El presidente que necesitamos

José Luis Pacheco Murillo

El presidente de la República llegó al poder con un gran apoyo electoral y ha mantenido ese apoyo a lo largo de varios meses. Es decir, la mayoría de los votantes se llenó de esperanza ante las propuestas en campaña política y aumentó esa esperanza con algunas acciones iniciales del presidente. Sin embargo, el señor Chaves, presidente de la República no ha sido todo lo consecuente que esperábamos. Ha venido sostenidamente cometiendo errores en sus acciones y en sus decisiones que han hecho que esas esperanzas se hagan añicos y que salten señales de alarma sobre si seguiremos en el mismo camino que los anteriores gobiernos.

Su defensa acérrima de la ahora ex ministra de Salud fue un error garrafal. Debió ella, si quería serle leal al presidente, haber renunciado inmediatamente que saltó a la luz pública el pago de trol o troles y que luego ella aceptó. No había como componer ese entuerto sino sólo con la renuncia. Defenderla a capa y espada y máxime diciendo que era profesional especialista en una rama de la medicina sin serlo, fue lamentable y aún más, no tener la virtud de aceptar el error y rectificar.

Lo mismo que haber dicho que el delincuente que asesinó a una mujer en un bus andaba tobillera sin que esto fuera cierto, aunque sea una minucia, simplemente es una mentira y no queremos un presidente que nos mienta, y que si fue un error, que rectifique y diga que fue mal informado. Tiene una prensa al acecho dispuesta a despedazarlo ante cualquier error o mal paso.

El hecho de que después de 9 meses ni el arroz ni las medicinas hayan bajado de precio a como esperaba la mayoría de los ciudadanos, también llena de desilusión a la gente y máxime cuando no se refiere al porqué no ha sucedido lo que todos esperábamos.

Ha habido acciones y decisiones buenas, no podemos ser mezquinos, sin embargo, aún estamos a la espera de esa reactivación económica y esa generación de empleo que tanto necesitamos.

Creo que aún, el presidente y su equipo están a tiempo de no perder la credibilidad y fortalecer su imagen, pero requiere de mucho cuidado entre lo que se dice y se hace. Mucha precaución con sus declaraciones sin tener fundamento. Mucha humildad para reconocer errores y decirlo sin ambages.

La mayoría de los votantes creyeron en que su gestión sería diferente y para beneficio de las mayorías, incluida la señora de Purral, sin embargo, aún eso no se ha dado.

No queremos un presiente revanchista, sacándose clavos o beneficiando a unos pocos. Tampoco queremos un presidente que diga lo que todos quieren oír, pero hace lo que muy pocos desean. Ya los hemos tenido antes. Queremos un verdadero estadista, que sepa que sus decisiones afectarán negativamente o positivamente, pero que la mayoría requieren que sean positivas. Un estadista con la visión de futuro y de que “se coma las broncas” con todos con tal de defender los intereses de las mayorías y en especial de los que más necesitan. Eso es lo que deseamos. Aún está a tiempo señor presidente de hacerlo. Dios quiera que lo logre, por el bien de todos.