“Educación para transformar: el rol de la formación política”

Esteban J. Beltrán Ulate
Profesor

La formación debe ser una condición necesaria de toda agrupación política. No es posible transformar la realidad, si no se realiza de manera conjunta el ejercicio de la interpretación en diálogo. La vida política, por tanto, involucra una serie de dimensiones entre las que destaca la reflexión y la praxis. La alternativa no se establece de la noche a la mañana en una sociedad, sino que se va tejiendo, día a día, a partir de involucrarse en el contexto histórico como un agente y no como un simple espectador.

Estamos a las puertas de procesos electorales, como suele suceder, aparecen figuras que vivían ocultas tras paredes o bajo la sombra de un protector, por otro lado, surgen figuras recicladas de la política tradicional, con recetas para solventar los malestares que en su momento generaron, a su vez, se despiertan figuras con un carácter carismático que pretenden ser la solución total de la desgracia, pero que bajo su discurso se enmascara un aire de totalitarismo en potencia.

¿Qué debe hacer un grupo partidario comprometido con su rol histórico?, la respuesta es compleja, pero no puede dejar de lado la consigna de formar. Formar para transformarse y transformar, derribar los mitos de la democracia y sembrar la semilla de la esperanza en la política como servicio a la humanidad. Un verdadero líder o lideresa social tiene que estar formado políticamente, por lo tanto, un partido político coherente ha de estimular las plataformas para una educación de la liberación. El estudio debe ser una necesidad de todo militante de un partido que quiera dar un paso al frente y responder de manera alternativa a una política del hastío.

La profunda revolución de las conciencias se dará cuando la formación política sea el instrumento permanente, una formación que no emascule las capacidades creativas, una formación que lleve de la mano a hombres y mujeres al reconocimiento de su rol histórico como agentes de cambio y transformación de y desde los pueblos. Solo así, se erradicará la tentación de esperar en ungidos y se comprenderá que el partido es uno reflejado en todos y todas, y que el proyecto político emancipador está inscrito en cada voz. Por eso estudiar, estudiar y transformar.