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Llamamiento al Secretario General de la ONU: por una Renta Básica Universal, el Alto el Fuego Mundial y un Encuentro de los Pueblos

El mundo ha cambiado. Nunca desde el final de la Segunda Guerra Mundial la necesidad de nuevos modelos en economía, salud, educación, derechos humanos, género, paz y medio ambiente ha sido tan imperiosa. El paradigma general sobre el que este nuevo mundo debe ser construido tiene que ser «la vida humana como valor central en equilibrio con la naturaleza y el medio ambiente». Necesitamos un sistema que sea sostenible para esta generación y las futuras.

Esta carta al Secretario General de la ONU está abierta a la firma de todas las instituciones, organizaciones, colectivos e individuos que coincidan con las aspiraciones expuestas.


Estimado Secretario General:

Nos dirigimos a usted alentados por sus oportunas declaraciones sobre el establecimiento de una Renta Básica Universal, el alto al fuego mundial, la Cobertura Sanitaria Universal, y los efectos socioeconómicos del Covid-19, considerando que podría promover e impulsar un esfuerzo global para remodelar el mundo en el que vivimos.

La situación actual

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La pandemia mundial del Covid-19 ha puesto de relieve una vez más, que el actual sistema de gobernanza mundial no es adecuado para hacer frente a las crisis.

Hoy en día existen varios problemas que impiden a los seres humanos alcanzar su pleno potencial:

  • La riqueza se concentra cada vez más en menos manos. Un informe de Oxfam de enero de este año estima que 2.153 billonarios tienen más riqueza que los 4.600 millones de personas más pobres del mundo. Esta concentración crea las condiciones para que aumenten la muerte, la enfermedad, la ignorancia y la violencia en todas sus formas. Condena a países enteros a mendigar la ayuda de los ricos y es indigno de una civilización que se supone está en la cima de su desarrollo intelectual, científico y tecnológico.
  • El gasto militar mundial, después de una pequeña disminución a principios de la última década, está ahora en aumento una vez más, con 1,9 billones de dólares gastados en fuerzas armadas en el año 2019. Se trata de un dinero que ahora, más que nunca, necesita ser dirigido hacia el bienestar humano.
  • En el ámbito de las crecientes tensiones militares, nuestra civilización se encuentra amenazada por la aniquilación. Según la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, en caso de una guerra nuclear «limitada,» en que explotaran en centros urbanos sólo 100 de las 14.000 armas nucleares existentes en el mundo, 2.000 millones de personas podrían morir a causa de las explosiones mismas, de la radiación y por hambre, al reducirse la producción agrícola ante el enfriamiento resultante de los residuos expulsados a la atmósfera superior.
  • La migración forzosa debida a la persecución, la violencia generalizada de los conflictos o las violaciones de los derechos humanos, ascendía a 68,5 millones de personas en 2017. Miles de ellas mueren en el Mediterráneo, en el desierto del Sahara, en América Central, en Asia y en otros lugares en su intento por alcanzar mejores condiciones de vida y seguridad.
  • Las aspiraciones expresadas en la Declaración Universal de Derechos Humanos aún distan mucho de ser una realidad plena para la población mundial.
  • Los millones de mujeres que representan más del 50% de la población mundial, luchan en todas las latitudes por superar la violencia a la que están sometidas –en todas las áreas– por el sistema patriarcal dominante. Es imperioso activar las medidas de seguridad y educación necesarias para erradicar la violencia de género que diariamente cobra la vida de miles de mujeres en todo el mundo, así como asegurarles paridad de oportunidades salariales, profesionales y personales, como también el derecho a la salud y educación sexual y reproductiva.
  • Las personas que se identifican como LGBTI+ tienen los mismos derechos que cualquier otra persona, pero hoy en día padecen de violencia en todo el mundo. La última vez que se produjo un informe en 2015 la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas instó “a los Estados a que tomen medidas urgentes para poner fin a la violencia y a la discriminación contra adultos/as, adolescentes y niños/as lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI),” y la situación no ha mejorado mucho en estos años.
  • En el campo de la niñez, citando sólo un indicador del último informe de la UNICEF, “al menos 1 de cada 3 niños menores de 5 años no crece bien debido a la malnutrición.”
  • Los pueblos indígenas de todas las latitudes, a pesar de la consagración de sus derechos en instrumentos internacionales ampliamente reconocidos, son discriminados, desplazados, perseguidos y asesinados para asegurar el robo y explotación de sus territorios. Eso compromete sus vidas y priva al conjunto social de su aporte tanto en lo cultural, como en la defensa de una relación equilibrada con el medio ambiente que podría garantizar nuestra pervivencia como especie.
  • Según la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas, el planeta está al borde de un desastre ambiental en campos como la disminución de la diversidad biológica, la producción de alimentos, la contaminación de los océanos, la reducción de las zonas forestales y el aumento de la urbanización. Hay un millón de especies amenazadas de extinción.
  • En términos de cambio climático específicamente, el mundo está luchando para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados, y usted mismo ha expresado su decepción por la falta de resultados de la última ronda de negociaciones de la COP en Madrid.

Sin añadir otros indicadores, los expresados aquí son más que suficientes para mostrar que la forma en que el mundo está organizado no responde a las necesidades de las poblaciones ni cumple con las aspiraciones de la Carta de las Naciones Unidas, a saber:

  • “Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles.”
  • “Reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas.”
  • “Crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional.”
  • “Promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad.”

¿Cómo llegamos aquí?

