El geoeconomista ruso Sergey Glazyev presenta el nuevo sistema financiero mundial

Sergey Glazyev.

Pepe Escobar

Entrevista :: Su ensayo «Sanciones y Soberanía» ha alimentado un importante debate sobre el nuevo paradigma geoeconómico

Sergey Glazyev es un hombre que vive justo en el ojo del actual huracán geopolítico y geoeconómico. Uno de los economistas más influyentes del mundo, miembro de la Academia Rusa de Ciencias y ex asesor del Kremlin de 2012 a 2019, durante los últimos tres años ha dirigido una cartera estratégica de Moscú: Ministro de Integración y Macroeconomía de la Unión Económica de Eurasia (EAEU).

La producción intelectual reciente de Glazyev es transformadora: su ensayo «Sanciones y Soberanía» ha alimentado un importante debate sobre el nuevo paradigma geoeconómico en las revistas de negocios de Rusia.

En otro de sus artículos, Glazyev relata: «Crecí en Zaporozhye, cerca del lugar donde ahora se están librando fuertes combates para dar al traste con los nazis ucranianos, que antes no existían en mi «pequeña Patria». Estudié en una escuela ucraniana y conozco bien la literatura y el idioma ucranianos, que desde un punto de vista científico es un dialecto del ruso. No había nada rusofóbico en la cultura ucraniana. En los 17 años de mi vida en Zaporozhye, nunca he conocido a un solo banderista».

Glazyev tuvo la amabilidad de tomarse un tiempo para brindar respuestas detalladas a una primera serie de preguntas en lo que esperamos se convierta en una conversación continua, especialmente enfocada al Sur Global. Esta es su primera entrevista con una publicación extranjera desde el inicio de la Operación Z.

The Cradle: Usted está al frente de un desarrollo geoeconómico que cambia el juego: el diseño de un nuevo sistema monetario/financiero a través de una asociación entre la EAEU y China, sin pasar por el dólar estadounidense, con un borrador que pronto concluirá. ¿Podría adelantar algunas de las características de este sistema, que ciertamente no es un Bretton Woods III, pero parece ser una alternativa al consenso de Washington y muy cercana a las necesidades del Sur Global?

Glazyev: En un ataque de histeria rusofóbica, la élite gobernante de los EEUU jugó su último «as de triunfo» en la guerra híbrida contra Rusia. Al «congelar» las reservas de divisas rusas en cuentas de custodia de los bancos centrales occidentales, y de los reguladores financieros de los EEUU, de la UE y del Reino Unido socavaron el estatus del dólar, el euro y la libra como monedas de reserva global. Este paso aceleró considerablemente el desmantelamiento en curso del orden económico mundial basado en el dólar.

Hace más de una década, mis colegas en el Foro Económico de Astaná y yo propusimos hacer la transición a un nuevo sistema económico global basado en una nueva moneda comercial que tenga como sustento un índice de monedas de los países participantes. Posteriormente, propusimos ampliar la cesta de divisas subyacente añadiendo una veintena de materias primas cotizadas en bolsa. Se modeló matemáticamente una unidad monetaria basada en una canasta ampliada de este tipo y demostró un alto grado de resiliencia y estabilidad.

Aproximadamente al mismo tiempo, propusimos crear una amplia coalición internacional que enfrente la guerra híbrida desatada por la elite estadounidense contra los países que permanecían fuera de su control.

Mi libro «La última guerra mundial» publicado en 2016, explica seriamente la naturaleza de esta próxima guerra y argumenta su inevitabilidad, una conclusión basada en leyes objetivas del desarrollo económico a largo plazo. Basado en las mismas leyes objetivas, el libro argumentaba la inevitabilidad de la derrota del antiguo poder dominante.

