La importancia de las alianzas estratégicas

Se firma convenio colectivo en subsidiaria de Palma Tica (Grupo Numar)
Con Maikol Hernández

En las fincas al servicio del capital transnacional la persistencia antisindical es sello de distinción. Sindicatos, convenciones colectivas, reivindicaciones obreras son eliminadas de raíz en los campos de Costa Rica. El secretario general de Fentragh analiza ese escenario donde la percepción democrática del país vista desde afuera, ignora por completo el avasallamiento sistemático de derechos humanos producido por el feudalismo agrario en lo profundo de las plantaciones.
Gerardo Iglesias

-Firmar un convenio colectivo en Costa Rica….

-(Sonrisas) Algo excepcional, extraño, sin lugar a dudas.

-¿Cuántos convenios colectivos vigentes hay en el sector agroindustrial en Costa Rica?

-Muy pocos. Hay un par de convenios en el sector del banano, uno con Chiquita Brands y otro con Del Monte, en la zona del Caribe, otros dos firmados con sindicatos de Palma Tica y en el sector de manufactura sanitaria tenemos uno más. Y paramos de contar.

Con el cierre de las operaciones de Chiquita en Limón y de la transnacional Dole quedaron sin validez los convenios con estas empresas.

Espejismos

-En el exterior Costa Rica emerge como una nación democrática ejemplar, mientras en las plantaciones impera una dictadura despiadada, donde los sindicatos brillan por su ausencia.

-Se trata de una situación muy complicada. Desde el Ministerio de Trabajo el esfuerzo es raquítico para garantizar la libre sindicalización y más para promover la negociación colectiva.

Es más probable que el ministerio favorezca a los comités permanentes, que son organizaciones impulsadas por las empresas. Antes de 2017 era todavía más complicado porque los procesos ordinarios llegaban a durar hasta 15 años.

A la poca atención por parte del Ministerio de Trabajo se le suma una política empresarial dirigida a menoscabar al sindicato y facilitar la actuación de los comités permanentes, que no son otra cosa que estructuras pro empresa.

Allí se ocultan las malas prácticas de las empresas en temas tan sensibles como el uso de agrotóxicos, como hace poco denunciamos en Dole, donde una trabajadora fue fumigada literalmente y a lo largo del tiempo muchas han enfermado por la exposición a los químicos.

Nadie vence en soledad

-¿Cómo se logró el convenio colectivo en Palma Tica?

-Este convenio colectivo es el fruto de una acción articulada entre la Rel UITA, la Federación y el sindicato.

Dania tuvo un respaldo importantísimo por parte del Clamu, así como de los integrantes del equipo asesor de la Secretaría Regional en Costa Rica, Frank Ulloa y Gerardo Castillo.

Hay que tener en consideración, como ya se manifestó, que estos procesos en Costa Rica son complejos. Por lo tanto, fue muy valioso el acompañamiento técnico y político por parte del equipo de la Regional.

Nobleza obliga, debemos reconocer también el invaluable respaldo de la Asociación Nacional de Educadores y Educadoras (ANDE), especialmente de su presidente Gilberto Cascante y de su secretaria general Carmen Brenes Pérez, así como de Guillermo García Segura.

La ANDE, cuya importancia estratégica a nivel sindical en Costa Rica es fundamental por su presencia en las zonas más alejadas del país y con la cual la Rel UITA ha firmado un convenio de cooperación, fue de enorme ayuda durante el proceso de negociación, que se realizó en el predio de un colegio que el gremio de los educadores nos facilitó en la zona de Puerto Jiménez.

Eso permitió tener un mayor control y repeler las acciones antisindicales de la empresa durante el proceso de negociación.

-Felicitaciones a la Federación por este nuevo logro.

-Muchas gracias. Que sea uno de muchos logros conjuntos.

 

Imagen: Maikol Hernández | Foto: Giorgio Trucchi | Rel UITA.