La UCR colabora en la revitalización de las lenguas indígenas costarricenses

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  • Mediante diversas iniciativas, la Institución se acerca a las comunidades indígenas y trabaja, en conjunto con ellas, para crear materiales que resguarden su cultura

En el pueblo de Guanacaste de Ujarrás, el maestro de cultura le enseña a los niños y niñas la forma de crear canastos, como parte de la revitalización de la cultura de los cabécares. Foto: Denis Castro Incera.

En el año internacional de las lenguas indígenas, decretado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Universidad de Costa Rica destaca por el trabajo que realiza en las comunidades indígenas para revitalizar sus lenguas, que son a la vez su identidad.

Desde el punto de vista lingüístico se trabaja con todas las lenguas que aún están vivas con el fin de fomentar su uso en los propios grupos indígenas, al tiempo que se rescatan sus costumbres y su cultura.

“Para las Naciones Unidas, las lenguas indígenas desempeñan un papel crucial para que las comunidades de hablantes asuman su destino y participen en la vida económica, cultural y política de sus países”, se expresa en un comunicado de la Unesco.

Precisamente, con el fin de que las comunidades indígenas puedan recuperar y fomentar parte de su cultura y de sus costumbres, la UCR cuenta con el TCU-625 «Lenguas y tradiciones orales de Costa Rica» y el proyecto de extensión EC-408 «Diversidad lingüística de Costa Rica», inscritos por la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS).

Mediante estas iniciativas se ha trabajado por más de cinco años en la preparación de materiales didácticos, creados con las comunidades y para ellas mismas.

En ese sentido, Carlos Sánchez Avendaño, investigador y coordinador del TCU, expresó que a él le gusta hablar del concepto de «revitalización», en lugar de «rescate» de las lenguas indígenas, porque esta segunda palabra podría generar muchas expectativas, lo cual más bien le corresponde a las comunidades desarrollar.

Para Sánchez, el objetivo del trabajo que se realiza es “colaborar con los miembros de las comunidades en acciones encaminadas a que sus lenguas sigan presentes o recuperen espacios de presencia en sus vidas”.

Esto es importante, pues se ha recuperado la presencia de algunas lenguas como el brorán, que ya estaba prácticamente ausente.

¿Cómo se ha logrado esta revitalización? Un ejemplo de ello es un juego que se creó para los niños y niñas de las comunidades del Térraba, el cual cuenta con 64 palabras. Rápidamente, gracias a esta herramienta lúdica, se logró que ellos aprendieran nuevo vocabulario.

Sánchez cuenta que un profesor le decía que hace tres años ningún niño decía ni una sola palabra en el idioma brorán, porque ya estaba totalmente perdido en esa zona, mientras que ahora los estudiantes de su clase le pueden responder y expresarse en su lengua madre, tales conocimientos lo comparten con sus padres.

Precisamente, el proyecto que dirige el profesor e investigador Carlos Sánchez se ha propuesto trabajar en tres líneas de acción. La primera de ellas es crear documentación de las lenguas y las culturas y tiene como propósito fortalecer los procesos de revitalización lingüística.

En las comunidades indígenas se trata de mantener su lengua, como parte de su identidad. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

En este ámbito ya se cuenta con cuatro enciclopedias ilustradas para las lenguas malecu, bribri y brorán y está en proceso una para la boruca. Además, se han hecho tres diccionarios temáticos, también en bribri, brorán y malecu, y está en proceso otro para la lengua nove.

Asimismo, se han hecho cinco lonas de gran formato para la enseñanza en las escuelas, las cuales son muy gustadas por los niños y niñas y están en bribri, brorán y malecu. La tecnología también ha ingresado a las comunidades indígenas, donde ya está normalizado el uso de teléfonos inteligentes. Por esto, se han construido cuatro aplicaciones en bribri, brorán y malecu y se están empezando a trabajar en otras para nove, boruca y cabécar. Se han creado también alrededor de 10 juegos de materiales didácticos.

El segundo frente es apoyar procesos educativos. En concordancia con este objetivo, se realizan talleres de formación y acompañamiento a maestros de lengua y cultura. Igualmente se ayuda a crear materiales didácticos que sirvan para la enseñanza de la lengua, los cuales también incluyen la documentación de alguna práctica que a las comunidades o poblados les interesa rescatar.

Finalmente, la tercera línea de trabajo, según Sánchez, se trata de revitalizar la lengua fuera del ámbito escolar. Para lograrlo, los proyectos universitarios apoyan actividades o ideas que buscan promover el uso de la lengua por medio de música, de aplicaciones o de juegos didácticos, herramientas que puedan ser usadas por cualquier persona en cualquier momento y no solo en el ámbito escolar.

En el futuro, se prevé la creación de un programa técnico de formación para los maestros de lengua y cultura, que será desarrollado por módulos, durante un año y medio, el cual se empezará a dar en el segundo ciclo lectivo en Talamanca, como un proyecto piloto organizado por la Escuela de Filología y la VAS.

Tanto los materiales didácticos, juegos lúdicos y otras herramientas para la revitalización de las diferentes lenguas indígenas se coordinan con las distintas comunidades, de acuerdo con sus intereses. “Ellos ahí son los conocedores, los colaboradores o coautores, o los miembros del equipo”, aclara Sánchez.

Amplia investigación

Por otra parte, según datos del Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INIL), de la Universidad de Costa Rica, existen varias lenguas indígenas que ya están extintas, como la huetar, desde el siglo XVIII; la Chorotega, que estuvo viva hasta la mitad del siglo XIX; la boruca, que podría haberse extinguido en el 2003 (aunque todavía se reportan semihablantes y recordadores) y el térraba.

