El pueblo al poder

Nunca antes el pueblo ha estado tan cerca de alcanzar el  poder político en nuestra Nación, como en estas próximas elecciones. Este fenómeno debe ser analizado exhaustivamente con el fin de valorar las condiciones que están facilitando ese ascenso al poder y si estas condiciones son coyunturales – lo que daría un gobierno fugaz, sin fractura del sistema- o bien son condiciones de fondo, de cambio profundo, de toma de conciencia de las grandes mayorías ciudadanas acerca de necesidad de un cambio radical, permanente, hacia una democracia más participativa, más democrática, más equilibrada, más fraterna, más justa. Esto eliminaría  el dominio del capital sobre el  trabajo, dando paso a la primacía del hombre sobre el dinero.

Antecedentes:

El pasado.-Desde la independencia de nuestra Nación hasta el momento actual, el poder político ha estado en manos de la oligarquía criolla, en los últimos tiempos aliada con el capital internacional. Nuestros gobernantes eran escogidos en mesas de juegos en el Club Unión, dentro de un núcleo de ricos reducido pertenecientes al grupo cafetalero. Posteriormente, esta escogencia pasó a ser realizada por los  grupos  agroindustriales, hasta concluir, en la época moderna, a  ser realizada en las cámaras empresariales. En nuestra historia hubo solamente una vez, en la década de los cuarenta, en que las masas populares tuvieron un importante grado de ingerencia en la conformación del tipo de sociedad que queríamos desarrollar. De ahí las grandes reformas sociales impulsadas por Calderón Guardia, Monseñor Sanabria y Manuel Mora, donde nacieron la CCSS, el  Código del Trabajo, la UCR, ratificadas posteriormente a la guerra civil del 48 por José Figueres quien, siguiendo la orientación de izquierda que, trasladada de Europa, había originado todos estos cambios en Costa Rica, ideó reformas  igualmente importantes para la evolución de nuestra Nación: se suprimió el ejército, se nacionalizó la banca, se originaron las instituciones autónomas, etc.

Estos próceres le dieron forma a la Costa Rica moderna iniciando la búsqueda de una sociedad más justa y solidaria. Pero e aquí que el capital nacional, resintiendo su derrota y teniendo en sus manos TODOS los medios de difusión del pensamiento, prensa, radio y T.V. inició un despiadado bombardeo contra la institucionalidad del país, desinformando, adulterando, inventando, difamando, distorsionando, todo lo que acontecía en Costa Rica. A la cabeza de estos medios en poder de la plutocracia nacional, estaba, como hoy, la  Nación. Dándose cuenta  don José Figueres del peligro enorme en que estaba la democracia costarricense con los medios torpedeando continuamente la institucionalidad costarricense para regresar al poder a los ricos, intentó crear un medio de difusión del pensamiento que anulara o cuando menos equilibrara un poco la desinformación de la Nación y así sufragó, con algunos de sus amigos, la creación de un periódico antagónico para que el pueblo tuviera otra versión de las cosas. Y así creó al periódico Excelsior, cuyo único director fue un excelente médico, el Dr.  Burstin. Infelizmente, este medio, que equilibraba un poco la información, fue de una vida fugaz y rápidamente desapareció ante el poco respaldo económico recibido por la pauta de anuncios y otros.

Llegaron los años de  la década de los 70, que es cuando el asalto de clase adinerada del país, con  todos los medios de difusión del pensamiento en sus manos,  como acontece ahora , se incrementó, logrando imponer, en los dos partidos mayoritarios herederos de  las gestas de los cuarentas, dirigentes  que respondían a los intereses de la plutocracia nacional, los que, con sus aliados internacionales,  lideraron, desde el gobierno, el despiadado bombardeo al Estado Social de Derecho, logrando poco a poco,  ir minando las instituciones más emblemáticas , debilitándolas, desfinanciándolas, desprestigiándolas, con la idea de concluir privatizándolas, que es la meta final del capital. Y en este camino están. En la apertura  a la empresa privada que han logrado introducir en las instituciones estatales más importantes: CCSS, banca, INS, ICE, etc   está el  gérmen que las destruirá totalmente.