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Las Naciones Unidas emergieron de las ruinas que quedaron al final de la Segunda Guerra Mundial. La Conferencia de Bretton Woods, convocada por los vencedores de esa guerra puso en marcha un orden financiero que no ha logrado brindar prosperidad económica a la gran mayoría de la población mundial. Por el contrario, ha aumentado la desigualdad entre personas y países ricos y pobres, como nunca antes en la historia.

El dinero, como herramienta para el intercambio de bienes y servicios, “ha cobrado vida propia” mediante la usura y la especulación. Una y otra vez la economía mundial ha creado burbujas de riqueza ficticias que luego explotan, destruyendo la vida de personas comunes y corrientes cuyos medios de vida desaparecen bajo sus pies debido a decisiones tomadas en Wall Street, las Bolsas de Londres, de Tokio, etc. Todavía estamos lidiando con las consecuencias de la crisis de 2008 y los programas de austeridad impuestos en todo el mundo han obstaculizado gravemente la capacidad de muchos países tanto para desarrollarse como para hacer frente a la actual pandemia de Covid-19.

Medir el progreso exclusivamente en términos de crecimiento económico no sólo no es sostenible, sino que es la razón misma de la situación actual que nos amenaza a todos.

¿Cuál es la solución?

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Se necesita la construcción de un nuevo modelo de sociedad en base a un acuerdo colectivo inclusivo en toda su diversidad (mujeres, niños, pueblos indígenas, diversidades sexuales, jóvenes, etc.), de amplia participación popular, que ponga el valor de la vida humana y la vida en el planeta por encima de cualquier otro interés. La humanidad cuenta con el conocimiento y los saberes necesarios para diseñar un nuevo sistema favorable a todos los seres humanos y la biodiversidad que necesitamos respetar.

Medidas urgentes:

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  1. Implementación de una Renta Básica, que se conforme como un nuevo derecho humano, en consonancia con el artículo 25 de la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con las siguientes características:

○ Universal: para toda la población del mundo.

○ Incondicional: trabaje el perceptor o no, y sin importar si tiene otras fuentes de ingreso.

○ Individual: para cada persona, independientemente de con quien viva.

○ Suficiente: que permita cubrir las necesidades básicas de subsistencia (comida, vivienda, etc.) y condiciones de vida digna.

○ Permanente: más allá de la duración de la pandemia del covid-19.

Esta renta básica será complementaria y nunca reemplazante de derechos ya adquiridos en algunos países, tales como la educación y salud pública y gratuitas, jubilaciones y pensiones, subsidios por discapacidad, etc.

  1. Implementar y garantizar la Cobertura Sanitaria Universal para todo ser humano.
  2. Alto el fuego de todas las guerras de manera permanente.
  3. Aplicación de los fondos de armamento a las medidas de los puntos 1 y 2.

Construcción de un nuevo modelo social

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Secretario General: le proponemos que convoque una Conferencia de los Pueblos para diseñar un nuevo modo de organización social planetaria que respete la diversidad cultural y al mismo tiempo sea capaz de sostener la vida humana, en equilibrio con la naturaleza y el medio ambiente.

El paradigma principal será poner al ser humano como valor central, de modo que esta nueva forma de organización debería incluir (entre otros):

  1. Un nuevo sistema económico solidario que esté al servicio de los seres humanos, y no a la inversa. Será necesario eliminar la especulación, la usura y todo tipo de paraísos fiscales, redefinir el valor de las mercancías, del trabajo (remunerado o no), así como el sentido y el valor del dinero.
  2. Una Renta Básica Universal e Incondicional en los términos expresados más arriba. Proponemos además que el monto sea el mismo para toda la humanidad.
  3. Una Democracia Real que permita que todas las decisiones relativas al bienestar humano pasen a manos de la población: alimentación, salud, vivienda, educación, agua, energía, cultura, protección del medio ambiente, transporte, sistema previsional, el acceso a la ciencia y la tecnología, etc.
  4. Eliminación de las armas nucleares y desarme progresivo y proporcional de todo tipo de armamento.
  5. Eliminación de todas las formas contaminantes de generación de energía, incluidos los combustibles fósiles y la energía nuclear.
  6. Políticas que favorezcan el desarrollo de las regiones más pobres del mundo, llevándolas a las mejores condiciones de vida disponibles en el planeta, así como la eliminación de tratados comerciales desiguales.
  7. Hacer accesibles a todo el planeta los últimos avances tecnológicos.
  8. Independencia y soberanía de todos los territorios «no autónomos,» como paso previo a la eliminación de fronteras y visados que perjudican a la mayoría de la población.
  9. La plena aplicación de la Declaración Universal de Derechos Humanos y su actualización en función de los cambios tecnológicos.
  10. Una refundación de las Naciones Unidas que responda a los principios que le dieron origen. Que garantice a todos los países procesos equitativos, libres de toda extorsión o interés particular, que sea una organización verdaderamente democrática donde los miembros tengan igual poder de voto, eliminando para todos la capacidad de veto.

Esta es la expresión de nuestras aspiraciones y una propuesta global que queremos intercambiar y discutir con todos aquellos que compartan con nosotros la necesidad de construir un mundo nuevo. Por tanto estos puntos no son excluyentes sino abiertos al aporte de otras personas y colectivos.

Los abajo firmantes, vamos a participar activamente e impulsar a otros a contribuir en esta construcción común. Quedamos a su disposición para colaborar en la puesta en marcha de estas acciones. Esperamos con entusiasmo su pronta respuesta.

Saludos cordiales,
Red Humanista por la Renta Básica Universal

Para firmar esta carta ingrese en el siguiente enlace:

https://forms.gle/AWu3u9uSMXTd8C237

 

Enviado a SURCOS por José Rafael Quesada.

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crisis socioeconómica, ONU, renta básica universal