En la actualidad, EEUU lucha por mantener su dominio, pero al igual que antes Gran Bretaña (que provocó dos guerras mundiales) no podrá mantener su imperio y su posición central en el mundo debido a la obsolescencia de su sistema económico. El sistema económico colonial británico basado en el trabajo esclavo fue superado por los sistemas económicos estructuralmente más eficientes de los EEUU y la URSS.

Tanto EEUU como la URSS fueron más eficientes en la gestión del capital humano en sistemas integrados verticalmente y dividieron el mundo en zonas de influencia. Una transición a un nuevo orden económico mundial comenzó después de la desintegración de la URSS. Esta transición está llegando a su término con la inminente desintegración del sistema económico global basado en el dólar, sistema que sentó las bases del dominio global de los EEUU.

El nuevo sistema económico que ha surgido tanto en la República Popular China (RPC) como en alguna medida en la India es la próxima etapa inevitable de desarrollo, es un sistema que combina la planificación estratégica centralizada y la economía de mercado; el control estatal de la infraestructura monetaria y el emprendimiento.

Este nuevo sistema económico ha unido a varios estratos sociales en torno al objetivo de aumentar el bienestar común de una manera sustancialmente más fuerte que las alternativas anglosajonas y europeas. Esta es la razón principal por la que Washington no podrá ganar la guerra híbrida global que inició. Esta es también la razón principal por la cual el actual sistema financiero global centrado en el dólar será reemplazado por uno nuevo, basado en un consenso de los países que se sumen al nuevo orden económico mundial.

En la primera fase de la transición, estos países recurren al uso de sus monedas nacionales y mecanismos de compensación, respaldados por swaps de divisas bilaterales. En este punto, la formación de precios todavía está impulsada principalmente por los precios en intercambios denominados en dólares. Esta fase casi ha terminado: luego que se «congelaron» las reservas de Rusia en dólares, euros, libras y yenes, es poco probable que algún país soberano continúe acumulando reservas en estas monedas. Su reemplazo inmediato son las monedas nacionales y el oro.

La segunda etapa de la transición implica nuevos mecanismos de fijación de precios que no tomen como referencia el dólar. La formación de precios en monedas nacionales implica gastos generales sustanciales, sin embargo, seguirá siendo más atractivo que la fijación de precios en monedas «no ancladas y traicioneras» como dólares, libras, euros y yenes. El único candidato a moneda mundial que queda es el yuan, pero no reemplazará al dólar debido a su inconvertibilidad y al acceso restringido a los mercados de capital chinos. El uso del oro como precio de referencia está limitado por la inconveniencia de su uso para los pagos.

La tercera y última etapa en la transición del nuevo orden económico implica la creación de una nueva moneda de pago digital fundada a través de un acuerdo internacional basado en los principios de transparencia, equidad, buena voluntad y eficiencia. Espero que esta unidad monetaria que hemos desarrollado desempeñe su papel en esta tercera etapa.

Una moneda como esta puede ser emitida por las reservas de moneda de los países BRICS, al que todos los países interesados podrán unirse. El peso de cada moneda en la canasta podría ser proporcional al PIB de cada país (basado en la paridad del poder adquisitivo, por ejemplo), su participación en el comercio internacional, así como la población y el tamaño del territorio de los países participantes.

Además, la canasta podría contener un índice de precios de los principales productos básicos cotizados en bolsa: oro y otros metales preciosos, metales industriales clave, hidrocarburos, granos, azúcar, así como agua y otros recursos naturales. Para brindar respaldo y hacer que la moneda sea más resistente, se pueden crear reservas de recursos internacionales relevantes a su debido tiempo.

Esta nueva moneda se usaría exclusivamente para pagos transfronterizos y se emitirá a los países participantes en función de una fórmula predefinida. En cambio, los países participantes utilizarían sus monedas nacionales para la creación de crédito, con el fin de financiar las inversiones y la industria nacionales, así como para las reservas de riqueza soberana. Los flujos transfronterizos de la cuenta de capital seguirán regidos por las normas sobre las monedas nacionales.