Presente.-

En este estado de cosas llegamos ahora a la elecciones del 2014, con un Estado sometido al ataque final  de la oligarquía criolla, que, con sus fauces abiertas, está a punto de engullirse a todas sus instituciones. Los ricos  de este país han invertido ingentes cantidades de millones en salud, comunicaciones, centros de estudios privados, banca, etc  por lo que necesitan sacar al Estado de estas actividades. Su visión es la de un Estado pequeño, espectador, débil, con una sola función fuerte, dura, la de la   represión. Necesitan crear  un Estado con un contingente militar bien entrenado y bien armado, que les cuide sus espaldas y les asegure el disfrute de sus riquezas sin ningún peligro ni sobresalto. De ahí que la aparición de un ejército en nuestra nación, está a un paso, pues necesitan asegurarse una represión despiadada ante la posibilidad de movimientos de agitación ciudadana ante el Estado injusto, concentrador de riqueza, con enormes segmentos  poblacionales depauperados, famélicos, empobrecidos, marginados, que pretenden establecer. Una versión preliminar de ese Estado policial, es la aparición de grupos  paramilitares creados, supuestamente, para defender la soberanía nacional ante la agresión de nuestro vecino del norte tan  fantasiosa como reiteradamente anunciada.

En esta elección se decide qué tipo de sociedad queremos construir. Hay dos tendencias claramente delineadas: una dentro del capitalismo y la otra  dentro  del socialismo. Son dos  tendencias claramente antagónicas y excluyentes. Se está con una o con la otra. No puede haber ambivalencia. El pueblo tiene que decidir. Debe escoger  entre ambas tendencias. Pero para ello debe tener una clara idea de lo que representa cada una de ellas, evitando caer en la trampa de la desinformación, de las mentiras y falacias, que los medios propagan para descalificar a la tendencia de izquierda. Recordemos el memorándum del miedo que tan bien explotaron estos mismos medios, para torpedear la campaña del no al TLC.

El capitalismo ha gobernado al mundo hasta la  fecha, teniendo, desde el fin de la segunda guerra mundial, a los Estados Unidos como su líder y promotor. Esa nación ha impulsado este tipo de organización a sangre y fuego en todo el mundo, fundamentalmente en Latinoamérica, territorio que considera – con el mayor descaro, desconsideración e irrespeto- su patio trasero, coto de caza de la poderosa nación del norte y lugar donde se ubican las excretas. Para imponer ese tipo de organización, han paseado sus ejércitos por todo el mundo, interviniendo militarmente en cualquier lugar del globo que intentara establecer  otro tipo de organización política. Para ello, han inventado las más burdas mentiras para justificar la intervención.  La historia está plagada de ejemplos, con sus barcos de guerra en nuestras aguas, sus aviones en nuestros cielos y con las orugas de sus tanques y las botas de sus soldados hollando nuestros  suelos, todo en nombre de la libertad. Han tumbado gobiernos democráticamente electos  en asocio con los militares y los grupúsculos plutocráticos criollos, cuando la mayoría popular ha tenido la  osadía de elegir gobiernos de otro signo ideológico. Ejemplos por cientos en la historia de América Latina: golpes de Estado en Guatemala, Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela, Panamá, Chile, Paraguay  y un largo etc.etc. Se han anexado numerosos países en el Caribe y el mar pacífico y sus fuerzas armadas continúan ocupando pueblos en un desembozado ejercicio de colonialismo. Ejemplos  hay muchos: Puerto Rico, Guantánamo, Haití, Guam,  Hawaii,  etc , etc. Recordemos  el más importante y descarado despojo territorial que haya sufrido pueblo  alguno: el cercenamiento de la mitad de su territorio al pueblo mexicano con lo que los E.U. duplicaron su tamaño, despojo realizado militarmente y  luego disfrazado mediante una compra por una cantidad irrisoria de dinero.

Pero, qué significa el capitalismo? Esencialmente el predominio del capital sobre el trabajo, la hegemonía del dinero sobre el hombre. Defiende, a ultranza, la acumulación de riqueza en pocas manos, la avaricia, el egoísmo, en fin, promociona una sociedad de proletarios, con la inmensa masa de seres humanos al  servicio del capital, subordinados a él, esclavos del sistema. Por tanto,  las grandes mayorías ciudadanas serían empleados, dependientes, subordinados, de la pequeña clase económicamente dominante poseedora, dueña, de todos los medios de producción. Este sistema, que excluye del bienestar social a enormes cantidades de seres humanos, ha sido etiquetado por el Papa Francisco como un sistema salvaje y explotador.

