que no realizaría nombramientos a docentes hasta que sus proyectos estuvieran aprobados, sin embargo a esa fecha había 3 proyectos aprobados (uno de ellos hasta diciembre del 2021).

Sin embargo, después de la reunión con la vicerrectora tuvimos que esperar todas las vacaciones y vivir incertidumbre laboral hasta el día 13 de enero, cuando se recibieron las notificaciones por escrito, las cuales ni siquiera fueron dirigidas a nuestras personas, sino a las direcciones de las unidades académicas.

En estos oficios constatamos que el programa pierde un tiempo completo, eso significa una reducción del 27% en la carga docente. En el caso del TC-590 se reduce la mitad del tiempo a ¼ de tiempo para la persona docente, lo que afectaría a los y las estudiantes matriculados. Y si eso no es reducir, entonces ¿qué lo sería?

También señalaron que los nombramientos sólo se realizarán durante tres meses, en los casos que lo ameritaba, aun así cuando demostramos que los proyectos que estaban por aprobarse tenían apoyo de las direcciones de las unidades académicas durante periodos de uno o dos años. Además, al estar supeditados a los ritmos de las unidades académicas y de la VAS para aprobar los proyectos, implica que no se le va poder pagar a dos docentes en los siguientes meses.

En los oficios entregados, se está incurriendo en la cuestionable práctica laboral de que el trabajo se encuentre repartido hasta en 3 jefaturas distintas y asumiendo recargadas laborales al reducir jornadas que estaban pensadas por ½ tiempo a un ¼ de tiempo. Nos preocupa de sobre manera, que todo el personal del programa pase a tener jefaturas distintas, una jefatura por cada unidad en donde está inscrita cada proyecto. Esta medida nos parece que vulnerabiliza la estabilidad administrativa del programa y consolida la visión tecnocrática de que un programa es solo la suma de proyectos.

Por último, lo más grave de todo es que se pide que el programa se inscriba como un proyecto en una unidad académica, cuando no existe reglamentación que lo indique o que se nos haya informado de alguna manera en 12 años que tenemos de existir. De inscribir un programa como un proyecto, estaríamos permitiendo que se acabara un espacio que en la práctica está logrando la trans e interdisciplinariedad.

Todas estas medidas de debilitamiento y contención son decisiones que se han tomado sin consulta y contradicen los planteamientos de la rectoría que indican no se va a afectar la acción social, al personal ni a la población estudiantil. Podemos avistar que las repercusiones de estas decisiones se van a manifestar cuando la vicerrectora no esté en su cargo y nos preguntamos quién se va responsabilizar de esta situación.

Tememos por las decisiones que se puedan tomar sobre el presupuesto de nuestro programa ya que de manera vehemente hemos demostrado la defensa de la acción social.

Agradecemos todo el apoyo recibido por parte de organizaciones, instancias académicas y comunidades, pues ha sido fundamental para la defensa del programa y en general de la acción social.

¡Universidades para las comunidades!

 

Enviado por Mauricio Álvarez Mora.

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