The Cradle: El economista Michael Hudson se pregunta si este nuevo sistema permitirá a las naciones del Sur Global suspender la deuda dolarizada y si la capacidad de pago (en divisas) de esos préstamos podrían vincularse a materias primas? O, ¿en el caso de la deuda con China al capital tangible de infraestructura de capital financiada por crédito extranjero no denominado en dólares?

Glazyev: La transición al nuevo orden económico mundial probablemente estará acompañada por una negativa sistemática a cumplir con las obligaciones en dólares, euros, libras y yenes. En este sentido, no será diferente del ejemplo dado por los países emisores de estas monedas (EE UU, Europa, Reino Unido, Japón) que creyeron apropiado robar las reservas de divisas de Irak, Irán, Venezuela, Afganistán y Rusia por una suma de billones de dólares.

Dado que EE UU, Gran Bretaña, la UE y Japón se negaron a cumplir con sus obligaciones y confiscaron la riqueza de otras naciones que estaba en sus monedas, ¿por qué otros países deberían estar obligados a devolverlos y pagar sus préstamos?

En todo caso, la participación en el nuevo sistema económico no estará condicionada por las obligaciones del antiguo. Los países del Sur Global pueden ser participantes plenos del nuevo sistema independientemente de sus deudas acumuladas en dólares, euros, libras y yenes. Incluso si incumplieran sus obligaciones en esas monedas, esto no afectaría su calificación crediticia en el nuevo sistema financiero.

La nacionalización de la industria extractiva, del mismo modo, no causaría una interrupción. Además, si estos países reservaran una parte de sus recursos naturales para sustentar el nuevo sistema económico, su peso respectivo en la canasta de divisas de la nueva unidad monetaria aumentaría en consecuencia, dotando a esa nación de mayores reservas de divisas y capacidad crediticia.

The Cradle: En uno de sus últimos ensayos, The Economics of the Russian Victory, pide «una formación acelerada de un nuevo paradigma tecnológico y la formación de instituciones de un nuevo orden económico mundial». Entre las recomendaciones, usted propone específicamente la creación de «un sistema de pago y liquidación en las monedas nacionales de los estados miembros de la EAEU» y el desarrollo e implementación de «un sistema independiente de liquidaciones internacionales en la EAEU, SCO y BRICS, que podría eliminar la dependencia crítica de la Sistema SWIFT controlado por EEUU». ¿Es posible prever una campaña conjunta concertada de la EAEU y China para «vender» el nuevo sistema a los miembros de la OCS, otros miembros de los BRICS, miembros de la ASEAN y naciones de Asia occidental, África y América Latina? ¿Y eso resultará en una geoeconomía bipolar: ¿Occidente versus el resto?

Glazyev: De hecho, esta es la dirección a la que nos dirigimos. Lamentablemente, las autoridades monetarias de Rusia siguen siendo parte del «Consenso de Washington» y siguen las reglas del sistema basado en el dólar, incluso después que Occidente se quedó con las reservas de divisas rusas. Por otro lado, las sanciones recientes provocaron un profundo examen de conciencia entre el resto de los países que no pertenecen al bloque del dólar.

Los ‘agentes de influencia’ occidentales todavía controlan los bancos centrales de la mayoría de los países, obligándolos a aplicar las políticas suicidas prescritas por el FMI. Sin embargo, tales políticas en este momento son tan obviamente contrarias a los intereses nacionales de los países no occidentales que sus autoridades están cada vez más preocupadas por la seguridad financiera.