Qué significa el socialismo? Tiene la obligación de construir una sociedad justa, equilibrada, fraterna, participativa, con Estado fuerte que distribuya la riqueza producida por La Nación equitativamente, obteniendo del pequeño segmento poblacional económicamente más favorecido- los ricos- mediante impuestos justos, parte del exceso de riqueza que acumula para distribuirla dentro de las mayorías más pobres del país. Socialismo significa educación, salud, techo, alimentación, trabajo, de fácil acceso para toda la población. Dentro de él no  puede haber explotación alguna de un ser humano por otro ser  humano. No puede haber unos pocos llenos hasta el hartazgo con otros muchos muriéndose de hambre, sin techo ni abrigo. Socialismo es el hombre hermano del hombre, sin establecer competencia  alguna entre ellos, que conduzca, en esta contienda fratricida, a sacar un ganador y un perdedor, en una suerte de darwinismo social – el más fuerte se come al más débil – que  conduce, inexorablemente, al  antropofagismo social. Un sálvese quien pueda.

Futuro.-  En este momento, incuestionablemente, el mundo está gobernado por el capital. El capitalismo, con todas sus connotaciones negativas y contraproducentes para el bienestar de las mayorías, gobierna el mundo. En mucho, esto se debe a la tremenda influencia de los E.U.  y de Europa. Sin embargo,  las crisis que este sistema encierra dentro de sí y que brotan cíclicamente- la última de las cuales se inició hace ya más de un lustro y que aún perdura – amenazan con su destrucción. Los E.U. paulatinamente pierden vigor y fuerza, lo que debilita su liderazgo continental y mundial. Ya no les es tan sencillo arriar el rebaño. Han surgido otras naciones con condiciones de tomar la batuta en la  producción industrial y en la concentración de capital, esencia misma del sistema. Además, internamente, el ciudadano de a pié en los E.U. – que es la mayoría- comienza  a tomar conciencia de lo injusto del sistema. Grandes segmentos poblacionales han perdido su  trabajo y sus casas, mientras los grandes  bancos y consorcios financieros que originaron la crisis, han salido fortalecidos financieramente con la inyección de fondos que les hizo el gobierno federal. Hay gran agitación interna en esa nación. La esperanza es que el ciudadano estadounidense – pueblo al fin- tome conciencia de clase y comience a reclamar en las calles- como ya lo comenzó a hacer con los indignados-  sus derechos conculcados  por las minorías que concentran toda la riqueza de la nación. Esta agitación social, tan necesaria para la  reivindicación de los derechos de las mayorías, está más extendida en Europa, donde  existen muchas  naciones prácticamente en quiebra. Todo este panorama en el corazón de capitalismo, esperamos conduzca a una etapa revolucionaria, con quiebra del sistema y su sustitución por otro más justo y solidario.

En Costa Rica, esperamos que estas elecciones marquen la ruta de la liberación de los grandes segmentos empobrecidos y marginados.  Esperamos que el pueblo tenga la sabiduría para apartar la paja del trigo y poder discernir con claridad hacia dónde se orientan las dos tendencias en lucha y  escoja, con  conciencia de clase, la única que  asegura la búsqueda de la equidad y la justicia para las mayorías. Se necesita esta toma de conciencia para que la reestructuración social y económica de la Nación se realice, porque este cambio no se podría lograr con un solo período gubernamental. Por ello se necesita una mayoría ciudadana concientizada en torno al  tipo de Estado que se quiere formar, para que, continuadamente, siga eligiendo a los representantes populares que aseguren la continuidad de los cambios.

Debe saberse que la lucha es dura pues los grupos oligárquicos tienen todos los medios de difusión del pensamiento en sus manos, así como todo el capital necesario para comprar conciencias y retorcer voluntades.  El voto por la izquierda, debe ser un voto pensado, conciente, informado, única manera de obtener la  mayoría necesaria para poder lanzar al basurero de  la  historia al injusto  sistema que  nos ha gobernado hasta  ahora y que ha convertido al Estado en fuente de enriquecimiento de un grupo de pandilleros  que le han entrado a saco.

Entre nubes, comienza a aparecer un rayo de esperanza para nuestra Nación y para la humanidad.

 

Rigoberto Salas Aguilar.

Médico.

 

Enviado a SURCOS por el autor.