Por su parte, las lenguas indígenas vivas son la malecu (que se conserva en la zona norte del país), la bribri (que se habla en ambos lados de la cordillera de Talamanca) y la cabécar (la lengua indígena más hablada en el territorio nacional: en Chirripó y en La Estrella se habla el dialecto norte, mientras que en Ujarrás y San José se habla el dialecto sur).

Asimismo, se mantiene el guaymí, del pueblo autodenominado ngöbe, quienes se encuentran distribuidos en cinco reservas en el área de Coto Brus. Otra lengua que se considera aún viva es la buglere, del pueblo buglé, que comparte territorios de habitación con el pueblo nove en Chiriquí, Panamá y en Coto Brus, en territorio costarricense.

Sobre la importancia del trabajo de revitalización de las lenguas indígenas, Jorge Antonio Leoni de León, director del INIL, expresa que “nosotros nunca podemos exagerar la importancia de los estudios sobre lenguas indígenas, que constituyen una piedra fundamental de la identidad de este país”.

Las lenguas indígenas en Costa Rica tienden a extinguirse, de ahí la importancia de realizar diversas acciones para que estas se fortalezcan y perduren. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Este Instituto reporta más de 20 investigaciones, realizadas o en proceso, sobre diferentes aspectos de distintas lenguas indígenas del país.

Entre los proyectos vigentes se encuentra la elaboración de un Diccionario digital bribri, el Congreso internacional “Contacto, documentación y revitalización de lenguas en desplazamiento en Hispanoamérica: desafíos en la diversidad II” y el «Centro virtual de recursos para la investigación de la lengua bribri».

“Son comunidades que merecen también una gran atención de nuestra parte, que no son comprendidas como deberían serlo y, en este sentido, las investigaciones que se han realizado en el INIL han contribuido a esa comprensión. Yo esperaría que eventualmente incluso redunden en un mejoramiento de las condiciones de los pueblos indígenas, tanto desde el punto de vista económico, social, cultural y educativo”, consideró Leoni.

Dejando huellas

Cuando Alí García Segura, siendo muy joven, dejó su comunidad bribri para ir a estudiar a la UCR, nunca imaginó que su futuro iba a confirmar el papel que el médico tradicional le había dado el día que nació, cuando definió que no ocuparía ningún cargo en su pueblo, sino que, más bien, le correspondería «dejar huellas».

Así describe este indígena el resultado de su vida hasta el día de hoy, cuando efectivamente se ha convertido en conferencista nacional e internacional, profesor, autor de libros y estudioso de diferentes temas relacionados con las lenguas indígenas, las cuales representan para él la identidad de los pueblos.

Un día, cuando ya era adulto y había logrado dar a conocer importantes aspectos de los pueblos indígenas, fue a visitar a su madre. Su mamá le contó todos los pasos que tanto ella como su tío abuelo hicieron para que se cumpliera lo que le había dicho el médico tradicional y, por eso, lo instaron a salir de su comunidad a conocer más del mundo.

Fue así como entró a estudiar a la UCR en 1986, pero en 1987 decidió devolverse a su pueblo. Sin embargo, nuevamente su tío insistió en que continuara y, aunque no se graduó de sus estudios, sí logró ampliar su área de conocimiento con cursos internacionales y con la práctica de escribir libros bilingües: bribri y español. Actualmente, está escribiendo su libro número nueve, el cual elabora por la invitación de una universidad de Holanda. Por lo tanto, este libro, al igual que el último publicado, será escrito en tres idiomas: bribri, español e inglés.

García tiene una visión personal de la injerencia de la educación en los pueblos indígenas, pues piensa que al Ministerio de Educación Pública (MEP) todavía le falta mucho para realmente realizar una labor importante en pro de las culturas indígenas. Él considera que la educación en estos pueblos debería ser al menos bilingüe, lo cual significa que sea un 50 % en español y un 50 % en la lengua madre de la comunidad, y no solo la hora de cultura semanal que reciben los niños y las niñas de estas comunidades.

“Yo digo que la lengua no es parte de una cosa, la lengua es la identidad de uno; entonces cuando usted trata de eliminar mi lengua, es como que usted estuviera en contra mía; si trata de eliminar mi lengua, es como que usted venga y trate de violar mi derecho y mi identidad; así de sencillo, la identidad”, expresa García.

El investigador afirma lo anterior, pues se suele decir que en educación hay igualdad para todos; pero, el problema es que no se pregunta cómo es el mundo de los indígenas.

En referencia al trabajo de documentación que realiza la Universidad de Costa Rica, coordinado por el investigador Carlos Sánchez Avendaño, García opina que se acerca a las necesidades de las comunidades indígenas, pues se trabaja con miembros de las comunidades y se les brinda materiales en su propia lengua, con temas de cada uno de los pueblos indígenas.

“Lo interesante aquí es que ya estamos dando un paso. Me parece muy importante que los discursos han cambiado en el Departamento de Lingüística, los compañeros ya están conscientes de que no trabajan con una cosa que es meramente para ellos como lingüistas o como profesores de lingüística, sino que se están acercando a una comunidad. Por eso, usted ve que todos los trabajos que hacemos acá y todos los libros que he escrito siempre están en bribri”, manifiesta García, quien trabaja en conjunto con Carlos Sánchez y otros investigadores.