Usted subraya correctamente los roles potencialmente centrales de China y Rusia en la génesis del nuevo orden económico mundial. Desafortunadamente, el liderazgo actual del Banco Central de Rusia (BCR) permanece atrapado intelectualmente dentro del callejón sin salida del Consenso de Washington y no puede convertirse en un socio fundador en la creación de un nuevo marco económico y financiero global. Al mismo tiempo, el BCR ha tenido que enfrentar la realidad y crear un sistema nacional de mensajería interbancaria que no dependa de SWIFT, y lo abrió también para los bancos extranjeros. Ya se han establecido líneas de intercambio de divisas cruzadas con las principales naciones participantes. La mayoría de las transacciones entre los estados miembros de la EAEU ya están denominadas en monedas nacionales y la participación de sus monedas en el comercio interno está creciendo a un ritmo rápido.

Se está produciendo una transición similar en el comercio con China, Irán y Turquía. India indicó que también está lista para cambiar a pagos en monedas nacionales. Hay mucho trabajo en el desarrollo de mecanismos de compensación para los pagos en moneda nacional. Paralelamente, existe un esfuerzo continuo para desarrollar un sistema de pago digital no bancario, que estaría vinculado al oro y otras materias primas negociadas en bolsa: es decir ‘monedas estables’.

Las recientes sanciones estadounidenses y europeas impuestas a los canales bancarios han provocado un rápido aumento de estos esfuerzos. El grupo de países que trabajan en el nuevo sistema financiero solo necesita anunciar la finalización del «marco concordado» y la preparación de la nueva moneda comercial. Desde ese momento el proceso de formación del nuevo orden financiero mundial se acelerará aún más. La mejor manera de lograrlo sería anunciarlo en las reuniones regulares de la SCO o de los BRICS. Estamos trabajando en eso.

The Cradle: Este es un tema absolutamente clave en las discusiones de analistas independientes en todo occidente. ¿Estaba el Banco Central Ruso aconsejando a los productores de oro rusos que vendieran su oro en el mercado de Londres para obtener un precio más alto que el que pagaría el gobierno ruso o el Banco Central? ¿El BCR no se anticipó a que la alternativa al dólar estadounidense tendrá que basarse en gran medida en el oro? ¿Cómo caracterizarías lo sucedido? ¿Cuánto daño práctico ha infligido esto a la economía rusa a corto y mediano plazo?

Glazyev: La política monetaria del BCR, implementada de acuerdo con las recomendaciones del FMI, ha sido devastadora para la economía rusa. Los desastres combinados con la «congelación» de alrededor de $ 400 mil millones de reservas de divisas y más de un billón de dólares desviados de la economía por los oligarcas hacia occidente, son el telón de fondo de políticas igualmente desastrosas del Banco Central de Rusia. Estas políticas incluyen tasas reales excesivamente altas combinadas con una flotación controlada del tipo de cambio. Estimamos que esto provocó una inversión insuficiente de alrededor de 20 billones de rublos y una producción insuficiente de alrededor de 50 billones de rublos en bienes.

Siguiendo las recomendaciones de Washington, la BCR dejó de comprar oro en los últimos dos años, obligando efectivamente a los productores mineros de oro nacionales a exportar volúmenes completos de producción, que sumaron 500 toneladas de oro. El error y el daño que causó son muy obvios.

En la actualidad, el BCR reanudó las compras de oro y, con suerte, continuará con políticas sólidas en interés de la economía nacional en lugar de ‘tener como objetivo la inflación’ en beneficio de los especuladores internacionales, como ha sido el caso durante la última década.

The Cradle: Ni la FED ni el BCE fueron consultados sobre la congelación de las reservas extranjeras rusas. Se dice en Nueva York y Frankfurt que se habrían opuesto si se les hubiera preguntado. ¿Esperabas la congelación? ¿El liderazgo ruso lo esperaba?

Glazyev: En mi libro, La última guerra mundial, argumente que la probabilidad que esto suceda era muy alta. En esta guerra híbrida, la guerra económica y la guerra cognitiva/informativa son escenarios clave del conflicto. En ambos frentes, EEUU y la OTAN tienen una superioridad abrumadora y no tenía ninguna duda de que aprovecharían esto a su debido tiempo.

He estado defendiendo durante mucho tiempo la sustitución de los dólares, euros, libras y yenes en nuestras reservas de divisas por oro, mineral que se produce en abundancia en Rusia. Desafortunadamente, los agentes de influencia occidentales que ocupan roles clave en los bancos centrales de la mayoría de los países, así como las agencias de calificación y publicaciones decisivas, lograron silenciar mis ideas.

Para darle un ejemplo, no tengo ninguna duda que altos funcionarios de la FED y el BCE estuvieron involucrados en el desarrollo de las sanciones financieras contra Rusia. Estas sanciones se han ido intensificando constantemente y se están implementando casi instantáneamente, a pesar de las conocidas dificultades con la toma de decisiones burocráticas en la UE.

The Cradle: Elvira Nabiullina ha sido reconfirmada como directora del Banco Central Ruso. ¿Qué harías diferente? ¿Cuál es el principal principio rector involucrado en vuestros diferentes enfoques?

Glazyev: La diferencia entre nuestros enfoques es muy simple. Sus políticas son una implementación ortodoxa de las recomendaciones del FMI y los dogmas del paradigma de Washington, mientras que mis recomendaciones se basan en el método científico y la evidencia empírica acumulada durante los últimos cien años en países líderes.

The Cradle: la asociación estratégica entre Rusia y China parece ser cada vez más férrea, como reafirman constantemente los propios presidentes Putin y Xi. Pero hay rumores en contra no solo en Occidente sino también en algunos círculos políticos rusos. En esta coyuntura histórica extremadamente delicada, ¿qué tan confiable es China como un aliado permanente de Rusia?

Glazyev: La base de la asociación estratégica ruso-china es de sentido común, los intereses comunes y la experiencia de cooperación tiene cientos de años. La élite gobernante de EEUU inició una guerra híbrida global destinada a defender su posición hegemónica en el mundo, apuntando a China como el competidor económico clave y a Rusia como la fuerza de contrapeso clave.

Inicialmente, los esfuerzos geopolíticos estadounidenses tenían como objetivo crear un conflicto entre Rusia y China. Agentes de influencia occidental estaban amplificando ideas xenófobas en nuestros medios y bloqueando cualquier intento de transición a pagos en monedas nacionales. Del lado chino, agentes de influencia occidental estaban presionando al gobierno para que se alineara con las demandas de los intereses estadounidenses.

Sin embargo, los intereses soberanos de Rusia y China condujeron lógicamente a su creciente asociación y cooperación estratégica, ha sido necesario abordar las amenazas que emanan desde Washington. La guerra arancelaria de EEUU contra China y la guerra de sanciones financieras contra Rusia validaron estas preocupaciones y demostraron el peligro claro y presente que enfrentan nuestros dos países.

Los intereses comunes de supervivencia y resistencia están uniendo a China y Rusia, y nuestros dos países son económicamente simbióticos. Se complementan y aumentan las ventajas competitivas de cada uno. Estos intereses comunes persistirán a largo plazo.

El gobierno chino y el pueblo chino recuerdan muy bien el papel de la Unión Soviética en la liberación de su país de la ocupación japonesa y en la industrialización de China en la posguerra. Nuestros dos países tienen una sólida base histórica para la asociación estratégica y estamos destinados a cooperar estrechamente porque tenemos intereses comunes. Espero que la asociación estratégica de Rusia y la República Popular China, que se vea reforzada por la articulación de la Nueva Ruta de la Seda (One Belt One Road) con la Unión Económica Euroasiática. Esta confluencia se debería convertir en la base del proyecto del presidente Vladimir Putin de la Gran Asociación Euroasiática y el núcleo de la nueva orden económico mundial.

The Cradle / observatoriocrisis.com

 

Fuente: https://www.lahaine.org/mundo.php/el-geoeconomista-ruso-sergey-glazyev

Compartido con SURCOS por Adriana Laclé.